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La calidad educativa, se refiere a los efectos positivamente valorados por la sociedad respecto del

proceso de formación que llevan a cabo las personas en su cultura. Se considera generalmente
cinco dimensiones de la calidad:
filosofía (relevancia)
pedagogía (eficacia)
cultura (pertinencia)
sociedad (equidad)
economía (eficiencia)
Muñoz (2003) explica "que la educación es de calidad cuando está dirigida a satisfacer las
aspiraciones del conjunto de los sectores integrantes de la sociedad a la que está dirigida; si, al
hacerlo, se alcanzan efectivamente las metas que en cada caso se persiguen; si es generada
mediante procesos culturalmente pertinentes, aprovechando óptimamente los recursos
necesarios para impartirla y asegurando que las oportunidades de recibirla –y los beneficios
sociales y económicos derivados de la misma– se distribuyan en forma equitativa entre los
diversos sectores integrantes de la sociedad a la que está dirigida."
(Graells, 2002) La calidad en la educación asegura a todos los jóvenes la adquisición de los
conocimientos, capacidades destrezas y actitudes necesarias para equipararles para la vida adulta.
Philip B. Crosby1 (2004)señala que la calidad se define enteramente en cumplir con los requisitos.
Por otra parte, Kaoru Ishikawa (1986)establece que la calidad es el desarrollo en todos los pasos y
procesos hasta lograr una producción cien por ciento libre de defectos. Ese defecto se debe a los
hechos ocurridos en ese tiempo.
Índice
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1Características
2Véase también
3Referencias
4Enlaces externos
Características:

Además señala que un sistema educativo de calidad y mejoramiento académico se caracteriza por:
• Ser accesible a todos los ciudadanos.
• Facilitar los recursos personales, organizativos y materiales, ajustados a las necesidades de cada
alumno para que todos puedan tener las oportunidades que promoverán lo más posible su
progreso aPaula Meiss
La educación de calidad es un derecho de todos (niños, adolescentes y adultos) y constituye
uno de los objetivos de la agenda global de educación de la UNESCO, la Educación para
Todos (EPT).
Esta prioridad hace imprescindible evaluar la educación, para monitorear el logro de dicho
objetivo, y también para perfeccionar políticas educativas que apunten a ofrecer educación de
calidad para todos y todas.
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Los objetivos EPT definidos como prioritarios y que debían conseguirse antes de 2015 son
seis. La referencia a la calidad de la educación aparece en el sexto: «Mejorar todos los
aspectos cualitativos de la educación, garantizando los parámetros más elevados, para
conseguir resultados de aprendizaje reconocidos y mensurables, especialmente en lectura,
escritura, aritmética y competencias prácticas.»
Sigue leyendo para conocer un poco mejor cómo define la UNESCO la calidad en educación.
En 1990, la Declaración Mundial de Educación Para Todos identificaba la calidad de la
educación como pre-requisito para conseguir el objetivo fundamental de la igualdad. Si bien no
describe exactamente el concepto de «calidad», la declaración reconoce que simplemete
incrementar la cantidad de niños que acceden a una educación no es suficiente para que los
individuos y las sociedades se desarrollen. El grado de desarrollo cognitivo de los niños
debe elevarse para lograr esa mejora de la calidad de la educación.
Una década más tarde, el Marco de Acción de Dakar declaró que el acceso a una educación
de calidad es un derecho de todos los niños. La calidad es el eje de la educación, ya que
determina las tasas de inscripción, retención y conclusión de un sistema educativo. La
definición extensa de calidad describe las características deseables de:
los estudiantes (sanos y motivados)
los procesos (docentes competentes que utilizan pedagogías activas, )
los contenidos (programas de estudios relevantes), y
los sistemas (buena administración y distribución de recursos equitativa, entornos educativos
seguros, sanos e integrados, a fin de favorecer un excelente aprendizaje y niveles bien
definidos de rendimiento para todos).
Esta definición permitió establecer objetivos para una buena calidad educativa, pero no
estableció la relevancia relativa de cada una de las dimensiones que destaca.
Llegamos a 2015, el año que se había señalado como límite para conseguir estos objetivos. El
Foro Mundial sobre la Educación 2015 se celebrará del 19 al 22 de mayo en Incheon
(República de Corea), y las Naciones Unidas vienen movilizando a los países del mundo para
definir los programas de desarrollo del periodo posterior a este año. En este proceso se
involucraron la UNESCO y el UNICEF.
Hasta el momento, las consultas apuntan a que los programas educativos deben en una
perspectiva de aprendizaje a lo largo de la vida, que abarque a todo el sector y aborde las
cuestiones de:
acceso,
resultados,
equidad y
calidad de la enseñanza
para todos –niños, jóvenes y adultos- desde la atención y educación de la primera infancia
hasta la enseñanza superior y el aprendizaje de adultos, en contextos educativos formales, no
formales e informales.
La Declaración de Lima, emitida por la Conferencia de America Latina y el Caribe, recoge que
«Reconocemos que, en nuestra búsqueda para satisfacer el derecho a la educación de
calidad para todos, nuestros países han hecho reconocidos avances. También hacemos un
balance de las tareas pendientes que conducirán a renovados esfuerzos para lograr una visión
más contextualizada y ampliada de la educación y el aprendizaje, que reconozca y valore
nuestra diversidad multicultural y multilingüe, así como nuestros respectivos procesos de
desarrollo nacional orientados hacia un desarrollo sostenible». La Conferencia paneuropea
todavía no ha publicado los resultados de las jornadas
cadémico y personal.
• Promover cambio e innovación en la institución escolar y en las aulas (lo que se conseguirá,
entre otros medios, posibilitando la reflexión compartida sobre la propia práctica docente y el
trabajo colaborativo del profesorado).
• Promover la participación activa del alumnado, tanto en el aprendizaje como en la vida de la
institución, en un marco de valores donde todos se sientan respetados y valorados como
personas.
• Lograr la participación de las familias e insertarse en la comunidad.
• Estimular, facilitar el desarrollo, el bienestar del profesorado y de los demás profesionales del
centro.

Ing. Manuel Matienzo (2012). La calidad educativa, refiere a un concepto y una nueva mirada a la
educación desarrollado por jóvenes de la Universidad Nacional de Tucumán, que bajo la dirección
del Sr. Sergio Manfredo Aguilera; desarrollaron un portal educativo dado en llamar www.revista-
juridica.com.ar. En el mismo desde el año 2008 se publicaron artículos los cuales generaron una
nueva mirada a la educación en el siglo XXI. Véase artículos como "el sistema educativo Argentino
en crisis" el cual describió de manera doctrinal el porqué estaba mal hecho el sistema educativo
EGB aún vigente en la Argentina por esos entonces. Motivo por el cual tiempo después el
Ministerio de Educación Nacional Argentino decide volver al sistema anterior vigente en la
República Argentina el cual dividía la educación en dos ciclos primario y secundario y con materias
básicas común a todos los alumnos.

Accesibilidad, asequibilidad, adaptabilidad y


aceptabilidad en Educación
16 Julio 2009 |

8:39 p.m. |

END
Ideuca

La sensibilidad del país por la equidad y calidad es, en estos últimos años, más acuciante.
Este interés, no obstante, choca con concepciones y formatos con indicadores educativos que
se muestran limitados para visibilizar con claridad y honestidad los resultados finos de una
equidad y calidad debidamente transparentadas. En América Latina se promueve desde el
Foro Latinoamericano de Política Educativa, Flape, integrado por siete países entre los que se
encuentra Nicaragua, la creación de indicadores precisos que esclarezcan con justeza la
situación educativa. La Ex Relatora Especial sobre el Derecho a la Educación, K. Tomasevski,
apuntó cuatro pilares que afinan el análisis educativo. El Derecho a la Educación supera la
universalización de la educación, siendo ésta un primer escalón.

Desde la asequibilidad se valora la disponibilidad con que el Ministerio asegura la


infraestructura requerida, equipamiento, presupuesto necesarios, cantidad de maestros
suficientes. Desde la Accesibilidad se pide gratuidad, accesibilidad económica, material y
geográfica. La Adaptabilidad requiere pertinencia del currículum y de la oferta educativa, que
respondan a los usuarios. Desde la Aceptabilidad de la educación se demanda calidad de la
educación asociada a las necesidades, intereses y expectativas de los usuarios.

En relación con la asequibilidad, estudios internacionales indican que más inversión y


endeudamiento externo no necesariamente producen mejor educación. No existe una relación
directa entre inversión, gasto por alumno y logros educacionales. El caso más claro es el de
Cuba que no ha recurrido a préstamos ni asesoría de bancos, ha dado prioridad al derecho a
la educación y la salud gratuitas para todos, y tiene los mejores rendimientos escolares.

Desde la accesibilidad se percibe que el principio de gratuidad ha sido abandonado en las


últimas décadas, lo que ha provocado que los sistemas escolares giren en torno a
financiamiento compartido, obligando a las familias a dar contribuciones económicas. Las
distancias entre el hogar y la escuela es otro elemento clave problémico, de forma particular,
en las zonas rurales. Ello impide que niños y niñas sigan estudiando y hagan sacrificios
excesivos para poder lograrlo.

Desde la adaptabilidad se aprecia que la oferta tradicional de calendario, horarios,


administración, pedagogía, currículos, textos y materiales, pautas de evaluación y promoción,
es desactualizada, rígida y desadaptada para la población a la que se dirige. La línea
tradicional supone que la demanda se adapta a la oferta y no la oferta que se desplaza a
escuchar los intereses de la demanda. La falta de pertinencia de contenidos curriculares no
sólo tiene que ver con no ser adecuados, sino con estar desactualizada. Nicaragua ha dado
avances significativos en este orden, pero insuficientes. La pedagogía sigue pensada desde la
perspectiva de quienes enseñan y no de los que aprenden. El peso de la gestión pedagógica
tradicional es fuerte, así como su jerarquización y centralización.

Nuestra educación aún no está pensada desde la experiencia y necesidades de los pobres. El
aparato educativo está organizado en función de alumnos y alumnas que viven en situación
normal, con salud, buena alimentación, cuentan con un hogar y con los recursos básicos para
una vida digna. Pero la realidad, para la mayoría, no es esa. De esta forma la discriminación a
los más pobres se opera a través de la exclusión de sus expectativas y actitudes por parte de
los tomadores de decisiones. El calendario y el horario escolar no responden a su realidad;
con docentes mal preparados y el abandono escolar consecuente.

Los informes regionales muestran que la diferencia urbano-rural es el segundo factor de


discriminación educativa. La formación docente y la construcción de escuelas, los edificios
escolares y la carencia de equipamiento y materiales presentan desequilibrios evidentes y
sistemáticos en las zonas rurales. La educación del país aún no está pensada en función de
las zonas rurales, teniendo siempre como referente al mundo urbano. No es sólo que los
contenidos no se adaptan a las necesidades del campo, sino que todo el modelo educativo,
administrativo y arquitectónico responde a una óptica urbana, sin considerar los modelos del
medio rural. Su inflexibilidad la remite a funcionar 10 meses, cinco días semanales, sin
alternativas. Es una educación no pensada para poblaciones indígenas y minorías étnicas, sus
particularidades. Es evidente el acento en la cantidad antes que la calidad. En honor al tiempo
no considera necesidades del aprendizaje, ni respeta ritmos de aprendizaje. Hoy la
preocupación con qué y cómo se aprende, para qué sirve y cómo se utiliza lo que se aprende,
ocupa poco tiempo en la investigación y en los decisores. En realidad es una educación no
pensada desde el aprendizaje, sino para la enseñanza. Sus intenciones son acceder a la
escuela, permanecer en ella, terminar el año escolar, completar el programa, pasar el examen,
aprobar, recibir diplomas. Es una educación homogénea que opera sobre una base falsa de
homogeneidad, incapaz de comprender la diversidad. Es, claramente, una oferta selectiva y
discriminatoria.

La aceptabilidad es cuestionada desde el perfil eminentemente teórico, enciclopédico,


memorístico, desconectada de la realidad de los alumnos. El docente ocupa el lugar del saber
y el alumno el de la ignorancia y de una educación para la vida se ha pasado a educar para el
trabajo, como si éste no formara parte de la vida.
Tratado:
El tratado es un género literario perteneciente a la didáctica, que consiste en una exposición
integral, objetiva y ordenada de conocimientos sobre una cuestión o tema concreto; para ello
adopta una estructura en progresivas subdivisiones denominadas apartados. Adopta
la modalidad discursiva del discurso expositivo, a persona y se dirige a un público
especializado que desea profundizar en una materia, por ese motivo ha de estar elaborado
con una lengua clara y accesible, fecunda en precisiones de todo tipo, definiciones, datos y
fechas, que se aportan con frecuencia, en el llamado aparato crítico. Su intención es
informativa y exhaustiva: pretende agotar un tema, no explorarlo u opinar sobre él, que es lo
que se propone el género opuesto, el ensayo.

Convención Americana sobre Derechos


Humanos
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una publicación acreditada.
Este aviso fue puesto el 4 de abril de 2017.

Convención Americana de Derechos


Humanos

CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS


HUMANOS (Pacto de San José)

Firmado 22 de noviembre de 1969


San José

En vigor 18 de julio de 1978

Partes 26 estados miembros de la OEA

Idiomas Español, inglés y francés

Wikisource
Texto original:
es:Convención Americana sobre Derechos
Humanos
Depositario Secretario General de la OEA

[editar datos en Wikidata]

La Convención Americana sobre Derechos Humanos (también llamada Pacto de San José
de Costa Rica) fue suscrita, tras la Conferencia Especializada Interamericana de Derechos
Humanos, el 22 de noviembre de 1969 en la ciudad de San José en Costa Rica y entró en
vigencia el 18 de julio de 1978.1 Es una de las bases del sistema interamericano de promoción
y protección de los derechos humanos.
Si el ejercicio de tales derechos y libertades no estuviese ya garantizado por disposiciones
legislativas o de otro carácter, los Estados partes están obligados a adoptar
medidas legislativas o de otro carácter que fueren necesarias para hacerlos efectivos.
Además, establece la obligación, para los Estados partes, del desarrollo progresivo de los
derechos económicos, sociales y culturales contenidos en la Carta de la Organización de los
Estados Americanos, como medios de protección de los derechos y libertades, establece dos
órganos para conocer de los asuntos relacionados con el cumplimiento de la Convención:
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos
Humanos.
A la fecha, veinticinco naciones se han adherido a la
Convención: Argentina, Barbados, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa
Rica, Chile, Dominica, Ecuador, El
Salvador, Granada, Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Parag
uay, Perú, República Dominicana, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela.
Trinidad y Tobago denunció a la Convención Americana sobre Derechos Humanos por medio
de un comunicado dirigido al Secretario General de la OEA el 26 de mayo de 1998.
Igualmente lo hizo Venezuela en el 2012.[cita requerida]
Entre otros instrumentos, ha sido complementada con:

 Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Protocolo de


San Salvador), de 1988
 Protocolo a la Convención Americana sobre Derechos Humanos relativo a la abolición de
la pena de muerte, de 1990
Estos protocolos cuentan con diversos grados de ratificación por parte de los Estados.

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS SOBRE LIBERTAD DE EXPRESIÓN

PREÁMBULO

REAFIRMANDO la necesidad de asegurar en el hemisferio el respeto y la plena


vigencia de las libertades individuales y los derechos fundamentales de los seres
humanos a través de un estado de derecho;

CONSCIENTES que la consolidación y desarrollo de la democracia depende de la


existencia de libertad de expresión;
PERSUADIDOS que el derecho a la libertad de expresión es esencial para el
desarrollo del conocimiento y del entendimiento entre los pueblos, que conducirá a una
verdadera comprensión y cooperación entre las naciones del hemisferio;

CONVENCIDOS que cuando se obstaculiza el libre debate de ideas y opiniones se


limita la libertad de expresión y el efectivo desarrollo del proceso democrático;

CONVENCIDOS que garantizando el derecho de acceso a la información en poder


del Estado se conseguirá una mayor transparencia de los actos del gobierno afianzando
las instituciones democráticas;

RECORDANDO que la libertad de expresión es un derecho fundamental reconocido


en la Declaración Americana sobre los Derechos y Deberes del Hombre y la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, la Declaración Universal de Derechos Humanos,
la Resolución 59(I) de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la Resolución 104
adoptada por la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, La Ciencia y la Cultura (UNESCO), el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, así como en otros instrumentos internacionales y constituciones
nacionales;

RECONOCIENDO que los principios del Artículo 13 de la Convención Americana


sobre Derechos Humanos representan el marco legal al que se encuentran sujetos los
Estados Miembros de la Organización de Estados Americanos;

REAFIRMANDO el Artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos


Humanos que establece que el derecho a la libertad de expresión comprende la
libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas sin consideración de
fronteras y por cualquier medio de transmisión;

CONSIDERANDO la importancia de la libertad de expresión para el desarrollo y


protección de los derechos humanos, el papel fundamental que le asigna la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos y el pleno apoyo con que contó la creación de la
Relatoría para la Libertad de Expresión, como instrumento fundamental para la
protección de este derecho en el hemisferio, en la Cumbre de las Américas celebrada
en Santiago de Chile;

RECONOCIENDO que la libertad de prensa es esencial para la realización del pleno


y efectivo ejercicio de la libertad de expresión e instrumento indispensable para el
funcionamiento de la democracia representativa, mediante la cual los ciudadanos
ejercen su derecho a recibir, difundir y buscar información;

REAFIRMANDO que los principios de la Declaración de Chapultepec constituyen un


documento básico que contempla las garantías y la defensa de la libertad de expresión,
la libertad e independencia de la prensa y el derecho a la información;

CONSIDERANDO que la libertad de expresión no es una concesión de los Estados,


sino un derecho fundamental;

RECONOCIENDO la necesidad de proteger efectivamente la libertad de expresión


en las Américas, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en respaldo a la
Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, adopta la siguiente Declaración de
Principios;
PRINCIPIOS

1. La libertad de expresión, en todas sus formas y manifestaciones, es un


derecho fundamental e inalienable, inherente a todas las personas. Es, además, un
requisito indispensable para la existencia misma de una sociedad democrática.

2. Toda persona tiene el derecho a buscar, recibir y difundir información y


opiniones libremente en los términos que estipula el artículo 13 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos. Todas las personas deben contar con igualdad de
oportunidades para recibir, buscar e impartir información por cualquier medio de
comunicación sin discriminación, por ningún motivo, inclusive los de raza, color,
religión, sexo, idioma, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o
social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social.

3. Toda persona tiene el derecho a acceder a la información sobre sí misma o


sus bienes en forma expedita y no onerosa, ya esté contenida en bases de datos,
registros públicos o privados y, en el caso de que fuere necesario, actualizarla,
rectificarla y/o enmendarla.

4. El acceso a la información en poder del Estado es un derecho fundamental de


los individuos. Los Estados están obligados a garantizar el ejercicio de este derecho.
Este principio sólo admite limitaciones excepcionales que deben estar establecidas
previamente por la ley para el caso que exista un peligro real e inminente que
amenace la seguridad nacional en sociedades democráticas.

5. La censura previa, interferencia o presión directa o indirecta sobre cualquier


expresión, opinión o información difundida a través de cualquier medio de
comunicación oral, escrito, artístico, visual o electrónico, debe estar prohibida por la
ley. Las restricciones en la circulación libre de ideas y opiniones, como así también la
imposición arbitraria de información y la creación de obstáculos al libre flujo
informativo, violan el derecho a la libertad de expresión.

6. Toda persona tiene derecho a comunicar sus opiniones por cualquier medio y
forma. La colegiación obligatoria o la exigencia de títulos para el ejercicio de la
actividad periodística, constituyen una restricción ilegítima a la libertad de expresión.
La actividad periodística debe regirse por conductas éticas, las cuales en ningún caso
pueden ser impuestas por los Estados.

7. Condicionamientos previos, tales como veracidad, oportunidad o


imparcialidad por parte de los Estados son incompatibles con el derecho a la libertad
de expresión reconocido en los instrumentos internacionales.

8. Todo comunicador social tiene derecho a la reserva de sus fuentes de


información, apuntes y archivos personales y profesionales.

9. El asesinato, secuestro, intimidación, amenaza a los comunicadores sociales,


así como la destrucción material de los medios de comunicación, viola los derechos
fundamentales de las personas y coarta severamente la libertad de expresión. Es
deber de los Estados prevenir e investigar estos hechos, sancionar a sus autores y
asegurar a las víctimas una reparación adecuada.
10. Las leyes de privacidad no deben inhibir ni restringir la investigación y
difusión de información de interés público. La protección a la reputación debe estar
garantizada sólo a través de sanciones civiles, en los casos en que la persona ofendida
sea un funcionario público o persona pública o particular que se haya involucrado
voluntariamente en asuntos de interés público. Además, en estos casos, debe
probarse que en la difusión de las noticias el comunicador tuvo intención de infligir
daño o pleno conocimiento de que se estaba difundiendo noticias falsas o se condujo
con manifiesta negligencia en la búsqueda de la verdad o falsedad de las mismas.

11. Los funcionarios públicos están sujetos a un mayor escrutinio por parte de la
sociedad. Las leyes que penalizan la expresión ofensiva dirigida a funcionarios públicos
generalmente conocidas como “leyes de desacato” atentan contra la libertad de
expresión y el derecho a la información.

12. Los monopolios u oligopolios en la propiedad y control de los medios de


comunicación deben estar sujetos a leyes antimonopólicas por cuanto conspiran contra
la democracia al restringir la pluralidad y diversidad que asegura el pleno ejercicio del
derecho a la información de los ciudadanos. En ningún caso esas leyes deben ser
exclusivas para los medios de comunicación. Las asignaciones de radio y televisión
deben considerar criterios democráticos que garanticen una igualdad de oportunidades
para todos los individuos en el acceso a los mismos.

13. La utilización del poder del Estado y los recursos de la hacienda pública; la
concesión de prebendas arancelarias; la asignación arbitraria y discriminatoria de
publicidad oficial y créditos oficiales; el otorgamiento de frecuencias de radio y
televisión, entre otros, con el objetivo de presionar y castigar o premiar y privilegiar a
los comunicadores sociales y a los medios de comunicación en función de sus líneas
informativas, atenta contra la libertad de expresión y deben estar expresamente
prohibidos por la ley. Los medios de comunicación social tienen derecho a realizar su
labor en forma independiente. Presiones directas o indirectas dirigidas a silenciar la
labor informativa de los comunicadores sociales son incompatibles con la libertad de
expresión.

Declaración Universal de
Derechos Humanos, 1948
Declaración Universal de
Derechos Humanos, 1948
Acerca de la Declaración
En 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración
Universal de Derechos Humanos, la cual representa “un estándar común a
ser alcanzado por todos los pueblos y naciones”.

¿Qué son los derechos humanos?


Los derechos humanos son “el reconocimiento de la dignidad inalienable de los
seres humanos”. Libre de discriminación, desigualdad o distinciones de cualquier
índole, la dignidad humana es universal, igual e inalienable.

“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.


Más allá del concepto mismo, los derechos humanos son expresados y definidos
en textos legales, lo cuales buscan garantizar la dignidad de los seres humanos y
hacerla realidad.

El origen de la Declaración Universal de Derechos


Humanos

La filosofía de los derechos humanos comenzó con la Ilustración. En El Contrato


Social (I,4), Rousseau buscaba “una forma de asociación … en la cual cada uno,
uniéndose a todos, no obedezca sino a sí mismo y permanezca tan libre como
antes”.
El texto de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 está inspirado
en el texto de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789.
Luego de los horrores de la Segunda Guerra Mundial, la comunidad internacional
decidió bosquejar una carta de derechos que afirmara los valores defendidos en la
lucha contra el fascismo y el nazismo.
El armado de dicha carta fue confiado a un comité presidido por Eleanor Roosvelt
y compuesto por miembros de 18 países. La Carta fue redactada por el
canadiense John Peters Humphrey y revisada luego por el francés René Cassin.
El texto final es pragmático, resultado de numerosos consensos políticos, de
manera tal que pudiera ganar una amplia aprobación.
La Declaración Universal de Derechos
Humanos fue adoptada por la tercera Asamblea General de las Naciones Unidas,
el 10 de diciembre de 1948 en París.
Ninguno de los 56 miembros de las Naciones Unidas votó en contra del texto,
aunque Sudáfrica, Arabia Saudita y la Unión Soviética se abstuvieron.

“En medio de la Guerra Fría, y frente a una oposición creciente al colonialismo,


tomó dos décadas para que las Naciones Unidas se pusiera de acuerdo sobre
cómo hacer [la Declaración] legalmente vinculante”.

Contenido de la Declaración Universal de


Derechos Humanos

La Declaración Universal de Derechos Humanos es el


“estándar común a ser alcanzado por todos los pueblos y naciones”.
La Declaración Universal de Derechos Humanos establece que “la maternidad y la
infancia tienen derechos a cuidados especiales y asistencia” y describe la familia
como “la unidad grupal natural y fundamental de la sociedad”.
Aunque los niños son rara vez mencionados en este texto, es de todas maneras
un documento significativo y su impacto en todos los seres humanos, incluyendo
los niños, es lo que hace a esta Declaración tan importante. De hecho, los
derechos del niño se basan en los derechos humanos.
La Declaración de los Derechos del Niño de 1959 remarcó esta naturaleza única
de la infancia y, por lo tanto, de la aplicación de los derechos concernientes
específicamente a la infancia
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre
La IX Conferencia Internacional Americana,

CONSIDERANDO:

Que los pueblos americanos han dignificado la persona humana y que sus constituciones
nacionales reconocen que las instituciones jurídicas y políticas, rectoras de la vida en sociedad,
tienen como fin principal la protección de los derechos esenciales del hombre y la creación de
circunstancias que le permitan progresar espiritual y materialmente y alcanzar la felicidad;

Que, en repetidas ocasiones, los Estados americanos han reconocido que los derechos
esenciales del hombre no nacen del hecho de ser nacional de determinado Estado sino que
tienen como fundamento los atributos de la persona humana;

Que la protección internacional de los derechos del hombre debe ser guía principalísima del
derecho americano en evolución;

Que la consagración americana de los derechos esenciales del hombre unida a las garantías
ofrecidas por el régimen interno de los Estados, establece el sistema inicial de protección que los
Estados americanos consideran adecuado a las actuales circunstancias sociales y jurídicas, no sin
reconocer que deberán fortalecerlo cada vez más en el campo internacional, a medida que esas
circunstancias vayan siendo más propicias,

ACUERDA:

adoptar la siguiente

DECLARACIÓN AMERICANA DE LOS DERECHOS Y DEBERES DEL HOMBRE

Preámbulo

Todos los hombres nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están por
naturaleza de razón y conciencia, deben conducirse fraternalmente los unos con los otros.

El cumplimiento del deber de cada uno es exigencia del derecho de todos. Derechos y deberes
se integran correlativamente en toda actividad social y política del hombre. Si los derechos
exaltan la libertad individual, los deberes expresan la dignidad de esa libertad.

Los deberes de orden jurídico presuponen otros, de orden moral, que los apoyan
conceptualmente y los fundamentan.

Es deber del hombre servir al espíritu con todas sus potencias y recursos porque el espíritu es la
finalidad suprema de la existencia humana y su máxima categoría.

Es deber del hombre ejercer, mantener y estimular por todos los medios a su alcance la cultura,
porque la cultura es la máxima expresión social e histórica del espíritu.

Y puesto que la moral y buenas maneras constituyen la floración más noble de la cultura, es
deber de todo hombre acatarlas siempre.
Declaración y Programa de Acción de Viena
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
La Declaración y Programa de Acción de Viena fue una declaración para reforzar
la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Carta de las Naciones
Unidas realizada en la ciudad austriaca de Viena en 1993. Supuso la creación del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Fue adoptada por
la Conferencia Mundial de Derechos Humanos el 25 de junio de 1993.1

Índice
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 1Contenido
 2Véase también
 3Referencias
 4Enlaces externos

Contenido[editar]
El principio fundamental es que "todos los derechos humanos son universales, indivisibles e
interdependientes y están relacionados entre sí." (Parte I párrafo 5) Esto significa que la
comunidad internacional debe tratar todos los asuntos sobre derechos humanos de forma
igualitaria y con la misma importancia, sin excepciones. Esta fase es citada también por
la Declaración de Montreal, los Principios de Yogyakarta y la Convención sobre los Derechos
de las Personas con Discapacidad.
Esta Declaración tiene por objeto la plena realización de todos los derechos
humanos; derechos económicos, sociales y culturales y derechos civiles y políticos, y las
libertades sin ningún tipo de discriminación, como el racismo,
la xenofobia (hacia inmigrante, indígenas, minorías étnicas u otros grupos); reafirmando
también los derechos humanos de mujeres, niños y personas con discapacidad.
Para cumplir con tales derechos humanos, la Declaración exige a todos los países ratificar
plenamente todos los tratados sobre derechos humanos en la medida de lo posible y
garantizar un sistema jurídico eficaz para castigar las violaciones de dichos derechos.
Afirma también el valor universal de los derechos humanos, de la libertad y de la democracia.
Insiste en la necesidad de una intensa cooperación internacional para combatir actividades
como el terrorismo, el tráfico de drogas o el contrabando.
Remarca igualmente el derecho al desarrollo de los países en desarrollo, especialmente de los
países más pobres de África, precisando que el subdesarrollo no es justificación para la
violación de los derechos humanos.
Termina haciendo un llamamiento a los estados que no reconocen los Convenios de
Ginebra para que tomen las medidas necesarias que garanticen la observancia de los
derechos humanos.

Pacto Internacional de Derechos Civiles y


Políticos
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Estados partes y firmados por el Pacto: Firmado y ratificado Firmado pero no ratificado Ni firmado ni
ratificado

El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (ICCPR, por su sigla en inglés) es


un tratadomultilateral general que reconoce Derechos civiles y políticos y establece
mecanismos para su protección y garantía. Fue adoptado por la Asamblea General de las
Naciones Unidas mediante la Resolución 2200 A (XXI), de 16 de diciembre de 1966. Entró en
vigor el 23 de marzo de 1976 y ha sido ratificado por 167 Estados, siete más que el PIDESC. 1
Fue adoptado al mismo tiempo que el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales y se hace referencia a ambos con el nombre de Pactos Internacionales de
Derechos Humanos o Pactos de Nueva York. A su vez, éstos, junto con la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, comprenden lo que algunos han llamado Carta
Internacional de Derechos Humanos.

Índice
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 1Génesis
 2Estructura
 3Derechos reconocidos
 4El Comité de Derechos Humanos
 5Véase también
 6Referencias
o 6.1Notas
o 6.2Bibliografías
 7Enlaces externos

Génesis[editar]
El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos tienen sus raíces en el mismo proceso que condujo a
la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH). Como la DUDH no se esperaba
para imponer obligaciones vinculantes, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones
Unidas comenzó a redactar un par de pactos vinculantes sobre derechos humanos destinada
a imponer obligaciones concretas de sus partes.2 Debido a los desacuerdos entre los Estados
miembros sobre la importancia relativa de las negativos Civiles y Políticos
versus positivos Económicos, Sociales y Culturales, dos pactos fueron creados. Estos fueron
presentados a la Asamblea General de la ONU en 1954, y aprobó en 1966, entró en vigor el 3
de enero del 1976 el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto de
Derechos Civiles y Políticos el 23 de marzo de 1976

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