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(Alejandro III de Macedonia; Pella, Macedonia, 356 a.C. - Babilonia, 323 a.C.) Rey de
Macedonia cuyas conquistas y extraordinarias dotes militares le permitieron forjar, en menos
de diez años, un imperio que se extendía desde Grecia y Egipto hasta la India, iniciándose así
el llamado periodo helenístico (siglos IV-I a.C.) de la Antigüedad.
En la orilla del río, las paredes recientemente descubiertas de 25 metros de espesor pudieron estar escalonadas en
forma de terrazas, tal como las describen las referencias griegas. Sin embargo, hay pocas pruebas para cualquiera de
estas teorías, pues no se menciona nada en los numerosos documentos babilónicos de la época.
LEYES DEL CODIGO SAMURAI
UNO. Arriesga, pero con prudencia.
Un sabio dijo:
“Quien comete la temeridad de cruzar un río de profundidad desconocida, morirá arrastrado por la corriente, sin llegar a
la orilla, y obviamente dejando de cumplir su tarea”.
Es lo mismo que cuando uno ejerce el cargo de samurái con pasión y sin reflexión, sin entender las costumbres de los
tiempos, ni lo que agrada o desagrada a su Señor, y en consecuencia no sirve de nada, solo se logra la ruina.
No es decoroso arriesgarse intentando ganar la aprobación del señor.
Primero, debes procurar observarlo todo desde lejos, para tratar de medir la profundidad del río, para trabajar después
sin hacer nada que desagrade al señor.
Referencia del libro: Hagakure “El Camino del Samurái”.
DOS. Inteligencia, empatía y valor.
¿En qué consiste ser un samurái?
Lo principal es dedicar todo tu cuerpo y alma a tu señor, pero además de esto, hay que armarse interiormente de:
inteligencia, humanidad y valor.
Puede parecer imposible que una mujer u hombre común y corriente alcancen estas tres virtudes, pero es sencillo.
La inteligencia no es más que debatir las cosas con los demás. Así se alcanza una sabiduría ilimitada.
La humanidad es hacer las cosas teniendo en cuenta a los demás, comparándonos con ellos y poniéndolos en primer
lugar, esto es ser empático.
La Empatía o Pensar en los demás te produce beneficios.
El valor es apretar los dientes; no es más que hacer esto y seguir adelante haciendo caso omiso de las circunstancias.
TRES. Controla bien los gastos sin hacer escándalos.
Cierto supervisor que llevaba la contabilidad de una sección, descubrió que mientras hacía un balance de cuentas faltaba
dinero.
Entonces, este supervisor envió al jefe de esa sección una carta que decía lo siguiente:
“Sería una lástima tener que hacerse el seppuku por una cuestión de dinero. En vista de que eres el jefe de mi sección, te
ruego envíes los fondos faltantes”.
Como esto era razonable, se envió y se recibió la cantidad que faltaba y quedó aclarada la cuestión.
Se dice que hasta las infracciones se pueden resolver sin que nadie lo detecte.
El mencionado seppuku, también conocido como harakiri, es el suicidio ritual japonés por desentrañamiento, para el
cual se utiliza el sable o un cuchillo.
El harakiri tiene su origen en el honor del bushido, y hoy en día, cuando en contabilidad y finanzas no cuadran los
números, ya nadie lo utiliza.
CUATRO. No ostentes riqueza en tu Marca Personal.
Durante el asedio al castillo de Shimabara, el guerrero Tazaki Geki llevaba una armadura muy resplandeciente. A su
señor y comandante, no le gustó el hecho de que uno de sus guerreros llamase tanto la atención luciéndose, y desde
entonces siempre que veía algo ostentoso o presumido, decía:
“Esto es como la armadura de Geki”.
Esta anécdota (agregada en el código samurái) nos enseña que las armaduras y arreos militares ostentosos pueden
parecer muestras de debilidad, de falta de fuerza. En éstas se ve el corazón de quien los lleva.
Presumir ¿Ayuda o Perjudica tu Marca Personal?
CINCO. Trabaja en el momento que te toca.
Un sabio dijo:
“Correr hasta quedarse sin aliento agobia al principio. Pero quedarse quietos de pie después de correr es una sensación
extraordinaria”.
“Mejor todavía es sentarse. Mejor todavía es acostarse. Y mejor aún es ponerse una almohada y echarse a dormir”.
“La vida del hombre y de la mujer debe ser siempre así. Esforzarse mucho cuando se es joven, y después dormir
cuando se es viejo o cuando ya estás al borde de la muerte”.
“Pero dormir primero y esforzarse después… Es lamentable esforzarse hasta el final y acabar con trabajos toda la vida”.
“La vida del hombre debe ser lo más laboriosa que sea posible”.
SEIS. Se prudente.
Se dice que el samurái debe evitar abusar del sake, del orgullo y del lujo. Cuando estás triste, no debes preocuparte,
pero cuando te sientes un poco alegre estas tres cosas resultan peligrosas.
Observa la condición humana.
No es decoroso que una persona sea orgullosa y derrochadora cuando le van bien las cosas.
Por eso, es mejor tener algo de infelicidad cuando todavía se es joven, pues si la persona no conoce algo de amargura no
se le asentará el carácter.
La persona que se fatiga ante la infelicidad no sirve para nada.
SIETE. Del valor de emprender.
El Samurái debe poner cuidado en todas las cosas y no debe gustastarle quedar en mal lugar en lo más mínimo. Debe
cuidar sus palabras, por encima de todo, para no decir cosas como:
“qué cobarde soy”, o “en una situación así, echaría a correr”, o “qué miedo”, o “qué dolor”.
Estas son palabras que no deben decirse ni en broma, ni jugando, ni hablando dormidos.
Cuando una persona que sabe entender oye cosas así, sabe que calará en corazón del que habla. Para no caer en estas
cosas, mejor conviene reflexionar con cuidado.
OCHO. No dejes de luchar por llegar lejos.
Según el criterio de los ancianos registrado en el código samurái, la obstinación de un guerrero debe ser extrema.
Si algo se hace con moderación después puede ser juzgado como insuficiente.
He escuchado que cuando uno piensa que ha ido demasiado lejos, no se ha equivocado. Nunca se debe olvidar esta
regla.
NUEVE. Concéntrate en los objetivos de hoy.
Un sabio decía:
“Si el samurái no piensa más que en lo que tiene que hacer ese día, será capaz de hacer cualquier cosa”.
La labor de un solo día siempre se puede aguantar. Mañana no será más que un solo día.
DIEZ. No dejes de trabajar en tu nicho hasta convertirlo en arte.
Todo el mundo dice que el planeta se está acabando y no surgirán maestros de las artes. Me considero incapaz de
entenderlo.
Las plantas, tales como las peonías, las azaleas y las camelias, seguirán dando flores hermosas aunque se esté acabando
el mundo. Si las mujeres y los hombres reflexionaran un poco sobre esto, lo entenderían.
Y, si la gente observara a los maestros que hay,
incluso en nuestros tiempos, dirían que sí hay maestros de las diversas artes. Pero a la gente se le ha metido en la
cabeza la idea de que el mundo se está acabando, y ya no se esfuerzan.
ESCRITURA CUNEIFORME
Escritura cuneiforme
La escritura cuneiforme es comúnmente aceptada como una de las formas más antiguas de expresión escrita, según el
registro de restos arqueológicos.1
A finales del IV milenio a. C., los sumerios comenzaron a escribir su idioma mediante pictogramas, que representaban
palabras y objetos, pero no conceptos abstractos. Una muestra de esta etapa se puede observar en la tablilla de Kish
(del 3500 a. C.). Hacia el 2600 a. C. los símbolos pictográficos ya se diferenciaban claramente del ideograma original, y al
finalizar ese milenio, con objeto de hacer más fácil la escritura, ya eran completamente diferentes.
La escritura cuneiforme fue adoptada por otros idiomas: el acadio, el elamita, el hitita y el luvita, e inspiró a los alfabetos
del antiguo persa y el ugarítico.
El cuneiforme se escribió originalmente sobre tablillas de arcilla húmeda, mediante un tallo vegetal biselado en forma de
cuña, de ahí su nombre. El término cuneiforme proviene del latín cúneus (‘cuña’) por la forma de las incisiones, aunque
un antiguo poema sumerio las denomina gag (‘cuñas’).2
Durante el período acadio comenzaron también a utilizarse el metal y la piedra.
En un principio, la escritura a base de pictogramas no era adecuada para escribir conceptos abstractos, los verbos y sus
tiempos, los pronombres, etc. Por ello, se comenzaron a utilizar ciertos símbolos con valor fonético silábico. Así, por
ejemplo, dado que en sumerio el sustantivo «ajo» y el verbo «dar» eran homófonas (sum), el mismo símbolo que se
utilizaba para aquél comenzó a usarse con valor fonético para este. Con el paso del tiempo, aplicando similitudes
semejantes, se creó un corpus silábico, usado preferentemente para expresar ciertos elementos gramaticales y
conceptos abstractos.
El sumerio era una lengua aglutinante, por ello, cuando los acadios adoptaron el cuneiforme para su propia lengua
semítica, dado que el valor fonético y el ideográfico podían confundirse fácilmente, desarrollaron estos unos signos
determinantes que indicaban cómo debía leerse cada símbolo. Al final de este proceso, por ejemplo, el símbolo que se
leía como an, además del silábico, podía tener otros dos significados: el concepto ‘dios’ o ‘cielo’ y un determinante para
indicar que algo tenía naturaleza divina o celeste.
Evolución del ideograma ‘cabeza’, del 3000 al 1000 a. C.
En algunos conjuntos de tablillas, como los de Uruk, se han contado hasta 2000 signos cuneiformes diferentes. En los
siglos sucesivos, tal variedad se redujo enormemente, hasta que durante el período acadio eran usados con asiduidad
unos 600.