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El estudio de la psicología y el
conocimiento y diferenciación
de los fenómenos o hechos
psicológicos son tan remotos
como el origen de la ciencia en
general. En su más antigua
acepción, la psicología, como
tratado del alma humana, existe
desde que la humanidad
comenzó a hacer filosofía y
ciencia. La psicología más
general, llamada después
psicología filosófica o psicología
metafísica (o también psicología racional por algunos, pero que no se debe confundir con
psicología racionalista). Durante la primera etapa de su desarrollo, la psicología aparece
sometida a la concepción general del gran Universo. Sólo poco a poco logra precisión, y se va
introduciendo no sólo la observación sino también la experimentación (ya en el siglo XIX),
haciendo de ella una disciplina diferenciada, con un objeto delimitado, que se aborda ya
empíricamente, ya experimentalmente, ya filosóficamente O PN métodos empíricos y
experimentales originales.
Psicología precientífica
La psicología, desde sus orígenes,
se confunde con la filosofía, ya que
esta última es considerada como la
madre de todas las ciencias y durante
muchos siglos concentró todo el saber
hum A partir de la filosofía fueron
surgiendo las demás ciencias, y
algunas de ellas se desprendieron
más rápidamente que otras del tronco
madre. Hasta el siglo XIX, la
psicología era considerada como una
rama de la filosofía que se ocupaba
del estudio del alma. Toda la
psicología vigente hasta el año 1879
fue llamada pre-científica. En el
período clásico, desde la antigüedad
hasta la Edad Media, el hombre (la persona humana) era entendido como parte del cosmos
dotado del razón, marcando la diferencia entre alma y cuerpo. Aristóteles estableció que el
alma tenía como función elaborar, a través de los conceptos y la memoria, la información
captada por los sentidos y que existían tres tipos de psique: vegetativa, sensitiva y racional,
siendo el ser humano el único ser viviente capaz de disfrutar de las tres. Varios siglos
después, René Descartes (Francia, 1596-1650) estableció que no debía estudiarse el alma,
sino la conciencia y propuso a la razón como vía para el conocimiento a partir de la premisa:
"Pienso, luego existo". En los siglos XVII y XVIII, los empiristas británicos, entre ellos John
Locke y David Hume, comenzaron a estudiar funciones cognitivas, sensaciones y mecanismo
mentales de asociación de ideas. Para hacerlo, aislaban los elementos más simples del
conocimiento que los llevarían a comprender cómo, luego, la mente los sintetizaba en ideas
complejas.1
El comienzo de la Psicología
Experimental que fue una
consecuencia del avance del
conocimiento científico de las
ciencias naturales, comenzó en
Alemania con Wilhelm Wundt (1832-1920), psicólogo que presidia la cátedra de fisiología en
Heildelberg; y que fue el que fundó el primer laboratorio de Psicología en Leipzig en el año
1870.
PSICOLOGÍA CIENTÍFICA
El ser humano es curioso por naturaleza y desde niños la pregunta más frecuente que
nos hacemos es: ¿por
qué? La psicología científica
trata de recoger datos y
responder a muchos “por
qué” para intentar descifrar
los enigmas de la mente
humana. Inicialmente se
pensaba que
el conocimiento se podría
adquirir mediante la razón y
la lógica, pero con el paso del tiempo la ciencia comenzó a utilizar un enfoque
empírico para explicar las cosas, es decir, se basaba en la experiencia para adquirir
conocimientos, en lo que podemos percibir a través de nuestros sentidos.
Una ciencia tiene los siguientes elementos:
Introspección
La introspección (del latín « "introspicere"
(mirar en el interior) ») o inspección
interna designa la idea de « mirar al
interior ». Se trata del conocimiento que el
sujeto pueda adquirir de sus propios
estados mentales, o sea designada la
situación, para un sujeto dado, de
observarse y analizarse a sí mismo,
interpretando y caracterizando sus propios
procesos cognitivos y emotivos.1
Neurona
Partes de una neurona.
Una neurona (del griego νεῦρον neûron, ‘cuerda’, ‘nervio’1) es una célula componente principal
del sistema nervioso, cuya función principal es recibir, procesar y transmitir información a
través de señales químicas y eléctricas gracias a la excitabilidad eléctrica de su membrana
plasmática. Están especializadas en la recepción de estímulos y conducción del impulso
nervioso (en forma de potencial de acción) entre ellas mediante conexiones llamadas sinapsis,
o con otros tipos de células como, por ejemplo, las fibras musculares de la placa motora.
Altamente diferenciadas, la mayoría de las neuronas no se dividen una vez alcanzada su
madurez; no obstante, una minoría sí lo hace.2
Las neuronas presentan unas características morfológicas típicas que sustentan
sus funciones: un cuerpo celular, llamado soma o «pericarion» central; una o varias
prolongaciones cortas que generalmente transmiten impulsos hacia el soma celular,
denominadas dendritas; y una prolongación larga, denominada axón o «cilindroeje», que
conduce los impulsos desde el soma hacia otra neurona u órgano diana.3