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Breve resumen del Coeficiente de Balasto

Uno se cree que un tema está más que trillado, como puede ser el coeficiente de
balasto, cuando todavía me sorprende encontrar proyectos donde está mal aplicado o
simplemente no se molestan en hacerlo correctamente.
Con el fin de dejar mi granito de arena para que el uso de este concepto esté mejor
aplicado en los proyectos, dejo el post de hoy: un pequeño compendio sobre lo que es
el Coeficiente de balasto, cómo se deduce de los ensayos el valor del K30 y cómo
manejar ese valor para utilizarlo en nuestros cálculos estructurales. Además, recopilo
varias formulaciones que creo que os pueden ser interesantes para los que el tema ya
lo domináis.

El coeficiente de balasto Ks es un parámetro que se define como la relación entre la


presión que actúa en un punto, p, y el asiento que se produce, y, es decir Ks=p/y. Este
parámetro tiene dimensión de peso específico y, aunque depende de las propiedades
del terreno (esto no se le escapa a nadie) no es una constante del mismo ya que
también depende de las dimensiones del área que carga contra el terreno (esto es lo
no toda la gente no tiene tan claro).

Veamos cómo podemos estimar el valor del coeficiente de balasto. Existen


dos maneras para poder realizar dicha estimación:
1. Mediante el Ensayo de Placa de Carga
En España, el ensayo de placa de carga se rige según la normativa del Laboratorio de
Transportes NLT-357/98 (viales) o la UNE 7391:1975 (cimentaciones). En la foto
anterior podemos ver una placa circular que carga al terreno. De la placa salen unos
comparadores que nos permiten medir el asiento que sufre el terreno al cargar la placa.
El cociente de la carga entre el asiento nos proporciona el coeficiente de balasto
asociado a las dimensiones de la placa. Existen varios tipos de placas, las cuadradas
de 30×30 cm o las circulares de 30, 60 o 76,2 cm de diámetro. Por tanto, el coeficiente
viene generalmente respresentado por una K y el correspondiente subíndice que
identifica a la placa con la que se realizó el ensayo.

Lo usual es que los laboratorios proporcionen el coeficiente de balasto de la placa


cuadrada de 30 cm de lado, el K30. Existen muchos autores que han proporcionado
varios valores del K30 para diferentes clases de suelos. Os dejo algunas de las tablas
más interesantes que conviene tener:
Pero claro, una cosa es tener el coeficiente de balasto de una placa cuadrada de 30 cm
de lado y otra muy distinta es tenerla para el tamaño real cimentación. Aunque sea el
mismo terreno, el valor debe ser corregido por las dimensiones de nuestra cimentación.
Para ello, fue Terzaghi (1955) quien propuso las siguientes formulaciones:
 Para una zapata cuadrada de lado B(m) el coeficiente de balasto valdrá:
 Para suelos cohesivos:

 Para suelos arenosos

 Para suelos de transición (entre arenas y arcillas)

%cohesivo es el porcentaje del suelo que se puede suponer cohesivo y % arenoso el


porcentaje que se supone arenoso. (%cohesivo+%arenoso=100)
 Si lo que tenemos es una losa rectangular de lados B(m) y L(m) (L>B):

2. En función de otras características del terreno.


Estamos hablando de correlaciones del coeficiente de balasto con otros parámetros
del terreno como pueden ser:

 En función del módulo de deformación:


 Fórmula de Vogt:

 Fórmula de Vesic:
 Fórmula de Klepikov:
Siendo A el área de la cimentación y ω un coeficiente de forma que viene dado por:

 Fórmula de la Universidad de Buenos Aires:

 En función de la tensión admisible de la cimentación:


 Fórmula de Bowles:

Siendo FS el factor de seguridad empleado para minorar la tensión admisible (entre 2


y 3)

 En función del CBR:


Se puede usar la siguiente gráfica que relaciona el índice portante de California (CBR)
con el coeficiente de balasto de una placa de 30’’ de diámetro.
 En función de la resistencia a compresión simple qu (suelos cohesivos):

 En función del ensayo SPT:


 En suelos cohesivos:

 En arenas secas:

Y por tanto para una cimentación de BxL:

 En arenas sumergidas
 Y por tanto para una cimentación de BxL:

Todo lo anterior queda dicho para el coeficiente de balasto vertical, es decir, el


utilizable a zapatas y losas. Para el caso de pantallas o pilotes se debe considerar
el coeficiente de balasto horizontal. Para ello ya hicimos un post hablando de una
forma de estimarlo: “La verdadera historia del Ábaco de Chadeisson“. Pronto haremos
otro post recopilando varias formulaciones para su estimación.
Espero que os resulte útil.

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