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El Argonauta español
Revue bilingue, franco-espagnole, d’histoire moderne et contemporaine consacrée à
l’étude de la presse espagnole de ses origines à nos jours (XVIIe-XXIe siècles)
2 | 2005
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Le phénomène de la propagande est intimement lié à l'histoire de la guerre. Si la propagande avait
été une arme fondamentale au cours de la Première Guerre mondiale, pendant la Guerre Civile
espagnole, en raison de sa dimension idéologique, son rôle est encore plus important. Cet article
analyse les concepts de base de la propagande de guerre et présente le type d'organisation dont
disposèrent les forces en présence, pour diffuser leur propagande aux populations de l'arrière, à
l'ennemi et en territoire étranger.
The phenomenon of propaganda is closely connected to the history of war. If propaganda had been a
fundamental weapon during World War I, during the Spanish Civil war, its role was even more
important, because of its ideological dimension. This article analyzes the basic concepts of war
propaganda, and presents the type of organization and the various means, which the Republicans
and the Franquists used to diffuse their propaganda to the populations away from the front line, to
the enemy and also in foreign territory.
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Mots-clés : Guerre civile, propagande, médias
https://journals.openedition.org/argonauta/1195 1/16
16/4/2018 La Guerra Civil española, un hito en la historia de la propaganda
Texte intégral
1. Guerra y propaganda
1 El fenómeno de la propaganda está indisolublemente unido a la historia de la guerra.
Actúa y ha actuado en todos los conflictos bélicos en mayor o menor medida y en algunos
momentos ha llegado a ser decisivo. Las palabras pueden llegar a tener la misma fuerza
que las armas. Cuando nos acercamos a la Guerra Civil se nos plantean problemas incluso
para denominar a los bandos contendientes. Para referirnos al bando franquista podemos
utilizar términos como « facciosos », « fascistas », « bando rebelde » o el término
« nacional » que ellos mismos acuñaron para sí en una prodigiosa operación
propagandística. Del mismo modo podemos hablar del « bando rojo » o de manera más
neutra los « republicanos ». Hablamos de Guerra Civil pero durante todo el franquismo la
doctrina oficial se refería a ella como « Cruzada de Liberación » o más sencillamente
« Cruzada » por antonomasia. Así, también, podemos hablar del Golpe de los generales o
del Alzamiento. Ninguna de las soluciones por las que podemos optar está exenta de carga
ideológica. Los efectos de la propaganda de entonces perviven ahora. Aquellas palabras
fueron en su momento armas arrojadizas, espléndidos instrumentos de propaganda.
2 Si la propaganda había sido un arma fundamental en la Gran Guerra, en la Guerra Civil,
por su carácter ideológico, iba a jugar un papel más importante todavía. Además, en
España intervinieron nuevos medios: el cine sonoro con una producción de noticiarios
documentales mucho mayor que la de 1914-1918 y, sobre todo, la radio cuyo empleo como
arma de propaganda nace y alcanza su cenit en la Guerra Civil española para convertirse
luego en el gran arma de propaganda en la Segunda Guerra Mundial. La Guerra Civil
española fue banco de pruebas de armamentos y tácticas militares pero también fue
pionera en el terreno de la información y la propaganda.
3 La guerra desde el punto de vista de las Ciencias Sociales es el fenómeno más complejo e
intelectualmente apasionante que podemos analizar. Es una constante en la historia de la
humanidad que parece no nos abandonará nunca, por más que cualquier persona
civilizada y honrada la deteste y la denoste. Son los hombres sus protagonistas, los que
vencen con las armas o los que son derrotados. Al contrario de lo que decía Clausewitz, es
el origen de la política que no es otra cosa que resolver los conflictos sin recurrir al uso de
la fuerza. Pero a veces, esa política « regresa », continúa por otros medios. Es decir,
vuelve las relaciones entre los hombres a su estado más primitivo, a su estado originario.
Para su estudio hay que tener en cuenta un número casi infinito de factores: los
condicionantes históricos, la economía, el armamento, la organización militar, la
estrategia, la pericia de quienes la dirigen, etcétera, etcétera. Pero, como decíamos, son los
hombres sus protagonistas, son los que manejan las armas y los que sufren las terribles
consecuencias de éstas. Aunque podemos afirmar que las sociedades humanas se mueven
las más veces por intereses, los individuos se mueven más por las emociones. Es decir, que
para que los hombres sean capaces de afrontar el horror de la guerra debemos manipular
sus emociones, sus sentimientos. Y eso es precisamente la propaganda.
4 El fenómeno de la persuasión colectiva es inherente a todas las sociedades humanas
desde sus formas más primitivas. A medida que estas sociedades se han desarrollado y se
han hecho más complejas, la persuasión de masas ha estado presente de manera
permanente como elemento indispensable de cohesión social. La complejidad de las
organizaciones sociales y de los estados ha hecho de la propaganda un instrumento
indispensable para ejercer el poder o para enfrentarse al mismo. En nuestro siglo la
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21 Esta definición se correspondería más bien con la de propaganda de guerra en todas sus
facetas que con la de guerra psicológica.
22 En realidad, aceptando la máxima de Clausewitz de que « la guerra es una continuación
de la política por otros medios », la propaganda de guerra sería la continuación de la
propaganda política en otra situación. De hecho, la propaganda y la guerra tienen análogos
objetivos. La guerra es « un acto de fuerza para imponer nuestra voluntad al adversario »,
como también afirma Clausewitz6. Parafraseando podríamos decir que la propaganda es
un acto de violencia mental para forzar a alguien a someterse a nuestra voluntad. En
efecto, la propaganda es un arma de guerra, muchas veces más eficaz que otras armas.
23 En la definición de guerra psicológica que recogemos de Daugherty no se menciona
algo, a nuestro juicio, fundamental: la propaganda de guerra, que es un concepto más
amplio que el de guerra psicológica, no se dirige solamente hacia el exterior sino también
hacia el interior, tanto a la propia población civil que sostiene el esfuerzo de la guerra
como a los miembros de los ejércitos que la llevan a cabo. Incluso en países donde la
propagada estatal no existe, al menos aparentemente, en tiempos de paz, todo el
mecanismo se activa en tiempo de guerra. El ejemplo más claro vuelve a ser la liberal Gran
Bretaña donde teóricamente el Estado no ejerce activamente una acción propagandística
pero que durante la Gran Guerra crea un Ministerio de Información y pone en marcha una
organización de propaganda política y de guerra de máxima eficacia.
24 La propaganda de guerra existe desde que la guerra existe. Siempre se ha intentado
intimidar al enemigo, exagerar la propia fuerza, sembrar discordias, difundir
informaciones falsas, mantener la moral de las propias tropas, etc. Quizá en tiempos de
guerra o de conflicto agudo es cuando la propaganda alcanza sus cumbres más brillantes.
25 Para no complicar demasiado las cosas hemos preferido identificar propaganda de
guerra y guerra psicológica, a pesar de que algunos autores hacen distinciones entre
ambos conceptos. Por ejemplo, Maurice Mégret, afirma que en la guerra psicológica
convergen numerosas acciones diversas que no tienen en común más que la confusión del
adversario y el debilitamiento de su resistencia7. Entre estas acciones Mégret se refiere a la
propaganda, el terror, el chantaje, etc. Aunque para nosotros propaganda de guerra y
guerra psicológica podrían ser fenómenos casi perfectamente identificables. Mégret
considera tres elementos fundamentales de la guerra psicológica: una organización de
propaganda (en apoyo de las operaciones militares), una acción político militar (para
asumir el control no violento de la población) y un sistema coherente de pensamiento8.
26 La guerra es un fenómeno social en el que los dos bandos contendientes se juegan su
propia supervivencia. Es decir, aquel que consiga optimizar los medios de que dispone por
encima del enemigo y vencerle no desaparece. Entre los medios que son esenciales para la
guerra la acción psicológica es esencial. Muchas veces por encima de la economía del
armamento y de la misma estrategia, la acción psicológica, la propaganda dirigida al
propio bando, al adversario o a los neutrales puede modificar un equilibrio de fuerzas a
favor de quien mejor desarrolle estas técnicas.
27 Así pues si la religión nos muestra algunas de las formas más primitivas de propaganda,
la guerra, que está en el origen de la humanidad, nos muestra también desde lo más
remoto formas y técnicas de propaganda que se han depurado con gran perfección a lo
largo de los siglos. De la experiencia y las técnicas de la propaganda de guerra podemos y
debemos obtener también amplias enseñanzas.
29 El siglo XIX había sido el siglo del progreso, de la revolución de los transportes y la
consolidación de la burguesía, de la libertad de prensa, el siglo de los periódicos. En el
siglo XX vamos a asistir a una revolución en ese terreno todavía mayor. Las distancias van
a desaparecer prácticamente. El flujo de la información que el telégrafo y las grandes
agencias en la segunda mitad del siglo XIX habían convertido en un flujo casi continuo va
a ser mucho más una realidad. Nuevos medios de comunicación van a producir un cambio
trascendente: el cine tanto como medio de entretenimiento como de información y de
persuasión con la enorme fuerza de la imagen; la radio que va a hacer posible que ese flujo
informativo continuo esté al alcance de todo el mundo y que además va a ser capaz de
superar instantáneamente todo tipo de obstáculos y fronteras; la televisión que une la
fuerza de la imagen y la fuerza de la palabra y que se introduce en la familia como un
miembro más conformando los usos de la sociedad de nuestro tiempo.
30 El siglo XX fue también el siglo de las masas. En el siglo anterior éstas habían jugado un
papel subalterno dirigidas por minorías. La Primera Guerra Mundial, que en su
planteamiento es una guerra que viene a resolver contradicciones del siglo anterior, va a
producir modificaciones muy profundas. Por primera vez las retaguardias tuvieron una
participación activa en la guerra y en los frentes grandes masas de ciudadanos de uniforme
van a combatirla pagando un altísimo precio. Cuando la guerra acabe nada volverá a ser
igual en los países que han participado en ella. Por otra parte, y precisamente por al
participación de estas masas en la misma, la propaganda de guerra será esencial para su
desarrollo. Nunca hasta entonces la persuasión de masas había tenido ese papel
protagonista, determinante en el desarrollo de un conflicto bélico. Al acabar la guerra se
producirá, por un lado, una reacción contra los abusos de la propaganda pero, por otro, el
fenómeno de la propaganda será por primera vez objeto de un estudio científico y en los
países totalitarios de uno y otro signo se convertirá abiertamente en fundamental
instrumento político.
31 En este panorama, la Guerra Civil española constituye un verdadero hito. La Primera
Guerra Mundial había significado el nacimiento de la propaganda sistemática por parte de
los estados más poderosos. La Segunda Guerra Mundial será claramente el ejemplo del
poderío de la persuasión de masas en un conflicto. Pero la Guerra Civil española, como
antecedente de la Segunda Guerra Mundial en el terreno político-ideológico y también en
el militar, lo es también en el terreno de la propaganda9.
32 Con respecto a la Gran Guerra hay muchos elementos de continuidad. Así, el uso de los
carteles, el cine informativo, desfiles, actos, folletos, opúsculos, utilización de la prensa
escrita, etc. Sin embargo, aparecen dos elementos nuevos. Por un lado, el cine sonoro, por
otro, la radio. Ciertamente el sonoro en el cine no añade demasiado al uso propagandístico
que de este medio de comunicación se había hecho ya en la Primera Guerra Mundial. Pero
no podemos dejar de constatarlo. La radio, en cambio, si es una novedad absoluta.
33 La radio cumplía el viejo sueño napoleónico de llevar los mensajes más allá de los
frentes. La Segunda Guerra Mundial y todos los conflictos subsiguientes hasta nuestros
días han demostrado este papel protagonista de la radio como arma de guerra en los
conflictos armados. El desarrollo de la radio en la España de los años treinta estaba por
debajo del de otros países europeos. Pero era suficiente, al menos en el medio urbano,
para que su uso propagandístico tuviera trascendencia.
34 Podemos mencionar otros casos contemporáneos de utilización de la radio como arma
de propaganda. Qué duda cabe que el EIAR (« Ente Italiano Audizioni Radiofoniche ») fue
un vehículo de propaganda en el conflicto de Abisinia, pero sólo para consumo interior,
para la retaguardia en la metrópoli. Otro ejemplo quizá pudiera ser la propaganda
radiofónica japonesa en la guerra Chino-Japonesa en los mismos años de la Guerra Civil.
Pero, a nuestro juicio, no es comparable con la extensión y la intensidad del fenómeno en
la Guerra Civil española. La radio, como veremos, fue utilizada profusamente por ambos
bandos, pero también fue instrumento de propaganda exterior y, sobre todo, a la España
dividida de entonces llegaron numerosos mensajes radiofónicos desde el extranjero. Lo
que constituyó evidentemente un ensayo general para franceses, británicos, italianos,
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alemanes y soviéticos de lo que iban a hacer poco tiempo después en la Segunda Guerra
Mundial.
35 La Guerra Civil española, pues, tuvo una dimensión internacional que también se dio en
el campo de la propaganda y de la que no podemos ocuparnos ahora « in extenso »10. Nos
limitamos ahora a describir la organización de la propaganda en ambos bandos con
referencias a distintos aspectos como el mundo de la cultura, la radio y el cine.
a) El bando franquista
36 A diferencia del bando republicano, cuando el bando franquista se consolida
territorialmente en los primeros momentos, dispone de muchísimos, menos instrumentos
para difundir su propaganda. Las grandes ciudades habían permanecido leales a la
República y, con ellas, los periódicos, el papel de prensa, las más potentes emisoras, los
estudios y el material cinematográfico. Lentamente y con ayuda exterior italiana y
alemana estas carencias iban a ser poco a poco subsanadas.
37 En el bando franquista confluyeron inicialmente fuerzas políticas y sociales muy
distintas: católicos de toda laya, carlistas, falangistas, conservadores procedentes de la
CEDA, monárquicos, etc. Todo ello amalgamado en torno a instituciones como la Iglesia y
el Ejército y apoyado por las fuerzas económicas tradicionales, sobre todo, los
terratenientes y algunos financieros e industriales. Todos ellos vieron en el golpe de los
generales la oportunidad de moldear España según sus propias aspiraciones. Y,
efectivamente, sus voces fueron en un principio muy distintas. Desde el punto de vista de
la propaganda esta situación podía haber creado tantas dificultades como las que se dieron
en el bando republicano, pero muy pronto, y no sin traumas, el esfuerzo propagandístico
fue uno.
38 El Ejército, el clero y el nuevo partido surgido del decreto de unificación de 1937 iban a
uniformar rígidamente la información y la propaganda en el lado faccioso, cuyo modelo
propagandístico hay que buscarlo en la Italia mussoliniana y en la Alemania hitleriana
pero sin el carisma de sus líderes y con un tinte clerical y pacato. Uno de los « leit-motiv »
fundamentales iba a ser « la barbarie roja », otro, la idea de « cruzada ».
39 La Iglesia puso toda su organización al servicio de la propaganda de los facciosos.
Aportando gran parte del contenido ideológico de lo que iba a ser el nuevo régimen y
proporcionando a los generales rebeldes la justificación necesaria para su acción. Desde la
pastoral colectiva de los obispos de julio de 1937, al púlpito de la última parroquia, la
Iglesia española, con la sola excepción del clero vasco y algunos casos aislados, fue una voz
permanente de la rebelión.
40 Los periódicos tradicionalmente de derechas siguieron funcionando sujetos a rígida
censura. Surgieron otros nuevos, órganos del nuevo partido único (Falange Española
Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista), la mayor parte de ellos
procedentes de la incautación de los periódicos que eran propiedad de sindicatos o de
partidos de izquierda.
41 De todos modos, además de los periódicos de carácter netamente falangista o carlista, el
grueso de la prensa afecta a la nueva situación lo constituirán periódicos de empresa, de
información general, que contaban ya con implantación en su zona de influencia. Ejemplo
de ello puede ser El Norte de Castilla de Valladolid, el ABC, en su edición sevillana, El
Noticiero o el Heraldo de Aragón, La Gaceta del Norte de Bilbao. Todos estos periódicos
tenían una tendencia claramente conservadora y, mucho más que los nuevos periódicos
falangistas, contribuirán a ampliar la influencia del régimen naciente. Por su parte, la
Falange, todavía antes del decreto de unificación, controlaba desde su Jefatura de Prensa,
instalada en San Sebastián y dirigida por Vicente Cadenas, diecisiete diarios y veintitrés
semanarios.
42 El 5 de agosto de 1936 se constituyó el Gabinete de Prensa de la Junta de Defensa
Nacional a cuyo frente estaba Juan Pujol. El 24 del mismo mes cambió su denominación
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b) El bando republicano
60 La zona que permaneció leal al gobierno legítimo contó desde el primer momento con
una infraestructura muchísimo mayor para su propaganda en prensa, radio, cine,
editoriales, etc. El Gobierno de Largo Caballero, en su remodelación del 4 de noviembre de
1936, creó un Ministerio de Propaganda a cuyo frente estuvo Carlos Esplá de Izquierda
Republicana. Este ministerio fue poco operativo en sus primeros momentos pues el
Gobierno hubo de trasladarse a Valencia. Cuando esto sucedió, se organizó en Madrid una
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Junta de Defensa que, entre otras cosas, asumió también las labores de propaganda a
través del Consejero de Orden Público primero y luego de una específica Delegación de
Propaganda y Prensa a cargo de José Carreño España. Esta Delegación contaba con dos
secretarías generales: una de propaganda (fotografía, cinematógrafo, radio, impresos y
carteles) y otra de prensa, encabezadas respectivamente por Gerardo Saura y Ángel
Herreros16. Negrín haría desaparecer el Ministerio de Propaganda, sustituyéndolo por una
Subsecretaría regida por el arquitecto Manuel Sánchez Arcas y dependiente del Ministerio
de Estado, lo que indica la importancia que se daba a la propaganda hacia el extranjero.
61 La Generalidad de Cataluña y el Gobierno Vasco ejercieron competencias autónomas en
este terreno. En Cataluña se creó un Comisariado de Propaganda del Gobierno Autónomo
encabezado por el gran periodista de Esquerra Republicana, Jaume Miravitlles, que había
sido el secretario del Comité Ejecutivo de la Olimpiada Popular que habría debido
celebrarse en Barcelona en julio 1936. Miravitlles intentó llevar a cabo su función por
encima de la propaganda partidista haciendo hincapié siempre en la unidad antifascista.
El Comisariado de Propaganda realizó una importante labor en el terreno cinematográfico
y también en el de la prensa.
62 El Gobierno Vasco tuvo en realidad mucho menos espacio para realizar su actividad de
propaganda aunque creó también un Servicio de Propaganda. Tras la caída de Bilbao (14
de julio de 1937) hubo de trasladarse a Barcelona. El aspecto más interesante de la
propaganda del Gobierno vasco fue el resaltar la libertad de que gozaba allí la Iglesia
Católica frente al anticlericalismo imperante en el resto de la España republicana.
63 En toda la zona controlada por el Gobierno de la República la prensa escrita se
transformó por completo. Los periódicos de la derecha o bien dejaron de publicarse, o bien
lo hicieron por cuenta de partidos y organizaciones leales al Gobierno.
64 Hay que mencionar también la « prensa de trinchera ». Fueron numerosísimas la
publicaciones de las distintas unidades militares, sobre todo en el bando republicano.
Estos periódicos de guerra destinados al sostén de la moral de los combatientes, así como
a su adoctrinamiento político e ideológico, contribuyeron también a las campañas de
alfabetización que, a pesar de las enormes dificultades, se llevaron a cabo en los frentes de
batalla17.
65 El bando republicano llevó a cabo una obra de extensión cultural cuyo papel
propagandístico es innegable, de tales dimensiones y con tal cantidad de organizaciones
que excede todo lo que aquí podamos decir de ella. La organización más destacable fue
Cultura Popular, comité creado en abril de 1936 que desarrolló durante la guerra las más
diversas actividades en el frente y la retaguardia, sobre todo, la creación de bibliotecas en
unidades del Ejército y en hospitales. Dentro del Ejército surgieron Hogares del Soldado,
Clubs de Educación y Rincones de Cultura. Funcionaron también las llamadas Brigadas
Volantes contra el Analfabetismo que llegaron a impartir clases a más de 300.000
personas. Naturalmente todo este enorme esfuerzo de difusión cultural tenía un fuerte
contenido propagandístico.
66 Papel determinante en el conjunto de la acción propagandística republicana cumple a la
Alianza de los Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura, organización
surgida en abril de 1936, para agrupar a los intelectuales del Frente Popular y que nace por
inspiración comunista18. Su primer presidente fue Ricardo Baeza, el crítico literario
azañista, a quien le sucedió en agosto José Bergamín, después de haber declinado Antonio
Machado. En su sede madrileña se organizaron distintas secciones (literatura, artes
plásticas, biblioteca, pedagogía, teatro, música y propaganda). Organizó numerosas
emisiones radiofónicas y mítines y publicó una revista, El Mono Azul. Contó también con
secciones en Valencia y Cataluña donde colaboró estrechamente con el Comisariado de
Propaganda de la Generalidad.
67 Gran resonancia internacional tuvo el Segundo Congreso Internacional de Escritores
Antifascistas, inaugurado en Valencia el 4 de julio y clausurado en París. A pesar de todo,
no tuvo gran eco en la prensa española y fue muy criticado por Azaña que en sus memorias
lo tacha de birria, así como por alguno de los asistentes. Con motivo del mismo, se
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editaron varios libros para obsequiar a los asistentes, entre ellos, el Romancero General
de la Guerra de España preparado por Emilio Prados y prologado por Antonio Rodríguez
Moñino.
68 Patrocinada por el Ministerio de la Cultura iba a nacer una de las mejores revistas
literarias españolas, Hora de España por cuyas páginas pasaron más de un centenar de
colaboradores entre los que destacan Antonio Machado, Rafael Alberti, José Bergamín,
Max Aub, Rosa Chacel, Emilio Prados, María Zambrano, Luis Cernuda, León Felipe,
Corpus Barga y tantos otros. A diferencia de El Mono Azul no tenía una orientación
popular sino más literaria y elitista, publicó veintitrés números, el último de los cuales,
impreso en Barcelona poco antes de su ocupación, no pudo llegar a distribuirse.
69 Buena parte de la propaganda gubernamental se orientaba a la defensa de la causa
republicana en el exterior que, en principio contaba con mayores simpatías que la de los
rebeldes. Su mayor dificultad en este terreno venía dada por el creciente peso de los
comunistas e indirectamente de la Unión Soviética dentro del campo republicano y
también por la persecución religiosa, muchas veces incontrolada, y difícil de ocultar.
70 El Gobierno Republicano disponía fuera de España de las representaciones diplomáticas
regulares, cuyos servicios de prensa, además de servir comunicados a los distintos
periódicos y agencias, editaron en muchos casos folletos de propaganda en varios idiomas.
En las embajadas de París y Londres se publicó en francés y en inglés una serie de folletos
sobre las destrucciones del tesoro artístico español a manos de los fascistas, referidos cada
uno de ellos a un caso concreto: el Museo del Prado, el Palacio del Infantado de
Guadalajara, el Palacio de Liria en Madrid, etc. Se organizó además una especie de agencia
internacional de noticias a finales de 1937 que enviaba a España sus propios
corresponsales. Tenía dos delegaciones. Una en París (« Agence Espagne »), dirigida por
Otto Katz. Otra en Londres (« Spanish news Agency »), dirigida por Geoffrey Bing. Esta
última envió a España a Arthur Koestler y a Willy Forrest.
71 Por otra parte, se organizaron algunas asociaciones de distinta índole, destinadas a
fomentar con actos y publicaciones la propaganda en favor de la República. Naturalmente,
además, de las organizaciones de propaganda de los distintos partidos de izquierda,
podemos mencionar el « Comité International de Coordination et d'Information pour
l'aide à l'Espagne Républicaine » o la « Asociation Hispanophile de France ».
72 La participación española en la « Exposition Internationale des Arts et Techniques »,
celebrada en París en el verano de 1937, supuso un hito en la propaganda exterior
republicana. Gracias a la actividad del embajador Luis Araguistáin y del comisario de la
exposición José Gaos, el Pabellón Español, obra de los arquitectos Josep-Lluis Sert y Luis
Lacasa a cuyo montaje dio una colaboración especialísima el gran cartelista Josep Renau,
a la sazón director general de Bellas Artes, se convirtió en una bandera de la España
republicana en Europa. Lugar de honor en este Pabellón lo ocupaba el Guernica de Pablo
Picasso.
73 La cartelística fue naturalmente un instrumento de propaganda fundamental. El mundo
del cartel publicitario venía ya del siglo XIX y el cartel político propagandístico se
consolidó en la Primera Guerra Mundial en todos los países beligerantes y, por supuesto,
en la Revolución Rusa y en el régimen soviético. Tanto el fascismo italiano como el
nacional socialismo alemán hicieron amplio uso del cartel. España no podía permanecer
ajena a esa propaganda estática de la imagen, a veces de gran riqueza artística, y de una
eficacia incuestionable. En el bando republicano todos los partidos, organizaciones e
instituciones editaron carteles. Se produjo una verdadera eclosión que permitió a
numerosos jóvenes artistas y dibujantes hacer gala de imaginación y destreza. Algunos de
sus contenidos repetían los de la Primera Guerra Mundial: llamamiento a las armas,
alistamiento, precaución con el espionaje enemigo, exaltación de líderes, símbolos, etc.
Curiosamente la estética de estos carteles fue, en muchísimos casos, la misma en ambos
bandos. En muchos casos, cambiando la leyenda un cartel podría haber estado
indistintamente ejerciendo su labor propagandística tanto en el bando leal como en el de
los generales rebeldes. Además del gran Josep Renau podemos mencionar entre los
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autores de carteles para el bando republicano a Sim, Bardasano, Martí Blas, Ballester y
tantos otros. Habría que mencionar también la labor en este terreno del Sindicato de
Dibujantes de Cataluña19.
74 La propaganda radiofónica tuvo enorme importancia en ambos bandos. Cuando
comenzaron a llegar las noticias del levantamiento armado, el Ministerio de Gobernación
comenzó a radiar una serie de notas cada media hora en las que resaltaba la normalidad
de la situación. El domingo 19 de julio Radio España de Madrid y Unión Radio Madrid
difundieron un comunicado del Comité de Vigilancia del Frente Popular. En Barcelona,
una vez sofocado el intento del general Goded, éste se dirigió a los que le seguían
anunciando su rendición desde Radio Barcelona y Radio Associació de Catalunya (EAJ-
15).
75 Unión Radio Madrid era la emisora de mayor potencia de España y también la de
mayor audiencia sobre todo cuando emitía en cadena con todas las emisoras de « Unión
Radio ». Tanto ella como la otra emisora madrileña Radio España (EAJ-2), se
encontraban entre los objetivos que los rebeldes madrileños no pudieron alcanzar. Unión
Radio Madrid instaló micrófonos en el Ministerio de la Gobernación desde donde se
lanzaron los comunicados a que nos hemos referido antes. Ayuntamientos, gobernadores
civiles y otras autoridades leales llamaron al restablecimiento de la normalidad ciudadana
desde las emisoras. Pero hay que reconocer que en los primeros momentos de confusión, y
aun disponiendo de medios mucho menores, fueron los facciosos los que mejor supieron
valerse de tan potente arma de propaganda. En el bando republicano, las emisoras se
vieron inundadas de comunicados y notas de partidos políticos, sindicatos y otras
organizaciones hasta el punto de que el Ministerio de la Gobernación hubo de intervenir
para evitar tal afluencia. Desde el punto de vista legal las emisoras fueron intervenidas por
el gobierno republicano así como por los gobiernos de las regiones autónomas pasando a
ser radios oficiales. Otras muchas pasaron a ser controladas por distintos grupos
políticos20.
76 El Gabinete Largo Caballero en septiembre de 1936 dictó normas restrictivas sobre la
emisión de determinado tipo de noticias que podían dar información al enemigo, como
por ejemplo, anuncios de asambleas, de desfiles de columnas, de salidas de convoyes, de
entierros, etc. Cuando se constituyó la Junta de Defensa de Madrid, el 8 de noviembre de
1936, el Delegado de Propaganda y Prensa, José Carreño, se quejaba de que controlaba
únicamente Unión Radio, Radio España y Transradio mientras que el resto de las
emisoras escapaban a su control. Procedió en primer término a incautar la emisora del
POUM (EAJ-4) que había atacado ferozmente a la Junta y a partir del 20 de febrero de
1937, autorizó sólo las emisoras que pertenecieran a partidos políticos o sindicatos
registradas reglamentariamente, requisando todas las demás. A partir de abril quedó
instalado un micrófono en la Delegación de Prensa y Propaganda que conectaba con todas
la emisoras.
77 Después de los sucesos de mayo en Barcelona, el Gabinete Largo Caballero entró en
crisis. El nuevo gobierno, presidido por Negrín, tomó la decisión de incautar todas las
emisoras de radio intentando frenar la confusión propagandística en que estaba cayendo
la radio en el bando republicano. Pues tal multiplicidad de voces, muchas veces
contradictorias entre sí, no contribuía a la necesaria unidad que requiere la actividad de
propaganda de guerra.
78 Todas las grandes figuras políticas de la España leal hicieron oír su voz en numerosas
ocasiones a través de las ondas, si hacemos la salvedad del general Miaja y del presidente
Azaña que siempre se mostraron reacios a los micrófonos. La voz vibrante de la
« Pasionaria » o de la ministra de Sanidad Federica Montseny, Lluis Companys, Largo
Caballero, Negrín, Indalecio Prieto y un larguísimo etcétera se dirigieron al pueblo español
en numerosas ocasiones desde la radio.
79 Uno de los grandes logros propagandísticos en el bando leal fue el conocido « Altavoz
del frente ». Era un organismo dependiente del Subcomisariado de Propaganda del
Ministerio de la Guerra que comenzó a emitir todos los días a las nueve de la noche, desde
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el 14 de septiembre de 1936 a través de Unión Radio Madrid. Sus emisiones en las que
alternaban charlas de distintos dirigentes con música revolucionaria o poemas cantados
preparados « ad hoc » para estos programas, adquirieron justo renombre. En noviembre
de 1936 construyó un coche blindado dotado de un potente equipo de altavoces destinado
a la labor propagandística en primera línea. Estos camiones con altavoz se multiplicarían
más tarde llegándose a construir gigantescos altavoces portátiles para dirigirse tanto a las
propias tropas cuanto a las del enemigo.
80 « Altavoz del frente » colaboró con la Alianza de Intelectuales Antifascistas en la
elaboración de una serie de programas propagandísticos dirigidos por Arturo Serrano
Plaja y Emilio Prados. También emitía desde Unión Radio programas breves en distintas
lenguas para los combatientes de las Brigadas Internacionales.
81 La radio en la zona republicana fue también instrumento de educación y cultura
dedicando amplio espacio a las distintas actividades contra el analfabetismo. Por un
decreto del día 21 de abril de 1937 se creaba del Servicio de Difusión de la Enseñanza por
Medios Mecánicos que entre otras cosas (fotografías, discos, cine, etc.) se encargaba de
fomentar el uso de la radio en estas tareas educativas.
82 La propaganda cinematográfica tuvo también un papel destacado. En los primeros
momentos los sublevados carecieron por completo de material cinematográfico, mientras
que en la España leal comenzaron a multiplicarse las películas documentales. Por su parte,
la Subsecretaría de Propaganda del gobierno republicano, cuya sección de cine estaba a
cargo de Manuel Villegas López, produjo numerosas películas documentales entre las que
destaca España leal en armas con guión de Luis Buñuel y dirigida por Le Chanois21.
83 La película argumental de mayor alcance propagandístico que se produjo en la zona leal
fue también una iniciativa de la Subsecretaría de Propaganda. Nos referimos a Sierra de
Teruel de André Malraux que sólo pudo terminar de montarse en París y fue estrenada en
Francia poco antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial.
84 Tiene especial interés la actividad de propaganda cinematográfica del Comisariado de
Propaganda de la Generalidad, cuya sección de cine, a cargo de Joan Castanyer (« Laya
Films ») fue productora, distribuidora e importadora de numerosos títulos de cine
soviético. Entre sus producciones se puede destacar el documental de Joan Serra Un día
de guerra en el frente de Aragón, el famoso Enterrament de Durruti o el mediometraje
Catalunya Mártir. Su obra más importante fue el noticiero semanal Espanya al día.
Noticiari Nacional. En 1938 « Laya Films » contaba con un archivo propio de 90.000 mts.
y más de 130.000 copias para su distribución22.
85 En Cataluña los anarquistas desarrollaron también una importante actividad
cinematográfica. La CNT se incautó de las 116 salas de proyección que existían en
Barcelona que fueron dirigidas por el Comité Económico de Cines, cuyos ingresos se
dedicaron a la producción (Sindicato de la Industria del Espectáculo-Films). « SIE-Films »
produjo largometrajes, como Aurora de Esperanza (1936), clásico ejemplo de cine social y
documentales como la serie Los aguiluchos de la FAI por tierras de Aragón sobre los
avances de la columna de Durruti. Produjeron también el Entierro de Durruti que no
debemos confundir con el documental del mismo título de « Laya Films ». En Madrid,
dispusieron de la Federación Regional de la Industria Espectáculos Públicos (FRIEP) que
produjo la serie Estampas Guerreras, y también de « Spartacus Films » que editó el
noticiario Momentos de España23.
86 En cuanto a los comunistas, dispusieron de la productora y distribuidora « Film
Popular » ubicada en Barcelona que se encargó de la edición en castellano del noticiario
España al día de « Laya Films » con contenidos y comentarios distintos, además de
producir otras películas documentales. Antes de « Film Popular », en Madrid funcionaba
la Cooperativa Obrera Cinematográfica. También produjeron películas algunos cuerpos de
ejércitos con mandos comunistas y el Socorro Rojo Internacional.
87 La propaganda cinematográfica fue por lo tanto considerada como un instrumento
fundamental por los diferentes grupos que componían el bando republicano. Llegó a ser
tan importante como la propaganda difundida a través de la prensa escrita, en particular
https://journals.openedition.org/argonauta/1195 14/16
16/4/2018 La Guerra Civil española, un hito en la historia de la propaganda
fuera de España, donde la palabra y la imagen reemplazaron las armas, que tantas
víctimas causaron durante la Guerra Civil.
Notes
1 DOMENACH, J.-M., La propagande politique, París, PUF, 1979 (1ª ed. 1950), p. 45.
2 Cf. KIBEDI VARGA, Á., Discours, Récit, Image, Lieja, Pierre Mardaga, 1989, p. 32. Véase
también : KIBEDI VARGA, Á., Réthorique et littérature, études de structures classiques, París,
Didier, 1970.
3 EDWARDS, V., Group Leader’s Guide to Propaganda Analysis, Nueva York, Columbia University
Press, 1938, p. 40.
4 Cf. THOMSON, O., Mass Persuasion in History : a Historical Analysis of the Development of
Propaganda Techniques, cit.
5 DAUGHERTY, W. E. & JANOWITZ, M. (eds.), A Psychological Warfare Casebook, Baltimore
(MD), The John Hopkins University Press, 1958, p. 2.
6 CLAUSEWITZ, K. von, De la guerra, Buenos Aires, Ediciones Solar, 1983, p. 9.
7 Cf. MÉGRET, M., La guerre psychologique, París, PUF, 1963.
8 MÉGRET, M., La guerre psychologique, cit., p. 129.
9 Para una síntesis sobre la propaganda en la Guerra Civil véase : PIZARROSO QUINTERO,
Alejandro : Historia de la Propaganda. Notas para un estudio de la propaganda política y de
guerra, Madrid, EUDEMA, 1993. (1ª ed. 1990), pp. 356-391.
10 Sobre este tema véase : PIZARROSO QUINTERO, Alejandro, « Intervención extranjera y
propaganda. La propaganda exterior de las dos Españas » en Historia Y Comunicación Social, n. 6,
2001, pp. 63-96. También me he ocupado especialmente del caso italiano : PIZARROSO
QUINTERO, Alejandro, Giornali contro. “Il Legionario” e "Il Garibaldino”. La propaganda degli
italiani nella guerra di Spagna, (251 pp. ), (en colaboración con Paola Corti), Edizioni dell’Orso,
Alessandria, 1993 ; « La Propaganda radiofónica italiana en la Guerra Civil española », en : AA. VV.,
Haciendo Historia (Homenaje al profesor Carlos Seco), Editorial de la Universidad Complutense,
Madrid 1989, pp. 563-572 ; « La propaganda cinematográfica italiana y la Guerra Civil española »
en : GARCÍA SANZ, Fernando (comp.)., Españoles e italianos en el mundo contemporáneo, C.S.I.C.,
Madrid 1990, pp. 263-278 ; « La propaganda del ’Corpo Truppe Volontarie’ (algunos aspectos de la
intervención propagandística italiana en torno a la Guerra Civil española) » en : GARITAONANDÍA,
C. (et al., eds.), Comunicación, cultura y política durante la II República y la Guerra Civil. Tomo
II.- España (1931-1939), Diputación foral de Vizcaya-Servicio Editorial UPV, Bilbao, 1990, pp. 442-
460.
11 Para los datos de estas publicaciones difundidas en el extranjero véase, GONZALEZ CALLEJA,
Eduardo y LIMON NEVADO, Fredes, La Hispanidad como instrumento de combate. Raza e
imperio en la Prensa franquista durante la Guerra Civil española, C.S.I.C., Madrid 1988, p. 85.
12 Arriba (Buenos Aires), Arriba (Sullana, Perú), Arriba España (La Habana), Arriba España (La
Paz), Arriba España (Panamá), Arriba España (Paraná, Argentina), Arriba España (San José de
Costa Rica), Amanecer (Ciudad Trujillo), Amanecer (Guatemala), Avance (San Juan de Puerto
Rico), Cara al Sol (Ponce, Puerto Rico), España (Colón, Panamá), Guión (San Salvador), Nueva
España (Guayaquil, Ecuador), Unidad (Lima), Yugo (Manila) y Jerarquía (Bogotá).
13 Al parecer el director de Radio Sevilla, el comandante retirado Antonio Fontán de la Orden,
estaba complicado ya en la sublevación. Cfr. GIBSON, Ian, Queipo de Llano (Sevilla, verano 1936),
Barcelona, Grijalbo, 1986, p. 72.
14 Véase : GIBSON, I., op. cit. y BARRIOS, Manuel, El último virrey. Queipo de Llano, Barcelona,
Argos/Vergara, 1978. Y también : CHECA GODOY, Antonio, La radio en Andalucía durante la
guerra civil y otros ensayos, Sevilla, Padilla Libros Editores & Libreros, 1999.
15 Sobre el cine en el bando franquista véase : ÁLVAREZ BERCIANO, R. & SALA NOGUER, Ramón,
El cine en la zona nacional 1936-1939, Bilbao, Ediciones Mensajero, 2000.
16 Sobre la actividad de propaganda de la Junta de Defensa de Madrid, véase : ARÓSTEGUI, Julio y
MARTÍNEZ, Jesús A., La Junta de defensa de Madrid, noviembre 1936-abril 1937, Comunidad de
Madrid, Madrid 1984, pp. 206-226.
17 Véase : NÚÑEZ DÍAZ-BALART, Mirta, La prensa de guerra en la zona republicana durante la
Guerra Civil española (1936-1939), (3 vols.), Madrid, Ediciones de la Torre, 1992.
18 Su creación se debe al Primer Congreso Internacional de Escritores en Defensa de la Cultura,
celebrado en París en julio de 1935 por iniciativa comunista.
https://journals.openedition.org/argonauta/1195 15/16
16/4/2018 La Guerra Civil española, un hito en la historia de la propaganda
19 Véase : GRIMAU, C., El cartel republicano en la Guerra Civil. Madrid Cuadernos de Arte
Cátedra, 1979 y MIRAVITLLES, J., TERMES, J., FONTSERÈ, C. : Carteles de la República y de la
Guerra Civil, Barcelona, Centre d’Estudis d’Història Contemporània, Editorial la Gaya Ciencia,
1978.
20 UGT, Izquierda Republicana, PCE, el Quinto Regimiento, etc. dispusieron de emisoras propias en
Madrid, así como en otras capitales. El Socorro Rojo Internacional dispuso de su propia emisora
corta en Madrid, etc., etc.
21 Sobre cine y Guerra Civil son numerosísimas las obras y estudios desde muy distintos puntos de
vista. Baste citar aquí la excelente síntesis : GUBERN, Román : 1936-1939 : La guerra de España en
la pantalla, Madrid, Filmoteca Española, 1986.
22 Cf., GUBERN, R., op. cit., p. 28.
23 La producción anarquista total fue de 48 reportajes de guerra y retaguardia en Barcelona y 14 en
Madrid ; 7 películas de propaganda y 2 en Madrid ; 4 películas de complemento en Barcelona ; 3
largometrajes argumentales en Barcelona y 2 en Madrid además de los noticiarios Momentos de
España (Madrid) y España Gráfica (Barcelona). Cfr. GUBERN, R., op. cit., p. 19.
Auteur
Alejandro Pizarroso Quintero
Universidad Complutense de Madrid
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