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La comisión es un órgano de promoción y protección, pero no de carácter judicial, sino cuasi judicial,
no se requiere de un jurista para ser designado miembro, a diferencia de la Corte Interamericana
donde sí es un requisito necesario.
Por su parte, la Corte Interamericana es una institución judicial autónoma de la OEA. Está compuesta
de siete jueces (son elegidos a título personal por mayoría absoluta de votos de los Estados Partes
de la Convención) y su sede está en San José de Costa Rica. La Corte ejerce competencia contenciosa
y consultiva (Artículo 64). La Corte también tiene entre sus competencias la facultad de otorgar
medidas provisiones (Artículo 63.2) y de supervisar el cumplimiento de sus Sentencias (Artículo 65
de la Convención y 69 del Reglamento de la corte).
Las visitas In loco consisten en visitas realizadas por una delegación de la Comisión interamericana,
con el fin tomar conocimiento de forma directa de la situación en materia de derechos humanos. Es
posible que la visita in loco se realice con el fin de monitorear la situación de los derechos humanos
de un país en general, o en específico sobre una situación particular o la situación sobre un derecho
en específico. Para que la Comisión pueda realizar una visita in loco se requiere que el Estado objeto
de la visita manifieste su consentimiento a la visita. Misiones observadoras, indispensables para
preparar los estudios o informes que considerara convenientes, o para formular recomendaciones
apropiadas a los gobiernos de los Estados miembros de la OEA.
Si bien los estados involucrados pueden negar su consentimiento para que se practique una
observación in loco en el territorio de los mismos, no se puede sostener que estos posean una
facultad absolutamente discrecional para permitir o rechazar dichas investigaciones; en realidad,
ellos tienen el deber de cumplir de buena fe con las obligaciones que les impone la Carta de la OEA,
así como el deber de cooperar con las tareas que se les han encomendado a los órganos del sistema.
Por consiguiente, una negativa injustificada por parte del Estado autoriza a la Comision a recurrir a
otras fuentes de información, y a extraer las consecuencias jurídicas que deriven de la falta de
cooperación del Estado. Una vez que el Estado ha consentido en la vista de la Comision, éste debe
proporcionarle todas las facilidades necesarias para que cumpla con su cometido, incluyendo la
libertad de sus integrantes desplazarse internamente, visitar lugares de detención. Y poder dialogar,
en condiciones de plena confidencialidad y sin temor a represalias, con cualquier persona que tenga
información que aportar sobre la situación de los derechos humanos en dicho país. También es
posible que la iniciativa para realizar una investigación in loco, para la Comision, puede surgir del
mismo Estado. El miembro de la Comisión que sea nacional o resida en el territorio del Estado en
donde deba realizarse una observación in loco estará impedido de participar en ella, lo que no
parece corresponder a la circunstancia de que ellos son elegidos a título personal y no representa a
ningún gobierno.
Por otro lado, no obstante que las observaciones in loco tienen un carácter muy amplio y no
persiguen investigar casos individuales sino examinar la situación general de los derechos humanos
del país en que tal visita tiene lugar, no hay ningún impedimento para que en el curso de la misma
se reciban denuncias individuales, o para que se investiguen denuncias individuales pendientes ante
la Comisión.
Las observaciones in loco consideradas en este punto tienen un carácter muy amplio y no persiguen
investigar casos individuales sino examinar la situación general de los derechos humanos del país
en que tal visita tiene lugar, no hay ningún impedimento para que en el curso de la misma se reciban
denuncias individuales, o para que se investiguen denuncias individuales pendientes ante la
Comisión.
El pacto de San José es una de las fuentes de derecho de donde se desprenden derechos humanos
protegidos por el derecho internacional. Es un acuerdo internacional celebrado entre Estados y
regidos por el derecho internacional. Los Estados signatarios del pacto de San José reafirman su
propósito de consolidar en este continente, dentro del cuadro de las instituciones democráticas, un
régimen de libertad personal y de justicia social, fundado en el respeto de los derechos esenciales
del hombre. Reconocen que los derechos esenciales del hombre no nacen del hecho de ser nacional
de determinado Estado, sino que tienen como fundamento atributos de las personas humanas,
razón por la cual justifican una protección internacional, de naturaleza convencional coadyuvante o
complementaria de la que ofrece el derecho interno de los Estados Americanos.
En el pacto de San José, los Estados signatarios reiteran que, con arreglo a la Declaración Universal
de los Derechos Humanos, solo puede realizarse el ideal de ser humano libre, exento del temor y de
la miseria, si se crean condiciones que permitan a cada persona gozar de sus derechos económicos,
sociales y culturales, tanto como de sus derechos civiles y políticos, y considerando que la Tercera
Conferencia Interamericana Extraordinaria (Buenos Aires, 1967) aprobó la incorporación a la propia
Carta de la Organización de normas más amplias sobre derechos económicos, sociales y
educacionales y resolvió que una Convención Interamericana sobre Derechos Humanos (Pacto de
San Jóse) determinará la estructura, competencia y procedimiento de los órganos encargados de
esa materia.
Defina qué es el Protocolo de Buenos Aires y la relevancia que tiene en las funciones de la CIDH
Esta situación fue corregida con la revisión de la Carta de la OEA, mediante el Protocolo de Buenos
Aires, que fortaleció las bases jurídicas de la comisión Interamericana de Derechos Humanos,
incorporándola al texto de la Carta y designándola como “un órgano principal de la Organización”,
cuya función esencial sería “promover la observancia y protección de los derechos humanos y servir
como órgano consultivo de la Organización” en estos asuntos.
Con la reforma a la Carta de la OEA introducida por el Protocolo de Buenos Aires, la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos no sólo salió del limbo jurídico en que se encontraba,
adquiriendo el carácter de órgano convencional –y principal- de la Organización de Estados
Americanos, sino también vio fortalecidas sus atribuciones políticas y diplomáticas respecto de las
que ya se le habían conferido inicialmente; en efecto, a partir de ese momento, la Comision se
convirtió en el único órgano de la OEA con competencias específicas en el áreas de derechos
humanos; y cuyas funciones pasaron a comprender tanto la promoción como la protección de los
derechos humanos, sin prejuicio deservir como órgano consultivo de la OEA en estos mismos
asuntos.
En los artículos 112 y 150 de la Carta de la OEA, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha
expresado que estas normas atribuyen a la Comisión Interamericana la competencia de velar por
los derechos humanos, y que estos derechos no son otros que los enunciados y definidos en la
Declaración Americana. La Comisión tiene como función vigilar la observancia de los derechos
humanos en el continente, según lo dispuesto por la Carta de la OEA, además, de fortalecer la
naturaleza jurídica de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.
El art. 1 del Estatuto de la Comisión definen a ésta como un “órgano consultivo” de la OEA, y no
como un cuerpo con la potestad inherente de juzgar cuestiones y de dictar correctivos que excedan
las facultades que le han sido acordadas. Según el gobierno de los Estados Unidos La Comisión
“solamente puede examinar los alegatos presentes relativos a derechos humanos y en relación con
la Declaración Americana, que es una manifestación acordada de principio generales sobre
derechos humanos, no obligatorios.
Las funciones de la Comisión están señaladas por el art. 41 de la Convención, el cual corresponde,
en lo sustancial, con las competencias que se le habían encomendado por los arts. 9 y 9(bis) de su
Estado anterior. Las funciones de la Comisión dependen de que el Estado involucrado haya ratificado
la convención o solo sea miembro de la OEA; mientras en este último caso sus atribuciones son
esencialmente políticas o diplomáticas, respecto de los Estados partes en la Convención ella posee,
además, importantes atribuciones de carácter judicial o casi-judicial.
Articulo 42
Los Estados partes deben remitir a la Comisión copia de los informes y estudios que en sus
respectivos campos someten anualmente a las Comisiones Ejecutivas del Consejo Interamericano
Económico y Social y del Consejo Interamericano para la Educación, la Ciencia y la Cultura, a fin de
que aquella vele porque se promuevan los derechos derivados de las normas económicas, sociales
y sobre educación, ciencia y cultura, contenidas en la Carta de la OEA, reformada por el protocolo
de Buenos Aires.
Articulo 43
Los estados partes se obligan a proporcionar a la Comisión las informaciones que esta les solicite
sobre la manera en que su derecho interno asegura la aplicación efectiva de cualesquiera
disposiciones de esta Convención.
Una vez que la Comision ha introducido un caso ante la corte para ser decidido por esta,
automáticamente cesa la competencia de la Comision para seguir conociendo de ese mismo asunto.