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Evaluarse o no evaluar… he ahí el dilema.

Reflexiones sobre la evaluación docente y su utilidad.

Introducción

En el marco de una reforma educativa, donde el eje rector es la labor del docente y
no la modificación de los programas educativos y la evaluación tiene un peso
primordial no solo a los alumnos si no a los mismos docentes, existe en estos una
sensación de persecución, de temor, donde los maestros sienten por primera vez,
con fundamento o no, violentada su seguridad laboral.

Evaluar para Mejorar

Un principio fundamental del hecho educativo que a la luz de la evaluación docente


se deja de lado García y Loredo lo definen de la siguiente manera: “La evaluación
de la docencia se restringe a las actividades relacionadas de forma directa con el
proceso de enseñanza y aprendizaje. De manera específica, con lo que el docente
hace antes, durante y después de que ocurre un acto didáctico: su planeación,
impartición de clases, revisión de trabajos, tareas de evaluación de los aprendizajes,
con su pensamiento explícito en relación con su actividad magisterial y la actuación
derivada de ese pensamiento; con la actividad profesional que desarrolla como
enseñante y la reflexión que despliega en torno a dicha actividad”.

Desde esta perspectiva, la evaluación docente es fundamental para la mejora de la


práctica porque propicia la reflexión, que a su vez impacta en la misma práctica,
pero en este momento la coyuntura donde el maestro pasa de evaluador a evaluado
principalmente en aspectos emocionales que profesionales y esto a su vez se refleja
en una resistencia.
Entonces como pasar de una evaluación como medio de control a una que propicie
mejores, alumnos, autoridades y docentes, considero que debemos en primer
momento informar a los actores educativos, sobre los principios y valores de la
evaluación, posteriormente propiciar una reflexión y la necesidad de saber que la
evaluación es fundamental en la práctica docente.

Es en este sentido, es importante mencionar que aunque la evaluación docente a lo


largo de mucho tiempo se ha llevado acabo con el propósito de control y de
seguimiento, hoy en día se está apostando por una evaluación formativa que tiene
el claro propósito de mejorar los procesos de formación de los docentes.

Para Shepard (2006) la evaluación formativa es “la evaluación llevada a cabo


durante el proceso de enseñanza con el fin de mejorar la enseñanza o el
aprendizaje”. Desde esta perspectiva la evaluación formativa del desempeño
docente implica, que el docente reflexione de una manera crítica y propositiva para
que pueda alcanzar un mayor conocimiento de todo lo que acontece en el aula, con
el propósito de entender su propio desempeño docente, para retroalimentar y
mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje.

A manera de cierre

No es sencillo romper con una tradición sobre evaluación en los planteles


educativos, como se mencionó de control, que permita una toma de decisiones
simple, basada en una pura evidencia, a una que, como se mencionó también nos
permita conocer las áreas de mejora y por ende impacte en una educación de
calidad.

Referencias:

http://www.inee.edu.mx/index.php/component/content/article/557-dialogos-con-
docentes/1720-lo-que-debemos-saber-de-la-evaluacion
Evaluación Docente_DGB_06012011; http://www.dgb.sep.gob.mx/02-m1/03-
iacademica/00-otros/Evaluacion_docente_06012011.pdf

La evaluación en el Aula; Lorrie A. Shepard. INEE

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