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argumentos diferentes, y aconsejando que ésta sea suavizada con elementos

democráticos y aristocráticos.

Maquiavelo simplificó la distinción poniendo frente a frente a la


Monarquía, en la que gobierna el Príncipe, y la República en la que gobierna una
colectividad.

Los pensadores políticos de épocas posteriores, como Hobbes, Locke,


Rousseau o Burke se pronunciarán en torno a esta distinción, manifestándose
partidarios de la República o de la Monarquía.

El cambio más importante se producirá con Montesquieu, que consideró


que las distinciones anteriores se habían fijado en exceso en la estructura externa
del poder y no en su dinámica interna. Afirmó que la monarquía y el despotismo
eran cosas diferentes, y que la libertad de los súbditos dependía de la separación o
equilibrio de poderes y no de que la principal magistratura fuera monárquica o
republicana.

Por eso, desde Montesquieu, la teoría moderna de las formas de gobierno


se centra en las relaciones entre los detentadores del poder.

C) Las formas de gobierno contemporáneas

Sólo haremos aquí una breve referencia a las dos más importantes: la
presidencialista y la parlamentaria.

1. El presidencialismo

La forma de gobierno presidencialista es la típica de la constitución


norteamericana, y por su influencia se ha extendido en muchos otros países del
continente americano.

Lo característico del sistema norteamericano es que los tres poderes


clásicos, legislativo, ejecutivo y judicial están estrictamente separados. El poder
legislativo y el ejecutivo provienen directamente del pueblo, pero en elecciones
distintas. El sistema puede funcionar por medio de un complejo sistema de “checks
and balances” que no siempre están expresamente contemplados en la
Constitución.

De hecho, el Presidente es quien ocupa la posición de mayor preeminencia


política. Su elección directa por todo el pueblo norteamericano le otorga una
legitimidad especial y la historia del país, especialmente la de las relaciones entre
la Federación y los Estados, le ha ido otorgando poderes cada vez más
importantes.

2. La forma de gobierno parlamentaria


A) Orígenes

La forma de gobierno parlamentaria se origina en la Inglaterra del s. XVIII.


Por ser el sistema de gobierno tradicional en España desde entonces y el recogido
en la Constitución Española de 1978, nos detendremos con algo de detalle en su
historia.

Podría decirse que la característica más importante de esta forma de


gobierno es que el Parlamento es el centro real de la vida política del país -aunque
no del poder, como se verá.

Debido a las circunstancias históricas inglesas, la posición del Rey a


principios del XVIII era muy peculiar. El Parlamento se había rebelado en la
década de 1640 contra las pretensiones absolutistas de Carlos I Estuardo y su
excesiva tolerancia con el catolicismo. Esta rebelión terminó con la derrota del
Rey y con su ejecución. Tras la dictadura republicana de Cromwell los Estuardo
volvieron al poder pero las veleidades absolutistas de Jacobo II provocaron una
nueva guerra con el Parlamento y la caída definitiva de los Estuardo. El
Parlamento llamó al Trono a Guillermo de Orange, Estatúder de Holanda . A
éste le sucedió Ana de Orange, que murió sin sucesión. Ante la posibilidad de que
el hijo de Jacobo II reclamara de nuevo el trono para los Estuardo, el Parlamento
se apresuró a buscar un pretendiente de confianza: un fiel protestante que
estuviera dispuesto a respetar los derechos del Parlamento. Y la persona escogida
fue Jorge de Hannover, príncipe de este importante estado del norte de Alemania.

Inglaterra tenía, por tanto, un Rey que le debía su puesto al Parlamento, y


había jurado respetar sus privilegios. Pero Jorge I no dejó nunca de interesarse por
los problemas alemanes y llegó a prestar más atención a los intereses de Hannover
(donde seguía siendo el Jefe del Estado) que a los británicos. Por estas razones, el
peso del gobierno de los asuntos ingleses comenzó a recaer sobre el Gabinete
(Cabinet) que el Rey nombraba para el despacho de los asuntos diarios. Y el
hecho de que el soberano no hablara bien la lengua inglesa hizo que prefiriera
comunicarse de modo preferente con una solo de los miembros de ese Gabinete,
el más destacado políticamente. A éste confiaba el Rey su sello personal, para que
se empleara en los documentos oficiales durante sus frecuentes ausencias para
atender asuntos alemanes. De ese modo fue surgiendo la figura del Primer
Ministro, que pasaría después a otros sistemas políticos. El hombre de confianza
de Jorge I fue Walpole, al que se suele recordar como responsable del sistema del
"government by corruption", caracterizado porque Walpole solía asegurarse de
que los planes del Rey fueran aprobados en los Comunes por medio de generosos
sobornos. De hecho, fueron sus rivales políticos los que comenzaron a llamarle,
en tono de burla, Primer Ministro, ante el predominio que comenzaba a mostrar
dentro del Gobierno de Su Majestad.

Pero lo más importante es que el Parlamento cobraba cada vez más


importancia como centro del debate político inglés. Aunque el poder era
efectivamente ejercido por el Gabinete, resultaba claro que el Primer Ministro no
podía oponerse frontalmente a la opinión predominante en el Parlamento.
Posteriormente se diría que era un sistema de doble confianza: el Gobierno debía
sostenerse en el apoyo del Rey y del Parlamento. Pero con el paso del tiempo,
cada vez resultaron más frecuentes las ocasiones en las que los Comunes forzaban
la dimisión de algún Ministro que aún contaba con la confianza del Rey. El
cambio decisivo se produjo en 1782, en el reinado de Jorge III.

A diferencia de los dos primeros Hannover, Jorge III -que padecía una
extraña locura que le incapacitaba durante largos períodos- trató de dirigir en
algunos momentos la política del país. Esto provocó fuertes tensiones con los
Comunes, que culminarían con la dimisión de Lord North en 1782. El
Parlamento votó consecutivamente en contra de varios ministros del Gobierno a
causa de los reveses militares en la Guerra de Independencia norteamericana.
Lord North trató de dimitir en varias ocasiones pero el Rey le sostuvo en contra
del Parlamento. Finalmente, antes de que se produjera una moción de censura
que ya estaba preparada en los Comunes el Primer Ministro -en contra del parecer
del Rey- decidió dimitir, y con él todo su Gobierno. Desde entonces comenzó a
asentarse la importantísima convención constitucional de que el Gobierno debía
contar con la confianza del Parlamento para poder mantenerse en el poder. Si no
tenía la mayoría en los Comunes -aunque el Rey pretendiera mantenerlo- debía
dimitir.

A partir de ese momento, el Parlamento, que no gobernaba, se convertía en


el órgano principal del control de poder en Inglaterra: el Rey sólo podría encargar
gobernar a quien tuviera mayoría en los Comunes. Otra consecuencia política
decisiva sería la creación de los modernos partidos políticos. Puesto que el
Gobierno necesita el apoyo de la Cámara tendrá que construir una organización
electoral que le permita conseguirlo. Ese nuevo sistema de confianza
parlamentaria se encuentra ya totalmente asentado hacia 1840, época en la que el
Rey deja de tomar partido por unos u otros gobernantes y se desliga por completo
de las luchas políticas.

Y el Monarca se iría convirtiendo desde entonces en un mero símbolo de


todos los poderes y en una encarnación de la tradición y las leyes británicas, que
ejerce un papel arbitral y moderador en la vida política pero que no interviene
realmente en las funciones de gobierno.

B) Características

Así pues, lo esencial de esta forma de gobierno es que la titularidad del


Poder Ejecutivo es concedida siempre por el Parlamento, representante de la
soberanía del pueblo. Y el equilibrio del sistema se basa en la llamada “relación
de confianza” entre las cámaras y el ejecutivo, cuyos elementos esenciales son:

1. El Gobierno es elegido por las cámaras y no directamente por el pueblo.


2. El Gobierno puede disolver las cámaras y convocar nuevas elecciones.

3. El Gobierno puede ser destituido por las cámaras si pierde la mayoría en


éstas.

4. El Jefe del Estado y el Jefe de Gobierno son personas distintas. La


Jefatura del Estado (monárquica o republicana) es una figura simbólica y
representativa sin verdadero poder político. El Jefe del Gobierno (llamado Primer
Ministro o Presidente del Gobierno) es la persona que realmente detenta el poder
ejecutivo.

5. Los ministros (incluido el Primer Ministro o Presidente) forman parte de


las cámaras.

C) El sistema de partidos

Para poder conocer la realidad del funcionamiento de un sistema de


gobierno parlamentario es necesario conocer su estructura de partidos políticos. Y
ésta suele depender, en buena medida, del sistema electoral elegido. En otro
punto del programa se estudian con más extensión los sistemas electorales y el
papel de los partidos políticos. Pero conviene mencionar ahora que hay dos
estructuras de partidos típicas que condicionan mucho la forma de gobierno
parlamentaria:

I) Bipartidismo: el sistema electoral mayoritario suele concentrar la


representación en dos grandes partidos, como sucede tradicionalmente en el
Reino Unido. Esto refuerza mucho la figura del Primer Ministro, que
habitualmente gobierna apoyado en un grupo parlamentario mayoritario y sólido
al que se opone una oposición también unida y fuerte.

II) Multipartidismo: los sistemas electorales proporcionales tienden a


fragmentar la representación, lo que obliga a que los gobiernos tengan que
formarse con frecuencia por medio de la coalición de varios partidos políticos. En
función de la sociología del país y de los resultados electorales los escenarios
políticos de un sistema multipartidista pueden ser muy variados, pero en general
suele debilitar la posición del Presidente así como la unidad de la oposición que se
presenta más difícilmente como una alternativa real ya que tiene varios líderes
con importantes diferencias en sus propuestas políticas.

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