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16/4/2018 La Guerra Civil española, un hito en la historia de la propaganda

El Argonauta español
Revue bilingue, franco-espagnole, d’histoire moderne et contemporaine consacrée à
l’étude de la presse espagnole de ses origines à nos jours (XVIIe-XXIe siècles)

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La Guerra Civil española, un hito


en la historia de la propaganda
A P Q

Résumés
Français Español English
Le phénomène de la propagande est intimement lié à l'histoire de la guerre. Si la propagande avait
été une arme fondamentale au cours de la Première Guerre mondiale, pendant la Guerre Civile
espagnole, en raison de sa dimension idéologique, son rôle est encore plus important. Cet article
analyse les concepts de base de la propagande de guerre et présente le type d'organisation dont
disposèrent les forces en présence, pour diffuser leur propagande aux populations de l'arrière, à
l'ennemi et en territoire étranger.

El fenómeno de la propaganda está indisolublemente unido a la historia de la guerra. Si la


propaganda había sido un arma fundamental en la Gran Guerra, en la Guerra Civil, por su carácter
ideológico, iba a jugar un papel más importante todavía. Este artículo se ocupa de los conceptos
básicos de la propaganda de guerra para desarrollar después con qué organizaciones contaron
ambos bandos en la Guerra Civil española para la batalla de la propaganda. Además de las
organizaciones específicas para ello, se ocupa de los medios principales que, tanto republicanos
como franquistas, utilizaron para difundir sus mensajes a su propia retaguardia, al enemigo y al
extranjero.

The phenomenon of propaganda is closely connected to the history of war. If propaganda had been a
fundamental weapon during World War I, during the Spanish Civil war, its role was even more
important, because of its ideological dimension. This article analyzes the basic concepts of war
propaganda, and presents the type of organization and the various means, which the Republicans
and the Franquists used to diffuse their propaganda to the populations away from the front line, to
the enemy and also in foreign territory.

Entrées d’index
Mots-clés : Guerre civile, propagande, médias

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16/4/2018 La Guerra Civil española, un hito en la historia de la propaganda

Keywords : Spanish Civil War, propaganda, media


Palabras claves : Guerra Civil, propaganda, medios de comunicación

Texte intégral

1. Guerra y propaganda
1 El fenómeno de la propaganda está indisolublemente unido a la historia de la guerra.
Actúa y ha actuado en todos los conflictos bélicos en mayor o menor medida y en algunos
momentos ha llegado a ser decisivo. Las palabras pueden llegar a tener la misma fuerza
que las armas. Cuando nos acercamos a la Guerra Civil se nos plantean problemas incluso
para denominar a los bandos contendientes. Para referirnos al bando franquista podemos
utilizar términos como « facciosos », « fascistas », « bando rebelde » o el término
« nacional » que ellos mismos acuñaron para sí en una prodigiosa operación
propagandística. Del mismo modo podemos hablar del « bando rojo » o de manera más
neutra los « republicanos ». Hablamos de Guerra Civil pero durante todo el franquismo la
doctrina oficial se refería a ella como « Cruzada de Liberación » o más sencillamente
« Cruzada » por antonomasia. Así, también, podemos hablar del Golpe de los generales o
del Alzamiento. Ninguna de las soluciones por las que podemos optar está exenta de carga
ideológica. Los efectos de la propaganda de entonces perviven ahora. Aquellas palabras
fueron en su momento armas arrojadizas, espléndidos instrumentos de propaganda.
2 Si la propaganda había sido un arma fundamental en la Gran Guerra, en la Guerra Civil,
por su carácter ideológico, iba a jugar un papel más importante todavía. Además, en
España intervinieron nuevos medios: el cine sonoro con una producción de noticiarios
documentales mucho mayor que la de 1914-1918 y, sobre todo, la radio cuyo empleo como
arma de propaganda nace y alcanza su cenit en la Guerra Civil española para convertirse
luego en el gran arma de propaganda en la Segunda Guerra Mundial. La Guerra Civil
española fue banco de pruebas de armamentos y tácticas militares pero también fue
pionera en el terreno de la información y la propaganda.
3 La guerra desde el punto de vista de las Ciencias Sociales es el fenómeno más complejo e
intelectualmente apasionante que podemos analizar. Es una constante en la historia de la
humanidad que parece no nos abandonará nunca, por más que cualquier persona
civilizada y honrada la deteste y la denoste. Son los hombres sus protagonistas, los que
vencen con las armas o los que son derrotados. Al contrario de lo que decía Clausewitz, es
el origen de la política que no es otra cosa que resolver los conflictos sin recurrir al uso de
la fuerza. Pero a veces, esa política « regresa », continúa por otros medios. Es decir,
vuelve las relaciones entre los hombres a su estado más primitivo, a su estado originario.
Para su estudio hay que tener en cuenta un número casi infinito de factores: los
condicionantes históricos, la economía, el armamento, la organización militar, la
estrategia, la pericia de quienes la dirigen, etcétera, etcétera. Pero, como decíamos, son los
hombres sus protagonistas, son los que manejan las armas y los que sufren las terribles
consecuencias de éstas. Aunque podemos afirmar que las sociedades humanas se mueven
las más veces por intereses, los individuos se mueven más por las emociones. Es decir, que
para que los hombres sean capaces de afrontar el horror de la guerra debemos manipular
sus emociones, sus sentimientos. Y eso es precisamente la propaganda.
4 El fenómeno de la persuasión colectiva es inherente a todas las sociedades humanas
desde sus formas más primitivas. A medida que estas sociedades se han desarrollado y se
han hecho más complejas, la persuasión de masas ha estado presente de manera
permanente como elemento indispensable de cohesión social. La complejidad de las
organizaciones sociales y de los estados ha hecho de la propaganda un instrumento
indispensable para ejercer el poder o para enfrentarse al mismo. En nuestro siglo la

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persuasión de masas, la propaganda, ha alcanzado formas paroxísticas e impregna, a


nuestro entender, todos los fenómenos de comunicación social.
5 El primer problema que plantea el estudio de la propaganda es la complejidad del
fenómeno en sí mismo. En efecto, la propaganda política es una realidad que se ha
manifestado a lo largo de la historia en múltiples formas: a través de la palabra hablada,
de medios escritos en general y particularmente de la prensa, de la imagen (símbolos,
pintura, escultura, arquitectura), de la acción, etc. Esto, refiriéndonos a aquellas formas o
medios en los que se puede establecer claramente una intencionalidad propagandística.
Pero no cabe duda de que también a través de la literatura, por ejemplo, un autor refleja
una ideología, ensalza unos hechos, critica otros; incluso una determinada moda en el
vestido puede conllevar otros significados, convertirse en un símbolo.
6 Así, el estudio de la propaganda no debería referirse sólo a lo que es manifiestamente
tal, sino a todo el complejo sistema de comunicación humana en una sociedad donde cada
mensaje (escrito, hablado, simbólico, etc.) puede jugar una función propagandística
independientemente, algunas veces, de que al ser producido hubiera o no una
intencionalidad definida en ese sentido. Como afirma Domenach, « la propaganda es
polimórfica y se vale de recursos casi infinitos »1. De este modo, su estudio ha de ser
necesariamente multidisciplinar.
7 Términos o expresiones como publicidad, relaciones públicas, propaganda, o incluso el
más genérico de persuasión son muchas veces intercambiables en la práctica y se refieren
a un mismo fenómeno. Es decir, a un fenómeno de comunicación persuasiva por parte de
un sujeto emisor dirigido a un receptor o público cuyo mensaje puede transcurrir por
múltiples canales.
8 Definimos el concepto de información como un proceso de comunicación destinado a
que el emisor haga compartir al receptor determinados datos o conocimientos. Mientras
que persuasión sería el proceso de comunicación mediante el cual el emisor pretende
obtener una respuesta del receptor. Esta respuesta puede ser ex novo, puede pretender
reforzar una respuesta preexistente o bien modificarla.
9 Persuasión no es otra cosa que el proceso comunicativo cuya clave está en la respuesta
del receptor, es decir, aquél que pretende promover una dependencia interactiva entre
emisor y receptor mediante la formación, reforzamiento o modificación de la respuesta del
receptor. Es, pues, un proceso comunicativo cuya finalidad u objetivo es la influencia. Un
mensaje persuasivo se conforma según una conducta deseada por el emisor para que sea
adoptada voluntariamente por el receptor. En realidad casi nos atrevemos a defender que
no existe ningún proceso de comunicación en la realidad que no tenga un componente
persuasivo.
10 La persuasión no sólo actúa sobre la mente del hombre sino sobre su corazón, sobre sus
emociones. Así, la persuasión tiene también una dimensión psicológica, incluso poética y
psicoanalítica. Kibedi afirma que comunicar supone una intención de transmitir un saber
(apelar al « logos »), de suscitar una emoción (apelar al « pathos ») o provocar una acción
(apelar al « ethos »). Algo parecido ocurre, como hemos visto, con la obra de arte, aunque
a la inversa2. Como veremos luego podemos hablar de una dimensión lógica de la
propaganda, de una dimensión emocional y, naturalmente, de unos efectos, es decir, la
respuesta del receptor en forma de acción o de convicción.
11 En una primera aproximación podríamos equiparar propaganda y persuasión, pero lo
cierto es que el fenómeno de la propaganda es mucho más complejo. Fundamentalmente
es un proceso de persuasión porque, en efecto, implica la creación, reforzamiento o
modificación de la respuesta; pero también es un proceso de información, sobre todo, en
lo que se refiere al control del flujo de la misma.
12 La propaganda, en el terreno de la comunicación social, consiste en un proceso de
diseminación de ideas a través de múltiples canales con la finalidad de promover en el
grupo al que se dirige los objetivos del emisor no necesariamente favorables al receptor;
implica, pues, un proceso de información y un proceso de persuasión. Y podemos glosarla
del siguiente modo: control del flujo de la información, dirección de la opinión pública y

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manipulación (no necesariamente negativa) de conductas y, sobre todo, de modelos de


conducta.
13 En realidad un fenómeno como es la propaganda es prácticamente imposible definir en
todos sus aspectos. Más que hablar de definición deberíamos emplear el término noción.
No podemos ahora rastrear la « noción » del fenómeno o « definición » del término en
distintos autores. Pero, con todo, nos parece más precisa la muy sencilla y neutra
definición de Violet Edwards adoptada por el « Institute for Propaganda Anylisis » e
inspirada por Lasswell:

« Propaganda es la expresión de una opinión o una acción por individuos o grupos,


deliberadamente orientada a influir opiniones o acciones de otros individuos o
grupos para unos fines predeterminados y por medio de manipulaciones
psicológicas »3.

14 Oliver Thomson establece una tipología de objetivos de la propaganda agrupándolos en


ocho distintas categorías de propaganda según sus objetivos: religiosa, política,
económica, militar, diplomática, didáctica, ideológica y escapista4. Personalmente prefiero
simplificar esta tipología en tres grandes modelos. En primer lugar, la propaganda
religiosa o la religión como forma de propaganda, pues históricamente la religión ha sido
uno de los primeros modos de aproximación a la realidad que han tenido los seres
humanos y porque su transmisión, tanto en la educación en el seno de una familia
religiosa cuanto su expansión a otros pueblos ha producido uno de los mejores ejemplos
de propaganda. La religión se dirige al corazón de los hombres mucho más que a su razón.
15 La propaganda de guerra es el segundo gran modelo. La guerra es una actividad humana
primigenia y en ella la acción psicológica ha sido esencial incluso en sus formas más
primitivas. De la propaganda de guerra a lo largo de la historia obtenemos alguno de los
mejores ejemplos de técnicas que pueden aplicarse después en otros casos.
16 Podemos englobar bajo el epígrafe de propaganda política a todos los demás fenómenos
propagandísticos que se dan en las sociedades humanas.
17 Un interés particular merece la propaganda militar, bélica o de guerra. En realidad, en
un sentido estricto propaganda de guerra no sería otra cosa que aplicar los modelos,
formas y técnicas de la propaganda en general en tiempo de guerra y para fines bélicos.
Aunque también podría entenderse a la inversa.
18 Su trascendencia la hemos podido ver por ejemplo durante la intervención de la OTAN
en Kosovo. La OTAN bombardea la televisión de Belgrado porque la considera un arma de
guerra de la República yugoslava tan formidable como otros objetivos estrictamente
militares. Los grandes medios occidentales se ponen al servicio de la propaganda de
guerra de la maquinaria bélica de la OTAN. Belgrado se vale de todos los medios a su
alcance para mantener alta la moral de su población y para contrarrestar la propaganda
occidental, entre ellos la de internet. La batalla de la propaganda en esta guerra, incluso
ante los ojos del espectador menos avisado, cobra una relevancia decisiva.
19 La propaganda de guerra se dirige en primer lugar a la propia vanguardia para sostener
la moral combatiente; luego a la propia retaguardia que nutre de hombres y pertrechos a la
vanguardia; también a los neutrales para impedir que se alíen al enemigo, para
mantenerlos en su posición equidistante o para atraerlos hacia nuestra causa; se dirige
también al enemigo tanto a su vanguardia como a su retaguardia. En este caso es cuando
podemos hablar de guerra psicológica.
20 Al conjunto de actividades de propaganda de guerra dirigidas hacia el enemigo le
podemos llamar también guerra psicológica, lo que los tratadistas anglosajones
denominan « Psychological Warfare ». Así la define W. E. Daugherty:

« es el uso planificado de propaganda y otras acciones orientadas a generar


opiniones, emociones, actitudes y comportamientos en grupos extranjeros, enemigos,
neutrales y amigos, de tal modo que apoyen el cumplimiento de fines y objetivos
nacionales »5.

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21 Esta definición se correspondería más bien con la de propaganda de guerra en todas sus
facetas que con la de guerra psicológica.
22 En realidad, aceptando la máxima de Clausewitz de que « la guerra es una continuación
de la política por otros medios », la propaganda de guerra sería la continuación de la
propaganda política en otra situación. De hecho, la propaganda y la guerra tienen análogos
objetivos. La guerra es « un acto de fuerza para imponer nuestra voluntad al adversario »,
como también afirma Clausewitz6. Parafraseando podríamos decir que la propaganda es
un acto de violencia mental para forzar a alguien a someterse a nuestra voluntad. En
efecto, la propaganda es un arma de guerra, muchas veces más eficaz que otras armas.
23 En la definición de guerra psicológica que recogemos de Daugherty no se menciona
algo, a nuestro juicio, fundamental: la propaganda de guerra, que es un concepto más
amplio que el de guerra psicológica, no se dirige solamente hacia el exterior sino también
hacia el interior, tanto a la propia población civil que sostiene el esfuerzo de la guerra
como a los miembros de los ejércitos que la llevan a cabo. Incluso en países donde la
propagada estatal no existe, al menos aparentemente, en tiempos de paz, todo el
mecanismo se activa en tiempo de guerra. El ejemplo más claro vuelve a ser la liberal Gran
Bretaña donde teóricamente el Estado no ejerce activamente una acción propagandística
pero que durante la Gran Guerra crea un Ministerio de Información y pone en marcha una
organización de propaganda política y de guerra de máxima eficacia.
24 La propaganda de guerra existe desde que la guerra existe. Siempre se ha intentado
intimidar al enemigo, exagerar la propia fuerza, sembrar discordias, difundir
informaciones falsas, mantener la moral de las propias tropas, etc. Quizá en tiempos de
guerra o de conflicto agudo es cuando la propaganda alcanza sus cumbres más brillantes.
25 Para no complicar demasiado las cosas hemos preferido identificar propaganda de
guerra y guerra psicológica, a pesar de que algunos autores hacen distinciones entre
ambos conceptos. Por ejemplo, Maurice Mégret, afirma que en la guerra psicológica
convergen numerosas acciones diversas que no tienen en común más que la confusión del
adversario y el debilitamiento de su resistencia7. Entre estas acciones Mégret se refiere a la
propaganda, el terror, el chantaje, etc. Aunque para nosotros propaganda de guerra y
guerra psicológica podrían ser fenómenos casi perfectamente identificables. Mégret
considera tres elementos fundamentales de la guerra psicológica: una organización de
propaganda (en apoyo de las operaciones militares), una acción político militar (para
asumir el control no violento de la población) y un sistema coherente de pensamiento8.
26 La guerra es un fenómeno social en el que los dos bandos contendientes se juegan su
propia supervivencia. Es decir, aquel que consiga optimizar los medios de que dispone por
encima del enemigo y vencerle no desaparece. Entre los medios que son esenciales para la
guerra la acción psicológica es esencial. Muchas veces por encima de la economía del
armamento y de la misma estrategia, la acción psicológica, la propaganda dirigida al
propio bando, al adversario o a los neutrales puede modificar un equilibrio de fuerzas a
favor de quien mejor desarrolle estas técnicas.
27 Así pues si la religión nos muestra algunas de las formas más primitivas de propaganda,
la guerra, que está en el origen de la humanidad, nos muestra también desde lo más
remoto formas y técnicas de propaganda que se han depurado con gran perfección a lo
largo de los siglos. De la experiencia y las técnicas de la propaganda de guerra podemos y
debemos obtener también amplias enseñanzas.

2. La propaganda en la Guerra Civil


28 Desde el punto de vista de la historia de la comunicación muchos podrían decir que el
siglo XX ha sido el siglo del cine; otros el de los medios audiovisuales, es decir, radio y
televisión; pero del mismo modo que podemos identificar al siglo XIX con el gran siglo de
la prensa escrita y, sin que ello signifique excluir la significación del cine, la radio y la
televisión, el siglo XX es, sin duda, el siglo de la propaganda.
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29 El siglo XIX había sido el siglo del progreso, de la revolución de los transportes y la
consolidación de la burguesía, de la libertad de prensa, el siglo de los periódicos. En el
siglo XX vamos a asistir a una revolución en ese terreno todavía mayor. Las distancias van
a desaparecer prácticamente. El flujo de la información que el telégrafo y las grandes
agencias en la segunda mitad del siglo XIX habían convertido en un flujo casi continuo va
a ser mucho más una realidad. Nuevos medios de comunicación van a producir un cambio
trascendente: el cine tanto como medio de entretenimiento como de información y de
persuasión con la enorme fuerza de la imagen; la radio que va a hacer posible que ese flujo
informativo continuo esté al alcance de todo el mundo y que además va a ser capaz de
superar instantáneamente todo tipo de obstáculos y fronteras; la televisión que une la
fuerza de la imagen y la fuerza de la palabra y que se introduce en la familia como un
miembro más conformando los usos de la sociedad de nuestro tiempo.
30 El siglo XX fue también el siglo de las masas. En el siglo anterior éstas habían jugado un
papel subalterno dirigidas por minorías. La Primera Guerra Mundial, que en su
planteamiento es una guerra que viene a resolver contradicciones del siglo anterior, va a
producir modificaciones muy profundas. Por primera vez las retaguardias tuvieron una
participación activa en la guerra y en los frentes grandes masas de ciudadanos de uniforme
van a combatirla pagando un altísimo precio. Cuando la guerra acabe nada volverá a ser
igual en los países que han participado en ella. Por otra parte, y precisamente por al
participación de estas masas en la misma, la propaganda de guerra será esencial para su
desarrollo. Nunca hasta entonces la persuasión de masas había tenido ese papel
protagonista, determinante en el desarrollo de un conflicto bélico. Al acabar la guerra se
producirá, por un lado, una reacción contra los abusos de la propaganda pero, por otro, el
fenómeno de la propaganda será por primera vez objeto de un estudio científico y en los
países totalitarios de uno y otro signo se convertirá abiertamente en fundamental
instrumento político.
31 En este panorama, la Guerra Civil española constituye un verdadero hito. La Primera
Guerra Mundial había significado el nacimiento de la propaganda sistemática por parte de
los estados más poderosos. La Segunda Guerra Mundial será claramente el ejemplo del
poderío de la persuasión de masas en un conflicto. Pero la Guerra Civil española, como
antecedente de la Segunda Guerra Mundial en el terreno político-ideológico y también en
el militar, lo es también en el terreno de la propaganda9.
32 Con respecto a la Gran Guerra hay muchos elementos de continuidad. Así, el uso de los
carteles, el cine informativo, desfiles, actos, folletos, opúsculos, utilización de la prensa
escrita, etc. Sin embargo, aparecen dos elementos nuevos. Por un lado, el cine sonoro, por
otro, la radio. Ciertamente el sonoro en el cine no añade demasiado al uso propagandístico
que de este medio de comunicación se había hecho ya en la Primera Guerra Mundial. Pero
no podemos dejar de constatarlo. La radio, en cambio, si es una novedad absoluta.
33 La radio cumplía el viejo sueño napoleónico de llevar los mensajes más allá de los
frentes. La Segunda Guerra Mundial y todos los conflictos subsiguientes hasta nuestros
días han demostrado este papel protagonista de la radio como arma de guerra en los
conflictos armados. El desarrollo de la radio en la España de los años treinta estaba por
debajo del de otros países europeos. Pero era suficiente, al menos en el medio urbano,
para que su uso propagandístico tuviera trascendencia.
34 Podemos mencionar otros casos contemporáneos de utilización de la radio como arma
de propaganda. Qué duda cabe que el EIAR (« Ente Italiano Audizioni Radiofoniche ») fue
un vehículo de propaganda en el conflicto de Abisinia, pero sólo para consumo interior,
para la retaguardia en la metrópoli. Otro ejemplo quizá pudiera ser la propaganda
radiofónica japonesa en la guerra Chino-Japonesa en los mismos años de la Guerra Civil.
Pero, a nuestro juicio, no es comparable con la extensión y la intensidad del fenómeno en
la Guerra Civil española. La radio, como veremos, fue utilizada profusamente por ambos
bandos, pero también fue instrumento de propaganda exterior y, sobre todo, a la España
dividida de entonces llegaron numerosos mensajes radiofónicos desde el extranjero. Lo
que constituyó evidentemente un ensayo general para franceses, británicos, italianos,

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alemanes y soviéticos de lo que iban a hacer poco tiempo después en la Segunda Guerra
Mundial.
35 La Guerra Civil española, pues, tuvo una dimensión internacional que también se dio en
el campo de la propaganda y de la que no podemos ocuparnos ahora « in extenso »10. Nos
limitamos ahora a describir la organización de la propaganda en ambos bandos con
referencias a distintos aspectos como el mundo de la cultura, la radio y el cine.

a) El bando franquista
36 A diferencia del bando republicano, cuando el bando franquista se consolida
territorialmente en los primeros momentos, dispone de muchísimos, menos instrumentos
para difundir su propaganda. Las grandes ciudades habían permanecido leales a la
República y, con ellas, los periódicos, el papel de prensa, las más potentes emisoras, los
estudios y el material cinematográfico. Lentamente y con ayuda exterior italiana y
alemana estas carencias iban a ser poco a poco subsanadas.
37 En el bando franquista confluyeron inicialmente fuerzas políticas y sociales muy
distintas: católicos de toda laya, carlistas, falangistas, conservadores procedentes de la
CEDA, monárquicos, etc. Todo ello amalgamado en torno a instituciones como la Iglesia y
el Ejército y apoyado por las fuerzas económicas tradicionales, sobre todo, los
terratenientes y algunos financieros e industriales. Todos ellos vieron en el golpe de los
generales la oportunidad de moldear España según sus propias aspiraciones. Y,
efectivamente, sus voces fueron en un principio muy distintas. Desde el punto de vista de
la propaganda esta situación podía haber creado tantas dificultades como las que se dieron
en el bando republicano, pero muy pronto, y no sin traumas, el esfuerzo propagandístico
fue uno.
38 El Ejército, el clero y el nuevo partido surgido del decreto de unificación de 1937 iban a
uniformar rígidamente la información y la propaganda en el lado faccioso, cuyo modelo
propagandístico hay que buscarlo en la Italia mussoliniana y en la Alemania hitleriana
pero sin el carisma de sus líderes y con un tinte clerical y pacato. Uno de los « leit-motiv »
fundamentales iba a ser « la barbarie roja », otro, la idea de « cruzada ».
39 La Iglesia puso toda su organización al servicio de la propaganda de los facciosos.
Aportando gran parte del contenido ideológico de lo que iba a ser el nuevo régimen y
proporcionando a los generales rebeldes la justificación necesaria para su acción. Desde la
pastoral colectiva de los obispos de julio de 1937, al púlpito de la última parroquia, la
Iglesia española, con la sola excepción del clero vasco y algunos casos aislados, fue una voz
permanente de la rebelión.
40 Los periódicos tradicionalmente de derechas siguieron funcionando sujetos a rígida
censura. Surgieron otros nuevos, órganos del nuevo partido único (Falange Española
Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista), la mayor parte de ellos
procedentes de la incautación de los periódicos que eran propiedad de sindicatos o de
partidos de izquierda.
41 De todos modos, además de los periódicos de carácter netamente falangista o carlista, el
grueso de la prensa afecta a la nueva situación lo constituirán periódicos de empresa, de
información general, que contaban ya con implantación en su zona de influencia. Ejemplo
de ello puede ser El Norte de Castilla de Valladolid, el ABC, en su edición sevillana, El
Noticiero o el Heraldo de Aragón, La Gaceta del Norte de Bilbao. Todos estos periódicos
tenían una tendencia claramente conservadora y, mucho más que los nuevos periódicos
falangistas, contribuirán a ampliar la influencia del régimen naciente. Por su parte, la
Falange, todavía antes del decreto de unificación, controlaba desde su Jefatura de Prensa,
instalada en San Sebastián y dirigida por Vicente Cadenas, diecisiete diarios y veintitrés
semanarios.
42 El 5 de agosto de 1936 se constituyó el Gabinete de Prensa de la Junta de Defensa
Nacional a cuyo frente estaba Juan Pujol. El 24 del mismo mes cambió su denominación

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por la de Oficina de Prensa y Propaganda, cuyas funciones fueron asumidas el 1 de octubre


por la Comisión de Cultura y Enseñanza de la Junta Técnica del Estado. El 14 de enero de
1937 nació la Delegación del Estado para Prensa y Propaganda dependiente de la
Secretaría General del Estado cuyo primer delegado fue el general Millán Astray, siendo
delegados sucesivamente Vicente Gay, el comandante Arias Paz y el comandante Moreno
Torres. La Delegación Nacional de Prensa y Propaganda pasó a depender del Ministerio
del Interior en febrero de 1938, siendo entonces delegado el « cuñadísimo » Ramón
Serrano Súñer, desglosándose en una Delegación Nacional de Prensa a cargo de Juan
Antonio Giménez Arnau y otra de Propaganda a cargo de Dionisio Ridruejo.
43 Por su parte Luis Antonio Bolín iba a ser el encargado de dirigir el Gabinete de Prensa
del Cuartel General, luego Delegación de Propaganda del Cuartel General del
Generalísimo. En abril de 1937 se creó también la Delegación de Prensa y Propaganda de
FET y de las JONS de la que se hizo cargo el sacerdote Fermín Yzurdiaga, y luego Serrano
Súñer cuando ya era Delegado Nacional de Prensa. Esta Delegación de FET y de las JONS
procedía de la fusión de la Delegación de Prensa de la Junta Nacional Carlista de Guerra,
creada en el verano de 1936 bajo la dirección de Julio Muñoz Aguilar, y de la Jefatura
Nacional de Prensa y Propaganda de FE y de las JONS, creada en San Sebastián en julio de
1936 bajo la dirección de Vicente Cadenas.
44 Falange dispuso, por otra parte, de una Delegación Nacional del Servicio Exterior que
tuvo una intensa actividad propagandística en contacto con grupos de Falange en el
exterior o grupos afines en otros países. A través de su Departamento de Intercambio y
Propaganda Exterior difundió numerosas publicaciones de todo tipo en distintos
idiomas11.
45 Una de las realizaciones más importantes en el terreno de la propaganda del bando
franquista fue la promulgación de la Ley de Prensa de 22 de abril de 1938, obra de Serrano
Súñer que estaría vigente en España hasta 1966, a pesar de haber nacido con carácter
provisional. En cualquier caso, y sin detenernos en otros detalles, hay que señalar que
concibe a la prensa como un servicio público y que los organismos pertinentes del estado
pueden intervenir en su gestión y en sus contenidos en toda ocasión.
46 No faltaron intelectuales ilustres en la España franquista que contribuyeron a la
actividad propagandística. Además de algunos profesores e investigadores, los rebeldes
contaron con las voces de Pío Baroja, Manuel Machado, Eduardo Marquina, Wenceslao
Fernández Flórez, Enrique Jardiel Poncela, Julio Camba, etc., así como con el grupo de
reaccionarios de Acción Española como Pedro Sainz Rodríguez, Víctor Pradera, Ramiro de
Maeztu, José María Pemán, José Pemartín y otros. Entre los falangistas podemos destacar
a Ernesto Giménez Caballero y al exaltado sacerdote navarro Fermín Yzurdiaga que dirigía
el periódico falangista de Pamplona Arriba España y que creó la revista Jerarquía, que se
autodenominaba Revista negra de Falange; además del grupo de jóvenes que terminó
encabezando Dionisio Ridruejo con Rafael García Serrano, Gonzalo Torrente Ballester,
Luis Rosales, Pedro Laín Entralgo y Luis Felipe Vivanco.
47 La Delegación Nacional de Prensa y Propaganda creó en 1937 la revista mensual Vértice
y también la revista de humor La Trinchera, nacida en Salamanca en 1937 bajo la
dirección de Rogelio Pérez Olivares que pasó luego a editarse en San Sebastián ya con el
título de La Ametralladora y la dirección de Miguel Mihura, con colaboradores como
« Tono », Edgar Neville y el adolescente Álvaro de Laiglesia, que luego dirigiría el famoso
semanario humorístico La Codorniz. La Ametralladora llegó a superar los 100.000
ejemplares. En 1938 comenzó a publicarse la revista infantil y juvenil Flechas y Pelayos.
48 También el teatro y otros espectáculos públicos fueron canales de la propaganda
« nacionalista ». Luis Escobar, marqués de las Marismas, formó la Compañía de Teatro
Nacional de FET y de las JONS que representó sobre todo obras clásicas. El fútbol tuvo
una vida pobre como en la otra zona. Sin embargo, las corridas de toros siguieron
celebrándose como si nada hubiera pasado, saludando, eso sí, los toreros brazo en alto al
acabar el paseíllo.

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49 Con carácter asistencial pero también propagandístico, nació en Valladolid bajo la


dirección de Mercedes Sanz Bachiller el « Auxilio de Invierno » calcado de su homónimo
alemán que se transformaría luego en Auxilio Social con un papel destacable en la
formación infantil. También ejerció tareas de propaganda la Sección Femenina de Falange
(en la que se integraron Las Margaritas de la Comunión Tradicionalista). La Delegación
Nacional de Asistencia a Frentes y Hospitales creó en la retaguardia los « Hogares de
Reposo del Soldado » y los « Hogares del Herido » a través de los cuales se organizaron
cursillos de orientación cultural y propagandística. Más específicamente orientado a los
frentes de batalla se creó el « Servicio de Lectura para el Soldado » que, con supervisión de
la Iglesia y de Falange, distribuía libros y otras publicaciones entre las tropas.
50 Con medios más precarios que en el bando republicano y demostrando también un
menor interés por la labor propagandística en el exterior, comenzaron esta tarea los
facciosos. Contaron al principio con algunos diplomáticos que abandonaron las embajadas
del gobierno legítimo y comenzaron a actuar como representantes oficiosos del nuevo
Estado. Contaron también con los corresponsales de los periódicos más conservadores. Se
apoyaron en los partidos de derecha de los distintos países, en la Iglesia y también, en
menor medida, en los servicios diplomáticos de los países que les apoyaban abiertamente
como Italia o Alemania. Del mismo modo que surgieron asociaciones en apoyo de la
República, las hubo también para apoyar y difundir la propaganda facciosa. Así, « The
Spanish Nationalist Relief Committee » en Gran Bretaña o « Les Amis de l'Espagne
Nouvelle » en Francia.
51 El tema de la Raza y de la Hispanidad, fue un argumento recurrente de la propaganda
franquista y durante y después de la guerra consiguió tener un eco considerable en la
América Hispánica. La Falange dispuso fuera de España de una « Falange Exterior »
especialmente presente en los países hispanoamericanos. De la Delegación Nacional del
Servicio Exterior de FET y de las JONS (nótese que no de la Delegación Nacional de
Prensa y Propaganda) dependían numerosas publicaciones en el nuevo continente12.
52 Por su parte también las representaciones del Estado Español hicieron publicaciones de
propaganda como Información en Montevideo u Orientación Española en Buenos Aires.
Además, y con el apoyo de estas representaciones oficiales u oficiosas se organizaron giras
de representantes españoles afines al gobierno faccioso por toda América como Eugenio
Montes, Federico García Sanchiz, José María Pemán, etc., etc.
53 Como en el bando republicano los carteles de todo tipo tuvieron un papel
importantísimo en la acción propagandística. Como hemos dicho su estética no difería
mucho de los del otro bando. Se inspiraban, desde luego, en la desarrollada cartelística de
la Italia fascista y la Alemania nazi. Entre los cartelistas que trabajaron para el bando
franquista podemos destacar a Valverde, Caballero, el boliviano Reque Merubia y, sobre
todo, Carlos Sáenz de Tejada y de Lezama, que había sido dibujante en el diario La
Libertad, colaborador de Blanco y Negro, ABC, La Esfera, y cuyos dibujos se habían
publicado también en revistas extranjeras.
54 La radio jugó un papel muy importante en los primeros momentos del levantamiento
militar. Desde Radio Las Palmas (EAJ-50), Radio Club Tenerife, Radio Tetuán o Radio
Ceuta los sublevados proclamaron el estado de guerra. Rápidamente se incorporó a las
voces rebeldes Unión Radio Sevilla (EAJ-5), lo que significó para opinión pública la
prueba de que la rebelión no estaba circunscrita a Marruecos como hasta entonces
aseguraban las autoridades legítimas que achacaron estas primeras emisiones facciosas de
Radio Sevilla a Radio Ceuta13. Al parecer el mismo 18 de julio Queipo de Llano hizo ya
una intervención radiofónica, primera de una larga serie que duraría hasta el 1 de febrero
de 1938. Por su parte, el general Franco, intervino personalmente el 18 de julio ante los
micrófonos de la emisora de la Guardia Civil de Tetuán. También se incorporaron a los
rebeldes Radio Pamplona (EAJ-6, que rápidamente pasaría a ser Radio Requeté de
Pamplona), Radio Valladolid (controlada desde agosto por Falange), Radio Castilla (EAJ-
27, Burgos), Unión Radio San Sebastián (EAJ-8) y Radio Oviedo. Todas ellas radios
locales con una potencia limitada a 200 vatios.

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55 En el bando franquista muy pronto los militares fueron conscientes de la importancia de


la radio. Dentro de la Delegación de Prensa y Propaganda creada en enero de 1937, la
Oficina de Radio quedó encomendada a Emilio Díaz Ferrer. La Junta Técnica del Estado
creó por orden de 14 de enero de 1937 Radio Nacional de España en Salamanca
inaugurada el día 19 por el propio general Franco. Alemanes e italianos, sobre todo los
primeros, dieron su contribución técnica al nacimiento de Radio Nacional, embrión de lo
que es hoy la cadena estatal española. Los modelos seguidos fueron naturalmente el Ente
Italiano per le Audizione Radiofoniche (EIAR) y la Rundfunk Reichs Gesellschaft (RRG,
Compañía de Radiodifusión del Reich). La nueva emisora era una Lorenz de 10 Kw.,
proporcionada por los alemanes. Cuando el comandante de ingenieros Arias Paz se hizo
cargo de la Delegación de Prensa y propaganda, en abril de 1937, nombró director de la
emisora a Jacinto Miquelarena quien continuó al frente de la misma a pesar de las
sucesivas reorganizaciones de los servicios de propaganda franquistas. Además de Radio
Nacional y de Unión Radio Sevilla, en el bando franquista se fue gestando una red de
emisoras dependientes de F.E.T y de las J.O.N.S. (Burgos, Zaragoza, Valladolid, etc.).
56 El episodio más interesante de la propaganda radiofónica en el bando franquista, e
incluso de toda la guerra civil española, fueron las charlas radiofónicas del general Queipo
de Llano desde Unión Radio Sevilla desde el 18 de julio de 1936 al 1 de febrero de 1938 en
que, a instancias de Pedro Sainz Rodríguez, que al parecer se entrevistó con él en Sevilla,
el propio general las suspendió.
57 Queipo de Llano era un hombre impulsivo que hablaba con el lenguaje popular cayendo
siempre en la chabacanería, valiéndose de chistes vulgares, insultos, groserías pero todo
ello con una fuerza plástica y una sencillez de lenguaje que pronto le convirtieron en una
verdadera estrella, verdadero virrey del sur de España que el propio Franco no podía
soportar. Sus charlas fueron escuchadísimas en uno y otro bando. Desde el bando
republicano, se le respondió con su misma moneda atribuyendo al vino su verborrea y su
voz aguardentosa. Su lenguaje cruel incitando a la venganza pudo tener incluso alguna
influencia en los excesos de la guerra. Durante dieciocho meses Queipo no dejó de hablar
ni un sólo día. Más de quinientas charlas hicieron de él un maestro de la propaganda de
guerra cuyo mérito no podemos negar14.
58 Los rebeldes no contaron inicialmente con estudios ni laboratorios, aunque la empresa
española cinematográfica más importante « Cifesa » cuya infraestructura había quedado
en la España leal, se instaló en Sevilla y se puso al servicio de la causa franquista. La otra
gran empresa cinematográfica española, « Filmofono », vinculada a Unión Radio y a la
familia Urgoiti dejó de funcionar en ambas zonas.
59 En los primeros momentos los sublevados carecieron por completo de material
cinematográfico, mientras que en la España leal comenzaron a multiplicarse las películas
documentales. Las primeras películas documentales en el bando franquista fueron obra de
los corresponsales extranjeros sobre todo de los italianos a los que nos referiremos más
abajo. En 1938, cuando todos los servicios de propaganda pasaron a depender del
Ministerio de la Gobernación con Serrano Súñer, se creó un Departamento Nacional de
Cinematografía dentro de la Dirección General de Propaganda dirigido por Augusto García
Viñolas. A este departamento se debe el nacimiento del Noticiario español, precedente del
No-Do, que entonces sólo produjo diecinueve números15.

b) El bando republicano
60 La zona que permaneció leal al gobierno legítimo contó desde el primer momento con
una infraestructura muchísimo mayor para su propaganda en prensa, radio, cine,
editoriales, etc. El Gobierno de Largo Caballero, en su remodelación del 4 de noviembre de
1936, creó un Ministerio de Propaganda a cuyo frente estuvo Carlos Esplá de Izquierda
Republicana. Este ministerio fue poco operativo en sus primeros momentos pues el
Gobierno hubo de trasladarse a Valencia. Cuando esto sucedió, se organizó en Madrid una

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Junta de Defensa que, entre otras cosas, asumió también las labores de propaganda a
través del Consejero de Orden Público primero y luego de una específica Delegación de
Propaganda y Prensa a cargo de José Carreño España. Esta Delegación contaba con dos
secretarías generales: una de propaganda (fotografía, cinematógrafo, radio, impresos y
carteles) y otra de prensa, encabezadas respectivamente por Gerardo Saura y Ángel
Herreros16. Negrín haría desaparecer el Ministerio de Propaganda, sustituyéndolo por una
Subsecretaría regida por el arquitecto Manuel Sánchez Arcas y dependiente del Ministerio
de Estado, lo que indica la importancia que se daba a la propaganda hacia el extranjero.
61 La Generalidad de Cataluña y el Gobierno Vasco ejercieron competencias autónomas en
este terreno. En Cataluña se creó un Comisariado de Propaganda del Gobierno Autónomo
encabezado por el gran periodista de Esquerra Republicana, Jaume Miravitlles, que había
sido el secretario del Comité Ejecutivo de la Olimpiada Popular que habría debido
celebrarse en Barcelona en julio 1936. Miravitlles intentó llevar a cabo su función por
encima de la propaganda partidista haciendo hincapié siempre en la unidad antifascista.
El Comisariado de Propaganda realizó una importante labor en el terreno cinematográfico
y también en el de la prensa.
62 El Gobierno Vasco tuvo en realidad mucho menos espacio para realizar su actividad de
propaganda aunque creó también un Servicio de Propaganda. Tras la caída de Bilbao (14
de julio de 1937) hubo de trasladarse a Barcelona. El aspecto más interesante de la
propaganda del Gobierno vasco fue el resaltar la libertad de que gozaba allí la Iglesia
Católica frente al anticlericalismo imperante en el resto de la España republicana.
63 En toda la zona controlada por el Gobierno de la República la prensa escrita se
transformó por completo. Los periódicos de la derecha o bien dejaron de publicarse, o bien
lo hicieron por cuenta de partidos y organizaciones leales al Gobierno.
64 Hay que mencionar también la « prensa de trinchera ». Fueron numerosísimas la
publicaciones de las distintas unidades militares, sobre todo en el bando republicano.
Estos periódicos de guerra destinados al sostén de la moral de los combatientes, así como
a su adoctrinamiento político e ideológico, contribuyeron también a las campañas de
alfabetización que, a pesar de las enormes dificultades, se llevaron a cabo en los frentes de
batalla17.
65 El bando republicano llevó a cabo una obra de extensión cultural cuyo papel
propagandístico es innegable, de tales dimensiones y con tal cantidad de organizaciones
que excede todo lo que aquí podamos decir de ella. La organización más destacable fue
Cultura Popular, comité creado en abril de 1936 que desarrolló durante la guerra las más
diversas actividades en el frente y la retaguardia, sobre todo, la creación de bibliotecas en
unidades del Ejército y en hospitales. Dentro del Ejército surgieron Hogares del Soldado,
Clubs de Educación y Rincones de Cultura. Funcionaron también las llamadas Brigadas
Volantes contra el Analfabetismo que llegaron a impartir clases a más de 300.000
personas. Naturalmente todo este enorme esfuerzo de difusión cultural tenía un fuerte
contenido propagandístico.
66 Papel determinante en el conjunto de la acción propagandística republicana cumple a la
Alianza de los Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura, organización
surgida en abril de 1936, para agrupar a los intelectuales del Frente Popular y que nace por
inspiración comunista18. Su primer presidente fue Ricardo Baeza, el crítico literario
azañista, a quien le sucedió en agosto José Bergamín, después de haber declinado Antonio
Machado. En su sede madrileña se organizaron distintas secciones (literatura, artes
plásticas, biblioteca, pedagogía, teatro, música y propaganda). Organizó numerosas
emisiones radiofónicas y mítines y publicó una revista, El Mono Azul. Contó también con
secciones en Valencia y Cataluña donde colaboró estrechamente con el Comisariado de
Propaganda de la Generalidad.
67 Gran resonancia internacional tuvo el Segundo Congreso Internacional de Escritores
Antifascistas, inaugurado en Valencia el 4 de julio y clausurado en París. A pesar de todo,
no tuvo gran eco en la prensa española y fue muy criticado por Azaña que en sus memorias
lo tacha de birria, así como por alguno de los asistentes. Con motivo del mismo, se

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editaron varios libros para obsequiar a los asistentes, entre ellos, el Romancero General
de la Guerra de España preparado por Emilio Prados y prologado por Antonio Rodríguez
Moñino.
68 Patrocinada por el Ministerio de la Cultura iba a nacer una de las mejores revistas
literarias españolas, Hora de España por cuyas páginas pasaron más de un centenar de
colaboradores entre los que destacan Antonio Machado, Rafael Alberti, José Bergamín,
Max Aub, Rosa Chacel, Emilio Prados, María Zambrano, Luis Cernuda, León Felipe,
Corpus Barga y tantos otros. A diferencia de El Mono Azul no tenía una orientación
popular sino más literaria y elitista, publicó veintitrés números, el último de los cuales,
impreso en Barcelona poco antes de su ocupación, no pudo llegar a distribuirse.
69 Buena parte de la propaganda gubernamental se orientaba a la defensa de la causa
republicana en el exterior que, en principio contaba con mayores simpatías que la de los
rebeldes. Su mayor dificultad en este terreno venía dada por el creciente peso de los
comunistas e indirectamente de la Unión Soviética dentro del campo republicano y
también por la persecución religiosa, muchas veces incontrolada, y difícil de ocultar.
70 El Gobierno Republicano disponía fuera de España de las representaciones diplomáticas
regulares, cuyos servicios de prensa, además de servir comunicados a los distintos
periódicos y agencias, editaron en muchos casos folletos de propaganda en varios idiomas.
En las embajadas de París y Londres se publicó en francés y en inglés una serie de folletos
sobre las destrucciones del tesoro artístico español a manos de los fascistas, referidos cada
uno de ellos a un caso concreto: el Museo del Prado, el Palacio del Infantado de
Guadalajara, el Palacio de Liria en Madrid, etc. Se organizó además una especie de agencia
internacional de noticias a finales de 1937 que enviaba a España sus propios
corresponsales. Tenía dos delegaciones. Una en París (« Agence Espagne »), dirigida por
Otto Katz. Otra en Londres (« Spanish news Agency »), dirigida por Geoffrey Bing. Esta
última envió a España a Arthur Koestler y a Willy Forrest.
71 Por otra parte, se organizaron algunas asociaciones de distinta índole, destinadas a
fomentar con actos y publicaciones la propaganda en favor de la República. Naturalmente,
además, de las organizaciones de propaganda de los distintos partidos de izquierda,
podemos mencionar el « Comité International de Coordination et d'Information pour
l'aide à l'Espagne Républicaine » o la « Asociation Hispanophile de France ».
72 La participación española en la « Exposition Internationale des Arts et Techniques »,
celebrada en París en el verano de 1937, supuso un hito en la propaganda exterior
republicana. Gracias a la actividad del embajador Luis Araguistáin y del comisario de la
exposición José Gaos, el Pabellón Español, obra de los arquitectos Josep-Lluis Sert y Luis
Lacasa a cuyo montaje dio una colaboración especialísima el gran cartelista Josep Renau,
a la sazón director general de Bellas Artes, se convirtió en una bandera de la España
republicana en Europa. Lugar de honor en este Pabellón lo ocupaba el Guernica de Pablo
Picasso.
73 La cartelística fue naturalmente un instrumento de propaganda fundamental. El mundo
del cartel publicitario venía ya del siglo XIX y el cartel político propagandístico se
consolidó en la Primera Guerra Mundial en todos los países beligerantes y, por supuesto,
en la Revolución Rusa y en el régimen soviético. Tanto el fascismo italiano como el
nacional socialismo alemán hicieron amplio uso del cartel. España no podía permanecer
ajena a esa propaganda estática de la imagen, a veces de gran riqueza artística, y de una
eficacia incuestionable. En el bando republicano todos los partidos, organizaciones e
instituciones editaron carteles. Se produjo una verdadera eclosión que permitió a
numerosos jóvenes artistas y dibujantes hacer gala de imaginación y destreza. Algunos de
sus contenidos repetían los de la Primera Guerra Mundial: llamamiento a las armas,
alistamiento, precaución con el espionaje enemigo, exaltación de líderes, símbolos, etc.
Curiosamente la estética de estos carteles fue, en muchísimos casos, la misma en ambos
bandos. En muchos casos, cambiando la leyenda un cartel podría haber estado
indistintamente ejerciendo su labor propagandística tanto en el bando leal como en el de
los generales rebeldes. Además del gran Josep Renau podemos mencionar entre los

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autores de carteles para el bando republicano a Sim, Bardasano, Martí Blas, Ballester y
tantos otros. Habría que mencionar también la labor en este terreno del Sindicato de
Dibujantes de Cataluña19.
74 La propaganda radiofónica tuvo enorme importancia en ambos bandos. Cuando
comenzaron a llegar las noticias del levantamiento armado, el Ministerio de Gobernación
comenzó a radiar una serie de notas cada media hora en las que resaltaba la normalidad
de la situación. El domingo 19 de julio Radio España de Madrid y Unión Radio Madrid
difundieron un comunicado del Comité de Vigilancia del Frente Popular. En Barcelona,
una vez sofocado el intento del general Goded, éste se dirigió a los que le seguían
anunciando su rendición desde Radio Barcelona y Radio Associació de Catalunya (EAJ-
15).
75 Unión Radio Madrid era la emisora de mayor potencia de España y también la de
mayor audiencia sobre todo cuando emitía en cadena con todas las emisoras de « Unión
Radio ». Tanto ella como la otra emisora madrileña Radio España (EAJ-2), se
encontraban entre los objetivos que los rebeldes madrileños no pudieron alcanzar. Unión
Radio Madrid instaló micrófonos en el Ministerio de la Gobernación desde donde se
lanzaron los comunicados a que nos hemos referido antes. Ayuntamientos, gobernadores
civiles y otras autoridades leales llamaron al restablecimiento de la normalidad ciudadana
desde las emisoras. Pero hay que reconocer que en los primeros momentos de confusión, y
aun disponiendo de medios mucho menores, fueron los facciosos los que mejor supieron
valerse de tan potente arma de propaganda. En el bando republicano, las emisoras se
vieron inundadas de comunicados y notas de partidos políticos, sindicatos y otras
organizaciones hasta el punto de que el Ministerio de la Gobernación hubo de intervenir
para evitar tal afluencia. Desde el punto de vista legal las emisoras fueron intervenidas por
el gobierno republicano así como por los gobiernos de las regiones autónomas pasando a
ser radios oficiales. Otras muchas pasaron a ser controladas por distintos grupos
políticos20.
76 El Gabinete Largo Caballero en septiembre de 1936 dictó normas restrictivas sobre la
emisión de determinado tipo de noticias que podían dar información al enemigo, como
por ejemplo, anuncios de asambleas, de desfiles de columnas, de salidas de convoyes, de
entierros, etc. Cuando se constituyó la Junta de Defensa de Madrid, el 8 de noviembre de
1936, el Delegado de Propaganda y Prensa, José Carreño, se quejaba de que controlaba
únicamente Unión Radio, Radio España y Transradio mientras que el resto de las
emisoras escapaban a su control. Procedió en primer término a incautar la emisora del
POUM (EAJ-4) que había atacado ferozmente a la Junta y a partir del 20 de febrero de
1937, autorizó sólo las emisoras que pertenecieran a partidos políticos o sindicatos
registradas reglamentariamente, requisando todas las demás. A partir de abril quedó
instalado un micrófono en la Delegación de Prensa y Propaganda que conectaba con todas
la emisoras.
77 Después de los sucesos de mayo en Barcelona, el Gabinete Largo Caballero entró en
crisis. El nuevo gobierno, presidido por Negrín, tomó la decisión de incautar todas las
emisoras de radio intentando frenar la confusión propagandística en que estaba cayendo
la radio en el bando republicano. Pues tal multiplicidad de voces, muchas veces
contradictorias entre sí, no contribuía a la necesaria unidad que requiere la actividad de
propaganda de guerra.
78 Todas las grandes figuras políticas de la España leal hicieron oír su voz en numerosas
ocasiones a través de las ondas, si hacemos la salvedad del general Miaja y del presidente
Azaña que siempre se mostraron reacios a los micrófonos. La voz vibrante de la
« Pasionaria » o de la ministra de Sanidad Federica Montseny, Lluis Companys, Largo
Caballero, Negrín, Indalecio Prieto y un larguísimo etcétera se dirigieron al pueblo español
en numerosas ocasiones desde la radio.
79 Uno de los grandes logros propagandísticos en el bando leal fue el conocido « Altavoz
del frente ». Era un organismo dependiente del Subcomisariado de Propaganda del
Ministerio de la Guerra que comenzó a emitir todos los días a las nueve de la noche, desde

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el 14 de septiembre de 1936 a través de Unión Radio Madrid. Sus emisiones en las que
alternaban charlas de distintos dirigentes con música revolucionaria o poemas cantados
preparados « ad hoc » para estos programas, adquirieron justo renombre. En noviembre
de 1936 construyó un coche blindado dotado de un potente equipo de altavoces destinado
a la labor propagandística en primera línea. Estos camiones con altavoz se multiplicarían
más tarde llegándose a construir gigantescos altavoces portátiles para dirigirse tanto a las
propias tropas cuanto a las del enemigo.
80 « Altavoz del frente » colaboró con la Alianza de Intelectuales Antifascistas en la
elaboración de una serie de programas propagandísticos dirigidos por Arturo Serrano
Plaja y Emilio Prados. También emitía desde Unión Radio programas breves en distintas
lenguas para los combatientes de las Brigadas Internacionales.
81 La radio en la zona republicana fue también instrumento de educación y cultura
dedicando amplio espacio a las distintas actividades contra el analfabetismo. Por un
decreto del día 21 de abril de 1937 se creaba del Servicio de Difusión de la Enseñanza por
Medios Mecánicos que entre otras cosas (fotografías, discos, cine, etc.) se encargaba de
fomentar el uso de la radio en estas tareas educativas.
82 La propaganda cinematográfica tuvo también un papel destacado. En los primeros
momentos los sublevados carecieron por completo de material cinematográfico, mientras
que en la España leal comenzaron a multiplicarse las películas documentales. Por su parte,
la Subsecretaría de Propaganda del gobierno republicano, cuya sección de cine estaba a
cargo de Manuel Villegas López, produjo numerosas películas documentales entre las que
destaca España leal en armas con guión de Luis Buñuel y dirigida por Le Chanois21.
83 La película argumental de mayor alcance propagandístico que se produjo en la zona leal
fue también una iniciativa de la Subsecretaría de Propaganda. Nos referimos a Sierra de
Teruel de André Malraux que sólo pudo terminar de montarse en París y fue estrenada en
Francia poco antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial.
84 Tiene especial interés la actividad de propaganda cinematográfica del Comisariado de
Propaganda de la Generalidad, cuya sección de cine, a cargo de Joan Castanyer (« Laya
Films ») fue productora, distribuidora e importadora de numerosos títulos de cine
soviético. Entre sus producciones se puede destacar el documental de Joan Serra Un día
de guerra en el frente de Aragón, el famoso Enterrament de Durruti o el mediometraje
Catalunya Mártir. Su obra más importante fue el noticiero semanal Espanya al día.
Noticiari Nacional. En 1938 « Laya Films » contaba con un archivo propio de 90.000 mts.
y más de 130.000 copias para su distribución22.
85 En Cataluña los anarquistas desarrollaron también una importante actividad
cinematográfica. La CNT se incautó de las 116 salas de proyección que existían en
Barcelona que fueron dirigidas por el Comité Económico de Cines, cuyos ingresos se
dedicaron a la producción (Sindicato de la Industria del Espectáculo-Films). « SIE-Films »
produjo largometrajes, como Aurora de Esperanza (1936), clásico ejemplo de cine social y
documentales como la serie Los aguiluchos de la FAI por tierras de Aragón sobre los
avances de la columna de Durruti. Produjeron también el Entierro de Durruti que no
debemos confundir con el documental del mismo título de « Laya Films ». En Madrid,
dispusieron de la Federación Regional de la Industria Espectáculos Públicos (FRIEP) que
produjo la serie Estampas Guerreras, y también de « Spartacus Films » que editó el
noticiario Momentos de España23.
86 En cuanto a los comunistas, dispusieron de la productora y distribuidora « Film
Popular » ubicada en Barcelona que se encargó de la edición en castellano del noticiario
España al día de « Laya Films » con contenidos y comentarios distintos, además de
producir otras películas documentales. Antes de « Film Popular », en Madrid funcionaba
la Cooperativa Obrera Cinematográfica. También produjeron películas algunos cuerpos de
ejércitos con mandos comunistas y el Socorro Rojo Internacional.
87 La propaganda cinematográfica fue por lo tanto considerada como un instrumento
fundamental por los diferentes grupos que componían el bando republicano. Llegó a ser
tan importante como la propaganda difundida a través de la prensa escrita, en particular

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16/4/2018 La Guerra Civil española, un hito en la historia de la propaganda

fuera de España, donde la palabra y la imagen reemplazaron las armas, que tantas
víctimas causaron durante la Guerra Civil.

Notes
1 DOMENACH, J.-M., La propagande politique, París, PUF, 1979 (1ª ed. 1950), p. 45.
2 Cf. KIBEDI VARGA, Á., Discours, Récit, Image, Lieja, Pierre Mardaga, 1989, p. 32. Véase
también : KIBEDI VARGA, Á., Réthorique et littérature, études de structures classiques, París,
Didier, 1970.
3 EDWARDS, V., Group Leader’s Guide to Propaganda Analysis, Nueva York, Columbia University
Press, 1938, p. 40.
4 Cf. THOMSON, O., Mass Persuasion in History : a Historical Analysis of the Development of
Propaganda Techniques, cit.
5 DAUGHERTY, W. E. & JANOWITZ, M. (eds.), A Psychological Warfare Casebook, Baltimore
(MD), The John Hopkins University Press, 1958, p. 2.
6 CLAUSEWITZ, K. von, De la guerra, Buenos Aires, Ediciones Solar, 1983, p. 9.
7 Cf. MÉGRET, M., La guerre psychologique, París, PUF, 1963.
8 MÉGRET, M., La guerre psychologique, cit., p. 129.
9 Para una síntesis sobre la propaganda en la Guerra Civil véase : PIZARROSO QUINTERO,
Alejandro : Historia de la Propaganda. Notas para un estudio de la propaganda política y de
guerra, Madrid, EUDEMA, 1993. (1ª ed. 1990), pp. 356-391.
10 Sobre este tema véase : PIZARROSO QUINTERO, Alejandro, « Intervención extranjera y
propaganda. La propaganda exterior de las dos Españas » en Historia Y Comunicación Social, n. 6,
2001, pp. 63-96. También me he ocupado especialmente del caso italiano : PIZARROSO
QUINTERO, Alejandro, Giornali contro. “Il Legionario” e "Il Garibaldino”. La propaganda degli
italiani nella guerra di Spagna, (251 pp. ), (en colaboración con Paola Corti), Edizioni dell’Orso,
Alessandria, 1993 ; « La Propaganda radiofónica italiana en la Guerra Civil española », en : AA. VV.,
Haciendo Historia (Homenaje al profesor Carlos Seco), Editorial de la Universidad Complutense,
Madrid 1989, pp. 563-572 ; « La propaganda cinematográfica italiana y la Guerra Civil española »
en : GARCÍA SANZ, Fernando (comp.)., Españoles e italianos en el mundo contemporáneo, C.S.I.C.,
Madrid 1990, pp. 263-278 ; « La propaganda del ’Corpo Truppe Volontarie’ (algunos aspectos de la
intervención propagandística italiana en torno a la Guerra Civil española) » en : GARITAONANDÍA,
C. (et al., eds.), Comunicación, cultura y política durante la II República y la Guerra Civil. Tomo
II.- España (1931-1939), Diputación foral de Vizcaya-Servicio Editorial UPV, Bilbao, 1990, pp. 442-
460.
11 Para los datos de estas publicaciones difundidas en el extranjero véase, GONZALEZ CALLEJA,
Eduardo y LIMON NEVADO, Fredes, La Hispanidad como instrumento de combate. Raza e
imperio en la Prensa franquista durante la Guerra Civil española, C.S.I.C., Madrid 1988, p. 85.
12 Arriba (Buenos Aires), Arriba (Sullana, Perú), Arriba España (La Habana), Arriba España (La
Paz), Arriba España (Panamá), Arriba España (Paraná, Argentina), Arriba España (San José de
Costa Rica), Amanecer (Ciudad Trujillo), Amanecer (Guatemala), Avance (San Juan de Puerto
Rico), Cara al Sol (Ponce, Puerto Rico), España (Colón, Panamá), Guión (San Salvador), Nueva
España (Guayaquil, Ecuador), Unidad (Lima), Yugo (Manila) y Jerarquía (Bogotá).
13 Al parecer el director de Radio Sevilla, el comandante retirado Antonio Fontán de la Orden,
estaba complicado ya en la sublevación. Cfr. GIBSON, Ian, Queipo de Llano (Sevilla, verano 1936),
Barcelona, Grijalbo, 1986, p. 72.
14 Véase : GIBSON, I., op. cit. y BARRIOS, Manuel, El último virrey. Queipo de Llano, Barcelona,
Argos/Vergara, 1978. Y también : CHECA GODOY, Antonio, La radio en Andalucía durante la
guerra civil y otros ensayos, Sevilla, Padilla Libros Editores & Libreros, 1999.
15 Sobre el cine en el bando franquista véase : ÁLVAREZ BERCIANO, R. & SALA NOGUER, Ramón,
El cine en la zona nacional 1936-1939, Bilbao, Ediciones Mensajero, 2000.
16 Sobre la actividad de propaganda de la Junta de Defensa de Madrid, véase : ARÓSTEGUI, Julio y
MARTÍNEZ, Jesús A., La Junta de defensa de Madrid, noviembre 1936-abril 1937, Comunidad de
Madrid, Madrid 1984, pp. 206-226.
17 Véase : NÚÑEZ DÍAZ-BALART, Mirta, La prensa de guerra en la zona republicana durante la
Guerra Civil española (1936-1939), (3 vols.), Madrid, Ediciones de la Torre, 1992.
18 Su creación se debe al Primer Congreso Internacional de Escritores en Defensa de la Cultura,
celebrado en París en julio de 1935 por iniciativa comunista.

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19 Véase : GRIMAU, C., El cartel republicano en la Guerra Civil. Madrid Cuadernos de Arte
Cátedra, 1979 y MIRAVITLLES, J., TERMES, J., FONTSERÈ, C. : Carteles de la República y de la
Guerra Civil, Barcelona, Centre d’Estudis d’Història Contemporània, Editorial la Gaya Ciencia,
1978.
20 UGT, Izquierda Republicana, PCE, el Quinto Regimiento, etc. dispusieron de emisoras propias en
Madrid, así como en otras capitales. El Socorro Rojo Internacional dispuso de su propia emisora
corta en Madrid, etc., etc.
21 Sobre cine y Guerra Civil son numerosísimas las obras y estudios desde muy distintos puntos de
vista. Baste citar aquí la excelente síntesis : GUBERN, Román : 1936-1939 : La guerra de España en
la pantalla, Madrid, Filmoteca Española, 1986.
22 Cf., GUBERN, R., op. cit., p. 28.
23 La producción anarquista total fue de 48 reportajes de guerra y retaguardia en Barcelona y 14 en
Madrid ; 7 películas de propaganda y 2 en Madrid ; 4 películas de complemento en Barcelona ; 3
largometrajes argumentales en Barcelona y 2 en Madrid además de los noticiarios Momentos de
España (Madrid) y España Gráfica (Barcelona). Cfr. GUBERN, R., op. cit., p. 19.

Pour citer cet article


Référence électronique
Alejandro Pizarroso Quintero, « La Guerra Civil española, un hito en la historia de la propaganda »,
El Argonauta español [En ligne], 2 | 2005, mis en ligne le 15 juin 2005, consulté le 17 avril 2018.
URL : http://journals.openedition.org/argonauta/1195 ; DOI : 10.4000/argonauta.1195

Auteur
Alejandro Pizarroso Quintero
Universidad Complutense de Madrid

Droits d’auteur

El Argonauta español est mis à disposition selon les termes de la licence Creative Commons
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https://journals.openedition.org/argonauta/1195 16/16

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