Está en la página 1de 5
22 Mops Seen Bech —Nese 8. \Blosloe Herel y ait — 5 Sesau Peck Nozsg EL. Newng . 200N7 | | Consideremos en forma mis detallada la dialéctica he- geliana del amo y el esclavo, concent racteristicas més salientes de esta relacin. (Tomaré cuenta no sélo pasajes relevantes de Fenomenologia de sino también los textos de Jena 1806.)” Hegel entiende la posicién del amo en términos Raa om indonos en las ca- 63 Susan BuckMorss iticos y econémicos. En System der sefiala: “El amo esté en posesidn de una superabun- dancia de necesidades fisicas en general, y el otro [el es- clavo], carece de ellas”.” En una primera consideracién, — = (cuyo experiencia no es sino Ia del trabajo) jcomo una cosa! El ertad de propie- en élen directa contra: diccién. Por esta razén el manuscrito de Heg. errumpe inesperadamente? La revuelta de esclavos en Santo Domingo, cen este contexto, salvé a Hegel de la mala inf tad (el *mons- truoso sistema”) del contrato reciproco al proveer el eslabén sma infinito de necest- ica: Ia fundaciGn, a través de la lucha a muerte, it, ed. Georg Lasson (1893; Ham- burgo, 1967), p. 35; de aqui en adelante SS; citado en Henry S. Hartis, “The Concept of Recognition in Hegel's Jena Manus- cripts", en HegelStudien/Beihet 20: Hegel in Jena, ed. Dieter Hen- ing (Bonn, 1990), p. 284; de aqui en adelante “El concepto de personalidad juridica emerge mano a mano on la institucién del dinero como lo ‘indiferenciado’ de (es 1a expresién universal de) la propiedad. Este mundo de reconocimiento formal te diferencia entonces en amos y es janes (es decis, en tihima instancia, ‘CR’, p. 233]. Es el Stem der Siticiteit el que primero registra la lectura de Hegel de Adam Smith, tanto como la relacién desigual del sefior (Her) y el siervo (Knech) que “se establece junto con la desi dad en su poder vital” (SS, p. $4), aunque estos dos temas todavia clavos de acuerdo a sus fen términos de dinero) 64 —~———— Hegel y Ho la situacién del amo es “independiente (...) tiene por esencia el ser para si”; mientras “el otro”, la posici6n del [y su] esencia es la vida o el ser esclavo, “es dependient para otro”."' El esclavo es caracterizado por la falta de sin fin", este “ilimitado” comercio que ¢s, gretorno a un “estado de naturalezai hecho de que en el intercambio de propiedad privada “unas co- sas equivalen a otras” se vuelve la base del derecho legal, pero s6- oa través de un contrato como “término medio obl Acerca de la vida, es imposible decir que sea una “posesién” del ede de xi6n entre el “sefiorio” (Herrschaf))y la “servidumbre” (Kin chaft sea “no relacional”; véase SS, pp. 32-37. Hegel nota que “en muchos pueblos los padres ceden a la mujer; pero esto no puede ser la base de wn contrato matrimonial entre hombre y mujer" (SS, p. 87). (Pero qué ocurre con su propia cultura europea, donde los esclavos eran comprados y vendidos?) “Tampoco hay contrato con un siervo (Knecht), pero puede haber un contrato con alguien ms que un siervo © una mujer” (SS, p. 37). Ast “la de los esclavos (Sklavenstand) no es la de tna clase so- (Stand), pues s6lo formalmente es universal, El esclavo (der ‘Sklave) se relaciona como una singularidad (Binzelnes) con stu amo” (SS, p. 63). La clase manuscrita a partir de la que se com- uso el System der Sitichkeit degeneré en “mera historia’, de acuerdo con Haym (Rudolf, Haym, Hegel und seine Zeit (Berlin, 1857]; citado en “CR’, p. 164); serfa interesante saber a qué se refiere esta “mera historia’. apa individuo como e de otra cosa; de aqui que la cone- 81 Hegel, Fimomenologia del epiritu, trad. Wenceslao Roces (México, 1987), p. 117 65 AVA AAAS WN wa bhbbbbhh e Susan BuckMorss reconocimiento que recibe. Es percibido como “una co- sa"; Ia “coseidad” ¢s la esencia de la conciencia del escla- Vo, tal como lo era la esencia de su estatus legal bajo el Code Noir (PM, p. 235). Pero a medida que la dialéctica se desarrolla, la dominacién aparente del amo se invier te con la conciencia de que él es, de hecho, totalmente dependiente del esclavo. Sélo hay que colectivizar la fr gura del amo para ver la pertinencia descriptiva del and la clase poseedora de esclavos es totalmen- te dependiente de la institucién de la esclavitud para la “superabundancia” que constituye su riqueza. Esta clase €s entonces incapaz de ser agente de progreso hist6rico sin aniquilar su propia existencia Pero entonces los es- clavos (otra vez, colectivizando su figura) alcanzan la au- toconciencia al demostrar que no son cosas, no son ob- jjetos, sino sujetos que transforman la naturaleza mate- rial." A punto de alcanzar esta conclusin, el texto de {82 La agencia bist6rica pasa entonces al esclavo, quien “inven- ero s6lo después de que el amo haya’ hecho la humanidad postble” ("N", p. 270). 83 El acento,sobre la idea de trabajo es intr materializa su propia subjetividad a través del trabajo. Hegel pa- rece privilegiar la artesania o el trabajo agricola (como Adam ‘Smith, dados loé efectos deshumanizante de la fabrica). Pero vol viendo a leer lat lecciones de Hegel sobre flosfia del sora (@isutidas més abajo), esta actiud hacia el eabajo desrie 1s transformacién de la conciencia del esclavo de un primitivo espt ritu “africano” de ver la naturaleza en sf misma como subjetiv- te, Elesclavo dad, a.un espiritu moderno, en el que trabajar la naturaleza es expresi6n de la propia subjetividad. 66 i Hegely Haiti Hegel se vuelve oscuro y se calla."*Pero dado los aconte- jentos hist6ricos que proveen el contexto de Fenome- nologia del espiritu, la inferencia es clara, Aquellos que al- ‘guna vez se sometieron ala esclavitud demuestran su hu- manidad cuando se arriesgan a morir voluntariamente antes que permanecer subyugados." La ley (jel Code afirma: “Pero a través del trabajo, (el siervo} llega ‘ala conciencia de st” posidvamente, como woneiencia que “se convierte, como puro ser para sien lo que e*, y, negativamente, como conciencia objetivada: “Ea la formacién de la cosa, la propia negatividad, su ser pa- asi s6lo se convierte para ella (su conciencia] en objeto, en tanto que supera la forma contrapuesta que es. Pero este algo objetivamente negativo es precisamente la esencia extrafia an- te la que temblaba. Pero, ahora destruye este algo negativo y cextrifio, se pone en cuanto tal en el elemento de lo perma- nente, y se convierte de este modo en algo para si misno, en al- 0 que es para si*(FE, p. 120). El marxismo ba interpretado el acceso a la autoconciencia del esclavo como una metifora de la supre cha de clases: la clase-en por no haber dado el préximo paso hac préctica revolucionaria, Lo que trato de demostrar es que clavos de Santo Domingo, tal como lo comprendié Hegel, die- ron ese paso por 85 Sugiero que los argumentos de varios especi eg que creen oponerse a Hegel, estin de hecho cerca def intento original de Hegel. Véase, por ejemplo, Paul Gilroy; quien lee a Frederick Dougiass (embajadot norteamericano en, Haitf en * 1899) como una alternativa a lo que entiende como la “alego- ia" de Hegel del amo y el esclavo: "La versién de Douglass e8 67 Susan Buck-Morss Noirt) que los reconoce merament no puede ser considerada como val , de acuerdo con Hegel responsable de su falta d ente la vida por sobre | como “una cosa” ya la." aunque ante- rente. Para él, el esclavo prefiere activamente Ia posibi lad de motir a la continua condicién de inbum: caracteriza a la esclavitud exige co- mo negacién de la negacién no aunque Patterson (co- a través de un proceso 1982), pp. 98-101. 86 Compérese con la afirmacién de Hegel en 1798; “Las i ones, constituciones y leyes que dejan de estar en armonia, partido, imente” (citado en ” eva York, 1920], {étexe que elintento de Napoleén de reestablecer el ob- soleto Code Noir no seria precisamente un acto histérico; en ese fadel mune i6n de los hombres y de las que el esp no pueden ser"mantenidas con vida au ‘momento, era Haiti el que estaba del do, no la Francia napolednica. Igual nia: “Ast, fe en la guerva con la Repi supo por su p conciencia sélo puclo alcanzarse a través de la lucha de resisten- cia contra el ejército francés invasor (citado en Williams, Hagel’ Ethics of Recogaition, p. 348). 63 Hegel y Haiti preservacién.” En. Fenomenologia del espiritu, Hegel in- siste en que la libertad no puede garantizarsele al es- clavo desde arriba. Es necesaria la autoliberacidn det esclavo a través de “un duelo a muerte”; “Solamente arriesgando la vida se mantiene la libertad... El in duo que no ha arriesgado la vida puede sin duda ser reconocide come persons [jla agenda de los abolicio- nistasl]; pero no ha alcanzado-la verdad de este reco- nocimiento como autoconciencia independiente” (HE, p. 116). La meta de esta liberacién, sin esclavitud, no puede ser a su turno el sometimiento del amo, lo cual seria una mera repeticién del ‘impasse existen- del amo," sino mas bien la completa eliminacién de la esclavitud. Dada la facilidad con la que esta dialéctica del amo y el esclavo conduce a tal Lectura, uno se pregunta por qué el e, 87 Hegel insiste sobre la responsabilidac sofia del Derecho ien sea ssclavo radica en st propia voluntad, asf como radica en la voluntad de un pueblo el que sea subyugado. No hay, por lo tanto, sélo del que esclaviza o subyuga, sino tami yugado” (Hegel, Principias de a Flosofia del Dench trad. Juan Luis ‘Vernal [Buenos Aires, 1975), p, 92, agregacio a §87) no que pertenece a Alexandre Kojéve, Introduction fo of Hegel: Lectures on “Phenomenology of Spirit’, trad. Jax ols, Jr, ed. Raymond Queneatty Allan Bloom, Jas notas del curso y las ‘pub esclavo, En Filo- PINTTTTTTTIAVATANANS WAAAY po. No sélo los especialistas en Hegel han fracasado en responder a esta pregunta, sino que han fracasado, en los liltimos doscientos afios, incluso en plante 4 89 Tanto como sé, Tavarés es la tinica excepcidn, aunque mr chos escritores sobre la esclavitud en Africa han recurtido a la diae Iéctica de Hegel del amo y el esclavo para sostener suis propios inte reses. Véase, por ejemplo, la conel que “demos un poco de rienda tando la dialéctica de Hegel del amo y el eselavo a través un didlo- {go imaginario entre Napoleén y Toussaint-Louverture. Véanse los numerosos trabajos aceica de los escritos sobre esclavitud de W. E. B. Du Bois que interpretan estos textos a través de Hegel; por iamson, The Crucible of Race: Black White ‘he American South since Emancipation (Nueva York, 1984); Shamoon Zamir, Derk Voices: WE.B. Du Bois and American Thought, 1888-1903 (Chicago, 1995); y David Levering Lewis, in- troduccién a W. E. B, Du Bois, WEB. Du Bois: A Reader, ed. Lewis (Nueva York, 1995). Véase también Frantz Fanon, The Wretched of Earth, wad. Constante Farrington (Nueva York, 1968), que usa lh filosoffa europea como un arma contra la hegemonia (blanca) europea, interpretando la dialéctica del amo y el esclavo tanto so- ial (usando a Marx) como psicoanaliticamente (usando a Freud) 1a violenta de las naciones del y rechazar el para teorizar la necesidad de la TTercer Mundo a fin de suprimir su estatus colon! ipécrita humanismo europeo, alcanzando un igual reconoci ‘miento en términos de sus propios valores culturales, Tal vez et rmartinicense Fanon haya sido el que estuvo mas cerca de ver la co” lal, pero no era su interés. Una raz6n de peso para esta omisién ha sido segura- mente la apropiaci6n marxista de una interpretaci6n so- de la dialéctica hegeliana. Desde 1840, con los escri- iales de Karl Marx, la lucha del amo y el esclavo fue abstraida de cualquier referencia concreta y ina vez mas como metéfora —esta vez, de la lucha de clases-. En el siglo xx, esta interpretacidn hegeliano-marxista tu- vo poderosos defensores, incluyendo a Georg Lukécs y a Herbert Marcuse, tanto como a Alexandre Kojéve, cuyas lecciones sobre la Fenomenologta del espiritu fueron una brillante relectura de los textos de Hegel a través. de una lente marxista.” El problema es que entre todos los ee 90 La lectura de Kojéve de Hegel es fenomenolégica en un sentido (heideggeriano) que la aparta de los marxistas mencio- nados, porque aborda la dialéctica del recdnocimiento como

También podría gustarte