Está en la página 1de 6

Hacia la madurez

Clase 13: Esperanza: tenemos un futuro garantizado

Dios sabe que como seres humanos estamos llenos de miedos, incertidumbres y temores;
desde los más triviales como el miedo a la oscuridad, hasta otros que nos atormentan
más como el miedo al futuro o a la misma muerte. Vivimos bajo la sombra del miedo, sin
saber qué va a pasar, sin una claridad de lo que vendrá.

Sin embargo, la Biblia nos invita constantemente a no temer; Dios nos recuerda que,
como hijos de Dios, no hay razón para tener miedo.

Versículos:

Salmos 56:3
Salmos 118:6
Filipenses 4:6
1 Pedro 5:7
Deuteronomio 31:6
Juan 14:1
Romanos 8:15

La principal razón para no tener miedo es simple: tenemos esperanza, y esa esperanza
es Jesús.

A lo largo del curso vimos temas como la disciplina, la humildad, la adoración, pero
muchas veces perdemos el sentido y el propósito real de nuestras vidas; no estamos muy
seguros de lo que significa la esperanza que Jesús trajo a nosotros.

¿Qué es?

La esperanza no es optimismo.

El optimismo es psicológico. El optimismo sólo funciona en cosas que nosotros podemos


controlar. Puedo ser optimista en que un amigo de la escuela se va a convertir, pero eso
no cambia nada, no tengo la certeza de que eso ocurra.

El optimismo a menudo niega la realidad.

La esperanza por otra parte acepta la realidad de las situaciones. Si un amigo viene a ti
diciéndote que le acaban de diagnosticar cáncer la esperanza acepta que eso es algo
malo, pero se aferra a las promesas de Dios.
Ahora bien, en el mundo actual encontramos un uso muy distorsionado de lo que es la
esperanza bíblica; algo así como pseudo esperanza.

Tres “tipos de esperanza” que vemos en nuestra sociedad:

Esperanza ilusa: "espero ganar”, simplemente esperas a que suceda algo, no debemos
basar nuestra vida en ella.

Esperanza expectante: es cuando haces algo para que suceda algo, pero aún así no es
seguro que ocurra. “Plantando una planta, espero que me de un fruto, pero no tengo la
certeza.”

Esperanza segura: Tienes la certeza. No puedes tener fe, sin esperanza; si no hay nada
por qué esperar no hay nada en qué creer. Si no tienes la esperanza del cielo, entonces
no tienes por que creer en el cielo. No puedo tener fe, si primero no creo en las promesas
de Dios y tengo la certeza de su cumplimiento. No puedo aferrarme a algo, si primero no
tengo la certeza de que ese “algo” lo puedo alcanzar.

Generalmente se ve la esperanza como un ideal lejano; algo que queremos que suceda,
pero la esperanza de la que habla la Biblia y la que Jesús vino a darnos a través de su
resurrección es una esperanza de una realidad, un hecho que sucederá; no una
predicción o suposición, sino una verdad absoluta.

¿Esperanza en qué?

Es una esperanza basada en Dios, una esperanza de vida.

No tengan miedo, mi rebaño pequeño, porque es la buena voluntad del


Padre darles el reino.
Lucas 12:32

Lo que la sociedad necesita, lo que las familias necesitan es una nueva inyección de
esperanza, recordar el porqué de lo que hacemos.

La Biblia presenta la esperanza como un elemento vital. En 1Cor. 13:13 Pablo presenta la
fe, la esperanza y el amor como las tres virtudes cardinales de la vida cristiana. Son el
motor de nuestra vida.

La esperanza nos da una perspectiva correcta del verdadero valor de las cosas; nos
ayuda en nuestra lucha contra el pecado; nos mantiene corriendo la carrera a pesar de
todos los obstáculos que encontramos en el camino.
JOB 8:11-14

El junco y el papiro crecen sólo donde abunda el agua;


12 sin embargo, estando aún verdes y sin cortar, se secan antes que otras
hierbas.
13 Lo mismo pasa con los malvados, con los que se olvidan de Dios: sus
esperanzas quedan frustradas.
14 Su confianza y su seguridad son como el hilo de una telaraña.

Entre más alejado de Dios esté, menor esperanza hay en mi vida.

Hebreos 6:19 “Como un ancla”

En la esperanza segura no hay inseguridades. Es indudable, garantizada. Dios quiere que


edifiquemos nuestra vida en esta esperanza.

Hebreos: “es fuerte”, quiere decir que es confiable, sólida.

La esperanza es como un ancla para el alma. Necesitamos esperanza para vivir.

El ancla tiene dos funciones: Evitar que el barco esté a la deriva y asegurar el barco en
medio de una tormenta. El ancla de nuestra vida es la esperanza.

Es fácil desviarse. Vamos a pasar tormentas, más nos vale tener un ancla firme.

¿Cómo se cultiva esa esperanza?

Romanos 15:4

4 De hecho, todo lo que se escribió en el pasado se escribió para


enseñarnos, a fin de que, alentados por las Escrituras, perseveremos en
mantener nuestra esperanza.

DHH

4 Todo lo que antes se dijo en las Escrituras, se escribió para nuestra


instrucción, para que con constancia y con el consuelo que de ellas
recibimos, tengamos esperanza.
1.- Conociendo Su Palabra

La esperanza real se basa en la palabra de Dios y no en mis deseos, no en lo que siento,


sino en lo que Dios ha dicho.

Para esto hay que recordar quién es Dios y algunas de sus características:

Dios no puede mentir, no está en su naturaleza. Si Dios dice “estaré con ustedes todos los
días hasta el fin del mundo”, es porque lo va a cumplir. Lo crea o no lo crea, Dios lo hará.

Hebreos 6:13-19

Cristo es la esperanza de gloria.

El poder de Dios es mayor que cualquier problema.

“Ustedes bien saben [...] que ni una sola palabra de todas las buenas
palabras que Jehová su Dios les ha hablado ha fallado” (Josué 23:14).

2.- Debemos desafiar nuestros pensamientos diariamente, con la


Palabra.

Constancia, perseverar, luchar, ser valientes en un mundo lleno de pecado.

1 de pedro 1:13

Utiliza la figura “ceñid vuestros lomos”

En aquella época los hombres usaban una túnica larga que llegaba hasta los pies. Para
todo servicio activo, ya sea para trabajar, o si tenían que salir apresuradamente o para ir a
la guerra, ellos debían recoger la túnica y atarla a la cintura fijándola con una correa de
cuero para que no se les enredara entre los pies.

Así que cuando se mencionaba la expresión “ceñir los lomos”, todo el mundo comprendía
que era un llamado a prepararse para la acción.

Dice en Ex. 12:11 que debían comerla “ceñidos vuestros lomos, vuestro calzado en
vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra mano”; en otras palabras, listos para partir
(recuerden que ellos celebraron la pascua por primera vez la noche antes de salir de
Egipto).

Jesús usa una figura similar en Lc. 12:35 hablando precisamente de Su segunda
venida: “Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; y vosotros sed
semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que
cuando llegue y llame, le abran en seguida”.

Así como estos hombres no debían dejarse la túnica suelta para que no se les enredara
entre los pies en medio de una actividad intensa, así tampoco debemos dejar que
nuestros pensamientos divaguen aquí y allá. Debemos mantenernos enfocados en las
promesas de Dios.

Debemos tener nuestros pensamientos enfocados en la segunda venida de Cristo y en la


gloria venidera de modo que podamos estar listos para la acción, preparados para hacer
la voluntad de Dios.

Hebreos 10:23

23 Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que


hizo la promesa.

3.- A través de las pruebas y la ayuda del Espíritu Santo

Consuelo; Dios sabe que pasaremos tormentas.

Romanos 15:13

El espíritu santo nos llena de poder para soportar cualquier crisis. El conocimiento de la
Biblia trabaja en conjunto con el Espíritu Santo para sostenernos, capacitándonos para
aferrarnos a su esperanza.

4.- Vivir como si la segunda venida de Cristo fuera ahora mismo

2 Timoteo 4:7-8 - “aman su venida"

Mateo 25 - Parábola 10 virgenes: estar listos.

Nosotros ya somos salvos, quizá a nosotros no se nos “cerrará la puerta” como ocurrió a
esas 5 vírgenes; sin embargo podemos retomar está parábola para mantenernos atentos
y preparados cuando Cristo venga por Su Iglesia.

Habrá momentos de desanimo, por eso siempre es bueno recordar cuáles son algunas
razones para tener esperanza.
“Padre nuestro” es un ejemplo de un pasaje donde vemos distintos aspectos que nos
guían hacia una vida con esperanza. Mateo 6:9

"Padre Nuestro”: esperanza de la salvación, somos sus hijos, eso me da esperanza.

“Santificado sea tu nombre”: El poder de Dios es mayor que cualquier cosa. El nombre de
Dios tiene poder. Esperanza de que tengo un Dios poderoso.

Venga tu reino (que tu reino venga pronto) : Tenemos la esperanza de formar parte del
plan llamado: el reino de Dios. Dios encaja todo en su plan, incluso mis pecados y mis
malas acciones, su plan se llama el “reino de Dios”

"Hágase tu voluntad como en el cielo como en la tierra”: En medio de las pruebas puedo
tener esperanza de que la voluntad de Dios es buena agradable y perfecta. Dios tiene un
propósito para mi vida. Es importante orar para que se haga la voluntad de Dios en la
tierra porque aquí generalmente no se hace por causa nuestra y del pecado.

“Danos el pan de cada día”: Dios ha prometido suplir todas nuestras necesidades; Dios
quiere que dependas de ÉL día a día.

“Perdónanos nuestras deudas”: Jesús ya pagó por todo lo que he hecho mal. La Biblia
dice no hay ninguna condenación para los que creemos en Cristo

“como nosotros perdonamos a nuestros deudores”: Dios algún día aplicará su justicia
sobre todos. Tenemos la esperanza de que la justicia es de Dios; cada quien recibirá
conforme a sus decisiones, nuestro trabajo es perdonar. - Romanos 12:19

“No nos dejes caer en tentación”: Dios promete ayudar - 1 Corintios 10:13

“Líbranos del maligno”: Dios es más grande que cualquiera “mayor es el que está en
ustedes que el que está en el mundo”.

Recordemos que este no es el fin de la historia: tenemos una esperanza eterna en Cristo.

También podría gustarte