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Conquista del Tahuantinsuyo

o Imperio Inca
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La conquista del Tahuantinsuyo o Imperio Incaico se inicia con la llegada


de Francisco Pizarro y sus huestes al Tahuantinsuyo en 1532 marco el inicio de una
gran transformación en las formas de vida de los pobladores de los Andes.

NOTICIAS DEL PERÚ


Con el descubrimiento del océano Pacífico en 1513, se extendió la noticia de la
existencia de ricas tierras al sur, donde abundaba el oro. Se dice que la información
fue contada por Panquiaco, hijo del cacique Comagre. Los rumores que corrían
consistían en que el Virú habían espléndidas tierras gobernadas por poderosos
hombres. La leyenda del oro estuvo presente en las expediciones españolas, de la
época. Así, en la exploración del Golfo de San Miguel, realizada por el capitán
Francisco Becerra, se escucho algo similar, y lo mismo le ocurrió a Pascual de
Andagoya cuando intentaba avanzar en la exploración hacia el sur para dar con el
ansiado reino del oro. Estas leyendas se incorporaron al imaginario de los
conquistadores, como es el casi de Francisco Pizarro.

LOS SOCIOS DE LA CONQUISTA


En Panamá se había concentrado un gran número de españoles, entre ellos, Francisco
Pizarro y Diego de Almagro. Listos para iniciar una nueva exploración, se asociaron
con el clérigo Hernando de Luque, testaferro de Gaspar de Espinoza, importante
banquero de Panamá, quien sustento económicamente la nueva compañía
conquistadora. Con la autorización del gobernador de Panamá, Pedro Arias Dávila,
Pizarro y sus socios se lanzaron a la aventura y a buscar u botín que se repartieran
entre los inversionistas de la expedición. Pizarro dirigía la empresa, Almagro tomaría
a su cargo la formación de la tropa cuidando su abastecimiento y Luque asumuría la
dirección espiritual de los nuevos territorios.

VIAJES HACIA EL TAHUANTINSUYO


EL PRIMER VIAJE (1525-1525)
Navegaron bordeando la costa y llegaron hasta lugares desconocidos que bautizaron
como Puerto Piñas y Puerto del Hambre. Más al sur, encontraron un poblado donde
fueron atacados por los naturales. Por ello incendiaron el pueblo, al que llamaron a
partir de ese momento Pueblo Quemado.

EL SEGUNDO VIAJE (1526-1527)


Después de llegar a la altura del río San Juan, Almagro regresó a Panamá y Pizarro
continuó hacia el sur. Ante la queja de los soldados, que habían acudido al nuevo
gobernador Pedro de los Ríos, este envió al capitán Juan Tafur con la orden de
hacerlos regresar. Tafur los halló en la Isla del Gallo, lugar del celebre episodio donde
Pizarro preguntó a sus hombres si querían “regresar a Panamá para ser pobres”, sin
fama ni dinero, o “seguir hacia el Perú para ser ricos”. Solo trece decidieron continuar
y los demás embarcaron de regreso a Panamá. Los trece y Pizarro esperaron medio
año la llegada de provisiones y hombres. Finalmente llego Bartolomé Ruiz con
provisiones y la orden del Gobernador de que todos regresaran. Antes de cumplir con
la orden, Pizarro y sus hombres navegaron las costa y llegaron a Tumbes. Allí fueron
recibidos por los naturales, quienes les ofrecieron chicha, fruta, maíz y otras viandas.
Era una forma habitual de establecer relaciones de los pueblos andinos.
Sorprendidos con las construcciones y vestidos de indígenas, decidieron regresar para
pedir la autorización de conquistar las tierras halladas. Los recién llegados a Panamá
alardeaban de las maravillas vistas con sus propios ojos. Sin embargo, Pizarro viajó a
España para ser facultado por el Rey Carlos I, llevando consigo tumbesinos cautivos,
camélidos, cerámicas y otros objetos. La Corona española firmó la Capitulación de
Toledo en 1529, documento que los autorizaba a llevar a cabo su empresa.
Pizarro

TERCER VIAJE
Pizarro recluto gente antes de iniciar su nuevo viaje, entre ellos, varios de sus
familiares, a quienes busco en su tierra natal. En 1531, cuando salieron de Panamá,
sumaron casi doscientos hombres encaminados a conquistar el imperio. Llegaron a la
isla de la Puná, donde despues de una estancia pacífica de varios días, los isleños
atacaron al no recibir muestras de reciprocidad. La fuerza convirtió en vencedores a
los españoles, quienes llegarían mas tarde a Tumbes, donde se enteraron de que
una guerra sucesoria entre Huascar y Atahualpa habia acabado con el triunfo del
segundo.

LA CAPTURA DEL INCA


Después de fundar la primera ciudad española, San Miguel de Tangarará, a
orillas del río Chira en Piura, los conquistadores iniciaron su ascenso hasta Cajamarca.
Pizarro ordenó que la hueste se instalara en la ciudad y envió a Hernando de Soto y
luego a Hernando Pizarro a visitar al Inca a su campamento con el objetivo de invitarlo
a una entrevista.

LA TOMA DE CAJAMARCA
En Cajamarca, primero Hernando de Soto y luego Hernando Pizarro visitaron al Inca,
quien les ofreció chicha y les reclamó habre tomado cosas que no le pertenecían a lo
largo de su recorrido. Los españoles mostraron gestos de amistad que llevaron a
Atahualpa a aceptar la entrevista con Pizarro. El día del encuentro los españoles
esperaban la llegada del Inca listos para combatir. Atahualpa llegó acompañado de un
gran séquito de guerreros, sacerdotes, servidores, bailarines, músicos y curacas
aliados. Al ingresar a la plaza salió a su encuentro fray Vicente de Valverde, quien
había sido encargado de leer el “requerimiento”, mientras Felipillo le traducía al Inca.
Al no comprender la compleja situación, el Inca arrojo la Biblia que le había dado el
sacerdote. Inmediatamente los españoles arremetieron contra los nativos, lo que causo
un gran desconcierto, el Inca cayo de su litera y fue tomado prisionero.

MUERTE DE ATAHUALPA
Atahualpa ofreció entregar oro y plata para establecer una alianza que fue entendida
por los españoles como un rescate al modo occidental. Sin embargo, el miedo de un
alzamiento y el afán conquistador provocaron la decisión de ejecutar al Inca el 26
de julio de 1533. Formalmente, justificaron la muerte acusando a Atahualpa de
complotar un ataque y del asesinato de su hermano Huáscar.
Los cronistas españoles dicen que fue ejecutado ene l garrote (ahorcado con una soga);
en cambio, el cronista Felipe Guaman Poma de Ayala ilustra el hecho como una
decapitación. Luego, los españoles se dirigieron hacia la ciudad sagrada del Cuzco a
donde arribaron el 15 de noviembre de 1533.

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