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Un Día en Vida
Un Día en Vida
La paranoia me arrastra y siento que no soy del agrado de mis amigos, que no les
caigo bien, que les enfado, que los aburro, que ya no quieren hablarme, verme, ni
mucho menos tratarme. Siento extraña la forma en que la gente me mira. El hecho
de que mi amigo no me haya respondido un mensaje todavía, en ese momento
comienzo a debatir conmigo mismo que estupidez cometí ahora para molestarlo,
que babosada dije o hice para que no quiera responderme. A todos les parece
tonto ¿pero te has preguntado si es tonto para mí? Son miedos reales, es muy real
para mí.
Me desplazo sin rumbo la mayor parte de mi día, doy soluciones de corto plazo a
problemas de largo plazo. En el fondo sé que está empeorando mi ansiedad, mi
paranoia. Es como una droga, ¿Cómo puede un hombre tan irónico? Estoy en una
red “no social”.
Cancelo eventos a los que realmente quiero asistir por tener contacto o reuniones
con amigos que de última hora me cancelan y termino solo. Estoy siempre para la
gente que amo, en todo momento y lugar, sin importar horario o escenario, pero
cuando yo necesito de alguno de ellos NADIE está para mí, NADIE puede
ayudarme, NADIE tiene tiempo pues tienen otras ocupaciones más importantes
que poder hacerme un favor.
Creo que mis amigos piensan que cada vez soy menos de fiar, me dicen que
supere mis problemas, pero NO PUEDO. Si solo ellos supieran que la mejor
opción para mi es quedarme en casa y dormir, pero dormir es siempre un
problema para mí, me cuesta mucho trabajo dormir porque tengo tantas cosas que
pensar y digerir sobre el día que tuve, sobre todo lo que hice y dije, sobre los
“errores” que cometí con mis amigos, con mi familia, en mi vida profesional, sobre
el por qué cada día siento más lejos y fríos a mis amigos conmigo.