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Romano Unidad 1
Romano Unidad 1
PATRIMONIO
Patrimonio proviene del latín patrimonium, que significa lo recibido del pater.
Para el derecho clásico el patrimonio constituía un ente o universalidad jurídica tutelada
por la ley; era el conjunto de bienes y derechos de que fuera titular una persona, con
deducción de las deudas y cargas que lo gravaran. Comprendía así únicamente valores
positivos, no existía el patrimonio negativo. Como consecuencia, en Roma podía haber
personas sin patrimonio, cuando sus bienes no alcanzaran a cubrir las deudas o las cargas
que los gravaran. La consideración del patrimonio como un ente jurídico hizo que los
romanos aceptaran su transmisión por acto inter vivos (incluso en su totalidad).
También estaban los bienes extrapatrimoniales (derecho al honor, a la libertad, políticos),
los cuales no integraban el patrimonio ya que carecían de valor económico.
Los modernos se apartaron de la concepción clásica y, siguiendo a Aubry y Rau,
consideraron el patrimonio como un atributo de la personalidad, algo inherente a la persona
humana, que constituye una unidad abstracta y universal de derecho integrada por todos los
bienes y derecho susceptibles de apreciación pecuniaria y de las cargas que le están
impuestas. Por lo tanto, su transmisión solo era posible por causa de muerte, ya que no se
concibe persona sin patrimonio.
Respecto al patrimonio, los jurisconsultos romanos distinguían entre las acciones reales (in
rem), cuyo tipo es la vindicatio; y las acciones personales (in personam), como las
condictiones. En las primeras, la acción se dirigía adversus omnes, es decir contra cualquier
sujeto que desconociese el derecho o afectase su plenitud o libertad; en las segundas, el
demandado era siempre el sujeto pasivo de la relación (el deudor).
Los derechos patrimoniales (aquellos con contenido económico) se clasifican en:
Derechos reales (de cosas):
- Son aquellos que crean entre la persona y la cosa una relación directa e inmediata.
- Se componen sólo de dos elementos: la persona, que es el sujeto activo del derecho
y la cosa, objeto de él. A los terceros les corresponde un deber general negativo que
se traduce en la obligación de todos de abstenerse de impedir, de cualquier manera,
el ejercicio efectivo de aquel poder.
- El objeto del derecho real es siempre una cosa determinada (de ordinario corporal).
- De estos derechos surgen dos ventajas para el titular de la cosa: la oponibilidad y
eficacia del derecho real frente a todos (erga omnes), y la posibilidad de perseguir la
cosa de quienquiera que la haya tomado de hecho y colocado bajo su poder (derecho
de persecución).
- De lo anterior se deriva su carácter absoluto y, además, tienden a la perpetuidad.
- Los derechos reales siempre nacen por imperio de la ley.
- Se clasifica en dos grandes clases:
a) Los que se ejercen sobre una cosa propia (iura in re). Pertenecen a esta clase los
derechos de propiedad o dominio, que reúne todos los caracteres de los derechos
reales y tiene el contenido económico más amplio.
b) Los que se ejercen sobre cosa ajena (iura in re aliena). Se agrupan en esta clase
los derechos reales limitados o parciales, entre los que se encuentran las
servidumbres, la enfiteusis, la superficie, la hipoteca, etc.
Derechos personales (de créditos o de obligaciones):
- Son aquellos en los que el nexo obligatorio une a dos o más personas, es decir, son
relaciones entre personas.
- Se componen de tres elementos: el sujeto activo (acreedor); el sujeto pasivo
(deudor) y la prestación (obligación de dar, de hacer o de no hacer).
El acreedor tiene el derecho subjetivo de exigir al deudor una determinada
prestación, teniendo este último el deber jurídico de cumplir con la misma.
- El objeto del derecho personal es una actividad o el resultado de ella.
- Permite que el acreedor persiga el pago de la deuda del sujeto obligado.
- Son de carácter relativo y temporales (aunque pueden tener larga duración).
- Se adquieren por acuerdo de las partes.
LAS COSAS
CONCEPTO
Los romanos no dieron una definición de la palabra cosa (res); se referían a ella como el
objeto material (corpus), físicamente delimitado y jurídicamente independiente, susceptible
de tener un valor pecuniario.
LA POSESIÓN
CONCEPTO
Deriva de la palabra latina possessio, que a su vez proviene de possidere que significa
“facultad de sentarse o fijarse” (da la idea de una situación de hecho).
Los romanos entendieron por posesión un estado de hecho por medio del cual una persona
tenía una cosa en su poder y disponía de ella según su voluntad, como lo haría un
propietario. Es un señorío o poder de hecho valorado en sí mismo, con independencia de
que fuera o no conforme a derecho.
ELEMENTOS
Los jurisconsultos clásicos distinguieron dos elementos presentes en la posesión:
1) Externo y material: contacto o poder físico directo que el sujeto tiene respecto de
una cosa. Los romanos lo designaban corpus.
2) Interno, subjetivo o espiritual: la intención de someter la cosa al ejercicio del
derecho de dominio, con lo que el titular actúa respecto de la misma como lo haría
un verdadero propietario. Era expresado por los romanos con la palabra animus.
La concurrencia del corpus y del animus era requisito necesario para que se reconociese a
la posesión consecuencias jurídicas y su debida protección. En la posesión ambos se
presentaban simultáneamente y era inadmisible que el cuerpo viviera sin el ánimo o
viceversa (no podían existir uno independientemente del otro).
EFECTOS DE LA POSESIÓN
Para los romanos la posesión nacía como una relación de hecho que apenas adquiría vida se
convertía en relación de derecho, ya que inmediatamente producía efectos jurídicos:
- La posesión era “objeto o contenido de un derecho”, ya que abarcaba uno de los
aspectos de la propiedad necesario para realizar los fines del dominio al posibilitarle
a su titular el ejercicio del ius utendi, el ius fruendi y el ius abutendi.
- Entrañaba un “requisito para el nacimiento de un derecho”, porque para adquirir la
propiedad y otros derechos reales se exige que el propietario tenga la condición de
poseedor (para la entrega efectiva de la cosa).
- La possessio, junto a otros elementos, era requisito permanente e indispensable para
adquirir la propiedad por usucapión.
- Era “fundamento de un derecho” al merecer por sí misma e independientemente de
la propiedad el amparo de la ley; se tiene el derecho de reclamar la tutela interdictal,
sin otra condición que la existencia de una verdadera posesión.
- Como efecto secundario, el poseedor en caso de tener que entregar la cosa al
verdadero propietario al perder el juicio petitorio, tenía derecho a recuperar los
gastos necesarios y útiles realizados en beneficio del bien poseído, pudiendo en caso
de que los mismos no fueran satisfechos ejercer el derecho de retención.
CLASES DE POSESIÓN
De acuerdo con la forma como había sido adquirida, la posesión podía ser:
- Legítima: Cuando se adquiría conforme a derecho. Implicaba un elemento del
derecho real del que se trate. Los derechos reales que otorgan posesión son el
dominio (posesión perfecta), la servidumbre, el usufructo, el uso, la prenda y la
anticresis (todas éstas son posesiones imperfectas, al ser desmembramientos del
derecho real de dominio).
- Ilegítima: Cuando nacía por efecto de un vicio o por lesión para el anterior
poseedor. Podía ser:
*De buena fe: implicaba la creencia sin duda alguna de ser el exclusivo señor o
dueño de la cosa (creer tener un derecho legítimo sobre la cosa poseída).
*De mala fe: poseía de mala fe el que actuaba como poseedor conciente de que
carecía de derecho alguno sobre la cosa objeto de su poder. Se subdividía en:
1) simple: cuando la persona no realizaba ningún acto de violencia o engaño para
entrar en posesión de la cosa.
2) viciosa: comprendida en relación a los bienes muebles e inmuebles.
VICIOS:
a) En muebles: hurto (substracción de la cosa a la persona propietaria), estelionato
(adquisición de un bien muebles de quien se sabe que no es el propietario) y
abuso de confianza (cuando el propietario entrega a un otro la cosa
voluntariamente como tenedor, y éste invierte el título, transformándose en
propietario).
b) En inmuebles: violencia (cuando la cosa se adquiría empleando la fuerza física o
moral), la clandestinidad (cuando se usaban procedimientos ocultos para la
adquisición de la posesión, eludiendo de esta forma la oposición de quien
tuviera derecho a contradecirlo) y, nuevamente, abuso de confianza.
La tutela posesoria alcanzaba tanto al poseedor legítimo como al ilegítimo “porque
cualquiera que sea el poseedor tiene por su condición de tal más derecho que el que no
posee” (Paulo).
De acuerdo con los efectos jurídicos que la posesión podía causar se distinguía:
- possessio ad usucapionem: era la posesión de buena fe que por el transcurso del
tiempo hacía que el poseedor adquiriera la propiedad del bien poseído.
- possessio ad interdicta: era aquella que otorgaba al poseedor tutela para su poder,
por medio de los interdictos posesorios.
Otra distinción era la possessio civilis de la possessio naturalis, con diferentes
opiniones para caracterizar una y otra:
- Savigny identificaba a la possessio civilis con la possessio ad usucapionem y la
possessio naturalis con la ad interdicta.
- Bonfante consideraba que la possessio naturalis era algo menor a la possessio (era
más bien una tenencia o detención); se trataba de una relación de hecho desprovista
de la tutela posesoria. La possessio civilis era la posesión con justa causa y que
estaba garantizada por un verdadero derecho.
LA CUASI POSESIÓN
El derecho romano, en un principio, consideró la posesión como una dominación solamente
ejercitable sobre una cosa corpórea. Más tarde se extendió, con el nombre de quasi
possessio la idea de posesión a otros derechos reales distintos de la propiedad,
especialmente a los derechos de servidumbre. Para ello, era necesario la reunión de los
elementos constitutivos de la posesión, es decir, el corpus y el animus.
La cuasi posesión se hallaba en la misma relación con los interdictos y la usucapión que la
posesión de las cosas corporales. Con Justiniano, llegó a abarcar a otros derechos reales
sobre cosa ajena, como el usufructo, la enfiteusis y la superficie; aunque nunca se extendió
a los derechos de obligaciones (derecho personales).