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El camino hacia tu salud financiera

Base bíblica para la recaudación de fondos

9 principios para recaudar fondos como iglesia

El lugar del dinero en la Iglesia y los ministerios cristianos

Conceptos bíblicos que logran una administración eclesial práctica

Software administrativo para iglesias

Una buena administración eclesial significa preparar y prevenir

El pastor es un administrador de personas e ideas.

Como administradores de lo que Dios nos provee, debemos aprender a ser fieles con lo que Él nos
ha encomendado, sea mucho o poco. El reconocerle a Él como dueño de todo y como nuestro
proveedor, es el primer paso. Pero necesitamos aprender también, los principios fundamentales
para hacer buen uso del dinero. ¿Y dónde están esos principios? En la Palabra de Dios. Y también
existen materiales que nos dan herramientas para aprender a cumplir la voluntad de Dios en
nuestras vidas, incluida el área de las finanzas, incorporando las enseñanzas bíblicas.
Lamentablemente, no son pocos los cristianos que sufren en el área financiera, los mismos
problemas que el resto de la sociedad enfrenta.

¿Qué pasos debemos dar para cambiar nuestra situación económica? ¿Qué papel tiene la iglesia
en esta área? Estos y otros temas conversamos con el reconocido autor y orador internacional Dr.
Andrés Panasiuk quien, amablemente nos concedió la siguiente entrevista.
El Dr. Andrés Panasiuk, es uno de los líderes y conferencistas internacionales más reconocidos en
los Estados Unidos y Latinoamérica. Es escritor, maestro y comunicador social. Es el fundador del
Instituto para la Cultura Financiera y presidente de Global Freedom Concepts.

Algunos dicen que el cristiano no puede ser pobre, ¿usted qué opina?
Yo creo que los cristianos tienen que ser lo que Dios quiere que ellos sean. Cada uno de nosotros
hemos sido llamados a cumplir un propósito en la vida. Hay gente que ha sido llamada a ser
pastor, otros a ser evangelistas, a ser doctores, abogados. Otros han sido llamados a entregar su
vida por el Señor Jesús. Otros han sido llamados a ser empresarios muy grandes y poderosos
económicamente o influyentes en el mundo. En 2 Timoteo 4.7- dice que cada uno de nosotros
tenemos una carrera que necesitamos correr. Y lo más importante en la vida, yo creo que es poder
llegar al final de la carrera y poder decir: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he
guardado la fe. Ahora me espera la corona merecida...”
El asunto de que todos los cristianos tienen que tener dinero viene a causa de una filosofía
mundana denominada “materialismo”, que ha penetrado en la iglesia latinoamericana en los
últimos 20 a 25 años, aunque es una filosofía que va y viene. El materialismo responde a la
pregunta: “¿Qué es la verdad?”, diciendo: “La verdad es lo que puedo tocar”.
Es interesante notar que tanto el capitalismo como el comunismo, los dos tienen raíces filosóficas
en el materialismo porque piensan que las cosas materiales nos van a hacer la vida mejor. Cuando
Jesucristo dijo claramente que “La vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que
posee”. Entonces tienes que ser lo que Dios quiere que tú seas: rico, pobre, alto, bajo, gordo,
flaco… lo que Dios quiere que seas.

¿Qué dice el manejo del dinero acerca de nuestro ser interior?


Hay una fuerte relación entre quién soy y cómo manejo la plata. “Cómo llego a fin de mes”, que
fue el primer libro que escribí, se convirtió en el bestseller que es el día de hoy y después de 13
años se sigue vendiendo porque, tanto en el mundo cristiano como en el mercado general, los
libros de finanzas no han descubierto esa conexión entre el ser y el hacer. Cuando comencé a
hacer la investigación para este libro, allá a finales de los años 90, descubrí que cuando hablamos
de dinero, del manejo de la empresa o de la iglesia, el ser es más importante que el hacer. Porque
quién soy yo, determina cómo yo pienso; cómo yo pienso determina cómo tomo decisiones; y
cómo tomo decisiones económicas determina mi éxito o mi fracaso. Si soy paciente, voy a
aprender a decir “No”. Voy a vivir lo que se llama gratificación diferida. Significa que voy a decir
“No” a las cosas ahora, para estar mejor en el futuro. Que en vez de “compre ahora y pague
después”, voy a aprender a ahorrar ahora y comprar después. Pero eso solo lo puedo hacer si SOY
paciente.
Cómo tomo las decisiones me lleva por un buen camino o por un mal camino, me hace perder
plata o ahorrar plata. Esa es la conexión entre el ser y el manejo del dinero. El ser maneja el hacer.

¿Cuáles son los problemas financieros que más afectan a los cristianos?
Lamentablemente, el día de hoy, los cristianos tienen los mismos problemas que los no cristianos.
No debería ser así. Llevo un poco más de un millón de kilómetros recorridos en el continente
latinoamericano, y me he dado cuenta de que los cristianos tienen los mismos problemas que los
no cristianos. La razón es que los cristianos estamos manejando el dinero de la misma manera que
lo hace el no cristiano.
Si yo manejo mi matrimonio como lo maneja cualquier hijo de vecino en mi barrio, pues voy a
tener los mismos problemas que tienen ellos. Si yo manejo mi matrimonio con los principios de la
Palabra de Dios, va a ser diferente. Si yo crío a mis hijos como dice la Palabra de Dios, va a ser muy
diferente de los que crían a sus hijos a la buena de Dios o de los que dejan que la televisión los
críe. Lo mismo con el asunto del dinero.
La razón por la que los creyentes tienen los mismos problemas económicos que los no creyentes
es que están manejando el dinero como los no creyentes. Cuando empiecen a manejar el dinero
como lo indica la Palabra de Dios, su vida va a cambiar radicalmente.
En primer lugar, el cristiano va a reconocer que no es el dueño de lo que tiene sino que es un
administrador de las cosas que Dios le da. Y eso hace una gran diferencia al momento de encarar
las finanzas y al momento de tomar decisiones. Nosotros aprendemos a tener paciencia, a tener
perseverancia, a tener orden.
La gente dice: “Sabes que los latinos somos tan desordenados para los asuntos del dinero”. Y les
digo: “Yo sé que los latinos son desordenados cuando hablamos del dinero”. Pero ni tú eres
paraguaya, ni yo soy argentino. El día que vinimos a los pies del Señor Jesús, morimos a nuestra
naturaleza y vinimos a ser ciudadanos del Reino de Dios. Soy un ciudadano del Reino, que vive en
este país, y no me comporto como la gente de este país. Me comporto como un ciudadano del
Reino.
Uno necesita cambiar la forma en que uno piensa si uno quiere dejar de tener los problemas que
tiene la gente del mundo. Los creyentes tienen problemas, primordialmente, en la toma de
decisiones, en la forma en que están estructurados a nivel de pareja, en el área del orden y en el
área de las deudas. Esos son los problemas más comunes.

¿Debe ocuparse la iglesia también de la salud financiera de la congregación? ¿Por qué?


Porque es parte de la Gran Comisión. El Señor Jesucristo dijo claramente en la Gran Comisión: “Id
y haced discípulos a todas las naciones”. Pero ahí no termina la Gran Comisión. Lamentablemente,
muchos pastores y muchas iglesias solo están haciendo la mitad de lo que el Señor Jesucristo nos
dijo que hagamos. El pasaje continúa diciendo: “Enseñándoles todas las cosas que yo os he dicho”.
Sí alcanzar a la gente para el Señor Jesús, traerlos al conocimiento de Él, a la fe salvadora. Pero una
vez que han entrado en el Reino, debemos cumplir la segunda parte de la Gran Comisión, que es:
“Enseñándoles todas las cosas”.
Fíjate que hay como 500 versículos que hablan sobre la fe y otros 500 que hablan sobre la gracia,
pero hay más de 2.350 versículos en la Biblia que hablan sobre cómo quiere Dios que manejemos
el dinero y las posiciones. El tema del dinero es el más mencionado en el Nuevo Testamento,
aparte del amor. El amor es el número uno y el dinero es el tema número dos. Casi todas las
parábolas del Reino que nos contó Jesús hablan sobre cuestiones de dinero: El tesoro encontrado,
La moneda perdida, hasta la parábola del Hijo Pródigo tiene fuertes connotaciones económicas.
Entonces, yo creo que hay algo que Dios nos quiere decir con respecto a este tema, porque si no,
no lo mencionaría tanto.
Nosotros los pastores tenemos la tendencia de pasarle por arriba a todas estas enseñanzas. En
primer lugar, porque no nos han enseñado el tema, entonces es difícil para nosotros enseñarlo
porque no lo aprendimos. En segundo lugar, porque no nos sentimos cómodos hablando de dinero
en la iglesia. Pero, nos sintamos cómodos o no, tenemos que tener el compromiso de enseñar
toda la Palabra de Dios.
Sí hay que hablar de plata, sí hay que hablar de mayordomía, y lo tenemos que hacer porque es
un mandato del Señor Jesús. No podemos enseñar solo el 70 o el 80% de lo que Jesucristo enseñó.
Debemos de enseñar todo el consejo de la Palabra de Dios. No tenemos salida los pastores,
tenemos que estudiar este tema y lo tenemos que enseñar.
¿De qué maneras puede hacerlo? Sugerimos implementar un modelo que he visto en Estados
Unidos. Una iglesia que se llama North Point Community Church, en el norte de Atlanta, muy
famosa. Está liderada por un hermano que se llama Andy Stanley. Él dice que uno tiene que hacer
cuatro cosas: modelar, predicar, enseñar y celebrar.

Modelar
Uno tiene que modelar la vida que uno quiere que los miembros de la iglesia vivan.
Con mi esposa, en los años 90, estábamos en 65.000 dólares de deudas, después de 3 años de
casados y yo era pastor de una creciente iglesia en Chicago y gerente de una radio muy conocida
en EEUU, la radio del Instituto Bíblico Moody. Estábamos absolutamente comprometidos con
Jesús y arriesgábamos nuestra vida todos los días en uno de los barrios más violentos del país.
Pero yo cuando vi estos temas dije: “No puedo enseñar esto en la iglesia porque no tengo poder
moral para pararme detrás del púlpito y enseñar algo que no vivo”. Entramos en un proceso de
sanidad y comenzamos a trabajar en nuestras vidas. Y unos 3 o 4 meses después, cuando ya
estábamos en camino de la sanidad, empezamos a compartir con la gente de la iglesia lo que
estaba ocurriendo con nuestra vida.
Uno tiene que modelar. El líder tiene que ir adelante. Como cuando entraron en la Tierra
Prometida los del pueblo de Israel: Los sacerdotes se tuvieron que mojar los pies en el Jordán para
que el Jordán pudiera abrirse y el pueblo pudiese pasar por tierra seca. Entonces, primero,
nosotros lo tenemos que modelar.

Predicar
No es suficiente predicar de finanzas una vez al año. Está muy bien tener un énfasis una vez al
año, pero uno tiene que incorporar principios de mayordomía bíblica dentro de sus mensajes e ir
tirándolos a lo largo de todo el año. Así como enseñamos que uno tiene que leer la Biblia y orar
todos los días, sin hacer necesariamente un énfasis una vez al año acerca de eso. Lo mismo con
este tema, se tiene que meter dentro de la predicación.

Enseñar
Le recomiendo a los pastores que, a propósito, metan dentro de las clases bíblicas que tiene la
iglesia el tema de finanzas. Dentro del programa de educación de la iglesia, adrede, hay que meter
entre 4 y 6 lecciones cada año sobre este tema de la mayordomía.

Celebrar
Cuando vemos algo que alguien está haciendo y que lo está haciendo muy bien, debemos
celebrarlo. Debemos traerlos hasta la plataforma y decir: “Esto ha pasado con este hermano y
estamos tan contentos que lo haya hecho de esta manera”. “Esta hermana está libre de deudas.
Vamos a darle gloria a Dios por eso”. O, “aquí tenemos un hermano que ha lanzado su pequeña
empresa y le está yendo bien, no tienen ninguna deuda. Y no tuvo que pedir plata prestada al
banco, no es esclavo de nadie. Y así es como queremos que nuestros empresarios prosperen en
nuestra iglesia, siendo libres”. Entonces, celebrar.
Cuando vemos que alguien ha hecho un acto de bondad, de generosidad, debemos traerlo a
colación. A veces, podemos decir el nombre de los hermanos, a veces ellos no quieren que se los
nombre, pero se puede decir: “Tenemos una persona en nuestra iglesia que, a pesar de que tiene
un trabajo muy normal, pagó por la construcción de tal obra, o está sosteniendo tres misioneros”.
Ese tipo de cosas anima a la gente. Pero si no mostramos las cosas lindas que están pasando en la
iglesia, la gente cree que no están pasando, porque nadie las dice. Entonces yo creo que es bien
importante el celebrar las cosas.

¿Cuál es, en su opinión, el consejo bíblico más valioso a la hora de hablar de dinero?
Si tuviera que comenzar una serie sobre el manejo del dinero en la iglesia, comenzaría explicando
quién es Dios, quién soy yo y qué espera Él de mí. Cuando uno tiene una imagen correcta de estas
cosas, las cosas se empiezan a poder en su lugar. Probablemente 1 Crónicas 29.11-12 son los
versículos fundacionales sobre los que hemos construido el ministerio. El otro sería el Salmo 24.1:
“De Jehová es la tierra y su plenitud, el mundo y los que en él habitan”.
Hay muchos versículos que hablan sobre el señorío de Dios sobre nuestras vidas. Entender que
algún día vamos a dar cuenta de nuestra mayordomía. Por un lado, Dios es el dueño absoluto del
universo, Él ha creado el universo y Él es el dueño. Él nunca le pasó la propiedad de nada a los
seres humanos, a nadie. Dios se ha quedado con la propiedad de todo y nos ha dado a nosotros la
responsabilidad de la administración del mundo en el que vivimos.
El salmo 8 habla de eso: “todo lo ha puesto bajo nuestros pies”. ¿Para qué? Para que lo
administremos apropiadamente. Dios es el dueño, yo soy el administrador y Dios espera que yo
sea un administrador fiel de todo lo que Él ha dado, sea mucho o poco.

Dar o no el diezmo, ¿influye en la situación económica del cristiano?


No creo en el diezmo como una fórmula mágica. Pero sí creo que diezmar regularmente reconoce
el señorío de Cristo sobre mi vida. Es un vehículo para mostrarle a Dios mi agradecimiento por su
misericordia y su gracia hacia mí. Es una forma en que yo le pongo a Él primero. Como en Lucas
16.13 dice que no podemos servir a dos señores. Entonces, cuando yo diezmo – y no solamente
diezmo sino también doy ofrendas y soy generoso, pero especialmente el diezmo– cuando tomo
una porción de lo que Dios me da y se lo entrego a Él de vuelta, estoy reconociendo públicamente
y también en mi corazón, que Él es el Señor. Ese acto tiene un impacto sobre el resto de mi vida
económica.
Yo no sé cómo es que funciona eso. No estoy muy seguro, y eso que vengo enseñando estos
temas por más de 20 años. Como tampoco estoy seguro cómo es que la sangre derramada hace
más de dos mil años atrás, me limpia de todo pecado el día de hoy. Pero sabes qué, así funciona.
Hay algo en el asunto de dar el diezmo de forma regular, que impacta en mi vida económica. No
es que siempre recibo más plata, a veces recibo más gracia. A veces, por ejemplo, hay un gasto
que tenía que hacer y de pronto se soluciona y ya no lo tengo que hacer, o ahorro dinero por algún
otro lado. O me llega plata que no estaba esperando. Porque Dios es fiel conmigo y, cuando yo soy
fiel con Él, me coloco en un lugar para que Él pueda derramar su gracia y su misericordia conmigo.
Hay algo en ese asunto. No como un vehículo mágico, sino entendiendo de que es un principio
bíblico que funciona de esa manera en el mundo. Cuando yo lo obedezco, las cosas funcionan
mucho mejor.

¿Qué es lo primero que hay que hacer para cambiar nuestra situación económica?
Yo recomiendo empezar por el ser. La gente que quiere empezar por el hacer se desilusiona o se
cae por el camino porque no tiene las herramientas internas para manejar el hacer. Yo
recomendaría comprar el libro: “Cómo manejar su dinero” del Dr. Larry Burkett, y si tienes esposa
o esposo, hagan juntos este estudios bíblicos que duran 12 semanas. Son buenísimos. Fue el
primer estudio bíblico que implementé en mi congregación, en Chicago. Eso es lo primero que yo
le digo a una pareja que viene a consejería bíblica y tiene problemas de finanzas. Comenzamos con
la Palabra, y una vez que uno tiene en claro cuáles son los principios de la Palabra, uno puede
moverse a la parte práctica.
Tenemos una alianza en el Paraguay, así como en otros países del continente. En Paraguay
trabajamos con la Fundación Principios de Vida. Y ellos poseen una serie de estudios bíblicos sobre
el tema de finanzas. El estudio bíblico más nuevo se llama “La aventura de navegar juntos”. Es un
estudio bíblico para grupos pequeños, acompañado de la práctica.
El ser acompañado por el hacer. Si tienen la oportunidad de abrir un curso así en la iglesia, les va a
revolucionar la vida. Empiecen por ahí. Visiten nuestro sitio web www.culturafinanciera.org. Ahí
hay muchísimos materiales gratuitos (videos, artículos, formularios, etc.) que pueden ayudarles a
manejar el área de las finanzas. Comiencen con el ser y luego muévanse en el hacer. Esos serían
los primeros pasos para mejorar en la vida económica.

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