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Juan Andres Bresciano - El Tiempo Presente Como Campo Historiografico PDF
Juan Andres Bresciano - El Tiempo Presente Como Campo Historiografico PDF
Luciano Alonso
Hernán Apaza
Edoardo Balletta
Luís Fernando Beneduzi
María Eugenia Borsani
Alex Bratkievich
Juan Andrés Bresciano
Marie-Claude Chaput
Silvia Dejón
Sílvia María Favero Arend
Hugo Fazio Vengoa
Jurandir Malerba
Cristina Moyano
Israel Sanmartín
Núncia Santoro de Constantino
Gonzalo Pasamar
Alfonso Pinilla
Compilación María Cristina Pintos
a cargo de
Juan Andrés
María Virginia Pisarello
Bresciano
ISBN: 978-9974-694-06-4
9 7 8 9 9 7 4 6 9 4 0 6 4
EL TIEMPO PRESENTE
COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
ENSAYOS TEÓRICOS
Y
ESTUDIOS DE CASOS
EL TIEMPO PRESENTE
COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
ENSAYOS TEÓRICOS
Y
ESTUDIOS DE CASOS
Compilación a cargo de
Juan Andrés Bresciano
ISBN: 978-9974-694-06-4
Queda prohibida la reproducción parcial o total de este libro, por medio de cualquier proceso reprográfico o fónico,
especialmente por fotocopia, microfilme, offset o mimeógrafo o cualquier otro medio mecánico o electrónico, total o
parcial del presente ejemplar, con o sin finalidad de lucro, sin la autorización del autor.
INTRODUCCIÓN.............................................................................................. 9
1 Ver Julio Aróstegui. La Historia vivida. Sobre la Historia del presente. Madrid: Alianza Editorial, 2004,
pp. 36-44.
2 Ver Carlos Barros. “El estatus epistemológico e historiográfico de la Historia inmediata”. [En lí-
nea]. En Historia a Debate. [Citado el 30 de enero de 2010]. Disponible en Internet en: http://www.h-
debate.com/Spanish/presentaciones/lugares/montevideo3/audio.htm
·9·
(iii) Argumento hermenéutico. Los procesos del presente son pro-
ceso inacabados; por lo tanto, quien los aborda carece de una
adecuada perspectiva de ellos.
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que la falta de perspectiva puede equilibrarse con la contex-
tualización de los hechos en tendencias y estructuras de larga
duración.
4 Al respecto, ver Pierre Sauvage. “Una Historia del tiempo presente” en Historia Crítica, nº 17, 1998;
Hugo Fazio. “La Historia del tiempo presente. Una Historia en construcción” en Historia Crítica, nº 17,
1998.
5 Pierre Nora. “Entre mémorie et Histoire. La problematique des lieux” en Pierre Nora. Les lieux des
mémoires. París: Gallimard, 1984, tomo I.
6 Jacques Le Goff. Histoire et mémoire. París: Gallimard, 1988.
7 Además del Institute d’Historie du Temps Présent, podrían referirse el Institut für Zeitgeschichte y
el Institute of Contemporary British History, entre tantos otros.
8 Julio Aróstegui, op. cit., pp. 28-31.
9 Ver, en esta compilación, los trabajos de Luciano Alonso y Hernán Apaza.
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de los aportes, puesto que sus autores: (i) proceden de países, regiones y
continentes distintos; (ii) pertenecen a generaciones diferentes, formadas
en contextos académicos e institucionales variados; (iii) cultivan múltiples
especializaciones dentro del campo de la Historia o de las Ciencias Sociales;
(iv) desarrollan perspectivas metodológicas diversas —en algunos casos,
de carácter interdisciplinario—. Las procedencias distintas favorecen la
comparación implícita entre los casos que se estudian; la pertenencia a ge-
neraciones diferentes motiva el planteamiento de preguntas que reflejan
inquietudes propias de formaciones y de contextos epocales múltiples; la
participación de especialistas en áreas desagregadas, evita los reduccio-
nismos temáticos; la variedad de perspectivas metodológicas, contribuye
a complejizar la conceptualización de ciertos fenómenos, y a superar las
explicaciones simplistas.
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2. El tiempo presente como campo disciplinario
Un campo no sólo tiene límites, sino que puede ser observado desde
múltiples escalas; la consideración de los procesos actuales estimula la re-
flexión sobre los modos en que se relacionan las perspectivas macro y mi-
crohistóricas, a través del diálogo entre lo global y lo local. El estudio de
los procesos actuales de globalización resulta por demás oportuno, en la
medida en que ninguna época como la nuestra ha sido tan consciente de
las interdependencias mundiales. Por otra parte, es característica de este
tiempo la reivindicación de lo local, y de las identidades microsociales,
como forma de posicionamiento existencial ante las incertidumbres y los
desarraigos que motivan ciertas tendencias de la globalización. Por lo tan-
to, se justifica la inclusión de artículos que vinculan la Historia global y la
local con la Historia del presente, en razón de los aportes que brindan a la
comprensión de las dinámicas contemporáneas.
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las dictaduras que gobernaron los países del Cono Sur, en los setenta y
ochenta. La recuperación de las memorias de esas violencias colectivas su-
fridas o padecidas, se convierte en un fenómeno sociopolítico que ejempli-
fica las complejas relaciones entre pasados y presentes, las alternancias de
los retornos y de las recuperaciones, y las dinámicas de los recuerdos y de los
olvidos. En la medida en que tales fenómenos se convierten en objetos his-
toriográficos, fomentan la reflexión historiológica, como la que desarrollan
los artículos finales de esta segunda sección. Interesa destacar que en ellos,
las disquisiciones teóricas surgen del estudio de casos específicos, que res-
ponden a realidades geográficas y epocales disímiles, pero que responden
a pautas estructurales comunes: un conflicto que divide al cuerpo social,
la coexistencia de memorias enfrentadas, la reivindicación de las víctimas
y la condena de los victimarios, las negociación de las evocaciones y de los
olvidos, el regreso —en distintos contextos— de los recuerdos suprimidos,
y los debates sobre el papel que el historiador y el conocimiento histórico
desempeñan en dichos procesos.
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También dentro del plano heurístico, cabe señalar que el análisis de
nuestro presente, tan dependiente de las tecnologías de la información y
de la comunicación, no puede prescindir de la documentación electrónica
y de los archivos digitales públicos y privados. La sustitución progresiva
del papel como soporte por los medios electromagnéticos, y el nacimiento
de repositorios muy diferentes a los clásicos, plantean cuestionamientos
metodológicos que se analizan detenidamente en esta sección.
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I.
EL TIEMPO PRESENTE
Gonzalo Pasamar
Universidad de Zaragoza
«[…]no sólo [es] aquélla en la que se ha tomado o podido ser parte activa o
pasiva, sino también aquélla que sólo se ha alcanzado en los años juveniles […]
pero de la cual existen muchos que fueron de ella actores, y muchos más que son
inmediatos deudos y allegados de ellos.»
1 Este texto está asociado al proyecto de investigación «Economía y política en la construcción del
Estado español moderno, 1650-1808» (Ministerio de Ciencia e Innovación, HAR2008-01074/HIST). Se
trata de una versión resumida, con ciertas modificaciones, del artículo del mismo título publicado en
Tiempos Modernos. Revista electrónica de Historia Moderna, nº 19, 2009/2, pp. 1-34.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Gonzalo Pasamar
2 Modesto Lafuente. Historia General de España. Barcelona: Montaner y Simón, 1880, vol. 5, p. 316.
3 El estudio de su trayectoria pública, en Juan Sisinio Pérez Garzón (ed.). «Modesto Lafuente, ar-
tífice de la Historia de España» en Modesto Lafuente y Zamalloa. Historia General de España desde los
tiempos más remotos hasta nuestros días: Discurso Preliminar. Pamplona: Urgoiti, 2002, pp. 9-42.
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Orígenes de la Historia del presente: el modelo de las «historiae ipsius temporis» en los siglos xvi y xvii.
Los debates sobre qué es la llamada Historia del presente han merecido
recientemente la consideración detenida de los especialistas4. El objeto de
este artículo no es terciar en ellos; pero sí va a retener una de sus más im-
portantes conclusiones: la Historia del presente o contemporánea, antes
que un período cronológico, como se ha supuesto con demasiada ligereza,
es un enfoque, un modo de analizar o interesarse por la historia entendida
como presente-pasado, esto es, como Historia vivida5. Lo que queremos en
este texto es examinar la citada paradoja en sus orígenes y situarla en la
perspectiva amplia de la Historia de la Historiografía. Queremos explorar
sobre todo en qué medida los historiadores de los siglos xvi y xvii descu-
brieron de modo contradictorio la importancia de la historia de su propio
tiempo. Esos historiadores fueron, precisamente, los primeros capaces de
formular análisis históricos de su propia época dotados de una notable
erudición y sentido del cambio —en comparación con los autores antiguos
y medievales—, destacando en particular las «historiae ipsius temporis»,
historias del propio tiempo, un término que utilizaremos para referirnos ge-
néricamente a la Historia contemporánea asociada a la cultura humanista.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Gonzalo Pasamar
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Orígenes de la Historia del presente: el modelo de las «historiae ipsius temporis» en los siglos xvi y xvii.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Gonzalo Pasamar
Ante ese interés fundamentalmente moral —esto es, que valoraba la vir-
tud pública— en llevar las Historiae hasta la propia época, no es extraño,
asimismo, que los autores romanos se mostraran conscientes de los riesgos
que entrañaba contar la historia reciente. En una de las odas horacianas
se puede observar cómo el autor incita a su amigo, el escritor de tragedias
Cayo Asinio Polión, a continuar la historia de la guerra civil entre César
y Pompeyo —una historia que se ha perdido —, y dice de ella que es una
«obra llena de azares peligrosos» en la que «avanzas entre fuegos que re-
cubren engañosa la ceniza» («periculosa plenum opus aleae /et incedis
per ignis/suppositos cineri doloso») (Odas, II, 1)13. Ahora bien, pese a esa
demanda de la clase media o al prestigio de algunos escritores, quienes
llegaron a gozar del favor de algunos emperadores —el caso de Livio res-
pecto a Augusto—, debe recordarse que la Historia siempre jugó un papel
secundario entre las artes liberales de la antigua Roma: no pasó de ser una
parte subsidiaria del Ars Rhetorica; esto es, fue considerada como un «gé-
nero esencialmente oratorio»14 dedicado al recuerdo y a la búsqueda de
ejemplos morales. Narrar los acontecimientos contemporáneos a título de
testigo se consideraba, por lo tanto, como una tarea de políticos y militares
que fueran consumados oradores o expertos retóricos. Éstos, habitualmen-
te en momentos de retiro, se debían aplicar —al menos en teoría— a man-
tener viva la memoria de ciertos hechos militares y comportamientos, de
los cuales se veía muy conveniente extraer lecciones morales15. Incluso, el
haberse retirado definitivamente de la política se apreciaba como un valor
suplementario para aspirar a la objetividad del relato cercano. Así lo expo-
ne Salustio en la introducción a su Conspiración de Catilina, por ejemplo: un
acontecimiento que tan sólo había ocurrido una década antes. Al comien-
zo de la obra explica que se decidió a escribirla «con tanto mayor motivo
cuanto ya me sentía libre de toda aspiración, miedo o inclinación a ningún
partido político»16.
13 Quinto Horacio Flaco. Odas. Edición bilingüe. Buenos Aires: Losada, 2005, pp. 218-19.
14 Marco Tulio Cicerón. Las Leyes. Madrid: Alianza, 1989, L. 1, p. 169.
15 Ibidem, pp. 170-71.
16 Cayo Salustio. La conjuración de Catilina. Guerra de Jugurta. Madrid: Akal, 2001, p. 107. Sobre la
relación entre el concepto de verdad y la reivindicación de «ausencia de prejuicios» entre los auto-
res clásicos, A. J. Woodman. Rhetoric in Classical Historiography. Four Studies. Londres; Sidney: Croom
Helm, 1988, p. 74.
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Orígenes de la Historia del presente: el modelo de las «historiae ipsius temporis» en los siglos xvi y xvii.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Gonzalo Pasamar
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Orígenes de la Historia del presente: el modelo de las «historiae ipsius temporis» en los siglos xvi y xvii.
J. G. A. Pocock. The Machiavellian Moment. Florentine Political Thought and the Atlantic Republican
25 ����������
Tradicion. Princeton: Princeton University Press, 1975, pp. 114-271.
���������� Guicciardini. The History of Italy. Princeton: Princeton University Press, 1969, L. 1, p.
26 �����������
Francesco
32. En lo sucesivo, citaremos en el texto a través de esta edición.
Véase Eric Cochrane. Historians and Historiography in the Italian Renaissance. Chicago: University
27 ������������
of Chicago Press, 1981, pp. 163-97.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Gonzalo Pasamar
Felix Gilbert. Machiavelli and Guicciardini. Politics and History in the Sixteenth Century Florence.
28 �������
Nueva York: W.W. Norton and Company, 1984, pp. 252-54.
29 Sobre su interés previo por la Historia, Ibidem, pp. 228-40; Roberto Ridolfi. The Life of Francesco
Guicciardini. Nueva York: A. A. Knopf, 1968, pp. 21-22, 190-92; y Marc Phillips. Francesco Guicciardini:
The Historian’s Craft. Toronto: University of Toronto Press, 1977, pp. 18-31, 93-103.
30 Los fracasos diplomáticos y militares entre 1527 y 1534, en Roberto Ridolfi. The Life of Francesco
Guicciardini, op. cit., pp. 174-82, 197; su última etapa, Ibidem, pp. 236-54.
31 Ibidem, pp. 258-59 (el último capítulo, no obstante, quedó inconcluso).
32 Eric Cochrane subraya que la Storia d’Italia seguía un «nuevo formato» que no se adaptaba exac-
tamente a ninguno de los modelos disponibles (Historians and Historiography, op. cit., p. 297).
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Orígenes de la Historia del presente: el modelo de las «historiae ipsius temporis» en los siglos xvi y xvii.
siquiera en personajes con los que no simpatiza (como Alejandro VI, Carlos
VIII de Francia, o el milanés Ludovico Sforza); tampoco se observa ningún
deseo de mostrarse incondicional de Clemente VII, que fue el papa para
quien trabajó más tiempo y sobre el que tuvo claros sentimientos encontra-
dos (L. 15, pp. 338 y 345; L. 16, pp. 361-63; L. 18, p. 399).
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Gonzalo Pasamar
35 Una descripción de esos «ciclos de conflicto» de la Storia d’ Italia, Ibidem, pp. 122-27.
36 La valoración de la idea de la «calamità» en los historiadores italianos coetáneos, en Eric Cochra-
ne. Historians and Historiography, op. cit., pp. 163-98.
Marco Tulio Cicerón. De l’Orateur. Livre Deuxième, op. cit., p. 31.
37 �������������
38 Sobre los orígenes del oficio de cronista, Robert B. Tate. «Los trabajos del cronistas cuatrocentista»
en Stvdia Historica. Historia Moderna, vol. 13, 1995, pp. 27-46; y «La Historiografía del reinado de los
Reyes Católicos» en Carmen González y Juan Antonio González Iglesias (eds.). Antonio de Nebrija, op.
cit., pp. 17-28. Además, Teresa Jiménez Calvente. «Teoría historiográfica a comienzos del siglo xvi» en
Alfredo Alvar Ezquerra (coord.). Imágenes históricas de Felipe II. Madrid: Centro de Estudios Cervan-
tinos, 2000, pp. 197-215; y Baltasar Cuart. «La Historiografía aúlica en la primera mitad del siglo xvi:
los cronistas del Emperador» en Carmen González y Juan Antonio González Iglesias (eds.). Antonio
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Orígenes de la Historia del presente: el modelo de las «historiae ipsius temporis» en los siglos xvi y xvii.
de Nebrija, 39-58. La tesis del «patriotismo étnico», para diferenciarlo del nacionalismo del siglo xix, en
José Álvarez Junco. Mater Dolorosa. La idea de España en el siglo xix. Madrid: Taurus, 2002, p. 62.
39 Véase Vincent Luciani. Francesco Guicciardini and his European Reputation. Nueva York: Karl Otto
and Company, 1936.
40 Luis Cabrera de Córdoba. De Historia para entenderla, op. cit., p. 73.
Jean Bodin. Method for the easy Comprehension, op. cit., pp. 43-84.
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42 Ejemplos en Vicent Luciani. Francesco Guicciardini, op. cit., pp. 14, 140, 155, 171. Además, Jean
Bodin. Method for the easy Comprehension, op. cit., pp. 60-61.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Gonzalo Pasamar
43 T. C. Price Zimmermann. Paolo Giovio. The Historian and the Crisis of the Sixteenth-Century Italy.
Princeton: Princeton University Press, 1995, pp. 25-26, 31. Su confianza en la «Pax Imperii» y el desen-
gaño final, Ibidem, pp. 36, 41, 44, 125, 182.
T. C. Price Zimmermann. Paolo Giovio, op. cit., pp. 25, 67-69, 125, 129-30, passim.
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Orígenes de la Historia del presente: el modelo de las «historiae ipsius temporis» en los siglos xvi y xvii.
45 Eduard Fueter. Historia de la Historiografía moderna. Buenos Aires: Nova, 1953, vol. 1, pp. 66-67.
Fueter dibuja a Giovio como una suerte de periodista perfectamente consciente de su capacidad de
influencia sobre la opinión pública. Mucho mejor la imagen de cronista «indócil» del Emperador que
plantea Baltasar Cuart: «Jiovio en España. Las traducciones castellanas de un cronista del Emperador»
en Francisco Sánchez-Montes González y Luis Castellano (eds.). Carlos V, europeismo y universalidad.
Madrid: Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Carlos V y Felipe II, 2001, vol.
5, pp. 212-13.
Véase T. C. Price Zimmermann. Paolo Giovio, op. cit., pp. 63, 264-65; y Baltasar Cuart. «Jiovio en
46 �������������
España…», op. cit., p. 208. Incluso no lo tendrá en alta estima Jacob Burkhardt, quien usa con frecuen-
cia sus biografías (La cultura del Renacimiento en Italia [1860]. Madrid: edaf, 1982, p. 259).
T. C. Price Zimmermann. Paolo Giovio, op. cit., pp. 241-43.
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48 Ibídem, pp. 235-74; Eric Cochrane. Historians and Historiography, op. cit, pp. 374-75.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Gonzalo Pasamar
49 Consultado a través de la edición de hipertexto de Dana F. Sutton, The University of California,
Irvine. Sobre Camden y la erudición inglesa de la época, F. Smith Fussner. The Historical Revolution.
English Historical Writing and Thought, 158-1640. Londres: Routledge and Kegan Paul, 1962, pp. 117-49,
230-52.
50 Las ediciones del siglo xviii, examinadas en Samuel Kinser. The Works of Jacques-Auguste de Thou.
La Haya, Martinus Nijhoff, 1966, pp. 264-67, 269-95.
Jacques-Auguste de Thou. Mémoires, 1553-1601. París, Paleo, 2004, p. 274.
51 �����������������
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Orígenes de la Historia del presente: el modelo de las «historiae ipsius temporis» en los siglos xvi y xvii.
52 Ingrid A. R. de Smet. Thuanus. The Making of Jacques-Auguste de Thou (1553-1617). Ginebra: Librai-
rie Droz, 2006, pp. 216-21.
Jacques-Auguste de Thou. Mémoires, op. cit., pp. 31-44.
53 �����������������
Así la caracteriza Claude-Gilbert Dubois. La conception de l’Histoire en France au xvie siècle, (1560-
54 �����������������������������������
1610). París: A. G. Nizet, 1977, pp. 173-74.
55 ����������������������
Al respecto, Arlette Jouanna. «Histoire et polémiques en France dans la deuxième moitié du
xvième siècle» en Storia della Storiografia, nº 2, 1982, pp. 57-76.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Gonzalo Pasamar
Jacques-Auguste de Thou. Histoire Universelle depuis 1543 jusqu’en 1607. Traduite sur l’ édition
56 �����������������
latine de Londres. Londres: 1734, Tome Quatorzième 1601-1607, pp. 1-4.
57 Sobre la compleja elaboración de la obra y sus partes, Samuel Kinser. The Works of Jacques-Auguste
de Thou, op. cit., pp. 80-85.
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Orígenes de la Historia del presente: el modelo de las «historiae ipsius temporis» en los siglos xvi y xvii.
58 Véase el análisis de José Antonio Maravall. «La corriente doctrinal del tacitismo político en Es-
paña» en Cuadernos Hispanoamericanos, nº 238-240, octubre-diciembre 1969, pp. 647 y ss; y el clásico
de Friedrich Meinecke. La idea de razón de Estado en la Edad Moderna. Madrid: Instituto de Estudios
Políticos, 1959, pp. 68-69.
Francis Bacon. The Advancement of Learning and New Atlantis. Oxford: Clarendon Press, 1974, pp.
59 ���������
71-76 (sobre todo p. 73).
60 Ricardo García Cárcel. «Gracián y la Historia» en Boletín de la Fundación Federico García Lorca, nº
29-30, 2001, pp. 142-44.
61 Sobre la difusión de Tácito en Europa, Beatriz Antón Martínez. El Tacitismo en el siglo xvii: el
proceso de receptio. Valladolid: Universidad de Valladolid, 1992. Ejemplos relativos a la Historiografía
inglesa en Peter Burke. The Renaissance Sense of the Past. Londres: Edward Arnold, 1969, pp. 92-104, y
Howard D. Weinbrot. «Politics, Taste, and Nationa����������������������������������������������������
l Identity: Some Uses of Tacitism in Eighteenth Cen-
tury Britain» en T. J. Luce y A. J. Woodman (eds.). Tacitus and the Tacitean Tradition. Princeton: Princeton
University Press, 1993, pp. 168-184.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Gonzalo Pasamar
62 Fr. Jerónimo San José. Genio de la historia, Vitoria, El Carmen eds., 1957, p. 359.
63 Baltasar Gracián. Obras Completas. Madrid: Fundación de Literatura Universal-Espasa Calpe,
2001, p. 1095.
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Orígenes de la Historia del presente: el modelo de las «historiae ipsius temporis» en los siglos xvi y xvii.
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Definiciones y tensiones en la formación
de una Historiografía sobre el pasado reciente
en el campo académico argentino
Luciano Alonso
Universidad Nacional del Litoral
Es sabido que abundan los análisis (y las dudas) sobre el estatuto epis-
temológico de aquello que se da en llamar Historia reciente, inmediata, del
tiempo presente, actual, fluyente (current) o coetánea, denominaciones de
ningún modo equivalentes pero equiparables en su pretensión de definir el
conocimiento sobre una temporalidad en la que los investigadores mismos
se encuentran inmersos. Al mismo tiempo se indaga desde muy variados
enfoques la relación de ese espacio disciplinar con las memorias sociales,
en una bibliografía que no sólo ya reconoce sus clásicos sino que además
crece exponencialmente y tiende a girar sobre tópicos repetidos.
1 Marina Franco; Florencia Levín (comps.). Historia reciente. Perspectivas y desafíos de un campo en
construcción. Buenos Aires: Paidós, 2007.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Luciano Alonso
2 Cf. sobre ello Hernán Apaza, Por una Historia de la Historia reciente. Propuestas para un programa de
investigación, en esta misma compilación, que incluye además el análisis de algunas propuestas inclui-
das en el texto de Franco y Levín citado en la nota precedente.
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Definiciones y tensiones en la formación de una Historiografía sobre el pasado reciente en el campo académico argentino
Digo que esa distinción es abusiva porque las fronteras entre esos gru-
pos no son claras. No sólo se plantean problemas de reconocimiento y po-
sicionamiento relativo, sino que algunos actores individuales o colectivos
pueden participar en más de un espacio. Para citar un ejemplo muy conoci-
do basta señalar que —como lo destacara Oscar Videla en un breve artículo
que le valió la crítica de muchos compañeros académicos— un personaje
tan integrado al ambiente mediático como Felipe Pigna se formó en rigor
en un ámbito académico universitario y puede pretender transferir del
mismo insumos determinados para una actividad mercantil que él entien-
de como divulgación3. Por su parte, diversos profesionales vinculados a
una izquierda partidaria más o menos tradicional cruzan sin duda esos dos
grandes ámbitos, en tanto se desempeñan como docentes universitarios y
poseen una experticia que los habilita para el trabajo disciplinar, pero al
mismo tiempo presentan enfoques que muchas veces tienen que ver con la
aplicación de un cierto «sentido común» más que con prevenciones meto-
dológicas —aunque de seguro lo mismo puede decirse de muchos profe-
sionales con imaginarios derechistas—.
3 Oscar Videla. «Historiografía argentina y divulgación. Reflexiones alrededor del libro Los mitos
de la Historia argentina de Felipe Pigna» en Historia Regional, nº 22. Villa Constitución: Instituto Superior
del Profesorado, nº 3, 2004, p. 146.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Luciano Alonso
4 Una mirada entonces preocupada por esas cuestiones, aunque en sentidos diversos del que pre-
sento en estas páginas, en Hilda Sábato. «La Historia en guerra. ¿Hacia una nueva ortodoxia?» en
Punto de Vista, Buenos Aires: nº 51, abril de 1995.
5 Hay que señalar la edición o reedición constante de textos de síntesis, entre los que caben destacar
tres Historias generales en varios tomos (una de ellas continuada para abarcar los tiempos más cercanos
y otras dos nuevas): la Historia Argentina de Editorial Paidós, la Nueva Historia Argentina dirigida por
Juan Suriano bajo edición de Sudamericana y la Nueva Historia de la Nación Argentina de la Academia
Nacional de la Historia editada por Planeta. Para una Historia regional que me toca particularmente,
me permito citar la Nueva Historia de Santa Fe dirigida por Darío Barriera y publicada por Prohistoria /
La Capital. La noción de «novedad» de las tres nuevas colecciones citadas no hace sólo a sus enfoques,
sino muy particularmente al hecho de que abordan la historia reciente. En cuanto a síntesis abarcado-
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Definiciones y tensiones en la formación de una Historiografía sobre el pasado reciente en el campo académico argentino
ras, es necesario tener en cuenta un texto de divulgación cuyo impacto es inmenso y que se ha con-
vertido en el sentido común de estudiantes y docentes, cual es la obra de Luis Alberto Romero. Breve
Historia contemporánea de Argentina, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, varias ediciones.
6 Luciano Alonso. Defensa de los derechos humanos y cultura política: entre Argentina y Madrid, 1975-
2005. Tesis de la VI Maestría en Historia Latinoamericana, Universidad Internacional de Andalucía, Se-
de Iberoamericana Santa María de La Rábida; y El movimiento por los derechos humanos en Santa Fe: sujeto
local y cambio social en el contexto del sistema-mundo. Tesis de la Maestría en Ciencias Sociales, orientación
Sociología Política, Santa Fe, Universidad Nacional del Litoral. Ambas investigaciones han dado lugar
a ponencias y artículos de cuya cita me eximo.
7 Elizabeth Jelin. «Los derechos humanos y la memoria de la violencia política y la represión: la
construcción de un campo nuevo en las ciencias sociales» en Estudios Sociales. Santa Fe: Universidad
Nacional del Litoral, nº 27, 2004.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Luciano Alonso
temas o problemáticas que lo habitan (como el terror estatal, los centros clan-
destinos de detención y desaparición; la militancia y la movilización de masas
de los años sesenta y setenta; la resistencia a la dictadura, la emergencia de los
organismos de derechos humanos y los reclamos y luchas contra la impunidad,
entre otros)»8.
8 Alejandra Oberti; Roberto Pittaluga. «Temas para una agenda de debate en torno al pasado
reciente» en Políticas de la Memoria. Buenos Aires: CeDinCI, nº 5, 2004/2005, p. 9.
9 En el ámbito de las ciencias políticas hubo un temprano antecedente en la colección Política e
Historia del Centro Editor de América Latina, coetáneo de los trabajos de Jelin y muchos otros y que se
convirtió durante mucho tiempo en una solitaria visión de conjunto: Héctor Ricardo. El movimiento por
los derechos humanos y la política argentina. Buenos Aires: ceal, 1989.
10 Carol Solís; Silvina Oviedo. «Urgencia, agencia e identidad en la conformación del movimiento
por los derechos humanos. Argentina, 1977-1981», ponencia presentada ante las VIII Jornadas Interescue-
las y Departamentos de Historia, Salta, 2001.
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Definiciones y tensiones en la formación de una Historiografía sobre el pasado reciente en el campo académico argentino
11 Por ejemplo: Asociación Madres de Plaza de Mayo. Nuestros hijos. Buenos Aires: Contrapunto,
1987; Abuelas de Plaza de Mayo. Niños desaparecidos en la Argentina desde 1976. Buenos Aires: edición
propia, 1990; Arturo Blatezky (comp.). Documentos fundamentales y declaraciones públicas del Movimiento
Ecuménico por los Derechos Humanos, 1976-2002. Buenos Aires: MEDH, 2002; AA. VV., Historia de las
Madres de Plaza de Mayo. Buenos Aires: Madres de Plaza de Mayo, 2003. Una versión publicistica en
Asociación Madres de Plaza de Mayo. «¡Hasta la victoria siempre, queridos hijos!» en Suplemento del
Diario Página/12. Buenos Aires: 6 de mayo de 2007. Para el caso de Santa Fe, el relato de los organismos
se plasmó en medh, amsafe y Acción Educativa, Boletín de la campaña 1999. «Los chicos y las chicas tienen
la palabra». Santa Fe: 1999; con datos luego reiterados en Gabriela Almirón y otros. Los chicos y las chicas
tienen la palabra. Derechos humanos y educación: una construcción colectiva. Santa Fe: Universidad Nacional
del Litoral, 2000.
12 Ulises Gorini. La rebelión de las Madres. Historia de las Madres de Plaza de Mayo. Buenos Aires:
Norma, tomo I (1976-1983) y tomo II (1983-1986), 2006-2007; Miguel Galante. «En torno a los orígenes
de las Madres de Plaza de Mayo y su resistencia al Estado terrorista. Aproximaciones a sus relatos y
significados», ponencia presentada en el II Coloquio Internacional Historia y Memoria. Los usos del pasado
en sociedades posdictatoriales. Universidad Nacional de La Plata: septiembre de 2006 (hay edición del
Programa de Historia Oral de la Universidad de Buenos Aires). Este último texto está realizado y pre-
sentado en el marco de una institución académica, pero su formato lo acerca a la identificación entre
memoria e Historia propio de los relatos testimoniales.
13 V. g. el temprano texto de Alejandro Dorrego y Victoria Azurduy. El caso argentino: hablan sus
protagonista. México: Prisma, 1977, en el que si bien se intentaba documentar mediante entrevistas la
situación argentina no era menos patente su carácter testimonial. En un registro diferente, que combina
entrevistas a exiliados políticos con otras a emigrados que abandonaron Argentina por diversos moti-
vos y en distintas épocas, Ana Barón; Mario del Carril; Albino Gómez. Por qué se fueron. Testimonios
de argentinos en el exterior. Buenos Aires: Emecé, 1995; con la secuela de Albino Gómez. Exilios (Porqué
volvieron). Santa Fe: Homo Sapiens; Tea, 1999. Otros estilos en Carlos Ulanovsky. Seamos felices mientras
estamos aquí. Crónicas del exilio. Buenos Aires: Sudamericana, 2001 y en Diana Guelar y otros, Los chicos
del exilio. Argentina, 1975-1984. Buenos Aires: El País de Nomeolvides, 2002.
14 Un abordaje seminal en ese sentido en Lilian Heker; Julio Cortázar. «Polémica. Exilio y litera-
tura» en Cuadernos Hispanoamericanos nº 517/519, 1993. El mejor exponente de esta veta analítica es
probablemente el texto de Jorge Luis Bernetti; Mempo Giardinelli. México: el exilio que hemos vivido.
Bernal: Universidad Nacional de Quilmes, 2003.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Luciano Alonso
15 Marina Franco. «El exilio argentino, entre la memoria y la Historia. Primeras aproximaciones»,
ponencia presentada a las VIII Jornadas Interescuelas y Departamentos de Historia de Universidades
Nacionales de la República Argentina, Salta, septiembre de 2001.
16 Pablo Yankelevich (comp.). Represión y destierro. Itinerarios del exilio argentino. La Plata: Al Margen,
2004.
17 Silvina Jensen. La huída del horror no fue olvido. El exilio político argentino en Cataluña (1976-1983).
Barcelona: Bosch, 1998; y La provincia flotante. El exilio argentino en Cataluña (1976-2006). Barcelona: Fun-
dació Casa Amèrica Catalunya, 2007. De Guillermo Mira Delli-Zotti, «¿Sobrevivir o vivir en Madrid?
Exiliados argentinos del 76» en Ángel Espina Barrio (ed.). Antropología en Castilla y León e Iberoamérica.
V – Emigración e integración cultural. Salamanca: Universidad de Salamanca, 2003; «La singularidad del
exilio argentino en Madrid: entre las respuestas a la represión de los setenta y la interpelación a la Ar-
gentina posdictatorial» en Pablo Yankelevich (comp.), Represión y destierro…, op. cit.; «Voces distantes,
otras miradas examinan el círculo de hierro. Política, emigración y exilio en la declinación argenti-
na» en Exilios: Historia reciente de Argentina y Uruguay, monográfico de América Latina Hoy, Salamanca:
Universidad de Salamanca, nº 34.2003; «Formas de resistencia contra la dictadura militar argentina
1976-1983: la Revista Resumen» en Ángel Espina Barrio (ed.). Poder, política y cultura. Antropología en
Castilla y León e Iberoamérica. VII. Pernambuco: Massagana, 2005; y «Raíces y paradojas del conflicto
en la Argentina contemporánea: de la utopía revolucionaria a la emigración y la exclusión» en Ángel
Espina Barrio (ed.). Conflicto y cooperación. Antropología en Castilla y León e Iberoamérica. VIII. Salamanca:
Diputación de Salamanca, 2005.
18 Margarita del Olmo. La construcción cultural de la identidad: emigrantes argentinos en España. Ma-
drid: Universidad Complutense de Madrid, 1990; La utopía en el exilio. Madrid: csic, 2002; y «El exilio
después del exilio» en Exilios: Historia reciente de Argentina y Uruguay, op. cit. Nótese que el primer
texto se pensaba desde la noción de emigración y sin un contenido explícitamente político, en tanto
que los dos siguientes se estructuraron en función del concepto de exilio y una clara preocupación por
la acción política.
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Definiciones y tensiones en la formación de una Historiografía sobre el pasado reciente en el campo académico argentino
19 Arrancando erróneamente con el supuesto de que el sumario respectivo se inicia «a partir de los
desaparecidos españoles en Argentina», el texto se pretende un reportaje «en los bordes de la noticia».
Construyendo una crónica de los acontecimientos en el momento en el cual el ex dictador chileno y
entonces senador vitalicio Augusto Pinochet Ugarte se encontraba temporalmente detenido en Lon-
dres, los autores apelan a recursos literarios de dudoso buen gusto para un trabajo que se pretende
de no-ficción y se inscribe dentro del «nuevo periodismo», como ser apelativos pomposos para quie-
nes admiran y calificativos no fundados para aquellos a quienes denigran. Si bien se asienta en una
correcta y completa compulsa periodística, el texto realiza afirmaciones contundentes sobre aspectos
no suficientemente aclarados. En el relato de los acontecimientos Bermúdez y Gasparini adoptan una
línea de interpretación apegada a algunos de los actores y atacan a la agrupación política española
Izquierda Unida, que integra la acusación popular en los «juicios de Madrid». Norberto Bermúdez;
Juan Gasparini. El testigo secreto. Buenos Aires: Javier Vergara, 1999, entrecomillados de pp. 13 y 14,
respectivamente.
20 Eduardo Anguita. Sano juicio. Baltazar Garzón, algunos sobrevivientes y la lucha contra la impunidad en
Latinoamérica. Buenos Aires: Sudamericana, 2001. Probablemente la edición del texto de Anguita no sea
ajena a un posicionamiento en los debates internos de los emigrados políticos argentinos, ya que una
fracción de la Asociación Argentina por los Derechos Humanos de Madrid entendió que respondía a la
estrategia de un grupo enfrentado.
21 Guillermo Mira Delli-Zotti, «La singularidad del exilio argentino…», op. cit., nº 36, p. 107.
22 Para ilustrar esto baste un ejemplo que no refiere al campo temático de esa investigación periodís-
tica en sí: en la primera página de la introducción se dice que la orden del bombardeo atómico sobre
Hiroshima y Nagasaki fue impartida por Harry Truman apenas cuatro meses después de suceder al
desaparecido Teodoro Roosevelt (Eduardo Anguita. Sano juicio…, op. cit. p. 11). Lamentable confusión,
ya que el presidente estadounidense fallecido al término de la Segunda Guerra Mundial fue Franklin
Delano Roosevelt.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Luciano Alonso
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Definiciones y tensiones en la formación de una Historiografía sobre el pasado reciente en el campo académico argentino
25 Un caso paradigmático es el que hace a la discusión sobre el número de detenidos desapareci-
dos. Durante casi tres décadas los organismos de derechos humanos defendieron la cifra simbólica de
30.000 —que nunca quiso ser exacta—, mientras que los trabajos académicos se limitaban mayormente
a los 8.900 registrados por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (conadep). Hoy se
sabe que el Ejército tenía registrados 22.000 casos en junio de 1978, al tiempo que aún se suelen esta-
blecer desapariciones nunca anotadas, por lo cual la estimación del movimiento de derechos humanos
parece más razonable que la reconocida por los medios académicos. Cf. Hugo Alconada Mon. «El
Ejército admitió 22.000 crímenes» en Diario La Nación, Buenos Aires: 24 de marzo de 2006.
26 Marina Franco; Florencia Levín (comps.). Historia reciente…, op. cit., p. 16.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Luciano Alonso
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Definiciones y tensiones en la formación de una Historiografía sobre el pasado reciente en el campo académico argentino
28 Mariana Caviglia. Dictadura, vida cotidiana y clases medias. Una sociedad fracturada. Buenos Aires:
Prometeo Libros, 2006, pp. 320-321.
29 Verónica V. Maceira. «La recurrencia del recuerdo. Prácticas de historización entre trabajadores
desocupados del conurbano bonaerense» en Prohistoria, Rosario, nº 9, primavera 2005; el entrecomi-
llado es de p. 167. Me eximo de reproducir algunas de las citas de las entrevistas presentadas por la
autora, que pese a todas sus explicaciones y contextualizaciones no pueden resultar más que dolorosas
al dejarnos la impresión de que la dictadura puede funcionar en el imaginario de muchos trabajadores
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Luciano Alonso
Y además, ¿es que sólo la Historia reciente parte del dolor? De seguro
que conviene recordar que la Historia, tal como surgió en Occidente, se
constituyó como discurso de legitimación de la dominación. Sin embargo,
también se formó como su contrario: como discurso contraideológico en
el cual el dolor de los oprimidos actuó como acicate para el conocimiento.
Con Max Horkheimer y Walter Benjamin, la Historiografía aparece al mis-
desocupados como un período de paz, bonanza y respeto por las normas, sin que espontáneamente se
planteen ninguna relación entre ella y los sucesos posteriores de la historia argentina contemporánea.
30 Diario Página/12, Buenos Aires: días 28 de diciembre de 2005 (p. 8), 18 de marzo (p. 8) y 3 de
mayo de 2006 (p. 7). Al momento de escribir estas páginas, la exhumación de los cuerpos es lenta y
discontinua.
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Definiciones y tensiones en la formación de una Historiografía sobre el pasado reciente en el campo académico argentino
No sólo no hay entonces traumas totales vividos por todo el conjunto so-
cial, sino que la totalidad de la historia de la humanidad —y por extensión,
toda Historiografía— puede ser pensada a partir del dolor y de las violen-
cias fundantes de la dominación. ¿Deberíamos entonces renunciar en blo-
que al concepto y sus implicancias? De ninguna manera. Aunque se pueda
dudar de la relevancia del trauma, se lo ponga en cuestión como fractura
e incluso se reconozcan las dificultades de identificar los modos de trans-
misión social de síntomas postraumáticos, le damos centralidad porque
decimos que eso nos importa. Si la Historia reciente puede pensarse des-
de ese concepto, es porque desde una perspectiva ético-política decidimos
que así sea. Reconocer un trauma histórico —sea el terror de Estado, sean
otros— supone un proceso autocrítico de pensamientos y prácticas con
trascendencia política y social. No para una mera victimización sustitutiva
y empática o un discurso de lo sublime, sino en pos de una indagación so-
bre aquello que consideramos relevante en función de una lucha política,
de un conflicto social, o simplemente de un episodio más de la guerra civil
latente a toda sociedad32.
31 René Lourau. «Instituido, instituyente, contrainstitucional» en Christian Ferrer (comp.). El len-
guaje libertario. Antología del pensamiento anarquista contemporáneo. La Plata; Buenos Aires: Altamira,
1998, p. 112. Respecto de los otros autores aludidos me remito a Max Horkheimer. Teoría crítica. Buenos
Aires: Amorrortu, 1990 y Walter Benjamin. «Tesis sobre filosofía de la historia» —especialmente vi a
viii—, en Discursos interrumpidos. I. Filosofía del arte y de la historia. Buenos Aires: Taurus, 1989.
32 Aunque originalmente refieren al trauma y en particular a la forma específica de la memoria trau-
mática como objetos de un nuevo campo o subcampo de investigaciones, extrapolo aquí observaciones
de Dominick Lacapra. Historia en tránsito. Experiencia, identidad, teoría crítica. Buenos Aires: Fondo de
Cultura Económica, 2006, capítulo III «Estudios del trauma: sus críticas y vicisitudes». La noción de
un conflicto siempre al borde de la guerra civil como elemento constitutivo del término «sociedad» en
Barrington Moore. La injusticia: bases sociales de la obediencia y la rebelión. México: Universidad Nacional
Autónoma de México, 1996, p. 25.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Luciano Alonso
33 Julio Aróstegui. La Historia vivida. Sobre la Historia del presente. Madrid: Alianza, 2004, passim. Per-
sonalmente no comparto la identificación de Aróstegui de un tiempo axial hacia 1989-1991 y prefiero
defender la posibilidad de pensar como matriz histórica la constitución de un modo de dominación es-
pectacular en las áreas con procesos de centro y la nueva externalización de la violencia hacia las áreas
con procesos de periferia entre 1950-1970, pero eso sería objeto de otra larga discusión.
34 Hilda Sábato. «Saberes y pasiones del historiador. Apuntes en primera persona» en Marina Fran-
co; Florencia Levín (comps.). Historia reciente…, op. cit., p. 226. La referencia es a la autobiografía de
Eric Hobsbawm. Años interesantes. Una vida en el siglo xx. Barcelona: Crítica, 2003.
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Definiciones y tensiones en la formación de una Historiografía sobre el pasado reciente en el campo académico argentino
Podríamos seguir citando diversos casos en los cuales las materias tra-
tadas eran temporalmente cercanas, había testigos de los acontecimientos
—que muchas veces fungían de fuentes de información sin demasiado ri-
gor metodológico— y la implicación de los historiadores era inmediata.
Así como también encontraríamos otros ejemplos de textos contrarios en
los cuales se negaba la posibilidad de que la Historia acometiera el análisis
de un tiempo presente. Y es que en el siglo xix, la Historia, la memoria y
la política ya aparecían inextricablemente unidas. En ese siglo burgués los
historiadores no sólo se plantearon cuestiones epistemológicas fundamen-
tales37, sino que además expresaron visiones de la Historia fusionadas con
la política notabiliar y discutieron los márgenes a los que debía ceñirse.
Es claro que esas concepciones buscaban explicar y autenticar su propio
presente, aunque también que las élites y clases dominantes europeo-occi-
dentales estaban inmersas en un proceso de formación de esferas públicas
35 Manuel María Cervera. Historia de la ciudad y provincia de Santa Fe, 1573-1853. Contribución a la
Historia de la República Argentina. Santa Fe: La Unión, 1907.
Jules Michelet. Histoire du xixe. siècle. L’Etudiant, 1877, 3 tomos; hay edición de Flammarion, París,
36 �������
1982.
37 Aunque su pragmatismo es por lo menos excesivo y homologa crisis disciplinares de diversa
índole, la gran virtud de Gérard Noiriel ha sido recordarnos que muchos debates epistemológicos que
solemos estimar de última moda se presentaron —con otros modos discursivos y presupuestos muy
diversos— a lo largo de todo el proceso de formación de la Historia como disciplina científica en el
siglo xix, observación que podría extrapolarse a lo que nos ocupa. Gérard Noiriel. Sobre la crisis de la
Historia. Madrid: Cátedra, 1997.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Luciano Alonso
38 A propósito de una materia absolutamente diferente, Alain Guerreau ha destacado cómo se ocul-
tan u olvidan desarrollos elaborados muy anteriormente con un máximo de racionalidad, tendiendo a
veces a recomenzar de cero, y con su típico estilo polémico ha indicado que para avanzar teóricamente
«no es indispensable hacer pasar por nuevo lo que otros han explicado y expresado con suficiente
claridad hace ciento cincuenta años». Alain Guerreau. El feudalismo. Un horizonte teórico. Barcelona:
Crítica, 1984, p. 41.
39 Es la interpretación de Marina Franco; Florencia Levín (comps.). Historia reciente…, op. cit., passim.
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Definiciones y tensiones en la formación de una Historiografía sobre el pasado reciente en el campo académico argentino
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Luciano Alonso
Por qué existe una Historia del pasado reciente es algo que no se puede
responder desde la preexistencia de una fractura que constituya el objeto his-
toriográfico o de un régimen de historicidad determinado. Adicionalmente,
apuntemos que tampoco tiene un sesgo metodológico distintivo, como no
sea el peso otorgado en ocasiones a las fuentes orales. El corolario que se
puede extraer de estas observaciones es inquietante. Si el abordaje de pa-
sados recientes no es un fenómeno historiográfico en evolución lineal ni
responde estrictamente a la lógica de desarrollo de la propia disciplina, lo
que lo habilita o lo clausura es sólo una configuración política
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Definiciones y tensiones en la formación de una Historiografía sobre el pasado reciente en el campo académico argentino
Si decidimos que esa definición tiene sentido, atrás de ella corren las
diferencias en los recortes temporales, las atribuciones de significado, las
opciones metodológicas y otras formas de delimitación de las reglas del
campo. Pero también los cargos de docencia e investigación, las líneas de
becas, la subvención de publicaciones, las invitaciones a congresos, los re-
conocimientos de los pares y de actores exteriores a la academia. En suma,
todas las implicancias en términos de distribución de diversos capitales.
Aunque la formación del campo parece ser muy embrionaria e incluir un
mundo de discursos y representaciones en tensión con algunos de los acto-
res académicos, que reclaman una mayor «profesionalización», no está de
más enfatizar que todo campo académico es una construcción política que
permite la distribución de recursos.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Luciano Alonso
44 Daniel Lvovich. «Historia reciente de pasados traumáticos. De los fascismos y colaboracionismos
europeos a la historia de la última dictadura argentina» en Marina Franco; Florencia Levín (comps.).
Historia reciente…, op. cit., p. 119.
45 Mattei Dogan. «Las nuevas Ciencias Sociales: grietas en las murallas de las disciplinas» en La
Iniciativa de Comunicación, 12 de enero de 2003, http://www.comminit.com/la/index.html.
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Definiciones y tensiones en la formación de una Historiografía sobre el pasado reciente en el campo académico argentino
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Luciano Alonso
Hace unos quince años, Sergio Bologna, al tratar sobre los enfoques his-
toriográficos relativos al nazismo, señalaba que la «cultura historiográfica
de hoy es una cultura académica y no hay nada más lejano de la “pasión
civil” que la llamada investigación universitaria»46. Quizás la Historia re-
ciente nos permita revertir ese alejamiento.
46 Sergio Bologna. Nazismo y clase obrera. 1933-1993. Madrid: Akal, 1999, p. 46.
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Por una Historia de la Historia reciente.
Propuestas para un programa de investigación
Hernán Apaza
Universidad Nacional del Litoral
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Hernán Apaza
Hoy resulta aun más evidente la expansión del interés de aquellos inves-
tigadores dedicados a la Historia de la Historia, que actualmente comprende
inequívocamente a «productos intelectuales, discursos, ideas, imágenes,
instituciones, operaciones realizadas por el Estado a través de sus aparatos,
en particular el escolar»3. Este hecho ha contribuido a revalorizarla, a je-
rarquizarla. Y si bien son numerosos los trabajos sólidamente construidos
que pueden presentarse como evidencia del crecimiento de esta área, es
fácilmente identificable un vacío, una carencia. Nos referimos a la ausen-
cia de reflexiones disciplinarmente fundadas sobre los modos de produc-
ción de la Historiografía académica actual. Desde ya, resulta vital romper
el cerco —el sesgo— academicista y, consecuentemente, la pretensión del
monopolio de la producción de discursos legítimos sobre el pasado que
recurrentemente moviliza a los historiadores vinculados a universidades y
centros de investigación, para integrar estas producciones a otras narrati-
vas que circulan el espacio público. Pero lo cierto es que la situación de lo
que aquí denominaremos «campo historiográfico» requiere ser atendida.
Esta ausencia manifiesta un estado de cosas en el propio campo historio-
gráfico que hoy queremos que sea puesto en cuestión.
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Por una Historia de la Historia reciente. Propuestas para un programa de investigación
4 Marina Franco; Florencia Levín. «Introducción» en Marina Franco; Florencia Levín. Historia
reciente. Perspectivas y desafíos para un campo en construcción. Buenos Aires: Paidós, 2007, p. 15, nota 1.
5 Los artículos dedicados a la temática pueden ser encontrados en revistas que exceden temáti-
camente a la Historia reciente. Sin embargo, existe una innumerable cantidad de publicaciones que es-
pecíficamente tratan temas de historia reciente. Nos remitimos a la lista de «publicaciones periódicas»
disponibles en la Biblioteca de la Comisión Provincial por la Memoria, de Buenos Aires, cuya sede está
en la ciudad de La Plata. Disponible en Internet en http://www.comisionporlamemoria.org/bibliote-
ca_listadopublicaciones.htm.
6 Entre otras, podemos destacar: Escuela de Historia/Centro Latinoamericano de Investigacio-
nes en Historia Oral y Social (clihos), Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Nacional de
Rosario; cish (Centro de Investigaciones Socio-Históricas), Facultad de Humanidades y Ciencias de
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Hernán Apaza
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Por una Historia de la Historia reciente. Propuestas para un programa de investigación
«[…] El libro ha sido concebido como un todo integrado, a partir de una mirada
global que pretende abordar de manera sistemática e interrelacionada algunos
aspectos esenciales para la investigación sobre el pasado cercano. El lector no en-
contrará temas ni discusiones cerradas, sino más bien una serie de herramientas
para el debate o, de otro modo, una agenda de problemas específicos que requieren ser
retomados, revisados y rediscutidos en profundidad.»12
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Hernán Apaza
Llegado a este punto, deseo dirigir la atención hacia uno de los capítulos
del libro, escrito por Hilda Sábato15, a partir del cual realizaré una inter-
vención vinculada a la identificación de lo que asumo como una ausencia
en materia historiográfica y de la que Saberes y pasiones… es un claro sínto-
ma: salvo puntuales y escasos aportes, no existen estudios sistemáticos y
profundos sobre la construcción y consolidación del campo historiográfico
académico en la Argentina posdictatorial o, formulado en otros términos,
una Historia de la Historiografía reciente en la Argentina.
13 Entre los autores que participan de esta publicación, de acuerdo a su titulación, encontramos seis
historiadores (Vera Carnovale, Marina Franco, Florencia Levín, Daniel Lvovich, Roberto Pittaluga e
Hilda Sábato), dos antropólogos culturales (Ludmila da Silva Catela y Sergio Visacovsky), una sociólo-
ga (Elizabeth Jelin), un cientista político (Enzo Traverso), una investigadora proveniente del campo de
la educación (Silvia Finocchio) y un investigador del área de la Comunicación (Alejandro Kaufman).
14 Marina Franco; Florencia Levín. «Introducción», op. cit., p. 18, el destacado me pertenece.
15 Hilda Sábato. «Saberes y pasiones del historiador. Apuntes en primera persona», op. cit., pp.
221-233.
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Por una Historia de la Historia reciente. Propuestas para un programa de investigación
«En el caso argentino, a los problemas que en general plantea la Historia reciente
se agrega la carga traumática de un pasado cercano que ha afectado de manera
directa a muchos de quienes podríamos hoy dedicarnos a estudiarlo»16.
Y más explícitamente:
2. Materiales de construcción
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Hernán Apaza
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Por una Historia de la Historia reciente. Propuestas para un programa de investigación
Entre estos textos, dos cosas son las que más llaman nuestra atención: en
primer lugar, en el libro de Biagini, Clementi y Bou es claro que los autores
no operan con el vector diferencial dominante actual que determina qué obras
están dentro del campo historiográfico y cuáles no (y correlativamente, sus
productores). Es justamente el origen de dicho vector el que pretendemos
historizar cuando abogamos por una Historia de la Historiografía recien-
te; por otro lado, Campione narra el período en el cual el grupo que él
identifica con la posición historiográfica dominante durante los ochenta y
noventa, se posicionó favorablemente a la salida del régimen de terror de
Estado. Sin embargo, más allá de alguna aseveración al respecto, no aporta
pruebas que expliquen cómo y porqué se constituyeron en dominantes. La
obra se resiente debido a la falta de fuentes documentales que respalden
la narrativa.
23 Daniel Campione. Argentina. La escritura de su historia. Buenos Aires: Centro Cultural de la Co-
operación, 2002, pp. 109-148.
24 Nora Pagano. «Las Ciencias Sociales durante la dictadura argentina (1976-1981)» en Fernando
Devoto; Nora Pagano. La Historiografía académica y la Historiografía militante en la Argentina. Buenos
Aires Biblos, 2004, pp. 159-169.
25 José Omar Acha; Paula Halperin. «Retorno a la democracia liberal y legitimación del saber: el
imaginario dominante de la Historiografía argentina (1983-1999)» Prohistoria. Rosario, nº 3, 1999.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Hernán Apaza
Más allá de los trabajos enumerados, ha sido muy poco el interés que
ha despertado el estudio de las condiciones sociales para la emergencia
del campo historiográfico, constituido a partir de las instituciones univer-
sitarias o académicas sui generis, algo que queda claro si se repasa el esca-
so cuerpo de trabajos disciplinarmente fundados que permitan constatar
aquello que hasta el momento puede estar constituido sólo por un conjun-
to de percepciones, asociadas en mayor o menor medida a la narrativa con
la que abríamos nuestra exposición en este apartado.
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Por una Historia de la Historia reciente. Propuestas para un programa de investigación
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Hernán Apaza
26 Enrique Oteiza (dir.). La Política de investigación científica y tecnológica argentina. Historia y perspec-
tivas. Buenos Aires: Centro Editor de América Latina, 1992, pp. 17-18
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Por una Historia de la Historia reciente. Propuestas para un programa de investigación
las mismas durante la segunda mitad del siglo xx (puntualmente, entre los
años 1955 y 1989)27.
Si nos adentramos en los estudios sobre los efectos del terror en las ins-
tituciones universitarias, resulta de indispensable consulta el aporte que
realizan desde los estudios de la Historia de la educación los volúmenes
de Dictadura y Educación, obra colectiva dirigida por Carolina Kaufmann31.
Finalmente, obras de diversa factura y procedencia —que dan cuenta de
27 Hebe Vessuri. «Las ciencias sociales en la Argentina: diagnóstico y perspectivas» en Enrique
Oteiza (dir.). La Política de investigación científica y tecnológica …, op. cit.; pp. 339-363. También, ver Enri-
que Oteiza; Hebe Vessuri. Estudios sociales de la ciencia y la tecnología. Buenos Aires: ceal, 1993.
28 Cfr., Pablo Kreimer; Hernán Thomas y otros. Producción y uso social de conocimientos. Estudios de
Sociología de la ciencia y la tecnología en América Latina. Buenos Aires: Universidad Nacional de Quilmes,
2004. Ver también los distintos números de la revista Redes, editada por la misma universidad.
29 Norma Giarraca. «Algunas reflexiones sobre las ciencias sociales y la investigación en los espa-
cios académicos públicos» en Sociedad. Buenos Aires, nº 1, 1992, pp. 157-166.
30 H. Invernizzi; J. Gociol. Un golpe a los libros. Represión a la cultura durante la última dictadura mili-
tar. Buenos Aires: eudeba, 2003. Hernán Invernizzi. «Los libros son tuyos». Política, académicos y militares:
la dictadura en Eudeba. Buenos Aires: eudeba, 2005.
31 Carolina Kaufmann. Dictadura y Educación. Tomo I. Universidad y grupos académicos argentinos
(1976-1983). Buenos Aires: Ed. Miño y Dávila; 2001. Dictadura y Educación, tomo 2 «Depuraciones y vigi-
lancia en las Universidades Nacionales Argentinas». Buenos Aires: Ed. Miño y Dávila, 2003.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Hernán Apaza
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I. EL TIEMPO PRESENTE COMO OBJETO HISTORIOGRÁFICO
Por una Historia de la Historia reciente. Propuestas para un programa de investigación
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Hernán Apaza
que no puede ser realizado por un solo investigador ni una sola disciplina,
en espléndido aislamiento.
Como puede verse, es rica y profunda la trama de la que puede nutrirse
la construcción de un objeto de estudio por el que aquí abogo. Esta nece-
sidad se corresponde con la recuperación de una perspectiva con la clara
pretensión de construir una totalidad. Integridad que nuestra propuesta
pretende restituir a la mirada propia de la Historia de la Historiografía.
Y si bien puede resultar a priori conflictivo incorporar conocimientos, da-
tos, testimonios, que fueron producidos a partir de marcos epistemológi-
cos diversos —y en algunos casos, tal vez, contradictorios—, consideramos
apropiado asumir como modelo a las operaciones que lleva adelante la
Sociología histórica en el tratamiento de sus diversas fuentes y recursos,
para la construcción de un relato que los amalgame. Salvando las obvias
distancias entre el objeto, técnicas y métodos específicos de la Sociología
histórica, consideramos sugestiva su propuesta metodológica, cuya vali-
dez aquí sólo podemos poner a consideración, como una invitación a su
exploración y puesta a prueba —que incluyen, inevitablemente, errores
que permitan avanzar sobre un terreno más firme—.
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II.
EL TIEMPO PRESENTE
1. Primeras líneas
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
María Eugenia Borsani
En un trabajo que data de hace ya casi una década, reeditado hace esca-
sos dos años y que contiene las líneas matrices de la saga que le continuó
—en ocasiones no justipreciada por sus rasgos ensayísticos—, Zygmunt
Bauman diseña en Modernidad Líquida40 un interesante y a la vez preocu-
pante fresco del presente. De modo insistente, con notas como la levedad,
la instantaneidad y la inmediatez, el autor indica este tiempo que se nos
muestra como inasible, su fugacidad hace que se nos impida la posibilidad
de amarrar el presente. Lo provisorio, contingente, precario se ha impuesto
entre nosotros; la seguridad del mañana se ha desvanecido ya en el hori-
zonte del presente, el cual a su vez ha devorado toda perspectiva teleológi-
ca de mañanas promisorios, conforme al primado de la modernidad sólida,
aquella que apostaba a la fijeza, perdurabilidad, conservación y durabili-
dad sin más. Frente a ese escenario, el presente neoliberal posfordista ha
obturado perspectivas de rumbo orientador, y la mentalidad a largo plazo,
aquella que permitía planificaciones proyectivas, es hoy sólo un recuerdo
del ayer que ya no está. La expiración de las certezas en todos los órdenes
impacta, entonces, en la caducidad del a largo plazo, sustituido en la actua-
lidad por la voracidad del a corto plazo o hasta nuevo aviso.
Cunde así la amenaza de la permanente obsolescencia, un envejecimien-
to acelerado de aquello que se nos presenta como novedoso, que en un
abrir y cerrar de ojos se extingue como nuevo, pasando a revistar como una
antigualla; prescribe lo nuevo de modo vertiginoso, lo que nos ubica en
una desenfrenada carrera de inmediatas sustituciones. Dirá Bauman que:
«La única novedad es que lo que importa ahora, es el control de cada individuo
sobre su propio presente. Y para muchos, quizá la mayoría, el control indivi-
dual que ejercen sobre su presente es por lo menos endeble, cuando no directa-
mente nulo. Vivimos en un modo de inseguridad universal, bajo condiciones de
Unsicherheit41 agudas y sin visos de solución, que penetran todos los aspectos de
la vida individual […]»42.
40 Cfr. Zygmunt Bauman. Modernidad líquida. Buenos Aires: F.C.E. 2008.
41 Término usado por Zygmunt Bauman en En busca de la política. Buenos Aires: F.C.E. 2002. Signi-
fica inseguridad, incertidumbre y desprotección.
42 Zygmunt Bauman. op. cit., p. 145.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
La evanescencia del presente. Emergencia de la periodización en el escenario argentino posdictadura
«[…] la extinción del horizonte de futuro se hizo perceptible para todos sobre to-
do desde final de los ochenta, aunque para importantes minorías ya lo era desde
los años sesenta. En todos caso, es desde entonces que la intersubjetividad mun-
dial aparece marcada, intempestivamente, por dos rasgos: uno, para muchos la
extraña sensación de que las ideas, las propuestas, y las promesas de cambios
históricos radicales pertenecen a un pasado, súbitamente remoto; dos, el aban-
dono, rápido, masivo e igual de repentino, de las perspectivas mentales, de las
cuestiones y categorías conceptuales asociadas a aquellas que preguntaban por
43 Haciendo propio el título del libro de Milan Kundera La insoportable levedad del ser, luego llevado
a la pantalla por Philip Kaufman en 1988.
44 La categoría «horizonte de expectativa» está directamente relacionada con la estética de la recep-
ción de Hans Robert Jauss, como también es deudora de los planteos de la hermenéutica filosófica de
parte de Hans-Georg Gadamer y Paul Ricoeur; puede encontrársela, asimismo, en Reinhart Koselleck
en el campo de la Historiografía. Cfr. Hans-Georg Gadamer. Verdad y Método. Salamanca: Sígueme,
1977; Paul Ricoeur. Tiempo y narración. Madrid: Cristiandad, 1987; Reinhart Koselleck. Futuro pasado.
Para una semántica de los tiempos históricos. Buenos Aires, Paidós, l993; Reinhart Koselleck; Hans-Georg
Gadamer. Historia y hermenéutica. Barcelona: Paidós, 1977.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
María Eugenia Borsani
3. Neutralización de la evanescencia
Así, en los últimos años, o para ser algo más precisos, en las últimas tres
décadas, viene advirtiéndose la aplicación de nuevas denominaciones que
operan como precisiones acompañando al término Historia. Posiblemente
tales especificaciones temporales sean resultantes de una imperiosa nece-
sidad de distinción con respecto al propio tiempo, lo que hace pensar que
pueda tratarse de una nueva periodización en el marco del tiempo actual,
cortes epocales en el seno de la coetaneidad, disecciones del hoy, a saber:
Historia del presente, Historia reciente, Historia actual, Historia del tiem-
po presente, y con bastante menos frecuencia, Historia inmediata.
45 Aníbal Quijano. «El regreso del futuro y las cuestiones del conocimiento» en Boris Berenzon
Gorn (comp.). Historiografía crítica del s. xx. México: unam, 2004, p. 289. Este trabajo ya había sido pu-
blicado en el año 2002 en la Revista América Latina en movimiento, Quito, Ecuador.
46 En «El nuevo imaginario anticapitalista», capítulo de la misma compilación citada, Quijano for-
talece la apuesta de reversión del estado de cosas imperante.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
La evanescencia del presente. Emergencia de la periodización en el escenario argentino posdictadura
47 Tal como ya indicáramos en otras ocasiones, el modo como nos referimos a nuestro pasado re-
ciente alude a su vez, desde el escenario de la enunciación, a la concepción que tenemos de ese pasado,
sellada en la manera como nombramos el ayer. Es ya sabido que la huella discursiva no tiene gratuidad
alguna, el soporte lingüístico configura la representación del pasado de un modo u otro.
Por ello, si bien utilizaremos de manera indistinta los conceptos dictadura, terrorismo de Estado y genoci-
dio argentino para referirnos a nuestro ayer, corresponde formular ciertas precisiones, a saber: podría-
mos, sin más, decir dictadura; sin embargo, no todas las dictaduras han configurado un terrorismo de
Estado. A su vez, la voz dictadura acota el período en términos estrictamente temporales (hay un desde
y un hasta, mojones cronológicos que dan cuenta de principio y final). Por lo que dar cuenta del pa-
sado reciente argentino en término de dictadura es algo restrictivo, ya que no quedaría contemplado
el período inmediatamente anterior que ha de ser consignado como terrorismo de Estado. Esta última
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
María Eugenia Borsani
«[…] los criterios de periodización de la Historia del presente han partido habi-
tualmente de acontecimientos nodales, de hechos fundadores ligados a una gran
convulsión política (una guerra, una revolución) que afecta de manera decisiva
a una determinada historia nacional. No deja de resultar significativo que la no-
ción de tiempo presente se esté desarrollando en países de Europa continental o
de Iberoamérica afectados por acontecimientos que aparentemente significaron
fuertes rupturas históricas»48.
denominación instala una remisión epocal, no de estricta datación, que abarca parte del período cons-
titucional previo a 1976.
48 Abdón Mateos. «Historia, Memoria, Tiempo Presente» en Hispania Nova, nº 1.
49 Cfr. Israel Sanmartín. Entre dos siglos. Globalización y pensamiento único. Madrid: Akal, 2007. Ins-
talado en el presente globalizado, el autor, ejerciendo su profesión de historiador, hinca su lúcida mi-
rada crítico-analítica en su propio escenario de época, permeado él mismo por aquello que Sanmartín
vuelve suyo como objeto investigativo.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
La evanescencia del presente. Emergencia de la periodización en el escenario argentino posdictadura
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
María Eugenia Borsani
Entendemos que:
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
La evanescencia del presente. Emergencia de la periodización en el escenario argentino posdictadura
Así, cabe plantear que las denominaciones tales como Historia del pre-
sente, Historia actual, Historia del pasado reciente, y otras de similar tenor
cobran un sentido muy particular a la luz de su referencia a pasados aún
actuantes en la actualidad y configuradores de presentes postraumáticos.
Dicho sentido puede ser visto como una operación reactiva ante la eva-
nescencia del presente en consonancia con la disolución del horizonte de
espera, por una parte, y a la vez desafiante de aquellos cometidos de borra-
miento del ayer. Planteándolo en clave psicoanalítica, Paolo Montesperelli
en Sociología de la memoria considera que:
«La memoria conserva los procesos que han llevado al presente; pero, en un
nivel más latente, también preserva los residuos descartados en aquellos proce-
sos, los elementos disfuncionales al presente […] la memoria tiene siempre una
potencialidad crítica desestabilizadora»54.
52 María Eugenia Borsani. «Memoria intemperie y refugio» en Historia, Memoria y Pasado Reciente.
Anuario de la Escuela de Historia de la Universidad Nacional de Rosario. Rosario: Homo Sapiens Ediciones,
nº 20, 2004, p. 51.
53 Daniel Feierstein. «Historia, memoria y hegemonía: hacia un análisis de los discursos sobre el
genocidio» en Cristina Godoy (comp.). Historiografía y memoria colectiva. Buenos Aires: Miño y Dávila,
2002, p. 107.
54 Paolo Montesperelli. Sociología de la memoria. Buenos Aires: Nueva Visión, 2005, p. 105.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
María Eugenia Borsani
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La recepción del neoconservadurismo en el Río de
la Plata: una perspectiva geoepistemológica desde la
Historia inmediata
Israel Sanmartín
Universidad de Santiago de Compostela
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Israel Sanmartín
2 Carlos Barros. «¿Es posible una Historia inmediata?» [En línea]. [Citado el 13 de marzo de 2009]
Disponible en Internet en:
http://www.hdebate.com/cbarros/spanish/articulos/mentalidades/ inmediata.htm. Carlos Barros. «El
estatus epistemológico e historiográfico de la Historia Inmediata». [En línea]. [Citado el 13 de marzo
de 2009]. Disponible en Internet en: http://www.h-debate.com/Spanish/presentaciones/lugares/monte-
video3/audio.htm.
3 Ángel Soto Gamboa. «Historia del Presente: Estado de la cuestión y conceptualización» en His-
toria Actual Online. nº. 3, 2004.
4 Julio Pérez Serrano. «La Historia continúa». [En línea]. En Historia Actual On Line, nº 1, 2003. [Ci-
tado el 15 de marzo de 2009]. Disponible en Internet en: http://www.historiaactual.com /hao/pbhaoabs.
asp?idi=ESP&pgt=2&pid=4&pbl=HAO&vol=1&iss=1&cont=1.
5 Para una mayor profundización en estas ideas, ver Israel Sanmartín. Entre dos siglos: globalización
y pensamiento único. Akal: Madrid, 2007: Israel Sanmartín. Un mundo global. A Historia mundial dende
1989. Santiago de Compostela: Lóstrego, Santiago, 2008.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
La recepción del neoconservadurismo en el Río de la Plata: una perspectiva geoepistemológica desde la Historia inmediata
Este texto guarda un estrecho vínculo con los acontecimientos de los años
noventa y el cambio de siglo, así como con su dimensión global.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Israel Sanmartín
10 Ver François Hartog. Régimes d´historicité. Présentisme et expériences du temps. París: Éditions
Seuil, 2003.
11 Para más detalle, ver Claudio Canaparo. Reversal Thinking. Londres: Peter Lang, 2009.
12 Esto es parte de una obra más amplia que estudia las influencias del neoconservadurismo en
España, Portugal y Latinoamérica.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
La recepción del neoconservadurismo en el Río de la Plata: una perspectiva geoepistemológica desde la Historia inmediata
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Israel Sanmartín
17 Con esto se distinguen las Filosofías de la historia, que aspiran a buscar el significado de los
procesos históricos, de las teorías de la historia, que alcanzan una más amplia expansión del tiempo
que los historiadores normales, aunque utilizando sus tipos de explicación, pero no buscan encontrar
un significado al proceso histórico. Alex Callinicos. Theories and Narratives. Reflections on the Philosophy
of History, op. cit., p. 9.
18 Fukuyama es un continuador de aquellos que han argumentado el fin de la Historia. Hegel vio en
Napoleón la encarnación del espíritu del mundo; Kojève vio a Stalin como el representante de la liber-
tad y la igualdad; y Fukuyama secuestró el futuro con la caída del socialismo real creando «interfaces»
entre la filosofía de la Historia analítica y la especulativa, aunque todas las variantes del fin de la Historia
tienen en común que, para mejor o peor, algo se altera en la vida humana y no continúa como antes.
Por tanto, las concepciones del fin de la Historia se corresponden a las ideas de Historia Universal con
sus problemas, como su unilinealidad, su etnocentrismo y su querencia al poder, además de basarse
en la idea de exclusión [Anthony Hartley. «On not Ending History» en Encounter, vol. lxxiii, nº3,
septiembre-octubre de 1989, p. 71; José C. Bermejo Barrera. Entre Historia y Filosofía. Madrid: Akal,
1994, p. 240-242].
19 Quizá una visión más parecida a la de Bell se encuentra en: Jean L. Cohen; Andrew Arato. Civil
Society and Political Theory. Cambrige: MIT Press, 1992. Para algunos autores, la tesis del «fin de las
ideologías» es académicamente menos respetable que la del fin de la Historia, puesto que los Estados
Unidos de posguerra han revitalizado al intelectual y su función. Ver Guyora Binder. «Post-totalitarian
Politics» en Michigan Law Review, vol. 91, nº 6, mayo de 1993, pp. 1498-1501.
Harvey Kaye. The Powers of the Past. Reflections on the Crisis and the Promise of History. Nueva York,
20 �������
1991.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
La recepción del neoconservadurismo en el Río de la Plata: una perspectiva geoepistemológica desde la Historia inmediata
21 ������������
Torbjorn L. Knutsen. «Answered Prayers: Fukuyama, Liberalism and the End of History De-
bate», Bulletin of Peace Proposals, vol. 22, nº 1, pp. 78-79.
Francis Fukuyama. «The End of History?» en The National Interest, nº 16, verano de 1989, p. 1-18.
22 ���������
El artículo iba reforzado por las críticas de importantes intelectuales neocoservadores: Allan Bloom,
Pierre Hassner, Gertrude Himmelfarb, Irving Kristol, Daniel Patrick Moynihan y Stephen Sestanovich.
Ver «Responses to Fukuyama» en The National Interest, nº 16, verano de 1989, pp. 19-35.
Francis Fukuyama. «A Reply to my Critics» en The National Interest, nº 18, invierno de 1989-1990,
23 ���������
pp. 21-28. La revista The National Interest publicó en 1997 una edición especial sobre «The end of His-
tory?» que incluía el artículo original, la réplica a sus críticos y una selección de ocho críticas. El libro
consta de 55 páginas. Francis Fukuyama. The End of History? Washington: The National Interest, 1996.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Israel Sanmartín
Stephen Nordenhaug. Technology and the End of history: Jacques Ellul and Martin Heidegger on the
24 ���������
Eschatological Dimension of the Technological Society. umi Microform 9524632, umi Company, 1995, p. 10.
Cfr. Richard Grenier. «Choosing Sides Over History» en The Washington Times, 06/XII/1996, p.
25 ��������������
26. Huntington se basó en un artículo escrito en 1990 por el orientalista Bernard Lewis. Ver Edward W.
Said. «El choque de ignorancias», El País. Madrid, 16/X/ 2001, p. 23.
Bernard Lewis. «The Roots fo Muslim Rage» en The Atlantic Monthly, septiembre de 1990.
26 ���������
Samuel Huntington. «The clash of civilizations?» en Foreign Affairs, vol 72, nº 3, verano de 1993,
27 ��������
pp. 22-49.
Samuel Huntington. «If not Civilizations, What?» en Foreign Affairs, vol. 72, nº 5, noviembre/
28 ��������
diciembre de 1993, pp. 186-194. Se recogían los originales y el debate en la revista Foreign Affairs en un
libro de título: The Clash of Civilizations? The Debate. Nueva York: A Foreign Affairs Readers, Council on
Foreign Relations, 1993.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
La recepción del neoconservadurismo en el Río de la Plata: una perspectiva geoepistemológica desde la Historia inmediata
La tesis del final de la Historia fue concebida por Francis Fukuyama cuan-
do trabajaba en la Rand Corporation. Allan Bloom y Nathan Tarcov lo ani-
maron para que dictara una conferencia en la Universidad de Chicago, y
más tarde, Owen Harries, uno de los editores de la revista The National
Interest, lo indujo a que transformara la conferencia en artículo30. A partir
de ahí, el alcance mediático de la tesis fue imprevisible, y todo se escapó
de las manos. Tanto The New York Times como The Washington Post y New
Perspectives Quarterly reprodujeron31, a su manera, el artículo original. The
New York Times dejó el grueso de la información en manos de su revista
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Israel Sanmartín
James Atlas. «What is Fukuyama Saying?» en The New York Times Magazine, 22 /X/1989, pp.
32 �������
38-42. Reproducido también en James Atlas. «The End: Not with a Biang but a?» en The Guardian, 04/
XI/1989, p. 25. Entre otros muchos medios, el diario canadiense The Globe and Mail también se hacía eco:
Ray Conlogue. «The End of History: Is it Bunk?» en The Globe and Mail, 28/XII/1989, p. A7.
Francis Fukuyama, «How the West is Winning»en The New York Times, 27/VIII/1989, p. E5 y E6. El
33 ���������
artículo estaba macerado con los comentarios de Richard Bernstein, que le acompañaba con un artículo
explicativo: Richard Berstein. «’Judging Post-History’. The Theory to End All Theories».
Francis, Fukuyama. «The End of History?» en The Washington Post, 30/VII/1999, p. C1 y C2. Otro
34 ����������
de los grandes medios estadounidenses, Los Angeles Times, hacía un resumen de dos páginas del artícu-
lo. Bob Sipchen resumía las ideas y hacía algunas citas literales, aunque también citaba las argumenta-
ciones de algunos de sus críticos (Huntington, Krauthammer o Talbott). Ver Bob Sipchen. «DC Abuzz
Over Theory That the End Is Near» en Los Angeles Times, 21/IX/1989, pp. 5-6. Por último, el diario The
Atlanta Constitution, hacía referencia al artículo nada menos que en su editorial, con un espacio de seis
párrafos situados en la parte inferior izquierda de la página editorial: «The State Department Waits for
the End» en The Atlanta Constitution, 30/VIII/1989, p. A8.
Francis, Fukuyama. «Beyond the End of History» en The Washington Post, 10/XII/1989, pp. C1 y
35 ����������
C4. Richard Bernstein. «The End of History, Explained for the Second Time» en The New York Times,
10/XII/1989, p. E6. También fue reproducido en muchos otros diarios. Un ejemplo fue la reproducción
más reducida que hizo el diario inglés The Guardian: Francis Fukuyama. «The End of Hysteria?» en The
Guardian, 15/XII/1989, p. 23:1.
36 Con lo cual en este caso el artículo no había servido para consolidar su publicación —como acon-
teció con The National Interest—, sino para aumentar su prestigio y a la vez proseguir con el dominio
estadounidense en este tipo de cuestiones. Huntington era director y profesor del Instituto de Estudios
Estratégicos John M. Olin de la Universidad de Harvard, fundador de la revista Foreing Policy y miem-
bro del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, y vio paralizado su nombramiento para la Academia
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
La recepción del neoconservadurismo en el Río de la Plata: una perspectiva geoepistemológica desde la Historia inmediata
América Latina fue una de las regiones donde las tesis neocoservadoras,
y en especial las de Fukuyama y Huntington, tuvieron una especial reper-
cusión. El mismo Fukuyama en una entrevista declaraba que:
«[…] Pienso que la respuesta más entusiasta que recibí provino de América
Latina y de Europa Oriental, en países en los que había habido transiciones de
un gobierno autoritario a otro democrático en un pasado reciente. Creo que son
más entusiastas porque, en muchos aspectos, en Europa y los Estados Unidos la
gente da por sentado el sistema democrático, mientras, por lo que sé, en América
Latina, particularmente, encontramos esta etiqueta democrática que llegó al po-
der en los ochenta, y pienso que la gente quería comprender cómo se vincularon
Nacional de las Ciencias de Estados Unidos después de que un miembro de aquel gremio se entretuvo
en mostrar que sus «fórmulas» eran pura palabrería, carentes de la mínima especificación para resultar
significativas. Ver Félix Duque. «La democracia de los números» en El País, Madrid, 16/V/2003. Duque
no descubría nada nuevo. Esa cuestión ya había sido develada por Pfaff, quien sostenía que Hunting-
ton había sido director del Consejo Nacional de Seguridad durante la administración Carter y fue
rechazado en dos ocasiones (1986 y 1987) por la Academia Nacional de las Ciencias, porque los miem-
bros de esa institución criticaron su presentación realizada en términos matemáticos como si fueran
hallazgos científicos objetivos: William Pfaff. «Sobre el choque de civilizaciones, una reconsideración»
en Política Exterior, 59, XI, octubre de 1997, pp. 156-157. Ver también Tanju Çataltepe. «Old Enemies,
New Paradigms». [En línea]. [Citado el 31 de enero de 1997]. Disponible en Internet en: http://www.
wakeup.org:80/samples/tc_3_4.htm.
37 Alan Bloom. Cierre de la cultura moderna. La decadencia de la Cultura. Buenos Aires: Emecé, 1989.
Versión en español de Alan Bloom. The Closing of the American Mind: How Higher Education has failed
democracy and impoverished the souls of today`s students. Londres: Penguin Books, 1987.
38 Existen tres tomos que fueron realizados en 1971 a partir de Alexandre Kojève. Introduction à la
lecture de Hegel. París: Gallimard, 1947. Se trata de: Antropología y ateísmo en Hegel, La dialéctica del amo y
del esclavo y La dialéctica de lo real y la idea de mito en Hegel [Buenos Aires: La Pléyade, 1971-1972]. También
hay otras ediciones: Buenos Aires: Fausto, 1999. Para Strauss, ver Leo Strauss. El arte de leer. Una lectura
de la interpretación straussiana de Maquiavelo, Hobbes, Locke y Spinoza. Buenos Aires: Siglo 21, 2001.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Israel Sanmartín
39 [Texto traducido de la edición original]. Ver Israel Sanmartín. El debate Fukuyama y el futuro de la
Historia. Santiago de Compostela: Servicio de Publicacións e Intercambio científico da usc, 2006.
40 Doxa. Cuadernos de Ciencias Sociales, nº 1, otoño de 1990, pp. 3-12. En donde también se publica-
ron las primeras réplicas de los críticos de Fukuyama que aparecen en la revista original The National
Interest.
41 Ver Francis Fukuyama. El fin de la Historia y el último hombre. Buenos Aires: Planeta, 1992. Estas
diferencias ya provienen de la versión estadounidense, que en relación a la española se diferencian
en la portada. El libro anglosajón no llevaba impreso el dibujo de Leonardo da Vinci ni presentaba la
foto de Fukuyama con una breve reseña personal. Además, las notas aparecían en la versión original al
final del libro y en la versión en castellano a pie de página. Tampoco se incluía en la versión original la
pequeña presentación de la contraportada. E incluso la encuadernación variaba y las endebles pastas
que ofrecía el libro de la Colección Documento de la editorial Planeta, se convertían en robustas en la
edición de Free Press (aunque también había una versión rústica del libro). Asimismo, las 418 páginas
de la primera versión pasaron a 474 en la castellana, en parte debido al mayor tamaño de la obra nor-
teamericana. Otra diferencia correspondía a las citas de autores, las que en el original figuraban sepa-
radas del texto y en la traducción, insertas en él. Ver Israel Sanmartín. «La divulgación de «el fin de la
Historia» en España» en Cuadernos de Estudios Gallegos, vol. xlvii, nº 113, 2000, pp. 205-234.
42 Samuel P. Huntington. El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial. Barcelona:
Paidós, 1997.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
La recepción del neoconservadurismo en el Río de la Plata: una perspectiva geoepistemológica desde la Historia inmediata
«[…] demostró ser una persona de buen apetito: todos su platos fueron retira-
dos en avanzado estado de limpieza. También supo gustar el buen vino servido,
aunque sólo aceptó que fuera blanco. Se lo notó sumamente cuidadoso de no
ensuciar su impecable traje grisáceo: por eso tomó la precaución de cubrirse con
una servilleta que ató de manera curiosa a su cinturón»44.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Israel Sanmartín
49 José P. Feinmann. «Fukuyama mentiroso». [En línea]. En Página 12, 30/IX/2001. [Citado el 8 de
diciembre de 2001]. Disponible en Internet en: http://www.pagina12.com.ar72001 /suple/radar/01-09
/01-09-30/nota6.htm.
50 Por ejemplo: Claudio Uriarte. «A qué apostar (y a qué no) en la nueva bolsa de valores de la
guerra». [En línea]. En Página 12, 01/X/ 2001. [Citado el 11 de abril de 2002]. Disponible en Internet en:
http://www.pagina12.com.ar/2001/01-10/01-10-15/pag22.htm; José P. Feinmann. «Huntington, el nuevo
Fukuyama» en Página 12, 22/IX/1999; Analía Roofo. «Entrevista a Tulio Halperin». [En línea]. En Clarín,
16/IX/2001. [Citado el 17 de septiembre de 2001]. Disponible en Internet en: http://www.clarin.com/
diario/2001-09-16/o-03615.htm; y «Entrevista a Carlos Barros» en diario La Capital, Mar del Plata, 12
/X/2001.
51 Francis Fukuyama. «Un desafío mayor que el comunismo», suplemento El mundo en alerta en La
Nación, 07/IX/2002, p. 102. (Gracias a Hebe Pelosi por la referencia).
52 Francis Fukuyama. «Desconfiemos de la biotecnología». [En línea]. En Clarín, 29/VII/2002. [Citado
el 26 de agosto de 2002]. Disponible en Internet en: http://old.clarin.com /diario/2002/07/29/o-01901.
htm. Hace referencia a: Francis Fukuyama. Our Posthuman Future:Cconsequences of the Biotechnology
Revolution. Nueva York: Farrar, Starus & Giroux, 2002. Previamente había aparecido un adelanto en
la revista The Public Interest (hermana de The National Interest, pero para asuntos internos de Estados
Unidos).
53 Ver Gennaro Carotenuto. «Prensa y antisemitismo» en Brecha, 19/XI/2004, p. 38. (Quiero agre-
decer al profesor Juan Andrés Bresciano su paciencia y dedicación para ponerme en la pista de esta
documentación y de otras relativas al tema en Uruguay).
54 Francis Fukuyama. «¿El fin de la Historia?» en Brecha, 27/VII/1990, p. 16. Un resumen de un tercio
del artículo original. Ver «Tres respuestas a Fukuyama», Brecha, 27/VII/1990, p. 17, de Timothy Fuller
(The National Interest) —quien habla de la influencia de Strauss y Kojève—, André Fontaine (Le Monde)
—más sobre Marx—, y León Rozitchner (psicoanalista argentino) —quien conecta liberalismo, demo-
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
La recepción del neoconservadurismo en el Río de la Plata: una perspectiva geoepistemológica desde la Historia inmediata
«El fin de la Historia es, en realidad, una vieja consigna apocalíptica, formulada
primero por el imperialismo cristiano español y refundido más tarde por el mi-
lenarismo nacionalisocialista alemán bajo el signo de la construcción de siempre
repetidos órdenes mundiales globales […] El programa del final de la Historia
define también el estado de parálisis intelectual, la ausencia de proyectos artísti-
cos o sociales, el vacío existencial que domina en los centros de decisión cultural
global. Define un nihilismo integral ligado a la concentración de poder tecnoló-
gico y financiero. Este vacío exige un cambio radical en nuestra forma de pensar
globalmente y en la definición de nuestro futuro»59.
cracia y la filosofía de Marx y Hegel, con el Tercer Mundo—. También Francis Fukuyama. «Dúplica» en
Brecha, 27/VII/ 1990, p. 17.
55 Eduardo Galeano. «El desprecio como destino. La teoría del fin de la Historia se pone de moda»
en Brecha, 10/VIII/1990, p. 32.
56 André Gunder Frank. «No hay fin de la Historia: la lucha democrática continúa» en Brecha, 23/
XI/1990, pp. 26-27.
57 Como Niko Schvarz. «Después del fin de la Historia ¿el fin del empleo?» en Brecha, 16/V/ 1997, pp.
14-15. Se trata de una reproducción del diario Clarín de Buenos Aires.
58 Ver Daniel Gatti. «Ahora se acabó el orden social» en Brecha, 5/XII/1997, p. 21.
59 Ver Eduardo Subirats. «Las guerras del fin de la Historia» en Brecha, 12/IV/ 2002, p. 34.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Israel Sanmartín
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
La recepción del neoconservadurismo en el Río de la Plata: una perspectiva geoepistemológica desde la Historia inmediata
La tesis del fin de la Historia en el Río de la Plata supuso algo más que
su reproducción; implicó la aparición de aportes y de críticos originales;
fomentó el debate; motivó la publicación de libros y de artículos (tanto en
prensa como en revistas más o menos académicas); e indujo a organizar
conferencias y seminarios. Un ejemplo de ello lo aporta la Red Académica
Internacional de historiadores Historia a Debate, de la que muchos de sus
integrantes pertenecen al Río de la Plata, pese a que dicha red no se en-
cuentra radicada en la región. La red académica dedicó al particular un
espacio en sus congresos internacionales, además de fomentar discusiones
en sus seminarios, tanto desde la perspectiva de la Historia como discipli-
na científica, como desde otros aspectos más específicos67.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Israel Sanmartín
«Sin duda el libro no tendría tanto éxito sin el aluvión de respuestas de sus críti-
cos y está claro que se aprovechó de los cambios acaecidos en la Europa del Este
y en la urss […] era una mera exposición de sus deseos personales y opiniones,
como una construcción sustentada en buena mediada en el vacío»69.
< y Carlos BARROS. «El retorno de la historia» en Actas II Congreso Internacional Historia a Debate, op.
cit., vol. 1, pp. 153-154.
69 Carlos Martínez Shaw. «En final de la historia» en Actas I Congreso Internacional Historia a Debate,
Santiago de Compostela: 1995, p. 36; también publicado en Carlos Martínez Shaw. «Tres puntos débi-
les» en Temas de nuestra época, El País, Madrid, 29/VII/ 1993, p. 6.
70 Paul Freedman. «Mesa A: el final de la historia» en Actas I Congreso Internacional Historia a Debate.
Santiago de Compostela: 1995, p. 35; Lawrence Stone. «Mesa A: el final de la historia» en Actas I Con-
greso Internacional Historia a Debate. Santiago de Compostela: 1995, p. 38.
71 Miguel A. Cabrera. «La Historia y las teorías del fin de la Historia» en Actas I Congreso Internacio-
nal Historia a Debate. Santiago de Compostela: 1995, p. 211; Juan M. Santana. «La historia en el fin de
una época o el secuestro de Clío» en Actas I Congreso Internacional Historia a Debate. Santiago de Com-
postela: 1995, pp. 254-255. Ver Carlos Barros. «La historia que viene» en Actas I Congreso Internacional
Historia a Debate. Santiago de Compostela: 1995, pp. 109-110.
· 110 ·
II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
La recepción del neoconservadurismo en el Río de la Plata: una perspectiva geoepistemológica desde la Historia inmediata
72 Ver Claudio Canaparo. Ciencia y escritura. Buenos Aires: Zibaldone, 2003.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Israel Sanmartín
Podemos sostener que existe una auténtica Historia inmediata, que re-
flexiona sobre lo que está aconteciendo desde el punto de vista del propio
investigador, que maneja diversas fuentes de información (prensa, medios
audiovisuales, informes gubernamentales, Internet, etc.) y que utiliza los
diferentes estratos del tiempo (ya que el mismo presente ofrece un tiempo
estratificado). No es lo mismo el tiempo en el proceso de producción que
en el de recepción y reproducción, así como tampoco son iguales los con-
textos. De este modo, surge una nueva forma de entender la Historia, en la
que se relacionan los diferentes tiempos presentes, sus contextos y sus es-
pacios, a partir de una pluralidad de enfoques que entremezclan esas tres
matrices. Podemos hablar de la interacción de lugares, tiempos y contextos
en plural, puesto que son varios. Espacios, porque son diferentes los luga-
res en los que se produce, se reproduce y se piensa la tesis; tiempos, porque
cada espacio está asociado a un tiempo «inmediato» diferente y a unos
acontecimientos que se desarrollan de forma local, pero que también inte-
raccionan con lo que está sucediendo en los otros espacios y contextos. Así,
las tesis neoconservadoras se gestan en un ambiente político determinado,
pero deben interactuar con diferentes contextos intelectuales, geográficos,
políticos e históricos locales, que producen sus propias reflexiones sobre
el tema. Deberíamos considerar esta cuestión como dividida en diferen-
tes planos. Por un lado, todo lo relativo al eje de los acontecimientos, lo
cual supone pensar la tesis desde la Historia inmediata. Por otro lado, el
aspecto ideológico asociado a los contextos y a los espacios. Por último, el
plano relativo a lo intelectual, en el que reflexionamos sobre autores, ideas
y conceptos.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
La recepción del neoconservadurismo en el Río de la Plata: una perspectiva geoepistemológica desde la Historia inmediata
73 Ver Claudio Canaparo. Reversal Thinking. Londres: Peter Lang, 2009.
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II.2. El presente y sus escalas: de lo global a lo local
1. Introducción
Hace más de medio siglo, Fernand Braudel afirmó que «la Historia es hija
de su tiempo» y que, por los profundos cambios que sacudían el panorama
mundial en ese entonces, la Historia ya no podía seguir siendo la misma.
En dicha ocasión, el historiador galo constataba que con la Segunda Guerra
Mundial un viejo mundo había quedado atrás y advertía que los anterio-
res conceptos intelectuales se habían «encorvado o simplemente roto»: que
los científicos sociales debían adentrarse en otra «aventura del espíritu» y
debían embarcarse en nuevas incursiones académicas e intelectuales1. La
idea a que invita el prestigioso historiador galo es que la Historia consti-
tuye un conocimiento reflexivo en razón de las distintas interpretaciones
«que la sociedad hace de sí misma»2.
Hemos querido iniciar este ensayo recordando esta sugestiva tesis brau-
deliana sobre el carácter reflexivo que comporta el conocimiento histórico,
porque en el recodo de los siglos xx y xxi el mundo ha transitado por una
coyuntura histórica, tanto o más radical que la que en su momento le co-
rrespondió vivir al connotado historiador francés. Son tan profundas las
transformaciones que experimentan las sociedades contemporáneas, que
la Historia no ha podido permanecer impávida y ha tenido que adaptarse
y responder a estos cambios.
En este proceso de adecuación al soplo de los nuevos tiempos han ido
surgiendo nuevos enfoques, se han diseñado novedosos presupuestos me-
1 Fernand Braudel. Historia y ciencias sociales. Madrid: Alianza, 2002, pp. 19-22.
2 Ulrich Beck. Libertad o capitalismo. Conversaciones con Johannes Willm. Barcelona: Paidós, 2002, p. 7.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Hugo Fazio Vengoa
3 Jaume Aurell. La escritura de la memoria. De los positivismos a los posmodernismos. Valencia: Publi-
caciones, Universidad de Valencia, 2005.
4 Roger Chartier. La Historia o la lectura del tiempo. Barcelona: Gedisa, 2007.
5 Barry K. Gills; William R. Thompson (eds.). Globalization and Global History. Nueva York:
Routledge, 2006; Paul Hirst; Grahame Thompson. Globalization in Question: the International Economy
and the Possibilities for Governance. Cambridge: Polity Press, 1996; Jürgen Osterhamme; Niels P. Peters-
son. Storia della globalizzazione. Bolonia: Il Mulino, 2005.
6 Giacomo Marramao. Pasaje a Occidente. Filosofía y globalización. Buenos Aires: Katz, 2006.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
La Historia global y el estudio del presente
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Hugo Fazio Vengoa
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
La Historia global y el estudio del presente
16 Peter Linebaugh; Marcus Rediker. La hidra de la revolución. Marineros, esclavos y campesinos en la
historia oculta del Atlántico. Barcelona: Crítica, 2005, p. 19.
Fernand Braudel. Civilisation matérielle, économie et capitalisme xv-xviii siècle. París:
17 ��������� �����������������
Armand Co-
llin, 1979, tomo II, 142.
18 Philip Pomper. «World History and Its Critics», History and Theory, 34: 2, mayo de 1995, p. 2.
· 119 ·
EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Hugo Fazio Vengoa
19 Terrence J. Mc Donald (ed.). The Historic Turn in the Human Sciences. Michigan: The University
of Michigan Press, 1995.
Jeffrey A. Frieden. Capitalismo global. El trasfondo económico de la historia económica del siglo xx. Bar-
20 ������������
celona: Crítica, 2007; Suzanne Berge. Notre première mondialisation. Leçon d’un échec oublié. París: Seuil,
2003; Giovanni Arrighi. El largo siglo xx. Madrid: Akal, 1999.
Jacques Attali. La crise et après? París: Fayard, 2008.
21 ���������
Wladimir Andreff. Les multinationales globales. París: La Découverte, 2003; Robert O’brien; Marc
22 ����������
Williams. Global Political Economy. Londres: Macmillan, 2004.
23 Paola Corti. Storia delle migrazione internazionali. Bari: Laterza, 2007; Massimo Livi Bacci. Storia
minima della popolazione del mondo. Bolonia: Il Mulino, 2005.
24 Ian Clarc. Globalization and Fragmentation, International Relations in the Twentieth Century. Nueva
York: Oxford University Press, 1997; Guido Formigoni. Storia della politica internazionale nell’età contem-
poranea. Bolonia: Il Mulino, 2000.
25 David Harvey. El nuevo imperialismo. Madrid: Akal, 2003; Marco Zupi (ed.). Soto sopra. La globali-
zzazione vista dal Sud del Mondo. Bari: Laterza, 2004.
26 Marc Ferro. La colonización. Una Historia global. Madrid: Siglo xxi, 2000; Marc Ferro. Le livre noir
du colonialisme xvie-xxe siècle: de l’extermination à la repentance. París: Robert Laffont, 2003.
R. Bin Wong. «Entre monde et nation: les régions braudéliennes en Asie» en Annales. Histoire,
27 ��������
Sciences Sociales, 56:1, 2001, p. 1-41.
Immanuel Wallerstein. El moderno sistema mundial. México: Siglo xxi, 1998.
28 ����������
· 120 ·
II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
La Historia global y el estudio del presente
29 Charles Tilly. Big Structures, Large Processes, Huge Comparisons. Nueva York: Russell Sage Foun-
dation, 1984.
Christian Grataloup. Géohistoire de la mondialisation. Le temps long du Monde. París: Armand Colin,
30 �����������
2007.
31 Dipesh Chakrabarty. Provincializing Europe. Postcolonial Thought and Historical Difference. Nueva
Jersey: Princeton University Press, 2000.
David Christian. Mapas del tiempo. Introducción a la «gran historia». Barcelona: Crítica, 2005.
32 �������
J. R. Mc Neill; H. William Mc Neill. Las redes humanas. Una historia global del mundo. Barcelona:
33 �������
Crítica, 2004; A. G. Hopkins. Global History: interactions between the universal and the local. Nueva York:
Macmillan, 2006; Paola Andrea Castaño Rodríguez. La construcción de un campo del conocimiento: la
Historia mundial. Bogotá: Uniandes, 2005.
Serge Gruzinski. Les quatre parties du monde. Histoire d’une mondialisation. París: Editions
34 �������
La Martinière, 2004; Bénédicte Zimmermann. «Histoire Croisée and the Making of Global His-
tory». [En línea]. [Citado el 8 de julio de 2009]. Disponible en Internet en: http://www.iue.it/HEC/
ResearchTeaching/20082009-Autumn/SS-reading-Zimmermann.pdf.
35 John H. Elliot. Imperios del mundo Atlántico. Madrid: Taurus, 2006; Jack Goody. Il furto della sto-
ria. Milán: Feltrinelli, 2008; Felipe Fernández-Armesto. Millenium. Barcelona: Planeta, 1995; Kenneth
Pomeranz. The Great Divergence. China, Europa and the Making of the Modern World Economy. Princeton:
Princeton University Press, 2000.
François Dosse. L’empire du sens. L’humanisation des sciences sociales. París: La Découverte, 1997, p. 387.
36 ����������
37 ����������
Caroline Douki; Philippe Minard. «Pour un changement d’échelle historiographique» en Laurent
Testot, Histoire globale. Un autre regard sur le monde. París: Sciences Humaines Éditions, 2008, p. 165.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Hugo Fazio Vengoa
«[La] Historia global es más que uno de los muchos campos de la Historia; so-
bre todo, es demasiado seria como para dejarla en manos de los historiadores.
Primero, y más importante, la Historia global significa una nueva forma de pen-
samiento en vista de las amenazas existenciales a la humanidad (que reposan
no en el futuro distante, sino en el presente inmediato). La tarea se vincula con
la combinación de las más variadas disciplinas en las humanidades, las ciencias
sociales y naturales y la tecnología. La globalización de la realidad objetiva re-
quiere una globalización académica y científica en la forma de una división del
trabajo. La parcial “deshistorización” de la Historia global es una conditio sine qua
non, y lleva —en una paradoja simplemente superficial— a la fundación de un
nuevo entendimiento de la historia»38.
· 122 ·
II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
La Historia global y el estudio del presente
«Mientras este último procede del término inglés moderno que se refiere a la
“existencia humana”, y tiene su referente en el planeta Tierra, el primero deriva
del latín globus y se define como algo esférico o redondo, como un cuerpo celeste
[…] lo global alude al espacio y nos permite e incluso nos obliga a adoptar una
nueva perspectiva: la que considera nuestro hábitat desde el punto de vista de
“un planeta Tierra desde el espacio”»42.
41 Neva R. Goodwin. «The Rounding of the Earth: Ecology and Global History» en Bruce Mazlish;
Ralph Buultjens (eds.). «Global History in a Posmodernist Era?», op. cit., p. 29.
42 Bruce Mazlish. «La historia se hace Historia: la Historia mundial y la nueva Historia global» en
Memoria y Civilización. Anuario de historia de la Universidad de Navarra, 4, 2001, p. 12.
43 Bartolomé Yun Casalilla. «‘Localism’, global history and transnational history. A Reflexion
from the historian of early modern Europe» en Historisk Tidskrift, 4 , 2007, p. 663.
Jürgen Kocka. «Comparaison and Beyond» en History and Theory, 42:1, febrero de 2003, p. 43.
44 ��������
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Hugo Fazio Vengoa
45 No haremos referencia a la Entangled History porque no hemos podido conseguir sólidos trabajos
que justifiquen o expliquen en qué consiste este punto de vista.
46 Ulrich Beck; Edgar Grande. La Europa cosmopolita. Sociedad y política en la segunda modernidad.
Barcelona: Paidós, 2006, pp. 189 y 190.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
La Historia global y el estudio del presente
global47. A ello se le puede sumar otro presupuesto que recorre gran parte
de la conversación: la Historia transnacional se interesa por las relaciones
entre grupos sociales y por los movimientos migratorios.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Hugo Fazio Vengoa
«En efecto, si al nivel de las relaciones entre conjuntos nacionales los estudios de
transferencia tenían inicialmente por objetivo hacer más permeables las fronte-
ras y romper el mito de la homogeneidad de las unidades nacionales, ocurre que
50 Sanjai Subrahmanyam. «Connected Histories: Notes towards a Reconfiguration of Early Modern
Eurasia» en V. Lieberman (ed.). Beyond Binary Histories. Re-imagining Eurasia to c. 1830. Ann Arbor: The
Universiy of Michigan Press, 1997, pp. 289-315.
51 ���������
Michael Werner; Bénédicte Zimmermann. «Penser l’Histoire croisée: entre empirie et réflexivité»
en Annales. Histoire, Sciences Sociales 1, 2003, p. 8.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
La Historia global y el estudio del presente
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Hugo Fazio Vengoa
56 �����������
Jean-Paul Zuniga. «L’histoire impériale à l’heure de l’histoire globale. Une perspective atlanti-
que» en Revue d’Histoire Moderne et Contemporaine 57-4, 2007, p. 62.
57 ���������������
Ibídem, p. 65.
58 ������
Wolf Schäfer. «Global History: Historiographical Feasibility and Environmental Reality» en
Bruce Mazlish. «La historia se hace historia» op. cit., y Bruce Mazlish; Ralph Buultjens (eds.). «Global
History in a Posmodernist Era?», op. cit., p. 47.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
La Historia global y el estudio del presente
«[…] es cierto que la Historia global está menos inclinada que la Historia a secas
a aventurarse en los archivos […] He llegado a una conclusión muy simple: si
quiero escribir una historia global del algodón, el punto de partida no puede es-
tar en el inagotable océano de archivos ni tampoco en la bibliografía que atiborra
mi oficina. El punto de partida no está en el trabajo de los otros sino simplemente
en los otros […] La Historia global se desarrolla de hecho a través del diálogo que
los investigadores pueden establecer entre sí»64.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Hugo Fazio Vengoa
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
La Historia global y el estudio del presente
Georges Corm. La fractura imaginaria. Las falsas raíces del enfrentamiento entre Oriente y Occidente.
69 ���������
Barcelona: Tusquets, 2004, p. 164.
70 Hugo Fazio Vengoa. Cambio de paradigma: de la globalización a la historia global. Bogotá: CESO
-Uniandes, 2007.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Hugo Fazio Vengoa
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
La Historia global y el estudio del presente
ción de las miradas nacionales y locales, actuaba como una especie de su-
perestructura que recubría y organizaba el conjunto; lo global, en cambio,
conjuga homogeneidad con heterogeneidad y por ello no puede presupo-
ner ninguna pretensión normativa de universalidad o de organización del
«conjunto».
73 Zaki Laïdi. La grande perturbation, op. cit., p. 406 (cursiva en el original).
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Hugo Fazio Vengoa
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
La Historia global y el estudio del presente
Esta idea nos lleva a sugerir que en un escenario como el actual las fron-
teras no desaparecen, sino que se reconstituyen permanentemente, de ma-
neras mucho más fluidas. Pero también propone que una Historia global
no es la sobreimposición de lo global sobre lo local, sino la reconciliación
de estas diferentes temporalidades, en condiciones en que lo global se rea-
liza de formas muy variadas en lo local y que este último puede elevarse a
la globalidad sin perder sus atributos particulares. De ello puede inferirse
que la Historia global contemporánea alude a algo más abarcador que la
linealidad de la modernidad occidental.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Hugo Fazio Vengoa
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Identidad local y estudio del presente.
Algunas consideraciones metodológicas a partir del
proyecto Memoria en Red
1. Introducción
1 Aníbal barrios pintos. Montevideo. Los barrios. 1. Montevideo: Nuestra Tierra, 1971.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
María Cristina Pintos
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Identidad local y estudio del presente. Algunas consideraciones metodológicas a partir del proyecto Memoria en Red
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
María Cristina Pintos
Desde esas primeras reuniones, el producto final del convenio —un li-
bro— cobró un lugar central, y las altas expectativas al respecto dificul-
taron la visualización conjunta del proceso. Se impuso con fuerza la idea
del libro como producto cultural legitimado (propio de la alta cultura) que
confirmaría la seriedad del trabajo y justificaría de este modo la inversión.
En esta etapa de negociación, surgió también la posibilidad de que final-
mente las investigadoras no fueran las encargadas de llevar adelante el
proyecto. Si bien esto se planteaba, en ciertos momentos, de una forma
lateral, puso de manifiesto que se consideraron otras opciones, alternativas
y viables, al trabajo desarrollado y a la forma de realizarlo.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Identidad local y estudio del presente. Algunas consideraciones metodológicas a partir del proyecto Memoria en Red
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
María Cristina Pintos
En ciertas áreas del espacio actual del ccz 9, durante las décadas del
cuarenta y del cincuenta, se concentraton importantes industrias, como
textiles, curtiembres, o la fábrica de neumáticos funsa2. La vida de esos
barrios se desarrolló —en muchos casos— íntimamente asociada al naci-
miento, desarrollo y decadencia de dichas industrias. Cuando los entre-
vistados recordaban el «Uruguay feliz», trabajo y barrio aparecían como
una unidad indisoluble. La fábrica que daba el trabajo se localizaba en el
propio barrio en el que los vecinos vivían. Y los vecinos vivían, general-
mente, en una casa propia, comprada con los ahorros de dinero que gana-
ban trabajando, en un empleo estable, del que seguramente se jubilarían.
En el barrio coincidían la familia y la fábrica. Esta última, muchas veces
fue facilitadora de familia, porque algunas parejas se formaban en el lugar
de trabajo. Trabajo y barrio como espacios de integración, de inclusión, de
significación de vida: de vida en familia, de familias con trabajo, y de barrio
entendido como una gran familia. Señala Betty Weisz que «la generación
2 Ver Raúl Jacob. Breve historia de la industria en el Uruguay. Montevideo: Fondo de Cultura Uni-
versitaria, 1981. Germán D’elía. El Uruguay neobatllista, 1946-1958. Montevideo: Ediciones de la Banda
Oriental, 1982; Benjamín Nahum y otros. Historia Uruguaya. Crisis política y recuperación económica. 1930-
1958. Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental, 1988, t. VII.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Identidad local y estudio del presente. Algunas consideraciones metodológicas a partir del proyecto Memoria en Red
que hoy tiene entre 40 a 55 años, viene de una fuerte impronta de lo colecti-
vo, ya sea por la vivencia barrial, por la pertenencia a colectivos gremiales,
políticos o de movimientos sociales. Los grupos de pares, la generación
como colectivo, ocupó un rol fundamental en la conformación ideológica
e identitaria»3.
Esa generación que vivió la época del trabajo, con fábricas de tres turnos
de ocho horas, sintió muy especialmente haber experimentado, después, la
época del no trabajo, con sus consecuencias de corto, mediano y largo pla-
zo. También sufrió profundamente el contraste entre aquellos lugares de
trabajo con máquinas que no paraban de funcionar, y los espacios actuales
convertidos en estructuras vacías de vidrios rotos, o transformados en re-
fugios o asentamientos precarios. Quizás sea por ello que el resurgimiento
de funsa (a partir de un proyecto de los propios trabajadores) se haya con-
vertido en un símbolo de lo que puede volver a ser.
«el espacio social donde mejor se expresa el sentido de la dinámica que desde lo
popular da forma a nuevos movimientos urbanos, es el barrial, en cuanto territo-
rio de despliegue de la resistencia y la creatividad cultural […] El barrio se cons-
tituye así en un mediador fundamental entre el universo privado de la casa y el
mundo público de la ciudad, proporcionando algunas referencias básicas para
la construcción de un “nosotros”, de una socialidad más ancha que la familiar y
más densa y estable que la impuesta por la sociedad»4.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
María Cristina Pintos
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Identidad local y estudio del presente. Algunas consideraciones metodológicas a partir del proyecto Memoria en Red
6 Ver cinve. Introducción al Uruguay de los 90. Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental, 1990.
7 María M. Camou. «La regulación salarial: un enfoque desde los archivos de empresas» en Rodolfo
Porrini (coord./comp.). Historia y memoria del mundo del trabajo. Hacia la recuperación de la memoria oral y
los archivos históricos del movimiento sindical en Uruguay. Montevideo: csic, udelar,, fhce, 2004.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
María Cristina Pintos
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Identidad local y estudio del presente. Algunas consideraciones metodológicas a partir del proyecto Memoria en Red
Paul Thompson. «The Obice of the Past» en Robert Perks; Alistair Thomson (eds.). The Oral His-
11 ������
tory Reader Londres: Routledge, 1998, p. 22.
José M. Marinas, Cristina Santamarina. La Historia Oral. Métodos y experiencias. Madrid: Editorial
12 ���������
Debate, 1993, p. 10.
13 ������
Paul Thompson, op. cit.
14 Alessandro Portelli. «Lo que hace diferente a la Historia Oral» en Dora Schwarzstein. La Histo-
ria Oral. Introducción y selección de textos. Buenos Aires: Centro Editor de América Latina, 1991.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
María Cristina Pintos
Desde otro punto de vista, los relatos de los vecinos entrevistados coin-
ciden notablemente, a pesar de algunos matices o acentos puestos al con-
tar determinadas peripecias, ya que no sólo informan sobre circunstancias
particulares, sino que también participan activamente en un proceso de
configuración de identidad16. Esta doble función del testimonio (por un la-
do, la de originar fuentes orales para la investigación, y por el otro, la con-
figurar una posible vía para la construcción y reconstrucción de identidad)
otorga una riqueza particular a esta metodología. Se indicó anteriormente
que Memoria en red asumió la propuesta de la Comisión de Cultura del ccz
9, cuya finalidad radicaba en la recuperación de un pasado, sobre el que se
pretendía reconstruir una identidad local. Desde esta lógica, para los veci-
nos resultaba esencial rescatar —aunque no en el sentido rankeano— «lo
que realmente sucedió». El desafío se planteó en términos de la elaboración
de una memoria estereoscópica, en la que confluyeran los distintos pun-
tos de vista de los actores involucrados, sus experiencias y sus recuerdos
(siempre parciales, relativos, contingentes). El proyecto se propuso tras-
cender la concepción de una memoria configurada desde un único centro,
como representación absoluta de un pasado vivido por el colectivo, ya que
no hay un libreto único del pasado, sino distintas memorias rivales, con sus
propios recuerdos y olvidos. Fue preciso, entonces, negociar y mediar con
y entre los integrantes de la Comisión de Cultura, que insistían en rescatar
una historia de personajes en la que se hiciera presente el barrio ideal, el
que puede ser mostrado en una versión pública.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Identidad local y estudio del presente. Algunas consideraciones metodológicas a partir del proyecto Memoria en Red
17 Ver Marc Augé. Las formas del olvido. Barcelona: Gedisa, 1998.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
María Cristina Pintos
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II.3. El presente y la memoria histórica
Jurandir Malerba
Pontificia Universidad Católica de Río Grande del Sur
1. Introducción
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Jurandir Malerba
1 Arno Mayer. A força da tradição. A persistência do Antigo Regime (1814- 1914). Trad. Denise Bott-
mann. São Paulo: Companhia das Letras, 1987.
2 Daniel Aarão Reis; Denis Rolland. Modernidades alternativas. Rio de Janeiro: Editora FGV, 2009.
3 Jacques Le Goff. A Historia nova. São Paulo: Martins Fontes, 1989.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Ejercicio de memoria: interfaces con la Historia y la Historiografía
4 La bibliografia sobre la temática es generosa; a modo de ejemplo, ver Lionel Gossman. «���� Lib-
eral Politics in the Reform of Historiography» en History and Theory, v. 15, n. 5, 1976, pp. 6-19; Shirley
Gruner. «Political Histoririography in Restoration France» en History and Theory, v. 8. n. 3, 1969, pp.
346-365; Laurecen Jacob. «’Le moment liberal’: the distinctive Character of Restoration Liberalism» en
The Historical Journal, v. 31, n. 2, 1988, pp. 479-491; Stefan Berger. «Historians and the Nation-Building
in Germany after Reunification» en Past & Present, n. 148, 1995, pp. 187-222. Sobre las relaciones entre
construcción de nación, memoria e Historia, ver Lynn Hunt. «Forgetting and Remembering: the French
Revolution then and Now» en The American Historical Review,. v. 100, n. 4, 1995, pp. 1119-1135; Jeffrey K.
Olick. «Introduction: Memory and the Nation: continuities, Conflicts, and Transforamtions» en Social
Science History, v. 22, n. 4 (número especial: Memory ans the Nation) 1998, pp. 377-387.
5 Ver el brillante capítulo «metodológico» «Del método y del espíritu y de este libro», del libro 3
de Jules Michelet. Historia da Revolução Francesa. São Paulo: Companhia das Letras/Círculo dos livros,
1989. Los más bellos ensayos sobre Michelet, para mi fueron los escritos por Wilson. [Edmund Wilson.
Rumo à estação Finlândia. Companhia de Bolso, 2006].
6 Sobre Dilthey y su metodologia ver, passim, José C. Reis. Wilhelm Dilthey ea autonomia das ciências
histórico-sociais. Londrina: Eduel , 2003.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Jurandir Malerba
Por cierto que no pretendemos resolver estos problemas aquí, sino ape-
nas intentar plantearlos adecuadamente.
2. Le Goff y la Historia/memoria
7 Hayden White. Meta-Historia. A imaginação histórica do século xix. São Paulo: Edusp, 1992.
8 La literatura sobre el fenómeno «posmodernismo» en Historia es extensa. Dentro de ella, debe
incluirse: Jörn Rüsen. Studies in Metahistory. Pretoria: Humana Sciences Research Council, 1993; Frank
Ankersmit. History and Tropology. Berkeley: Universiy of California Press, 1994; Jerzy Topolsky. (ed.).
Historiography Between Modernism and Postmodernism. Amsterdan: Rodopi, 1994; Bernard Bailyn. «The
Challenge of Modern Historiography» en American Historical Review, v. 87, p. 1-24, 1982; Lawrence
Stone; Gabrielle Spiegel. «History and Postmodernism»en Past & Present, n. 135, 1992, pp. 189-208; Jür-
gen Pieters. «New Historicism: Postmodern Historiography Beteween Narrativism and Heterology»
en History & Theory, v. 39, n. 1, 2000, pp. 21-38. Para una apreciación crítica del impacto del Linguistic
Turn en la Historiografia contemporánea, cf. Georg Iggers. Historiography in the 20th century. Hanover/
Londres: Wesleyan University Press, 1997, p. 118 ss; Ciro F. Cardoso. «Crítica de duas questões rela-
tivas ao anti-realismo epistemológico contemporâneo» en Diálogos, Maringá, v. 2, n. 2, p. 47-64, 1998;
Ciro F. Cardoso. «Epistemologia pós-moderna, texto e conhecimento: a visão de un historiador» en
Diálogos, Maringá, v. 3, n. 3, p. 01-29, 1999; Jurandir Malerba. A Historia e seus discursos: una contribuição
ao debate sobre o realismo histórico. Lócus, Juiz de Fora, 2007; Jurandir Malerba. A Historia na América
Latina: ensaio de crítica historiográfica. Río de Janeiro: Editora FGV, 2009.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Ejercicio de memoria: interfaces con la Historia y la Historiografía
9 Jacques Le Goff. Historia e memoria. Trad.Campinas: Unicamp, 1990, p. 424. [Cita traducida].
10 Cf. Massimo Mastrogregori. «Historiografia e Tradição das Lembranças» en Jurandir Malerba.
A Historia escrita: teoria e Historia das historiografia. São Paulo: Contexto, 2006.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Jurandir Malerba
«Lugares topográficos, como los archivos, las bibliotecas, los museos; lugares
monumentales como los cementerios y las arquitecturas; lugares simbólicos co-
mo las conmemoraciones, las peregrinaciones, los aniversarios o los emblemas;
lugares funcionales como los manuales, las autobiografías o las asociaciones:
estos memoriales tienen su historia. Pero no podemos olvidar los verdaderos
lugares de la Historia, aquellos donde se debe procurar, no su elaboración, no
la producción, sino los creadores y los denominadores de la memoria colectiva:
Estados, medios sociales y políticos, comunidades de experiencias históricas o
de generaciones, llevadas a constituir sus archivos en función de los usos dife-
rentes que hacen de la memoria.»
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Ejercicio de memoria: interfaces con la Historia y la Historiografía
14 Patrick Hutton. History as an art of Memory. New Hampshire: University of New England Press,
1993.
15 François Dosse, op. cit., p. 280.
Maurice Halbwachs. Les Cadres sociaux de la mémoire. París: Albin Michel, 1994.
16 ���������
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Jurandir Malerba
17 Maurice Halbwachs. La Mémoire collective. París: Puf/Albin Michel, 1997.p. 101, apud François
DOSSE, op. cit., p. 280.
18 Sobre este tema, ver las eruditas y sugestivas reflexiones de José C. Reis. Tempo, Historia e evasão.
Campinas: Papirus, 1994.
19 Ibídem, p. 281.
20 Esa disposición ecuménica e imperialista dentro de las Ciencias Sociales, tendrá lugar después,
con el surgimiento del Estruturalismo, con la Antropología estructural propuesta por Levi-Strauss, que
luchaba por una posición de liderazgo de su nueva disciplina, pues ésta seria la única capaz de trabajar
en el nivel de las estructuras de la sociedad —único lugar donde sería posible hazer ciencia—. La res-
puesta a Levi-Strauss fue dada por Braudel en seu clásico ensayo de 1958 sobre la larga duración.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Ejercicio de memoria: interfaces con la Historia y la Historiografía
21 Pierre Nora. Les lieux de mémoire. París: Gallimard, 1984-1992, 3 vols.
22 Ibídem, vol. 3, pp. 11-32.
23 Simon Schama. Landscape and Memory. Nueva York: Knopf, 1995.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Jurandir Malerba
24 Pierre Nora, Pierre, op. cit., vol. 1, apud François Dosse, op. cit., p. 282. [Cita traducida].
25 Las reflexiones siguientes son tributarias de Patrick Hutton. «Recent Scholarship in Memory
and History» en The History Teacher, v. 33, nº 4, 2000, pp. 533-548.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Ejercicio de memoria: interfaces con la Historia y la Historiografía
26 John R. Gilles (ed.). Commemorations: the Politics of National Identity. Princeton: PUP, 1994.
Eric Hobsbawm; Terence Ranger. A invenção de tradições. Río de Janeiro: Paz e Terra, 1997. Terence
27 ������
Ranger. «The invention o Tradition Revisited: The Case of colonial África» en Terence Ranger; Megan
Vaughan (eds.). Legitimacy and the State in Africa. Londres: Macmillan, 1993.
28 John Bodnar. Remaking América: Public Memory, commemoration, and Patriotism in the 20th Century.
Princeton: Pup, 1992; Yael Zerubavel. Recovered roots: the making of israeli National tradition. Chicago:
University of Chicago Press, 1995.
29 Para unos pocos, pero representativos ejemplos de esa Historiografia en Brasil, ver Noé F. Sandes.
A invenção da nação: entre a monarquia e a república. Goiânia: Editora da Ufg, 2000; Regina ABREU. A fabri-
cação do imortal: memoria, Historia e estratégias de consagração no Brasil. Rio de Janeiro: Rocco, 1996; Circe
Bittencourt. «“As tradições nacionais” e o ritual das festas cívicas» en Jaime Pinsky (org.). O ensino de
Historia e a ciação do fato. São Paulo: Contexto, 1992; Marly da Silva Motta. A nação faz cen anos: a questão
nacional no centenário da Independência. Río de Janeiro: Ediotra Fgv, 1992; Lucia Lippi Oliveira. «As fes-
tas que a República manda guardar» en Estudos Históricos, Rio de Janeiro, n. 2, 1989; A. C. M. Santos.
«A invenção do Brasil: un problema nacional» en Revista de Historia, São Paulo, enero-junio, 1985; Carlos
Fico. Reinventando o otimismo: propaganda, ditadura e imaginário no Brasil. Río de Janeiro: Fgv, 1997.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Jurandir Malerba
30 F. Falcon. «Historia e representação» en Ciro F. Cardoso. Ciro; Jurandir Malerba. Representações:
contribuição a un debate transdisciplinar. Campinas: Papirus, 2000.
31 Podría referirse el caso muy reciente del obispo inglés radicado en Argentina, Richard William-
son, que negó la existencia del Holocausto, al punto de que el Vaticano exigió su retractación, debido a
presiones internacionales. Cf. Márcia Carmo. «Bispo que negou Holocausto é retirado de cargo». Folha
de São Paulo, 09/02/2009. [En línea]. [Citado el 1º de junio de 2009]. Disponible en Internet en:
http://www1.folha.uol.com.br/folha/bbc/ult272u500903.shtml.
32 Para una crítica y una propuesta de enfrentamiento teórico al antirrealismo histórico, una de las
dos bases epistemológicas del posmodernismo historiográfico, cf. Jurandir Malerba. A Historia e seus
discursos: una contribuição ao debate sobre o realismo histórico. Lócus, Juiz de Fora, 2007.
33 Pierre Vidal-Naquet. Os Assassinos da Memoria. Un Eichmann de papel e outros ensaios sobre o revi-
sionismo. Campinas: Papirus, 1998.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Ejercicio de memoria: interfaces con la Historia y la Historiografía
existentes serían o sospechosos, esto es, producidos por los propios judíos
sobrevivientes, o debidos a lecturas equivocadas de la documentación ofi-
cial producida por el Nacional Socialismo alemán. De acuerdo con los ne-
gacionistas, las cámaras de gas jamás existieron, Hitler nunca ordenó un
exterminio, nunca hubo seis millones de muertos, sino como máximo, unas
200 mil víctimas de enfermedades normales por la reclusión en campos de
concentración, o por peleas de judíos contra judíos.
34 Saul Friedlander (ed.). Probing the Limits of Representation. Nazism and the «Final Solution». Cam-
bridge: Harvard University Press, 1992.
35 Dos de los textos, que plantean concepciones opuestas sobre los límites de la representación
(narrativa) en Historia, presentados en Berkeley y publicados por Friedlander, son de Haydn White
(Historical Emplotment and the Problen of Truth) y Carlos Ginzburg (Just One Witness). Estos ensayos fue-
ron traducidos y publicados en Jurandir Malerba. A Historia escrita: teoria e Historia das historiografia.
São Paulo: Contexto, 2006.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Jurandir Malerba
Para formular mejor este tema, vale la pena evocar al historiador francés
François Hartog, que trata más directamente la cuestión de la narrativa.
Hartog descarta la noción de épocas históricas en favor del concepto de
regímenes de historicidad. Con ese término, refiere a los modos cambiantes
por los que los historiadores percibieron y registraron el tiempo histórico.
En otras palabras, redirecciona nuestra atención de la definición de una
época histórica al significado del tiempo en la narración histórica. Hartog
es un historiador de la Antigüedad y consigue tener una visión amplia de
las perspectivas históricas en transformación en la propia Historia, como
una narrativa con comienzo, desarrollo y fin. Él llama la atención sobre
una Historia magistra vitae, que tuvo fuerza desde la Antigüedad hasta el
Renacimiento. Los historiadores, en aquel viejo régimen de historicidad, veían
a los eventos del pasado como arquetípicos. Los eventos subsecuentes rei-
teraban sus lecciones. Tal narrativa privilegiaba el pasado, al preservar la
comprensión de una cultura anclada en la tradición. El moderno régimen de
historicidad, al contrario, privilegia el futuro, como se podría esperar de una
cultura que atribuye importancia a la innovación y a la iniciativa.
36 Cf. Lutz Niethammer. Posthistoire: Has History Come to an End? Londres: Verso, 1989. que revió
a los profetas del tránsito de una era histórica a otra poshistórica, del siglo xix e xx; también; Lutz
Niethammer. Posthistoire: Has History Come to an End? Londres: Verso, 1989; Josep Fontana. A Historia
depois do fim da Historia. Bauru: Edusc., 1998.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Ejercicio de memoria: interfaces con la Historia y la Historiografía
5. Consideraciones finales
Más esclarecedor que toda esta discusión sobre las relaciones entre
Historia y memoria, es percibir este tiempo de conmemoraciones ava-
sallantes en el que estamos viviendo. Fue así en el bicentenario de la
Revolución Francesa (que coincidió con nuestra Inconfidencia mineira); fue
así en el quinto centenario del descubrimiento de América; y es así hoy en
el centenario del nacimiento o la muerte de autores consagrados, o como el
ruidoso evento de las efemérides del bicentenario de la venida de la familia
real portuguesa al Brasil. Será así en pocos años, cuando comiencen a con-
memorarse las independencias en América Latina o la Revolución Rusa.
37 Cf. François hartog. «Tempos do mundo, Historia, escrita da Historia» en GUIMARÃES, M. L.
S. estudos sobre a escrita da Historia. Rio de janeiro: Sette Letras, 2006. Original 1996. También François
Hartog. «Arte da narrativa histórica» en Jean Boutier; Dominique Julia. Passados recompostos; campos e
canteiros da Historia. Marcella Mortara e Anamaria Skinner. Río de Janeiro: Ufrj/Fgv, 1998; François Har-
tog. O século xix e a Historia: o caso Fustel de Coulanges. Río de Janeiro: Editora Ufrj, 2003.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Jurandir Malerba
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Ejercicio de memoria: interfaces con la Historia y la Historiografía
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Historia del tiempo presente y leyes memoriales en
Francia
Marie-Claude Chaput
Universidad París Ouest-Nanterre-La Défense
1 Ver Christian Delacroix, François Dosse; Patrick García. Les courants historiques en France xixe-
xxe siècle. París: Armand Colin, 1999.
2 Institute d’Histoire du Temps Présent. [En línea]. Disponible en Internet en: http://www.ihtp.cnrs.fr/
spip.php%3Farticle124&lang=fr.html.
3 Ver Marie-Claude Chaput. «Los historiadores del tiempo presente y los traumas del siglo xx en
Francia» en Rafael Quirosa-Cheyrouze y Muñoz (coords.), Historia de la Transición en España. Los inicios
del proceso democratizador. Madrid: Biblioteca Nueva, 2007, pp. 87-100. Recordaré aquí las grandes líneas
para destacar los vínculos con las leyes memorialísticas y la evolución actual.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Marie-Claude Chaput
4 Desde hace unos años, se plantea el debate de saber si la matriz no fue la Primera Guerra Mun-
dial e incluso si es necesario tener una matriz. Ver en el dossier sobre «L’Histoire du temps présent
hier et aujourd’hui» en el Bulletin de l’IHTP, n° 75, junio de 2000, el debate entre Pieter Lagrou, «De
l’actualité du temps présent» y Henry Rousso, «L’histoire présent, vingt ans après». [En línea]. Dispo-
nible en Internet en: http://www.ihtp.cnrs.fr/spip.php%3 Farticle470.html
5 Ibid., p. 241.
6 Disponible en Internet en: http://www.isn.ethz.ch/isn/DigitalLibrary/Publications/Detail/?lng=
en&ord582=grp1&id=93718
7 L’Histoire Immédiate sur le Web. [En línea]. Disponible en Internet en: http://w3.grhi.univ-tlse2.fr/
8 Jean-François Soulet recuerda que existió desde la Antigüedad el interés por la historia inmedia-
ta —fenómeno constante según él— citando a Heródoto y a Tucídides, en L’Histoire immédiate. ��������
Histori-
ographie, sources et méthodes. París: Armand Colin, 2009, pp. 9-15.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Historia del tiempo presente y leyes memoriales en Francia
9 «Christian Ingrao». [En línea]. En Institute D’historie Tu Temps Présent. Disponible en Internet en:
http://www.ihtp.cnrs.fr/spip.php%3Farticle751.html
Ver también en Internet en «Persée», las revistas de historia : Vingtième Siècle y Matériaux pour l’histoire
de notre temps (bdic).
Stéphane Audoin-Rouzeau; Annette Becker. 14-18, retrouver la Guerre. París: Folio Histoire, Gal-
10 ����������
limard, 2000; Stéphane Audoin-Rouzeau. «Violences extrêmes de combat et refus de voir». [En línea].
En Revue Internationale des Sciences Sociales, 4, n° 174, 2002, p. 543-549. [Citado el 12 de julio del 2009].
Disponible en Internet : http://www.cairn.info/revue-internationale-des-sciences-sociales-2002-4-page-
543.htm
11 Dominaba hasta fechas recientes la visión de Jean-Jacques Becker, fundador del Historial de la
Gran Guerra en Péronne, y de sus colaboradores. Sobre el debate actual, ver Matériaux pour l’histoire de
notre temps: Les Français dans la Grande Guerre. Nouvelles approches, nouvelles questions. bdic, n° 91, julio-
septiembre de 2008. Digitalizados hasta el 2003 en: http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/
revue/mat
Ver también el Colectivo de Investigación y de debate Internacional sobre la Primera Guerra Mundial
en francés y en inglés: http://www.crid1418.org/espace_scientifique/colloque07 /accueil_colloque.htm
12 Danièle Voldman. «La bouche de vérité». [En línea] En Prólogo al Cahier de l’IHTP, nº 31, publi-
cación del seminario «Violencias, represión y diferencia de sexos, 1870-1962», 1992-1995. Disponible en
Internet en: http://www.ihtp.cnrs.fr/spip.php%3Frubrique61&lang=fr.html
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Marie-Claude Chaput
13 Laurent Douzou. «La Resistencia, cosa de hombres». [En línea]. En Bulletin de l’IHTP, n° 31, Semi-
nario «Violencias, represión y diferencia de sexos, 1870-1962». Disponible en Internet en: http://www.
ihtp.cnrs.fr/spip.php%3Frubrique64&lang=fr.html
14 Fabrice Virgili. La France «virile». Des femmes tondues à la Libération, París: Editions Payot et Rivag-
es, 2000. Artículo en ibídem.
15 Disponible en Internet en: http://tristan.u-bourgogne.fr/UMR5605/pagesmenu/UMR5605 Ac-
cueil.htm
16 Où en est l’Histoire du Temps présent? Notions, problèmes et territoire, Actes du colloque transfronta-
lier, red CLUSE. Dijon: 1997.
17 Centre d’Histoire de Sciences Politiques. [En línea]. Disponible en Internet en: http://centre-histoire.
sciences-po.fr/
Jean-François Sirinelli. Mai 68. L’événement Janus. París: Fayard, 2008.
18 ���������������
19 Approches Historiques Des Mondes Contemporaines. [En línea]. Disponible en Internet en: http://
ahmoc.ehess.fr/
20 Centre d’Histoire Culturelle des Sociétés Contemporaines. [En línea]. Disponible en Internet en: http://
www.chcsc.uvsq.fr/publi_centre.html
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Historia del tiempo presente y leyes memoriales en Francia
Notemos que entre los historiadores del tiempo presente, algunos tra-
bajan sobre otros períodos más lejanos: es el caso del medievalista Jacques
Le Goff, que lo explicó por la posibilidad de analizar el pasado a la luz del
presente y entender mejor éste a la luz del pasado22, como los nuevos en-
frentamientos entre Occidente y Oriente, algo relacionado con la memoria
colectiva 23. El interés por la promulgación de leyes memoriales por parte
de algunos colectivos sería la cara oscura de esta actitud: una historia y
unos usos de la historia mal conocidos y mal entendidos.
21 Marc Augé. Non-lieux. Introduction à l’anthropologie de la surmodernité. París: Librairie du xxe siècle,
Seuil, 1992, p. 43.
22 «La vision des autres: un médiéviste face au temps présent» en Agnès Chauveau; Philippe Té-
tart (coords.). Questions à l’Histoire des temps présents. París: Editions Complexe, 1992, p. 99.
Cf. Maurice Halbwachs. La mémoire collective. París: Les Presses Universitaires de France, 2ª ed.,
23 �������������
1967. Disponible en Internet en: http://dx.doi.org/doi:10.1522/cla.ham.mem1
24 Pierre Nora explicó que Les lieux de mémoire (Los lugares de memoria) fue el resultado de un
seminario de la ehess entre 1978-1981 cuando: «la rápida desaparición de nuestra memoria nacional
me había parecido exigir un inventario de los lugares donde se había encarnado». No había previsto
la demanda creciente de memoria en un mundo profundamente trastornado, con la «aceleración de la
historia» y la desaparición de los campesinos «colectividad-memoria» que desempeñó un papel fun-
damental en la identidad francesa. («Entre mémoire et Histoire. La problématique des lieux. 1. La fin
de l’histoire-mémoire» en Piere Nora. Les Lieux de mémoire. París: Gallimard, 1984, pp. vii y xviii. Las
traducciones son mías).
25 La expresión francesa la fleur au fusil revela la idealización de una guerra que se quiso situar en
la tradición revolucionaria.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Marie-Claude Chaput
26 Ver Nicolas Offenstadt. Les fusillés de la Grande Guerre et la mémoire collective (1914-1999). París:
Odile Jacob, 1999.
27 Ibídem, p. 72.
28 Sobre su proceso ver Alicia Kaplan. The Collaborator: the Trial and Execution of Robert Brasillach.
Chicago: University Chicago Press, 2000. [Traducción francesa: Intelligence avec l’ennemi: le procès Brasil-
lach. París: Gallimard, 2001].
29 «Le procèss Klaus Barbie». [En línea]. En Centre National de Documentation Pédagogique. Les dossiers
de Télédoc. [Disponible en Internet en: http://www.cndp.fr/Tice/Teledoc/dossiers/ Dossier_barbie.htm].
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Historia del tiempo presente y leyes memoriales en Francia
Hay que relacionar la Historia del tiempo presente en Francia con es-
ta segunda ola de procesos en los años 1980-1990. Planteaba los vínculos
entre justicia, Historia y memoria y se fundamentaba en la confianza en la
Justicia para dar una solución definitiva. Sin embargo, no fue lo que pasó;
al contrario, reactivó las polémicas.
30 «L’historique de l’affaire Papon». [En línea]. En Matisson Consultants. Disponible en Internet en:
http://www.matisson-consultants.com/affaire-papon/procedure/index.htm
31 Al principio, fueron pocos los que no aceptaron la derrota rápida y total de 1940: la corriente
pacifista, muy fuerte en Francia después de la Primera Guerra Mundial, y la conmoción que significó
ver desfilar tropas alemanas por las calles de París lo pueden explicar. Los primeros en hacerlo fueron
el general De Gaulle desde Londres y los comunistas condenados a la clandestinidad por prohibirse el
Partido. Ex combatientes republicanos refugiados en Francia se unieron a los primeros maquis.
32 Denis Peschanski. La France des camps, L’internement 1938-1946. París: Gallimard, 2002.
33 Cf. la entrevista de Luis Royo-Ibánez. Disponible en Internet en: http://increvablesanarchistes.
org/articles/1936_45/25aout44_paris.htm
34 Geneviève Dreyfus-Armand. El exilio de los republicanos españoles en Francia desde la Guerra Civil
hasta la muerte de Franco. París: Albin Michel, 1999 y Barcelona: Crítica, 2000. Ver también: «La memoria
de la Segunda República en el exilio republicano en Francia», en Historia del Presente, n° 2, 2003, p.
41-50; Émile Témime. «Espagnols dans la Résistance» en Mémoire et Histoire: la Résistance, op. cit., pp.
99-107.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Marie-Claude Chaput
35 Ver Laurent Douzou. La Résistance française, une histoire périlleuse. París, Seuil/Points, 2005, libro
que define como un «ensayo de historiografía».
36 Vichy, op. cit., p. 350.
37 Dos películas resumen el enfrentamiento entre ambas representaciones: Un condamné à mort s’est
échappé de Robert Bresson, en 1956, y Lacombe Lucien de Louis Malle, en 1974, que provocó malestar
por la ambigüedad del protagonista que se puso al servicio de la milicia que colaboraba con la Gestapo
al rechazarle los del maquis. Ver Laurent Douzou, op. cit., p. 194.
38 Vichy. L’événement, la mémoire, l’histoire. París: Gallimard, 1992, p 356.
39 Ver también el balance historiográfico de Jean-Marie Guillon. «La résistance, 50 ans après et
2000 titres après» en Pierre Laborie; Jean-Marie Guillon; Philippe Joutard (dirs.). Mémoire et Histoire:
la Résistance, Toulouse: Privat, 1995, pp. 27-43.
40 Le sucedieron Robert Franck (1990-1994) y Henry Rousso (1994-2005), autor de numerosos estu-
dios sobre el régimen de Vichy (Le syndrome de Vichy, París, Le Seuil, 1a edic. 1987; Vichy. L’événement, la
mémoire, l’histoire, Paris, Histoire, Gallimard, 1992; Vichy : un passé qui ne passe pas, París: Fayard, 1994).
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Historia del tiempo presente y leyes memoriales en Francia
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Marie-Claude Chaput
42 «Guy Môquet. Lettre à sa famille, 22 octobre 1941» en Le Web Pedagogique. [En línea]. Disponi-
ble en Internet en: http://lewebpedagogique.com/bac-premiere/lettre-de-guy-mocquet-a-sa-famille-22-
octobre-1941/
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Historia del tiempo presente y leyes memoriales en Francia
43 Laurent Douzou cita el libro, publicado en 1947, de cinco actores-testigos y escritores: Edith
Thomas, Jacques Lecompte-Boinet, Edgar de Larminat, René Char y Vercors, cuyo subtítulo Cinq parmi
d’autres (Cinco entre otros muchos), remitía a la elección de algunas personalidades cuyo destino trágico
fuera capaz de hacer de ellos un símbolo: Berthie Albrecht, Pierre Arrighi, Diego Brosset, Dominique
Corticchiato, Jean Prévost. La Résistance, op. cit., pp. 84-85.
44 Henry Rousso define la diferencia de enfoque con dos expresiones: «me acuerdo», individual y
«érase una vez», colectivo, que supone una construcción pero reconoce la dificultad actual ya que se
las está confundiendo cada día más, en Filmer le passé dans le cinéma documentaire/Les traces et la mémoire,
addoc, L’Harmattan, 2003, p. 29.
45 Liberté pour l’Histoire. [En línea]. Disponible en Internet en: http://www.lph-asso.fr/
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Marie-Claude Chaput
Eso revela las dificultades de estos procesos tardíos, que por lo menos
tienen el mérito de existir. Provocaron divisiones en la sociedad francesa
entre los que querían que se juzgara a los colaboracionistas a pesar del
tiempo transcurrido y los que consideraban que ya era hora de poner un
punto final. Los historiadores, que se habían distanciado de la visión jurí-
dica, fueron citados por la justicia en los años noventa. Algunos aceptaron,
como Paxton en 1994 y 1997, Azéma en 1997, Bédarida en 1994; otros, como
Henry Rousso, no aceptaron, por considerar que el historiador no es el de-
tentador de una prueba en el sentido jurídico de la palabra. Estos procesos
destacaron el desfase entre la Historia basada en archivos y la construcción
de la memoria, como lo demostraron los historiadores François Bédarida46,
Robert Paxton y René Rémond en 1994 en el proceso del alto funcionario
Maurice Papon. Casi no hubo referencia a los alemanes, al contrario de
los procesos de la posguerra; la condena final a diez años de cárcel tuvo
lugar por complicidad en la detención y deportación de judíos. El peritaje
histórico es un fenómeno reciente relacionado sin duda con el auge de la
Historia del tiempo presente y la participación de los grandes historiado-
res de este período en emisiones de televisión y en documentales. Jean-
Pierre Azéma, en una entrevista, comentaba que había comparecido ante
el tribunal como historiador, dando una clase sobre Vichy a los jurados
para que entendieran el comportamiento del acusado en el contexto de la
época y no lo juzgaran con los criterios de su propio entorno, medio siglo
después. Tal postura se vuelve a encontrar en los debates actuales entre
las dos asociaciones creadas como respuesta al riesgo de una avalancha
de leyes memoriales en Francia. Jean-Pierre Azéma, que forma parte de
la asociación Liberté pour l’Histoire, considera que hay que presionar para
que se cambien las leyes, por lo menos que se escriban teniendo en cuenta
la realidad histórica. En tanto que Gérard Noiriel, presidente del Comité de
46 François Bédarrida. Touvier, Vichy et le crime contre l’humanité, París: Seuil, 1996; François Bé-
darrida. Paul Touvier et l’Eglise Paris, Fayard, 1992; François Bédarrida. «L’Histoire entre science et
mémoire ?» en L’Histoire aujourd’hui, Éditions Sciences Humaines, 1999, p. 335.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Historia del tiempo presente y leyes memoriales en Francia
Aunque la Justicia se asocia cada vez más con la Historia, sus fines son
distintos. El juez tiene que dictar una sentencia definitiva, pero no es este el
caso del historiador: la apertura de archivos puede cambiar su interpreta-
ción, como ha pasado después de la apertura de los archivos militares para
la Primera Guerra Mundial; o, para la Segunda Guerra, con la caída del
muro de Berlín en 198948, que ha vuelto a llamar la atención sobre el papel
de los alemanes (en particular el del ejército alemán, la Wehrmacht).
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Marie-Claude Chaput
do huir, los había denunciado; pero, procesado dos veces, éste había sido
liberado por falta de pruebas. Con la extradición de Barbie desde Bolivia,
en 1983, había vuelto a surgir el enigma de Caluire mediante acusaciones
contra los dos que seguían con vida: René Hardy49 y Raymond Aubrac,
quien había sido liberado gracias a una operación montada por su esposa
Lucie. La pareja había tomado la iniciativa de esta mesa redonda. Barbie,
condenado en 1987, había prometido unas revelaciones impactantes, pero
murió en 1991 sin revelar nada nuevo. Un falso «testamento», publicado
entonces, echaba la responsabilidad de las detenciones a los Aubrac, quie-
nes esperaban que esta mesa redonda sirviera para que los historiadores
se pronunciaran donde la Justicia había fracasado50. Su decepción pone
de relieve el desfase entre el trabajo del historiador y el papel que se le
atribuye.
49 En un libro, publicado en 1984: Derniers mots. Mémoires, París: Fayard, Hardy acusó a la pareja
Aubrac. En 1985, Lucie Aubrac publicó su respuesta en Ils partiront dans l’ivresse (reed. París: Seuil,
Points, 1997). En 2009, los historiadores siguen considerando a Hardy como un agente doble y el res-
ponsable de las detenciones: «Soixante-six ans après, le mystère irrésolu de l’arrestation de Caluire». [En
línea]. En Le Progrès, 21/vi/2009. Disponible en Internet en: http://www.leprogres.fr/fr/permalien/
article/1714503/66-ans-apres-le-mystere-irresolu-de-l-arrestation-de-Caluire.html. «Le document qui
accable Hardy et Benouville». [En línea]. En Marianne 2. Disponible en Internet en: http://www.marian-
ne2.fr/Le-document-qui-accable-Hardy-et-Benouville_a122864.html
50 En 1997 tuvo lugar el lanzamiento de una película de Claude Berri, Lucie Aubrac. Podemos obser-
var la acción conjunta de historiadores, jueces, medios de comunicación y artistas en la reivindicación
de memoria, justicia y en la creación de nuevas representaciones.
51 René Rémond. «L’histoire et la Loi» [En línea]. En Etudes, 2006/6, tomo 404, p. 763-773. Dis-
ponible en Internet en: http://www.cairn.info/article.php?id_revue=etu&id_numpublie= etu_046&id_
article=etu_046_0763
52 Ibidem.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Historia del tiempo presente y leyes memoriales en Francia
«La cosa empieza a tener mala cara cuando la Historia que no pertenece a nadie
y que consiste a hacer del pasado una preocupación común, ya sólo se escribe
bajo la presión de unos grupos de memoria que no se preocupan más que de
imponer su lectura particular de la historia. Fue entonces cuando se inició un
cambio brutal de otra naturaleza. Pasamos de una memoria modesta, interesada
únicamente en que se la reconozca, respete, integre en el gran libro colectivo y
nacional, a una memoria acusadora y destructora de esta historia»53.
A finales de 2008, los diputados parecen haber decidido por fin dejar a
los historiadores escribir la Historia dejando de promulgar leyes sobre ella.
Sin embargo, la ley Gayssot y la ley Taubira siguen vigentes, lo que deja
la puerta abierta a futuros conflictos. La ley Gayssot, promulgada el 13 de
julio de 1990 para reprimir cualquier acto racista, antisemita o xenófobo,
dividió a los historiadores. Algunos la defendían por impedir un cuestio-
namiento de la existencia de la Shoa. Pero si esta ley, que fue la primera,
fue aceptada casi por todos, se ven hoy las consecuencias negativas, ya que
abrió la puerta a otras reivindicaciones y a otras leyes, iniciando un engra-
naje que temían algunos historiadores como Madeleine Rebérioux y Pierre
Vidal-Naquet —uno de los primeros en denunciar el negacionismo54—.
François Bédarida, en una entrevista en Le Monde, a la pregunta sobre la
eficacia de esta ley, afirmaba lo mismo: «No es el papel de la justicia decidir
por decreto la validez de las afirmaciones históricas. No es castigando a los
autores de inanidades como se va a contribuir al conocimiento. Nunca he
sido favorable a ello55».
53 Pierre Nora; Françoise Chandernagor. Liberté pour l’Histoire. París: cnrs Éditions, 2008, p. 16.
54 Madeleine Rebérioux; Pierre Vidal-Naquet. Les assassins de la mémoire. París: La découverte,
1987. Era la respuesta a algunos historiadores que negaban la existencia de las cámaras de gas en los
campos nazis.
55 «La Shoa, la mémoire et les historiens. François Bédarida, historien: “Le débat est clos sur les
faits”» en Le Monde, 05/05/1996.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Marie-Claude Chaput
Tales leyes que invitan al arrepentimiento colectivo (lo que ha dado en lla-
marse repentance, palabra empleada primero por la Iglesia decidida a arre-
pentirse de su violencia pasada, y luego adoptada por numerosos políticos
como Ségolène Royal, la rival de Sarkozy en las elecciones presidenciales),
condujeron a la creación de dos asociaciones: Liberté pour l’Histoire (lph),
creada durante los encuentros de Blois con la publicación de su Manifiesto
del mismo nombre57, y Comité de vigilance face aux usages publics de l’histoire
(cvuph), que publicó un libro colectivo para denunciar los abusos políticos
de la historia58.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Historia del tiempo presente y leyes memoriales en Francia
Si la Shoa había ocultado a las otras víctimas, asistimos hoy a una com-
petencia en el ranking absurdo de las víctimas; y si no se detiene, el proceso
61 Pierre nora; Françoise Chandernagor. Liberté pour l’Histoire. París: CNRS, 2008, p. 44.
62 Ver Madeleine Rebérioux, L’Histoire, n° 138, p. 92.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Marie-Claude Chaput
63 Ver Jean-Clément Martin. «La Vendée, région-mémoire. Bleus et blancs» en Pierre Nora (dir.).
Les lieux de mémoire. París: Quarto Gallimard, 1997, tomo I, pp. 519-534. [1a ed. del tomo 1, 1984, 7 volú-
menes entre 1984 y 1992, en la «Bibliothèque illustrée des histoires].
64 � Ibídem, pp. 21-22.
Annette Wieworka. L’Ere du témoin. París: Plon, 1999.
65 ���������
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Historia del tiempo presente y leyes memoriales en Francia
el interés de los historiadores del tiempo presente por los usos y abusos
del pasado, ya que pueden constituir una amenaza para ellos y para la
democracia66.
Pierre Nora, quien hacía años se había inquietado por el peso creciente
de las conmemoraciones, se inquieta ahora por su instrumentalización po-
lítica. En nombre de lo políticamente correcto se renunció a conmemorar
una de las máximas victorias napoleónicas en Austerlitz, así como la fecha
relativa al dramaturgo Corneille, por estar implicado algún familiar suyo
en la trata negrera70.
66 Maryline Rivello; Patrick García; Nicolas Offenstadt (eds.). La Concurrence des passés. Usages po-
litiques du passé dans la France contemporaine. Aix en Provence: Publications de l’Université de Provence,
2006.
67 Pierre Nora; Françoise Chandernagor. Liberté pour l’Histoire. París: CNRS, 2008. [En línea]. En
Liberté pour l’Histoire. Disponible en Internet en: http://www.lph-asso.fr/
68 http://cvuh.free.fr/
69 Nicolas Offenstadt. Les fusillés de la grande guerre et la mémoire collective. París: Éditions Odile
Jacob, 2000.
70 Pierre Nora; Françoise Chandernagor. Liberté pour l’Histoire, op. cit., p. 17.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Marie-Claude Chaput
una respuesta entenderemos a Francia y a los que la han hecho y la van a hacer.
[…] A la hora de Europa y de un mundo sin fronteras pero cada vez más divi-
dido y conflictivo, ¿hace falta reconstruir el muro tranquilizador de una Francia
mítica que no permite entender la complejidad del pasado ni preparar a las com-
plejidades del futuro? […] A la hora de la apertura al mundo, ¿hace falta devol-
ver a las instituciones académicas el papel que les atribuía la monarquía? ¿O
necesita la Historia de la nación un foro, más que un sarcófago?»71.
Podría ser una manera de dar una respuesta a las tensiones que han
caracterizado el año 2009 en Guadalupe y en Nueva Caledonia, más que
promulgando leyes para satisfacer a cada grupo, o emitiendo declaracio-
nes del presidente, cuyo partido (ump, Union pour un Mouvement Populaire)
llevó adelante la ley sobre los efectos positivos de la colonización (como si
Francia hubiera tenido métodos distintos de los otros colonizadores)72.
«[…] nuestro siglo ha decidido abolir los efectos del tiempo sobre la memoria
para cierta categoría de crímenes. El olvido está prohibido —todavía más, es una
falta—, y recordar ha venido a ser una exigencia ética y jurídica»73.
71 Daniel Roche; Christophe Charle. «La France au musée de l’histoire», 08.02.09.
72 Ver Eric Mesnard. «Esclavage dans les colonies françaises» en Comment Nicolas Sarkozy écrit
l’histoire de France, op. cit., pp. 76-78.
73 René Rémond. «L’Histoire et la Loi», Études 2006/6, op. cit.
74 Paul Ricœur. La Mémoire, l’Histoire, l’Oubli. París: Le Seuil, 2000.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Historia del tiempo presente y leyes memoriales en Francia
75 Ibídem.
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Memoria e Historia del tiempo presente.
El recuerdo y los olvidos de la Guerra Civil Española en
la prensa de la Transición
Alfonso Pinilla
Universidad de Extremadura
1. El Juego de la Transición
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Alfonso Pinilla
1 Esos retos son, fundamentalmente, dos: uno, la ausencia de participación y representación políti-
cas de una sociedad cada vez más moderna y desarrollada económicamente -con una mayoritaria clase
media que surgió al calor del Plan de Estabilización aplicado en 1953- en una dictadura tan autoritaria
como anacrónica; y dos, el carácter personalista de un régimen que ve ligada su existencia a la vida
de su fundador y mantenedor: el general Franco. Para un estudio exhaustivo de ambos desajustes que
explican la transición política a la democracia, ver Paul Preston. El triunfo de la Democracia en España
(1969-1982). Barcelona: Plaza& Janés, 1986.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Memoria e Historia del tiempo presente. El recuerdo y los olvidos de la Guerra Civil Española en la prensa de la Transición
2 El propio Carrillo acabará aceptando la monarquía como forma del Estado. No rompió, en este
caso, con la herencia de Franco. La ruptura pactada acepta dosis de pasado para construir presentes ya
distintos, de ahí que se acerque a la reforma.
3 Entiéndase por enemigos la relación existente entre dos grupos que pertenecen a organizaciones
distintas, a terrenos de juego diferentes. Entiéndase por adversarios la relación existente entre dos gru-
pos que, perteneciendo a la misma organización o mismo terreno de juego, defienden distintas ideas
para articular el presente o el futuro de esa organización.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Alfonso Pinilla
4 Es necesario añadir, en este punto, que también los grupos terroristas de extrema izquierda
o aquellos que tienen un ideario socialista mezclado con nacionalismo extremo, como eta, también
estarían dentro de los maximalismos de la oposición. Entre ellos existen diferencias ideológicas y dis-
crepancias en torno a los medios que deben emplearse para derribar a la dictadura, pero el fin es com-
partido: la ruptura radical del régimen de Franco.
5 Entre los posibilistas de la oposición también se hallan grupos políticos de centro-derecha aleja-
dos del régimen franquista, como por ejemplo la democracia cristiana.
6 En este artículo nos centramos en los pactos que las elites políticas desarrollan para alumbrar una
democracia desde la dictadura. Somos conscientes de que esos pactos estaban influidos, también, por la
movilización social existente en aquellos años. La intensidad de esa movilización y su influencia en la
transición política son importantes y aún no han sido calibradas por los historiadores. Siempre hemos
tendido a considerar que la transición es un proceso de cambio impulsado/desarrollado por los pactos
que se establecen entre elites políticas, despreciando con ello el papel de las movilizaciones sociales. El
trabajo aquí propuesto es un estudio de cómo pactan las elites, y podrá completarse cuando ya dispon-
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Memoria e Historia del tiempo presente. El recuerdo y los olvidos de la Guerra Civil Española en la prensa de la Transición
2. La jugada maestra
gamos de datos fiables acerca de la intensidad de una movilización social cuyo papel a la hora de influir
sobre esos pactos aún no se ha definido con exactitud, si bien se intuye importante.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Alfonso Pinilla
Abril de 1977, día 9, Sábado Santo. Aprovechando que Madrid está de-
sierta de militares y políticos debido a las vacaciones de Semana Santa,
el gobierno de Adolfo Suárez da luz verde a la legalización del Partido
Comunista de España (PCE). Se consuma el paso de la victoria a la reconci-
liación, el pacto entre antiguos enemigos para desactivar a los respectivos
adversarios.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Memoria e Historia del tiempo presente. El recuerdo y los olvidos de la Guerra Civil Española en la prensa de la Transición
De una u otra manera, con las alforjas del olvido y el perdón o las del
recuerdo y la revancha, los jugadores de la transición mirarán a la Guerra
Civil como hito legitimador. Unos para utilizar la victoria que cosecharon
como cheque en blanco para dominar el presente. Otros para abogar por
la superación de viejos conflictos en una reconciliación que fundamente
la democracia en ciernes. Según como se recorran las variables anteriores
—olvido, perdón, experiencia del pasado, aspiraciones de poder en el pre-
sente, riesgo de repetición del conflicto— tendremos dos fuentes de legiti-
midad básicas: la victoria, propia del búnker franquista; y la reconciliación,
propia de los reformistas y la oposición moderada.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Alfonso Pinilla
7 La aceptación de una variable quedará representada por la S (de Sí), la negación por la N (de
No).
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Memoria e Historia del tiempo presente. El recuerdo y los olvidos de la Guerra Civil Española en la prensa de la Transición
(iv) Para evitar una nueva guerra civil y conservar el poder desacti-
vando a los adversarios franquistas, cuya fuente de legitimidad
es la victoria, los reformistas propondrán junto a sus nuevos
aliados —esos antiguos enemigos de la guerra que son ahora
los posibilistas de la oposición democrática— la reconciliación
nacional. Un perdón mutuo sin revanchas que apague los res-
8 Queda expuesta esta idea en el magnífico poema de Mario Benedetti «Olvidadizos y olvidado-
res». [Mario Benedetti. El olvido está lleno de memoria. Madrid: Visor, 1996, p. 24].
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Alfonso Pinilla
Carrillo y su pce, por otra parte, han visto abrirse en la línea de flotación
del régimen serias grietas durante los años sesenta. Grietas acrecentadas
en 1975, tras la muerte de Franco y el ascenso al poder de Juan Carlos I
y Suárez. Por esos resquicios intentará colarse un pce que aspira a ocupar
gobiernos futuros en la democracia que se intuye.
Carrillo y la vieja guardia del pce vivieron la guerra, pero están dispues-
tos a olvidarla y a perdonar a sus antiguos enemigos. Curioso. La experien-
cia directa del ayer, al contrario de lo que ocurría en el búnker, no impide
la aceptación de olvidos y perdones. ¿Por qué?
Además, consciente del ruido de sables azuzado por un búnker que está
dispuesto a volver a batirse en las trincheras, baja el perfil de su discurso
para evitar a toda costa una guerra vivil que echaría por tierra todas sus
aspiraciones. La reconciliación nacional es el único camino hacia una de-
mocracia con garantías donde los comunistas puedan optar al poder.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Memoria e Historia del tiempo presente. El recuerdo y los olvidos de la Guerra Civil Española en la prensa de la Transición
En medio del proceso 10019, con un régimen que hace aguas ante una
movilización social creciente, los sueños de continuidad se disipan tras el
asesinato de Carrero. El propio Franco, consternado, confesará al presi-
dente en funciones Torcuato Fernández Miranda: «la tierra tiembla bajo
nuestros pies»10.
Con este mensaje, el reformismo quiere evitar una nueva guerra civil,
un enfrentamiento desatado entre los extremos a derecha e izquierda, entre
los maximalismos de la dictadura y la oposición. Por eso el diario reformis-
9 Los principales líderes de Comisiones Obreras serían juzgados en este proceso 1001.
10 Victoria Prego recoge estas declaraciones en su obra Así se hizo la Transición. Barcelona: Plaza &
Janés, 1995.
11 Esta prensa expresa el discurso de los posibilistas de la dictadura, del reformismo, cuyo conteni-
do y posturas se analizaron antes. En 1973, Pueblo, Informaciones y en menor medida Ya se identificaban
«grosso modo» con estas posturas, si bien lo hacían en editoriales o artículos de opinión relegados a
lugares secundarios del periódico. La defensa del discurso reformista en grandes titulares o portadas
hubiera supuesto la suspensión del diario, de ahí que tales discursos se relegaran a zonas poco relevan-
tes que pudieran pasar más desapercibidas.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
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Y con este argumentario van aparcándose, a medida que pasan los días,
las llamadas a la serenidad y toman cuerpo las alusiones al uso de la violen-
cia contra los enemigos que atacaron la estabilidad del régimen. Aludiendo
a la figura del emperador Augusto, las páginas de El Alcázar lanzan men-
sajes mezclados con sones de trinchera, con tambores de guerra, con ruido
de sables:
«Recuerden que el emperador Augusto afirmó: “Si para conservar el orden y se-
guir adelante tengo que echar las legiones sobre el Senado, no dudéis que dictaré
una ley para que echar las legiones sobre el senado sea un acto perfectamente
legal.”»17
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
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El diario abc tiene una línea editorial conservadora acorde con el discur-
so pro-monárquico que la inspira. Aunque comulga con los reformistas,
pues es consciente de que el franquismo no puede sostenerse tal y como
queda planteado desde el 18 de julio de 1936, no logra abandonar la victo-
ria para abrazar la reconciliación. Un matiz a este discurso lo ofrece el his-
toriador Carlos Seco Serrano, que en un artículo de opinión publicado en
abc apuesta claramente por la reconciliación como base del futuro demo-
crático, pero al mismo tiempo recuerda a los viejos contendientes —sobre
todo a los comunistas— que su concurso en la escena política ahora abierta
no puede servir para reavivar viejos conflictos ni para, mucho menos, to-
marse la revancha:
«El Partido Comunista tiene verdadero empeño, no exactamente en una “recon-
ciliación”, sino en una “revancha”. Pretende, pura y simplemente, que se le dé
la razón perdida.
La convivencia efectiva, dentro de ella, entre los que un día se enfrentaron con
las armas, sólo será posible cuando unos y otros renuncien a una pura y simple
anulación del adversario.
Porque la “reconciliación nacional” […] no puede consistir, de ninguna manera,
en volver al punto de partida de la Guerra Civil […]. La definitiva superación
de nuestra contienda sólo se logrará cuando los dos extremos responsables de
ella retornen a integrarse en una plataforma de civilizado diálogo —cuyo cauce
supremo está en el Parlamento—: pero no quitando la razón a una de las partes
responsables del enfrentamiento armado (la que ganó la guerra), para dársela a
la otra (la que la perdió)»26.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Memoria e Historia del tiempo presente. El recuerdo y los olvidos de la Guerra Civil Española en la prensa de la Transición
Una victoria hoy puesta en peligro por aquellos que precisamente ha-
bían recibido el encargo de conservarla. El gobierno de la dictadura, ahora
en manos de Suárez, ha traicionado los ideales del régimen resucitando a
los enemigos ya derrotados:
«Más vale tener la gallardía de proclamar ante el pueblo español que un
Gobierno cuya existencia se debe a una victoria sobre el comunismo, legalizaba
la hoz y el martillo el mismo día que quitaba el yugo y las flechas del edificio de
la calle de Alcalá, bajo cuya sombra hicieron su carrera relevantes miembros del
Gobierno.»30
28 Torcuato Luca De Tena. «Imposición por Decreto de Amnesia colectiva» en ABC, 13/IV/1977, p. 3.
29 Antonio Izquierdo. «Responsabilidades» en El Alcázar, 16/IV/1977, portada.
30 «Gol» en El Alcázar, 11/IV/1977, portada.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Alfonso Pinilla
Estaba escrito, ya dije la fecha (tras la muerte de Franco), con tinta de traición
más que de olvido»31.
31 Rafael García Serrano. «Dietario Personal, domingo 10 de abril» en El Alcázar, 11/IV/1977, p. 3.
32 Antonio Izquierdo. «Amnistía al vencedor» en El Alcálzar, 15-4-77, p. 2.
33 Ismael Medina. «Lo natural es que las Fuerzas Armadas sean antimarxistas» en El Alcázar, 15/
IV/77, p. 2.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Memoria e Historia del tiempo presente. El recuerdo y los olvidos de la Guerra Civil Española en la prensa de la Transición
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Alfonso Pinilla
Es justo que los muertos de ayer sean reconocidos hoy, pero es peligro-
so que los huesos desenterrados se conviertan en mercancía electoral, en
gresca parlamentaria o en arma arrojadiza contra el adversario político. El
papel del historiador no es el de participar, a favor de unos o de otros, en
este fuego cruzado de recuerdos, sino más bien en establecer qué variables
inspiran los giros de la memoria y las caras que del pasado se enseñan
en el presente. Porque ha de quedar claro que Historia —como disciplina
científica— y memoria —como representación/percepción poliédrica del
pasado— son conceptos distintos y a la vez complementarios, pues ésta se
convierte en objeto de estudio para aquélla. Lo escrito en este artículo ha
querido contribuir, humildemente, a esa consideración de la memoria como
objeto de estudio para los historiadores del tiempo presente.
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Las memorias militantes y el uso testimonial en la
Historia política del tiempo presente en Chile: de lo
estructural y lo subjetivo
Cristina Moyano
Universidad de Santiago de Chile
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Cristina Moyano
2 Memorias (Orlando Millas), Una transición de dos caras. Crónica y autocrítica (Camilo Escalona),
Memoria de la izquierda chilena (Jorge Arrate y Eduardo Rojas), De lo vivido y lo peleado (Luis Corvalán),
El Sol y la Bruma (Jaime Gazmuri), Chile, un largo septiembre (Patricio Rivas), Las armas del ayer (Max
Marambio).
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Las memorias militantes y el uso testimonial en la Historia política del tiempo presente en Chile: de lo estructural y lo subjetivo
3 Ejemplos son los textos: Ciudades en las sombras. Una historia no oficial del ps de Chile (Eduardo
Gutiérrez), Un día de octubre en Santiago (Carmen Castillo), La roja cadena de nuestros sueños (Patricio
Pobrete), Disparen a la bandada (Fernando Villagrán), Hacia el final de la partida (Guillermo Rodríguez),
Autobiografía de un ex jugador de ajedrez (Claudio Durán Pardo), Frazadas del Estadio Nacional (Jorge
Montealegre), Los santos están marchando (Ismael Llona) o Pasajeros en tránsito. Una historia real (Jorge
Arrate).
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Cristina Moyano
De esta forma, sin duda que el golpe de Estado marca una inflexión par-
ticular en la izquierda, que hace que estas estructuras tengan un soporte
4 Joan Miquel Verd. «La construcción de indicadores biográficos mediante el análisis reticular del
discurso. Una aproximación al análisis narrativo biográfico» en Revista redes, vol. 10, nº 7, junio del
2006. http://revista-redes.rediris.es
5 Ibídem, p. 11.
6 Ibídem, p. 12.
7 Ibídem, p. 12.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Las memorias militantes y el uso testimonial en la Historia política del tiempo presente en Chile: de lo estructural y lo subjetivo
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Cristina Moyano
El enfoque de redes parte de una premisa básica: que los sujetos no son
átomos indivisibles, sino un conjunto coherente de relaciones «tanto físicas
como intelectuales, con la naturaleza, con los objetos, con las otras perso-
nas, relaciones que […] transforman continuamente. Así ningún individuo
es estrictamente individual8», sino un ser inserto en relaciones sociales.
Esas relaciones sociales permiten hacer circular las ideas, generan confian-
zas, posibilidades de agrupación y construcción de imaginarios, que en
la Historia política reciente son claves para comprender las decisiones de
colectividades respecto de alianzas, ideas y reflexiones, que no siempre
pueden explicarse desde una perspectiva de mera transformación ideoló-
gica racional y aislada de esas relaciones que las sostienen. De esta forma,
la coherencia de estas relaciones puede cambiar en el tiempo, reforzarse,
consolidarse o destruirse, y eso debe ser estudiado históricamente.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Las memorias militantes y el uso testimonial en la Historia política del tiempo presente en Chile: de lo estructural y lo subjetivo
10 Rango: corresponde al número de lazos de un actor, que puede actuar como receptor de los mis-
mos o como generador.
11 Grado de intermediación: determina el grado en que una persona actúa como puente o conector
entre grupos que de otra forma se mantendrían aislados.
12 Cercanía: determina cuán cercana está una persona de la otra y si las relaciones son recíprocas o
no. La importancia de la conexión de una persona radica en la cercanía respecto de los influyentes en
un estudio.
13 Densidad: corresponde a la cantidad de lazos existentes entre un actor y otro, y al número de
lazos posibles, dependiendo además si éstos son recíprocos o no. Del análisis de la densidad se pueden
obtener datos que nos permitan pesquisar la existencia de camarillas o subgrupos en los que un actor
tiene relaciones más densas.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Cristina Moyano
14 Tomás Villasante. Redes y socio praxis, cuatro redes para vivir mejor, op. cit., pp. 96-97
15 Joan Miquel Verd, op. cit., p. 18.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Las memorias militantes y el uso testimonial en la Historia política del tiempo presente en Chile: de lo estructural y lo subjetivo
«[…] un Entorno [es] como una unidad intratextual narrativa, compuesta de pro-
posiciones u oraciones (unidades mínimas de interacción en el relato), con con-
tenidos relativamente homogéneos y coherentes referidos a un espacio y a una
temporalidad socialmente definidas y con una relativamente limitada clausura;
son además el contexto socio-narrativo y pragmáticamente interpretativo más
inmediato de las unidades mínimas de referencia que son las interacciones del
relato»19.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Cristina Moyano
Para Lozares:
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Las memorias militantes y el uso testimonial en la Historia política del tiempo presente en Chile: de lo estructural y lo subjetivo
Por otra parte, las memorias también nos proporcionan un relato subje-
tivo de las características de las redes de quienes recuerdan. En los relatos
van apareciendo los líderes lejanos y los amigos cercanos, que se retratan
como afirmación de un lugar específico ocupado dentro de la estructura
partidaria. Su referencia a la cercanía o lejanía respecto de algunos de estos
líderes le da sentido de validez a la estructura argumentativa, así como
también fija el relato de quien ejecuta el ejercicio de memoria, que necesita
de un espacio de enunciación. De esta forma, determinados entornos arti-
culan nodos específicos que permiten analizar la red que emerge.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Cristina Moyano
En ese sentido, los relatos de memoria también nos permiten hacer com-
paraciones entre las redes en el exilio y las redes internas, caracterizadas
estas últimas por una precariedad significativa en los primeros años poste-
riores al golpe de Estado. Los relatos cambian para quienes poseían redes
sociales de apoyo, que si bien también fueron precarias, permitieron sor-
tear mejor los escollos iniciales de la represión dictatorial. En este mismo
punto se transfieren evaluaciones desde el interior al exterior, que fueron
marcando tensiones significativas dentro de la izquierda.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Las memorias militantes y el uso testimonial en la Historia política del tiempo presente en Chile: de lo estructural y lo subjetivo
Recordemos que los entornos son entramados que definen episodios que
se constituyen en esquemas donde las interacciones adquieren sentido. Por
ello, por un lado, los entornos nos proporcionan elementos que nos per-
miten analizar la interacción básica de los sujetos, es decir, la interacción
con otros actores; y por otro lado, nos permiten visualizar los esquemas
conceptuales con los cuales dan sentido a su experiencia. Estos esquemas
conceptuales son aquellos en los que cobran sentido los acontecimientos
activos (que tienen grados nodales diferentes) y los puntos de corte o puen-
te que aparecen en los relatos.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
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Los hitos políticos están marcados por las sucesivas crisis que
asestaron golpes al propio mir, una cultura del descalabro y la
sobrevivencia. En esos acontecimientos hay episodios que se
articulan como los hitos con mayores grados nodales: la muer-
te de Miguel Enríquez, el episodio de la parcela de Malloco y
la Operación Retorno. Estos nodos aparecen como explicativos
de la trayectoria del mir y enfatizan los errores cometidos, pro-
ductos de la militancia consecuente, rígida, estoica y revolucio-
naria. De ellos, el acontecimiento activo que ejerce como puen-
te más importante en la historia de los miristas es la muerte
de Miguel Enríquez. Este acontecimiento aparece como nodo
transmisor de numerosas experiencias posteriores que se ex-
presan en las frases: «Si Miguel estuviera aquí…», «Si Miguel
pudiera haber vivido esto…», frases que demuestran el grado
de centralidad que ejerce este acontecimiento activo, que dejó
al mir privado del gran referente de liderazgo que había articu-
lado su propia identidad política.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Las memorias militantes y el uso testimonial en la Historia política del tiempo presente en Chile: de lo estructural y lo subjetivo
(iii) Relato que contrapone las experiencias del interior del país
con las del exilio, y califica a este último como ajeno, ausente de
la verdadera realidad de la resistencia.
Nodos puentes:
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(x) Los líderes que aparecen en los relatos del interior tienen varias
características. En primer lugar, aparecen los líderes de la ju-
ventud que reestructuraron el partido en clandestinidad y los
sucesores conocidos como la Patrulla Juvenil (Solari, Correa,
Gutiérrez, entre otros). En segundo lugar, cuando el relato co-
mienza a retratar lo ocurrido hacia mediados de los ochenta,
cobran importancia nuevamente los líderes del socialismo que
retornan a Chile, los que se encontraban más ausentes en los
relatos referenciados a los años 1974 y 1978. En tercer lugar,
en los relatos articulados desde el interior aparecen liderazgos
cuyas características sociobiográficas difieren bastante de los
liderazgos históricos del Partido Socialista anteriores al golpe
de Estado.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Las memorias militantes y el uso testimonial en la Historia política del tiempo presente en Chile: de lo estructural y lo subjetivo
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
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(iii) En los relatos de los militantes de base priman los entornos cer-
canos, surgiendo claras conexiones con historias familiares de
militantes que provienen de la propia cultura política comunis-
ta, por lo que tienden a explicar su militancia como continui-
dad de un compromiso que los excedía en tanto sujetos. En ese
sentido, el entorno tiende a ser bastante estrecho y limitado a
la propia militancia comunista, por lo que las redes hacia otras
militancias de izquierdas son bastante reducidas.
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Las memorias militantes y el uso testimonial en la Historia política del tiempo presente en Chile: de lo estructural y lo subjetivo
(v) Por otro lado, las memorias escritas por líderes reconocidos y
consolidados dentro del partido, articulan relatos que tienen
como centro el exilio y las redes con los otros conglomerados
de la izquierda. Al parecer, la actividad de los comunistas en
el exilio se orientó a la rearticulación de redes y a mantener el
funcionamiento operativo de la alianza de la Unidad Popular.
En ese sentido, los relatos dan una gran importancia a los otros
militantes de izquierda, con quienes establecieron lazos para
reactivar la lucha política en el exterior. De esta forma, las redes
más amplias del Partido Comunista (pc) se articulan en el exilio
y no en el interior, cuestión relativamente similar también a las
otras memorias, dada las precarias condiciones para la praxis
política al interior del país.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Cristina Moyano
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Las memorias militantes y el uso testimonial en la Historia política del tiempo presente en Chile: de lo estructural y lo subjetivo
(iv) A través del análisis del gráfico 1 es posible distinguir las alian-
zas históricas de la izquierda, como la alianza pc-ps y la alianza
ps-mir, pero sin duda, la alianza con mayor número de lazos es
la que se construye entre el mundo mapu y el mundo ps; mar-
ginalmente, irían incorporándose a ese mundo militantes de la
Izquierda Cristiana que no desempeñan papeles relevantes.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Cristina Moyano
(v) Tanto la alianza pc-ps y ps-mir, así como pc-mir tienen pocos
nexos de conexión en los períodos posteriores a 1973 y 1975,
cuando muchos de estos liderazgos que ejercen el rol de puente
desaparezcan de la vida política activa, por lo que dichos lazos
se desconectarán (ver gráfico 2).
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Las memorias militantes y el uso testimonial en la Historia política del tiempo presente en Chile: de lo estructural y lo subjetivo
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Cristina Moyano
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II. EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO DISCIPLINARIO
Las memorias militantes y el uso testimonial en la Historia política del tiempo presente en Chile: de lo estructural y lo subjetivo
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III.
EL TIEMPO PRESENTE
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III. 1. Los aportes heurísticos de la Oralidad
y de las Historias de vida
Silvia Dejón
Universidad Nacional del Litoral
Roger Chartier
1 Dora Schwarzstein (comp.). La Historia oral. Buenos Aires: ceal, 1991, p. 19.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Silvia Dejón
2 Si bien hubo apoyo de las otras unidades académicas situadas en Paraná y Esperanza, el epicen-
tro del conflicto fueron las facultades de Santa Fe capital.
3 Roger Chartier. El mundo como representación. Historia cultural: entre práctica y representación..
Barcelona: Gedisa, 1999, p. 49.
4 Mijail Bajtin. «El problema de los géneros discursivos» en Estética de la creación verbal. México:
Siglo xxi, 1999, p. 254.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Las fuentes orales, los testimonios y los testimoniantes
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Silvia Dejón
«La entrevista de Historia oral es una conversación que sin embargo no puede
ser comparada a otras formas de indagación. Se trata de un producto intelectual
compartido mediante el cual se produce conocimiento […]. Como en cualquier
otra forma de evidencia histórica, es la manera en que los testimonios son inter-
pretados y usados lo que le da significación».
«[…] no son un simple registro, más o menos adecuado de hechos del pasado,
una manera más o menos adecuada de llenar los vacíos dejados por otro tipo
de documentación. Por el contrario, se trata de productos culturales complejos.
Incluyen interrelaciones cuya naturaleza no es fácil de comprender, entre memo-
rias privadas, individuales y públicas, entre experiencias pasadas y situaciones
presentes, y representaciones culturales del pasado y del presente»8.
él y los enunciados ajenos, lo cual no puede dejar de expresarse en el propio, mediante la selección
valorativa de ciertos recursos lingüísticos por parte del alocutor.
8 Dora Schwarzstein. «El lugar de las fuentes orales en los archivos: una cuestión en debate» en
revista Estudios Sociales. Santa Fe: Universidad Nacional del Litoral, nº 22-23, 2002, p. 18.
9 «Explorando la interconexión entre discurso y experiencia, Ernst van Alphen señala que el dis-
curso no es meramente un medio en el cual ésta se expresa, sino que juega un rol fundamental en
el proceso que permite que las experiencias se constituyan en tales.» Alejandra Oberti. «Contarse a
sí mismas. La dimensión biográfica en los relatos de mujeres que participaron en las organizaciones
político-militares de los setenta» en Historia, Memoria y Fuentes Orales. Buenos Aires: Memoria Abierta;
CeDInCI, 2006, p. 57.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Las fuentes orales, los testimonios y los testimoniantes
Por otro lado, hay un supuesto que sostiene que la entrevista debe te-
ner ciertos parámetros básicos discursivos: hablar sobre algo específico
—en este caso, desde la identidad de ex estudiantes—; que la información
producida sea utilizada como insumo de análisis para la reconstrucción
histórica; y que el hablante esté estableciendo una conversación (es decir,
que en su alocución haya otro al que refiere, quien realiza la entrevista).
Lo antedicho se relaciona estrechamente con la perspectiva de Arfuch12,
que entiende a la entrevista oral como un producto dialógico: «el atributo
principal de todo enunciado es su carácter de destinado, modulado por la
“presencia” del otro (destinatario), en la medida en que argumenta para
persuadirlo»13. Esta presentificación del otro modula y regula las formas
del discurso del hablante, en este caso el entrevistado. También desde la
perspectiva de la autora se refuerza el intento de recuperación del aspecto
experiencial de la entrevista:
10 Teun A. Van Dijk. «El análisis crítico del discurso» en revista Texturas. Santa Fe: Universidad
Nacional del Litoral, 2001, p. 19.
11 Aquí referimos a Van Dijk cuando expresa: «Controlar el contexto implica […] determinar la
situación comunicativa, decidir el tiempo y el espacio del evento comunicativo, o cuáles participantes
deben o pueden estar presentes, en qué roles, o qué conocimientos u opiniones deberían (o no) tener, y
qué acciones sociales pueden o deben cumplir por medio del discurso.» [Ibídem, p. 20].
12 Leonor Arfuch. La entrevista, una invención dialógica. Barcelona: Paidós, 1995.
13 Ibídem, p. 30.
14 Ibídem, p. 24.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Silvia Dejón
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Las fuentes orales, los testimonios y los testimoniantes
Los casos aquí trabajados actúan como ilustración de las cuestiones de-
sarrolladas en el apartado anterior. Ellos fueron seleccionados22 según los
siguientes criterios: la factibilidad de realizar las entrevistas, la calidad de
estudiantes de ambos sexos, haber cursado en ese período el Profesorado
de Castellano y Ciencias Sociales en el Instituto del Profesorado Básico de
la unl, ser oriundos de Santa Fe y residir en la actualidad en la misma ciu-
dad. Otro factor significativo consistió en que todos desarrollaron militan-
cia en el movimiento estudiantil, aunque en diferentes agrupaciones.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Silvia Dejón
Esta cita da cuenta del cruce constante entre las posturas del pasado y
del presente, afirmaciones como el fuimos y somos muestran cómo se pro-
duce un ida y vuelta constante en la necesidad del entrevistado de apelar
a diferentes tiempos verbales en la narrativa de su experiencia. A su vez
muestran las estrategias de representación que otorgan sentido a la trayec-
toria vital del narrador.24 En este caso, en la enunciación del discurso, el
entrevistado se sitúa como parte de un colectivo.
«Y que nos dio su apoyo. ¿Sabés cómo nos dio su apoyo? Mirá cómo es la memoria:
el sindicato estaba en calle Castellanos, y nos dio el local donde hicimos mesas
redondas… porque también hubo eso. […] Cuando vos me comentaste esto de
la famosa huelga del comedor, yo —la memoria viste cómo es— recordé que en el
71 en esa huelga ya estaba muy connotado por toda la historia política del país,
ya había una cosa muy fuerte de presencia de los grupos armados»25.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Las fuentes orales, los testimonios y los testimoniantes
«Pero fijate vos qué contradicción; lo macro, lo que estaba pasando a nivel nacio-
nal, la posible vuelta de Perón —obviamente que los peronistas la veían distinto,
vos pensá que yo no estaba con ellos— […]. Sí que lo analizábamos, pero fijate que
no me acuerdo tanto porque no le dábamos la importancia que evidentemente
uno le daba a lo específicamente territorial y a la cuestión de los análisis políticos
[…]. Formaba parte del vocabulario de una manera increíble, a vos te parece in-
creíble pensarlo hoy: “bueno, cuando tomemos el poder…”, “cuando tomemos
el poder…”. Y sin embargo por ahí no podíamos hacer estos análisis políticos
como el que vos me estás preguntando. Sé que a mí no me gustaba, pero no puedo
decirte por qué»29.
Otro ejemplo de inclusión y regulación del acto del habla que podemos
encontrar, surge cuando le preguntan a la entrevistadora sobre un hecho, o
27 Mercedes Vilanova. «Rememoración y fuentes orales» en Historia, Memoria y Fuentes Orales. Bue-
nos Aires: Memoria Abierta/CeDInCI, 2006, p. 101.
28 Elisabeth Jelin. «La narrativa personal de lo “invisible”», op. cit., pp. 68-69.
29 Entrevista realizada el 06/V/2006 a ex estudiante de la carrera de Profesorado de Castellano y
Ciencias Sociales, Instituto del Profesorado Básico (unl).
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Silvia Dejón
«[…] nosotros somos defensores, fuimos y somos defensores acérrimos de los cuer-
pos de delegados, tanto en las facultades como en la fábricas. El cuerpo de dele-
gados […] eso pasa a nivel político, sobre todo en sociedades como las nuestras,
Juan Carlos Alderete que dirige la corriente clasista allá en la Matanza […]. Ese
grupo delega en ese delegado, y el delegado no tiene que hacer lo que él quiera,
tiene que hacer lo que le digan sus representados»31.
«[…] había que pasar a la acción… ya era otra la historia. […] ahí creo que por
primera vez, haciendo memoria, aparece un grupo de Córdoba que se llamaba
FLN, Frente de Liberación Nacional. Eran cordobeses, este grupo estaba confor-
mado por gente de distinta extracción. Gente del malena33 de Córdoba, gente
30 Ibídem.
31 Entrevista realizada el 17/XII/2007 a ex estudiante la carrera de Profesorado de Castellano y Cien-
cias Sociales, Instituto del Profesorado Básico (unl).
32 Dentro del método biográfico se puede hablar de dos formas investigativas: una que rescata los
significados subjetivos del entrevistado y otra que recurre a varios entrevistados para que actúen como
referentes. Cf. Ruth Sautu. «Estilos y prácticas de la investigación biográfica» en Ruth Sautu (comp.).
El Método Biográfico. Buenos Aires: Belgrano, 1999.
33 malena se denominó al Movimiento de Liberación Nacional, que se definía como nacionalista,
revolucionario y socialista. Con una fuerte formación teórica marxista, lo conformaron intelectuales
como David Viñas, José Vazeilles y Susana Fiorito, así como la madre de Ernesto «Che» Guevara. «El
Movimiento se desarrolló entre el 60 y el 68 y fue muy importante en el medio universitario, captando
en su mayoría militantes independientes El movimiento llegó a contar con un acervo de, según las
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Las fuentes orales, los testimonios y los testimoniantes
del prt34, y aparecen y nos contactan, nos contactan a mí y a una de mis amigas
para ver qué se podía hacer. Así se da. Nos contactan, llegan interesados en la
huelga, dos o tres […] Entonces ahí ellos se acercaron, tuvieron reuniones, los
contactos venían por el malena […]»35.
En otro orden de cosas, en la labor con las fuentes orales es posible rea-
lizar un ejercicio comparativo como forma de acercamiento a las repre-
sentaciones de los entrevistados acerca de algunos elementos que se han
seleccionado como variable36. La representación que tuvimos en cuenta en
este trabajo es la imagen de la dictadura que tienen los entrevistados:
«Recuerdo una muy famosa también, justamente del año 71, en Rectorado, don-
de la policía no se ahorraba niveles de represión, ¿no? Si bien la dictadura pos-
terior que vino a partir del 76 no tiene parangón, esta era una dictadura que te
perseguía, te agredía, te apaleaba: bastante brava. Alguna gente por ahí, incluso
algún análisis histórico, para mí equivocado, habla de la dictadura de Onganía y
de Lanusse como una dictadura un poco blanda; yo creo que si se dice muy desde
afuera, puede ser así eso»37.
estimaciones de Susana Fiorito, 3000 miembros en su mejor época. Llegó a tener un buen grado de
extensión nacional, sobre todo en Buenos Aires, Córdoba, La Plata, Tucumán, Santa Fe y militaban en
distintos frentes (obrero, universitario, cultural). El frente universitario llegó a posiciones de poder
importantes en Córdoba, Rosario, Tucumán, Santa Fe y La Plata». [Revista Razón y Revolución. Buenos
Aires: nº 10, primavera de 2002, reedición electrónica].
34 prt era el Partido Revolucionario de los Trabajadores, los militantes de este grupo conformaron
el erp (Ejército Revolucionario del Pueblo). El prt fue fundado el 25 de mayo de 1965 y se autodefinía
como un partido revolucionario obrero. Entre sus dirigentes se pueden contar a Mario Roberto Santu-
cho, Domingo Mena, Benito Urteaga, Luis Pujals y Antonio del Carmen Fernández.
35 Entrevista realizada el 06/V/06 a ex estudiante la carrera de Profesorado de Castellano y Ciencias
Sociales, Instituto del Profesorado Básico (unl).
36 Por el recorte de este trabajo sólo hacemos alusión a las representaciones de la dictadura, pero
también hemos tenido en cuenta otros elementos como el papel de la policía y de los docentes y au-
toridades de la unl. Estos elementos fueron tomados entendiendo que: «[…] Cada situación impone
sentidos —y valores— diferentes para el mismo significado de diccionario. En otros términos, debemos
distinguir entre el significado, que es relativamente ahistórico, y el sentido, que refleja el momento
histórico-social en el que tuvo lugar el enunciado […]». [Alejandro Raiter. Lingüística y política. Buenos
Aires: Biblos, 1999, p. 19].
37 Entrevista realizada el 23/III/2006 a ex estudiante de la carrera de Profesorado de Castellano y
Ciencias Sociales, Instituto del Profesorado Básico (unl).
38 Entrevista realizada el 06/V/2006 a ex estudiante la carrera de Profesorado de Castellano y Cien-
cias Sociales, Instituto del Profesorado Básico (unl).
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Silvia Dejón
3. Palabras finales
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Las fuentes orales, los testimonios y los testimoniantes
40 Michel Foucault. Microfísica del poder. Madrid: Ed. La Piqueta, 1992, p. 112.
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Formas de la narrativa oral y autorrepresentación desde
el presente: mujeres inmigrantes en el Brasil Meridional
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Núncia Santoro de Constantino
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Formas de la narrativa oral y autorrepresentación desde el presente: mujeres inmigrantes en el Brasil Meridional
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Núncia Santoro de Constantino
dos de mujeres inmigrantes, a mediados del siglo pasado. Esta última in-
vestigación, en base a la oralidad, se desenvuelve en red internacional me-
diante la cooperación con la Profesora Chiara Vangelista de la Universidad
de Génova. Pretendemos, en tal sentido, que esas extranjeras cuenten sus
trayectorias y sean mediadoras entre dos realidades distintas: aquella que
dejaron y aquella que encontraron.
Existe efectivamente una partida que puede ser gestada por décadas:
hay gente que espera crecer para emigrar, porque en algunas regiones, es
prácticamente la única salida.
Hana, adolescente, partió de una aldea polaca, con sus padres y una hermana.
Concetta se casó por poder en Morano Calabro; con 23 años viajó para encon-
trar a su marido en Brasil, en 1950.
9 Abdelmalek Sayad.A Imigração. São Paulo: Editora da Universidade de São Paulo, 1998. p. 15.
Eric J. Leed. La mente del viaggiatore: dall’Odissea al turismo globale. Bolonia: Il Mulino, 1992, pp.
10 ��������
41-138.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Formas de la narrativa oral y autorrepresentación desde el presente: mujeres inmigrantes en el Brasil Meridional
Ruth no veía nada de lo que imaginaba del Brasil, no conseguía hablar con
nadie, porque solo conocía la lengua alemana. Faltaba el confort que disfrutaba
en Frankfurt. Frecuentaba el colegio y ayudaba a su padre en la sastrería, cocien-
do botones y hablando alemán con sus propios botones, porque le costó conseguir
amigas.
Valeria, con su marido y dos niños pequeños, fue a vivir en el barrio industrial,
donde comenzaban a construirse una fábrica de masas. Había humedad y la casa
estaba llena de cucarachas enormes. Precisaba ir a la panadearía con un diccionario
para pedir lo que deseaba.
Hana detestó Porto Alegre, sin parientes, sin amigas. Lloró por volver a casa,
en Polonia, donde perseguían a los judíos como ella.
Valeria entendió que precisaba hacer amistades. Sus hijos jugaban en la placita
y fue allí que encontró sus primeras amigas brasileras.
Las cosas mejoraron para Ruth cuando comenzaron a llegar otros judíos alema-
nes. Fundaron, luego, una sinagoga, y se desarrolló una intensa vida social entre
inmigrantes. Ruth conoció a Carlos y se casó con él en 1941; tuvieron tres hijas
· 259 ·
EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Núncia Santoro de Constantino
que les dieron varios nietos. Volvió una vez a Frankfurt, pero «no encontró nada,
ni a nadie».
Hana consiguió un empleo para coser botones en una sastrería. Después trabajó
en el atelier de una modista, donde sólo hablaban ibrit (hebreo). Conoció a Isaac, se
casaron y tuvieron tres hijos.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Formas de la narrativa oral y autorrepresentación desde el presente: mujeres inmigrantes en el Brasil Meridional
«Soy una persona dividida, —se lamenta Chiara—; quiero estar allá, ¡y cuando
estoy allá, quiero estar aquí!». María dice haber confiado en el trabajo y por eso
garantiza haber sido una vencedora. Valeria piensa que siempre estuvo bien porque
supo adaptarse.
· 261 ·
EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Núncia Santoro de Constantino
13 Roland Fraser. «Historia Oral, Historia Social» en Historia Social, Valencia, nº 17, 1993.
14 Marie-Françoise
���������������� Chanfrault-Duchet. «Textualisation of the self and gender identity in the life
story», en T. Cosslett; C. Lury; P. Summerfield (org.). Feminism and autobiography. Londres: Routledge,
2000; Marie-Françoise Chanfrault-Duchet. «Dimension argumentative et refrains dans le récit de vie
oral», Cahiers de sociolinguistique, Presses universitaires de Rennes, n° 5, 2000.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Formas de la narrativa oral y autorrepresentación desde el presente: mujeres inmigrantes en el Brasil Meridional
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Una mirada a lo femenino: Historia de vida y género en
la inmigración brasileña a la Italia contemporánea
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Luís Fernando Beneduzi - Sílvia María Favero Arend
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Una mirada a lo femenino: Historia de vida y género en la inmigración brasileña a la Italia contemporánea
En ese sentido, se busca generar una lectura que tenga en cuenta las
percepciones de ese Homo inmigrantis, que se aparte de las estructurales y
que se sumerja en una lectura de lo cotidiano en la vivencia inmigratoria.
Hacer emerger experiencias que se organizan a partir de otros patrones de
sociabilidad, que se distancian de las ideas-imágenes consagradas sobre la
inmigración brasileña, permite una pluralización y relativización del fe-
nómeno inmigratorio y una inmersión en dinámicas más profundas que
están presentes en la sociedad de acogida. El hecho de pensar ese proceso
a partir de la mirada del historiador, en una dinámica que se inserta en
el tiempo vivido por el propio investigador, proporciona una perspectiva
nueva de análisis que se torna posible con el advenimiento de una Historia
del tiempo presente.
4 ministério de relações exteriores. subsecretaria-geral das comunidades brasileiras no exte-
rior. [En línea] Brasileiros no mundo. Portal consular. [Citado el 30 de noviembre de 2009]. Disponible en
Internet en: http://www.abe.mre.gov.br/avisos/brasileiros-no-mundo
5 Maurice Halbwachs. Les cadres sociaux de la mémoire. París: Albin Michel, 1994.
6 Carlo Ginzburg. O queijo e os vermes: o cotidiano e as idéias de un moleiro perseguido pela Inquisição.
São Paulo: Companhia das Letras, 1987.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Luís Fernando Beneduzi - Sílvia María Favero Arend
Si se observa el caso francés, el saber histórico del siglo xix estuvo mar-
cado por la ruptura con las antiguas reglas del oficio del historiador, en
razón de que las élites republicanas buscaban controlar todas las instancias
de elaboración de la memoria nacional. De hecho, aun distanciándose del
tiempo contemporáneo e intentando producir un saber objetivo sobre el
pasado, el historiador no consiguió deshacerse de la subjetividad inherente
al conocimiento producido por las Ciencias Humanas.
A esto apunta la discusión construida a lo largo del siglo xx, que enca-
minará una progresiva apertura teórico-temporal en el campo histórico, a
7 Las discusiones sobre el nacimiento del saber moderno se encuentran también, en las obras clá-
sicas de Michel Foucault. Historia da Loucura. Perspectiva, 1993; Vigiar e Punir, Vozes, 2007; Historia da
Sexualidade, Graal Editora, 2007; Arqueologia do saber, Forense Universitari, 2008.
8 Marieta de Moraes Ferreira. «História, tempo presente e História oral» en Topoi, Río de Janeiro,
diciembre de 2002, p. 316. [Cita traducida].
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Una mirada a lo femenino: Historia de vida y género en la inmigración brasileña a la Italia contemporánea
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Luís Fernando Beneduzi - Sílvia María Favero Arend
con las experiencias y las preguntas que formula el presente, las narracio-
nes que presentan como objeto la vivencia de lo contemporáneo tendrán
una conexión mucho más visceral con la actualidad, creando inclusive
una mayor responsabilidad con respecto a la formación de una conciencia
histórica:
«En la medida en que la Historia del tiempo presente que produce es algo más
que una transcripción en respuesta a una necesidad, testimonia en la sociedad a
la que pertenece una visión del devenir, en la unión del presente y del pasado, y
por lo tanto proyecta una visión del mundo. De ahí la pesada responsabilidad en
la formación de la conciencia histórica de sus contemporáneos » 11.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Una mirada a lo femenino: Historia de vida y género en la inmigración brasileña a la Italia contemporánea
13 François Hartog (org.). A Historia de Homero a Santo Agostinho. Belo Horizonte: UFMG, 2001.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Luís Fernando Beneduzi - Sílvia María Favero Arend
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Una mirada a lo femenino: Historia de vida y género en la inmigración brasileña a la Italia contemporánea
Por otro lado, las Historias de vida también conducen a los investiga-
dos/entrevistadores a sumergirse en los dramas existenciales que marca-
ron y marcan lo vivido-individual y que ofrecen un conjunto de lecturas
reveladoras de una percepción grupal de los acontecimientos. El momento
de la entrevista no deja de ser un espacio de rememoración, de catarsis y
de reelaboración de las vivencias individuales y/o colectivas. La narración
de la experiencia puede brindar nueva luz sobre momentos pasados no re-
sueltos que constantemente retornan a la mente, como el cadáver de la his-
toria hindú vuele al árbol.19 Durante la dinámica de la entrevista, entrevis-
17 Los nombres de todos los personajes de esta narración histórica son ficticios.
18 Verena Alberti. Ouvir contar: textos en Historia Oral. Río de Janeiro: FGV, 2004.
19 Ibídem, p. 108.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Luís Fernando Beneduzi - Sílvia María Favero Arend
Inês es natural del estado de Santa Catalina, pero antes de viajar a Italia,
residió muchos años en São Paulo, ciudad en la cual vive hasta hoy su
familia. En la capital paulista, se casó y tuvo dos hijas y también allí se di-
vorció tiempo antes de tomar la decisión de partir a Italia. En el momento
de la entrevista, noviembre de 2004, ella vivía en Italia, en la provincia de
Arezzo, y estaba casada con un italiano del que había tenido un hijo. Su
historia refleja mucho más una búsqueda de satisfacción personal y de rea-
lización afectiva —aun destacando la falta que siente de los afectos familia-
res— que la necesidad de conquistar una base económica de supervivencia
o una mejor posición social y/o profesional. Por el contrario, el relato de
Inês muestra un proceso de pérdida absoluta en términos socioeconómi-
cos, especialmente en lo que se refiere a elementos que producen una idea-
imagen de ascenso social en los estratos medios brasileños, marcados por
el acceso a determinados servicios y la no-realización de ciertas activida-
des, sobre todo en el ámbito doméstico.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Una mirada a lo femenino: Historia de vida y género en la inmigración brasileña a la Italia contemporánea
«[…] creía que sería lo máximo tener esa experiencia, y por elecciones —entre
paréntesis— erradas y precipitadas que tuve, porque acabé casándome con die-
ciocho años, prácticamente hice que fuera imposible realizar, para mí misma, ese
sueño. Y después de un matrimonios de doce años en Brasil, del que nacieron
dos hijas, me separé y me divorcié, porque llegué a la conclusión de que era ex-
tremadamente infeliz y ahí comencé a cuestionarme: de ver lo quería hacer con
mi vida , efectivamente, para ser feliz, lo que creía que era importante.»22
21 Para una discusión sobre el proceso de negativización del concepto de «extracomunitario» veáse:
Luís Fernando Beneduzi. «Alguns lugares de memória do proceso diaspórico: narrativas de mulheres
brasileiras e argentinas na Itália contemporânea» en Revista Tempo e Argumento, Florianópolis nº 2, vol.
1, 2009.
22 ahe. Entrevista realizada en 08 de novembro de 2004, en Loro Ciufenna (Arezzo). Conservada en el
Áudio-arquivo sobre as migrações entre a Europa e a América Latina (areia), Génova.
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Una mirada a lo femenino: Historia de vida y género en la inmigración brasileña a la Italia contemporánea
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Luís Fernando Beneduzi - Sílvia María Favero Arend
«Luego, me identificaba con los italianos por su alegría, por la… hai capito, por
la capito oh el italiano me entra así, de vez en cuando… por la disponibilidad
que… que son personas así que de una cierta manera creía que tenía ver con
nuestra característica de brasileños, más abiertos. Diferente de los alemanes, que
son cerradísimos, entendiste, ingleses también —en Londres también— y en los
Estados Unidos no [sic] pensaba, bueno si voy a salir de una ciudad caótica co-
mo São Paulo, voy a una Nueva York, bah, locura, a Londres, también, es otra
locura»24.
24 Ibídem.
25 Teresa Sales. Brasileiros longe de casa. São Paulo: Cortez, 1999.
26 Ethel V. Kosminsky. «Questões de gênero en estudos comparativos de inmigración: mulheres
judias en São Paulo e en Nova York» en Cadernos Pagu, Campinas, v. 23, 2004, pp. 279-328.
27 Gláucia de O. Assis. «Mulheres imigrantes no passado e no presente: gênero, redes sociais e mi-
grações internacionais» en Revista Estudos Feministas. Florianópolis: v. 15, 2008, pp. 745-772.
28 Adriana G. Piscitelli. «Industria del sexo y mercado matrimonial: la migración brasileña hacia
Italia en el marco del turismo sexual internacional» en Gioconda Herrera; Jacques Ramírez (org.) Amé-
rica Latina migrante: Estado, familia, identidades. Quito: FLACSO, 2008, pp. 231-257.
29 Méri Frotscher. «Trabalhadores brasileiros, brasileiros trabalhadores: resignificação da identi-
dade étnica entre emigrantes de origen rural (do Oeste do Paraná para a Suíça, 1970-2008)» en Revista
Espaço Plural, v. 10, 2009, pp. 103-112.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Una mirada a lo femenino: Historia de vida y género en la inmigración brasileña a la Italia contemporánea
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Luís Fernando Beneduzi - Sílvia María Favero Arend
«Es mi perspectiva esa, y otra cosa, que es así, realmente traumatizante lidiar
con Questura. Sientes en la piel lo que es el preconcepto, no tienes idea de lo que
es eso, cuando vives en tu país, no tienes idea. Eso es algo que me duele mucho,
sabes. Y… entonces, para mí es una cuestión de honor tener la ciudadanía, por-
que no quiero tener nada más que ver con Questura, ¿comprendes?, no quiero
tener otra necesidad de ellos, que no sea la de renovar el pasaporte, y basta.
¿Comprendes? Porque así quiero ser tratada como una persona normal, ciuda-
dana italiana, con mis derechos, ellos tiene que tratarme con normalidad. Y…
porque sinceramente mi voluntad es la de regresar a Brasil».32
32 Ibídem.
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Una mirada a lo femenino: Historia de vida y género en la inmigración brasileña a la Italia contemporánea
33 Ibídem.
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III.2. La gravitación actual de las fuentes digitales
1. Introducción
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Juan Andrés Bresciano
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
La documentación electrónica y el estudio del presente: posibilidades y desafíos
1 Marías Jesús Lamarca. Hipertexto. El nuevo concepto de documento en la cultura de la imagen. [En
línea]. [Citado el 30 de enero de 2010]. Disponible en: http://www.hipertexto.info/documentos/docu-
ment.htm
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
La documentación electrónica y el estudio del presente: posibilidades y desafíos
2 Ver “Documentos Digitales”. [En línea]. msinfo. Sistemas de Información. [Citado el 30 de enero
de 2010]. Disponible en Internet en: http://www.msinfo.info/propuestas/documentos/documentos_di-
gitales.html
3 Ibídem.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Juan Andrés Bresciano
4 Ibidem.
5 Ibídem.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
La documentación electrónica y el estudio del presente: posibilidades y desafíos
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Juan Andrés Bresciano
En el transcurso de las dos últimas décadas, las fuentes que nutren los
archivos nacionales, provinciales y municipales, experimentan cambios
profundos, merced a dos tendencias globales: la universalización progre-
siva del uso de documentación informática de carácter público y la digi-
talización selectiva o exhaustiva del acervo de algunos organismos. Para
ponderar los efectos del ambos procesos, conviene partir de una definición
del concepto de Gobierno electrónico8. Se entiende por esta expresión el
uso sistemático de las tecnologías de la información y de la comunicación
en el cumplimiento de las funciones gubernativas y administrativas que
caracterizan al Estado contemporáneo. La aplicación de esas tecnologías
afecta a los procesos que vinculan al gobierno con sus ciudadanos, con sus
funcionarios, con las empresas, y con otros gobiernos. El proceso de incor-
poración de las nuevas tecnologías se desarrolla en tres niveles sucesivos9
que consisten en:
8 Para profundizar sobre este tema, ver Andrés Saravia. Un momento decisivo para el Gobierno elec-
trónico. El avance de las nuevas tecnologías en Europa y sus comparativas con América Latina. Montevideo:
Amalio M. Fernández, 2006; R. S. Piana. Gobierno electrónico. Gobierno, tecnologías y reforma. La Plata:
Universidad Nacional de la Plata, 2007; Laura Nahabetián. Gobernanza electrónica y Gobierno electrónico.
Montevideo: Amalio M. Fernández, 2009.
9 Patricia Araiza y otros. “Niveles de Gobierno electrónico. Revisión de literatura”. [En línea].
Universidad Autónoma de Chihuahua. Extensión y Difusión Cultural. Revista Síntesis.[Citado el 30 de enero
de 2010]. Disponible en Internet en: http://www.uach.mx/extension_y_difusion/synthesis/2009/08/20/
niveles_de_gobierno_electronico_revision_de_literatura.pdf
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
La documentación electrónica y el estudio del presente: posibilidades y desafíos
«a. Dirigir por vía electrónica todo tipo de escritos, recursos, reclamaciones y
quejas a los Gobiernos y las Administraciones Públicas, quedando éstos igual-
mente obligados a responder o resolver como si dichos escritos, reclamaciones y
quejas se hubieran realizado por medios tradicionales.
b. Realizar por medios electrónicos todo tipo de pagos, presentar y liquidar im-
puestos y cualquier otra clase de obligaciones.
c. Recibir por medios electrónicos notificaciones cuando tal medio sea aceptado
por el ciudadano o si el ciudadano así lo solicita.
d. Acceder por medios electrónicos a la información administrativa general con
igual grado de fiabilidad que la que es objeto de anuncio en diarios boletines
oficiales o la que se publica en anuncios oficiales por cualquier medio.
e. Acceder los interesados electrónicamente a los expedientes para conocer el
estado en que se encuentra la tramitación de los mismos.
f. Acceder por medios electrónicos a información pública de alto valor agregado
que sirva a aumentar la competitividad de los países […]
g. Utilizar y presentar ante el Gobierno o las Administraciones Públicas las re-
soluciones administrativas en soporte electrónico, así como los documentos ad-
ministrativos electrónicos en las mismas condiciones que si fueran documentos
en papel, así como poder remitirlas por medios electrónicos a la Administración
de que se trate.» 10
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
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11 Portal del Estado Uruguayo. [En línea]. [Citado el 30 de enero de 2010]. Disponible en Internet en:
http://www.uruguay.gub.uy/
12 Agencia para el Desarrollo del Gobierno de Gestión Electrónica y de la Sociedad de la Información y del
Conocimiento. [En línea]. [Consultado el 30 de enero de 2010]. Disponible en Internet en: http://www.
agesic.gub.uy/
13 Poder Legislativo. Parlamento del Uruguay. [En línea]. [Citado el 30 de enero de 2010]. Disponible
en Internet en: http://www.parlamento.gub.uy
14 Entre 192 países evaluados en 2010 por un programa de las Naciones Unidas, Colombia ocupa
el puesto 32, Chile el 34 y Uruguay el 36, por delante de varios países de la Europa Mediterránea y la
Europa Oriental. («United Nations E-Government Survey 2010». [En línea]. United Nations Administa-
tion Online Network in Public Administration and Finance. [Citado el 30 de enero de 2010]. Disponible en
Internet en: http://www2.unpan.org/egovkb/global_reports/10report.htm).
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
La documentación electrónica y el estudio del presente: posibilidades y desafíos
15 Presidencia de la República Oriental del Uruguay. [En línea]. [Citado el 30 de enero de 2010]. Dispo-
nible en Internet en: http://www.presidencia.gub.uy/
16 Poder Judicial de la República Oriental del Uruguay. [En línea]. [Citado el 30 de enero de 2010]. Dis-
����
ponible en Internet en: http://www.poderjudicial.gub.uy/
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Juan Andrés Bresciano
17 Instituto Nacional de Estadística. República Oriental del Uruguay. [En línea]. [Citado el 30 de enero
de 2010]. Disponible en Internet en: http://www.ine.gub.uy/
18 The National Security Archive. [En línea]. [Citado el 30 de enero de 2010]. Disponible en Internet
en: http://www.gwu.edu/~nsarchiv/
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
La documentación electrónica y el estudio del presente: posibilidades y desafíos
«[…] no sólo tiene un valor histórico y documental, sino que puede también
ayudar a esclarecer algunas de las innumerables violaciones a los derechos hu-
manos cometidas en Guatemala durante la guerra civil de 1960 a 1996, cuando
los refugiados llegaron a más de un millón y resultaron muertas más de 200.000
personas entre las asesinadas y desaparecidas.»20
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Juan Andrés Bresciano
(i) Los motores de búsquedas de noticias, ya que listan los artículos rela-
cionados a un asunto en particular. Esta clase de operación —aho-
ra totalmente automática— solía demandar un esfuerzo consi-
derable de relevamiento, ya que requería la identificación de
los números correspondientes en diversos medios de informa-
ción, la localización de los artículos y la transcripción ordenada
de los datos que se obtuvieron.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
La documentación electrónica y el estudio del presente: posibilidades y desafíos
«Hoy en día, ninguna duda cabe que […] los propios acervos televisivos o radio-
fónicos ubicados y catalogados en videotecas o audiotecas, siempre han tenido
un alto valor o consideración comercial o cultural en el campo del ocio y del
entretenimiento; sin embargo, en estos últimos años, con el surgimiento de la
sociedad de la información y del conocimiento, los archivos constituidos con
materiales audiovisuales, educativos y culturales, se volvieron —ante los pro-
pios requerimientos de las redes de banda ancha— en extraordinarios fuentes
de contenidos que podían ofrecer de forma inmediata recursos audiovisuales
especializados para tareas generales o específicas de formación, de interés cultu-
ral, o bien simplemente para la difusión, divulgación o adquisición de nuevos y
antiguos conocimientos de los seres humanos.»22.
22 Gerardo Ojeda-Castañeda. “Los archivos audiovisuales en las redes digitales de comunicación
para la educación y la cultura. Informe de investigación y documentación analítica”. [En linea]. Univer-
sidad de Sevilla. Grupo de Tecnología Educativa. [Citado el 30 de enero de 2010]. Disponible en Internet en:
http://tecnologiaedu.us.es/bibliovir/pdf/versionpdf.pdf
23 Para este tema, ver José C. Gijaba; Monserrat Hughet. “La Historia en casa: nuevas tecnologías y
archivos domésticos” en Congreso Internacional de Sistemas de Información Histórica. 6,7 y 8 de noviembre
de 1997. Álava: Juntas Generales de Álava, 1998, vol. 2. Disponible en Internet en:
http://e-archivo.uc3m.es//handle/10016/3600]
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Juan Andrés Bresciano
tos del mundo actual disfrutan de un acceso progresivo a los medios que
registran esos cambios. A diferencia de lo que ocurre en las sociedades tra-
dicionales, en las que la capacidad de crear fuentes constituye potestad de
minorías, los hombres y mujeres de este tiempo producen, inclusive en los
países de menor desarrollo, una variada gama de documentos, fruto de la
democratización paulatina de medios, técnicas y saberes. La integración
de estas nuevas modalidades y su proyección mundial acelerada, contri-
buyen a que el espectro heurístico crezca, se diversifique y se reestructure
permanentemente. Así lo demuestran las tres clases de fuentes electróni-
cas que se producen actualmente: las informáticas, las telemáticas y las
audiovisuales.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
La documentación electrónica y el estudio del presente: posibilidades y desafíos
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Juan Andrés Bresciano
24 �The Internet Archive. Universal Access to All Knowledge.. [En línea]. [Citado el 30 de enero de 2010].
Disponible en Internet en: http://www.archive.org/
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La documentación electrónica y el estudio del presente: posibilidades y desafíos
(ii) La calidad de los registros, los datos complementarios que los acompa-
ña, así como su significación histórica, resulta altamente heterogénea.
De hecho, un conjunto no menor de tales piezas puede resul-
tar de escaso valor informativo, ya que no existen indicaciones
que refieran el qué, quién, cómo, cuándo, dónde y porqué de
las fotografías. Si estos datos se hallan ausentes, las inferencias
que pueden realizarse son mínimas. Finalmente, por sus con-
tenidos, un porcentaje de estos materiales puede que carezca
de significación y de representatividad, aún para aquellos que
investigan temáticas relativas a la vida cotidiana, a la cultura
material o a los fenómenos de mentalidad colectiva.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
La documentación electrónica y el estudio del presente: posibilidades y desafíos
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III. 3. Las contribuciones hermenéuticas del arte, la
literatura y la cinematografía
Juan Albarrán
Universidad de Salamanca
Creo que estamos ante una de las formas, quizás haya que
decir una de las costumbres más nocivas del pensamiento
contemporáneo, diría incluso del pensamiento moderno o, en
todo caso, del pensamiento poshegeliano: el análisis del mo-
mento presente como si fuera precisamente en la historia el
momento de la ruptura o el balance, o el del cumplimiento, o el
de la aurora que retorna. La solemnidad con que toda persona
que mantiene un discurso filosófico refleja su propio momento
me parece un estigma. Digo esto porque lo he hecho yo mismo
y porque en gente como Nietzsche lo encontramos constan-
temente o, al menos, de forma bastante insistente. Creo que
debemos tener la modestia de decirnos que, por una parte, el
momento en que vivimos no es ese momento único, funda-
mental, y que irrumpe en la historia, a partir del cual todo se
acaba o todo recomienza.
Michel Foucault
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Juan Albarrán
la historia del arte1. Como explica Belting, ese final podría referirse bien a
la producción artística (al arte en sí), bien a los esquemas historiográficos
sobre los que se ha fundamentado su estudio (la Historia del Arte como
disciplina). Por una parte, el arte, durante los sesenta y setenta, coincidien-
do con la emergencia del conceptualismo y el declive del relato modernista
greenberguiano, parece desembarazarse de la estética para disolverse en la
filosofía, convirtiéndose así en una actividad de marcado carácter autorre-
flexivo. Por otra parte, la Historia del arte, como narración unidireccional,
coherente y evolutiva, se demuestra definitivamente agotada. Desaparecen
los relatos que habían legitimado las prácticas artísticas en un presente que
se resiste a ser inscrito en un Historia convencional.
1 Hans Belting. L´histoire de l´art est-elle finie? París: Gallimard, 2007 (1983); Arthur C. Danto.
Después del fin del arte. El arte contemporáneo y el linde de la historia. Barcelona: Paidós, 1999 (1997). Danto
escribe sus primeros ensayos sobre el tema en 1984.
2 Udo Kultermann. Historia de la historia del arte. El camino de una ciencia. Madrid: Akal, 1996.
3 La vanguardia histórica ya habría puesto en jaque los modelos canónicos de la Historia del arte
dentro de un programa político que rechazaba toda tradición (artística e historiográfica) nacida en el
seno de la sociedad burguesa. La exaltación del presente alcanzaría un grado de máxima vehemencia
en el futurismo italiano, el instantaneísmo de Picabia y en revistas como Maintenant (1912-1915), fun-
dada y dirigida por Arthur Cravan.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Por una Historia del arte del presente
Si, partiendo de este objetivo, aceptamos que la Historia del arte puede
seguir siendo una plataforma disciplinar adecuada para el estudio de las
prácticas artísticas actuales (algo absolutamente necesario vista la usurpa-
ción del lugar que le corresponde a la academia a la hora de generar dis-
cursos críticos independientes por parte de otros agentes institucionales
y mercantiles), debemos plantearnos, pues, cuáles serían los ajustes me-
todológicos necesarios para poder historiar el presente del arte (o el arte
del presente). En el seno de la Historia del arte no se ha llevado a cabo una
reflexión metodológica similar a la que sí ha existido en el de la Historia
Contemporánea con respecto a la posibilidad de historiar el presente5.
4 Stephen F. Eisenman. Historia crítica del arte del siglo xix, Madrid: Akal, 2001, p. 10: «el empirismo
actúa como una especie de cedazo que aparta de la vista las grandes fuerzas sociales, económicas y
políticas que determinan la producción del arte, mientras permite el paso de los pequeños factores
formales, biográficos y de mecenazgo que pasan ante el ojo erudito».
5 La institucionalización de la Historia del tiempo presente en España es relativamente reciente; la
revista Ayer se crea en 1990, en 1992 se celebra el I Congreso de la Asociación de Historia Contemporá-
nea, la Asociación de Historiadores del Presente nace en 2000 y la revista Historia del presente en 2002.
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Juan Albarrán
Georges Didi-Huberman
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
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Juan Albarrán
Marc Bloch
10 Serge Guilbaut. Los espejismos de la imagen en los lindes del siglo xxi. Akal: Madrid, 2009, p. 5.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Por una Historia del arte del presente
Cada uno de los libros tuvo en su momento un uso muy concreto. El de-
sarrollo de los acontecimientos (el desmembramiento de la urss, la apari-
ción de la fotografía digital o la evolución del tenis moderno) hicieron que
la información práctica contenida en ellos perdiese su actualidad. Dejaron
de ser trabajos de referencia en sus campos correspondientes para con-
vertirse en fuentes documentales, en elementos que son almacenados en
bibliotecas, archivos o bases de datos y que, precisamente por eso, serán
considerados portadores de verdad histórica por los estudiosos. Da la im-
presión de que sólo la pérdida de la utilidad originaria del documento lo
convierte en fuente para la Historia.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Juan Albarrán
All art has been contemporary es una intervención diseñada por el artista
italiano Maurizio Nannucci para el Altes Museen de Berlín. Este edificio
clasicista, proyectado por el arquitecto alemán Friedrich Schinkel en 1823,
está considerado el primer museo del mundo concebido como tal y acoge
una importante colección de piezas artísticas de todas las épocas y cultu-
ras. Según el International Council of Museums (icom), «un museo es una ins-
titución pública o privada, permanente, con o sin fines de lucro, al servicio
11 Podemos señalar como ejemplos la Red Conceptualismos del Sur, formada en 2007 y auspiciada
por el mncars [disponible en Internet en: http://conceptual.inexistente.net/]; el proyecto Culturas de
Archivo en el que han colaborado varias instituciones desde 2000 [disponible en Internet en: http://
www.culturasdearchivo.org]; El archivo universal. La condición del documento y la utopía fotográfica moder-
na, exposición (macba, 2009) que generó varias publicaciones y seminarios [disponible en Internet en:
http://www.macba.es].
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Por una Historia del arte del presente
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Juan Albarrán
De algún modo, ésta es, grosso modo, la propuesta enunciada en los últi-
mos años desde los llamados Estudios Visuales17. Pese a que algunos histo-
riadores del arte han visto con recelo su irrupción en el mundo académico,
los Estudios Visuales no suponen una amenaza para la disciplina. Al con-
trario, apuntan posibles soluciones a los problemas que el actual régimen
de la imagen plantea a la Historia del arte. Aquello que más incomoda a
la vieja disciplina es precisamente la adisciplinariedad (más que la multi-
15 Jacques Rancière. Le spectateur émancipé. París: La Fabrique, 2008, p. 64.
16 Julio Aróstegui. La Historia vivida. Sobre la Historia del presente, op. cit., p. 64.
17 José Luis Brea ha sido el principal introductor de esta corriente en nuestro país a través de la
revista Estudios Visuales (cendeac, Murcia), la colección homónima de la editorial Akal y los seminarios
celebrados en 2004 y 2006 en los foros de expertos en arte contemporáneo de arco. Los Estudios visua-
les surgen a finales de los ochenta de la confluencia entre los llamados Estudios culturales provenientes
de las universidades norteamericanas, la historia del arte de autores como Norman Bryson, Svetlana
Alpers o Michael Baxandall, la Teoría de la comunicación y el posestructuralismo francés. Puede verse
una revisión de la génesis y desarrollo de los Estudios visuales en Carmen González; Francisco Javier
Gil. «Estudios visuales. Lugar de convergencia y desencuentro» en Azafea, nº 9, 2007. Con respecto al
impacto académico de los Estudios visuales y su relación con el ámbito disciplinar de la Teoría de la
comunicación véase Luis Alonso García. «Dimes y diretes sobre lo audiovisual en los tiempos de la
cultura visual y digital» en Cuadernos de Información y Comunicación, nº 12, 2007.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Por una Historia del arte del presente
18 José L. Brea. «Los estudios visuales: por una epistemología política de la visualidad» en José L.
Brea (ed.). Estudios visuales. La epistemología de la visualidad en la era de la globalización, Madrid: Akal,
2005, p. 6.
19 Keith Moxey. «Nostalgia de lo real» en Estudios Visuales, nº 1, 2003, p. 47.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Juan Albarrán
5. Coda
Peter Bürger
Como hemos tratado de hacer ver en este artículo, las prácticas artísticas
que se producen en el momento presente pueden ayudar a la Historia del
arte a constituirse en esa ciencia crítica capaz de llevar adelante un proceso
de autocuestionamiento disciplinar que amplíe tanto el campo que abar-
can sus objetos de estudio como las posibilidades metodológicas a partir
de las cuales producir conocimiento. Nuevas imágenes generarían nuevas
preguntas a viejos objetos de estudio. El objetivo de una Historia del arte
del presente no sería tanto desactualizar el arte para convertirlo en materia
para la Historia como conseguir que ésta, despojada de sus dogmas disci-
plinares, consciente de su convencionalidad, actualice (traiga al presente,
haga presente) el arte de otros pasados.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Por una Historia del arte del presente
20 Georges Didi-Huberman. Ante el tiempo. Historia del arte y anacronismo de las imágenes, Buenos
Aires: Adriana Hidalgo, 2005, p. 16.
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Historiando memorias.
Historia y literatura testimonial frente a la última
dictadura militar argentina
1 Como ejemplo de este último término podemos citar la novela contemporánea Dos veces junio
(2002) de Martín Kohan, que consigue cuestionar y desestabilizar los sentidos del pasado dictatorial
que se establecieron en connivencia con el retorno de la democracia en la Argentina. A lo largo de sus
páginas se expresan «las hipótesis más polémicas que animan las mejores indagaciones sobre la memo-
ria», en palabras de María Teresa Gramuglio, en «Políticas del decir y formas de la ficción. Novelas de
la dictadura militar» en Revista Punto de vista, año xxv nº 74, diciembre 2002, pp. 9-14.
En la obra de Kohan se sobreimprimen memorias, y se acomete contra la Teoría de los dos demonios, que
se erigió como expresión de la memoria oficial y mito fundante de la transición (1983-1989) en nuestro
país. Conforme con la misma, militares y guerrilleros —prácticamente en igualdad de condiciones—
eran los únicos responsables de la violencia desatada durante la última dictadura militar.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
María Virginia Pisarello
1. Iniciativas de memoria
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Historiando memorias. Historia y literatura testimonial frente a la última dictadura militar argentina
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
María Virginia Pisarello
11 Cfr. Elizabeth Jelin. «La conflictiva y nunca acabada mirada sobre el pasado» en Marina Franco;
Florencia Levín (comps.). Historia reciente. Perspectivas y desafíos de un campo en construcción. Buenos
Aires: Paidós, 2007, p. 17.
12 Héctor Schmucler. «El imperio de la información como imperio de la banalidad» en Comuni-
cación y Educación como campos problemáticos desde una perspectiva epistemológica. Paraná, Universidad
Nacional de Entre Ríos-Facultad de Ciencias de la Educación, 1995, p. 40.
13 Idea recuperada en Alejandra Oberti; Roberto Pittaluga. Memorias en montaje. Escrituras de la
militancia y pensamientos sobre la historia. Buenos Aires: El Cielo por Asalto, 2006, p. 50.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Historiando memorias. Historia y literatura testimonial frente a la última dictadura militar argentina
«¿Cuáles fueron las relaciones entre la clase obrera y las organizaciones guerri-
lleras? ¿Existieron responsabilidades por parte de las organizaciones armadas
respecto al involucramiento y exposición de comunidades de base que luego
fueron masacradas por las fuerzas represivas por no contar con coberturas míni-
mas ni medios de escape?»15.
Sin embargo estos puntos flacos de los textos no consiguen opacar sus
virtudes. En contrapunto con los trabajos historiográficos, observamos un
marcado interés de los relatos testimoniales por resaltar las especificida-
des regionales de las fuerzas represivas, cuyo carácter territorial determi-
nó perfiles específicos para los distintos espacios y áreas de la república;
mientras que esta heterogeneidad radical aún espera ser narrada en clave
historiográfica.
14 Lucas Lanusse. Montoneros. El mito de sus 12 fundadores. Buenos Aires: Ed. Vergara, 2005, p. 23.
Alessandro Portelli también formula una pregunta de esta índole, al trabajar con testimonios orales
relativos a la resistencia italiana durante la Segunda Guerra Mundial. Desea saber: «¿Qué es lo que […]
transforma a estas señoritas de buena familia, a estos jóvenes románticos, en activistas clandestinos,
en partisanas armadas, en guerreros?» en Alessandro Portelli. La orden ya fue ejecutada, Buenos Aires:
Fondo de Cultura Económica, 2004, p. 79.
15 Victoria Basualdo. «Derivaciones posibles de la polémica iniciada por Oscar del Barco: reflexio-
nes para una agenda de investigación» en Políticas de la memoria. Cedinci, Buenos Aires, nº 6/7, verano
2006/2007, p. 12.
16 Cfr. Alejandra Oberti; Roberto Pittaluga, op. cit., p. 19.
17 Cfr. Elke Gryglewski. «Memoria y Transmisión», Simposio Culturas Urbanas Buenos Aires-Berlín.
Buenos Aires; 27-28 de abril de 2006, p. 3.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
María Virginia Pisarello
Los treinta y siete capítulos que componen el libro fueron realizados en-
tre diciembre de 1999 y mayo de 2003, a través de una serie de encuentros
y vía e-mail. Por estos medios, los autores reunieron materiales de diversa
índole, entre ellos fotos y grabados que figuran en el paratexto. Como fruto
de este esfuerzo compartido el volumen salió a la luz en diciembre de 2003,
con una inmediata reimpresión de 3000 ejemplares que se encuentra ago-
18 Fue el II Cuerpo del Ejército el principal responsable de los secuestros y desapariciones en la
provincia de Santa Fe, asistido por distintos órganos de inteligencia: el Destacamento de Inteligencia
121 (Rosario), y el Destacamento de Inteligencia 122 (Santa Fe). Dentro de este marco, Gabriela Águila
señala que en Rosario la represión estuvo fundamentalmente en manos de las fuerzas de la policía. Por
otra parte, vemos que en el monte del norte de la provincia de Santa Fe la represión estuvo a cargo de
una sección de la policía rural, la denominada «Guardia Rural Los Pumas».
19 Hugo Vezzetti. Pasado y presente. Dictadura, guerra y sociedad en Argentina. Buenos Aires: Siglo
xxi, 2003, p. 140.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Historiando memorias. Historia y literatura testimonial frente a la última dictadura militar argentina
tada. La alta repercusión que tuvo en las clases medias santafesinas estuvo
ligada a la serie de actos culturales desplegados por este colectivo, y a su
política de distribución y venta a bajo costo.
Es por ello que utilizan la primera persona del plural y la primera del
singular, y la alternancia entre ambas garantiza que los pasajes y breves
20 Aclaran: «No pretendemos ser voceros de nadie, ni mucho menos apropiarnos de una experien-
cia que pertenece a un millar de hombres que vivieron “del otro lado de la mirilla”». En Asociación
Civil El Periscopio. Del otro lado de la mirilla. Olvidos y memorias de ex Presos Políticos de Coronda, 1974-
1979, Santa Fe: El Periscopio, 2003, p. 15.
Entre los autores de este libro figuran 62 nombres, y la cifra puede ser ampliada a unos 150 individuos
si consideramos a todos aquellos que estuvieron vinculados de diverso modo a la concreción del pro-
yecto. No obstante, se trata a su vez de un núcleo reducido de los 1.153 presos políticos que pasaron
por la cárcel de Coronda entre 1974 y mayo de 1979.
21 Ibídem, p. 15.
22 Cfr. Alejandra Oberti; Roberto Pittaluga. «Temas para una agenda de debate en torno al pasado recien-
te», en revista Políticas de la Memoria, Publicación de Cedinci, Buenos Aires: nº 5, verano 2004-05, p. 9.
23 Cfr. Maximiliano Salinas Campos. «La imagen y la memoria de Clotario Blest. La memoria de
un dirigente popular en el imaginario urbano de Chile», mimeo, presentado en Cursos Internacionales
Iberoamericanos 2007- Programa Iberoamericano de Estudios sobre Imaginario: Post dictaduras: Imagi-
narios y memoria en Iberoamérica. La Plata: 12 al 16 de marzo de 2007.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
María Virginia Pisarello
24 Cfr. Vera Carnovale. «Aportes y problemas de los testimonios en la reconstrucción del pasado
reciente en la Argentina» en Marina Franco; Florencia Levín (comps.), Historia reciente. Perspectivas y
desafíos de un campo en construcción. Buenos Aires: Paidós, 2007, p. 165.
25 Asociación Civil El Periscopio, op. cit., p. 189.
26 Paul Ricoeur. La lectura del tiempo pasado: memoria y olvido. Madrid: Arrecifes, 1999, p.19
27 Cfr. Alessandro Portelli. La orden ya fue ejecutada. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica,
2004, p. 9.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Historiando memorias. Historia y literatura testimonial frente a la última dictadura militar argentina
«[…] nueva juventud que irrumpe con deseos de protagonismo, donde hay mu-
chas cuentas pendientes que exigen una nueva lectura de la realidad, una valo-
ración y autocrítica de la historia vivida, para poder volcar a las nuevas genera-
ciones con objetividad y sin triunfalismos, nuestros aciertos y errores […] con
sus cualidades y defectos que es lo que de última hoy nos está permitiendo la
relectura de nuestra historia»29.
Sólo digo compañeros (2005) de Raúl Borsatti e Historias de vida (2007) po-
seen características semejantes en cuanto a formato y composición, aunque
se diferencian en su contenido. Uno y otro recopilan textos, narraciones,
fotografías y relatos en donde familiares y amigos de militantes desapare-
cidos cuentan cómo eran y cómo los recuerdan. Si bien es cierto que ambos
textos se presentan como iniciativas de memoria, en Sólo digo compañeros
existe una fuerte apuesta a la reconstrucción de la historia, explicitada des-
de el prólogo escrito por un historiador en calidad de militante, pero con
herramientas del oficio. Por contraposición a ello, Historias de vida no pare-
ce interesado en reconstruir la historia reciente, a no ser como contrapunto
de las acciones protagonizadas por los militantes de los que se ocupa.
28 Jorge Miceli. Montemadre. Heroica historia de compromiso y dignidad. Reconquista (Santa Fe): Ed.
Independiente, 2006, p. 17.
29 Ibídem.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
María Virginia Pisarello
El texto de Borsatti fue pensado como un texto cerrado que invita a ser
continuado en mesas de discusión bajo otros formatos; en cambio el otro
libro se presenta como el primero de una serie de tomos que pretenden
recoger las memorias de todos los desaparecidos de la provincia. Esta di-
ferencia propositiva impacta directamente sobre la definición del sujeto
enunciador.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Historiando memorias. Historia y literatura testimonial frente a la última dictadura militar argentina
este tipo y privilegian otras que exaltan su relación con los sujetos homena-
jeados en el libro, por ejemplo: «agradecemos a las viejas alegrías y sueños
compartidos con aquellos compañeros, a quienes recordamos con profun-
do cariño y que fueron el motor que nos movió a realizar este trabajo»30.
30 Gobierno de Santa Fe. Historias de vida. Santa Fe: Secretaría de Derechos Humanos del Gobierno
de Santa Fe, 2007, p. 5.
31 Ibídem, p. 9.
32 «Es porque existe esa profunda conexión entre las ideas de responsabilidad y de acción por lo
que una reconsideración de primera termina resonando de manera inevitable en la segunda, y vice-
versa». En Manuel Cruz. Cómo hacer cosas con recuerdos. Sobre la utilidad de la memoria y la conveniencia de
rendir cuentas. Buenos Aires: Katz, 2007, p. 101.
33 Asociación Civil «El Periscopio», Del otro lado de la mirilla. Olvidos y memorias de ex Presos Políti-
cos de Coronda, 1974-1979, Santa Fe, El Periscopio, 2003, p. 252.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
María Virginia Pisarello
En cuanto a ello también aportan datos que nos permiten reconstruir las
circunstancias que atravesaron:
34 Se refiere a las «ventanas» de las celdas por las cuales se comunicaban entre sí los presos.
35 Ibídem, p. 252.
36 Ibídem.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Historiando memorias. Historia y literatura testimonial frente a la última dictadura militar argentina
Por otra parte, este texto y los otros tres considerados, apuntan datos
sobre los autores materiales de la represión durante el período. Las narra-
ciones recopiladas se esfuerzan por (re)construir y transmitir los sentidos
de las experiencias traumáticas atravesadas por los represaliados de la úl-
tima dictadura. Actúan como dispositivos de denuncia de lo obrado por las
fuerzas represivas entre 1973-1983, pero clausuran ahí el debate relativo a
las responsabilidades de lo ocurrido durante el terror de Estado.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
María Virginia Pisarello
desempeñado por los vencidos. Si bien es cierto que toda memoria tiene
sus puntos ciegos, también es cierto que hay barreras que deben ser derri-
badas. Así, la militancia de los setenta en Argentina debe verse también en
relación a la lucha armada. Con ello no abogamos por la construcción de
una «memoria completa», tal como lo plantean distintos sectores compro-
metidos con el accionar de las Fuerzas Armadas; sino que apostamos a la
edificación de una Historia crítica del pasado, capaz de hacerse cargo de
las enseñanzas del humanismo no-inocente que las circunstancias nos han
legado.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Historiando memorias. Historia y literatura testimonial frente a la última dictadura militar argentina
Se los estigmatiza como los mejores de una generación, mediante una ope-
ración de resignificación que vacía el contenido de los proyectos y de las
acciones que emprendieron, licuando al mismo tiempo la identidad polí-
tica de los perseguidos. Y como resultado se fosiliza su legado y se obtura
el recuerdo.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
María Virginia Pisarello
bilidad de hacer los mayores esfuerzos para encomendar a la memoria por cada
uno de los mejores que dio esa generación […]»44.
«[…] su epopeya es, vuelvo a decirlo, una síntesis de las luchas latinoamericanas:
de un lado el pueblo, los militantes populares metidos en este caso en el monte,
la naturaleza, la vida, que los cobija, los esconde, los protege; del otro lado las
fuerzas represivas, los dueños del país y el imperialismo, la muerte»45.
«Nada hacía suponer que sus sanas intenciones de Justicia Social y el pensar en
el necesitado interviniendo en grupos juveniles de militancia seria y formal, que
ya florecían en su alma sencilla, podrían terminar en el sesgo injusto de su vida
útil y valiosa»46.
Por otro lado, los libros escogidos orientan la búsqueda del historiador
y recuperan memorias clave de lo ocurrido. Avanzan en la denuncia a la
par que manifiestan el influjo de una «persistente, empecinada y descon-
certante renuncia al ejercicio de la violencia organizada en contra de los
represores y torturadores, pasados y presentes», lo cual transparenta el le-
gado de la historia política previa47.
44 ������
Raúl Borsatti, op. cit., p. 11.
45 Jorge Miceli, op. cit., p.213; las cursivas nos pertenecen.
46 Gobierno De Santa Fe, op. cit., p. 87.
47 Victoria Basualdo, op. cit., p. 11. En relación a ello, Raúl Borsatti confía que el principal móvil
para escribir su libro fue el haber encontrado «a un conocido represor aeronáutico en un comercio de
Reconquista, con algunos aspectos físicos ex profeso cambiados», tras lo cual se abocó a recuperar las
memorias sobre los desaparecidos del norte de Santa Fe, y abrió «un listado de los represores y cómpli-
ces de la dictadura militar». En Raúl Borsatti, op. cit., p. 11.
48 Cfr. Alejandra Oberti; Roberto Pittaluga. «Temas para una agenda de debate en torno al pasado
reciente», op. cit., p. 9.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Historiando memorias. Historia y literatura testimonial frente a la última dictadura militar argentina
Una vez planteadas estas cuestiones, vale recordar junto a Koselleck que
«puede que la Historia —a corto plazo— sea hecha por los vencedores, pe-
ro los avances en el conocimiento de la historia —a largo plazo— se deben
a los vencidos»50. Tal es así que los cuatro libros seleccionados direccionan
nuestras búsquedas, a la par que reflejan las transformaciones operadas en
la memoria colectiva durante los últimos treinta años.
5. Conclusiones
«[…] sentí que no se había hecho un inventario, (ni) recuperado historias que
algún día investigadores trabajarán con mayor precisión sobre el pasado político
de los años setenta en nuestra región»51.
49 Cfr. Elías Palti en Reinhart Koselleck. Los estratos del tiempo: estudios sobre la historia, Barcelona:
Paidós, 2001, p. 22.
50 Reinhart Koselleck. Los estratos del tiempo: estudios sobre la historia. Barcelona: Paidós, 2001, p.83
51 ������
Raúl Borsatti, op. cit., p. 11.
52 Gobierno De Santa Fe, op. cit., p. 11.
53 Asociación Civil «El Periscopio», op. cit., pp. 7 y 15.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
María Virginia Pisarello
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Historiando memorias. Historia y literatura testimonial frente a la última dictadura militar argentina
y que generalice, pero no para borrar la identidad de los hechos sino sólo
para ponerlos en relación entre sí, comparándolos con el objeto de advertir
diferencias y semejanzas. No se trata de recordar para reproducir el daño
acaecido, sino de recuperar aquellas lecciones que nos pueden servir del
pasado para actuar en el presente. Esta tarea invita a continuar indagando
—desde la Historia— sobre los puntos ciegos de la(s) memoria(s) local(es),
regional(es) y nacional(es). Juicios históricos y políticos de por medio, es
necesario aventurar nuevas interpretaciones sobre la derrota sufrida por
las izquierdas armadas en la Argentina. Los militantes de los setenta «no
fueron ángeles ni demonios», sino sujetos comprometidos en una acción
política por la que optaron ética y políticamente, por ello cabe indagar «si
en la base de la derrota política no hay incluso una derrota ética». Sus ac-
ciones encuentran fundamento en el contexto adverso en el que se gestaron
pero van más allá, y reclaman «un juicio histórico que logre escapar tanto
de la victimización y la heroicización como de la demonización»59. Una re-
flexión de esta índole, donde la Historia, la memoria y la justicia se cruzan
puede abonar aquella Historia que sólo los «vencidos» pueden escribir.
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Un pasado que no pasa: la reconstrucción de la memoria
en Néstor Perlongher, de Auschwitz a la ESMA
Edoardo Balletta
Universidad de Bolonia
1. A modo de introducción
Jacques Derrida
«Siempre leí de todo, las cosas más heterodoxas. Leía dos veces esos textos his-
tóricos como una técnica: leer y alucinar. Leía y leo textos de Historia argenti-
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Edoardo Balletta
na, textos políticos, documentos. Podría decirse que esa cuestión se resuelve,
si racionalizamos un poco, entre el deseo y la historia, entre el deseo y lo so-
cial. Entonces habría que ver un poco la emergencia del deseo en los textos más
hostiles»1.
«Había que combatir a Juan Gelman en su propio terreno. Hay toda una pro-
ducción de poesía social en los años setenta, de la cual es exponente interesante
Gelman […] Había que trabar la batalla en el mismo plano. Había que mostrar
que el barroco, el neobarroco no era una mera eternidad»2.
«Si volvemos ahora al testimonio, podemos decir que testimoniar significa po-
nerse en relación con la propia lengua en la situación de los que la han perdido,
instalarse en una lengua viva como si estuviera muerta o en una lengua muerta
1 Luis Chitarroni. «Un uso bélico…» (entrevista, 1988) en Néstor Perlongher. Papeles insumisos.
Buenos Aires: Santiago Arcos, 2005, p. 315.
2 Eduardo Milán. «El Neobarroco rioplatense (entrevista)» en Néstor Perlongher. op. cit., p. 283.
3 Primo Levi. Conversazioni e interviste, 1963-1987. Turín: Einaudi, 1997, p. 215. [Cita traducida].
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Un pasado que no pasa: la reconstrucción de la memoria en Néstor Perlongher, de Auschwitz a la ESMA
como si estuviera viva, mas, en cualquier caso, fuera tanto del archivo como del
corpus de lo ya dicho. No sorprende que este gesto testimonial sea también el del
poeta, el auctor por excelencia. La tesis de Hölderlin, según la cual “lo que queda,
lo fundan los poetas” […] no debe ser comprendida en el sentido trivial de que la
obra de los poetas es algo que perdura y permanece en el tiempo. Significa más
bien que la palabra poética es la que se sitúa siempre en posición de resto, y pue-
de, de este modo, testimoniar. Los poetas —los testigos— fundan la lengua como
lo que resta, lo que sobrevive en acto a la posibilidad —o la imposibilidad— de
hablar»4.
Volviendo a Perlongher resulta evidente que, con tan sólo una lec-
tura de superficie de Austria-Hungría y Alambres, los dos poemarios se cons-
truyen a partir de una fascinación por la historia que, benjaminianamente,
se configura como tormenta (Sturm)5 que arrastra los cuerpos de soldados,
mujeres, niños en el torbellino del exterminio:
«Como reina que vaga por los prados donde yacen los restos
de un ejército y se unta las costuras de su arminio raído
con la sangre o el belfo o con la mezcla de caballos y
bardos que parió su aterida monarquía»6
4 Giorgio Agamben. Lo que queda de Auschwitz. El archivo y el testigo. Valencia: Pre-textos, p. 169.
5 Walther Benjamin. Tesis de Filosofía de la historia. Madrid: Edhasa, 1971.
6 Néstor Perlongher. «Como reina que acaba» en Néstor Perlongher. Poemas completos: 1980-
1992. Buenos Aires: Seix Barral, 1997, p. 33
7 Néstor Perlongher. «Canción de amor para los nazis en Baviera» en Néstor Perlongher, op.
cit., p. 25.
8 Néstor Perlongher. «¿A qué vino de París Mr. Félix Guattari?» en Néstor Perlongher. Papeles
insumisos, op. cit., p. 162.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Edoardo Balletta
Si, como hemos visto, por un lado resulta evidente que, por lo general,
Austria-Hungría se mueve en la Europa Oriental y Alambres en el Río de la
Plata, por otro los dos espacios tienden a mezclarse. Podemos considerar
paradigmático el caso del poema «La murga, los polacos» (Austria-Hungría)
que, ya desde el título, intenta mezclar las dos geografías: el desfile del car-
naval rioplatense se mueve por las calles de Varsovia con toda su típica
parafernalia («osos carolina»; «serpentinas» etc.) frente a un público polaco
que «mira desconcertado». Toda una red de referencias lleva a pensar que
la ciudad descrita no es Varsovia sino Buenos Aires. Mejor dicho, la ciudad
puede ser a la vez Varsovia y Buenos Aires. Efectivamente, si por un lado,
en toda la escena puede leerse el rescate de la memoria de la revuelta del
ghetto de Varsovia durante la II Guerra Mundial, por otro la construcción
del poema hace de la capital polaca una suerte de alegoría por medio de la
cual leer el presente argentino:
«[Varsovia] la que reina
recostada en el Vístula
el proceloso río donde cae
la murga con sus pitos, sus colores, sus chachachás carnosos
produciendo en las aguas erizadas un ruido a salpicón
que nadie atiende
puesto que no hay tal murga, y aunque hubiérala
no estaría en Varsovia, y eso todos
los polacos lo saben»9.
9 Néstor Perlongher. «La murga, los polacos» en Néstor Perlongher. Poemas completos: 1980-1992,
op. cit., p. 23.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Un pasado que no pasa: la reconstrucción de la memoria en Néstor Perlongher, de Auschwitz a la ESMA
«La perpetuación del sufrimiento tiene tanto derecho a expresarse como el tortu-
rado a gritar; de ahí que quizá haya sido falso decir que después de Auschwitz
ya no se puede escribir poemas»11.
Este nuevo punto de vista nos permite leer la primera afirmación bajo
una nueva luz: evidentemente el de Adorno no era un acto censorio sino
una admonición. Como observa Giorgio Agamben, Adorno reconoce en
Auschwitz una «suerte de línea de división histórica»12, un término post
quem de la historia humana. Las palabras de Adorno, sugiero, surgían de
un enorme estupor y a la vez mostraban el fin de una inocencia. Inocencia
de poder pensar la cultura como instrumento de una positividad y estupor
frente a la ineficacia del dispositivo. «Toda la cultura después de Auschwitz
—escribe el filósofo alemán—, junto con la crítica contra ella, es basura»13.
La cultura es basura porque se puede realizar sólo en el resto, en lo que
en nuestra cultura resta (queda) después de Auschwitz y en lo que resta
de Auschwitz en esta cultura. Y lo que queda es, como sugirió Hannah
Arendt, la lengua-madre. El problema será, entonces, no el de la imposibi-
lidad de la poesía después de Auschwitz, como sugirió Adorno, sino como
se esforzó en repetir Primo Levi, su contrario: «no se puede hacer poesía
sino sobre Auschwitz, o por lo menos, teniendo en cuenta a Auschwitz». El
· 345 ·
EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Edoardo Balletta
Más adelante descubriremos que ese deshabillé, que se impone con pre-
potencia a la vista, es la ropa de una mujer destinada a las cámaras de
gas:
14 ���������
Giorgio Agamben, op. cit., p. 72.
15 Néstor Perlongher. «Música de cámara» en Néstor Perlongher. Poemas completos: 1980-1992,
op. cit., p. 83.
16 Ibídem.
17 Ibídem
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Un pasado que no pasa: la reconstrucción de la memoria en Néstor Perlongher, de Auschwitz a la ESMA
«una ruina que, sacada del ropero, de la vida cotidiana, de las pequeñas rutinas
de la vida burguesa […], retorna a la naturaleza, a la babosa que la invade, para
señalar, en su olvido […] el destino implacable, monstruoso de su dueña».19
18 Ibídem.
19 Gabriel Giorgi. Sueños de exterminio: homosexualidad y representación en la literatura argentina con-
temporánea. Rosario: Beatriz Viterbo, 2005, p. 157.
20 ���������
Gabriel Giorgi, op. cit., p. 161.
· 347 ·
EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Edoardo Balletta
en la primera parte del poema, sino lo que estará obligado a ver ahora, «ver
lo desmirado» como dice Perlongher en otro poema:
«dime, Delia,
tú crees en esas músicas que tan mortuorias suenan cuando antes
de las ejecuciones batuteamos: y crees acaso en ellas? y crees?
dime si crees»21
Néstor Perlongher. «La Raya» en Néstor Perlongher. Poemas completos: 1980-1992, op. cit., p. 53.
21 ��������
Jacques Stroumsa. Violinista ad Auschwitz. Brescia: Morcelliana, 2000, p. 83. [Cita traducida].
22 ���������
23 Néstor Perlongher. «Música de cámara» en Néstor Perlongher. Poemas completos: 1980-1992, op.
cit., p. 66; una escena parecida puede leerse en el libro de memorias de Jacques Stroumsa: «Nosotros,
los músicos de la orquesta, debíamos correr a nuestra barraca, tomar nuestros instrumentos y dirigir-
nos velozmente al podio situado delante de la salida principal del campo. Apenas sonaba el silbato,
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Un pasado que no pasa: la reconstrucción de la memoria en Néstor Perlongher, de Auschwitz a la ESMA
4. «Hay cadáveres»
la orquestra, bajo la batuta del director, se ponía a tocar, mientras el desfile de prisioneros-esclavos
comenzaba» [Jacques stroumsa, op. cit., p. 56; cita traducida].
24 Daniel Freidemberg; Daniel Samoilovich. «El barroco cuerpo a tierra» en Néstor Perlongher.
Papeles insumisos, op. cit., p. 365.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Edoardo Balletta
detalles. Esto no tenía que haber pasado. Allí sucedió algo con lo que no pode-
mos reconciliarnos. Ninguno de nosotros puede hacerlo»25.
Como observa Agamben, la filosofa judía para hablar de eso tiene que
usar un tono, una retórica que está «a mitad de camino entre el eufemismo
y lo inaudito»26. Como si se hubiera abierto el abismo. El exterminio, que du-
rante toda la dictadura se había vivido como un espacio fantasmático en el
límite de la realidad (una Varsovia sobre el Río de la Plata), ahora se instala
con prepotencia en la vida de la comunidad mostrando con toda eviden-
cia la obscenidad de sus restos, los cadáveres. Hasta ese momento sólo se
podía «creer» (como en «Música de cámara») al genocidio, pero faltaba el
habeas corpus. Cuando empiezan a aparecer cadáveres «como cataratas», to-
do se hace excesivamente real e inquietante. Los cadáveres se vuelven una
presencia (y a la vez una ausencia) intolerable pero que hay que asumir.
Sobre eso el poema se construye como una enumeración caótica del horror,
un intento de reconstrucción total de la realidad a partir del exterminio: los
objetos, los lugares, los símbolos, las historias, los idiomas de una comu-
nidad entera entran en una máquina que los procesa sin solución de conti-
nuidad. El discurso se fragmenta, la voz se rompe porque parece imposible
testimoniar siguiendo la forma del catálogo:
Justo cuando la voz parece pararse («Ya no se puede…») sigue con el ca-
tálogo en un movimiento descrito como molesto («Estamos hartas de esta
reiteración y llenas/ de esta reiteración estamos»29). Hay como una oscila-
ción entre el decir y el no-decir en que se concentra el problema del testi-
monio: ¿cómo y qué es posible testimoniar? En medio de tanta confusión el
poema encuentra, desde el comienzo, un punto de apoyo en el espacio y en
la retórica de la patria. Ya en los primeros versos se percibe una tonalidad
escolar30 que recuerda los «textos que se leen en los actos»31, pero el ritornello
25 ��������
Hannah Arendt apud Giorgio Agamben, op. cit.
Giorgio Agamben, op. cit., p. 73.
26 ���������
27 Néstor Perlongher. «Hay cadáveres» en Néstor Perlongher. Poemas completos: 1980-1992, op.
cit., pp. 123-124.
28 Nótese como la retórica gauchesca del segundo verso, se injerta en la alusión a los campos de
concentración («campos, hum…»).
29 Ibídem, p. 129.
30 La definición es de Perlongher; véase Daniel Freidember; Daniel Samoilovich, op. cit, p. 366.
31 Néstor Perlongher; «Hay cadáveres» en Néstor Perlongher. Poemas completos: 1980-1992, op.
cit., p. 129.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Un pasado que no pasa: la reconstrucción de la memoria en Néstor Perlongher, de Auschwitz a la ESMA
(«Hay cadáveres») viene a romper este orden idílico de letanía infantil tras-
ladando el texto al pasado-presente de la dictadura:
«Bajo las matas
en los pajonales
Sobre los puentes
En los canales
Hay cadáveres.»
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Edoardo Balletta
El pasado nacional se deja leer como resto o ruina que puede explicar
el presente: todas las imágenes de la violencia decimonónica que el lector
encuentra a lo largo de Alambres vuelven a la mente creando un paradigma
en que la historia (argentina en este caso o europea en otros) puede leerse
como Historia de exterminio:
«Y se convierte inmediatamente en La Cautiva,
los caciques le hacen un enema,
le abren el c… para sacarle el chico,
el marido se queda con la nena,
pero ella consigue conservar un escapulario con una foto borroneada
de un camarín donde…
Hay cadáveres»34
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Un pasado que no pasa: la reconstrucción de la memoria en Néstor Perlongher, de Auschwitz a la ESMA
“verdaderos” testigos, los “testigos integrales”, son los que no han testimoniado
ni hubieran podido hacerlo»37.
En esa línea se pone Gabriel Giorgi cuando dice al respecto de «Hay ca-
dáveres» que «no vemos el aleph del horror, vemos la córnea que lo vio»38.
El punto de vista es necesariamente el de quien estaba afuera de los lugares
del horror:
«Se ven, se los despanza divisantes flotando en el pantano:
en la colilla de los pantalones que se enchastran, símilmente;
en el ribete de la cola del tapado de seda de la novia, que no se casa
porque su novio ha
………………………………….!
Hay cadáveres»39
37 ���������
Giorgio Agamben, op. cit., p. 34. [Cita traducida].
38 ���������
Gabriel Giorgio, op. cit., p. 165.
Néstor Perlongher. «Hay cadáveres» en Néstor Perlongher. Poemas completos: 1980-1992, op.
39 ��������
cit., p. 120.
40 Roberto Echavarren. «La osadía de los flujos» en Néstor Perlongher. Papeles insumisos. Buenos
Aires: Santiago Arcos, 2005, p. 465.
41 Néstor Perlongher. «Hay cadáveres» en Néstor Perlongher, op. cit., p.122.
42 Ibídem, p. 120.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Edoardo Balletta
«Era: “No le digas que lo viste conmigo porque capaz que se dan
Cuenta”
O: “No le vayas a contar lo que vimos porque a ver si se lo toma a
Pecho”
Acaso: “No te conviene que se sepa porque te amputan una teta”
Aún: “Hoy asaltaron a una vaca”
“Cuando lo veas hacé de cuenta que no te diste cuenta de nada
…y listo”
Hay Cadáveres»43
………………………
………………………
………………………
………………………
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Un pasado que no pasa: la reconstrucción de la memoria en Néstor Perlongher, de Auschwitz a la ESMA
46 ���������
Giorgio Agamben, op. cit., p. 169.
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Representaciones directas e indirectas del abuso militar
en el cine argentino de los ochenta
Alex Bratkievich
Universidad de California en Berkeley
1. Introducción
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Alex Bratkievich
las películas que han tocado el tema son obras de ficción, e incluso las que
están basadas en hechos reales tienen diferentes grados de manipulación
y deformación de dichos eventos. Obviamente no es a estas películas a las
que se acudiría por información precisa y exacta sobre los acontecimientos
relacionados con la dictadura. Sin embargo, como sostiene Peter Burke, las
imágenes (fotografías, pinturas, películas, etcétera) «a menudo han desem-
peñado un rol en la “construcción cultural” de la sociedad. Precisamente
por estas razones, las imágenes son testimonios de previos arreglos cultu-
rales y sobre todo de previas maneras de ver y pensar»1. Las representa-
ciones de períodos recientes, sobre los que se tiene mucha documentación,
presentan un interés adicional para el historiador. Según Burke:
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Representaciones directas e indirectas del abuso militar en el cine argentino de los ochenta
5 Steven Kovacs. «Screening the Movies in Argentina» en New Boston Review, vol 3, nº 3, 1977, pp.
19-21.
6 César Maranghello. «La censura afloja sus cuerdas: Octavio Getino libera films prohibidos y se
respira libertad cultural» en Claudio España (dir.). Cine Argentino: Modernidad y vanguardias 1957-1983.
Buenos Aires: Fondo Nacional de las Artes, 2005, v. II, pp. 652-661.
7 Ruth Vasey. The World According to Hollywood, 1918-1939. Madison: University of Wisconsin
Press, 1997, p. 25. [Cita traducida].
8 Cuestionario, Buenos Aires, nº 20, diciembre de 1974, pp. 16-17. Citado en César Maranghello,
op. cit., p. 658.
9 Pasaje de un artículo de Miguel Paulino Tato. «La censura y yo» en Somos. Buenos Aires: nº 262, 25
de septiembre de 1981, pp. 62-64. Citado en César Maranghello, op. cit., p. 657.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Alex Bratkievich
a ser atacada por las tijeras de Tato o incluso podía resultar en la prohibi-
ción total de la película. Ese fue el destino de Proceso a la infamia (1978) de
Alejandro Doria, ya que «era una calumnia contra el país»10.
Durante los años desde 1976 hasta 1983, el gobierno militar estableció
un sistema represivo de secuestros, interrogaciones, torturas y asesina-
tos con tal de suprimir cualquier oposición. La gente era secuestrada en
la mitad de la noche; los secuestradores generalmente conducían un Ford
Falcon verde. Después de eso, nadie volvía a saber de los que habían sido
secuestrados. Si la familia o los amigos preguntaban por ellos, los oficiales
del gobierno simplemente negaban que los desaparecidos hubieran sido
encarcelados. Se los mantenía en centros clandestinos, con los ojos ven-
dados en todo momento para que no pudieran identificar a sus captores
en caso de que fueran liberados, aunque esto fuera realmente poco proba-
10 Ibídem.
11 Entrevista con Héctor Olivera para la revista Crisis. Buenos Aires: nº 26, junio de 1975, pp. 61-65.
Apud César Maranghello. «La reconstrucción democrática: El Instituto de Cinematografía en los go-
biernos de Cámpora, Lastiri y Perón» en Claudio España, op. cit., p. 575.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Representaciones directas e indirectas del abuso militar en el cine argentino de los ochenta
Durante este período, las películas tenían que recurrir a alusiones, ana-
logías, alegorías y metáforas para representar lo que estaba pasando. Los
«espectadores sofisticados»12, para usar el término de Vasey, serían capa-
ces de identificar los referentes reales sin que los censores se dieran cuenta.
Por ejemplo, La isla (1979) de Alejandro Doria se ambienta en un manico-
mio pero, a diferencia de otras películas ambientadas en instituciones para
enfermos mentales, los pacientes son gente común en situaciones límite. El
manicomio es una metáfora de la Argentina bajo el control de los militares
y de los argentinos efectivamente en prisión. El director explicó al diario
La Nación el 4 de agosto de 1979 que «[el] mundo que muestra el film es
un mundo de gente angustiada. En todo caso, gente con dos o tres grados
más de angustia que los de cualquier persona sana y normal»13. Por consi-
guiente, cualquier argentino afligido por los abusos de la dictadura podía
identificarse con los pacientes de ese hospital.
Otra película que logró representar los abusos militares sin tener pro-
blemas con la censura fue Tiempo de revancha de Adolfo Aristarain, que se
estrenó en 1981. Es la historia de Pedro Bengoa, un dinamitero en busca
de trabajo. Como estuvo involucrado con los sindicatos unos años antes,
tuvo que limpiar su currículum para que no aparecieran sus actividades
políticas. La película empieza con una escena en la que Pedro tiene una
entrevista en la sede de Tulsaco, una compañía minera. Él logra que lo
contraten fingiendo ser una persona completamente apolítica («La política
es para los políticos»). Sin embargo, enseguida descubre que Tulsaco está
quebrantando la ley, por ejemplo al usar más dinamita de la que está per-
mitida por ley. Después de presenciar la muerte de dos compañeros por
el descuido de la compañía, Pedro se da cuenta de que tiene que causarle
daño a la compañía de alguna forma. Si consigue que le paguen una suma
importante de dinero, los estaría afectando y al mismo tiempo consegui-
ría una remuneración financiera para él. Por esa razón decide ayudar a
su amigo, Bruno di Toro, quien concibió un ardid para sacarle dinero a la
compañía. La idea consistía en que Bruno se ubicaría en un lugar seguro
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Alex Bratkievich
donde convenientemente quedaría atrapado por las rocas durante una ex-
plosión. Entonces fingiría haber quedado mudo por el trauma y, gracias a
la información que su abogado había conseguido sobre Tulsaco, la compa-
ñía seguramente querría llegar a un acuerdo sin que la contienda llegara a
tribunales.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Representaciones directas e indirectas del abuso militar en el cine argentino de los ochenta
14 Ruth Vasey, op. cit., pp. 107, 170, entre otras.
15 Andrés Insaurralde, op. cit., p. 709.
Timothy Barnard. «Tiempo de revancha» en Timothy Barnard; Peter Rist (eds.). South Ame-
16 ���������
rican Cinema: A Critical Filmography 1915-1994. New York: Garland Publishing, Inc., 1996, p. 59. [Cita
traducida].
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Alex Bratkievich
17 César Maranghello. «La presión de las fuerzas armadas: El Instituto Nacional de Cinematogra-
fía durante la dictadura militar» en Claudio España, op. cit., pp. 750.
18 Hugo Paradero. «A la manera de una gran semilla» en Humor, Buenos Aires, 65, 1981, pp. 82-83.
19 Claudio España. «Introducción: Diez años de cine en democracia» en Claudio España (comp.).
Cine Argentino en democracia 1983/1993. Buenos Aires: Fondo Nacional de las Artes, 1994, pp. 12-53.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Representaciones directas e indirectas del abuso militar en el cine argentino de los ochenta
abusos políticos, para denunciar las atrocidades perpetradas por los mili-
tares. Sin embargo, a pesar de la falta de censura oficial, en la mayoría de
las películas realizadas en los años inmediatamente posteriores al fin de la
dictadura aún se prefiere una representación indirecta de dichos tópicos.
A pesar de que No habrá más penas ni olvido es una de las pocas películas
que incluye una escena explícita de tortura, obviamente la violencia ex-
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Alex Bratkievich
4.2. Camila
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Representaciones directas e indirectas del abuso militar en el cine argentino de los ochenta
Una de las pocas películas que lidió directamente con el pasado cercano
fue La Historia oficial de Luis Puenzo, que se estrenó en abril de 1985. Los
incidentes de la película ocurren en los últimos meses de la dictadura, des-
de marzo de 1983 en adelante. Alicia es una señora completamente igno-
rante del ambiente político en el que vive. Sólo cuando una de sus mejores
amigas le describe su secuestro y tortura es que Alicia empieza a observar
y notar el mundo a su alrededor, por ejemplo las protestas de las Abuelas
de la Plaza de Mayo (un grupo de abuelas que exigían información sobre
sus hijos, quienes habían desaparecido, y sus nietos, nacidos durante el
encarcelamiento de sus padres).
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Alex Bratkievich
25 Kahtleen Newman. «Cultural Redemocratization: Argentina, 1978-89» en George Yúdice; Jean
Franco; Juan Flores (eds.). On Edge: the Crisis of Contemporary Latin American Culture. Minneapolis:
University of Minnesota Press, 1992, p. 181. [Cita traducida].
26 Claudio España, op. cit., p. 293.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Representaciones directas e indirectas del abuso militar en el cine argentino de los ochenta
«La formulación inicial de la teoría de los dos demonios establecía dos actores
principales en la escena política de la primera mitad de la década de 1970: en
el marco de un nuevo retorno al sistema democrático (marzo de 1973), organi-
zaciones guerrilleras ponían en cuestión al Estado, cumpliendo con directivas
provenientes del exterior (Cuba y la urss); ante esta situación —acompañada por
una deplorable gestión gubernamental del peronismo—, las Fuerzas Armadas
tomaron el control del Estado, respondiendo a una extendida demanda social de
orden. La respuesta de las Fuerzas Armadas derivó en el establecimiento de un
Estado terrorista, que transformó esa demanda social en el exterminio de todas
las formas de oposición, verdadero objetivo de la gestión dictatorial»28.
27 Daniel Guebel. «Preguntas sobre lo terrible» en Humor, Buenos Aires, 181, 1986, p. 67.
28 Mario Ranalletti. «La construcción del relato de la historia argentina en el cine, 1983-1989» en
Filmhistoria, vol. 9, nº. 1, 1999, p. 5.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Alex Bratkievich
«En La noche de los lápices prevalece más la conmiseración para con ese grupo de
adolescentes destruidos por las herramientas de los torturadores que la discu-
sión política. Olivera, bajo el amparo sentimental de la compasión por los perso-
najes, se dedica a expresar claramente la idea de que esos muchachos no tenían
ninguna relación con los motivos por los que se los estaba torturando, que no ha-
bían tomado parte en la violencia armada, y en esta dirección se asignan valores
positivos y negativos a los torturadores, con un carcelero violento y un carcelero
comprensivo. […]
En otras palabras: el procedimiento consistió en un encubrimiento de las verda-
deras políticas detrás de lo ocurrido durante la dictadura, exponiéndola no como
parte de un plan político y económico, ni como un batallón sin gracia cuyo pro-
pósito era revertir la situación política, sino como una mera fuerza organizada
para cometer al azar actos de violencia de varios tipos»29.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Representaciones directas e indirectas del abuso militar en el cine argentino de los ochenta
31 Clara Kriger. «La revisión del proceso militar en el cine de la democracia» en Claudio España,
op. cit., p. 63.
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EL TIEMPO PRESENTE COMO CAMPO HISTORIOGRÁFICO
Alex Bratkievich
32 Existe otra posibilidad, a saber, que los incidentes fueron tan traumáticos que su representación
directa es demasiado dolorosa. Es posible que esto determine hasta cierto grado la preferencia por
métodos de representación indirecta, ya que le permite al espectador la opción de evitar cualesquiera
niveles o representaciones que resulten problemáticos. Sin embargo, esta no puede ser la única explica-
ción ya que La noche de los lápices fue un éxito, a pesar de la violencia explícita que resulta sumamente
dolorosa para el espectador.
Una posible avenida de investigación es considerar que las dos razones están relacionadas. El rechazo
de películas que divergen de las creencias populares acerca de la dictadura puede ser el resultado del
trauma colectivo ocasionado por la dictadura. La teoría de los dos demonios proporciona una versión
simplista (pero efectiva gracias a su sencillez) de los acontecimientos; reconsiderarlos y reanalizarlos
puede ser demasiado traumático para la nación.
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III. EL TIEMPO PRESENTE COMO DESAFÍO METODOLÓGICO
Representaciones directas e indirectas del abuso militar en el cine argentino de los ochenta
6. Conclusión
Como se sugiere en las secciones anteriores, el cine puede ser una valio-
sa fuente de información sobre la memoria social, cómo se forma, y cómo
se reinterpreta el pasado (cercano y lejano) en virtud de las necesidades
cambiantes del presente. Las representaciones cinematográficas de un pe-
ríodo en particular y la evolución de dichas representaciones a medida que
los incidentes van transformándose en pasado distante, son una de las tan-
tas pistas o huellas (Burke las llama traces33) que permiten entender mejor
cómo una sociedad se representa a sí misma y los diferentes mecanismos
que se usan para lidiar con situaciones traumáticas de carácter colectivo.
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