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unenfoque _ moderno al método Un enfoque moderno a] método Montessori Es la mejor introduccién ie educalioc Moniznot == aren eee Jors Hott Desde 1962. no habia surgido sportacis una aj ten ineportente a le literature stbve el mbsede ‘Nor. tessori Newsletter de AMERICAN MonTrssoi SocieTy. Es un Spock en miniatura. Surtemento Epucativo pet Times of Loxpars El informe de la sefore Lillerd ¢s el mejor haste la fecha... Tiene una delicada comprensin respec toa la forma en que pucden funcionar tan maravillo- samente, y por qué los métodos Montessori Chicago Tribune Lo ideal seria que cada nucws madre saliera del hospital no solo con mu nuevo bebe, sino también con und copia del capitulo de la seHore Lillert are me "ee ee tamtente que hacer Lo anion que tie : Hewen que hacer sequitnos " ava caticaeanttcntlo aa «atte unt joo, cowanalal sobte Le etc Rgpero que todos los partidarios de Montess : fontessons se preocupen ceriamente al igual que el sehor Holt y otros come dl yee pwiblemente en 1971 habia un 1 bd dadero peligro de que elm todo Montessort fuera mal empleado y mleompeaa on 5% y diversas formas, Sabemos que la doctora Montessori identified cualidades, hasta ahora no definidas, de la naturaleza infantil: principalmente, la construccidn por parte del nitio de sus pro: pios poderes innatos; una construecidn que tiene luger dentro de él. oculta a nuestra vista, y a euyo proceso, sin embargo, podemos estar alerta mediante la observacién cuidadosa de sus actos externos: su necesidad inflexible, y por lo tanto su ext gencia de libertad, y su contribucién a la integridad de ta vide como el “otro polo de la humanidad”. Podemos defender esto; pero por desgracia los montessorianos, justificadamente 0 no, han desarrollado la reputacién de ser renuentes a aceptar la oportunidad de crecimiento que proporciona la comunicacién con otros, ast como Ia receptividad a la critica, Edmund Holmes eseribid en 1913: i a esur bajo et Las ortodoxias, 0 sea, los sistemas que Hegan 2 esar Dak patrocinge yet control del hombre promedio. sempre a *0eP Nocadas, Coando la herejia Montessori convicts © OCs todoxia, el periode de su decadencia —00mo, S40 ema Principio fabri emperado.... Considerar Om” T8 eramente We Le doce Montesori ha elaborado, imple "como Una comprensién radalmente equivortd dea tado de plasmar en he tae bas inspire @ Expero que este libro, en el cual 16 4a forma organizada, y principalmente OT upa, de su creadora, la esencia del sistema 4 Perey dan sobre la contribue, ttn 2 ue todo 10 que F otros @ OP" eee va que aquellos que puedan hac, fn doctora MO de ella. La misma doctora mos dio ¢\ m, comentarios finaies d. Montessori en Long, on mayo de 1951, €l ustedes pueden dispensarme, es dese ., la direccion que estoy sefialando 5 nino"? Por educacién debe entenderse la ayuda ac- tiva que se le da a la expansién normal de la sda del nviio Maria Montessori, Tia Mowrisom Mettoo, p. 104. Tuege le observacion cientifica ha extablect- do que la educacién no es lo que da el maestro; lu educacién es wn proceso natural Uevado a Jo espontancamente por el individuo huma- no, ) adguirda no al escuchar palabras, sino mediante experiencias sobre el medio ambiente, Maria Montessori, Epccation ror a New Wort, p. 5 1 Introduccién histérica al método Montessori Maria Montessori nacié en la Provincia de Ancona, Italia, en 1870, y cuando tenfa doce afios, sus padres se trasladaron Roma para que su nica hija pudiera recibir una mejor edu- cacién, La alentaron para que se convirtiera en maestra, la linica carrera a la que tenian acceso las mujeres en aquel tiem- Po. Sin embargo, ella era una partidaria de la liberacién fe. menina que se adelanté a su época, y estaba decidida a no aceptar el papel tradicional de la mujer. Primero se interesS Por las mateméticas, y se decidié por la carrera de ingenieria, sitio a clases en una escuela téenica para muchaches, pero a Ia larga se interes6 por la biologia, y finalmente reselvié ingresar a la Escuela de Medicina. Sus esfuerzos para ser ad- mitida no quedaron registrados, salvo que primero fue re- chaada y después aceptada, obteniendo becas cada afio y de dicéndose a la ensefianza privada para pagar una gran parte de sus gastos. Esto era importante, ya que su padre desaprobaba Frandemente la carrera que habia elegido, y la independencia financiera le era necesaria Para poder continuar sus estudios. En 1896 se convirtié en la pimera mujer en graduane en 's Escuela de Medicina de la Universidad de Roma, y se incor- 2 6 UN ENFOQUE MODERNO AL METODO MoWTESsony pord al personal de la Clinica Siquidtrica de la misma, Como parte de sus deberes, visitaba a los nifios internados en. gg asilos generales para enfermos mentales de Roma. Llegé a con. vencerse de que aquellos nifios mentalmente deficientes podriar beneficiarse con una educacién especial, y visj6 a Londres y , Paris para estudiar el trabajo de dos de los primeros pioneros en este campo: Jean Itard y Edouard Séguin. A su regreso, el ministro italiano de educacién le pidid que diera una serie de conferencias a los maestros de Roma, £] curso condujo a la creacién de la Escuela Estatal de Ortofrenia, y la doctora Montessori fue nombrada directora de la misma en 1898. Trabajé ah{ con los nifios durante dos afios, basando sus métodos educativos en la penetrante forma de observar que habfa adquirido con Itard y Séguin. Todo el dfa, desde las ocho de la mafiana hasta las siete de la noche, ensefiaba en la escuela, y después trabajaba hasta muy tarde preparando nuevos materiales, escribiendo notas y observaciones, y refle- xionando sobre su trabajo. La doctora Montessori consideraba es0s dos afios como su “verdadero titulo” en pedagogia.’ Para su sorpresa, descubrié que aquellos nifios podian aprender mu- chas cosas que parecian imposibles, Ella escribié: Logré ensefiar a varios idiotas de los asilos a leer y escribir tan bien que pude presentarlos en una escuela publica para que Jos examinaran junto con nifios normales. Y pasaron dl examen exitosamente... En tanto que todo el mundo admiraba el progreso de mis idiotas, yo buscaba las razones que manteniaa sanos y felices a los nifios de las escuelas comin y cortiente! en un nivel tan bajo, jque podian ser igualados en los exdment? de inteligencia por mis desafortunados alumnos!? Llegué a convencerme de que métodos similares aplicados * nifiot normales, desarrollarfan o liberarfan su ne tuna forma sorprendente y maravillosa.* Esta conviccion, condujo a la doctora Montessori a dedicat sus energias al campo de la educacién por el resto de su vida Con el fin de prepararse para su nuevo papel como educt dora, la doctora Montessori regress a la Universidad de Rom# INTRODUCCION HISTORIEA AL METODO: MONTESSORE 27 para estudiar filovofia, concienzudamente a I al ital sicologia y antropologia. Est nd y a Ségur no y copiindolos a mano. mano”, excribié, “para tener ti dig mas , traduciendo sus. escritos “He clegido h er esto a po de pesar el sentido de cada palabra, y para captar verdaderamente el espiritu del autor’. Durante aquella época también realizé un estudio especial so- bre las enfermedades nerviosas de los nifios, y publicé los re- sultados de sus investigaciones en publicaciones técnicas. Ade- mas, formé parte del personal del Colegio de Capacitacién para Mujeres de Roma (una de as dos universidades femeninas ita- liana de aquella época), ejercié su profesién en las clinicas y hospitales de Roma, y se dedicé también a la prictica privada. En 1904 fue nombrada profesora de antropologia en 1a uni- versidad, y continué con sus demas actividades hasta 1907, cuan- do comenzé su vida activa como educadora. Se le pidid que dirigiera la guarderia de un proyecto habitacional en el barrio bajo de San Torenzo (Italia). La doctora Montessori acepté, considerando que esa era su oportunidad para empezar a tra- bajar con nifios normales. Ella iba a estar encargada de sesenta pequefios entre los tres y los siete afios, en tanto que sus ile- trados padres tabajaban. Debido a que tenfa otras responsa- bilidades, actuaba en calidad de supervisora del proyecto, y con- traté a una joven sirvienta para que trabajara como maestra en sustitucin de ella. La doctora Montessori describié a sus alumnos como ‘ios lacrimosos y asustados; tan timidos que era imposible hacer {que hablaran; sus rostros eran inexpresivos, con miradas aturdidas Gyfno si nunca bubjeran visto nada en su vida. Eran ciertamente nifios pobres y abandonados que habfan crecido... sin nada que estimulara sus mentes® Un cuarto sencillo y desnudo fue proporcionado para los pequefios en un edificio de departamentos que formaba parte del proyecto. Los escasos muebles eran similares a los que se usaban en una oficina u hogar, y él dnico equipo educativo estaba constituido por los aparatos sensoriales que la doctora Montessori habla usado con sus nifios mentalmente deficientes. {inden Hae is mesons seilicisbes reer Pers tg PUMA Sun Mondian una wan ensiim cae, THIN HH telat la May verdaderss reacciones, tx ve nedin ambiente to mss nat Pemibie vare LON y Seomts CMMs en 9u6 prompias olnervscion, wine iin cil Comidersba ue un medio ambiente meen, Wate «1 nit es aquel en donde wdo es adecuado Para sa edad yvecimiento, donde ton posibles obstéculos Para su deszrrolio wm tliunadon, y donde se le proporcionan los medios Para ejer iia ae «recientes tacultades, Después de instruir a Ie mace, ri 1 we dle 0% aparatos sensoriales, 1a doctora Montesart ‘16 en un segundo plano y esperds a que los nifos M rovelarsn, No tenis mingwe Gude-de que en seaisdel Nation Kl crelw que et nifio pequefio esta » ile exeacion y expansién, y es suficiente abrie la ‘a Cletiamente aquello que él estd creando, que de no st 0 4 exist, y de Ia potencialidad a la realidad, no puede set complicado en el momento en que surge de la nada y no puede haber ninguna dificultad en su manifestacién. Asi, 4! preparar un medio ambiente libre, adecuade «este momento ile ta vida, tu manifestacién natural dela mente infantil, ¥ por {0 tamo 1a revelacion de su seereto, debe brotar esponténearuente Lo que sucedié después, seguin afirmaba Ia doctora La tewori, le produjo una setie de sorpresas que la dejaron it brendida ya menudo inerédula”, Los niflos demostraron Ut Avadto de concentracidn al trabajar con tos aparatos que no éra Miscermible en los niles mentalmente deficientes del Insticuto Ye parecia sorprenclente en niitos tan pequetios. ¥ mis asom- HeHHOBEOEIOR HIRTOIIOA AL ME tOne: sete: Wr Pasow ” aan era eh hy No de que ton nities pareciin estar a slo ine cnt aaa jrattoe oatnersnne Me tine demper convent pads de que ead a tin 4 sn ihusiin wer nn tal verdad, foddavin ne Wa cree, lo creer la pxGoximna duvante ann tango fapen. pe . we Hempe prafundamente conmovide ? ner inerédula, yak eis FvO que el patron que conducts ino. Primero, el nifio empe este fenémeno era siempre el a4 war una pieza la forma acostumbrada, pero en ver de guardar anilo cl experimento habla sido terminado, em epetirlo, sin demostrar “progreso en cuanto a rapider ad. era una especie de movimiento perpetuo”* Se observé que una nifia repetia determinado cjercicio cuarenta y lox veces, y que estaba tan profundamente concentrada que no we dab de los esfuerzos deliberados para distraerla, in- cluyendo eb levantarla con todo y silla y Hevarla a otra parte del cuarto, De repente, sin ninguna raz6n aparente, dio por terminada su tarea y guardé el equipo. Pero, “zqué era lo que ctaba terminado y por qué?”, se pregunté la doctora Mon- tewori JY por qué los nifios estaban realmente descansados parcclan haber “experimentado una gran alegria™ después del tal ciclo de actividad?® Un segundo y sorprendente fenémeno en el comportamiento de lon nifios ocurrié en una forma completamente accidental. La maestra estaba acostumbrada a distribuir Jos materiales en- tre los pequefios. Sin embargo, un dia se le olvidé cermar to llave la alucens donde ve guardaba el equipo. Llegd al salén de clase y se encontré con que Jos nifios habfan escogido ya las pievas que deseaban, y estaban muy atareados trabajando. La doctora Montewori interprets el incidente como una sefial de que los chicos conoclan ya el uso de los materiales, y querian hacer su propia eleccién, Le dio instrucciones a la maestra para que les dejara hacer eto, y construyé anaqueles bajos para Que ioe materiales fueran mAs accesibles para ellos Obser- del equipo ¢ 30 UN ENFOQUE MODERNO AL. METODO MONTESSoRy ¥6 que constantemente dejaban algunos de los materiales sin usar, y los eliminé, razonando que los escogidos debian re. Presentar para ellos alguna necesidad o interés particular, y que los otros sélo crearfan confusion. Se qued muy sorpren dida al observar que los “juguetes” que habla colocado en ¢| cuarto, se encontraban entre las cosas que prdcticamente ny habian sido tocadas, y eventualmente también los elimind, Ocurrieron otros fenémenos inesperados. Los nifios parecian indiferentes a los premios o castigos relacionados con su tra bajo. De hecho, a menudo rechazaban un premio o lo regala. ban. Y mostraron un intenso interés por imitar el silencio de un bebé que fue Ievado un dia a la clase. De esta experiencia, la doctora Montessori desarrollé un “ sjercicio de silencio’ que consistia en controlar todos los movimientos y escuchar los sonidos del medio ambiente. El placer que sentian los nifios durante este esfuerzo en grupo, parecia reflejar cierta necesidad de comunicacién entre ellos y con el mundo que les rodeaba. EI hecho de que aquellos pequefios posefan un profundo sen- tido de dignidad personal también se hizo evidente. Un dia se sintieron tan complacidos porque les habian ensefiado a sonarse, ;que prorrumpieron en aplausos! Finalmente, los nifios empezaron a demostrar un dominio de s{ mismos recién desarro Mado. Saludaban a los visitantes, que ya estaban Iegando en cantidades cada vez mayores a ver al grupo, calurosa y respe- tuosamente. Parecian orgullosos de su trabajo, y felices de po der mostrérselos, Demostraban un sentido comunitario y de Preocupacién los unos por Ios otros. Sin embargo, eran la dis- ciplina, la atencién concentrada y la espontaneidad de los ni- fios, evidentes en la Pacifica atmésfera del salén de clase, lo que més impresionaba a los visitantes. La doctora Montessor afirmé: “Esto no podria haberse logrado nunca si una maestt2. ensefiando verbalmente, hubiera tratado de invocar sus energis* desde el exterior”.10 Hubo un sorprendente acontecimiento con una importancit académica mds directa. La doctora Montessori no habia tenido la intencién de exponer a nifios tan pequefios a actividades T¢ Tacionadas con la escritura y Ia lectura, Sin embargo, las madres pATROOVOLION HISTOMICA AL MODI Moneta OTe Mem con papel de lija para que las manipular, ji det Um ema a y marchaban por el cuarto con ellas, como si tucran tan, deras Eventuslmente, algunos empezaron a conectar los sonidos con las letras, y a tratar de pronunciar y de armar palabras. Muy pronto ellos mismos se envefiaron a escribir. En un arranque de actividad, empezaron a escribir por todas partes. Lefan las pa- labras que habfan excrito, pero no Jes interesaban aquellas que cualquier otro hubiera escrito. Pasaron otros seis meses antes de que parecieran comprender lo que si leer pa- labras, Después empezaron a leer con | mismo entusiasmo con que hablan escrito, leyendo cada cota ajena a su medio am- biente. 10s letreros de Jas calles, los de las tiendas, etcétera. Sin embargo, mostraban poco interés por los libros, hasta que un dfa un nifio ensefié a los demds una pagina arrancada de un volumen. Anuncié que habfa un “cuento en ella”, y se los ley a Jos demés. Fue entonces cuando parecieron comprender el significado de los libros. Emperaron a leerlos con la explosién de energia que habian exhibido previamente al escribir y leer palabras que encontra- ban al azar en su medio ambiente. El proceso fue interesante en tres sentidos: primero, la espontancidad y la eae de esta actividad desde un principio pertenecid a oie fgundo, el proceso usual de leer antes que escribir fue invertido, Y tercero, los chicos involucrados tenfan slo cuatro y cinco ‘Al observar todos estos cambios en los nifios, la doctora Montessori considerd que habla identificado hechos importantes Y hasta esa fecha desconocidos, sobre el comportamiento infan- til, ¥ sabfa también que, para poder considerar que dichos Cambios representaban verdades universales, debia estudiarlos bajo diferentes condiciones y ser capaz de reproducirlos, Con te expiritu, una segunda escuela se abrié en San Lorenzo ese mismo affo, ‘una tercera en Mildn, y una cuarta en Roma en 1908; ta Gitima para los hijos de padres ‘acomodados. Para 32 UN ENFOQUE MODFRNO AI METODO MONTESSony 1909, toda la parte italiana de Suiza comenz6 a usar tos mé todos de ts doctora Montesori en sus ails para huéranon y cen los hogares infantiles, En esas escuclas, la doctora Montessori ence, nificativa y con i niios de hogares acaudalados y los que procedian de nae pobres. Estos uiltimos, en general, respondfan inmediatamente al equipo que s¢ les proporcionaba. Los chicos que tenlan pe Gres amantes € inteligentes que los cuidaban, y que habia, sido saturados con juguetes elaborados, por Io regular tardaban desde unos cuantos dias hasta varias semanas para poner ver dadera atencién a Jos materiales que se les ofrecian. Sin em bargo, una vez que se despertaba un intenso interés en aque. Mos nifios, comenzaban a aparecer fenémenos similares a los que se habfan visto en la primera Casa dei Bambini. Ante todo, empezaba el ciclo infantil de repeticién, concentracién y_satie faccién, y este conducia a un desarrollo de Ja disciplina inter- na, la confianza en s{ mismo y la preferencia por una actividad propésite, La doctora Montessori lamaba “normal a ese proceso que tiene lugar en el nifio; le parecia, en realidad, que era_el_estado_normal_del_nifio, ya que x desarrollaba~esponténeamente cuando e|_medio ambiente ofte- cia los recursos _necesarios. Las noticias sobre el trabajo de la doctora se propagaron répidamente. Visitantes de todos los paises Hegaban a las e cuelas Montessori para verificar con sus propios ojos los in formes sobre esos “notables nifios", La doctora inicié una vida de viajes por todo el mundo.... estableciendo escuelas y ce tros de capacitacién para maestras, dando conferencias y sc biendo, El primer informe completo de su trabajo, The No" tessori Method, fue publicado en 1909. ¥ en 1929, ella escril ntré una sig te diferencia en la respuesta ini 0 No hay uno solo de los grandes continentes en as rt se hayan distribuido escuelas [Montessori]... en Asia. det je ria hasta las Indias, en China y en Japén: en API a1 Egipto y Marruecos en el norte, hasta Ciudad del Cab ty extremo sur; en las dos Américas: en Estados Unidos ¥ ¥ en Latinoamérica." INTRODUCCION HISTORICA AL METODO MONTESSORI 33 La doctora Montessori hizo su primera visita a Estados Unidos para dar conferencias durante una breve gira en 1912. Se le dio una entusiasta bienvenida, incluyendo una recepeién en la Casa Blanca. Dio su primera conferencia en el Carnegie Hall ante una multitud desbordante, y se aloj6 en los hogares de personas tan famosas como Thomas Edison, que admiraba su trabajo. Se formé una Sociedad Norteamericana Montessori, con la sefiora Alexander Graham Bell como presidente, y la sefiorita Margaret Wilson, hija del presidente Woodrow Wilson, como secretaria. La doctora Montessori quedé tan complacida con la recepcién que se le brindé, que regress en 1915, esta ver para impartir un curso de capacitacién en California. Du- rante dicha visita, un grupo Montessori fue establecido en la Feria Mundial de San Francisco, y recibié muchisima atencién. Se abrieron escuelas Montessori en todo el pais, establecien- do una de las primeras en la casa de Alexander Graham Bell. Una avalancha de art{culos sobre la educacién Montessori apa- recié en la prensa popular, asf como en publicaciones pedagé- gicas. Sin embargo, ese brote inicial de entusiasmo por dicho sistema fue encontrando gradualmente un idéntico torrente de criticas por parte de aquellos profesionales norteamericanos que abogaban por las teorfas sicolégicas y educativas establecidas en aquel periodo. El mds influyente de ellos era el famoso pro- fesor William Kilpatrick, quien en 1914 publicé un libro, The Montessori System Examined, en el cual desechaba las técnicas Montessori por anticuadas. El libro de Kilpatrick ¢s importante €n Ja historia del método Montessori en Estados Unidos, no %lo porque se le reconoce como la influencia individual mds fuerte que contribuy6 a disolver el entusiasmo con que habia sido recibida 1a doctora Montessori en ese pats, sino también Porque algunas de las dreas de desacuerdo que esboza son las que todavia estén siendo perfeccionadas principalmente. El pro- Pio Kilpatrick era un hombre al que habla que tomar en serio €n el mundo pedagégico. Principal exponente de la filosofia de John Dewey, era un maestro popular y respetado de la Escuela Normal de la Universidad de Columbia. Era probable ‘era, causaba una profunda reper- que cualquier cosa que él “ UN ENFOQUE Mt HNOAL METOOO MONTHS cusidn en sus companeros de profesién, él sobre el metodo Montessori a tos prcovupatos por conocer ef signifde de esta agitacion sm eseptiCas. Son ath ‘ox dogmas y experimentos [pero ellos). pera ste Tos exitos pricticos de los experimentos nacidos entre I, condiciones diferentes de-un suelo. extranjero.12 FI profesor Kilpatrick bas su evaluaci6n de la doctora Mon. fesort en su primer libro, The Montessori Method, que acababa dle ser publicado, y en un viaje de investigacién 2 Roma para Visitar grupos escolares, Ademés, tuvo una entrevista privada con la doctora Kilpatrick afirmé que las teorias de ella, que consideran la naturaleza del nitio como fundamentalmente buena, y a la edu: cacién como el proceso de desenvolver lo que se le ha dado al nifio desde su nacimiento; su creencia en la libertad como un ingrediente esencial_para este desenvolvimiento, y su utiliza cin de experiencias sensoriales en ese procesa de desarrollo, “contenian una mayor 0 menor dosis de verdad”, pero neces taban “ser revisadas estrictamente para adaptarse a los concep- tos actuales”.8 Ademds, debido al hecho de que una de las influencias primarias en el trabajo de la doctora Montessori fue la de Séguin, un hombre cuya obra habia sido publicada por primera vez en 1846, y a que ella “se aferra todavia a la doctrina desechada de la disciplina general o formal”, escribié Kilpatrick, “nos sentimos obligados a decir que, por lo qué Tespecta al contenido de su doctrina, ella pertenece esencial mente a mediados del siglo x1x, unos cincuenta afios atris d¢ Ja etapa actual de desarrollo de la teoria educativa”."* Kilpatrick enfocd su critica del sistema Montessori s0b'® dos areas: la vida social del grupo escolar y el plan de estudios: Hubo una oleada a principios de 1900 que impulsé al Pe miento norteamericano a considerar a la escuela fundamen! mente como un lugar, no para que los individuos adquirier” INTRODUCCIN HISTORICA AL METODO MONTESSORI 35 conocimiento intelectual, como habia sido en el pasado, sino para que desarrollaran una vida y una accién social. Habla una “demanda mundial para que la escuela funcionara més definidamente como una institucién social”."* Kilpatrick ci ticd a la doctora Montessori porque lla no proporciona situaciones para una cooperacién wtial més adecuada.16 EI nifio Montessori, cada uno con la tarea que ha elegido, tra- baja, como se ha dicho, en un relativo aislamiento, mirandolo tal vez sus vecinos mas cercanos. [EI] aprende a confiar en si mediante una libre eleccién en un relativo aislamiento de rectora. Aprende en una forma individualista a respetar los dere- chos de sus vecinos. .. Es asi claramente evidente que en la escuela Montessori, el nifio individual tiene riendas inusitadamente suel- asi En contraste con este enfoque individualista, Kilpatrick “co- locaria a los nifios en un ambiente tan socialmente condiciona- do que ellos mismos se unirfan espontineamente en grupos de menor 0 mayor tamafio para desahogar sus impulsos vitales, ya que éstos existen en el plano infantil Kilpatrick critich extremadamente 1os materiales que la doc- tora Montessori construia para el uso de los nifios en el salén de clase. Por otro lado, los consideraba inadecuados, por encontrar excasa variedad en ellos y debido a que su objetivo no era suficientemente social. El aparato didactico que constituye el principal medio de ac tividad en Ia escuela Montessori proporciona una variedad sin gularmente escasa (y) por su misma teoria presenta una limitada serie de actividades exactamente inconfundibles y muy precisas, de caricter formal y muy remotas de Jos intereses y las relaciones sociales. Un rango de actividad tan estrecho y limitado no puede iF muy lejos para ratifacer a nifo normal La» mejores te0 las y practicas actuales Jos arian del_juege constructive ¢ imitativo, socialmente condicionado, la base y el Principal elemento del programa para los nifios en edad de asis: tir a la escuela de parvulos.# EN ENFOOUE MODERNO AL SUFTODO SON TESSoR) 36 Fi ambien encontré Lallas en Jos materiales, porque consi denaba que ne estinufaban saficientemente ta imaginacién dey yA se ON EL jUeKO Construct bn conp liza poco ode una ¢ en cl plan de estudios Montessori, y por lo tanto proporciona una expresién. sumamente inadecuada a una gran porcién de la naturaleza del nifio2” Aun cuando estaba de acuerdo con el concepto de “autoedu cacién” de la doctora Montessori, Kilpatrick encontré que era “mas un deseo que un hecho” en su método, debido a que esté ligado demasiado intimamente con la manipulacién del aparato didactico... La vida en si y las situaciones que surgen de ella (dan) abundantes ejemplos de autoeducacién evidente Mientras mis sc accrquen las condiciones cn Ia escucla a lis de la vida normal, més se presentarén naturalmente verdaderos problemas (y no artificialmente, mediante la palabra del macs to). Al mismo tiempo, la situacién préctica que establece el problema pondré a prueba la solucién que proponga el nifo. Esta es la autoeducacién de la vida24 Kilpatrick criticaba particularmente los materiales sensoria les del plan de estudios Montessori, “El aparato didéctico —la caracteristica més sorprendente del sistema para la mente po pular— fue disefiado para hacer posible un entrenamiento ale cuado de los sentidos”.2” Después pas a desechar el concept? de entrenamiento de los poderes sensoriales porque “la antise? nocién de Ia existencia de las facultades mentales y su ent namiento genera] como consecuencia, ahora ha sido rechanid) completamente por sicélogos competentes. Ya no hablamos 4 juicio como un poder general de observacién” ** Cualquies & Que sea necesaria en términos de “conceptos tales como dur calor 0 peso, etcétera, se encuentra en la experiencia nom mente rica de la vida del nifio, y a la inversa, aquellas © INTRODUCCION HISTORICA AL METODO MONTESSORI 37 no estén no son necesarias”* La doctrina Montessori de en. trenamiento de los sentidos esté basada en una teoria sical aparato didactico disehado para poner en elects esta teoria no tiene valor por lo tanto... Y el escaso valor que permanezca fen el aparato, podria ser obtenido mejor de la experiencia sen sorial incidental al juego adecuadamente dirigido, con juguetes elegidos acertadamente, pero menos costosos y mis infantiles2* ica gastada y desechada... El El profesor Kilpatrick tuvo una “entrevista dificil” con la doctora Montessori, porque el intérprete no estaba versado en sicologia, pero é1 “se marché convencido de que Ia sefiora Mon- tessori hasta esa fecha ni siquiera habfa ofdo hablar de la con- troversia sobre la trasferencia en general” 2° Kilpatrick terminé su examen del sistema Montessori con un andlisis sobre sus materiales académicos; especificamente su enfoque hacia la escritura, Ia lectura y la aritmética. En primer lugar, consideré innecesario iniciar la base para estas activida- des desde los tres 0 cuatro afios, como se acostumbraba en el método Montessori. Por lo tanto, no era importante discu- tir cémo podian ser presentadas esas habilidades al nifio de menos de seis afios, Al final del sexto afio de vida era suficiente con que el nifio tuviera cierto dominio de su lengua materna... una razonable habilidad para usar las tijeras, el engrudo, un lépiz 0 crayén y los colores. Si puede formarse en una fila, marchar marcando 1 paso y saltar, mucho mejor. Debe conocer juegos y canciones agradables, y algunos de los cuentos populares adecuados a su edad. Debe ser capaz, dentro de lo razonable, de bastarse a i mismo por lo que respecta a bafiarse, vestirse, etcétera. Y es de esperarse una propiedad en la conducta de tipo elemental. Cuestiona alguien el hecho de que tales conocimientos y apacidades pueden obtenerse incidentalmente en el juego por cualquier nifio sano? En realidad, muchos padres estan tan sa. tisfechos en este punto, que creen innecesario un curso en la escuela de parvulos, considerando que la vida hogareia es sufi- Gente. Sin aceptar semejante posicién, podemos preguntar: si un grupo de nifios normales que jugaran libremente con unos UN ENFOQUE MODERN AL METODO. MONTES‘oR: cna fos Jueuetes bien escogidos, bajo la mirada vigilante de Gag oven intehigente y comprensiva, zno silo adquititlan. ee dos esos conocinientos y capacidades, sino que al mime tiempo, se divertitian enormemente? Con toda seu sunta es contestarla?? idadl, hacer esta pre Respecto a los esfuerzos de la doctora Montessori en rela. Gon con los aparatos matemiticos, Kilpatrick encontré que “hay poco qué decir. Practicamente la unica novedad es el uso, de Ia Hamada escalera larga... En conjunto, el trabajo arit. mético parecia bueno, pero no notable, y probablemente no se equipara con el mejor trabajo realizado en este pais”.2* En cuanto al enfoque Montessori hacia la lectura, él encontré que su base fonética era inadecuada para el idioma inglés. Cualquier intento para resolver estas dificultades no podria menos que resultar en un plan idéntico a uno u otro de los métodos cuasifonéticos bastante familiares para los maestros nor teamericanos de primaria. Resulta asi que el método Montessori para cnsefiar a leer no tiene nada de novedoso para Estados Unidos.2# Apreciar la contribucién de Ia sefiora Montessori en el caso de la escritura es dificil. En general, parece probable que en realidad haya hecho una contribucién. De qué tanto valor pue da ésta resultar para aquellos que utilizan la lengua ingles’, € incierto. Probablemente sélo la experimentacién podri de cidirlo.2” Kilpatrick terminé su discusién de los materiales acadéni: os, afirmando que estaba de acuerdo “con aquellos que s guirfan excluyendo a esas artes escolares formales de Ia escuela de parvulos”, no porque sea dificil para un nifio de seis aids aprender a leer y a escribir, sino porque ta presencia de estay tiende a distraer ta atendst del. padre, el maestro y el niio de otros (por el momento 8 valiosos) aspectos de la educacidn. La educacin es a vida: 7 i suponer un contacto de primera mano con situaciones verd: ; ramente vitales. El peligro en el temprano uso de los ae es que conducen muy fécilmente al monopolio de establecer © reas extrafias a la naturaleza infantil, y casi inevitablement INIRODUCGION HISTORICA AL. MéTOO MONTESSORI 39 \ciones artificiales igualmente renter de interés y de con tacto vital, Un publica que no piensa contunde 4] sigue ton te realidad, y exige una formulacién donde debesia tin on riencia; exige el libro donde de : sa La unica Area de los materiales Montessori que Kilpatrick consider favorablemente, fue la correspondiente a los ejerci cigs de la vida practica, Consideré que tenian “utilidad inme diata” y que satisfactan “una exigencia social real e inmediata”, tal como preparar alimentos para las comidas, cuidar del medio ambiente escolar, etcétera.®? Kilpatrick terminé su libro con una discusién comparativa de la doctora Montessori y Dewey. Encontré que los dos tienen muchas cosas en comin, Ambos tienen excuelas experimentales organizadas, ambos han hecho hincapié en la bertad, la propia actividad y Ia autoeducacién del nifilo; ambos han hecho un extenso uso de las actividades de la “vida pric: tic”. En una palabra, las dos son tendencias cooperativas que se oponen al atrincherado tradicionalismo. £] veia grandes diferencias, sin embargo, en que el método Montessori “proporciona un juego de artefactos mecanicamente sencillos", que “en gran medida imparten la ensefianza”. La doctora podia hacer eso porque se aferraba “a una teorfa in: sostenible en cuanto al valor del entrenamiento formal y siste- mético de los sentidos". La doctora Montessori también “cen- raba una gran parte de sus esfuerzos en disefiar métodos mas satisfactorios para ensefiar a leer y escribir". Dewey, por el otro lado, “en tanto que reconocta el deber de 1a escuela de ensefiar ©t0s actos, considera que se debe hacer hincapié temprana mente en actividades més vitales para Ia vida del niiio, que al "isno tiempo deben conducir hacia ¢l dominio de nuestro complejo medio ambiente social”. Kilpatrick afirmé que 41 concept (de Dewey) de la naturalers det proceso de pensar, junto con su doctrina del interés y de Ia educacién como la vida —no simplemente como una preparacién para la vida—, in- dluye todo lo que es vilido en la doctrina de la libertad y el 40 UN ENFOQUE MODERN AL. METODO MONTESsemy fs alld en Ia const Kilpatrick termmo su libro diciendy aconsejadas que han colocado a la s que han hecho contrib va. Estimulante si lo hay personas mal jora Montessori entre fo, ones mportantes a la teorla educa, + pero dificilmente (0 de ninguna mane. ra) se puede considerar que haya contribuido a nuestra teorla” EI tremendo derrame de energia que habia creado un co mienzo tan sorprendente para el sistema Montessori en Estados Unidos, Hegé a su ciispide poco tiempo después de la publica. cidn del libro de Kilpatrick, y desaparecié tan répidamente como habia empezado. Para 1918, s6lo habia alusiones esporddicas al método Montessori en algunas publicaciones. Durante el lapso comprendido entre 1916 y 1918, la propia doctora viajé de Espafia, donde estaba dirigiendo los Seminarios Laboratorios de Pedagogia en Barcelona, a Estados Unidos. El rechazo del sistema Montessori por ser considerado poco importante y an- ticuado por Kilpatrick y otros, permanecié pricticamente in variable en Estados Unidos durante mds de cuarenta afios, Este fenémeno norteamericano de auge y decadencia fue unico. Sal- vo por el cierre temporal de las escuelas Montessori en los paises invadidos por regimenes nazis y fascistas, el sistema Montessori continué floreciendo en otras partes del mundo sin interrup- cién, Actualmente, gran parte de esta acividad esta dirigida por la Sociedad Internacional Montessori, con sede en Amsterdam. La doctora Montessori fue nombrada inspectora oficial de las escuelas italianas en 1922. Sin embargo, fue cada ver mis explotada por el régimen fascista, y para 1981 habia emperado a trabajar principalmente en Barcelona, Hizo su iltima vis © Italia en 1934, durante el Cuarto Congreso Internacional Mon tessori en Roma, En 1986, la revolucién estallo en Barcelon® y ella establecié su residencia permanente en Holanda. Su ae bajo fue interrumpido en 1989, cuando viajé a la India ®t) partir un curso de capacitacién de seis meses, y fue men ah{ como ciudadana italiana durante la Segunda Guer® 1° dial, Sin embargo, establecié muchas escuelas en !2 Inti © INTRODUCCION HISTORICA AL METODO. MONTESSORI 4 en la actualidad este pais es un activo centro Montessori. La doctora mur recibiendo en sus dltimos afilos grados honorarios y tributos por su trabajo en todo el do. Fue cinco afios después de su muerte cuando comenz6 el re nacimiento de la educacién Montessori en Estados Unidos. Fue logrado inicialmente por la determinacién y la energia, dirigi das a un solo propésito, de Nancy Rambusch, una joven madre norteamericana que se interesé por este sistema durante sus viajes por Europa. Después de recibir entrenamiento como mae tra, asi como un certificado, de la Sociedad Internacional Mon- tessori, fundé un grupo Montessori en Nueva York, el cual se convirtié mds tarde en la Escuela Whitby, de Greenwich, Con- necticut. La sefiora Rambusch dio numerosas conferencias a los educadores y padres norteamericanos, y esta vez el clima era adecuado. Actualmente, en Estados Unidos hay mds de mil escuelas Montessori y su mimero aumenta cada afio. éQué habfa sucedido en la Unién Americana en ¢s0s cua- renta afios, que hizo que tanto los profesionales como los legos conscientes reconsideraran la contribucién de la doctora Mon- tesori? Dos importantes factores parecen ser los responsables. En primer lugar, Estados Unidos era una tierra educativamen- te desencantada a fines de 1950. Durante una década, las teorias y las practicas de Dewey habfan dominado supuestamente los salones de clase. Qué tan expertamente fueron IMevadas a cabo por los convencidos, 0 cudn tercamente fueron resistidas por los que no creian en ellas, son cuestiones que vale la pena con- siderar. Sin embargo, lo importante sigue siendo que los norte- americanos —particularmente los padres— se alarmaron ante los resultados de nuestro sistema educativo. ‘n considerable nimero de nifios no podia leer mas alla nivel sumamente rudimentario después de doce aitos de ecolaridad, Demasiados estudiantes aprovechaban la primera oportunidad para dejar la escuela, aun cuando esto significara ¢l renunciar a cualquier esperanza de abrirse camino a la larga en nuestra cada vez mds compleja sociedad. Y tal vez lo peor de todo, era que estudiantes excelentes estaban traicionando su in- UN ENFOQUE MODERN AL MELODO MONTESSon, Ho de jentos a ar a La escuelita’. Estaba 4s, CLAN expertos en COs que funeio absorber to Hla quer Ce 186 regresa aunera en la que a ella te gustaby nos estaban claramente alarm, ‘mas, el Sputnik habla sorprendidy acostumbrada a sentirse cémodamente superior er, cl campo de la tecnologia cientifica, Una especie de panies recornid el pais, y en su temor, muchas personas empezaron observar mas minuciosamente el. sistem habian c¢ ndo como computad maestia decta, clasil lo lo qu blo en la mas recibirle, Los norteam dlos por esos fendmenos. Ad una nacié educativo con el que ado para que garantizara su seguridad mediante tos en el conocimiento cientifico y armas superiores EL crecimiento de la poblacién y las aspiraciones a las carre ray universitarias habfan creado también una tremenda com petencia para entrar a las buenas escuelas, colegios y univers dades a wravés de todo el pals, Esto significaba asimismo que muchos padres estaban examinando seriamente la educacién de sus hijos por primera vez en una década, Los norteamerica nos no sdlo eran receptivos a las nuevas ideas y enfoques en la educacién cuando Nancy Rambusch empezd a promover el sistema Montessori en Estados Unidos, sino que los estaban bus cando activamente. Un segundo factor involucrado con la aceptacién del mé todo Montessori en la década de los cincuenta, fue la evolu: cidn gradual que habia tenido lugar en Ia estructura conceptual de Ja cultura norteamericana, particularmente en relacién con Ja sicologia y la educacién, Durante la década de 1940_y_ 195°. las influencias posteriores a Darwin, la repercusidn.trewlia™ las teorfas aceptadas de la motivacion del funcionamiento cerebro y de la maduracién y crecimiento del nifio. « oh" absorbiendo y reconstruyendo gradualmente. Esta nuevt — de pensar fue motivada por los nuevos y draméticos brimientos en los laboratorios de sicélogos y fisi6leB> que es mis importante para el propésito de este libro, descubrimientos empezaron a confirmar, una tras 8% 49 mas teorfas y pricticas del sistema Montessori que hablar INTRODUECION HISTORICA AL. ME-TODD MONTESSORI 43 tan en desacuerdo viamente aceptadas. Es Heresante el hecho de que | ora Montessori_consi Me la Senda doctora Montessor iderara que seria a travé como serfan reconocidas las necesidades del acababa de identificar. En 1917 eseribig las teortas educativas y sicologicas pre- de la ciencia nino que ella Fs evidente que una verdadera ciencia experimental, que gule a la_educadién y libere al nifo deta exclaviid, no ha nacido todavia; cuando aparezca, nacera de las Hamadas “‘cencias” que han surgido cn relacién con las enfermedades de la martirizada infancia, como Ia quimica de la alquimia, y como la medicina positiva de la medicina empirica de siglos pasados 38 Las cuatro areas de la educacién Montessori que estaban en mayor desacuerdo con las teorias de principios de siglo, invo- lucraban el énfasis hecho por este sistema en el desarrollo in- tclectual 0 cognoscitivo, en_el_entrenamiento sensorial, en los periodos sensibles del crecimiento del-nifio, y en el espontineo interés de este por aprender. EI desarrollo cognoscitivo siempre ha sido una preocupacién fundamenta] de los educadores. Sin embargo, los descubrimientos dé Freud sobre el desarrollo emo cional y sexual del ser humano’y su influencia sobre su compor tamiento # través de toda. su vida, habfan tenido una sorpren- dente repercusin sobre el panorama educativo norteamericano. Los pensadores y educadores progresistas estaban recono- ciendo por primera vez los impulsos y las necesidades instinti- vas del nifio. Era tal vez inevitable que hubiera una extrema- da oscilacién para alejarse del desarrollo intelectual hacia un Gfuerzo para tratar directamente, en el saln de clase, con ‘tos fendmenos recién reconocidos. Impresionados por el des Cubrimiento de Freud de los estrages que Ia hospitalidad y los ‘leseos reprimidos pueden causar, los padres y educadores acop- ‘aron una actitud un tanto tolerante hacia See {ue anteriormente no habfan sido permitides. Inclusive et Vt: Portamiento fisicamente destructive era aceptado algunas ¥ 0 fisicamente : ae Se consideraba que era bueno para los nifios gue les aaa : bis mufieeas, batieran 1a arctla, derribaran dados y Jats *Olpearan las cosas para desahogar sus represiones- . SPPERE MOPTRNO: AT SULTODO MONTESoRT cjante comportamrente en cl ambiente ho t iente hoga, Solo recien perencia de que su oicramaa cl hecho de no establecer limites on est On terapeutica) sae ys padres han adquinide xas ha prniucide nifios indisciplinados © infetices La doxtors Montesori creia que el comportamiento fisiea vo en los nitos era destructive. Lejos de hacer que et cho Se sintiera mds contento consigo mismo, ella obweive, gee lo dejaba mis insatisfecho que nunca. Ella no permais smiento en el salén de clase, ya que consideraba consttuia una parte de la verdadera libertad, En Iu eso, hacia hincapié en la capacidad del nifto para des cubrirse @ si mismo y para dar una respuesta positiva a su necio ambiente a través de la alegria del descubrimiento y el jo creativo. Ella crefa que al bajar las normas de conducta @ de desarrollo intelectual solo conducirfa a una educacién ¥ 4 una sociedad inferiores. Si se quiere que la educacién constituya una ayuda para la Gvilizacién, no puede ser Ievada a cabo vaciando las escuclas de conocimiento, de carécter, de disciplina, de armonia social, y sobre todo de libertad.3* La teoria de Darwin, sobre la evolucién, basada en la selec cién natural, habia dejado en la cultura norteamericana de principios de siglo, la creencia en Ia inteligencia fija. e ee Sis que hizo la doctora Montessori sobre el temprano desare lo cognoxcitivo estaba claramente en desacuerdo con ete oh Cepto, sPor qué preocuparve por el desarrollo cognoscitvo imuligencia es un factor constante y no esti sujeta 2 02 He dificacion significativat La teorfa aceptada del desarrole Pi determinado también era una herencia de la influen Si el embridn humano sigue ta evolucién de Is PT) “HEE su desarrollo y su crecimiento posterior incayen # desarrollo mental, poadrla proseguir muy biew en Car, determinadas que ocurren independientemente de a ‘as externas, Arnold. Gesell es conocido como ¢l PENG ie Tiptor de esas-etapas en el crecimiento.del_niio INTRODUCCION UISTORICA AL, METODO. MONTESSORI 45 resultante sobre cémo criar a los ni pase al chico”, cada vez que aparecta ios cra: “dejar que se le n comportamiento desa- gradable. Mi hijo [que actualmente tiene dicciocho aiios}, jha es tado pasando por una etapa desde que tenia dos afos! —me dijo un padre de familia La doctora Montessori crefa que el nifio debe tener ciertas condiciones en su medio ambiente o-no se desarrollaré normal- te, y que ademds, cuando ocurren periodos de comporta- miento desordenado, es porque el nifio trata de decirnos que una gran necesidad suya no esta siendo satisfecha. Su reaccién ¢s a menudo violenta porque practicamente est luchando por su vida. Ella encontré que este tipo de comportamiento desapa- recia cuando el nifio comenzaba a concentrarse en su.trabajo, y por lo tanto desarrollaba confianza en s{ mismo y autoacep- tacién mediante el descubrimiento de su propia persona y de sus capacidades. Tanto la creencia en Ia inteligencia fija como la teoria del desarrollo predeterminado recibieron un golpe de muerte en la década de 1940, cuando los sicdlogos norteamericanos empe- zaron a enfocar su atencién sobre los efectos de las condiciones del medio ambiente temprano sobre el desarrollo mental de los nifios. Los descubrimientos de Freud habian estimulado el interés por Ia infancia los primeros afios de la nifiez a princi- pios de 1900, Sin embargo, se hacia hincapié en el desarrollo emocional y no en el intelectual, Después de la Segunda Gue- rra Mundial, el énfasis sobre el desarrollo cogniscitivo del nifio pequeiio empezé a florecer también, Se descubrié que los niiios recluidos en los orfanatorios u otras instituciones sufrian de un severo retraso mental, Y esto ocurria a pesar del hecho de que los nifios recibian una excelente atencién fisica. En una de tales instituciones, cl 60% de los nifios de dos afios no podian sentarse solos, y el 85% de los nifios de cuatro afios no podian caminar. Se hizo una observacién consistente sobre estas instituciones: habfa pocos estimulos sensoriales, 0 ninguno, para las criatu- ras recluidas en ellas, Los muros eran incoloros, habla pocos 46 UN ENFOQUE MODERNO AL METODO MONTESSORI sonidos, y practicamente ninguna actividad que observar. Apa: rentemente, la escasez de estimulos sensoriales en el medio am, biente temprano si ejercta un efecto sobre el desarrollo de os. nifios. Los sicdlogos comenzaron a idear experimentos para descu- brir los efectos de la privacién sensorial en otros escenarios. Uno de estos sicdlogos era Donald Hebb, un hombre cuyo trabajo y pensamiento ha modificado considerablemente el cur. so de la sicologia norteamericana contempordnea. Al experi- mentar primero con ratas y después con perros, Hebb encontré que la riqueza de su medio ambiente temprano alteraba consi- derablemente su capacidad para resolver problemas en la edad adulta, En 1949, Hebb publicé su Organizacién of Behavior, un libro que teorizaba sobre su trabajo de laboratorio, Este libro proporcioné la primera base sicoteorética para el enfoque de la doctora Montessori sobre el aprendizaje y la estimulacién del medio ambiente en la primera infancia. Antes de esa época, se crefa que el cerebro funcionaba me- diante sencillos patrones o conexiones de estimulo y respuesta. Se creia que dichas conexiones se desarrollaban mediante expe- riencias y asociaciones repetidas, y que se convertian en carac- teristicas mentales permanentes. El funcionamiento del cerebro se comparaba a] de un conmutador telefénico (fue en ese con- cepto de la estructura y funcionamiento del cerebro, aceptado hasta entonces, en el que Kilpatrick basé su rechazo de la teoria sobre la trasferencia del aprendizaje, y por lo tanto, una de sus principales objeciones a la educacién Montessori). Dicha teoria sobre el funcionamiento del cerebro no podia explicar adecuadamente los fenémenos que Hebb y otros ¢& taban encontrando en el laboratorio, en relacién con la tem prana influencia del medio ambiente sobre el desarrollo inte- lectual. Hebb desarrollé una teoria mucho més compleja sobre Ja estructura neurolégica y los procesos cerebrales, que si com sideraba esos fenémenos, £1 sostenfa que en el aprendizaje tem prano se forman “asambleas de células” que representan imé- genes o ideas, y que en el aprendizaje posterior dichas asambleas se unen en “secuencias de fase” que facilitan un pensamiento INTRODUCCION HISTORICA AL METODO MONTESSORI 47 mas complejo. Por lo tanto, el aprendizaje posterior depende de Ia riqueza de las asambleas de células formadas temprano. La observacién de la doctora Montessori del espontineo in- terés del nifio por aprender también fue apoyada por las teorias de Hebb. Anteriormente se crefa que todo comportamiento era motivado tinicamente por las necesidades institutivas u homeos- tdticas (la tendencia del organismo a lograr un estado de equi- librio fisico y quimico). De ser cierto esto, los organismos Permanecerfan en reposo si tal motivacién no estuviera presen- te; pero por el contrario, los fisidlogos habjan establecido re- cientemente que el sistema nervioso central esta en continua actividad, independientemente de la estimulacién exterior u orginica. Hebb teorizé que debe haber una motivacién intrin- seca para el comportamiento, ademds de la ya reconocida, ba- sada en los impulsos instintivos y las necesidades homeostaticas. Algunos de los trabajos importantes que apoyaban esta nue- va teorfa fueron realizados por H. F. Harlow. En tres estudios separados, encontré que los monos pueden aprender a resolver rompecabezas, sin que se les offezca ninguna motivacién salvo Ja presentacién del propio rompecabezas. Se clemostré que habia tenido lugar un verdadero aprendizaje ya que, una ver que el rompecabezas habia sido dominado, el mismo era resuelto im- pecable y persistentemente, Harlow demostré inclusive que el uso de premios para calmar el hambre destrufa en realidad la motivacién, en ver de apoyarla. Encontré que los monos a quie- nes se les habfa premiado con alimentos por resolver los rom- pecabezas, los ignoraban tan pronto como los terminaban, Por otro lado; los monos no premiados a menudo continuaban ex- plorando y manipulando el rompecabezas después de haberlo terminado.’* Casi cincuenta afios antes, al observar directamente a los ni- fios, en vez de a los animales en el laboratorio, Ia doctora Mon. tessori habia Iegado a conclusiones similares respecto a la motivacién interna de los nifios hacia el aprendizaje. Ella es- tablecié un procedimiento en el saln de clase basado en esa motivacién interna, y descartando por completo las estrellas doradas, los privilegios especiales, las calificaciones, etcétera, que 48 UN ENFOQUE MODIIENO AL. METORO MONTYSSeq todavia constituyen una préctica comin en los salones de clay actuales, como incentivos para el aprendizaje J. MeVivker Hunt es otro pionero en el campo del ap zaje motivacional, que es particularmente pertinente pata el sig tema Montessori. #1 observé que los bebés desarrollan patrones de reconocimiento y actiian para teproducirlos (iloran para hacer que la madre regrese a ellos) después de los seis meses de edad, Gradualmente, el nifio pequefio también llega a interesarse y a encontrar placer en Ja novedad dentro de un contexto recono- cido, y la busca activamente, “Una importante fuente de placer reside en encontrar algo nuevo dentro de Ia estructura de lo familiar" La novedad se convierte entonces en una fuente de motivacién, si hay una adecuada correspondencia entre lo Viejo y lo nuevo. Esa novedad atractiva parece constituir una discrepancia dp. tima en la relacién entre la informacién consumida en el mo. mento y aquella que ya se encuentra almacenada en el cerebro como resultado de encuentros previos con situaciones similares” Si hay demasiada novedad o incongruencia, el nifio se sen. tira abrumado; si hay demasiado poca, se aburtiré. Hunt Hamé al dilema de encontrar la cantidad adecuada de cada cosa para un niffo en particular en un momento determinado, “el pro- blema de emparejar”. £1 concedié a la doctora Montessori el mérito de ser la primera educadora en resolver este problema en un nivel préctico, dando al nifio libertad para escoger entre una amplia variedad de materiales, con diferentes grados de dificultad y complejidad. Ademés del trabajo de los sicélogos norteamericanos, otros estaban haciendo descubrimientos —importantes para la acepta- in de la educacién Montessori— respecto al aprendizaje tem- Prano y al desarrollo cognoscitivo, Aunque su trabajo esti recibiendo apenas ahora un amplio reconocimiento en ¢ste Pals, el sicdlogo suizo Jean Piaget, estuvo trabajando en este cat po desde ta década de 1930. Al contrario de la mayoria de los sicélogos norteamericanos de su época, Piaget trabajabs directamente con nifios para desarrollar su comprensién y sus

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