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Las rondas y Roberto

Lugar: Chota – Cajamarca

I.E: INCA GARCILASO DE LA VEGA – UÑIGÁN

NIVEL: SECUNDARIA

GRADO: CUARTO

ALUMNA: KEYLA VICTORIA RUIZ ALTAMIRANO

A las seis de la mañana llegó el cholo, alalay decía la abuelita, que habría estau
haciendo, tiritando está, parece que ha recibido una paliza ¿a dónde se habrá ido?
Pero todo comienza, hace 10 años decía la ancianita. Iba a la escuela, lapicero traía,
cuaderno nuevo traía, plumón nuevo traía, todo hacía llegar a la casa. Hasta que
comenzaron a perderse las gallinas del vecino, las bayetas y las chales de doña
clara...

Pero como dice el refrán “todo llega a llenarse hasta que rebalsa”, El Roberto esa
noche tenía que pagar. Todo un palangana había salido con su poncho oque,
sombrero a la pedrada, botas mineras, ¡já!, de dónde lo habría conseguido, pero lo
cierto es que esa noche no iba a rondar, sino estaba pensando en escaparse, en el
shulalal de las noche y el sereno de la jalca por las Tres cruces de Uñigán. Algo
presentía la abuelita…Ya voy – dijo- con voz melodiosa como siempre. Salió con
rumbo a la quebrada, porque esta vez ya no traía lapiceros de la escuela sino ganado
de ese del bueno, vacas, toros quizá del Lirio, de Rayo el Sol, Muyo o no sé…y pues
donde tenía alojamiento era allá en la Peña Blanca. Los pasos se notaron al inicio,
pero después dejaron de sonar hasta que invadió el silencio.

Dónde estás – el amigo lo esperaba – Aquí compadre. Has traído bastante coca
verdad. Huy de eso no hables cumpa – respondió Roberto, que esa noche estaba
decidido ir por más. He soñao feo compadre me amarga la coca - respondió el hombre
que lo esperaba – Pero Robert, que así lo llamaban los pobladores, no por bueno, sino
porque ya lo tenían en la mira. ¡Vamos!, despacio, así avanzaron hasta la fila del Lirio,
voltearon aquellas faldas y se ocultaron en la hondonada. Ahora no nos toca los toros
mucos de don Alejo – dijo Robert – y pues a la acción. Claro, como de costumbre ña
Lucinda estaba tan dormida, y su marido, pues en la ronda. Pero caray, ¿eran mágicos
que no les sintieron los perros?, esta vez sí que les sintieron, aullaban como para
muerto, que despertaron a doña lushe, que pedía auxilio. Los roderos, avistaban a lo
lejos a la casa de aquella mujer y corrieron a toda prisa, comenzaron a llamar por el
micro…dos, tres, cuatro veces: “¡compañeros ronderos, necesitamos hacer una
reunión urgente, hemos encontrado al sospechoso de los últimos robos, venir a la
casa comunal urgente, compañeros!

Las 10 de la noche estaban todos reunidos, conversando como chacchar la coca, que
por supuesto para el cantinero ese día estaba ganadazo por la venta. A la una de la
mañana, Robertito estaba pasando por su primera prueba de baño en la Laguna
Larga, pero no era nada para la furia de los ronderos que necesitaban saber todo al
detalle.

Veinte fuetazos fueron necesarios, para que Roberth declare todo lo que ha robado,
pues 5 yuntas de don Alfredo, Dos vacas de ña Teonila, Tres becerros de don Ángel
Tirado, y las lista por lo menos media hora…pero después de todo tenía que arreglar
y comprometerse a recuperar el daño. Quince días de trabajo comunal, todos los días
baño por las noches y luego su compromiso de cambiar para el bien de la
comunidad…es así como después de todo ese tiempo llegó el joven a la casa,
pensando dar otro rumbo a su vida para siempre.

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