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El liderazgo es una competencia importante para entender la conducta laboral y

organizacional, ya que este se encarga de “… influir sobre otros para llegar a una
meta en común” (García, 2011 citado en Giraldo y Naranjo. 2014, pág. 15).

Los beneficios de un buen liderazgo en cualquier empresa son realmente


importantes porque un líder “carga de significados los propósitos de la
organización, ayudando y facilitando a los cooperantes a encontrar el valor
auténtico de sus acciones, evaluando y neutralizando la “polarización” de las
interacciones e incrementando la motivación de los individuos…” (Cabarcos, 2010.
pág. 46). Todo esto con el fin de que los colaboradores aprendan a conducirse por
motivos trascendentales.

En la cotidianidad entender el liderazgo como parte aguas para resultados


positivos todo el tiempo es natural, pero realmente, ¿El liderazgo siempre causa
cosas positivas en las organizaciones?

La respuesta es no, el liderazgo, así como influye en las conductas también lo


hace en la salud de los seguidores, por ende, se ve afectada toda la organización.

Tepper (2000) mencionado en (Cabarcos, 2010) refiere que la relación supervisor-


subordinado es una de las fuentes más usuales de estrés en las organizaciones,
porque cuando la conducta del líder no es apropiada, puede ser abusiva y
agotadora, volviéndose un principio importante de estrés que contribuya al
surgimiento de experiencias negativas de los empleados y perjudique su bienestar.

De hecho, reforzando lo mencionado anteriormente Chiavenato (2009) describe


que la demanda de tarea y funciones, acompañadas del lidrazgo organizacional
pueden ser causantes de estrés, pero al mismo tiempo, éste influido por las
diferencias individuales (percepción, experiencia profesional, apoyo social,
convicción personal).

A causa del estrés, los colaboradores pueden tener un sinfín de consecuencias,


como las físicas (dolores de cabeza, presión alta, problemas cardiacos), síntomas
psicológicos (depresión, ansiedad) y síntomas conductuales (ausentismo y
rotación) (Chiavenato, 2009).
Y estas consecuencias a la organización le genera varios costos como los de
asistencia médica, ausentismo y rotación, poco compromiso con la organización,
violencia en el centro de trabajo, bajo rendimiento etcétera. (Wagner y Hollenbeck
mencionados en Chiavenato, 2009).

Entonces, por lo ya referido anteriormente se puede decir que las prácticas y


conductas de liderazgo pueden ser estresores en sí mismas. Sin embargo, “…los
líderes también pueden influir sobre otros estresores que, a su vez, pueden afectar
al bienestar, creando estrés en los empleados” (Kelloway, Sivanathan, Francis y
Barling, 2004 citado en Peiro y Rodríguez, 2008. pág. 73). Tales como,
planteando demandas excesivas o ambiguas a sus subordinados. También
pueden crear percepciones de injusticia debido a las prácticas de recompensa o
evaluación del desempeño, la manera en que usan el reconocimiento entre sus
empleados o las decisiones que toman en el lugar de trabajo. A partir de esto es
evidente que un liderazgo ineficaz puede contribuir gravemente a los seguidores
(Peiro y Rodríguez, 2008).

Pero, también existe la parte positiva del liderazgo con respecto al estrés, y es que
un liderazgo eficaz es factor clave para tener organizaciones y trabajadores sanos.
Algunos medios para lograrlo es que los líderes promuevan el entrenamiento de
habilidades, oportunidades de hablar sobre el trabajo, propiciar participación en la
toma de decisiones y en algunos casos brindar asesorías sobre algún problema de
contenido emocional (Chiavenato, 2009).

En conclusión, dependiendo que tipo de líder o líderes estén en la organización


(eficaces o ineficaces) puede mejorar o no el ambiente laboral, la organización del
trabajo y el contexto social, y como consecuencia esto puede contribuir al
bienestar de los empleados.
Chiavenato, I. (2009). Comportamiento Organizacional. México: Mc Graw
Hill. pp. 378- 388.
Cabarcos, R. (2010). El liderazgo motor del cambio. México: Ministerio de
defensa. pp. 46-50. Recuperado de.
file:///C:/Users/Clau/Downloads/Dialnet-ElLiderazgoMotorDelCambio-562794.pdf
Giraldo, D y Naranjo, J. (2014). Liderazgo: Desarrollo del concepto,
evolución y tendencias. Colombia: Estudio Monográfico. Recuperado de:
http://repository.urosario.edu.co/bitstream/handle/10336/8672/1026275656-
2014.pdf
Peiro, J., & Rodríguez, I. (2008). Estrés laboral, liderazgo y salud
organizacional. Papeles del Psicólogo, 29 (1), pp. 68-82. Recuperado de:
http://www.redalyc.org/html/778/77829109/

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