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Crisis de los Partidos
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Políticos
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Formación Cívica y Ciudadana

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Por: Teresita Effio Ranos

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Los Partidos Políticos son indispensables para la democracia como interlocutores de las
demandas y necesidades de la ciudadanía hacia el Estado. Una democracia efectiva y real
se debe respaldar en Partidos Políticos que representen los tres espectros históricos en el
mundo (la izquierda socialista, la socialdemocracia y la democracia cristiana). Los
principales actores políticos no deben ser los Medios de Comunicaciones; que en su
mayoría de casos representan los intereses particulares, sino los Partidos Políticos como
base social de nuestra sociedad.

Las negativas apreciaciones sobre las instituciones democráticas y los partidos políticos ya
sea a través de las encuestas o a través de la abstención, nos conducen a indagar cuáles
son los elementos que explican el estado actual de los gobiernos latinoamericanos y de
qué manera influye el comportamiento y accionar de los partidos políticos en la
maduración o debilitamiento de la democracia en nuestra región. En ese sentido, podemos
señalar tres características básicas a tener cuenta para explicar los retos democráticos y
su relación con la crisis de los partidos políticos.

Un primer elemento, consiste en la importancia de la


responsabilidad política. No basta con estudiar la forma
tradicional de las instituciones políticas y las debilidades de los
mecanismos de representación. Se debe tomar en cuenta
también, las percepciones ciudadanas y la manera en que éste
afecta a las instituciones democráticas. El valor subjetivo es de
primordial importancia, sobre todo cuando los espacios de
comunicación entre el gobierno y la sociedad son limitados o
inexistentes. En este sentido de responsabilidad política, resulta
pertinente reforzar los vínculos entre los ciudadanos, las
organizaciones civiles y las instituciones formales de gobierno.

Un segundo factor se concentra en la calidad y la


eficiencia de las instituciones democráticas,
incluyendo las organizaciones partidarias. No sólo
se trata de cumplir, sino también de mejorar las
acciones institucionales en función de la
representación, mediación y agregación de
intereses.

Y un tercer elemento se fundamenta en la lucha


contra la corrupción política. Es importante comprender cómo las "crisis de los partidos"
en los países latinoamericanos está directamente relacionada con los niveles de
corrupción de sus gobernantes, y que, en consecuencia, el tema de la anticorrupción debe
ser una prioridad de los gobiernos latinoamericanos, no sólo para superar el declive de las
instituciones partidarias, sino también para aliviar la tendencia generalizada de
desencanto e insatisfacción con la democracia.

En el caso peruano, en cada elección


presidencial podemos ver la agudización de
la crisis de representatividad e institucional
que padecen los Partidos Políticos. Muchos
analistas políticos se atreven a decir que
nuestra democracia es sui géneris ya que
nuestros Partidos Políticos están en una
debacle cerca de la extinción, por lo cual
nuestra democracia se concreta sin Partidos Políticos. Esto es un atrevimiento. Si bien es
cierto la agudización de la crisis de los Partidos Políticos es un hecho real, no se puede
negar la presencia de éstos a través de sus representantes en el Congreso de la República,
Gobiernos Regionales y Municipalidades.

Esto es lamentable, ya que el régimen de partidos políticos de alcance nacional es


indispensable para la democracia, desde que surgieron, a fines del siglo XVII, en Inglaterra
y se afianzaron, en el siglo XVIII, en Francia, para luego resultar insustituibles en el mundo
entero para el funcionamiento del sistema democrático representativo.

A los partidos políticos les corresponde canalizar a la opinión pública. Ellos son quienes
más deben contribuir a orientarla, a
la vez que sirven de vehículos para
quienes postulan a un cargo
congresal o a la Presidencia de la
República.

No se concibe la democracia
representativa, en verdad, sin una
acción permanente de las fuerzas
políticas organizadas en partidos
que recojan las principales
tendencias del electorado, y a su vez
lo mantengan informado de los problemas que deban ser atendidos.

La crisis de los partidos es grave y debe preocupar no solamente a sus propios


simpatizantes, sino a todos los que creemos en el sistema democrático y lo defendemos.

Por ello es necesario forjar una democracia institucionalizada, capaz de atender las
necesidades de la sociedad, respetando las reglas de la interdependencia económica
vigente en el siglo XXI. Las democracias más sólidas tienen Partidos Políticos sólidos que
son los defensores de la Gobernabilidad Democrática, no permitamos que ninguna crisis
de representación e institucional acabe con los Partidos Políticos y que ello permita un
nuevo autoritarismo en el Perú.

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