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Las lagrimas del rico

Cierta tarde de verano un grupo de "mujeres lloronas",se les había pagado, para que llorar la muerte de una de las hijas
de un acaudalado hombre. Una de las hijas muy sorprendida se acercó a su madre y le pregunto:

- Madre ¿cómo nosotras que sufrimos la desgracia en carne propia, apenas si lloramos? en cambio esas lloronas, que
jamás la conocieron, se deshacen en grandes lamentos.

La madre contestó:

- No te extrañes, hija mía: esas mujeres no lloran lágrimas, sino dinero. Nunca
olvides que las monedas son las lágrimas del rico.

MORALEJA
Con el dinero conviertes a sanos
en sufrientes
El caballo viejo
Un caballo que ya estaba muy mayor fue vendido por su amo a un molinero que lo empleó para que diera vueltas a la
piedra de un viejo molino. El caballo no hacía otra cosa desde la mañana a la noche que girar y girar alrededor de aquella
rueda, lo cual no sólo le cansaba mucho, sino que lo ponía muy triste.

Y es que el viejo caballo recordaba lo veloz y famoso que había sido en sus años de juventud, en los que había vivido
infinidad de aventuras y también cómo se burlaba de los otros caballos que eran más viejos y lentos que él.

Ahora viéndose en esta situación en la que pasaba sus días atado y dando vueltas a dicho molino, se arrepentía de
aquella actitud que había tenido cuando era poderoso:

"Después de las grandiosas vueltas que en mi juventud di en las carreras, mira


a que vueltas me veo reducido ahora. Este es un justo castigo por burlarme de
aquellos que veía más débiles e inferiores"

MORALEJA
Mejor ser humilde cuando tienes poder, porque un día u otro lo has de perder
La mujer intratable
Aunque en su juventud había sido una mujer jovial y llena de vida, el paso de los años habían convertido a la esposa del
alcalde de la ciudad en una mujer intratable a la que el menor descuido de sus sirvientes ponía de muy mal humor.

Deseando descubrir si este comportamiento se debía a algún elemento de su hogar, el alcalde la envío a casa de su
suegro para que se interesara por su salud y de paso se reencontrara con algunos de sus antiguos sirvientes.

Una semana más tarde, cuando la mujer se encontraba en el umbral de la puerta, el marido le preguntó ansioso qué tal
le había ido con los criados que trabajaban junto a su padre. Tras acicalarse un poco, la mujer le respondió:

- No te lo vas a creer querido mío, pero los encargados del ganado apartaban
la vista cuando pasaba por su lado.

- Pues, si estos que tan solo te veían una vez al día no querían cruzar su mirada
con la tuya-dijo su marido midiendo muy bien sus palabras-, no puedo ni
imaginar que es lo que harían los que tenían que estar contigo
permanentemente.

MORALEJA

Permanece atento a las menores señales, ya que son las que nos revelan los secretos más ocultos.
El lobo y el cordero en el templo
Volvía un pequeño cordero a reunirse con su madre después de ir a beber el agua limpia y clara del río, cuando de repente
sintió que una presencia extraña lo estaba siguiendo cada vez más cerca. Al ver que era seguido por un lobo con la cara
desencajada y las babas colgando a ambos lados de su boca, el corderillo aceleró el paso todo lo que le permitían sus finas
patas, encontrando a pocos metros la puerta de un templo abierta.

Sin dudarlo un momento, se introdujo en su interior, con la esperanza de haber despistado a tan terrible perseguidor.

Al ver donde se había metido su ansiada presa, el lobo le grito muy fuerte para que le escuchara, que si alguno de los
sacerdotes del templo lo encontraban, iba a ser la próxima víctima ofrecida a los
dioses.

- ¡Mucho mejor! – le gritó el cordero- me es mucho más grato pensar en honrar


con mi cuerpo a un dios, que acabar mi corta existencia en el interior de tu boca.

MORALEJA
Si tienes que sacrificado en alguna ocasión, que sea con el mayor
reconocimiento posible

La mosca y la cacerola de carne


Había una vez un cocinero muy entusiasta que planeo preparar una rica y deliciosa salsa de pura carne, en una cacerola
especial.

Al terminar de preparar la rica salsa se dió cuenta lo sabroso y rico aroma que tenía; sin duda era todo un arte culinario,
´pero de pronto el cocinero recibió una llamada inesperada y salió tan pronto como bala disparado, que olvido tapar la
cacerola.

Una mosca glotona y hambrienta volaba muy cerca de la cacerola , se sentía


atraída por el sabroso olor y empezó a volar alrededor dando vueltas y vueltas y
muchas vueltas más , hasta que cayó en ella , y estaba tan feliz de haber caído
en la rica salsa de carne , dentro de la cacerola que dijo:

“oh! que rico comí, bebí y hasta me bañe así que si en estos instantes me muero
ya nada me importaría después de todo el gusto que me dí en esa cacerola de
carne“.

MORALEJA
Al irresponsable no le importa el fracaso si su llegada a él le depara buenos momentos.

La corneja fugitiva
Tras mucho tiempo intentando dar caza a una corneja, un hombre consiguió al fin su premio. Para evitar que se escapara
su tan codiciada pieza, le anudó un filo hilo a una de sus patas y se la llevó a su hijo como regalo.

A pesar de que su pequeño dueño se desvivía por darle los mejores cuidados del mundo, la corneja no acababa de sentirse
cómoda en su nuevo hogar. Una tarde, mientras el pequeño limpiaba la jaula que le servía como hogar,
la corneja aprovecho que nadie la vigilaba para salir por la ventana y volar hacia el lugar en que estaba construido su nido.
Tan emocionada estaba por recobrar su libertad, que al posarse sobre su árbol, el hilo que colgaba de una de sus patas se
enredó terriblemente en varias ramas. Al darse cuenta de la situación, comenzó a aletear con todas sus fuerzas,
enredándose cada vez más. Prisionera en el lugar que tanto añoraba, dijo con resignación:
-¡Que tonta he sido! Por culpa de mis deseos de vivir de nuevo en libertad, voy a terminar
mis días en el árbol que me vio nacer.

MORALEJA
Cuanto más grande sea lo que deseamos, mayores son los riesgos.

El perro, el gallo y la zorra


Hace muchísimos años, un perro y un gallo se pusieron de acuerdo para abandonar el triste lugar en el que vivían y viajar
por todos los rincones del mundo. Cansados de caminar llegaron a un gran árbol, en el cual el gallo se encaramó a lo más
alto para dormir más tranquilo y el perro se quedó recostado a los pies de tan magnífico tronco.

Tal y como todos los gallos hacen nada más ver un pequeño rayo de sol, nuestro gallo se puso a cantar enérgicamente
para anunciar la llegada de un nuevo día. Escuchó tan melodioso cántico una zorra y en un abrir y cerrar de ojos se plantó
a los mismos pies del árbol. Localizado el objeto de su deseo, le gritó desde abajo que deseaba poder verle más de cerca
y besar la cabeza del intérprete de tan encantadora melodía. Una invitación a la que contestó el gallo, que antes de bajar,
hiciera el favor de despertar al portero que había debajo del árbol.

Antes de que la zorra pudiera decir nada, el perro se lanzó sobre ella, no dejando
de ella nada más que el rabo.

MORALEJA
Si vencer a un enemigo poderoso no puedes, busca a alguien más fuerte que
quiera ayudarte
Los dos perros
Un rico labrador poseía dos hermosos perros. Mientras uno de acompañaba en sus largas jornadas de caza, el otro se
quedaba cuidando el hogar en el que vivía su dueño. Todos los días cuando salía a cazar, el labrador guardaba la pieza más
jugosa de todas las que había conseguido capturar, para dársela al perro guardián nada más llegar a casa. Cansado de que
esta situación se repitiera constantemente, el perro de caza comenzó a decirle a su querido compañero:

- No entiendo porque yo debo correr hasta lastimarme las patas detrás de las liebres de los conejos sin obtener ningún
premio y mientras tu aquí parado sin hacer nada siempre consigues que nuestro dueño te dé la más sabrosa de las piezas.

Cuando el perro de caza se quedó en silencio, el guardián le respondió:

- Comprendo que estés molesto conmigo, pero el único culpable que hay en todo
esto es nuestro dueño. Ve y quéjate a él, ya que fue el que te enseñó a ti a cazar
y a mí a vivir apaciblemente.

MORALEJA
Intenta aprender un oficio para el día de mañana

El lobo y la grulla
Tanta hambre tenía un lobo, que no se dio cuenta que el hueso que se estaba comiendo se había astillado antes de
tragárselo. Nada más introducido en su garganta, este se atascó, asustando al lobo de tal manera, que corría desesperado
por todo el bosque buscando a alguien que pudiera ayudarle a salir de tan complicada situación.

Afortunadamente para él, se encontraba por el lugaruna preciosa grulla de largo pico, a la que pidió ayuda, prometiéndole
una gran recompensa si le ayudaba a solucionar su problema. Accedió la grulla ayudarle, sacando el hueso de la garganta
del lobo rápidamente. Tal y como habían acordado le pidió su recompensa, pero a cambio solo obtuvo la siguiente
respuesta:

- Me encantaría poder pagarte lo acordado – dijo el lobo- pero no tengo nada con que satisfacer nuestra deuda. Date por
pagada con que al sentir tu cabeza en mi garganta, mi instinto no haya querido
ordenar a mi boca que la cerrara dejándote si esa cabeza de la que estás tan
orgullosa.

MORALEJA
Jamás le hagas un favor a gente malvada, ya que nunca verás recompensada tu
generosidad

El león y el delfín
Caminaba tranquilamente el león por una playa a la orilla del mar, cuando de repente apareció la brillante cabeza de un
delfín saliendo del agua. Al ver a tan fantástico animal, el león se acercó hasta él para decirle:

- Quizá te parezca muy atrevido, pero puesto que ambos somos los reyes en nuestros diferentes ambientes, creo que
deberíamos hacernos aliados.

Accedió de buena gana el delfín, pues nada tenía que perder con ello. Días más tarde, el león se vio atacado por un enorme
loro de cola gris. Incapaz de defenderse por sí mismo, imploró al delfín que acudiera a su rescate, pero este, al tener aletas
no pudo salir del agua en su socorro. Al ver que su aliado no llegaba, el león comenzó a reprocharle su cobarde actitud.

- No debes atacarme de esa manera, ya que aunque yo he intentado de mil y una maneras salir del agua para defenderte,
mis aletas me han impedido poder llegar a tierra. Si quieres enfadarte, hazlo con la Madre Naturaleza, que fue la que me
hizo de esta manera.

MORALEJA
Antes de aliarte con alguien, sopesa bien sus habilidades, no vaya a ser que cuando los necesites no estén capacitados
para ayudarte

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