Está en la página 1de 31

1)LA PRINCESA DE FUEGO

Hubo una vez una princesa increíblemente rica, bella y


sabia. Cansada de pretendientes falsos que se
acercaban a ella para conseguir sus riquezas, hizo
publicar que se casaría con quien le llevase el regalo
más valioso, tierno y sincero a la vez. El palacio se
llenó de flores y regalos de todos los tipos y colores, de
cartas de amor incomparables y de poetas
enamorados. Y entre todos aquellos regalos magníficos, descubrió una piedra; una
simple y sucia piedra. Intrigada, hizo llamar a quien se la había regalado. A pesar de su
curiosidad, mostró estar muy ofendida cuando apareció el joven, y este se explicó
diciendo:

- Esa piedra representa lo más valioso que os puedo regalar, princesa: es mi corazón. Y
también es sincera, porque aún no es vuestro y es duro como una piedra. Sólo cuando se
llene de amor se ablandará y será más tierno que ningún otro.

El joven se marchó tranquilamente, dejando a la princesa sorprendida y atrapada. Quedó


tan enamorada que llevaba consigo la piedra a todas partes, y durante meses llenó al
joven de regalos y atenciones, pero su corazón seguía siendo duro como la piedra en sus
manos. Desanimada, terminó por arrojar la piedra al fuego; al momento vio cómo se
deshacía la arena, y de aquella piedra tosca surgía una bella figura de oro. Entonces
comprendió que ella misma tendría que ser como el fuego, y transformar cuanto tocaba
separando lo inútil de lo importante.

Durante los meses siguientes, la princesa se propuso cambiar en el reino, y como con la
piedra, dedicó su vida, su sabiduría y sus riquezas a separar lo inútil de lo importante.
Acabó con el lujo, las joyas y los excesos, y las gentes del país tuvieron comida y libros.
Cuantos trataban con la princesa salían encantados por su carácter y cercanía, y su sola
presencia transmitía tal calor humano y pasión por cuanto hacía, que comenzaron a
llamarla cariñosamente "La princesa de fuego".
Y como con la piedra, su fuego deshizo la dura corteza del corazón del joven, que tal y
como había prometido, resultó ser tan tierno y justo que hizo
feliz a la princesa hasta el fin de sus días.

enseñanza principal
El amor de verdad es la mayor fuerza para cambiar el mundo
desde dentro, empezando por nosotros mismos
2) LA ESPADA PACIFISTA
Había una vez una espada preciosa. Pertenecía a un gran rey, y
desde siempre había estado en palacio, partiendo en sus
entrenamientos y exhibiciones, enormemente orgullosa. Hasta que
un día, una gran discusión entre su majestad y el rey del país vecino, terminó con ambos
reinos declarándose la guerra.
La espada estaba emocionada con su primera participación en una batalla de verdad.
Demostraría a todos lo valiente y especial que era, y ganaría una gran fama. Así estuvo
imaginándose vencedora de muchos combates mientras iban de camino al frente. Pero
cuando llegaron, ya había habido una primera batalla, y la espada pudo ver el resultado
de la guerra. Aquello no tenía nada que ver con lo que había imaginado: nada de
caballeros limpios, elegantes y triunfadores con sus armas relucientes; allí sólo había
armas rotas y melladas, y muchísima gente sufriendo hambre y sed; casi no había
comida y todo estaba lleno de suciedad envuelta en el
olor más repugnante; muchos estaban medio muertos
y tirados por el suelo y todos sangraban por múltiples
heridas...
Entonces la espada se dio cuenta de que no le
gustaban las guerras ni las batallas. Ella prefería estar
en paz y dedicarse a participar en torneos y
concursos. Así que durante aquella noche previa a la
gran batalla final, la espada buscaba la forma de
impedirla. Finalmente, empezó a vibrar. Al principio
emitía un pequeño zumbido, pero el sonido fue creciendo, hasta convertirse en un
molesto sonido metálico. Las espadas y armaduras del resto de soldados preguntaron a
la espada del rey qué estaba haciendo, y ésta les dijo:
- "No quiero que haya batalla mañana, no me gusta la guerra".
- "A ninguno nos gusta, pero ¿qué podemos hacer?".
- "Vibrad como yo lo hago. Si hacemos suficiente ruido nadie podrá dormir".
Entonces las armas empezaron a vibrar, y el ruido fue creciendo hasta hacerse
ensordecedor, y se hizo tan grande que llegó hasta el campamento de los enemigos,
cuyas armas, hartas también de la guerra, se unieron a la gran protesta.
A la mañana siguiente, cuando debía comenzar la batalla, ningún soldado estaba
preparado. Nadie había conseguido dormir ni un poquito, ni siquiera los reyes y los
generales, así que todos pasaron el día entero durmiendo. Cuando comenzaron a
despertar al atardecer, decidieron dejar la batalla para el día siguiente.
Pero las armas, lideradas por la espada del rey, volvieron a pasar la noche entonando su
canto de paz, y nuevamente ningún soldado pudo descansar, teniendo que aplazar de
nuevo la batalla, y lo mismo se repitió durante los siguientes siete días. Al atardecer del
séptimo día, los reyes de los dos bandos se reunieron para ver qué podían hacer en
aquella situación. Ambos estaban muy enfadados por su anterior discusión, pero al poco
de estar juntos, comenzaron a comentar las noches sin sueño que habían tenido, la
extrañeza de sus soldados, el desconcierto del día y la noche y las divertidas situaciones
que había creado, y poco después ambos reían amistosamente con todas aquellas
historietas.
Afortunadamente, olvidaron sus antiguas disputas y pusieron fin a la guerra, volviendo
cada uno a su país con la alegría de no haber tenido que luchar y de haber recuperado
un amigo. Y de cuando en cuando los reyes se reunían para comentar sus aventuras
como reyes, comprendiendo que eran muchas más las cosas que los unían que las que
los separaban.

enseñanza principal

Dos ideas: que las guerras y batallas no tienen nada de romántico, y que todos, hasta los
menos pensados, podemos hacer algo por conseguir la paz
3) El Gran Palacio
de la Mentira
Todos los duendes se dedicaban a
construir dos palacios, el de la
verdad y el de la mentira. Los
ladrillos del palacio de la verdad se
creaban cada vez que un niño decía
una verdad, y los duendes de la
verdad los utilizaban para hacer su
castillo. Lo mismo ocurría en el otro
palacio, donde los duendes de la mentira construían un palacio con los ladrillos que se
creaban con cada nueva mentira. Ambos palacios eran impresionantes, los mejores del
mundo, y los duendes competían duramente porque el suyo fuera el mejor.
Tanto, que los duendes de la mentira, mucho más tramposos y marrulleros, enviaron un
grupo de duendes al mundo para conseguir que los niños dijeran más y más mentiras. Y
como lo fueron consiguiendo, empezaron a tener muchos más ladrillos, y su palacio se
fue haciendo más grande y espectacular. Pero un día, algo raro ocurrió en el palacio de
la mentira: uno de los ladrillos se convirtió en una
caja de papel. Poco después, otro ladrillo se
convirtió en arena, y al rato otro más se hizo de
cristal y se rompió. Y así, poco a poco, cada vez
que se iban descubriendo las mentiras que habían
creado aquellos ladrillos, éstos se transformaban y
desaparecían, de modo que el palacio de la mentira
se fue haciendo más y más débil, perdiendo más y
más ladrillos, hasta que finalmente se desmoronó.
Y todos, incluidos los
duendes mentirosos,
comprendieron que no se
pueden utilizar las mentiras
para nada, porque nunca son
lo que parecen y no se sabe en qué se convertirán.

Enseñanza principal
Ingeniosa comparación para explicar por qué no puede
hacerse nada utilizando la mentira, porque antes o
Después se descubre la verdad y todo se desmorona.
¡¡Aplicable también a los adultos!! :-)

4) EL TORITO CHISPA BRAVA


Roque estaba llorando en el patio. Algunos de sus
compañeros se habían estado metiendo con él, como hacían
frecuentemente, y no había nada que le diera más rabia. Pero
por mucho que les dijera, gritara o amenazara, no dejaban de
hacerlo.
Un chico mayor, que lo había visto todo, se acercó y le dijo:

- Si quieres que no te vuelva a ocurrir eso, tendrás que llegar


a ser como El torito Chispa Brava. ¿Te cuento su historia?
- ¡Sí!
- Chispa Brava era un toro de lidia que una vez pudo ver una televisión desde el prado.
Televisaban una corrida de toros, y al ver cuál iba a ser su final, dedicó el resto de su
vida a prepararse para aquel día, el de su corrida. Y no tardó en llegar.
Cuando salió a la plaza, recibió un primer puyazo en el lomo. Era muy doloroso, y
sintió cómo su sangre de toro le pedía a gritos venganza. Pero él sabía lo que tenía que
hacer, y se quedó inmóvil. Pronto apareció el torero provocándole con su capote al
viento y su traje rojo. Volvió a sentir las mismas ganas de clavarle los cuernos bien
adentro, pero nuevamente, tragó saliva y siguió quieto. No importó que siguieran
tratando de animar al torito con puyas, banderillas y muletas: siguió tan quieto, que al
cabo de un rato, toda la plaza estaba silbando y abucheando, hasta que decidieron
cambiar de toro, porque resultó el toro más aburrido que se recuerda. Así
que Chispa Brava fue devuelto a su prado para seguir viviendo
tranquilamente. Y nunca más trataron de torearle, porque todos sabían que
claramente no servía para las corridas.

- ¿Y eso que tiene que ver conmigo? - preguntó Roque.


- Pues todo, chico. A Chispa Brava le llevaron a una plaza de toros porque
querían divertirse a su costa. Cuanto más hubiera respondido al capote y
las banderillas, más se habrían divertido, y no habrían parado hasta
terminar la corrida. A ti te pasa lo mismo con esos abusones. Se divierten a
tu costa porque ven lo mucho que te enfadas, y eso les hace una gracia macabra. Pero si
hicieras como Chispa Brava, y no respondieras a nada, se aburrirían y buscarían a otro,
o se irían a hacer algo que les resultase más divertido.

Roque no terminaba de creérselo. Pero en los días siguientes trató de hacer caso a aquel
chico mayor. Le costó mucho hacerse el indiferente las primeras veces que se reían de
él, pero no fueron muchas, porque todo resultó como había dicho el chico, y en unos
pocos días, los abusones habían encontrado cosas más divertidas que hacer que meterse
con Roque.

Enseñanza principal
La mejor forma de actuar frente a las burlas de otros es a través de la indiferencia

5) LA LEY DEL BOSQUE ILUMINADO


El bosque iluminado era el mejor
bosque en que se podía vivir, donde
las fiestas llenaban de luz las noches
y todos disfrutaban. En aquel
bosque sólo había una ley:
"perdonar a todos". Y nunca
tuvieron problemas con ella, hasta
que un día la abeja picó al conejo
por error, y éste sufrió tanto que no
quería perdonarla. Pidió al búho que
reuniera al consejo y revisaran
aquella ley. Todos estuvieron de
acuerdo en que no habría problema
por relajarla, así que se permitió una
única excepción por animal; si
alguien se enfadaba de verdad con alguien, no tenía por qué perdonarle si no quería. Y
así siguieron hasta la gran fiesta de la primavera, la mejor del año, que resultó un
grandísimo fracaso: sólo aparecieron el búho y unos pocos animales más.

Entonces el señor búho decidió investigar el


asunto, y fue a ver al conejo. Este le dijo que no
había ido por si iba la abeja, a la que aún no había
perdonado. Luego la abeja dijo que no había ido
por si iba la ardilla, a la que no había perdonado
por tirar su colmena.

La ardilla tampoco fue por si iba el zorro, a quien


no había perdonado que robara su comida... y así
sucesivamente todos contaron cómo habían dejado de ir por si se presentaba aquel a
quien no habían perdonado. El búho entonces convocó la asamblea, y mostró a todos
cómo aquella pequeña excepción a la ley había acabado con la felicidad del bosque.
Unánimemente decidieron recuperar su antigua ley, "perdonar a todos", a la que
añadieron: "sin excepciones"

Enseñanza principal

No perdonar, aunque sólo sea una vez,

tiene siempre

Consecuencias sobre la convivencia

6) LA NUBE AVARICIOSA
Erase una vez una nube que vivía sobre un país muy bello
mucho más grande y sintió tanta envidia, que decidió que
daría su agua a nadie, y nunca más llovería.
Efectivamente, la nube fue creciendo, al tiempo que su paí
los ríos, luego se fueron las personas, después los animale
que aquel país se convirtió en un desierto. A la nube no le
cuenta de que al estar sobre un desierto, ya no había ningú
seguir creciendo, y lentamente, la nube empezó a perder ta
evitarlo.

La nube comprendió entonces su error, y que su avaricia y


desaparición, pero justo antes de evaporarse, cuando sólo
algodón, apareció una suave brisa. La nube era tan pequeñ
la llevó consigo mucho tiempo hasta llegar a un país lejan
recuperar su tamaño.

Y aprendida la lección, siguió siendo una nube pequeña y


generosas y cuidadas, que aquel país se convirtió en el má
arcoíris del mundo

ENSEÑANZA PRINCIPAL

El egoísmo y la avaricia tienen consecuencias

negativas donde menos se espera nunca pienses

solo en tu propia grandeza

Hace mucho, mucho tiempo, antes de que los hombres y sus ciudades llenaran la tierra,
antes incluso de que muchas cosas tuvieran un nombre, existía un lugar misterioso
custodiado por el hada del lago. Justa y generosa, todos sus vasallos siempre estaban
dispuestos a servirle. Y cuando unos malvados seres amenazaron el lago y sus bosques,
7) EL
muchos se unieron al hada HADA
cuando les pidióYque
LA SOMBRAen un peligroso viaje a
la acompañaran
través de ríos, pantanos y desiertos en
busca de la Piedra de Cristal, la única
salvación posible para todos.

El hada advirtió de los peligros y


dificultades, de lo difícil que sería
aguantar todo el viaje, pero ninguno se
asustó. Todos prometieron acompañarla
hasta donde hiciera falta, y aquel mismo
día, el hada y sus 50 más leales vasallos
comenzaron el viaje. El camino fue aún
más terrible y duro que lo había
anunciado el hada. Se enfrentaron a
bestias terribles, caminaron día y noche
y vagaron perdidos por el desierto
sufriendo el hambre y la sed. Ante tantas adversidades muchos se desanimaron y
terminaron por abandonar el viaje a medio camino, hasta que sólo quedó uno, llamado
Sombra. No era el más valiente, ni el mejor luchador, ni siquiera el más listo o
divertido, pero continuó junto al hada hasta el final. Cuando ésta le preguntaba que por
qué no abandonaba como los demás, Sombra respondía siempre lo mismo "Os dije que
os acompañaría a pesar de las dificultades, y eso es lo que hago. No voy a dar media
vuelta sólo porque haya sido verdad que iba a ser duro".

Gracias a su leal Sombra pudo el hada por fin encontrar la Piedra de Cristal, pero el
monstruoso Guardián de la piedra no estaba dispuesto a entregársela. Entonces Sombra,
en un último gesto de lealtad, se ofreció a cambio de la piedra quedándose al servicio
del Guardián por el resto de sus días...

La poderosa magia de la Piedra de Cristal permitió al hada regresar al lago y expulsar a


los seres malvados, pero cada noche lloraba la ausencia de su fiel Sombra, pues de
aquel firme y generoso compromiso surgió un amor más fuerte que ningún otro. Y en su
recuerdo, queriendo mostrar a todos el valor de la lealtad y el compromiso, regaló a
cada ser de la tierra su propia sombra durante el día; pero al llegar la noche, todas las
sombras acuden el lago, donde consuelan y acompañan a su triste hada.

Enseñanza principal
La lealtad y el compromiso mantenidos ante las adversidades son las bases últimas de la
amistad y el amor.

8) EL REGALO MÁGICO DEL CONEJITO POBRE

Hubo una vez en un lugar una época de muchísima sequía y hambre para los animales.
Un conejito muy pobre caminaba triste por el campo cuando se le apareció un mago que
le entregó un saco con varias ramitas."Son mágicas, y serán aún más mágicas si sabes
usarlas" El conejito se moría de hambre, pero decidió no morder las ramitas pensando
en darles buen uso.
Al volver a casa, encontró una ovejita muy
viejita y pobre que casi no podía
caminar."Dame algo, por favor", le dijo. El
conejito no tenía nada salvo las ramitas,
pero como eran mágicas se resistía a
dárselas. Sin embargó, recordó como sus
padres le enseñaron desde pequeño a
compartirlo todo, así que sacó una ramita
del saco y se la dio a la oveja. Al instante,
la rama brilló con mil colores, mostrando
su magia. El conejito siguió contrariado y
contento a la vez, pensando que había
dejado escapar una ramita mágica, pero que
la ovejita la necesitaba más que él. Lo
mismo le ocurrió con un pato ciego y un
gallo cojo, de forma que al llegar a su casa
sólo le quedaba una de las ramitas.
Al llegar a casa, contó la historia y su
encuentro con el mago a sus papás, que se mostraron muy orgullosos por su
comportamiento. Y cuando iba a sacar la ramita, llegó su hermanito pequeño, llorando
por el hambre, y también se la dió a él.

En ese momento apareció el mago con gran estruendo, y preguntó al conejito ¿Dónde
están las ramitas mágicas que te entregué? ¿qué es lo que has hecho con ellas? El
conejito se asustó y comenzó a excusarse, pero el mago le cortó diciendo ¿No te dije
que si las usabas bien serían más mágicas?. ¡Pues sal fuera y mira lo que has hecho!
Y el conejito salió temblando de su casa para descubrir que a partir de sus ramitas,
¡¡todos los campos de alrededor se habían convertido en una maravillosa granja llena de
agua y comida para todos los animales!!
Y el conejito se sintió muy contento por haber obrado bien, y porque la magia de su
generosidad hubiera devuelto la alegría a todos

Enseñanza principal
Mostrar que la generosidad y el dar a los demás suelen

revertir en uno mismo de la forma más imprevista y más grandiosa

9) LÍO EN LA CLASE DE CIENCIAS


En profesor de ciencias, Don Estudiete, había pedido a sus alumnos
que estudiaran algún animal, hicieran una pequeña redacción, y
contaran sus conclusiones al resto de la clase. Unos hablaron de los
perros, otros de los caballos o los peces, pero el descubrimiento más
interesante fue el de la pequeña Sofía:
- He descubierto que las moscas son unas
gruñonas histéricas - dijo segurísima

Todos sonrieron, esperando que continuara.


Entonces Sofía siguió contando:
- Estuve observado una mosca en mi casa
durante dos horas. Cuando volaba
tranquilamente, todo iba bien, pero en cuanto
encontraba algún cristal, la mosca empezaba a
zumbar. Siempre había creído que ese ruido lo
hacían con las alas, pero no. Con los
prismáticos de mi papá miré de cerca y vi que
lo que hacía era gruñir y protestar: se ponía tan
histérica, que era incapaz de cruzar una
ventana, y se daba de golpes una y otra vez;
pom!, pom!, pom! Si sólo hubiera mirado a la
mariposa que pasaba a su lado, habría visto que
había un hueco en la ventana... la mariposa
incluso trató de hablarle y ayudarle, pero nada, allí seguía protestando y gruñendo.
Don Estudiete les explicó divertido que aquella forma de actuar no tenía tanto que ver
con los enfados, sino que era un ejemplo de los distintos niveles de inteligencia y
reflexión que tenían los animales, y acordaron llevar al día siguiente una lista con los
animales ordenados por su nivel de inteligencia...

Y así fue como se armó el gran lío de la clase de ciencias, cuando un montón de papás
protestaron porque sus hijos... ¡¡Les habían puesto entre los menos inteligentes de los
animales!! Según los niños, porque no hacían más que protestar, y no escuchaban a
nadie.

Y aunque Don Estudiete tuvo que hacer muchas aclaraciones y


calmar unos cuantos padres, aquello sirvió para que algunos se
dieran cuenta de que por muy listos que fueran, muchas veces
se comportaban de forma bastante poco inteligente.

Enseñanza principal
Perder los papeles y enfadarse nos impide actuar con inteligencia y claridad

10) GORG EL GIGANTE


Gorg el gigante vivía desde hacía siglos en la Cueva de la Ira. Los gigantes eran seres
pacíficos y solitarios hasta que el rey Cio el Terrible les acusó de arruinar las cosechas y
ordenó la gran caza de gigantes. Sólo Gorg había sobrevivido, y desde entonces se había
convertido en el más feroz de los seres que habían existido nunca; resultaba totalmente
invencible y había acabado con cuantos habían tratado de adentrarse en su cueva, sin
importar lo valientes o poderosos que fueran.
Muchos reyes posteriores, avergonzados por las acciones de Cio, habían tratado de
sellar la paz con Gorg, pero todo había sido en vano, pues su furia y su ira le llevaban a
acabar con cuantos humanos veía, sin siquiera escucharles. Y aunque los reyes dejaron
tranquilo al gigante, no disminuyó su odio a los humanos, pues muchos aventureros y
guerreros llegaban de todas partes tratando de hacerse con el fabuloso tesoro que
guardaba la cueva en su interior.

Sin embargo, un día la joven princesa fue mordida por una serpiente de los pantanos,
cuyo antídoto tenía una elaboración secreta que sólo los gigantes conocían, así que el
rey se vio obligado a suplicar al gigante su ayuda. Envió a sus mejores guerreros y a sus
más valientes caballeros con la promesa de casarse con la princesa, pero ni sus mágicos
escudos, ni las más poderosas armas, ni las más brillantes armaduras pudieron nada
contra la furia del gigante. Finalmente el rey suplicó ayuda a todo el reino: con la
promesa de casarse con la princesa, y con la ayuda de los grandes magos, cualquier
valiente podía acercarse a la entrada de la cueva, pedir la protección de algún conjuro, y
tratar de conseguir la ayuda del gigante.

Muchos lo intentaron armados de mil distintas maneras, protegidos por los más
formidables conjuros, desde la Fuerza Prodigiosa a la Invisibilidad, pero todos
sucumbieron. Finalmente, un joven músico apareció en la cueva armado sólo con un
arpa, haciendo su petición a los magos: "quiero convertirme en una bella flor y tener la
voz de un ángel".

Así apareció en el umbral de la cueva un flor de increíble belleza, entonando una


preciosa melodía al son del arpa. Al oír tan bella música, tan alejada de las armas y
guerreros a que estaba acostumbrado, la ira del gigante fue disminuyendo. La flor siguió
cantando mientras se acercaba al gigante, quien terminó tomándola en su mano para
escucharla mejor. Y la canción se fue tornando en la historia de una joven princesa a
punto de morir, a quien sólo un gigante de buen corazón podría salvar. El gigante,
conmovido, escuchaba con emoción, y tanta era su calma y su tranquilidad, que
finalmente la flor pudo dejar de cantar, y con voz suave contó la verdadera historia, la
necesidad que tenía la princesa de la ayuda del gigante, y los deseos del rey de
conseguir una paz justa y duradera.

El gigante, cansado de tantas luchas, viendo que era verdad lo que escuchaba, abandonó
su cueva y su ira para curar a la princesa. Y el joven músico, quien además de domar la
ira del gigante, conquistó el corazón de la princesa y de todo el reino, se convirtió en el
mejor de los reyes.

Enseñanza principal
La mejor forma de hacer frente a la ira es siempre a través de la ternura, la delicadeza y la
amabilidad

11) LAS LENGUAS


HECHIZADAS
Hubo una vez un brujo malvado que una
noche robó mil lenguas en una ciudad, y después de aplicarles un hechizo p
hablaran cosas malas de todo el mundo, se las devolvió a sus dueños sin qu
dieran cuenta.
De este modo, en muy poco tiempo, en aquella ciudad sólo se hablaban cos
todo el mundo: "que si este había hecho esto, que si aquel lo otro, que si es
y el otro un torpe", etc.Y aquello sólo llevaba a que todos estuvieran enfad
para mayor alegría del brujo.
Al ver la situación, el Gran Mago decidió intervenir con sus mismas armas
encantamiento sobre las orejas de todos. Las orejas cobraron vida, y cada v
de las lenguas empezaba sus críticas, ellas se cerraban fuertemente, impidie
gente oyera. Así empezó la batalla terrible entre lenguas y orejas, unas criti
parar, y las otras haciéndose las sordas...
¿Quién ganó la batalla? Pues con el paso del tiempo, las lenguas hechizada
sentirse inútiles: ¿para qué hablar si nadie les escuchaba?, y como eran len
preferían que las escuchasen, empezaron a cambiar lo que decían. Y cuand
que diciendo cosas buenas y bonitas de todo y de todos, volvían a escuchar
de alegría y olvidaron para siempre su hechizo.

Y aún hoy el brujo malvado sigue hechizando lenguas por el mundo, pero
ya todos saben que lo que único que hay que hacer para acabar con las críti
criticones, es cerrar las orejas, y no hacerles caso.

Enseñanza principal
Andar constantemente criticando a los demás, en vez de ver
las cosas buenas, no tiene nada de positivo

12) EL HADA FEA


Había una vez una aprendiz de hada madrina, mágica y maravillosa, la más lista
y amable de las hadas. Pero era también una hada muy fea, y por mucho que se
esforzaba en mostrar sus muchas cualidades, parecía que todos estaban
empeñados en que lo más importante de una hada tenía que ser su belleza. En la
escuela de hadas no le hacían caso, y cada vez que volaba a una misión para
ayudar a un niño o cualquier otra persona en apuros, antes de poder abrir la boca,
ya la estaban chillando y gritando:
- ¡fea! ¡Bicho!, ¡lárgate de aquí!
Aunque pequeña, su magia era muy poderosa, y más de una vez había pensado
hacer un encantamiento para volverse bella; pero luego pensaba en lo que le
contaba su mamá de pequeña:

- tú eres como eres, con cada uno de tus granos y tus arrugas; y seguro que es así
por alguna razón especial...
Pero un día, las brujas del país
vecino arrasaron el país, haciendo
prisioneras a todas las hadas y
magos. Nuestra hada, poco antes
de ser atacada, hechizó sus
propios vestidos, y ayudada por su
fea cara, se hizo pasar por bruja.
Así, pudo seguirlas hasta su
guarida, y una vez allí, con su
magia preparó una gran fiesta para
todas, adornando la cueva con
murciélagos, sapos y arañas, y
música de lobos aullando.

Durante la fiesta, corrió a liberar a


todas las hadas y magos, que con
un gran hechizo consiguieron
encerrar a todas las brujas en la
montaña durante los siguientes
100 años.
Y durante esos 100 años, y muchos más, todos recordaron la valentía y la
inteligencia del hada fea. Nunca más se volvió a considerar en aquel país la
fealdad una desgracia, y cada vez que nacía alguien feo, todos se llenaban de
alegría sabiendo que tendría grandes cosas por hacer.

Enseñanza principal
Todos podemos conseguir grandes cosas, y tenemos en nosotros lo necesario
para conseguirlas. No debemos darle importancia a la belleza exterior, y querer
cambiar sólo por cómo nos vean los demás

13) LA CABEZA DE COLORES


Esta es la increíble historia de un niño muy singular. Siempre quería aquello que
no tenía: los juguetes de sus compañeros, la ropa de sus primos, los libros de sus
papás... y llegó a ser tan envidioso, que hasta los pelos de su cabeza eran
envidiosos. Un día resultó que uno de los pelos de la coronilla despertó de color
verde, y los demás pelos, al verlo tan especial, sintieron tanta envidia que todos
ellos terminaron de color verde.

Al día siguiente, uno de los pelos de la frente se manchó de azul, y al verlo,


nuevamente todos los demás pelos acabaron azules. Y así, un día y otro, el pelo
del niño cambiaba de
color, llevado por la
envidia que sentían todos
sus pelos.

A todo el mundo le
encantaba su pelo de
colores, menos a él
mismo, que tenía tanta
envidia que quería tener
el pelo como los demás
niños. Y un día, estaba
tan enfadado por ello,
que se tiró de los pelos
con rabia. Un pelo
delgadito no pudo
aguantar el tirón y se
soltó, cayendo hacia al
suelo en un suave vuelo... y entonces, los demás pelos, sintiendo envidia, se
soltaron también, y en un minuto el niño se había quedado calvo, y su cara de
sorpresa parecía un chiste malo.

Tras muchos lloros y rabias, el niño comprendió que todo había sido resultado de
su envidia, y decidió que a partir de entonces trataría de disfrutar de lo que tenía
sin fijarse en lo de los demás. Tratando de disfrutar lo que tenía, se encontró con
su cabeza lisa y brillante, sin un solo pelo, y aprovechó para convertirla en su
lienzo particular.

Desde aquel día comenzó a pintar hermosos cuadros de colores en su calva cabeza, que
gustaron tantísimo a todos, que
con el tiempo se convirtió en
un original artista famoso en el
mundo entero.

Enseñanza principal
La envidia es el resultado de no
saber apreciar todo lo bueno que
tenemos

14) EL ORIGEN DE
LA FELICIDAD
Había una vez un niño que
era muy feliz, aunque no
tenía muchos juguetes ni
dinero. Él decía que lo que le hacía feliz era hacer cosas por los demás, y que eso
le daba una sensación genial en su interior. Pero realmente nadie le creía, y
pensaban que no andaba muy bien
de la cabeza. Dedicaba todo el día
a ayudar a los demás, a dar
limosna y ayuda a los más pobres,
a cuidar de los animales, y raras
veces hacía nada para sí mismo.
Un día conoció a un famoso
médico al que extrañó tanto su
caso, que decidió investigarlo, y
con un complejo sistema de
cámaras y tubos, pudo grabar lo
que ocurría en su interior. Lo que
descubrieron fue sorprendente:
cada vez que hacía algo bueno, un
millar de angelitos diminutos
aparecían para hacerle cosquillas
justo en el corazón.
Aquello explicó la felicidad del
niño, pero el médico siguió estudiando hasta descubrir que todos tenemos ese
millar de angelitos en nuestro interior. La pena es que como hacemos tan pocas
cosas buenas, andan todos aburridos haciendo el vago.
Y así se descubrió en qué consiste la felicidad, y gracias a ese niño todos
sabemos qué hay que hacer para llegar a sentir cosquillitas en el corazón

Enseñanza principal
Explicar de forma
comprensible para los niños
la alegría y satisfacción que
dan las buenas acciones

15) UNA FLOR AL DÍA


Había una vez dos amigos que vivían en un palacio con sus familias, que
trabajaban al servicio del rey. Uno de ellos conoció una niña que le gustó tanto
que quería que pensó hacerle un regalo. Un día, paseaba con su amigo por el
salón principal y vio un gran jarrón con las flores más bonitas que pudiera
imaginarse, y decidió coger una para regalársela a la niña, pensando que no se
notaría. Lo mismo hizo al día siguiente, y al otro, y al otro... hasta que un día
faltaron tantas flores que el rey se dio cuenta y se enfadó tanto que mandó llamar
a todo el mundo.
Cuando estaban ante el rey, el niño pensaba que debía decir que había sido él,
pero su amigo le decía que se callara, que el rey se enfadaría muchísimo con él.
Estaba muerto de miedo, pero cuando el rey llegó junto a él, decidió contárselo
todo. En cuanto dijo que había sido él, el rey se puso rojo de cólera, pero al oír lo
que había hecho con las flores, en su cara apareció una gran sonrisa, y dijo:

"no se me habría ocurrido un uso mejor para mis flores".

Y desde aquel día, el niño y el rey se hicieron muy amigos, y se acercaban juntos
a tomar dos de aquellas maravillosas flores, una para la niña, y otra para la reina.

Enseñanza principal
Superar el miedo a decir la verdad es difícil, pero al final no

16) EL LADRÓN DE PELOS

Valeria era una


niña muy
preocupada por
su papá. Desde hacía algún tiempo, había
visto que se estaba quedando calvo, y que cada vez tenía menos pelo. Un día, se atrevió
a preguntárselo:

- Papá, ¿por qué cada día tienes menos pelo?

Su papá le dijo sonriente:


- Es por el ladrón de pelos. Hay por esta zona un ladronzuelo chiquitito que visita mi
cabeza por las noches cuando estoy dormido, y me quita todos los pelos que le da gana.
¡Y no hay forma de atraparlo!

Valeria se quedó preocupada, pero decidida a ayudar a su papá, aquella misma noche
aguantó despierta tanto como pudo. Cuando oyó los primeros ronquidos de su padre,
agarró una gran masa y se fue a la habitación de sus padres. Entró muy despacito, sin
hacer ruido, para que el ladrón de pelos no pudiera sentirla, y cuando llegó junto a su
papá, se quedó observando detenidamente su cabeza, decidida a atrapar al ladrón de
pelos en cuanto apareciera. Al poco, vio una sombra sobre la cabeza, y con todas las
fuerzas que tenía, lanzó el porrazo más fuerte que pudo.

¡Menudo golpe! Su papá pegó un enorme grito y se levantó de un salto, con un enorme
chichón en la cabeza y un buen susto en el cuerpo. Al encender la luz, se encontró con
Valeria de frente, con la mano en alto sujetando la maza, y diciendo:

- ¡casi lo tenía! papá. ¡Creo que le he dado, pero el ladrón de pelos se ha escapado!

Al oír eso, y ver al papá con la cabeza bien dolorida, la mamá comenzó a reírse:

- Eso te pasa por contarle tonterías a la niña - dijo divertida.

Y el padre de Valeria tuvo que explicarle que no existía ningún ladrón de pelos, y
contarle la verdad de por qué se quedaba calvo. Y así, con la ayuda de un gran chichón
en su cabeza, comprendió lo importante que era no engañar a los niños y contarles
siempre la verdad. Y Valeria, que seguía preocupada por su papá, dejó de buscar
ladrones de pelos, y le compró un bonito gorro de dormir.

Enseñanza principal
Hay que explicar las cosas a los niños porque merecen respeto, y no quitárselos de encima con
cualquier historia, sinceridad y comunicación con los hijos

17) LA ISLA DE LOS INVENTOS


La primera vez que Luca oyó hablar de la Isla de los Inventos era todavía muy pequeña,
pero las maravillas que oyó le sonaron tan increíbles que quedaron marcadas para
siempre en su memoria. Así que desde que era un chaval, no dejó de buscar e investigar
cualquier pista que pudiera llevarle a aquel fantástico lugar. Leyó cientos de libros de
aventuras, de historia, de física y química e incluso música, y tomando un poco de aquí
y de allá llegó a tener una idea bastante clara de la Isla de los Inventos: era un lugar
secreto en que se reunían los grandes sabios del mundo para aprender e inventar juntos,
y su acceso estaba totalmente restringido. Para poder pertenecer a aquel selecto club, era
necesario haber realizado algún gran invento para la humanidad, y sólo entonces se
podía recibir una invitación única y especial con instrucciones para llegar a la isla.

Luca pasó sus años de juventud estudiando e inventando por igual. Cada nueva idea la
convertía en un invento, y si algo no lo comprendía, buscaba quien le ayudara a
comprenderlo. Pronto conoció otros jóvenes, brillantes inventores también, a los que
contó los secretos y maravillas de la Isla de los Inventos. También ellos soñaban con
recibir "la carta", como ellos llamaban a la invitación. Con el paso del tiempo, la
decepción por no recibirla dio paso a una colaboración y ayudas todavía mayores, y sus
interesantes inventos individuales pasaron a convertirse en increíbles máquinas y
aparatos pensados entre todos. Reunidos en casa de Luca, que acabó por convertirse en
un gran almacén de aparatos y máquinas, sus invenciones empezaron a ser conocidas
por todo el mundo, alcanzando a mejorar todos los
ámbitos de la vida; pero ni siquiera así recibieron la
invitación para unirse al club.

No se desanimaron. Siguieron aprendiendo e


inventando cada día, y para conseguir más y mejores
ideas, acudían a los jóvenes de más talento, ampliando
el grupo cada vez mayor de aspirantes a ingresar en la
isla. Un día, mucho tiempo después, Luca, ya anciano,
hablaba con un joven brillantísimo a quien había escrito para tratar de que se uniera a
ellos. Le contó el gran secreto de la Isla de los Inventos, y de cómo estaba seguro de que
algún día recibirían la carta. Pero entonces el joven inventor le interrumpió sorprendido:

- ¿cómo? ¿Pero no es ésta la verdadera Isla de los Inventos? ¿No es su carta la auténtica
invitación? Y anciano como era, Luca miró a su alrededor para darse cuenta de que su
sueño se había hecho realidad en su propia casa, y de que no existía más ni mejor Isla
de los Inventos que la que él mismo había creado con sus amigos. Y se sintió feliz al
darse cuenta de que siempre había estado en la isla, y de que su vida de inventos y
estudio había sido verdaderamente feliz.

Enseñanza principal
Hay que ponerse grandes objetivos, pues con esfuerzo y constancia, podem
aún más de lo que nos propongamos

18) LA MEJOR ELECCIÓN


Rod y Tod. Así se llamaban los 2 afortunados niños
que fueron elegidos para ir a ver al mismísimo
Santa Claus en el Polo Norte. Un mágico trineo fue
a recogerlos a las puertas de sus casas, y volaron
por las nubes entre música y piruetas. Todo lo que
encontraron era magnífico, ni en sus mejores sueños lo habrían imaginado, y esperaban
con ilusión ver al adorable señor de rojo que llevaba años repartiéndoles regalos cada
Navidad. Cuando llegó el momento, les hicieron pasar a una grandísima sala, donde
quedaron solos. El salón se encontraba oscuro y vacío: sólo una gran mesa a su espalda,
y un gran sillón al frente. Los duendes les avisaron: - Santa Claus está muy ocupada.
Sólo podréis verlo unos segunditos, así que aprovechadlo bien. Esperaron largo rato, en
silencio, pensando qué decir. Pero todo se les olvidó cuando la sala se llenó de luces y
colores. Santa Claus apareció sobre el gran sillón, y al tiempo que aparecía, la gran
mesa se llenaba con todos los juguetes que siempre habían deseado. ¡Qué emocionante!
Mientras Tod corría a abrazar a Santa Claus, Rod se giró hacia aquella bicicleta con la
que tanto había soñado. Sólo fueron unos segundos, los justos para que Tod dijera
"gracias", y llegara a sentirse el niño más feliz del mundo, y para que Santa Claus
desapareciera antes de que Rod llegara siquiera a mirarle. Entonces sintió que había
desperdiciado su gran suerte, y lo había hecho mirando los juguetes que había visto en
la tienda una y otra vez. Lloró y protestó pidiendo que volviera, pero al igual que Tod,
en unas pocas horas ya estaba de regreso en casa. Desde aquel día, cada vez que veía
un juguete, sentía primero la ilusión del regalo, pero al momento se daba la vuelta para
ver qué otra cosa importante estaba dejando de ver. Y así, descubrió las ojos tristes de
quienes estaban solos, la pobreza de niños cuyo mejor regalo sería un trozo de pan, o las
prisas de muchos otros que llevaban años sin recibir un abrazo u oír un "te quiero". Y al
contrario que aquel día en el Polo Norte, en que no había sabido elegir, aprendió a
caminar en la dirección correcta, ayudando a los que no tenían nada, dando amor a los
que casi nunca lo tuvieron, y poniendo sonrisas en la vida más desdichadas. Él solo
llegó a cambiar el ambiente de su ciudad, y no había nadie que no lo conociera ni le
estuviera agradecido. Y una Navidad, mientras dormía, sintió que alguien le rozaba la
pierna y abrió los ojos. Al momento reconoció las barbas blancas y el traje rojo, y lo
rodeó con un gran abrazo. Así estuvieron un ratito, hasta que Tod dijo con un hilillo de
voz acompañado por lágrimas.

- Perdóname. No supe escoger lo más importante. Pero Santa Claus, con una sonrisa,
respondió:

- Olvida eso. Hoy era yo quien tenía que elegir, y he preferido pasar un rato con el niño
más bueno del mundo, antes que dejarte en la chimenea la montaña de regalos que te
habías ganado. ¡Gracias! A la mañana siguiente, no hubo ningún regalo en la chimenea
de Rod. Aquella Navidad, el regalo había sido tan grande, que sólo cabía en su gran
corazón.

Enseñanza principal
Un cuento de Navidad para recordar a los niños qué es lo verdaderamente importante en estas
fechas, y en todo el año

19) EL REY INDIGNO


Había una vez un rey rico y poderoso, dotado de gran inteligencia, y aún mayor
soberbia. Tal era su orgullo, que nadie le parecía un rival digno para disfrutar de su
afición favorita, el ajedrez, e hizo correr la voz de que daría la décima parte de sus
riquezas a quien mostrara tener la dignidad suficiente. En cambio, si el rey no lo
consideraba digno, sería decapitado de inmediato.

Muchos arriesgaron sus vidas desafiando al orgulloso rey. Fueran ricos o pobres, torpes
o inteligentes, el rey los encontraba siempre indignos, pues o no eran sabios jugadores,
o no podían rivalizar con su poder. Con el tiempo, desaparecieron los temerarios rivales,
y el rey comprobó satisfecho que no había en la tierra nadie digno de enfrentarse a él.
Años después, un pobre mendigo se acercó a palacio con la intención de jugar contra el
rey. De nada sirvieron las palabras de aquellos con quienes se cruzó, que trataban de
evitarle una muerte segura, y consiguió llegar al rey, quien al ver su harapiento aspecto
no podía creer que a aquel hombre se le hubiera pasado por la cabeza ser un digno rival
suyo.
- ¿Qué te hace pensar que eres digno de enfrentarte a mí,
esclavo?- dijo el rey irritado, haciendo llamar al verdugo.
- Que te perdono lo que vas a hacer. ¿Serías tú capaz de
hacer eso?- respondió tranquilo el mendigo. El rey quedó
paralizado. Nunca hubiera esperado algo así, y cuanto más
lo pensaba, más sentido tenía
las palabras de aquel
hombre. Si le condenaba a
muerte, el mendigo tendría
razón, y resultaría más digno que él mismo por su
capacidad para perdonar; pero si no lo hacía, habría
salido con vida, y todos sabrían que era un digno
adversario... Sin haber movido una ficha, se supo
perdedor de la partida.

- ¿Cómo es posible que me hayas derrotado sin jugar?


Juegue o no juegue contigo, todos verán mi indignidad.-
dijo el rey abatido.
- Os equivocáis, señor. Todos conocen ya vuestra
infamia, pues no son las personas las indignas, sino sus
obras. Durante años habéis demostrado con vuestras acciones cuán infame e injusto
llegasteis a ser tratando de juzgar la dignidad de los hombres a vuestro antojo. El rey
comprendió su deshonra, y arrepentido de sus crímenes y su soberbia, miró al mendigo
a los ojos. Vio tanta sabiduría y dignidad en ellos, que sin decir palabra le entregó su
corona, y cambiando sus vestidos, lo convirtió en rey. Envuelto en los harapos de aquel
hombre, y con los ojos llenos de lágrimas, su última orden como rey fue ser encerrado
para siempre en la mazmorra más profunda, como pago por todas sus injusticias. Pero el
nuevo rey mostró ser tan justo y tan sabio, que sólo unos pocos años después liberó al
anterior rey de su castigo, pues su arrepentimiento sincero resultó el mejor
acompañamiento para su gran inteligencia, y de sus manos surgieron las mejores leyes
para el sufrido reino.

Enseñanza principal
Todas las personas tienen la misma dignidad independientemente de su poder, riquezas o
habilidades. Sólo las obras pueden ser indignas

20 LA TORTUGUITA VALIENTE Y EL MONSTRUO

Después del naufragio de un barco, una tortuga aparece en una tierra desierta rodeada
por mar por todos lados excepto uno, en el que hay una gran montaña escarpada. Para
no morir de hambre, decide subir a la cumbre para ver si puede llegar al otro lado. Al
llegar a la cima, cubierta de nieve, con un frío terrible y una gran ventisca, comprueba
que hay un pequeño camino custodiado por un gran monstruo que no para de gritar
¡uuh, uuh, uuh! La tortuga está medio muerta de miedo, y sólo quiere esconder la
cabeza en su caparazón, pero al mirar alrededor ve un montón de animalitos que habían
muerto congelados mirando con cara de horror al monstruo. Así que supera su miedo, y
se arma de valor para atravesar el caminito y enfrentarse al monstruo. Según cruza, éste
se va deformando hasta convertirse en un montón de rocas con forma amenazante, y sus
gritos resultan ser el viento soplando en una pequeña gruta. La tortuga siguió avanzando
y pudo cruzar la montaña y descender hasta un valle muy hermoso lleno de bosques y
comida en el que fue muy feliz, y fue conocida en todas partes como la Tortuguita
Valiente.

Enseñanza principal
La única forma de superar una situación de vida o muerte es enfrentarse a un miedo
incontrolable, valentía y decisión.

21) EL DESPERTAR DE PESADILLO


Ogro Mogro, Gigantón y Abominable llevaban cientos de años encerrados en la cárcel
de los monstruos. Habían entrado allí voluntariamente, después de darse cuenta de que
asustar a los niños no era una buena forma de ganarse la vida. Desde entonces, los tres
andaban tristes y solitarios; no sabían hacer otra cosa que asustar, así que carecían de
ilusiones y pensaban que no servían para nada. Ya habían cumplido sus condenas varias
veces, pero cuando les decían que podían marchar, respondían que a dónde iban a ir, si
sólo sabían asustar...
Pero todo cambió el día que encerraron a Pesadillo. Pesadillo era un monstruo
chiquitajo, que asustaba más bien poco y se pasaba todo el día durmiendo, pero era
realmente muy divertido. Contaba cientos de historias de cómo había cambiado los
sueños de la gente para que fuesen más divertidos, y de cómo casi siempre sus cambios
salían tan mal que acababan asustando a cualquiera. A Ogro Mogro y sus amigos les
encantaban sus historias, pero había que esperar a que el dormilón de Pesadillo se
levantase para escucharle. Y no era nada fácil, porque parecía que ni un terremoto era
capaz de despertarle.

Hasta que un día, los tres monstruos juntaron sus más terroríficos gritos. Pesadillo dio
un bote en la cama y se despertó al instante. Les miró con los ojos muy abiertos, pero no
parecía estar asustado, ni enfadado; más bien parecía estar
contento:

- ¡Genial!- dijo- siempre he querido levantarme temprano. El


día se aprovecha mucho más. ¿Sabéis? deberíais hacer
despertadores, sé de muchos dormilones que os lo agradecerían.

Los tres monstruos se sintieron felices al oír aquellas palabras;


¡servían para algo! Después de tantísimos años, resulta que
podían hacer más cosas de las que habían creído, y sin asustar
ni molestar a los niños.

Ese mismo día abandonaron la cárcel dispuestos a crear su


primer despertador. Y así, los tres monstruos se hicieron famosísimos con su negocio
para dormilones, muy contentos de haber comprendido que siempre hay algo genial que
podemos hacer y está por descubrir.

Enseñanza principal
Siempre hay algo genial que podríamos hacer, sólo tenemos que buscarlo para descubrirlo

Confianza a uno mismo

22) LA LLAVE MÁGICA


Martín era un niño que ya se había hecho tan mayor, que aquel cumpleaños su padre le
regaló un libro ¡sin dibujos! El pobre niño quedó un poco decepcionado, pero al notarlo
su padre le dijo:
- Este no es un libro cualquiera hijo, es un libro mágico. Pero para descubrir su magia,
tendrás que leerlo.

Eso estaba mejor, porque a Martín le gustaban todas las cosas mágicas, así que empezó
a leer el libro, aunque no tenía muchas ganas. A la mañana siguiente, su padre le
preguntó:

- ¿has encontrado ya la llave mágica?

¡Así que tenía una llave! Martín corrió a hojear el libro buscándola, pero no había ni
rastro. Volvió muy contrariado, pero su padre le advirtió:

- Así no la encontrarás. Tienes que leer el libro.

Pero Martín no tuvo mucha paciencia, y dejó de leer, pensando que su padre le había
engañado para hacerle leer un poco más, como le había estado diciendo el profesor.
Poco después, su hermana Ángela, sólo un poco menor que
él, le pidió el libro para tratar de leerlo ella. Tras varios días
esforzándose por leerlo sin demasiado resultado, apareció en
el salón gritando loca de contenta:

- ¡La he encontrado, he encontrado la llave del libro mágico!


–y entonces no paró de hablar de los mundos y lugares que
había visitado con aquella llave.

Aquello terminó por convencer a Martín para volver a leer el


libro. Al principio era un rollo, ni un triste dibujo, pero poco
a poco la historia se fue animando, empezó a interesarse por la vida de aquel príncipe
aventurero, y cuando quiso darse cuenta, allí estaba. Era el propio libro el que tenía a
sus ojos forma de llave, y era verdad que en cuanto lo abría, se sentía transportado a los
valles y mares del libro, y vivía las aventuras de sus piratas, príncipes y hechiceros
como si fuera él mismo. Y su cabeza y sus sueños se llamaban de aventuras a la primera
oportunidad.

Pero lo más especial de aquella historia, fue que a partir de entonces, en cada nuevo
libro veía una nueva llave a mil mundos y aventuras, y ya nunca dejó de viajar y viajar a
través de las letras y las palabras.

Enseñanza principal
Cuento para ayudar a descubrir la lectura y el torrente de imaginación y vivencias que aporta

Amor a la lectura e imaginación.

23) LA MADRIGUERA ABARROTADA


Un conejo construyó una estupenda madriguera en la que vivía felizmente. Lo
hizo tan bien, que cuando llegaron unas grandes lluvias que inundaron
prácticamente todo el
bosque y las casas de
numerosos animales, la
suya quedó a salvo.

Pronto empezaron el resto


de animales a pedirle que
les dejara pasar aquel invierno en su
casa, uno detrás de otro, hasta que la
madriguera estaba totalmente llena
y no cabía nadie más, pero al conejo
no le importó la incomodidad
porque se sentía generoso.

Un día de primavera, cuando todos


habían vuelto a rehacer sus casas, el
conejo andaba paseando tan
despistado que no se dio cuenta de
que un lince planeaba atraparle. Uno
de los animales que había vivido en casa del conejo le advirtió justo antes de ser
cazado, y le ofreció cobijo.

El lince destrozó su casa, pero el conejo pudo escapar hasta llegar a ocultarse en
casa de otro de sus amigos.

Así, durante todo un día, el lince persiguió al conejo de cueva en cueva y de


madriguera en madriguera, pero éste pudo salvarse ayudado por todos aquellos a
quienes había ofrecido cobijo, y aun por muchos otros que estuvieron encantados
de ayudarle.

Y se sintió enormemente feliz, no sólo de escapar del lince, sino de haber llegado
a tener tantos amigos gracias a su generosidad.

Enseñanza principal
Dar siempre sin esperar nada a cambio tiene una gran recompensa

Generosidad y amistad

24) EL CABALLERO Y EL MUNDO


Había una vez un heroico caballero, de los que triunfan en cuentos de todas las lenguas
y lugares. Su valentía era tan grande, y su espada tan temida, que cansado de buscar
dragones, ogros y monstruos de cuento en cuento, decidió abandonar los cuentos y venir
a probar su valentía y su destreza al mundo real. Pero cuando llegó aquí, no encontró
temibles criaturas, ni malvados brujos, ni siquiera una pobre madrastra a la que
atemorizar con su espada. Y era muy raro, porque lo único que vio fue gente
preocupadísima, con la misma cara de susto de todos aquellos que alguna vez había
salvado de un dragón o un ogro. Sin embargo, no parecía haber nadie que les
atemorizara o les obligara a vivir con aquella angustia: todos iban de un lado a otro, con
prisa y sin hablar con nadie, como si algo terrible fuera a ocurrir. Pero al acabar el día,
nada malo había ocurrido. Y así un día, y otro, y otro. El caballero pensó que aquella
podría ser su aventura más heroica, y resolvió dedicarse por completo a encontrar el
misterio de la angustia del mundo real. Buscó, preguntó, indagó, navegó y trepó, pero
no encontró nada. Dispuesto a no rendirse, regresó a su mundo de cuentos para hablar
con el gran sabio.
- Dime, gran sabio ¿cuál es el gran enemigo invisible que atemoriza a las gentes del
mundo real? Aún no he podido encontrarlo, pero no descansaré hasta vencerle y
liberarlos a todos, como hice con tantas ciudades.
El gran sabio calló durante largo rato, y finalmente dijo:
- No tienes fuerza ni coraje suficientes para vencer esta batalla. El enemigo no existe,
pero es poderoso, y tan numeroso como las estrellas del cielo
- ¡cómo! - protestó el caballero - ¿es eso posible?
- En el mundo real, como no había dragones ni ogros, se inventaron los enemigos, y
ahora los llevan dentro. Cada uno tiene un enemigo hecho a su medida, y está dentro de
su corazón. Para unos se llama codicia, para otra envidia, para otros egoísmo,
pesimismo o desesperanza. Han sembrado su interior de malos sentimientos,
llevándolos consigo a todas partes, y no es nada fácil arrancarlos de allí.
- Yo lo haré -repuso el caballero- yo los libraré. Y el caballero regresó al mundo,
llevando consigo todas sus armas. Y uno tras otro, se fue ofreciendo a cuantos
encontraba para liberarles de su mal interior. Pero nadie le hizo caso, sólo encontró
indiferencia y caras de extrañeza. Finalmente, agotado y confundido, arrojó sus armas al
suelo y se dirigió hacia una piedra del camino para descansar. Pero al hacerlo, tropezó
con la espada y fue a parar al suelo, dándose de cabeza contra un pollo que cacareaba
por allí. Al verlo, un hombrecillo triste que pasaba por aquel lugar, comenzó a reír a
carcajadas, tanto que casi no podía mantenerse en pie. El caballero se enojó, pero al
mirar al hombrecillo, observó en sus ojos el brillo alegre que no había encontrado en el
mundo real... Y así fue como el caballero encontró por fin la solución al mal de los
habitantes del mundo; sólo necesitaban una sonrisa, una pequeña ayuda para desterrar
sus malos sentimientos y disfrutar de la vida.... Y desde aquel día, el caballero, armado
con una gran sonrisa, se dedicó a formar un ejército de libertadores, un numeroso grupo
de gente capaz de recordar a cualquiera la alegría de vivir. Y vaya si ganó la batalla, tan
brillantemente como siempre había hecho.

Enseñanza principal
Nuestro mayor obstáculo para ser felices somos nosotros mismos, con nuestras preocupaciones
vánales y nuestros malos sentimientos.
25) EL CAMINO AL CIELO
Había una vez un niño caminando por el campo, cuando entre las nubes vio un
angelito cantando una bella canción, que enseguida desapareció.
El niño pensó que por allí
debían estar las puertas del
cielo, y sería divertido ver
qué había. Así que comenzó
a construir una gran torre de
madera para llegar a las
nubes, pero cuando fue muy
alta, se derrumbó. Lo intentó
también con adobe, con
ladrillos y acero, pero su
torre siempre se derrumbaba.
Cuando iba a abandonar,
volvió a ver al angelito,
rodeado de más ángeles, y al
atender a la canción escuchó
que su mensaje era que allí
sólo se podía llegar si se quería con el corazón. La curiosidad desapareció, y
deseó con todas sus fuerzas subir con ellos al cielo.
Pero no pudo, y vencido por la impotencia y la pena, se sentó y comenzó a llorar.
Lloró, lloró y lloró tanto, tanto, que al salir el sol apareció en aquel lugar un
magnífico arcoíris, que precisamente fue a parar a la nube, donde se abrieron las
puertas del cielo.
Y el niño recorrió aquel camino sobre el arcoíris lleno de alegría, pues
comprendió que sólo con verdaderos deseos del corazón se puede abrir el camino
del cielo.

Enseñanza principal
Un tierno cuento acerca de los sentimientos

y los anhelos del corazón

e moción e imaginación (con matices religiosas)


26) EL ESPEJO ESTROPEADO
Había una vez un niño listo y rico, que tenía
prácticamente de todo, así que sólo le llamaba la
atención los objetos más raros y curiosos. Eso fue lo que
le pasó con un antiguo espejo, y convenció a sus padres
para que se lo compraran a un misterioso anciano.
Cuando llegó a casa y se vio reflejado en el espejo, sintió
que su cara se veía muy triste. Delante del espejo empezó
a sonreír y a hacer muecas, pero su reflejo seguía siendo
triste.
Extrañado, fue a comprar golosinas y volvió todo
contento a verse en el espejo, pero su reflejo seguía triste. Consiguió todo tipo de
juguetes y cachivaches, pero aún así no dejó de verse triste en el espejo, así que,
decepcionado, lo abandonó en una esquina.

"¡Vaya un espejo más brioso! ¡Es la primera vez que veo un espejo estropeado!"

Esa misma tarde salió a la calle para jugar y comprar


unos juguetes, pero yendo hacia el parque, se encontró
con un niño pequeño que lloraba entristecido. Lloraba
tanto y le vio tan sólo, que fue a ayudarle para ver qué
le pasaba. El pequeño le contó que había perdido a sus
papás, y juntos se pusieron a buscarlo. Como el chico
no paraba de llorar, nuestro niño gastó su dinero para
comprarle unas golosinas para animarle hasta que
finalmente, tras mucho caminar, terminaron
encontrando a los padres del pequeño, que andaban
preocupadísimos buscándole.

El niño se despidió del chiquillo y se encaminó al parque, pero al ver lo tarde que se
había hecho, dio media vuelta y volvió a su casa, sin haber llegado a jugar, sin juguetes
y sin dinero. Ya en casa, al llegar a su habitación, le pareció ver un brillo procedente del
rincón en que abandonó el espejo. Y al mirarse, se descubrió a sí mismo radiante de
alegría, iluminando la habitación entera. Entonces comprendió el misterio de aquel
espejo, el único que reflejaba la verdadera alegría de su dueño.
Y se dio cuenta de que era verdad, y de que se sentía verdaderamente feliz de haber
ayudado a aquel niño. Y desde entonces, cuando cada mañana se mira al espejo y no ve
ese brillo especial, ya sabe qué tiene que hacer para recuperarlo.

Enseñanza principal

Ayudar a los demás produce la alegría más verdadera


27) LA PRINCESA SIN PALACIO
Hubo una vez un reino en el que una antigua profecía hablaba de una
princesa sin palacio. La profecía decía que una vez que aquella
princesa encontrase su palacio, sería la reina más justa y sabia que
hubiera existido nunca. Aquel reino tenía una familia real que vivió en
su bello palacio durante generaciones, pero muchos años después, un gran terremoto
destruyó el palacio real, y en la catástrofe fallecieron el rey y la reina, dejando solas a
sus dos hijas, las princesas Nora y Sabina.Tras la desgracia, Nora comprendió que ella,
la hermana mayor, posiblemente fuera la reina de la que hablaba la profecía, y
acompañada de la joven Sabina, dedicó todo su esfuerzo a encontrar su nuevo palacio.
En sus muchos viajes conocieron a un viejo sabio, quien les entregó una vieja llave que
debería abrir las puertas del palacio.

- No tengo ni idea de dónde estará el palacio- dijo el anciano-. Sólo se me ocurre que
probéis la llave allá donde vayáis. Y Nora se llevó a su hermana de viaje probando
aquella llave en todos los palacios que conocía. Cuando ya no quedaron palacios, pensó
que igual sería alguna casa importante, pero tampoco entre ellas la encontró.
Desanimada, perdió la esperanza de encontrar su palacio. Y llevaban tanto tiempo
viajando y buscando, que nadie las echaba de menos; tampoco tenían dinero ni joyas, y
cuando llegaron a una humilde aldea, tuvieron que dedicarse a vivir y trabajar el campo
con aquellas gentes pobres y alegres, que sin saber de su realeza, las acogieron como a
dos pobres huérfanas. Las hermanas vivieron algunos años en aquel lugar. Trabajaron
mucho y supieron lo que eran el hambre y los problemas, pero todos las querían tanto
que llegaron a sentirse muy felices, olvidando poco a poco su pasado real. Una noche,
ordenando las cosas de Nora, Sabina encontró la antigua llave. Divertida, se la llevó a
su hermana, quien nostálgica pensaba en el magnífico palacio que debía estar esperando
en algún lugar.

- Igual queda algún pequeño bosque donde haya un palacio que no conocemos- dijo
Nora, con un puntito de esperanza.
- Pues sabes lo que pienso -respondió la pequeña-. Que no necesito más para ser feliz.
Estuvimos meses viajando solas de castillo en castillo para tener una vida de reinas,
pero nunca he sido tan feliz como ahora, aunque no tengamos gran cosa. Si yo tuviera
que elegir un palacio -continuó alegremente, mientras bailaba junto a la puerta- sería
esta pequeña cabaña.- terminó divertida, al tiempo que con gesto solemne introducía la
vieja llave en la puerta de la cabaña. Al momento, la habitación se llenó de luces y
música, y de la vieja puerta comenzó a surgir un maravilloso palacio lleno de vida y
color, transformando aquel lugar por completo, llenándolo de fuentes, jardines y
animales que hicieron las delicias de todos en la aldea.
Sólo la humilde puerta de la cabaña seguía siendo la misma, recordando así a todos
cómo Sabina la Maravillosa, que así llamaron a su sabia reina, había encontrado en una
vida humilde la puerta de la felicidad no sólo para ella, sino para todos los habitantes de
aquel país.

Enseñanza principal
La felicidad no se encuentra en las cosas más sofisticadas y aparentes, sino en la propia forma
de vivir y afrontar la vida
28) UNA VACA EN LA CAFETERÍA
Curro Churretes era un camarero muy
divertido y vivaracho que tenía su propia
cafetería. Y era además muy afortunado,
porque en uno de los viajes al pueblo de sus
padres, descubrió que una de las vacas jóvenes,
de las últimas que habían nacido, era tan
especial que en lugar de dar leche al ordeñarla,
servía directamente café con leche. Pensando
en hacerse rico, Curro se llevó la vaca
directamente a la ciudad. Y a pesar de que su
esposa le decía que primero debería preparar la
cafetería para poder meter la vaca, Curro
estaba tan ansioso e impaciente que no pudo
esperar, y allí se fue con la vaca, directamente
a la cafetería.
El resultado fue espectacular: la vaca salió en
los periódicos y televisiones, y de todas partes
venían clientes a probar su delicioso café con leche recién ordeñado. Pero después de
ese tirón inicial tan de moda, resultó que el
hecho de tener una vaca en medio de una
cafetería no era nada cómodo: todos los días
la vaca rompía 20 ó 30 tazas con los meneos
de su cola, la cafetería olía como un establo,
el heno que comía la vaca se desperdigaba
por todas partes, y había tan poco sitio que
siempre había alguien que se acercaba tanto a
la vaca que terminaba por pisar alguna
boñiga... Así que fue perdiendo clientes, y
para colmo, vino la policía con una
inspección y le pusieron una multa tan gorda,
que Curro estuvo a punto de tener que cerrar
la cafetería. Y así fue como Curro Curretes se dio cuenta de que tenía que haber sido
más paciente y ordenado, y esperar a que todo estuviera preparado para poder servir sus
cafés con leche recién ordeñados. Pero como era un tipo con suerte, cuando llevó la
vaca al pueblo mientras hacían la obra en la cafetería, descubrió que una de las gallinas
ponía huevos de chocolate.

Esta vez sí supo ser paciente y esperar a que todo estuviera preparado para tener una
cafetería con vaca, gallina, café con leche, chocolate y churros, y su local tuvo tanto
éxito que llegó a ser el sitio más famoso de toda la ciudad.

Enseñanza principal
Antes de hacer las cosas hay que planificarlas y tener paciencia para llevarlas a cabo
cuando corresponde paciencia y orden
29) LA TROMPETA DE LA ALEGRÍA

Había un país en que una trompeta


mágica, cuyas notas resonaban por
todas partes, aseguraba felicidad y
alegría para todos.

Pero un día, la trompeta desapareció y


todo se sumió en la tristeza. Nadie hizo
nada, salvo una niña que marchó
decidida en busca de la Trompeta.

Preguntó por todas partes, hasta que


alguien le llevó a conocer al sabio de
las montañas. Este le contó que la
Trompeta estaba en el Pozo de las Sombras, y le dio un violín que debía serle
útil.

Cuando llegó al Pozo, encontró junto al mismo


algunos músicos, tocando melancólicas
melodías, y se unió a tocar con ellos. Pero al oír
aquella música tristona, se dio cuenta que nadie,
y menos la Trompeta, querría salir del pozo con
aquel ambiente.

Así que comenzó a tocar la música más alegre


que pudo, sin descanso, hasta animar a los
músicos, y todos juntos alegraron tanto el lugar
que la misma Trompeta salió del Pozo más
animada que nunca, llevando de nuevo la alegría
a todo el país. Allí, la niña comprendió el valor
de regalar Alegría como mejor remedio para
todos los que están tristes.

Y desde entonces, en aquel país, todo el que ve a alguien triste, le dedica la


mejor de sus sonrisas con un poco de música.

Enseñanza principal
La importancia de transmitir alegría a quienes están tristes (alegría y amistad )
30) EL RÍO SERIO
Había una vez un río serio y solitario. No
recordaba cuándo, sin duda hacía mucho
tiempo, había decidido que no quería aguantar
nada ni nadie, y echó de sus aguas a peces,
plantas y cualquier otro animal que encontró. Y
su vida pasó triste y solitaria durante muchos
siglos.

Un día, una niña llegó a la orilla de aquel río con una pequeña pecera circular. Dentro
estaba Escamas, su pececito más querido, a quien había decidido dejar en libertad
porque no podía acompañarle en su viaje a otro país. Cuando Escamas cayó al agua,
sintió inmediatamente la soledad de aquel río. Escamas trató de hablar con el río, pero
éste, muy serio, sólo le invitó a marcharse.
Escamas era un pececillo muy alegre, y no
quiso darse por vencido. Preguntó y
preguntó, y nadó y nadó, y finalmente
comenzó a dar saltitos por el río...
El río, con los saltitos, comenzó a reír,
pues le hacían muchas cosquillas, y en
poco tiempo se sintió de tan buen humor
que comenzó a hablar con Escamas. Casi
sin darse cuenta, antes del primer día se
habían hecho muy amigos, y el río se pasó
toda aquella noche pensando lo divertido
que era tener amigos y lo mucho que los
había echado de menos. Se preguntaba por
qué nunca los tenía, pero no podía recordarlo.

A la mañana siguiente, Escamas despertó al río con unos saltitos muy juguetones... y
entonces el río recordó por qué había decidido ser un río tan serio: ¡tenía muchísimas
cosquillas y no podía soportarlas! Ahora recordaba perfectamente cómo había echado a
todo el mundo el día que decidió que ya no iba a aguantar las cosquillas ni un día más.
Pero al recordar lo triste y sólo que se había sentido durante años, se dio cuenta de que
aunque tuviera sus pequeños inconvenientes, siempre era mejor tener amigos y tratar de
estar alegre.

Enseñanza principal
Siempre es mejor tener amigos y estar alegre, aunque tenga sus inconvenientes, que aislarse
para evitar los problemas amabilidad, amistad y buen humor.

También podría gustarte