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El Franco CFA, Una Moneda Colonial, Servil y Depredadora: Portada África
El Franco CFA, Una Moneda Colonial, Servil y Depredadora: Portada África
20-08-2018
La obra negativa del colonialismo francés y europeo en África
El franco CFA, una moneda colonial, servil y depredadora
Saïd Bouamama
bouamamas.wordpress.com
Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos.
Por primera vez desde las independencias varias manifestaciones públicas en diferentes países de
África (Dakar, Cotonou, Libreville, Bamako, etc) y en la región parisina han exigido la desaparición
del franco CFA, una moneda que el colonialismo francés impuso a catorce países en el momento de
las independencias. Estas manifestaciones impulsadas por movimientos juveniles marcan la
entrada en escena de una nueva generación militante africana. No es casual que el franco CFA se
haya elegido como objetivo en el arsenal de sometimiento a la dependencia que impone el
colonizador en la década de 1960. En efecto, todas las demás zonas monetarias coloniales llegaron
a su fin con la disolución de la última, la zona libra esterlina, en 1979 (1). Esta moneda, que el
Estado francés presentaba como un símbolo de la cooperación, muestra cada vez más lo que es: un
símbolo provocador de una dependencia colonial que además del franco CFA posee otras
herramientas: la deuda, el Acuerdo de Asociación Económica (AAE), los acuerdos de defensa, la
francofonía. "Mientras que las demás monedas africanas simbolizan por medio de su nombre la
ruptura con la colonización y la independencia adquirida a principios de la década de 1960 (naira
en Nigeria, cedi en Ghana, dinar en el Norte de África), la moneda que circula de Dakar a Yaundé
pasando por Abidjan, Lomé, Bamako y Malabo sigue haciendo referencia al colonizador" (2), resume
el jurista Yann Bedzigui. Génesis de una moneda colonial
La zona franco (3) se crea oficialmente en 1939 en el periodo de la guerra mundial para "constituir
un «tesoro de guerra» y anticiparse a la inestabilidad debida a cualquier situación conflictiva
mundial" (4). Antes de ello en las colonias francesas se concedía a bancos privados un "privilegio
de excepción" que les permitía emitir francos con la misma paridad que el franco metropolitano. La
preocupación principal en los albores de la guerra mundial es evitar la fuga de capitales lo que,
según explica un documento del Banco de Francia, lleva a "un control estricto de los cambios y
entonces se impone la incovertibilidad del franco fuera de un espacio geográfico que incluye la
Francia metropolitana, sus departamentos de ultramar y sus colonias africanas y asiáticas" (5).
Los alemanes imponen durante la ocupación una moneda de ocupación específica que funciona en
muchos aspectos según unos principios similares a los que presidirán el establecimiento del franco
CFA en 1945: una moneda local dependiente del Deutschemark, un tipo de cambio entre ambas
monedas que se fija en Berlín, el drenaje de recursos a beneficio de la potencia ocupante, un
control estatuario del Banco Central por medio de un comisario alemán, etc (6). "La manera como
se transformó la moneda durante la Segunda Guerra Mundial en Francia es ejemplar de una
subordinación de lo monetario a la político. [...] el poder adquisitivo del ocupante se había
duplicado artificialmente y le permitía adquirir riquezas a menor coste. Esto formaba parte de la
política de drenaje de los recursos franceses a beneficio del Reich" (7), resume el economista
Jérôme Blancs.
Así, al acabar la Segunda Guerra Mundial se crea el franco CFA (franco de las Colonias Francesas de
África del Oeste y de África Central) y el franco CFP (franco de las Colonias Francesas del Pacífico).
Del mismo modo que en mayo de 1940 los nazis fijan arbitrariamente el valor del marco en 20
francos franceses, el decreto del 25 de diciembre de 1945 referente a la creación del franco CFA y
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del franco CFP fija el valor del primero en 1.7 francos metropolitanos y el del segundo en 2.4
francos (8). Efectivamente, se trata de una moneda de ocupación. Esta similitud lleva al economista
marfileño Nicolas Agbohou a hablar de "nazismo monetario" en su libro Le Franc CFA et lEuro
Contre lAfrique (9) que desempeñó un papel importante en la toma de conciencia que lleva a las
movilizaciones contemporáneas contra el franco CFA.
El temor a que se radicalicen las luchas de liberación nacional en la década de 1960 lleva al general
de Gaulle a emprender una descolonización que no lleva a verdaderas independencias. Para ello
era necesario encorsetar a los nuevos Estados en unas relaciones de cooperación que desembocan
sistemáticamente en la dependencia económica respecto a París. El vínculo colonial se convertía en
un vínculo neocolonial. En este contexto se mantienen la zona franco y el franco CFA con un simple
revoque de fachada para tener en cuenta las independencias: el franco de las Colonias Francesas
de África se convierte en el Franco de la Comunidad Financiera Africana para África del Oeste y
franco de Cooperación Financiera en África Central. Tanto antes de las independencias como
después la zona franco se rige por las mismas cinco reglas imperativas que otorgan a París el
control de las políticas económicas de los países de la zona franco.
La primera regla es la de "la centralización de las reservas de divisas" por parte del Banco de
Francia, es decir, la obligación de depositar en el Banco de Francia una parte importante de las
reservas en divisas de los países de la zona franco (un 65 % hasta 2005 y un 50 % desde
entonces). Estas reservas ya no están a la libre disposición de Estados que, sin embargo, son
soberanos oficialmente. Estos depósitos se invierten a beneficio de la economía francesa y
producen intereses. Así, el control de la mitad de los ingresos de los países africanos se pone al
servicio de la economía francesa. El economista congoleño Stéphan Konda Mambou (10) calculó
que en 2014 las sumas sustraídas así a los países de la zona franco ascendían a 8 billones de
francos CFA, esto es, 12.000 millones de euros.
La segunda regla es la de la paridad fija entre el franco CFA y el franco, y más tarde con el euro una
vez que este se estableció. El valor del franco CFA respecto a las demás monedas (dólar, yen, etc.)
varía según unos porcentajes iguales a los de las variaciones entre el euro y las demás monedas.
Cuando, por ejemplo, el euro sube o baja respecto al dólar, el franco CFA hace lo mismo. Se trata
de hecho de una verdadera negación de las economías africanas. Los países de la zona franco
están privados de la posibilidad de actuar sobre la tasa de cambio de su moneda cuando este arma,
explica el economista Jean-Luc Dubois, es un "instrumento de política económica de una
importancia particular puesto que estos países producen y exportan productos de base y tienen
que ser competitivos en el mercado internacional" (11). La sujeción a un euro fuerte penaliza las
exportaciones a destinos diferentes de la Unión Europea.
La tercera regla es la libre transferibilidad. Por consiguiente, con esta regla no hay ningún límite a
las transferencias de dinero a Europa y Francia. Se legaliza el saqueo. Los beneficios obtenidos en
la zona se repatrian a Europa con lo que se convierte a África en un financiador de Europa en
general y de Francia en particular. La repatriación se convierte en regla y la reinversión en el lugar
en la excepción. Así, el economista senegalés Demba Moussa Dembélé calcula la huida de capitales
africanos a Europa en 850.000 millones de dólares entre 1970 y 2008 (12).
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La cuarta regla se ofrece como contrapartida positiva de las tres anteriores. Estas tres reglas se
plantean como condiciones para "beneficiarse" de esta última: la garantía de convertibilidad
ilimitada por parte del Tesoro francés. Si un Estado de la zona franco no puede asegurar el pago en
divisas de sus importaciones el Tesoro francés se compromete a suplirlo proporcionando las divisas
que faltan. Cualquier persona que posea francos CFA tiene la garantía de poder convertirlos en
divisas. El colmo del cinismo es que esta convertibilidad no es válida para los diferentes francos
CFA entre ellos, lo que tiene el efecto lógico de disuadir los intercambios interafricanos.
La última regla instaura la dependencia directa por medio de la cogestión de los dos bancos
centrales africanos de la zona: el BEAC (Banco de los Estados de África Central) y el BCEAO (Banco
Central de los Estados de África del Oeste). En el consejo de administración del BEAC hay cuatro
administradores franceses y dos en el del BCEAO. La unanimidad se exige sobre todo para
cualquier decisión importante (13). Concretamente se trata de un derecho de veto que impide
decisiones contrarias a los intereses franceses. La primera herencia colonial de África es,
efectivamente, un neocolonialismo monetario y financiero que el historiador y geógrafo Jean-Suret
Canale resume así:
"Después de las independencias el mantenimiento del franco CFA en la antiguas colonias francesas
de África se convirtió en un instrumento del neocolonialismo francés que otorgó a Francia el control
de su economía y una posición privilegiada a las empresas francesas. Los Estados africanos no
tenían prácticamente ningún derecho de control sobre sus monedas, emitidas por unos institutos
de emisión cuya sede no se transfirió de Francia a África hasta 1972-1972. Francia disponía de las
divisas obtenidas por la venta de las materias primas africanas [...] La libre convertibilidad permitía
a las empresas francesas situar de forma preferente sus mercancías en la zona franco y repatriar
libremente beneficios y capitales. [...] La mayor parte de los activos exteriores de los Estados
africanos se debía invertir en unas "cuentas de operaciones" del Tesoro francés que fueron
constantemente beneficiarias hasta finales de la década de 1970. Según afirma Paul Fabra, cronista
económico de Le Monde , la «garantía» aportada por Francia al franco CFA solo existía ¡a
condición de que no hubiera motivos para actuar!" (14).
Una de las pruebas de que la zona franco es un engranaje esencial del neocolonialismo francés es
la reacción de París ante la decisión de algunos Estados africanos de salir de esta zona y acuñar
una moneda propia (Togo, Guinea*, Mali, Mauritania, Madagascar). En Guinea el nuevo Estado
independiente promulga el 1 de marzo de 1960 una "reforma del régimen monetario" que se
traduce en la creación de una moneda nacional, el franco guineano. El presidente de la República
de Guinea Ahmed Sékou-Touré argumenta así esta reforma: "A partir de esta reforma es cuando se
va a poder producir la liberación económica, obstaculizada hasta entonces por un sistema
financiero cuya naturaleza, características y definición seguían siendo las del antiguo régimen, él
mismo dependiente del sistema económico del país «metrópoli»" (16).
Desde que Sékou-Touré pronunció un NO rotundo a la Comunidad gaullista en 1958 fue objeto de
presiones económicas constantes por parte de la antigua potencia colonial. De Gaulle quiere dar
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ejemplo en Guinea sancionando a quien había osado decir en respuesta al chantaje al final de "la
ayuda" francesa: "Preferimos la pobreza en libertad a la riqueza en la esclavitud. [...] No
renunciaremos, nunca renunciaremos a nuestro derecho a la independencia" (17). Inmediatamente
después de este discurso se retira a los funcionarios y técnicos franceses, y se organiza una
verdadera hemorragia financiera. También en respuesta a estas presiones económicas se toma la
decisión de acuñar una moneda nacional. El director del Banco Central de Guinea describe así el
contexto de esta decisión: "Se trataba de evitar el estrangulamiento de nuestra economía por parte
de la potencia que la controlaba hasta entonces. Las arcas habían sido vaciadas de su contenido.
Las empresas francesas repatriaban sus inmensos beneficios sin control alguno. Era una
hemorragia. Ahora bien, no se puede controlar verdaderamente una economía sin controlar su
moneda" (18).
"Teníamos que desestabilizar a Sékou Touré, hacerle vulnerable, impopular y facilitar la toma de
poder por parte de la oposición. [...] Una operación de esta envergadura comporta varias fases:
recogida y análisis de información, elaboración de un plan de acción a partir de esta información,
estudio y establecimiento de los medios logísticos, adopción de medidas para la realización del
plan. [...] Con la ayuda de exiliados guineanos refugiados en Senegal también organizamos grupos
de resistencia armada de oposición en [la región montañosa del interior de Guinea] Fouta-Djalon.
Expertos franceses en operaciones clandestinas se encargaron de la dirección. Armamos y
adiestramos a estos oponentes guineanos, muchos de los cuales pertenecían al pueblo fulani, para
que crearan un clima de inseguridad en Guinea y, si fuera posible, derrocaran a Sékou Touré [...]"
(20).
Sin duda el objetivo es doblegar a Guinea, pero también advertir y amenazar a los demás países de
la zona franco. "Vean lo que ocurrirá si tratan de emanciparse de la zona franco. La opción es
sencilla: el franco CFA o la crisis monetaria permanente" (21), traduce el periodista Jean Chatain.
En Guinea fracasó el plan de desestabilización; en Mali, en cambio, un plan idéntico llevó a un golpe
de Estado que derroca al presidente Modibo Keita. También en este país la salida de la zona franco
se relaciona con el objetivo de "descolonización económica"(22) que fija en septiembre de 1960 el
segundo congreso de Union Soudanaise-Rassemblement Démocratique Africain ( US - RDA ) cuyo
líder Modibo Keita es presidente de la República. Como en Guinea la reacción es un intento de
desestabilización fomentando en esta ocasión manifestaciones públicas ante la Embajada de
Francia para exigir la vuelta al franco CFA. Para ello los agentes franceses se apoyan en la
inquietud de muchos comerciantes ante una moneda nacional no convertible. El sindicalista y
militante del US-RDA Amadou Seydou Traoré recuerda así estos acontecimientos:
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"El nacimiento del franco maliense sonó como un gong en la conciencia del neocolonialismo en
Mali y en África del Oeste. Era demasiado según la apreciación del colonialismo y de sus agentes
comprados. Había que actuar rápido y golpear fuerte: echar abajo el poder popular. Por lo tanto, la
caducidad de las tácticas de obstrucción y de las acciones dilatorias hizo que la táctica de violencia
brutal se manifestara solo diecinueve días después de la creación de la moneda maliense en forma
de complot el 20 de julio de 1962. Pisotearon la bandera nacional, rompieron los billetes y gritaron
consignas como «¡Viva Francia!», «¡Abajo el franco maliense!»" (23).
La contramanifestación organizada por US-RDA para apoyar el franco maliense es masiva. Los
manifestantes denuncian lo que en adelante se denomina el "Complot del 20 de julio" y el gobierno
maliense acusa a la Embajada de Francia de tener relación con los manifestantes. La decisión de
evacuar las bases militares francesas deteriora aún más las relaciones entre Mali y la antigua
potencia colonial. "Hasta 1968 y la caída de Modibo Keita, derrocado por un golpe de Estado militar,
las distancias política y económica que adoptaron Mali y Francia siguieron aumentando" (24),
resume el historiador Pierre Boilley. El golpe de Estado del general Moussa Traoré en noviembre de
1968 firma un acercamiento inmediato a París que se concretizará rápidamente en una garantía
monetaria del Banco de Francia sobre la base de una serie de condiciones y en particular la
privatización de las empresas estatales. Se cumplieron las condiciones, Francia anuló la deuda
maliense y Mali retomó el franco CFA como moneda en junio de 1984.
"La situación financiera del Togo recién independizado era muy inestable, así que para salir de esta
situación Olympio decidió sacar a su país, Togo, de la zona monetaria franco CFA y crear su propia
moneda. El 13 de enero de 1963, tres días después de que Olympio empezara a imprimir la
moneda propia de su país, una banda de soldados analfabetos apoyados por Francia asesina al
primer presidente electo del África recién independiente. [...] El sueño de Olympio era construir un
país independiente y autónomo. A Francia nunca le gustó la idea y lo asesinó" (25).
Terminemos con los casos malgache y mauritano, que a pesar de las presiones acabaron saliendo
de la zona franco. En el caso de Mauritania, que sale de la zona monetaria en 1973, la proximidad
con los Estados del Magreb hace más difíciles las presiones directas. "En cambio para Mauritania,
mejor dotada de recursos naturales, [la salida de la zona franco] fue una opción política explícita a
favor de una independencia monetaria total y que corresponde a un acercamiento político a los
Estados del Magreb" (26), señalan los economistas Patrick y Sylviane Guillaumont.
Por lo que se refiere a Madagascar, la salida del franco CFA se lleva a cabo al final de una década
de contestación social que combina revueltas e insurrecciones campesinas (27) en el sur del país a
partir de 1967, un movimiento cultural y político de los jóvenes descendientes de esclavos de los
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barrios populares opuestos a la dominación cultural francesa ("los zwam") (28) y continuas huelgas
obreras y estudiantiles. Con el paso del tiempo y con la represión este movimiento se irá
radicalizando y culmina en la caída de la primera República en 1972. Estas luchas tienen en común
una denuncia del neocolonialismo francés y un llamamiento a una verdadera independencia. Tanto
la salida del franco CFA como el desmantelamiento de la base militar de Ivato son reivindicaciones
que arraigaron durante esta década de lucha. La relación de fuerzas es tal que en ese momento
resulta impensable una injerencia francesa.
Era necesario recordar estos hechos para darse cuenta de la importancia que tiene el franco CFA
para el neocolonialismo francés. Siempre que las presiones, las injerencias y las desestabilizaciones
fueron posibles se llevaron a cabo para llamar al orden a los recalcitrantes. Las únicas salidas
aceptadas fueron las impuestas por la relación de fuerzas. A la luz de estos hechos es como hay
que juzgar la credibilidad de las palabras pronunciadas por Macron en la cumbre del G5 Sahel de
Bamako en julio de 2017, en la que declaró cínicamente: "Si alguien no está contento en la zona
franco, la abandona y crea su propia moneda, como hicieron Mauritania y Madagascar".
"Como cualquier agente económico inteligente, Francia invierte naturalmente los inmensos
capitales africanos en las entidades financieras que tiene las mejores tasas de remuneración.
Lógicamente, se apropia de la diferencia de las tasas de interés. Por ejemplo, garantiza el pago a
los africanos de una tasa anual del 2 %, mientras que percibe una remuneración del 4.5 %. La
diferencia neta de las tasas de interés que recupera es del 2.5 % Suponiendo que el capital africano
invertido ascienda a 100 billones de francos CFA, Francia percibe una cantidad neta de 250.000
millones de francos CFA de intereses anuales. [...] De estos [los recursos así obtenidos], Francia
destina una parte pequeña (por ejemplo, 10.000 millones de francos) a prestarlos a los países de la
zona franco con unas tasas de interés bajas que oscilan entre el 3 % y el 10 % al año, ¡y lo pregona
a los cuatro vientos para mostrar al mundo entero su generosidad con esta África a la que pretende
ayudar así! Es lo que se denomina ayuda financiera de Francia a sus antiguas colonias" (29).
El carácter depredador del franco CFA se acentúa aún más con las mutaciones de la situación
mundial a partir de finales de la década de 1970. En efecto, esta década es la del fomento del
endeudamiento de los países africanos y después de la imposición de los Planes de Ajuste
Estructural (PAE) (30) del Fondo Monetario Internacional:
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"En el lapso de diez años el endeudamiento de los Estados africanos se ha decuplicado. Bajo el
efecto de una degradación muy palpable de los términos de intercambio (31) sus reservas de
divisas se desmoronaron. Su déficit comercial global, que en 1973 no superaba los 1.800 millones
de dólares, superó la barrera de los 11.000 millones desde la década de 1980 . Las operaciones de
reescalonamiento de la deuda se multiplicaron (11 entre 1979 y 1981) mientras que las
intervenciones del FMI pasaron de dos en 1978 a 21 en 1982" (32).
Esta política de fomento de la deuda y después de poner bajo el control del FMI corresponde a una
ofensiva cada vez mayor de Estados Unidos (que tiene un lugar preponderante en el seno del FMI y
del Banco Mundial) en África en el marco de una competencia económica con Europa que no hará
más que aumentar. Ya en 1984 el investigador de ciencias políticas Zaki Laïdi destaca al respecto
que "en las zonas regionales en las que se había establecido la preeminencia de la presencia
francesa el Banco Mundial logró destronar a Francia en la financiación de las ayudas a la inversión y
de los préstamos no destinados a proyectos" (33). Una década después tanto el FMI como Estados
Unidos utilizarán el chantaje de parar los préstamos para imponer una devaluación del 50 % del
franco CFA.
La final de la "Guerra Fría" no hace más que acentuar esta ofensiva estadounidense en África. La
desaparición de la URSS y de los equilibrios surgidos tras la Segunda Guerra Mundial refuerzan la
competencia por los bienes raros que son las energías y las materias primas estratégicas. A partir
de ahora ningún "enemigo común" frenará la competencia feroz entre los tiburones. Ron Brown,
Secretario de Estado de Comercio de Bill Clinton, resume explícitamente la nueva estrategia
estadounidense en mayo de 1995: "Los estadounidenses", precisa durante la Cumbre
Afroestadounidese de Dakar, "van a plantar cara a los socios tradicionales de África, empezando
por Francia. Ya no dejaremos África a los europeos" (34).
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Tesoro francés y de pauperización de los pueblos de la zona franco: "Un Tesoro público francés
[que] se llena con los activos exteriores netos de los africanos cuya situación social no deja de
degradarse al transferir a París y almacenar ahí los frutos de sus enormes sacrificios consentidos ya
que se respetan estrictamente unos acuerdos monetarios que les perjudican estructuralmente"
(37), resume el economista Nicolas Agbohou. Las consecuencias para los pueblos son inmediatas y
catastróficas: "Lo que se abate sobre las condiciones de vida de los pueblos concernidos es un
tornado monetario. ¡Al año siguiente los precios de los medicamentos se habrán multiplicado por
dos! En muchos países concernidos la esperanza de vida ira disminuyendo a lo largo de los años
siguientes. En el ámbito alimentario el choque también es brutal" (38), comenta el periodista Jean
Chatain. Por ejemplo, el precio del arroz (que es un elemento clave de la alimentación popular)
subió un 69 % en el caso del arroz local y un 42 % en el del arroz importado de Senegal, y un 47 %
y un 54 % en Mali (39).
Con la creación del euro en enero de 1999 el franco CFA queda sujeto al euro, es decir, en adelante
su valor depende del valor del euro. Esta sujeción a una moneda fuerte tiene importantes
consecuencias que Zéphirin Diabré, exministro de Economía y Finanzas de Burkina Faso, resume
así:
"El franco CFA está vinculado al euro por medio de una paridad fija. Ahora bien, el euro es una
moneda fuerte que se refuerza cada día frente a otras monedas, sobre todo respecto al dólar. Cada
vez que el euro se aprecia el franco CFA hace lo mismo automáticamente, lo que tiene varias
consecuencias nefastas: los costes de producción locales se vuelven menos competitivos que los de
los países que están fuera de la zona euro y las exportaciones, que se formulan en dólares, se
desmoronan, como se ve con el algodón" (40).
La sobrevaloración estructural del franco CFA por medio de esta paridad fija con el euro no es
anodina. Así, entre 2000 y 2010 el dólar perdió un 43 % de su valor frente al euro. La paridad fija en
el marco de una política del euro fuerte se justifica oficialmente como un medio de preservar la
estabilidad de la moneda. En realidad es un medio para hacer a las economías africanas
dependientes de la Unión Europea. Las empresas europeas, particularmente las francesas, se
benefician de este mecanismo y dominan el conjunto de los sectores económicos. Una política
económica basada en los intereses de una potencia exterior: en efecto, estamos todavía ante una
lógica colonial de extraversión con la apariencia, además, de países independientes.
Hay que tener en mente este sometimiento a una dependencia estructural para comprender el
persistente debilitamiento del tejido social de los países de la zona, el desarrollo desigual entre las
regiones de un mismo país, la continua pauperización encubierta por unas tasas de crecimiento que
nada dicen de la redistribución de este "crecimiento", la desesperación de una parte importante de
la juventud que le empuja a emigrar a pesar de las condiciones dramáticas que convierten al
Mediterráneo en una maquina de matar, etc. La inestabilidad, los conflictos, las ideologías de la
desesperación, las guerras, etc., no son sino los resultados lógicos del desarrollo que se ha vuelto
imposible, entre otras cosas, por esta moneda colonial, servil y depredadora.
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El hecho de que unos jefes de Estado africanos (como Allassane Ouattara de Costa de Marfil, Macky
Sall de Senegal o Patric Talon de Benín) se comprometan personalmente en la defensa de la
moneda colonial es indicativo del aumento del rechazo del franco CFA. En efecto, durante décadas
estas tomas de postura eran inútiles ya que esta moneda parecía indiscutible dada la relación de
fuerzas ideológicas en África. Otros jefes de Estado se ven obligados a hacerse eco (aunque sea
lejano y eufemístico) de esta toma de conciencia cada vez mayor. Es lo que ocurrió el 11 de agosto
de 2015 con el presidente de Chad Idriss Deby, que declara:
"Hoy en día existe el franco CFA que está garantizado por el Tesoro francés. Pero esta moneda es
africana. Es nuestra moneda. Ahora es necesario que en la práctica esta moneda sea la nuestra
para que, llegado el momento, podamos hacer de ella una moneda convertible y una moneda que
permita desarrollarse a todos estos países que todavía utilizan el franco CFA. [...] África, la
subregión, también los países francófonos, lo que yo denomino cooperación monetaria con Francia,
hay cláusulas que están anticuadas. Habrá que revisar estas cláusulas en interés de África y
también en interés de Francia. Estás cláusulas lastran la economía de África, estas cláusulas no
permitirán desarrollarse con esa moneda" (41).
Esta relativa y todavía modesta liberación de la opinión de los responsables políticos y económicos
no es sino un reflejo de las manifestaciones públicas militantes producidas recientemente en varios
países de la zona franco. El debate se plantea en la calle de una manera mucho más radical por
parte de una nueva generación militante: la de la devaluación. Testimonio de ello es el nombre
elegido en Senegal por el colectivo que se hace cargo de la lucha contra el franco CFA: "France
dégade" [Francia lárgate]. Uno de sus líderes, el joven Guy Marius Sagna, declara así de forma
mucho menos timorata y eufemística que las declaraciones de los responsables antes citados:
"Hoy hemos convocado una concentración esencialmente para reafirmar nuestra oposición al
franco CFA porque consideramos que es una moneda neocolonial que frena el desarrollo. A partir
de hoy debemos ir más allá de la denuncia del franco CFA y exigir nuestra salida. Precisamente
pensamos que para romper hoy el vínculo neocolonial del franco CFA habría que exigir la salida de
Francia de nuestros bancos centrales. Francia debe salir, es lo que hemos llamado el Frexit , es
decir el «France exit», que Francia se largue de nuestros consejos de administración en los que
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tiene derecho a veto" (44).
Notas:
(1) Las demás zonas se disolvieron en las fechas siguientes: zona franco belga en 1960, zona
pesetas en 1969 y zona escudo en 1975.
(2) Yann Bedzigui, La zone franc : Un reliquat davenir, Annuaire français de relations
internationales, volumen XIII, 2012, p. 533.
(3) La expresión "zona franco" solo se hizo oficial en 1953 con la creación de un "Comité monetario
de la zona franco".
(4) Jean-Baptiste N. Wago, Zone franc - outil de développement ou de domination ? : Le cas des
Etats africains, LHarmattan, París, 1995, p. 23.
(5) Nota informativa del Banco de Francia, La Zone franc, agosto de 2015, p. 2.
(6) Véase sobre la política monetaria nazi Jérôme Blanc, " Pouvoirs et monnaie durant la seconde
guerre mondiale en France : la monnaie subordonnée au politique", Conférence Internationale sur
la «Guerre, la monnaie et la finance» , junio de 2008, Nanterre.
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(8) Estas paridades se fijaron finalmente en 2 francos "metro" para el CFA en 1848 y en 5.5 francos
"metro" para el CFP en 1949. Permanecieron sin cambios hasta la devaluación de 1994. Cf. Jean
Suret-Canale, "La dévaluation du francs CFA et ses conséquences", Aujourdhui lAfrique, n° 51,
1994, p. 8.
(9) Nicolas Agbohou, Le Franc CFA et lEuro contre lAfrique , Editions Solidarité Mondiale, París,
1999.
(10) Stéphan Konda Mambou, Tant que les Lions nauront pas leurs propres historiens ... Pour une
prise de conscience de la jeunesse africaine, Edilivre, Saint-Denis, 2014.
(11) Francis M. Baye y Sunday A. Khan, "Le mésalignement du taux de change réel au Cameroun :
1970-1996", en Jean-Luc Dubois y Aloysius Ajab Amin (dir.), Croissance et développement au
Cameroun : dune croissance équilibrée à un développement équitable, Bamenda (Camerún),
2009, p. 151.
(12) Demba Moussa Dembélé, " Cinquante ans après les indépendances en Afrique francophone. Le
franc CFA en sursis", Le Monde Diplomatique, julio de 2010, p. 12.
(13) Durante la renegociación de los acuerdos en 1972 para África Central y en 1973 para África del
Oeste la regla de la unanimidad para las decisiones importantes se sustituye por la de dos terceras
partes para el Banco de los Estados de África Central (BEAC) y seis séptimas partes para el Banco
Central de los Estados de África del Oeste (BCEAO). En la práctica se mantiene objetivamente el
poder de veto. En el mismo orden de "cambio" los nuevos acuerdos transfieren a África las sedes
de ambos bancos centrales africanos.
(14) Jean Suret-Canale, "La dévaluation du francs CFA et ses conséquences", op. cit., p. 8.
(15) El concepto de servidumbre para hablar del franco CFA se debe al economista Joseph
Tchundjang Pouémi , Monnaie, servitude et liberté - La répression monétaire de lAfrique ,
Menaibuc, París, 2000.
(16) Ahmed Sékou-Touré, LAfrique en marche, Imprimerie nationale Patrice Lumumba, Conakry,
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1981, p. 412.
(17) Ahmed Sékou-Touré, discurso de 25 de agosto de 1958 en Conakry, en presencia del general
De Gaulle.
(18) Citado en Jacques Arnault, Du colonialisme au socialisme, É ditions sociales, París, 1966, p.
195.
(19) Maurice Robert, « Ministre » de lAfrique , Entretiens avec André Renault, Seuil, París, 2004,
p. 107.
(21) Jean Chatain, " Franc CFA, du « colonial qui dure »", Aujourdhui lAfrique, n° 143, marzo de
2017, p. 22.
(24) Pierre Boilley, "Un complot français au Sahara ? Politiques françaises et représentations
maliennes", en GEMDEV y Université du Mali (coord.), Mali-France. Regards sur une histoire
partagée, Karthala, París, 2005, p. 172.
(25) Martin Fankoua y Arnaud Romeo, Vers une nouvelle Afrique ?, tomo 2, Authorhouse,
Bloomington, 2014, p. 34.
(26) Patrick y Sylviane Guillaumont, " Ladaptation des mécanismes monétaires et la liberté de
choix des pays africains -Avantages et inconvénients de la zone Franc", Le Monde Diplomatique,
mayo de 1974, p. 17.
(27) Gérard Althabe, " Les manifestations paysannes davril 1971", Revue Française dEtudes
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Politiques Africaines, n° 78, 1972, pp. 71-77.
(28) Marco Gardini, " Lactivisme politique des descendants desclaves à Antananarivo : les
héritages de Zoam", Politique Africaine, n° 140, 2015/4, pp. 23-40.
(29) Nicolas Agbohou, Le Franc CFA et lEuro contre lAfrique, op. cit., p. 103.
(30) Los PAE están constituidos por condiciones impuestas para obtener un escalonamiento de la
deuda o la obtención de un nuevo préstamo. Las condiciones son prácticamente las mismas para
todos los países: privatización de las empresas públicas, fin de las subvenciones a los productos de
primera necesidad, política de austeridad, apertura completa del comercio exterior, aumento de los
derechos de los inversores extranjeros, etc.
(32) Zaki Laïdi, " Les Etats-Unis et lAfrique : une stratégie dinfluence croissante", Politique
Etrangère, n°49/2, 1984, pp. 305-306
(34) Ron Brown, citado en Robin Philpot, Ç a ne sest pas passé comme ça à Kigali, Duboiris, París,
2004, p. 196.
(35) Alain Delage y Alain Massiera, Le Franc CFA. Bilan et perspectives, LHarmattan, París, 1994,
p. 96.
(36) Francis Arzalier, " La fin du pré-carré", Aujourdhui lAfrique, n° 51, 1994, p. 10.
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(37) Nicolas Agbohou, Le Franc CFA et lEuro contre lAfrique , p. 129.
(38) Jean Chatain, Franc CFA, du « colonial qui dure », op. cit., p. 22.
(39) Assou Massou, Riz : loccasion manquée, Jeune Afrique, n° 1836, del 13 al 19 de marzo de
1996, p. 52.
(40) Zéphirin Diabré, « Chaque fois que lEuro sapprécie, le franc CFA fait de même, de manière
automatique », Entrevista de Le Monde, 28 de mayo de 2007,
https://www.lemonde.fr/examens/article/2007/05/28/chaque-fois-que-l-euro-s-apprecie-le-franc-cfa-f
ait-de-meme-de-maniere-automatique_915696_3404.html , consultado el 13 de julio de 2018 a las
17 h 30.
(41) Citado en " Quand Deby proposait la mort du Franc CFA", Mondafrique, 23 de octubre de
2015, https://mondafrique.com/quand-deby-proposait-la-mort-du-franc-cfa/ , consultado el 14 de
julio de 2018 a las 9 h 00.
(42) Victor Béranger, " Cedeao : Kaboré défend la création de la monnaie unique dès 2020" , Jeune
Afrique, 18 de diciembre de 2017,
http://www.jeuneafrique.com/503282/economie/cedeao-kabore-defend-la-creation-de-la-monnaie-u
nique-des-2020/ , consultado el 14 de julio de 2018 a las 9 h 45.
(44) " Que la France dégage.." (Front anti Franc CFA), 25 de septiembre de 2017,
https://www.akody.com/business/news/que-la-france-degage-front-anti-franc-cfa-313425
consultado el 14 de julio de 2018 a las10 h 30.
Fuente:
https://bouamamas.wordpress.com/2018/07/20/loeuvre-negative-du-neocolonialisme-francais-et-eu
ropeen-en-afrique-le-franc-cfa-une-monnaie-coloniale-servile-et-predatrice/
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