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EL REBELDE CONTEMPOR. EN EL CIRCUNC/ Vee a ENRIQUE CAMACHO N 4 (co CONSEJO EDITORIAL José ANGEL QuiNnTANiLLA D‘’AcostTa Monica Losaton Diaz Litia CARMINA VILLANUEVA Barrios Eva GinspurG REsNikor Ottva Nava DamiAN ALEJANDRO ABarca REYNA EDITORA Litia CARMINA VILLANUEVA Barrios DERECHOS RESERVADOS © Untversipap Nacional AuTONoMA DE México Centro Coorbinabor y Dirusor Dé EsTuios LATINOAMERICANOS Torre DE HumaNipabes, 82 piso, CiuDaD Universitaria, cP 04510, México, D.F. ISBN 970 32 3108 X PriMERA EDICION, 2006 © edére, sa de cv Mérida 65 colonia Roma Norte delegacié6n Cuauhtémoc CP 06700 ¢ DF, México teléfonos: 55 14 77 69 / 55 1477 70 fax.: 55 1477 70 lada sin costo 01 800 672 12 62 www.edere.com contacto@edere.com CANIEM 2876 RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS. NI LA TOTALIDAD NI PARTE DE EL REBELDE CONTEMPORANEO | IMAGENES Y REPRESENTACIONES DEBEN REPRODUCIRSE, REGISTRARSE O TRANSMITIRSE POR NINGUN SISTEN TNS |. PRESENTACION Rebeldia en el Circuncaribe: las razones de los textos Enrique Camacho Navarro II Il, ACTOS REBELDES: CONCEPCION, IMAGEN E INTERPRETACION De la rebeldia a la revoluci6n y a la resistencia: héroes, bandidos-sociales y revolucionarios en la historia contemporanea de América Latina Ignacio Sosa Alvarez 35 Imagenes e historia social: una reflexion teérica Tomas Pérez Vejo 65 Imagenes y letras. E] poder de las representaciones en la lucha politica en Centroamérica y el Caribe Enrique Camacho Navarro 83 Ill. REBELDES EN EL MARCO DE LA GUERRA FRIA (GUATEMALA, NICARAGUA Y CUBA) Rebeldes en el ejército guatemalteco. El insélito coronel Paz Teja Carlos Figueroa Ibarra 123 El pensamiento revolucionario de Carlos Fonseca Amador Juan Monroy Garcia 159 El rebelde nicaragiiense. La santidad del sandinismo Verénica Rueda Estrada 197 El “pajaro” y la guerrillera: las vidas de Reinaldo Arenas EL REBELDE CONTEMPORANEO EN. Relaciones entre ideas revolucionarias y revolucién en C el caso de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Co y el Partido Comunista Monica Zuleta Pardo 359 De rebelde’a insurrecto: la imagen del fariano en los discursos politicos gubernamentales de Colom Tania Galaviz Armenta 395 Representaciones e imaginarios politicos o cémo Fidel Castro se encontré a si mismo. Apuntes para una aproximacion de historia cultural Martin Lépez Avalos 409 V. ACERCA DE LOS AUTORES ey] ua ‘ajaed ues3 ua ‘uesueasap ‘erpay pepy eI ap ‘eSuIziny] O ‘oyUaTUMTeUDY [2 e1qGos “IpaeYyyDing ap soy sorpnisgq ‘soupnua A saropersoysty sod ‘erorzed a WOd ‘sopezITTN UoJeNy sootugsT soyUsUINIOp sO] BITWIF Ourod eIIO}STY PB] ap SoUaSII0 souIsTUI SOT apsap eX *¥ UWOTOIpes) BSIL] LUN auUaT} aJUENy OWOD soudseU EL REBELDE CONTEMPORANEO EN EL CIRCU! lectura de las imagenes artisticas legadas por ambos peric palabras de una de sus discipulas mas destacadas, Frances tradicién, que cristalizé en las primeras décadas del siglo al Instituto Warburg y su apuesta metodologica por “utili testimonios visuales como documentos histéricos” (Yate: tenido un nuevo auge a partir de los afios ochenta del sig Recuérdense, entre una larga lista, el influyente Art and Images and their Meanings (Rotberg y Rabb, 1988) que | memorias de un congreso de 1985; la obra de Simon Scl en la que las imagenes son utilizadas con objetivos tan di la reconstruccién de la cultura holandesa del siglo xvii y de la idea de paisaje en la cultura occidental; o el recient visto de Peter Burke (2001), subtitulado precisamente E imagen como documento histérico. Con estos antecedentes, y otros muchos que se podr a colacién, pareciera no tener mucho sentido volver sob aparentemente resuelto hace tiempo. Una solida tradici historiografica avala el uso de las imagenes como fuente: cualquier reflexion tedrica al respecto puede tener un ci gratuidad. Tendria sentido, si acaso, reflexionar sobre n metodologias o nuevos enfoques en el uso de las fuentes pero no sobre su bondad, ampliamente demostrada y ac comunidad académica aun en el campo mas restringido social. Creo, sin embargo, que el uso de las imagenes co Il. ACTOS REBELDES: CONCEPCION, IMAGEN E INTERPRETACI El problema de las imagenes como fuente histérica Las imagenes han arrastrado y siguen arrastrando —a pesar « especie de revival reciente al que se acaba de hacer referencia retorica afirmacién de que una imagen dice mas que mil pal toda una serie de lastres en su utilizacion como fuentes hist¢ Veamos algunos de ellos antes de pasar a su uso en la histori: El primero tiene que ver con la propia tradicion occident tradici6n que hunde sus raices en la cultura del libro, en la pz escrita, y no en las imagenes. Son aquéllas y no éstas las depos saber, tal como nos recuerda un temprano texto de la época c “El Senior, descendiendo del monte Sinai, dio a Moisés la ley pintada sino escrita, y entrego en tablas de piedra no imagene caracteres de escritura. Y el mismo Moisés ensefié el origen ¢ no pintando, sino escribiendo”.* Es decir, que ya desde sus r origenes la cultura occidental sitaa la imagen en un lugar sec con respecto al texto escrito: si el mismo Dios prefiere el text la imagen, por qué los hombres habrian de hacer algo diferer cierto que, a diferencia de lo ocurrido en Bizancio, no hubo Occidente, o los hubo de forma muy marginal, conflictos iconoclastas.? En parte, posiblemente, porque la tradici6n ai judia tuvo que enfrentarse al peso de una tradicion pagana fv * El texto carolingio encadena a continuacién una serie de ejemplos del Josué “confié a la memoria de la posteridad escribiendo, no pintan EL REBELDE CONTEMPORANEO EN EL CIRCL iconica que acabé produciendo una especie de acomodo | corrientes, pero sobre todo, por la propia minusvaloraci: imagen y de su significado, por el caracter secundario qu intelectuales de Occidente han dado casi siempre a la ima relacion con la palabra escrita. Estamos ante una cultura fundamentalmente logocéntrica en la que el conocimient mediante palabras fijadas en textos escritos. Si no hubo q imagenes no fue por su aceptacion sino por su subordina caracter menor y, desde la perspectiva de los eruditos, int No se ha insistido de forma suficiente en que la célebre c: Gregorio Magno (Epistola XID, que zanja de alguna for problema iconoclasta en Occidente, lo hace gracias a un | absoluto por las imagenes: hay que conservarlas porque fF necios acercarse a las Escrituras, lo que significa, paralela verdad auténtica no se encuentra en las pinturas sino en | critos. Las imagenes estan bien para la masa de los indocto los que quieran ascender a los sentidos ocultos, a la autér de las cosas. Algo no demasiado alejado del desprecio cor todavia en nuestros dias, las elites intelectuales de Occide cultura popular de masas, una cultura fundamentalment Esta es la tradicién en la que los historiadores hemo formados, la de la supeditacién de la imagen al texto. U herencia de la que resulta dificil sustraerse y en la que le aparece siempre como una forma imperfecta y menor, « Il, ACTOS REBELDES: CONCEPCION, IMAGEN E INTERPRET Asi, por citar un ejemplo caracteristico, en el conocido es Klibansky, Panofsky y Saxl sobre Saturno y la melancolia ( célebre grabado de Durero no se convierte en fuente de n algo que hay que explicar a través de los textos escritos, au ello haya que remontarse hasta los presocraticos. A esta tradicion se afiadio, a partir del Renacimiento, forma mucho mis clara a partir del siglo xvi, la conversi¢ parte importante de las imagenes, y especialmente de la m que el pasado nos habia conservado, en obras de arte. La f estética desplaz6é todos los demas usos que las imagenes hal hasta ese momento. La construccién de las imagenes del p obras de arte tuvo un efecto devastador para su uso como < histérico. Elevadas a la categoria de expresion del espiritu, convirtieron en objetos sagrados, especie de virgenes vesta dedicadas a Dios y, como todo lo dedicado a la divinidad ( dixit), estériles. La imagen artistica devenia un objeto inte ahistérico, cuya utilizacién como fuente histérica se conve imposible, cuando no en sacrilega. La obra de arte se alzal la historia en una especie de vacio semiético. Esta es, nos guste o no, la tradicién historiografica en insertamos y de la que debemos partir. Una tradicion hist. en la que la imagen ha tenido un caracter subordinado y n la que, incluso en aquellas ramas de la historia en las que | tiene, por necesidad, un peso determinante, por ejemplo. EL REBELDE CONTEMPORANEO EN EL CIRC menos, con base en una serie de criterios que a contin expongo en forma muy breve. El primero tiene que ver con el propio concepto de como lo ha manejado la historiografia. La metafora de documentos como fuentes tiene, como toda metafora, implicaciones de las que parece; 0 mejor, siguiendo a J metonimia, ya que el documento no se nos presenta “c fuente” sino que es “una fuente”.* No hay metéforas ir esta remitiendo a la idea de que hay un lugar en que la histérica se encuentra incontaminada, lo que, salvandc viene a ser la verdad pura de las escrituras frente a la gr aproximacién de las imagenes de los textos del alto Me que se ha hecho referencia anteriormente. En este mun de las ideas, las imagenes —ya lo habia dicho Platén al 1 artistas— no tienen cabida. Sin embargo, la metafora o de las fuentes es de una falsedad absoluta. Los historia tenemos fuentes donde abrevar la verdad. Ninguna sox documentos escritos en los que se cuente cémo era toda Tenemos vestigios de un pasado que intentamos reconst partir de los restos que el rio de la historia caprichosam Este concepto de vestigio tiene ya una larga histori en utilizarlo, hace ya mas de cincuenta afios, fue el his holandés Gustaaf Renier, quien en su obra History, it Method (1982), propuso sustituir el concepto de fuen Il, ACTOS REBELDES: CONCEPCION, IMAGEN E INTERPRE del arcano, de la verdad encerrada en un documento unic sino seguir pistas aparentemente insignificantes que, con temente utilizadas, pueden llevarnos a explicar procesos c devenir histérico. No hay ninguna verdad que descubrir esperandonos. La unica verdad histérica es la que constru través de fuentes indirectas. Es lo que el historiador italia Ginsburg explica en su ya célebre articulo, en el que com] método de Sherlock Holmes con el de Freud en Psicopat« vida cotidiana (1994), y propone al razonamiento como v alternativa epistemoldgica de cardcter intuitivo. Obviame: significa situar a las imagenes al mismo nivel que cualquie de vestigio, incluso, como se intentara demostrar mas ade encima. El segundo aspecto al que me quiero referir tiene que problema del caracter comunicativo de las imagenes. Hac casi cincuenta afios Umberto Eco afirmaba en La estructu que “ver a toda la cultura sub specie communicationis no que la cultura sea s6lo comunicacién sino que ésta puede comprenderse mejor si se examina desde el punto de vista comunicacién” (Eco, 1986:37). Lo mismo, y quizas en fo ampliada, puede decirse de las imagenes. Las imagenes, o no son sdlo comunicacién, hay componentes estéticos, té emotivos, etcétera, todos esos aspectos a los que tradicion historiadores del arte hemos dedicado el mejor de nuestr tell a halk EL REBELDE CONTEMPORANEO EN EL CIRCUI aun aquellos que ha mucho tiempo que murieron, causa tanta complacencia al pintor como maravilla a quien lo n (Alberti, 1980:220). El caracter comunicativo de las imagenes, su funcion escrito,® no ha sido, sin embargo, el centro de preocupa: historiadores.® La idea de leer imagenes, a pesar de que |} presente de una u otra forma en la tradicion occidental, repetida afirmacion del papa Gregorio Magno en el siglo colocan imagenes en las iglesias para que los que no son « leer lo que se pone en los libros lo ‘lean’ contemplando | hasta la no menos citada en los ultimos afios declaracién Barthes: “leo textos, imagenes, ciudades, etc.”, ha tenido su contra el cardcter impreciso de su lectura. Un texto es margen de las discusiones filolégicas a que pueda dar lug significado preciso y un codigo que es identificable casi d automatica: todos sabemos si esta escrito en drabe o en ir si desconocemos ambos idiomas. Esto hace que sea descif forma relativamente univoca, al menos si sabemos inglés texto icénico, por el contrario, usa un cédigo no identif forma automatica, en una primera mirada no sabemos si en “barroco” o en “neoclasico”,’ tiene un caracter polisé consecuencia, un significado impreciso, hasta el punto e: Il. ACTOS REBELDES: CONCEPCION, IMAGEN E INTERPRETA pesar de la facilidad con la que los estructuralistas hablan d imagenes como texto, siempre cabe la duda de si esta afirm poco mas que una simple metdfora. Finalmente, no sélo lo postestructuralistas mas radicales han negado la pretension estructuralista de la existencia de “un” significado; también. los seguidores del método iconografico clasico fueron con: desde fechas muy tempranas, de que no se podia hablar de “significado” sino de “significados”. Tenemos que asumir, premisas, que la mayoria de las imagenes utilizan cédigos d estan escritas, como minimo, con formas y con colores, do significacion diferentes. Pero no es éste, desde mi punto de vista, el principal pi la utilizacion de las imagenes como fuente o vestigio, comc prefiera. Toda imagen esta escrita en un cédigo que nos pu mas o menos familiar, pero que en la medida en que nos a el tiempo va perdiendo vigencia comunicativa, y esto ocurr todos los vestigios del pasado; sin embargo, con las imagen diferencia del texto escrito, el desconocimiento del cédigo evidencia de forma automatica. Todos creemos conocer el que estan escritas las imagenes, salvo quizas las del arte no | (de ahi esa extrafia zozobra que parece invadir al publico d exposicion de arte abstracto, que lo lleva a preguntarse obs qué significa determinada pintura; mientras que, por el cc una exposicién de pintura barroca muy pocas son las perso EL REBELDE CONTEMPORANEO EN EL CIR alguien le traduzca el texto. El problema se agrava por ¢ los lenguajes icénicos varian con una rapidez incluso de los textos escritos. Cualquier hispanohablante, con u medio, que es capaz de leer sin demasiados problemas. Siglo de Oro espafiol, tendria serias dificultades para i incluso para saber que tiene que interpretar, la refinad imagenes que puede encerrar una simple vanitas barro periodo. Es decir, el problema es el inverso al que el s¢ tiende a pensar: son las imagenes del pasado las que of dificultad de lectura que los textos impresos, y no al co poner otro ejemplo, la mayoria de las imagenes mexica xix, de pinturas a caricaturas, son de lectura realmente mientras que cualquiera puede leer a Altamirano 0 a A El uso de las imagenes como vestigio plantea, por | que cualquier otra consideracién, el problema de una reconstruccion arqueoldgica del lenguaje en que fuero Todo ello sin olvidar que lo que para nosotros es un eru reconstruccion filologica, en el momento de su creac de forma automatica. Por complejo que pueda parecer discurso en imagenes, no debemos considerar que sien Los nifios chinos hablan chino sin necesidad de estudi aunque nosotros necesitemos toda una vida para hacer distancias, los hombres del barroco leian imagenes bar necesidad de estudiar iconologia barroca, cosa que, po O6 et eo ee Il, ACTOS REBELDES: CONCEPCION, IMAGEN E INTERE contemporaneos al margen de sus relaciones intencion: trata de encontrar el texto que explique la imagen, man habitual relacion de subordinacién de la imagen con re escrito, sino de los textos, y el plural es intencionado, ¢ a reconstruir el cédigo en el que la imagen fue escrita. desde el punto de vista del historiador el objetivo debie mas ambicioso. Se trataria no slo de reconstruir el cé< sobre todo, de reconstruir la mirada de los creadores d. y del publico para el que fueron pintadas,? eso que el hi arte inglés Michael Baxandall ha llamado con toda prec de la época”.'° Una mirada cambiante, en funci6n, ent; grupos sociales, pero capaz de expresar, y entender, inc no conscientes del imaginario colectivo, Y en este senti tiene razon Clifford Geertz cuando afirma que el lecto: debe dejar de considerar “los signos meros instrument comunicacion, un cédigo que debe ser descifrado, y co modos de pensamiento, locuciones que deben ser inte1 (Geertz, 1983:120)." La ultima consideracion tiene que ver, a diferencia anteriores, no con la ausencia sino con la presencia de ® Sobre este aspecto véase especialmente Omar Calabrese y su ai conexiones entre objetos que nacen intencionadamente lejanc De otra manera se deberia deducir que lo que cuenta en la descri menos es la intencionalidad de su autor, lo que no siempre es EL REBELDE CONTEMPORANEO EN EL C historiografica fuertemente arraigada en el uso de las ha tenido consecuencias incluso mas nocivas que las a anteriores; una tradicién que ha tendido, con una ci a considerar las imagenes reflejo de la realidad. Final: todas las salvedades en torno al mayor o menor rigor en el uso de las fuentes icénicas 0 a la mayor o menor interpretativa, la idea de partida ha sido, casi siempre imagenes reflejan la sociedad en que fueron creadas y pensamientos de los hombres que las hicieron posibl. de espejo en el tiempo. Una tradicién historiografica no es mi intencién menospreciar, que encuentra su f la propia voluntad de la imagen como testimonio ocu reflejo de la realidad. Algo muy obvio en el caso de la que también se da en otras formas visuales que se nos testimonio objetivo de algo ocurrido en el pasado, es | lam6 “el principio del testigo ocular” (recuérdese, p Jan Van Eyck estuvo aqui, con la firma debajo, de El Arnolfini). Es necesario, sin embargo, plantearse la que en muchos casos, si no en todos, las imagenes, ac de una realidad, sean también, y quizds de manera pr compleja forma de construccién de la realidad, un p< instrumento de produccién y control de imaginarios imagen puede no informar, o informar marginalmer realidad. En principio, de lo que nos esta informand Il, ACTOS REBELDES: CONCEPCION, IMAGEN E INTERPRE’ visual de un episodio del que el pintor fue testigo, a pesar afirmacion explicita del pintor en ese sentido, sino ante u alegoria matrimonial que nos informa, de manera muy m sobre el significado de esta institucién en la sociedad eurc momento y que, sobre todo, adoctrinaba a los contempor el matrimonio ideal; lo cual no quiere decir, por supuest matrimonios reales se pareciesen demasiado a aquél. Por. fotografia de bodas actual tampoco nos muestra lo que oc la realidad construida de la imagen que sobre lo ocurrido fotégrafo quiere transmitir a la posteridad, de ahi ese fen que las fotografias de boda en determinados grupos socio’ sean practicamente intercambiables. Imagenes e historia social Pasemos ya, para concluir, al uso de las imagenes en la his Hay una utilidad obvia, pero a la que me voy a referir aqu ver con el hecho de que las imagenes pueden, en algunos ofrecer informacion sobre aspectos de la realidad social q pasan por alto. La obra de Philippe Ariés (1960) sobre lo las sociedades europeas del Antiguo Régimen, que parte | de documentos icénicos, es una buena prueba del descub una realidad social sobre la que otro tipo de documentos practicamente mudos. Modas, cultura material, vida coti Fi re ee el ee eo Be EL REBELDE CONTEMPORANEO EN EL CIRCL como otros. Para lo que aqui nos interesa, el mundo sox es tanto una realidad tangible como una representaci6n imagen mental. Esta representacién del mundo no tiene por qué ser mayoria de las veces ni para la mayoria de las personas, 1 racional sino que descansa en algo previo que podriamo como un imaginario social. El concepto de imaginario « posiblemente, uno de los que mas problemas plantean « momentos en el campo de las humanidades y las ciencia es éste el marco para entrar en una discusion de este tip simplificar, baste decir que el término imaginario se ut: siguiendo en parte lo escrito por Bronislaw Baczko (198 forma en que una sociedad ordena las representaciones misma. Una manera de hacer el mundo ordenado e int encuentra su fundamento ultimo en una sucesién de in mentales, no en discursos articulados. Y es aqui donde entran en juego las imagenes. Uni social, entendido como aquello que pone orden en las representaciones que una sociedad hace de si misma y d social, se construye con imagenes mentales, cuya recup‘ posible a través del testimonio de las imagenes visuales. imagenes en el centro del debate historiografico, vestig la forma en la que una sociedad se vio a si misma, sino | quizas sobre todo, de la forma en que determinadas im Il, ACTOS REBELDES: CONCEPCION, IMAGEN E INTERPRETA‘ reconstruir el universo mental en que los hombres de una determinada época vivieron. La imagen, y yo hablaria tanto imagen visual como escrita, no refleja la realidad, es el mate que la realidad fue construida. Un error de la historia social ha sido considerar las ima como un reflejo de determinadas sociedades, desde las pint escuela holandesa, con sus minuciosas descripciones de la v cotidiana, hasta la coleccién de fotografias titulada Espejo c alemanes de August Sander (1929), con el objetivo especifi: retratar la sociedad a través de individuos tipicos. En ambo: lo que tenemos es una construccion social: cual era el imag colectivo de las sociedades holandesa y alemana, respectivan el reflejo de una realidad social. Y ésta quizds sea una concl extrafia sobre las posibilidades del uso de las imagenes en la social. Si queremos saber cémo era una sociedad es muy po el vestigio mas apropiado no sean las imagenes sino otro tip documentos; pero si queremos saber c6mo una sociedad se misma, la trama en que articulaba sus creencias colectivas, | mentalidades que permitian funcionar y legitimar una dete estructura social, las identidades colectivas que hacian a los sentirse miembros de un grupo social y, en definitiva, el cu ideas preconcebidas y prejuicios morales que una sociedad | si misma, las imagenes se convierten en vestigios imprescin: muchos casos tnicos. Un error de la historia social, herenc EL REBELDE CONTEMPORANEO EN EL C punto de vista historico, no desde otros como el de la por ejemplo), sino si se percibi6 a si mismo como tal imagino la sociedad en que vivio, los demas grupos so relaciones con ellos. Las sociedades son comunidades pertenencia en las que los individuos creen. Sin que } imaginario signifique, por supuesto, que carezcan de que “existan”. Pero las imagenes no se limitan a reflejar una visi sociedad, nos muestran también el cambio social, las permiten a un determinado imaginario social impon Un conflicto que se dirime también, en gran parte, « las imagenes. Ya a finales del siglo Xvi Jaucourt, aut "Pintura” en L‘Encyclopédie (1751), escribié que “er épocas, los que han gobernado han utilizado siempre escultura para inspirar al pueblo los pensamientos ay diria que en todas las épocas, y no solo por los que h han utilizado las imagenes, y no sélo la pintura y la e construir y afianzar imaginarios sociales que permita cuestionar, la sociedad existente. En este sentido, las vestigio, no solo de las sociedades del pasado, sino ta forma en que estas sociedades cambiaron y de los suc permitieron o impidieron estos cambios. Podemos s ellas la construccién tanto de categorias bioldgicas c« sociales, desde los nifios a las mujeres; como determ Il. ACTOS REBELDES: CONCEPCION, IMAGEN E INTERPRE Bibliografia Alberti, Leon Bautista, “De pictura”, traducido al espafiol por Diego de Siva, El tratado de pintura por Leonardo da Vinci y los tres lib: mismo arte escribid Leén Bautista Alberti, Imprenta Real, | Reimpreso por el Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitec! Murcia, 1980. Aries, Philippe, L’enfant et la vie familiale sous I’Ancien Régime, Ple Baczko, Bronislaw, Les imaginaires sociaux. Memoires et espoirs c Paris, 1984. Baxandall, Michael, Painting and Experience in Fifteenth Century It the Social History of Pictorial Style, Clarendon Press, Oxford, 1 , The Limewood Sculptors of Renaissance Germany, Press, New Haven, 1980. Bozal, Valeriano, Mimesis: las imagenes y las cosas, Visor, Madrid, | Bryson, Norman, Vision and Painting: The Logic of the Gaze, Yale U New Haven, 1983. Burke, Peter, Visto y no visto. El uso de la imagen como documento hi Barcelona, 2001. Calabrese, Omar, La era neobarroca, Catedra, Madrid, 1989. 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