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Por: Rigoberto Gómez López

Al escudriñar las escrituras nos damos cuenta de que Dios tiene un tiempo
específico en el cual tratara con el pueblo de Israel; pues en Daniel 9:24
dice: “Setenta Semanas están determinas sobre tu pueblo (Israel) y sobre
tu santa ciudad (Jerusalén)…”, estas semanas son en realidad septenios,
es decir, periodos de siete años. Teniendo esto en nuestra mente leemos:
“… que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén
(Primer acontecimiento) hasta el mesías príncipe (Segundo
acontecimiento), habrá siete semanas (7 x 7 = 49 años) y sesenta y dos
semanas (62 x 7 = 434 años )”; se volverá a edificar la plaza y el muro en
tiempos angustiosos”(Daniel 9:25), dando a entender que la santa ciudad
(Jerusalén) sería reedificada en tiempos de angustia y que desde que se
diera la orden empezaría a correr el tiempo.

PRIMER ACONTECIMIENTO

Sabemos que, después de la muerte de Salomón, Israel se convirtió


en un reino dividido, diez tribus emigraron hacia el norte y establecieron su
capital en Samaria; las otras dos se marcharon hacia el sur y se
establecieron en Jerusalén (su capital) y en sus zonas circundantes.
Durante este periodo, a las tribus del norte se les dio el nombre de Israel, y
el grupo del sur, Judá. Israel fue invadido por los Asirios (Nombre que
recibieron los de la parte norte de la antigua Mesopotámia y que
actualmente se conoce como Irak), esto sucedió en el año 722 A.C., pero la
tierra de Judá fue invadida hasta el año 586 A.C. por Nabucodonosor, rey
de Babilonia, quien invadió a Jerusalén (y a toda Judá) y llevo cautivo a su
pueblo dando comienzo a la llamada “Cautividad en Babilonia”.

El relato bíblico de esta última invasión se registra en 2ª Crónicas


36: 17 y 19: “Por lo cual trajo contra ellos al rey de los caldeos (Caldea era
la parte sur de Mesopotamia), que mato a espada…” (v 17 ) “y quemaron la
casa de Dios, y rompieron el muro de Jerusalén, y consumieron a fuego
todos sus palacios, y destruyeron todos sus objetos deseables” (v 19); Sin
embargo el versículo 20 agrega algo mas: “… hasta que vino el reino de los
Persas.”

En relación a esto, los libros de historia de civilizaciones antiguas


nos relatan que en el año 549 A.C., Ciro se pudo titular rey de los Medas y
de los persas y que, después de un período de anarquía, Darío ascendió al
trono. También nos narran como el rey Baltasar, hijo de Nabucodonor, fue
vencido por los persas en el año 539.
El libro de Daniel menciona lo que se expresó anteriormente en el
capitulo 5 versículo 28 cuando se le dice a Baltasar: “… tu reino ha sido
roto y dado a los Medas y a los Persas” y en el versículo 31 dice: “y Darío
de Media tomó el reino”; por tal razón, Esdras 4:5 habla de Ciro y de Darío
como reyes de Persia (La región de los Medos y los Persas es el actual
Irán, los primeros se establecieron en la parte norte y los otros en la parte
sur)

Es durante el reinado de Ciro que se proclama: “Así dice Ciro, rey de


los Persas: Jehová el Dios de los Cielos, me ha dado todos los reinos de la
tierra (sometieron bajo su dominio a los Asirios, Babilonios, colonias
griegas, Egipto); y él (Jehová) me ha mandado que le edifique casa en
Jerusalén, que esta en Judá. Quien haya entre vosotros de todo su pueblo,
sea Jehová su Dios con él, y suba.” El cumplimiento de este primer
acontecimiento se da tal y como lo narra Esdras y Nehemías, quienes se
encargaron de reedificar.

SEGUNDO ACONTECIMIENTO

Si sumamos a las primeras 7 semanas las 62 de este segundo


acontecimiento hacen un total de 69, es decir 483 años. Al final de este
tiempo sucederá lo siguiente: “… después de las sesenta y dos semanas
(para un total de 69), se quitara la vida al Mesías…y el pueblo de un
príncipe que ha de venir destruirá la ciudad (Jerusalén) y el santuario
(Templo)…” (Daniel 9:26). Jesucristo cumplió esta profecía al morir en la
cruz del calvario y también profetizo la destrucción del templo cuando dijo:
“…no quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada” (Mateo 24:2)
cumpliéndose en el año 70 D.C. cuando el general Tito (Romano) destruyó
el templo de Jerusalén; y por tales razones, podemos afirmar que se han
cumplido los dos primeros acontecimientos descritos en las 69 semanas.

TIEMPO DE LOS GENTILES

Israel se endureció y rechazaron al mesías, tal como lo leemos en


Juan 1:1 “A lo suyo vino, y los suyos no lo recibieron” por lo cual Dios
empezó a tratar con el pueblo gentil. Isaías 65:1 declara: “Fui buscado por
los que no preguntaban por mí; fui hallado por los que no me buscaban.
Dije a gente que no invocaba mi nombre: Heme aquí, heme aquí” y Hechos
15:17 dice: “para que el resto de los hombres busque al señor, y TODOS
LOS GENTILES, sobre los cuales es invocado mi nombre” dándose a
entender, por la escritura, que Dios trataría con nosotros los gentiles.
El apóstol Pablo aborda este tema en Romanos 11:25 diciendo: “…
que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, HASTA QUE HAYA
ENTRADO LA PLENITUD DE LOS GENTILES”, entendiéndose que Dios
volverá a tratar con Israel hasta que se complete el número de gentiles
(refiriéndose a todas las naciones, excepto Israel) que han de participar de
la salvación “y luego TODO ISRAEL SERÁ SALVO…” como se expresa en
el versículo 26 del capítulo 11 de la carta a los Romanos.
El tiempo para el pueblo judío se ha detenido en la semana 69,
abriéndose un paréntesis en el cual se escriben los tiempos de los gentiles,
la era de la iglesia, la dispensación de la gracia. Lucas 21:24 dice: “… hasta
que los tiempos de los gentiles se cumplan”, es decir, cuando “entre la
plenitud de los gentiles”; mientras esto no suceda el reloj de Dios se ha
detenido. Se puede decir, que para Israel, el tiempo ha dejado de correr por
más de 2,000 años; pero para nosotros (los gentiles) no corre el tiempo,
tarde o temprano puede terminar la dispensación de la gracia e iniciar la
semana setenta con la cual, el reloj de Dios, volverá a marcar el tiempo
para los judíos.

El tiempo de los gentiles llega a su fin con el arrebatamiento de la


iglesia, “porque el señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y
con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo
resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos
quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para
recibir al señor en el aire” (1 Tesalonicenses 4:16-17) ya que se completa el
número de gentiles y la iglesia se va con Jesucristo.

INICIO DE LA SEMANA SETENTA

El arrebatamiento de la iglesia trae, como consecuencia, la


manifestación del anticristo para dar inicio a la última semana de la
profecía de Daniel. El apóstol Pablo dice que se manifestará “el hombre de
pecado, el hijo de perdición” (2Tesalonicenses 2:3), pero también expresa:
“…sabéis lo que lo detiene…” (2Tesalonicenses 2:6) refiriéndose a la
iglesia de su nombre, quien está llena del poder del Espíritu Santo; sin
embargo, después que la iglesia sea levantada “para recibir al señor en el
aire” aparecerá el anticristo.

En Apocalipsis 6:2 Juan miró “… un caballo; y el que lo montaba


tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo y para vencer”
representando, en forma simbólica, la aparición del anticristo, quien con un
arco sin flecha (sin arma, sin guerra) sale venciendo, y mediante un pacto,
triunfa imponiendo la paz. Daniel es quien lo expresa diciendo: “y por otra
semana confirmará el pacto con muchos…” dando inicio, con esta escena
de paz mundial, la semana número setenta de la profecía que se encuentra
en el versículo 27 del capítulo 9 del libro de Daniel. El tiempo para Israel
empieza a correr, son los últimos siete años, y los sacrificios y ofrendas se
ofrecen en el templo que ha levantado, una vez más, el pueblo judío.

A la mitad de la semana, es decir, a los tres años y medio, Satanás


es expulsado del cielo. En relación a esto Apocalipsis 12:10 dice: “…ha
sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba
delante de nuestro Dios día y noche”, también se nos menciona: “…ha
descendido a vosotros con gran ira, SABIENDO QUE TIENE POCO
TIEMPO” (V12), Satanás sabrá que solamente le quedarán otros tres años y
medio, y cuando descienda a la tierra tomará posesión del anticristo,
cumpliéndose en su plenitud lo que Pablo llama “el misterio de la
iniquidad” (2 Tesalonicenses 2:7).

1 Tesalonicenses dice: “que cuando digan: Paz y seguridad


entonces VENDRÁ SOBRE ELLOS DESTRUCCIÓN REPENTINA”, paz y
seguridad que estableció el anticristo al inicio de la semana setenta, pero la
destrucción repentina está relacionada con el segundo sello de Apocalipsis
6:4 “y salió otro caballo bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de
QUITAR de la tierra la PAZ… y se le dio una gran espada” simbolizando la
guerra que traerá consigo, no solamente el fin del pacto de paz, sino
también hambre, peste y mortandad.

Daniel 9:27 dice: “A la mitad de la semana hará (el anticristo) CESAR


EL SACRIFICIO Y LA OFRENDA”, también Daniel 11:31 dice: “y se
levantarán de su parte tropas que profanarán el santuario y la fortaleza, Y
QUITARÁN EL CONTÍNUO SACRIFICIO Y PONDRÁN LA OBOMINACIÓN
DESOLADORA”, dándose a entender que con la invasión de las tropas del
anticristo, el cual es llamado la bestia en Apocalipsis, se le dará autoridad
para actuar los últimos 42 meses o tres años y medio (Apocalipsis 13:5).

DIOS TRATARÁ CON ISRAEL

En Apocalipsis 11:3 dice: “y daré a mis dos testigos que profeticen


por mil doscientos sesenta días (42 meses, tres años y medio), vestidos de
cilicio” (La mayoría piensa que son Moisés y Elías) y en el versículo 7 dice:
“cuando hayan acabado su testimonio…”, es decir que vienen a dar
testimonio y a profetizar durante ese último tiempo. Jesús dijo: “y será
predicado este evangelio del reino (El milenio) en todo el mundo PARA
TESTIMONIO a todas las naciones; y entonces VENDRÁ EL FIN” (Mateo
24:14). Nuevamente el evangelio del reino, la venida del Mesías para reinar
durante mil años, será predicado tal como lo hizo Juan el bautista (Mateo
3:2).
En Apocalipsis 7:4 se menciona a los primeros judíos que
despiertan y abren sus ojos para unirse a dar testimonio de Jesús, el
Mesías, su salvador: “y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y
cuatro mil sellados DE TODOS LAS TRIBUS DE LOS HIJOS DE ISRAEL”. La
Biblia dice que “…estos fueron redimidos de entre los hombres como
PRIMICIAS PARA DIOS Y PARA EL CORDERO”.

Mientras esto ocurre, Satanás “con lisonjas seducirá a los


violadores del pacto…” (Daniel 11:32) “…más el pueblo (Israel) que conoce
a su Dios se esforzará y actuará y los sabios del pueblo INSTRUIRÁN A
MUCHOS…” (v33), el Israel endurecido empieza a despertar. Jesucristo
dijo: “por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora
de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén
en Judea, HUYAN A LOS MONTES” (Mateo 24:15-16) afirmando que
pondrán la “abominación desoladora” en el templo judío, acontecimiento
explicado por el apóstol Pablo cuando dice: “el cual se opone (el anticristo)
y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que
SE SIENTA EN EL TEMPLO DE DIOS COMO DIOS, HACIÉNDOSE PASAR
POR DIOS” (2 Tesalonicenses 2:4). Este es el inicio de una persecución
contra los judíos (el pueblo de Dios) a quienes se les dice “HUYAN A LOS
MONTES” (Mateo 24:16).

Una parte de Israel es llevado al desierto, representado en


Apocalipsis 12:1 con “una mujer vestida de sol con la luna debajo de sus
pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas”, a quien en el
versículo 14 del mismo capítulo “se le dieron las dos alas de la gran águila,
para que volase de delante de la serpiente (Satanás) AL DESIERTO, A SU
LUGAR, donde es sustentada por un tiempo (1 año), y tiempos (2 años), y la
mitad de un tiempo (1/2 año). En Isaías 16:4, hablando de Israel, el profeta
dice: “Moren contigo mis desterrados oh Moab; sé para ellos escondedero
de la presencia del devastador…” Moab escapará de las tropas del
anticristo y podría ser un lugar de refugio para los israelitas ya que Daniel
11:41 dice: “Entrará (el anticristo) a la tierra gloriosa (Jerusalén), y muchas
provincias caerán; más estas ESCAPARÁN de su mano: EDON Y MOAB Y
LA MAYORÍA DE LOS HIJOS DE AMÓN”.

Muchos piensan que en esta invasión del anticristo Rusia tendrá su


participación al igual que Inglaterra y Alemania ya que la bestia que
representa al anticristo en Apocalipsis 13:2 hace alusión a las que vio
Daniel, las cuales son descritas en el capítulo 7 del libro que lleva su
nombre. Daniel miró cuatro bestias y se le dijo que eran “REYES QUE SE
LEVANTARÁN EN LA TIERRA” (Daniel 7:17) refiriéndose a naciones en
nuestro tiempos; sin embargo, sean o no estas naciones, el anticristo
“extenderá su mano contra las tierras, y no escaparán el país de Egipto. Y
se apoderara de los tesoros de oro y plata, y de todas las cosas preciosas
de Egipto; y los de Libia y de Etiopía le seguirán” (Daniel 11:42-43).

En este ambiente se hace presente la llamada “GRAN


TRIBULACIÓN” “porque habrá entonces gran tribulación; cual no la ha
habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá” (Mateo
24:21). En Daniel 12:1 se le llama TIEMPO DE ANGUSTIA: “y será tiempo de
angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; PERO EN
AQUEL TIEMPO SERÁ LIBERTADO TU PUEBLO…” Estas últimas palabras
escritas en mayúscula, nos dicen que es ese el momento en que Israel será
libertado por su Dios. La Biblia dice: “”…por algunos días caerán a espada
y a fuego, en cautividad y despojo” (Daniel 11:33); también se nos
menciona que “…algunos de los sabios caerán para SER DEPURADOS Y
LIMPIADOS Y EMBLANQUECIDOS…” (Daniel 11:35). Juan en Apocalipsis
6:9 nos habla de lo mismo al decir: “cuando vio el quinto sello vi bajo el
altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de
Dios y por el testimonio que tenían” y en el versículo 11: “y se les dieron
VESTIDURAS BLANCAS, y se les dijo que descansasen un poco de tiempo,
hasta que se completara el número de sus consiervos y hermanos, que
también habían de ser muertos como ellos”.

Israel alcanza salvación en tiempo de angustia, y los gentiles están


condenados ya que el apóstol Pablo lo expresa diciendo: “…Dios les envía
un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean
CONDENADOS TODOS LOS QUE NO CREYERON A LA VERDAD, sino que
se complacieron en la injusticia” (2 Tesalonicenses 2:11-12). Muchos
(Israelitas) serán limpios, y emblanquecidos, y purificados; los impíos
(GENTILES) procederán impíamente; ninguno de los impíos (Gentiles)
entenderá, pero los entendidos (Judíos) comprenderán” (Daniel 12:10).
Israel será probado y los gentiles endurecidos tal como se endureció
Faraón con las plagas de Egipto. Así lo declara la escritura en Apocalipsis
9:20-21 “y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, NI
AUN ASÍ SE ARREPINTIERON de las obras de sus manos, ni dejaron de
adorar a los demonios…”. También leemos en Apocalipsis 13:9 “y los
hombres se quemaron con el gran calor, Y BLSFEMARON EL NOMBRE DE
DIOS, Y NO SE ARREPINTIERON PARA DARLE GLORIA”. Se puede
asegurar, por la escritura, que todo gentil que no fue levantado en el
arrebatamiento no tiene oportunidad de ser salvo durante la gran
tribulación, los tiempos de los gentiles son ahora y no hay que esperar
para ser salvo.
Jesús dijo: “Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos
por dignos de ESCAPAR de todas estas cosas que vendrán”, nosotros
debemos estar preparados para escapar de la gran tribulación. Apocalipsis
3:10 dice: “por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también
TE GUARDARÉ DE LA HORA DE LA PRUEBA…”, es decir, que la iglesia
escapa antes de la hora de la gran tribulación , por eso el apóstol Juan,
cuando miro una gran multitud de todas las naciones, pueblos, tribus y
lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del cordero,
vestidos de ropas blancas y con palmas en las manos; preguntó diciendo:
“…Estos que están vestidos de ropas blancas ¿quiénes son y de dónde
han venido?” (Apocalipsis 7:13). La respuesta fue: “Estos son los que han
salido (es lo mismo que ESCAPAR) de la gran tribulación, y han lavado sus
ropas, y las han emblanquecido en la sangre del cordero” (V14).

LA GUERRA DE ARMAGEDÓN

Recordemos que Satanás se apodera de Jerusalén cuando profana


el santuario y, como dice la palabra de Dios, “plantará las tiendas de su
palacio entre los mares y el monte glorioso y santo” (Daniel 11:45); sin
embargo noticias del oriente (Los Chinos) y del norte LO ATEMORIZARÁN,
y saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos” (Daniel 11:44). Los
orientales, específicamente los chinos, serán parte de la guerra de
Armagedón ya que también Apocalipsis 16:12 hace referencia a ellos
diciendo: “El sexto angel derramó su copa sobre el gran río Eufrates (en el
actual Irak); y el agua de este se secó, para que estuviese preparado el
camino a los REYES DEL ORIENTE (chinos, orientales, asiáticos)”: pero el
anticristo pide ayuda a las otras naciones ya que en los versículos 13 y 14
dice: “y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca
del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas ; pues son
espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra (las
otras naciones) en todo el mundo, para reunirlos a la batalla…”culminando
con lo que dice el versículo 16: “ y los reunió en el lugar que en hebreo se
llama Armagedón”.

Armagedón se deriva de Ar que significa monte, y Megido que es el


nombre de una ciudad situada en un monte de poca altura al pie del
Carmelo en el valle de Jezreel. Armagedón, literalmente, significa monte de
Megido o el alto de Megido.

Mientras Satanás reúne a las naciones en el monte Megido


(Armagedón) y los orientales piensan en cruzar el Eufrates, otro país del
norte se prepara para la guerra, lo leemos en Ezequiel 38 “Hijo de hombre
pon tu rostro contra Gog (líder ruso) en tierra de Magog (Rusia), príncipe
soberano de Mesec (Moscú) y Tubal (Turquía), y profetiza contra él” (v2)
“Persia (Irán), Cus (Etiopía) y Fut (Libia) con ellos…Gomer (algunos dicen
que en el Talmud judío es Alemania)… la casa de Togarma (Griegos, Turcos,
Italianos, españoles y portugueses)” (v5-6) “vendrás de tu lugar, de las
regiones del norte, tú y muchos pueblos contigo…” (v15).

En estas circunstancias se encuentra el mundo, dispuesto a tener


otra guerra mundial; sin embargo, “…aparecerá la señal del hijo del hombre
en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al
hijo del hombre, viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran
gloria”. Cuando esto ocurre las naciones en conflicto se reúnen para pelear
contra él, tal como nos lo narra Juan en Apocalipsis 19:19 “Y vi a la bestia,
a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el
que montaba el caballo”. La Biblia dice: “…saldrá Jehová y peleará contra
aquellas naciones…” (Zacarías 14:3) “…y se afirmarán sus pies en aquel
día sobre el monte de los olivos” (v4) “…y vendrá Jehová mi Dios, y con él
todos los santos” (v5). El señor Jesucristo “…enviará sus ángeles con gran
voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos (judíos), de los cuatro vientos,
desde un extremo del cielo hasta el otro”. Así también se profetizó en Isaías
11:12”… y juntará los desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de
Judá de los cuatro confines de la tierra” “Y secará Jehová la lengua del mar
de Egipto; y levantará su mano con el poder de su espíritu sobre el río, y lo
herirá en sus siete brazos, y hará que pasen por él con sandalias. Y habrá
camino para el remanente de su pueblo, el que quedó de Asiria, de la
manera que lo hubo para Israel el día que subió de la tierra de Egipto” (v15-
16).

La Biblia dice que en esta guerra, la bestia (el anticristo) será


apresada al igual que el falso profeta (la otra bestia) y que serán lanzados
vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre (Ap. 19:20). También
el versículo 21 de Apocalipsis 19 dice: “Y los demás fueron muertos con la
espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se
saciaron de las carnes de ellos”. Jesús derrota a todas las naciones y se
hace real la escena de Apocalipsis 20:4 “Y vi tronos, y se sentaron sobre
ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los
decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los
que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la
marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil
años”.
En la actualidad estamos en el tiempo de los gentiles, la era de la
iglesia, la dispensación de la gracia. Es tiempo de buscar nuestra salvación
porque mañana será demasiado tarde.

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