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6° APUNTE DE CÁTEDRA

CITOESQUELETO
NUTRICIÓN Y DIETÉTICA

El citoesqueleto es propio de las células eucarióticas. Es una estructura tridimensional dinámica que se extiende a
través del citoplasma. Por lo tanto la idea de que el citoplasma de la célula es una masa amorfa y gelatinosa es equivocada.
Esta matriz fibrosa de proteínas se extiende por el citoplasma entre el núcleo y la cara interna de la membrana plasmática,
ayudando a definir la forma de la célula e interviniendo en la locomoción y división celular. Es decir que el citoesqueleto no sólo
da estabilidad a la célula como un esqueleto, sino que es la estructura que interviene en el movimiento celular.
Podemos decir que el citoesqueleto condiciona el movimiento de los organelos del interior de la célula y tiene gran
importancia metabólica, dando un andamiaje a los procesos moleculares que se realizan en el citoplasma.
La evolución del citoesqueleto ha sido motivo de estudio en la actualidad desde el 2011 Wickstead, propone un modelo
evolutivo conocido como el modelo de "complejidad temprana". Este propone que ciertos procesos de diversificación y
especialización de las moléculas ancestrales del citoesqueleto, incrementaron la complejidad de este sistema en el último
ancestro común a los eucariontes (LECA, por sus siglas en inglés "last eucaryotic common ancestor"). Este incremento de su
complejidad en el LECA produjo el aumento de la cantidad de proteínas que estructuran cada uno de los filamentos, por la
aparición de gran número de proteínas motoras y accesorias (Wickstead B 2011.)
En el pasado se creía que el citoesqueleto era una
característica única de las células eucarióticas, pero desde
entonces se han encontrado homólogos bacterianos a las
principales proteínas del citoesqueleto eucariota. Pero la
similitud de la estructura tridimendional, las funciones en el
mantenimiento de la forma y en la polaridad de las células
muestran pruebas sólidas de que los citoesqueleto de los
eucariotas y procariotas son realmente homólogos (Shih YL
2006, Michie KA 2006).
Esta estructura es característica de las células eucariontes. Por lo que se plantea como un factor esencial en la
evolución de los eucariotas. De esta forma podemos describir las siguientes funciones del que cumple el citoesqueleto:
Estabilidad celular y forma celular, Locomoción celular, División celular, Movimiento de los orgánulos internos y
Regulación metabólica.

Sistemas de Filamentos
En los años 1950-1960, la microscopia electrónica consiguió sacar a luz tres sistemas distintos de filamentos del
citoplasma. Estudios bioquímicos e inmunológicos posteriores identificaron el conjunto específico de proteínas que caracteriza
a cada sistema de filamentos. Los tres sistemas primarios de fibras que componen el citoesqueleto son: microfilamentos,
microtúbulos y filamentos intermedios.
Proteínas Accesorias: Estos sistemas primarios de filamentos (microfilamentos, filamentos intermedios y microtúbulos),
están asociados a un conjunto de proteínas llamadas proteínas accesorias. Las proteínas accesorias cumplen distintas
funciones y de acuerdo a estos roles se las clasifican en:
Proteínas reguladoras: regulan los procesos de alargamiento (polimerización) y acortamiento (despolimerización) de los
filamentos principales.
Proteínas ligadoras: conectan los filamentos entre si y con distintas estructuras celulares.
Proteínas motoras: sirven para la motilidad, contracción y cambios de forma celulares. También trasladan macromoléculas y
organelos de un punto a otro del citoplasma.

Dra. Delia Laime C.; Depto. de Biología; Facultad de Ciencias; UTA; 2018
1.- MICROFILAMENTOS O FILAMENTOS DE ACTINA
Los filamentos de actina constituyen uno de los componentes del citoesqueleto. En las
células animales se encuentran normalmente localizados cerca de la membrana plasmática. Se
forman por la polimerización de dos tipos de proteínas globulares: alfa y beta actina. La beta
actina es la más frecuente y aparece en la mayoría de las células animales. Su secuencia de
aminoácidos difiere ligeramente de la alfa actina, la cual abunda en el músculo. La actina es
una proteína citosólica muy abundante, aproximadamente el 10 % del total de las proteínas
citosólicas. Una proporción de esas moléculas de actina se encuentra formando parte de los
filamentos (F-actina) y el resto son proteínas no polimerizadas (G-actina), disueltas en el
citosol. Estas proporciones varían según las necesidades celulares, es decir, el número y la
longitud de los filamentos de actina cambia por polimerización y despolimerización. Sin la actina una célula no podría
dividirse, moverse, realizar endocitosis ni fagocitosis.

Estructura
Los filamentos de actina poseen unos 7 nm de diámetro.
Es el valor más pequeño dentro de los filamentos que componen el
citoesqueleto, por ello también se denominan microfilamentos.
Poseen un extremo más y otro menos, es decir, son filamentos
polarizados. Ello es consecuencia de la disposición ordenada de las
moléculas de actina en el filamento, siempre se ensamblan con la
misma orientación. El extremo más (+) predomina la
polimerización, mientras que en el extremo menos (-) predomina la
despolimerización. El mecanismo de crecimiento y acortamiento de
la longitud de los filamentos de actina es por mecanismo de
polimerización de la actina G a la actina F. La hidrólisis del ATP
polimerización y despolimerización, respectivamente monómeros
de actina. En la célula se crean y se destruyen filamentos de actina
continuamente. Es el componente del citoesqueleto más dinámico.
Sin embargo, las condiciones y la concentración de actina en el
citosol impiden que los monómeros se asocien espontáneamente
para formar filamentos. Por ello, la formación de nuevos filamentos
es posible gracias a la presencia de complejos proteicos, como los
Arp2/3 o las forminas, que actúan como centros organizadores nucleolares. Esto es tremendamente útil para la célula
puesto que permite crear nuevos filamentos sólo allí donde se necesitan.
Una de sus grandes ventajas es la versatilidad con que se crean y se destruyen,
así como por su capacidad de asociarse y formar estructuras tridimensionales muy
diferentes. Esto es gracias a las denominadas proteínas moduladoras de la actina, las cuales
afectan a la velocidad de creación y destrucción de filamentos, a la velocidad de
polimerización, así como a la disposición tridimensional de los propios filamentos. De hecho,
prácticamente no existen ni microfilamentos, ni proteínas de actina "desnudos" en el citosol,
sino siempre unidos a alguna proteína moduladora.
Las proteínas moduladoras se pueden clasificar en diferentes tipos:
a.- Afectan a la polimerización. Algunas proteínas, como la profilina, se unen a las
proteínas de actina libres y favorecen su unión a filamentos preexistentes, mientras otras,
como la timosina, inhiben su unión.
b.- Hay proteínas moduladoras, como las fimbrina y la α-actinina, que permiten la

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formación de haces de filamentos de actina mediante el establecimiento de puentes cruzados entre filamentos, mientras otras,
como la filamina, permiten la formación de estructuras reticulares.
c.- Ciertas proteínas moduladoras, como la cofilina, la katanina o la gesolina, provocan la rotura y remodelación de los
filamentos de actina
d.- También hay proteínas que median en la interacción de los filamentos de actina con otras proteínas relacionadas,
como es el caso de la tropomiosina, que media la interacción entre actina y miosina.
e.- Las proteínas de anclaje permiten la unión de los filamentos de actina a estructuras celulares como las membranas o
a otros componentes del citoesqueleto.
Existen factores adicionales que condicionan la acción de estas proteínas moduladoras, como la variación en la
concentración de calcio, la presencia de lípidos o la mayor o menor expresión génica de sus ARN mensajeros. También hay
drogas que afectan a la polimerización de los filamentos de actina. Por ejemplo, las citocalasinas impiden la polimerización y
las faloidinas impiden la despolimerización.

La polimerización y
polimerización de los filamentos
de actina se ven afectadas por
numerosas proteínas
denominadas moduladoras. En
este esquema se muestran
algunas de las disposiciones de
los filamentos de actina en la
célula, así como ejemplos de las
moléculas moduladoras que los
provocan (Pollard y Earnshaw,
2007).

Funciones.

1.- De Movimiento. Las células, se


desplazan arrastrándose por el medio que las rodea y ello se hace por un mecanismo de reptación, como ocurre en las células
embrionarias durante el desarrollo, en el desplazamiento de las amebas, en la invasión de los linfocitos de los tejidos infectados
o en los conos de crecimiento de los axones cuando buscan sus dianas. Se sabe que para el desplazamiento celular se
necesitan una serie de pasos: extensión de protusiones citoplasmáticas hacia la dirección del movimiento, adhesión de éstas
al sustrato y arrastre del resto de la célula mediante tracción hacia esos puntos de anclaje. A estas protusiones se les
denomina lamelipodios cuando son de forma aplanada, filopodios cuando son finas y delgadas o lobopodios cuando son
gruesas y cilíndricas. Cuando a las células en movimiento se las trata con citocalasinas, inhibidor de la polimerización de los
filamentos de actina, las protusiones desaparecen y el desplazamiento se detiene, luego indica que la actina tiene un papel
importante en su formación. De hecho es la polimerización de los filamentos de actina lo que empuja y forma estas protusiones.
Cuando estas expansiones contactan con algún lugar del medio extracelular donde se pueden unir, matriz extracelular o la
superficie de otras células, lo hacen gracias a proteínas de adhesión como las integrinas. Una vez anclada, la célula arrastra
sus componentes intracelulares hacia el lugar de adhesión gracias a la actina y a proteínas motoras como la miosina.

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2.- Motora cuando se asocian con al actina para producir movimiento son del tipo de las miosinas. La energía es aportada por
el ATP. En las células se encuentran básicamente dos tipos de miosinas: tipos I y II. Las moléculas de miosina I tienen una
cabeza con la que se unen a los filamentos de actina y una cola para unir otros elementos, los cuales son arrastrados a lo largo
del filamento de actina. Aparecen en la mayoría de las células y sirven para el desplazamiento de ciertos orgánulos o para
deformar la propia superficie celular. La familia de la miosina II se encuentra fundamentalmente en el músculo. Éstas tienen dos
cabezas con actividad motora y capacidad de hidrólisis de ATP. Se suelen asociar en parejas, unidas a través de sus colas.
Muchas moléculas se asocian para formar los filamentos de miosina II, los cuales tienen una polaridad como una flecha de
doble cabeza. En el músculo cada una de estas cabezas arrastra a filamentos de actina hacia el punto intermedio entre ellas,
que se traduce en una contracción celular. En el músculo liso actúa otro mecanismo mediante el cual el calcio produce una
fosforilación de la miosina II permitiéndole la interacción con la actina. Este proceso es mucho más lento porque se
necesita que las proteínas quinasas lleguen a sus lugares de acción.

3.- Endocitosis, fagocitosis. Los filamentos de actina se encuentran normalmente en los alrededores de la membrana
plasmática, en la denominada corteza celular, aunque en menor proporción también aparecen en zonas más internas de la
célula. Ésta es una disposición ideal para participar en procesos de endocitosis y fagocitosis. La formación y escisión de
vesículas en la membrana plasmática no se realiza sin se impide la polimerización de los filamentos de actina. La emisión de las
expansiones celulares que engloban a las moléculas que van a ser fagocitadas dependen de la polimerización de filamentos de
actina.

4.- Citocinesis. El estrangulamiento final del citoplasma durante el proceso de división celular se produce gracias a un anillo
de actina, que, ayudado por la miosinas, va estrechando su diámetro progresivamente hasta la separación completa de los dos
citoplasmas de las células hijas.

5.- Formación de microvellosidades. Las microvellosidades son estructuras estables que permiten a la célula aumentar
enormemente la superficie de su membrana plasmática y aparecen en las células epiteliales como las del tubo digestivo, donde
se aumenta enormemente la superficie de absorción. Cada microvellosidad tiene de 1 a 2 µm de longitud y 0.1 µm de diámetro, y
contiene varias docenas de filamentos de actina orientados paralelos al eje longitudinal. Estos filamentos están interconectados
por proteínas como la miosina, fimbrina y vilina, por lo que se cree que tienen cierta capacidad de movimiento. Además, se
encuentran unidos a la membrana celular por otras proteínas de enlace. En la base de las microvellosidades aparece un
entramado llamado red terminal, formado fundamentalmente por actina, espectrina, miosina II y tropomiosina, el cual está
conectado a la base de los haces de actina que forman las microvellosidades.

El citoesqueleto y el cáncer de
mama
En el cáncer de mama,
nos interesan los filamentos de
actina. Se ha visto que en las
células cancerígenas los
filamentos de actina están
organizados formando
lamelipodios, filopodios e
invalipodios. Los lamelipodios
son protrusiones de membrana
que se observan durante el
desplazamiento de la célula y
como ocurre con el
desplazamiento ameboide.
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En este caso las células cancerosas emiten sus filopodios mediante la polimerización de esta actina, posteriormente
se anclan a la matriz extracelular mediante uniones de tipo focal y despolimerizan los filamentos de actina arrastrando la
célula hacia adelante, una vez despolimerizados se rompen las uniones focales y se repite el ciclo avanzando entre los tejidos.
En estas condiciones estas células liberan mitógenos, citoquinas que inducen la proliferación descontrolada de otras
células vecinas dando lugar a nuevas células cancerosas.

2.- FILAMENTOS INTERMEDIOS


Son componentes del citoesqueleto que ejercen una gran resistencia a las tensiones mecánicas y su principal misión
es permitir a las células soportar tensiones mecánicas cuando son estiradas. Se
denominan intermedios porque su diámetro es de aproximadamente 10 a 12 nm,
que se encuentra entre los de los filamentos de actina (7 a 8 nm) y los
microtúbulos (25 nm). Se encuentran presentes en las células animales, aunque
no en todas. Forman una red que contacta con el núcleo y se extiende hasta la
periferia celular. Normalmente están anclados a los complejos de unión que se
establecen entre células vecinas, como los desmosomas, a los
hemidesmosomas, a las uniones focales y a la matriz extracelular a través
de proteínas de unión. También se han encontrado filamentos intermedios en el
núcleo donde forman la lámina nuclear, un entramado que da forma y aporta
cohesión a la envuelta nuclear. Abundan los filamentos intermedios en las células
que están sometidas a tensiones mecánicas. Por ejemplo en los axones de las células nerviosas, en las musculares y en las
epiteliales.
Los filamentos intermedios proveen fuerza de tensión (resistencia mecánica) a la célula. Según el tipo celular
varían sus proteínas constitutivas. Podemos decir que existen seis tipos de filamentos intermedios:
a.- Neurofilamentos (en la mayoría de las neuronas).
b.- Filamentos de desmina, en el músculo.
c.- Filamentos gliales, en las células del mismo nombre, que sirven de soporte en el
cerebro, médula espinal y sistema nervioso periférico.
d.- Filamentos de vimentina en células del tejido conjuntivo y en los vasos sanguíneos.
e.- Queratinas epiteliales (o filamentos de queratina o también llamados tonofilamentos), en células epiteliales.
f.- Laminofilamentos, forman la lámina nuclear, una delgada malla de filamentos intermedios sobre la superficie interna de la
envoltura nuclear. Son los únicos que no se encuentran en el citoplasma.
A diferencia de los microfilamentos y microtúbulos, los filamentos intermedios al agruparse pierden polaridad, por
lo tanto no presentan extremo + y extremo - .

Esquema de la disposición de los filamentos intermedios en una célula animal en


cultivo. Estructura de los filamentos intermedios esquema del ensamblaje de los
filamentos intermedios a partir de monómeros.

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Distribución celular
Los filamentos intermedios forman redes que conectan la membrana plasmática con la envoltura nuclear, formando
una red continua a su alrededor. Una red similar se encuentra en la cara interna de la envoltura (lámina nuclear).
Los filamentos intermedios son flexibles y resistentes. Se ha estimado que pueden estirarse entre 250 hasta un
350 % de su longitud inicial cuando se someten a fuerzas de tensión. Cuando esto ocurre disminuyen su diámetro, por lo que se
estima que los monómeros pueden deslizarse unos sobre otros. Además, de esta función de resistencia parece que intervienen
en otros procesos celulares. Se les postula como lugar de anclaje de numerosas moléculas de señalización. También,
interaccionan directamente con organelos como las mitocondrias, el aparato de Golgi y los lisosomas, por lo que pueden
afectar a su funcionamiento. Aunque los filamentos intermedios son más estables en el tiempo que los microtúbulos o los
filamentos de actina, también pueden desorganizarse y volver a polimerizar bajo ciertas condiciones celulares como durante el
desplazamiento celular, división celular o cuando se responde a cambios de dirección de las fuerzas tensoras que soportan las
células.

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Distribución de los componentes del citoesqueleto en la célula. 1.- Microfilamentos o filamento de actina, en el polo
apical de la célula-(actina en microvellosidades) 2.-Filamentos intermedios unidos a desmosomas, 3.-Microtúbulos partiendo
del centrosoma.

3.- MICROTÚBULOS
Los microtúbulos son tubos cilíndricos de 20-25 nm de diámetro. Están compuestos
de subunidades de la proteína tubulina, estas subunidades se llaman alfa y beta. Los
microtúbulos actúan como un andamio para determinar la forma celular, y proveen un
conjunto de “pistas” para que se muevan las organelos y vesículas. Los microtúbulos también
forman las fibras del huso para separar los cromosomas durante la mitosis y la meiosis.
Cuando se disponen en forma geométrica dentro de cilios y flagelos, son usados para la
locomoción (autopropulsión) o para mover líquido circundante o partículas (motilidad).

Polimerización de la tubulina a partir de las tubulinas alfa y beta

La tubulina forma
polímeros. La tubulina es
una proteína globular, de la
que existen dos polipéptidos
distintos aunque similares,
la alfa tubulina y la beta
tubulina. La alfa y la beta
tubulina se asocian y forman
dímeros. En presencia de
GTP, los dímeros de tubulina
se unen y forman un tubo
cuya parte central se
mantiene vacía. Al igual que
la actina F, los microtúbulos
manifiestan polaridad, un
extremo tiende a la
polimerización a mayor velocidad (extremo +) y en el otro extremo ocurre la despolimerización pero a menor velocidad
(extremo -).
Los microtúbulos se organizan a partir de los centros organizadores especializados, que controlan su localización
y orientación en el citoplasma. El centro organizador principal en las células animales es el centrosoma, próximo al núcleo. El
centrosoma está formado por estructuras en forma de anillo que contienen otro tipo de tubulina, la gama tubulina. Estos
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anillos actúan como centros de nucleación (crecimiento) de microtúbulos. Los dímeros de tubulina se añaden al anillos de gama
tubulina con una orientación específica, siempre el "extremo -" de cada microtúbulo queda dentro del centrosoma y el
crecimiento se produce por el "extremo +".

Extremos + y - de un microtúbulo

Las MAP:
Existen otras proteínas denominadas MAP (Microtubule Associated Protein) ó proteínas asociadas a microtúbulos. Se
considera que colaboran en el ensamblaje de los dímeros para formar microtúbulos, en la estabilización de estos y en su
relación con los microtúbulos adyacentes.
Las MAP se clasifican por su peso molecular en dos grupos:
 MAP de bajo peso molecular 55-62 kDa
También denominadas proteínas τ(tau). Recubren al microtúbulo y establecen uniones con microtúbulos adyacentes.
 MAP de alto peso molecular 200-1000 kDa.
Se conocen 4 tipos de MAP diferentes: MAP-1, MAP-2, MAP-3, MAP-4 Las MAP-1 comprende por lo menos 3 proteínas
diferentes: A, B y C. La C es importante en el transporte retrógrado de vesículas y se denomina dineina citoplasmática. Las
MAP-2 están en las dendritas y el cuerpo de las neuronas, donde se asocian a otros filamentos. Las MAP-4 se encuentran en la
mayoría de las células y estabilizan los microtúbulos.
Los microtúbulos por su localización, pueden ser clasificarlos en:
1.- Citoplasmáticos (célula en interfase)
2.- Mitóticos (fibra del huso)
3.- Ciliares (en el eje de los cilios)
4.- Centriolares (en cuerpos basales y centríolos)

1.- Los microtúbulos citoplasmáticos: Son


necesarios como vías de transporte de
macromoléculas y organoides (vesículas,
mitocondrias, etc.), intervienen dos proteínas
motoras quinesina y dineína. En la neurona existe
otra proteína motora asociada a los microtúbulos, la
dinamina.
También establecen la forma celular: En las neuronas se hallan en las dendritas y en el axón, donde son esenciales para el
crecimiento de éste último, que depende del alargamiento de sus microtúbulos. Este alargamiento es dependiente de la proteína
motora dinamina, que provoca el deslizamiento de los microtúbulos, unos sobre otros. En las neuronas se ha descubierto una
MAP reguladora, denominada tau, que estabiliza los microtúbulos. En la enfermedad de Alzheimer, caracterizada por el
deterioro neuronal progresivo, esta alterado el funcionamiento normal de esta proteína y por lo tanto se ve incrementada la
inestabilidad de los microtúbulos imposibilitando el transporte axónico.
2.- Los microtúbulos mitóticos movilizan los cromosomas durante la mitosis y la meiosis.

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3.- Los microtúbulos de los cilios y flagelos crecen a partir de un cuerpo basal o cinetosoma de estructura idéntica a la de
un centrosoma que actúa como centro de nucleación de dímeros de alfa-beta tubulina. El cuerpo basal se encuentra por
debajo de la membrana plasmática.
Existen diversas drogas que afectan a los microtúbulos, por ejemplo, la colchicina que se une a las tubulinas e impide
su polimerización. También pueden hacerse desaparecer los microtúbulos mitóticos mediante el uso de las drogas vinblastina
y vincristina, que actúan de forma semejante a la colchicina, pero en forma selectiva, sobre los microtúbulos del huso
mitótico. Por lo tanto estas drogas bloquean la división celular. Otra droga que produce los mismos efectos es el taxol, que
impide la despolimerización de los microtúbulos, lo que induce su crecimiento descontrolado volviéndose imposible la división
celular.

Esquema de la organización de los dímeros de tubulina en un protofilamento que forma parte de


un microtúbulo. Nótese que la α-tubulina está orientada hacia el extremo menos y la β-
tubulina hacia el extremo más.

Los dímeros de tubulina libres en el citoplasma se encuentran unidos


a una molécula de GTP. Cuando un dímero se une a un microtúbulo en
crecimiento se produce una hidrólisis de GTP a GDP. Si la velocidad con la que se
produce la unión de nuevos dímeros es mayor que la de hidrólisis del GTP
siempre habrá un conjunto de dímeros en el extremo más que tendrán GTP unido.
A este conjunto de dímeros-GTP polimerizados se le llama casquete de GTPs.
Ésta es una estructura que hace más estable el extremo más. Bajo estas
condiciones el microtúbulo crecerá en longitud. La velocidad de polimerización,
sin embargo,
depende de las condiciones del entorno citosólico en las que se
encuentre el extremo más del microtúbulo en crecimiento. Si la
velocidad de polimerización es ralentizada, la velocidad de
hidrólisis de GTPs alcanza y supera a la de polimerización. Ello
implica que llegará un momento en el que el extremo más no
habrá dímeros de tubulina-GTP, sino dímeros de tubulina-GDP, los
cuales tienen una adhesión inestable entre ellos cuando se
encuentran formando parte del extremo del microtúbulo. Esto
provoca una despolimerización masiva y la liberación de los
dímeros de tubulina-GDP. Los dímeros de tubilina-GDP que quedan
libres son convertidos rápidamente en dímeros de tubulina-GTP y
por tanto pueden volver a unirse al extremo más de otro
microtúbulo en crecimiento.
En este esquema se representan los dos estados en que
se encuentran los dímeros de tubulina en sus formas unidas a
GTP o unidas a GDP. En el citosol se da la conversión de dímero-
GDP en dímero-GTP, mientras que en el micróbulo ocurre el
proceso contrario en el denominado frente de hidrólisis. Un
microtúbulo se despolimeriza cuando los dímeros-GDP se
encuentran ocupando el extremo más, mientras que polimeriza
cuando en el extremo más está formado por los dímeros-GTP,
formando el denominado casquete de GTPs.

Dra. Delia Laime C.; Depto. de Biología; Facultad de Ciencias; UTA; 2018
LOS CENTROS ORGANIZADORES DE MICROTUBULOS (MTOC)
La concentración de dímeros de tubulina en el citosol no es suficiente para la formación espontánea de microtúbulos.
Por ello existen los MTOCs (microtubule organizing centers), que son centros organizadores de microtúbulos. Estos son los
lugares donde comienza la polimerización de un nuevo microtúbulo y donde suelen estar anclados sus extremos menos. El
principal MTOC en las células animales es el centrosoma, el cual controla el número, localización y orientación de los
microtúbulos en el citoplasma. Hay un centrosoma por célula, cuando ésta se encuentra en la fase G1 o G0 del ciclo celular, y se
suele localizar cerca del núcleo. El centrosoma se compone de dos compartimentos: uno central formado por un par de
centriolos dispuestos de forma ortogonal y otro periférico formado por material proteico denominado material pericentriolar.
Los centriolos son estructuras cilíndricas formadas por 9 tripletes de microtúbulos que constituyen sus paredes.
En el material pericentriolar hay numerosas moléculas entre las que se encuentra la γ- tubulina, las cuales forman
unos anillos denominados anillos de γ-tubulina. Estos anillos actúan como molde y lugar de nucleación y anclaje de nuevos
microtúbulos. Los centriolos, sin embargo, no desempeñan papel alguno en la polimerización y dirección de los microtúbulos,
excepto en sus apéndices, que son prolongaciones proteicas ancladas a los centriolos. La misión de los centriolos es todavía un
misterio puesto que las células vegetales carecen de
ellos y no por eso dejan de dividirse u orientar sus
microtúbulos. Los centriolos sí son similares a los
corpúsculos basales, estructuras que están en la base
de cilios y flagelos desde los cuales polimerizan los
microtúbulos que forman su armazón. Las células
vegetales, al carecer de centriolos, no forman
centrosomas típicos como en las células vegetales, pero
sí anillos de γ-tubulina dispersos por el citoplasma o
asociados a la envuelta nuclear.
El sistema de microtúbulos de las células
animales se forma principalmente a
partir del centrosoma, que contiene un par de centriolos
dispuestos perpendicular rodeados por el material
pericentriolar. En ella se encuentran los anillos de γ-
tubulina a partir de los cuales polimerizan los microtúbulos.

Funciones:
1.- Organización y movimiento de orgánulos. Los microtúbulos se pueden clasificar en dos grandes grupos: aquellos que
son estables, presentes en los cilios y flagelos, y otros más dinámicos y cambiantes que se encuentran en el citoplasma.
Aparte del papel de los microtúbulos citoplasmáticos en el movimiento de los cromosomas, mediante la formación del huso
mitótico. Participan en el movimiento de orgánulos como las mitocondrias, lisosomas, pigmentos, gotas de lípidos. Son
también necesarios para dirigir el tráfico vesicular.
2.- Los microtúbulos son relativamente inertes en cuanto que no interaccionan directamente con los orgánulos. Los
desplazamientos de orgánulos son producidos por una serie de proteínas especiales llamadas proteínas motoras. Estas
proteínas pertenecen a dos familias: quinesinas y dineínas, las cuales se desplazan por el microtúbulo en direcciones
opuestas: las quinesinas hacia el extremo más y las dineínas hacia el extremo menos. Tanto unas como otras tienen dos
estructuras globulares y una cola.
3.- Los cilios y flagelos son estructuras que se proyectan desde las células, contienen microtúbulos y están rodeados de
membrana plasmática. Las células utilizan estos apéndices para desplazarse, para remover el medio que les rodea o como
estructuras sensoriales.

Dra. Delia Laime C.; Depto. de Biología; Facultad de Ciencias; UTA; 2018
RESUMEN DE LA CLASE Y CONCEPTOS IMPORTANTES
 El citoesqueleto es una red de diferentes filamentos que dan soporte estructural a la célula a la vez que organizan su
actividad motriz y facilitan el transporte de orgánulos y materiales.
 Existen 3 tipos de fibras: microtúbulos (tubulina), microfilamentos (actina) y filamentos intermedios.
 Los filamentos intermedios están compuestos de subunidades proteicas diferentes en distintos tipos celulares y sólo
existen en vertebrados. Son fibras elásticas estables que proporcionan a las células resistencia mecánica y mantienen la
estructura de los epitelios (capas de un solo “piso” de células) y de la lámina nuclear.
 Los microfilamentos son polímeros helicoidales de actina que tienen una polaridad de crecimiento (el extremo + tiene
mayor velocidad de polimerización). Son flexibles, de longitud variable y forman haces, redes y otras estructuras
dinámicas que cambian la forma de las células. Están concentrados en la zona cortical (bajo la membrana plasmática).
 Su estructura y longitud están determinadas por muchas proteínas que se unen a la actina que regulan la estructura y
velocidad de polimerización y, además, por la hidrólisis de moléculas de ATP por los propios monómeros de actina.
 Los microtúbulos son tubos huecos muy rígidos cuyas paredes se forman de dímeros de alfa+beta tubulina. Su
polimerización/despolimerización depende de la hidrólisis del GTP: los dímeros de tubulina-GDP no forman microtúbulos
estables.
 Los microtúbulos irradian desde el MTOC con su extremo (+) hacia la periferia celular y ayudan como “red de carreteras”
intracelular al transporte de orgánulos y materiales, así como al correcto anclaje y distribución de los cromosomas
durante la mitosis (gracias a su “inestabilidad dinámica”).
 Los microtúbulos se polimerizan cerca de los centriolos del MTOC a partir de un anillo iniciador de gama-tubulina

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Dra. Delia Laime C.; Depto. de Biología; Facultad de Ciencias; UTA; 2018

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