Está en la página 1de 2

Solos en una habitación en donde tú no sabes que hacer, el miedo se

empieza apoderar de tu cuerpo; Te sientes tensa.

Te recuesto sobre la cama tú, estás boca abajo y empiezo a masajearte


Suave y lento mientras doy pequeños pero largos besos en tu cuello.

Te doy la vuelta, me miras, mientras te empiezo a desnudar para así


continuar acariciando tu piel. Sin dejarte de mirar te toco suavemente, tu
respiración se agita, tus manos Sudán. sientes miedo, pero no quieres
que me detenga.

Lentamente me acerco a tu cuello, te beso, voy bajando por tu cuerpo sin


parar de besarte. Llego a tus senos en donde los rodeó con mis labios
hasta llegar a la cumbre. Tú miedo desaparece cierras tus ojos y te
concentras en lo que empiezas a sentir.

Sigo bajando; encuentro tus caderas punto sensible de tu cuerpo


acercándome a tu centro. Ya en este punto tú cuerpo se empieza a
mover solo pidiendo más placer, tu mente está extasiada de lujuria tus
manos agarran fuertemente las sábanas, Tú cuerpo se arquea en una
pasión desenfrenada. Buscas mi mirada y con ella se encuentra un
beso.

Ese beso, beso con el que me demuestras que estás en tu punto máximo
ya eres completamente mía ya no solo soy dueño de tu mente ahora tu
cuerpo tiene mi aroma.
Sigo acariciándote sin perderte la mirada, tu cuerpo comienza a danzar
por si solo, ya no tienes control sobre él, sabes que es lo que quiere y
pronto lo obtendrá.
Hago que dances solo con mis manos y llega el momento...

Se detiene tu respiración, tu mirada se pierde, tu cuerpo empieza a


temblar. Agarras mi mano para separarla, pero es inútil, te sientes débil,
gritos ahogados por tu éxtasis, sientes que tu alma sale de tu cuerpo.
Son cortos segundos de éxtasis, pero tiempo eterno para ti.
Me miras fijamente, tus ojos están llenos de lujuria, ya no eres tú misma
ya no eres dueña de tus actos, tu mente dice que está mal, pero tu
cuerpo dice lo contrario.
Me tomas, me abrazas y al oído con murmullos me aclamas; Te recuesto
sobre la cama y una tenue luz por la ventana, me permite admirar tu
cuerpo.

Tus pechos, tus piernas, Unidas por una hermosa cintura. Ya no hay
nada a mi imaginación, me acerco y tu olor me cautiva, te tomo
fuertemente, mientras me tomas del cabello. Arqueas tu cuerpo y
empiezo a dar pequeños besos. Tu cintura empieza a danzar de arriba
abajo, tus ojos desorbitados y sueltas el primer murmullo de placer; Un
gemido, un gemido con voz de ahogó. Ya somos uno solo. Me abrazas y
rasguñas mi espalda, tus gemidos en mi oído hacen aumentar mi ritmo.
Miro tu rostro lleno de pasión, tus ojos piden más, estas frenética de
pasión y respondo a tu petición.

Te das la vuelta, recuestas tu pecho en la cama. Tomo tus manos hacia


tu espalda; estas completamente a mi merced.

Tus gemidos retumban la habitación, tu respiración esta fuera de control


sientes que desfalleces, te complazco en tus deseos; tu arriba y yo
abajo, todas las posiciones las usamos. Es nuestra noche y el tiempo va
en contra de nosotros.

Llega el alba y nos indica que todo acaba. hasta un próximo encuentro
donde la luna sea centinela de nuestro pecado.

También podría gustarte