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Capı́tulo 15

Gas ideal de fermiones.

15.1. Gas ideal no relativista


Volvemos ahora a un sistema ideal de partı́culas cuya única energı́a es cinética:
N N ˆ 2
X (1)
X ~pi
Ĥ = Ĥi =
i=1 i=1
2m

descritos por la estadı́stica de Fermi-Dirac. El potencial J es:


X 
J = kB T ln 1 + ze−βεℓ

Las sumas son sobre los estados monoparticulares. Aproximando esta suma por una
integral Z ∞
X
F (εℓ ) = dεg(ε)F (ε)
ℓ 0

con la densidad de estados monoparticular ya calculada

2πV (2m)3/2 1/2


g(ε) = g ε
h3
Donde hemos incluido un factor g que da cuenta de la posible degeneración de los
estados energéticos. Esto se hace ası́ porque los fermiones, para los que va dirigida la
estadı́tica de Fermi-Dirac, tienen necesariamente un espı́n S no nulo y suele haber una
degeneración g = 2S + 1 debida al espı́n.
A diferencia de lo que pasaba en el caso de los bosones, esperamos que esta aprox-
imación de la suma por una integral sea correcta en este caso, ya que el estado funda-
mental no puede estar poblado por una fracción finita del número total de partı́culas,
debido al principio de exclusión aplicable a fermiones. Obtenemos ası́
Z ∞

J = kB T dεg(ε) ln 1 + ze−βε
0
172 Gas ideal de fermiones.

Cambiando variables βε = x e integrando por partes al igual que se hizo en el caso del
cálculo de la función de partición de bosones, se llega a:
x3/2
Z ∞
−3 4
J = k B T V λT √ dx −1 x
3 π 0 z e +1
Introducimos ahora la familia de funciones:
xν−1
Z ∞
1
fν (z) = dx −1 x
Γ(ν) 0 z e +1
definidas para ν > 0 (de otra manera, la integral es divergente en el lı́mite inferior
x = 0). Por otra parte, a diferencia de lo que pasaba con los bosones, no hay ahora
ninguna necesidad matemática de que la fugacidad esté acotada y las funciones anteriores
están definidas y no tienen ningúna singularidad para cualquier valor de z ≥ 0.
En términos de estas funciones tenemos,

J(µ, V, T ) = kB T V λ−3
T f5/2 (z)

Para calcular los potenciales termodinámicos hará falta la derivada de la función fν (z)
que es:
dfν (z)
= z −1 fν−1 (z)
dz
como se comprueba fácilmente derivando bajo el signo integral e integrando por partes.
Esto permite encontrar el número observable de partı́culas como:
   
∂J ∂J
N= = βz = V gλ−3
T f3/2 (z).
∂µ T,V ∂z T,V

La presión se obtiene de
 
∂J
P = = gkB T λ−3
T f5/2 (z)
∂V T,µ

Que se puede poner en términos de las variables N, V, T sin más que despejar la fugacidad
de XXX:  3
−1 nλT
z(N, V, T ) = f3/2
g
como  3
P nλT
=F
nkB T g
Con la función:
−1
[f5/2 ◦ f3/2 ](x)
F (x) =
x
La energı́a interna se obtiene de :
 
∂(βJ)
U =−
∂β z,V
15.1 Gas ideal no relativista 173

o sea
3
U = kB T V λ−3
T f5/2 (z)
2
Observad la relación
2
P V = U,
3
que permite escribir la energı́a interna en función de las variables N, V, T como
 3
3 nλT
U = kB T NF
2 g

El calor especı́fico a volumen constante es:


  3
3 nλ3T ′ nλ3T
   
∂U 3 nλT
CV = = NkB F − F
∂T N,V 2 g 2 g g

d(λ3T ) 3λ3 1
donde hemos usado que dT
= − 2TT . La energı́a libre de Helmholtz se obtiene de

f3/2 (z)
 
F = −J + µN = −kB T V λ−3
T f5/2 (z) + µN = NkB T ln z −
f5/2 (z)

y la entropı́a es
5 f5/2 (z)
 
U −F
S= = NkB − ln z
T 2 f3/2 (z)
Todos estos resultados se pueden poner como función de N, V, T sin más que substituir
z = z(N, V, T ).
Para analizar las fórmulas anteriores conviene estudiar los lı́mites de las funciones
fν (z). El comportamiento de la función fν (z) para z pequeño se deduce del desarrollo
en serie

1 ze−x X
= = (−1)n+1 z n enx
z −1 ex + 1 1 + ze−x n=1

válido para z < 1. Esto lleva a:



X zn z z2 z3
fν (z) = (−1)n+1 = − + −...
n=1
nν 1ν 2ν 3ν

Se puede obtener ası́ el desarrollo en serie válido para x < 1 de la función F (x):

F (x) = 1 − a1 x + a2 x2 − a3 x3 + a4 x4 + O(x5 )
1
De la definición de F (x) obtenemos su derivada y el resultado:

15 f5/2 (z) 9 f3/2 (z)


 
CV = N kB −
4 f3/2 (z) 4 f1/2 (z)
174 Gas ideal de fermiones.

donde los coeficientes ai son los mismos que en el desarrollo de la función G(x) del gas
de Bose (observar la diferencia de signos en los dos desarrollos).
Para x → ∞ se puede desarrollar fν (z) en serie de potencias de (ln z)−1 . Este
desarrollo se puede obtener a partir de la fórmula:
ln z ∞

φ(x) 22k−1 − 1
Z Z X
dz −1 x = dx φ(x) + ζ(2k)φ(2k−1) (ln z)
0 z e +1 0 k=1
22k−2

aplicada a la función φ(x) = xν−1 . Esto da:

(ln z)ν π2 7π 4
 
−2 −4
fν (z) = 1 + ν(ν − 1) (ln z) + ν(ν − 1)(ν − 2)(ν − 3) (ln z) + . . .
Γ(ν + 1) 6 360

fórmula conocida con el nombre de lema de Sommerfeld. De hecho, la fórmula es exacta


para ν = 1, 2, 3, . . . ( ¿ Seguro ?).
Con estos desarollos se puede obtener los lı́mites de las distintas funciones en los casos
de temperaturas altas y bajas. Para ello, conviene empezar con la fugacidad o, equiva-
lentemente, por el potencial quı́mico. Conviene recordar ahora que las tres estadı́sticas
dan el siguiente resultado para la fugacidad
 3
nλT

−1
g Estadı́stica de Bose
 3/2 g


3
z(N, V, T ) = nλgT Aproximación de Boltzmann
  3
f −1 nλT

Estadı́stica de Fermi
3/2 g

De donde se obtiene el comportamiento del potencial quı́mico µ(T, N, V ) = kB T ln z(T, N, V ).


nλ3
A temperaturas altas tales que gT ≪ 1 tenemos a primer orden que

nλ3T nλ3T
 
z(N, V, T ) = → µ(T ) = kB T ln
g g

un resultado común para las tres estadı́sticas. En el lı́mite de temperaturas altas, usando
el lema de Sommerfeld, obtenemos

nλ3T π2
 
4 3/2 −2
= f3/2 (z) = 1/2 (ln z) 1 + (ln z) + . . .
g 3π 8

Es fácil invertir esta fórmula si elevamos los dos miembros a la potencia 2/3:
2/3
3π 1/2 nλ3T π2
  
≡ A = ln z 1 + (ln z)−2 + . . .
4 g 12

De donde se puede despejar lnz como una serie de potencias de A:

π2
 
ln(z) = A 1 − + ...
12A2
15.1 Gas ideal no relativista 175

y ası́  
3 2/3
3π 1/2 nλT π2
 
µ(T, N, V ) = kB T 1 − i2 + . . . 
 
4 g
h 3
3π 1/2 nλT
12 4 g

h
Fórmula que podemos simplificar si recordamos que λT = √
2πmkB T
y si introducimos la
llamada temperatura de Fermi:
2/3
6π 2 n ~2

TF =
g 2mkB

obteniendo " 2 #
π2

T
µ(T, N, V ) = ǫF 1− + ...
12 TF
Siendo
ǫF = kB TF
la llamada energı́a de Fermi, que coincide con el valor del potencial quı́mico a T = 0.
Dejamos para más adelante la interpretación fı́sica de esta importante cantidad. Veamos
ahora los lı́mites de temperaturas altas y bajas de los distintos potenciales termodinámi-
cos y magnitudes deducidas.
nλ3
Para temperaturas altas gT ≪ 1 utilizamos que z ≤ 1 y el desarrollo (XXX) nos da
el llamado desarrollo del virial para la energı́a interna:
 3 k "  3  3 2 #
3 X nλT 3 nλT nλT
U = NkB T (−1)k ak = NkB T 1 − a1 + a2 + ...
2 k=0
g 2 g g

Para el calor especı́fico, derivando directamente esta relación con respecto a T


 3 k "  3  3 2 #
3 X 2 − 3k nλ T 3 5 nλ T nλ T
CV = NkB (−1)k ak = NkB 1 + a1 − 2a2 + ...
2 k=0
2 g 2 2 g g

La ecuación de estado viene de P V = 32 U:


k "  3 2 #
nλ3T
  3
N X 3 nλT nλT
P = kB T (−1)k ak = NkB T 1 − a1 + a2 + ...
V k=0
g 2 g g

Vamos ahora al lı́mite opuesto de bajas temperaturas, nλ3T ≫ 1. En este lı́mite


se habla de un gas (altamente) degenerado. Como la relación z(N, V, T ) nos dice que
nλ3T ≫ 1 implica z ≫ 1 tenemos que usar ahora los desarrollos asintóticos válidos para
z grande que se siguen del lema de Sommerfeld. Por ejemplo, en la energı́a interna

5π 2
 
3 −3 3 −3 8 5/2 −2
U = kB T V λT f5/2 (z) = kB T V λT (ln z) 1+ (ln z) + . . .
2 2 15π 1/2 8
176 Gas ideal de fermiones.

  2 
π2 T
reemplazamos ln z = βµ = βǫF 1 − 12 TF
+ ... y queda:

"  2 #
3 5π 2 T
U = NǫF 1 + + ...
5 12 TF

Lo que da inmediatamente para el calor especı́fico:

π2 T
CV = NkB + ...
2 TF
Una dependencia lineal tı́pica de los sistemas de fermiones. La presión en este lı́mite de
bajas temperaturas es:
"  2 #
2 5π 2 T
P = NǫF 1 + + ...
5 12 TF

Como último ejemplo daremos el desarrollo para la entropı́a:

π2 T
S = NkB + ...
2 TF
que confirma que S → 0 en el lı́mite T →= 0 como pide el tercer principio de la
termodinámica.
Mirando las expresiones anteriores, vemos que el gas de Fermi a T = 0 es un gas
muy vivo. Tiene una energı́a interna y ejerce una presión diferentes de cero. Es fácil
entender fı́sicamente el origen de estos valores anormalmente altos comparados con el
gas de Bose (o la aproximación de Boltzmann). El motivo estriba en el principio de
exclusión de Pauli que prohı́be que dos fermiones ocupen el mismo estado cuántico ℓ.
Ası́, a medida que bajamos la temperatura y disminuimos la energı́a total disponible,
los fermiones empiezan a ocupar los niveles más bajos de energı́a. Sin embargo, cuando
el nivel de energı́a ε0 está ocupado, el siguiente fermión se tiene que ir al estado ε1 ,
el siguiente al ε2 y ası́ sucesivamente2 Esto se puede comprobar calculando los valores
medios de ocupación de cada uno de los niveles. Según la teorı́a general, estos valores
son:
1
hN̂ℓ i = β(ε −µ)
e ℓ +1
Hay que reemplazar ahora µ por su desarrollo válido cerca de T = 0. A primer orden,
ponemos sencillamente µ = ǫF . Además,
(
e+∞ = +∞ si εℓ > ǫF
lı́m eβ(εℓ −ǫF ) =
T →0 e−∞ = 0 si εℓ < ǫF
2
Estamos quizás utilizando una manera de hablar incorrecta. No podemos decir que “el segundo
fermión llega y se encuentra el estado fundamental ocupado por el primer fermión”. Recordemos que
los fermiones son indistinguibles y no tiene sentido hablar del primer o del segundo fermión, ya que no
pueden etiquetarse.
15.1 Gas ideal no relativista 177

de manera que tenemos (


0 si εℓ > ǫF
lı́m hN̂ℓ i =
T →0 1 si εℓ < ǫF
que corrobora que hay una partı́cula en los niveles energéticos inferiores y ninguna en los
superiores, tal y como intuı́amos. De hecho, esto nos permite interpretar a la energı́a de
Fermi como el último nivel energético ocupado a T = 0. Esta interpretación nos lleva a
otra manera de calcular la energı́a de Fermi:
X
N= 1
εℓ <ǫF

Aproximando la suma por una integral:


Z ǫF
2πV (2m)3/2 ǫF 2πV (2m)3/2 2 3/2
Z
1/2
N= dε g(ε)1 = g dε ε = g ǫ
0 h3 0 h3 3 F
que, claro está, coincide con la definición dada anteriormente.
Si nos situamos a temperaturas bajas pero no estrictamente igual a cero, utilizamos
un término más del desarrollo del potencial quı́mico µ. Por ejemplo a T /TF = 0,01
obtenemos

Untitled−1

i i y y
In[61]:= PlotA1 “ j
jExpAj
jx - 1 + €€€€€€€ H.01L z
z “ 0.01E + 1z
Π2
j j 2z z
z, 8x, 0, 2<E
k k 12 { {
1

0.8

0.6

0.4

0.2

0.5 1 1.5 2

Podemos entender esta gráfica si pensamos que al aumentar la temperatura, las


partı́culas disponen de una energı́a térmica de activación del orden de kB T . De todos los
niveles por debajo de ǫF sólo aquéllos que difieran de ǫF en una cantidad de orden kB T
podrán acceder a niveles superiores. De esta manera la anchura de la región excitada es
del orden de kB T . Con la vena poética que usualmente caracteriza a los fı́sicos, se habla
178 Gas ideal de fermiones.

de que las partı́culas por debajo de ǫF forman parte del mar de Fermi, mientras que las
partı́culas por encima a temperaturas son la bruma sobre el mar de Fermi.

15.2. Enanas Blancas.


El estudio de las estrellas enanas blancas constituyó históricamente, la primera apli-
cación fı́sica de la estadı́stica de Fermi-Dirac (iniciado por Fowler en 1926 y desarrollado
posteriormente por Chandrasekhar, entre otros).
Estrellas enanas blancas, estrellas de neutrones (púlsares) y agujeros negros son
algunos de los últimos estadios de la evolución estelar. Según las teorı́as actuales, el
destino final de una estrella al acabar las reacciones nucleares depende básicamente de
su masa. Para estrellas cuya masa M sea inferior a, aproximadamente, 3 veces la masa
del sol3 , M ≤ 3MJ se espera que, al acabar el combustible nuclear, haya inicialmente
una expulsión de masa de la estrella y que el núcleo restante colapse en un objeto de masa
inferior a 1,4MJ y de pequeño radio: una estrella enana blanca. Para masas mayores a
unas 6 veces la masa del sol, la estrella acabará sus dı́as como una estrella de neutrones
o como un agujero negro.
Desde el punto de vista observacional, las estrellas enanas blancas se distinguen
porque se alejan de la secuencia principal en el diagrama de Hertzprung-Russell. En
este diagrama se representa el brillo intrı́nseco de una estrella frente a su color. El brillo
intrı́nseco se obtiene corrigiendo el brillo observado (o, más precisamente, la luminosidad:
la energı́a luminosa incidente de la estrella por unidad de tiempo) por la distancia a la
que se encuentra la estrella. El color se obtiene mediante la longitud de onda dominante
en el espectro de la estrella. Las estrellas no emiten exactamente como un cuerpo negro,
pero si uno insiste es posible aproximar el espectro de emisión de una estrella por el de
un cuerpo negro de una cierta temperatura. A esta temperatura del cuerpo negro que
aproxima el espectro de emisión de la estrella se le denomina temperatura de color, TC ,
de la estrella y es una aproximación a la temperatura de la corona exterior de la estrella
(de donde proviene la luz que observamos).
Una estrella enana blanca es aquélla en la que se ha acabado prácticamente todo
el hidrógeno que constituye el combustible nuclear y está compuestas esencialmente
por gas de Helio. Como consecuencia de la baja actividad nuclear, la producciı́on de
energı́a es muy pequeña y su brillo no es muy grande. De hecho, el brillo de la estrella
es debido en su mayor parte a la emisión de energı́a gravitacional que se produce al
contraerse lentamente la estrella. La temperatura en el centro de la estrella se puede
estimar a partir de modelos estelares que predicen la temperatura de una estrella cuando
se acaban las reacciones nucleares y es del orden de 107 K.
La estrella enana blanca más conocida es, sin duda, Sirio B, la compañera de la
conocida estrella Sirio. Sirio y Sirio B forman un sistema doble de estrellas, lo que
constituye algo muy común. Está situada a unos 8.8 años -luz de la Tierra. A diferencia
de Sirio, que es una de las estrellas visibles a simple vista más conocidas, Sirio B no es
3
La masa del sol es MJ = 1,989 × 1030 Kg y su radio es RJ = 6,9599 × 108 m; su densidad es,
3
consiguientemente, ρJ = MJ /(4πRJ /3) = 1,408 g/cm3 .
15.2 Enanas Blancas. 179

visible a simple vista (debido a su poco brillo) y fue descubierta por Bessel en el siglo XIX.
Al ser un sistema doble se puede, utilizando la ley de la gravitación de Newton, calcular su
masa que resulta ser 1,053MJ . Su luminosidad intrı́nseca es pequeña, aproximadamente
1/360 la del sol. Esta pequeña luminosidad no se corresponde con su espectro de luz que
está centrado en el color azul (lo que da un aspecto más blanquinoso a la luz observada),
lo que hace que esté alejada de la secuencia principal en el diagrama de Hertzprung-
Russell, como habı́amos dicho. De hecho, su temperatura de color es de unos 8000K4 .
Aquı́ viene ya la primera sorpresa, porque utilizando la relación del cuerpo negro que da la
energı́a total emitida por unidad de tiempo es (ley de Stephan-Bolztman) 4πR2 σT 4 sale
que el radio de Sirio B debiera ser de 18000Km, que es muy pequeño para una estrella
(de aquı́ el nombre de enana). Un cálculo un poco más sofisticado utiliza la relatividad
general que predice que la luz que viene de una estrella está corrida hacia el rojo de una
manera que depende del cociente de M/R de la masa al radio de la esfera. Conocido el
corrimiento hacia el rojo de Sirio B y su masa, se puede determinar su radio que resulta
ser R = 6100Km, no demasiado alejado del sencillo cálculo hecho suponiendo que emite
como un cuerpo negro.
Hemos obtenido que Sirio B y, por extensión, todas las estrellas enanas blancas son
objetos sorprendentemente densos. Tienen una masa como el sol en una esfera parecida
a la de la tierra. La densidad de Sirio B es
M
ρ = 4 3 = 3,8 × 109 Kg/m3
3
πR
o sea, millones de veces más densa que cualquier material terrestre. ¿Cómo puede existir
un objeto tal? Vamos a analizar su composición y qué tipo de fuerzas son las que pueden
mantenerlo junto.
Como hemos dicho, el elemento predominante en la estrella es helio. Sin embargo,
como una temperatura de 107 K ≈ 850eV es mucho mayor que la energı́a de ionización
de los electrones (que es de unos pocos eV), los dos electrones del átomo de helio
han abandonado el átomo. Como la temperatura de ligadura de los nucleones dentro
del átomo de helio es del orden de los MeV, podemos suponer también que no hay
disociación del núcleo de helio en protones y neutrones. Ası́, puede considerarse que la
estrella está formada por una mezcla de dos gases: el gas de los núcleos de átomos
de helio (partı́culas α) y el gas de electrones (partı́culas β). Ambos gases tienden a
expanderse, aumentando ası́ el radio de la estrella. Frente a esta tendencia expansionista,
está la atracción gravitatoria que tiende a contraer la estrella. El equilibrio entre estas
dos fuerzas da el punto de equilibrio de la estrella. En nuestro tratamiento aproximado
despreciamos las interacciones electromagnéticas entre los distintos electrones e iones.
Esta aproximación es justificable ya que dichas energı́as son despreciables frente a las
energı́as cinéticas tı́picas. Esta es la imagen fı́sica que fue concebida y desarrollada por
Fowler y Chandrasekhar.
Una vez hemos establecido los ladrillos de nuestra imagen de una estrella enana
blanca, vamos a hacer cuantitativa esta imagen. En todo ello haremos una serie de
4
De acuerdo con la ley del desplazamiento de Wien, λmax T = 0,2898cm K, el máximo del espectro
luminoso para un cuerpo negro a esta temperatura está a λmax = 0,2898/8000cm= 0,362µm. que
está en la zona azul del espectro.
180 Gas ideal de fermiones.

aproximaciones que nos permitirán simplificar el tratamiento del problema. Un estudio


más profundo fue llevado a cabo por Chandrasekhar. La aproximación básica consiste en
que, en vez de partir de un hamiltoniano que contenga a la vez la energı́a cinética y los
potenciales gravitatorios, vamos a considerar ambos términos por separado. Ası́, vamos
a calcular primero la presión de los gases considerando sólo la energı́a cinética (es decir,
como si fueran gases ideales) y, a continuación, incluiremos la interacción gravitatoria.
Es decir, que calculamos por separado la fuerza ejercida por la presión y la fuerza ejercida
por la gravedad. El equilibrio entre ambas fuerzas nos dará una relación entre magnitudes
observables de la estrella.
Las partı́culas α (núcleos de helio) son bosones y los electrones son fermiones. En
principio, habrı́a que utilizar las estadı́sticas de Bose-Einstein y de Fermi-Dirac, respec-
tivamente, para estudiar estos sistemas. Sin embargo, para el gas de partı́culas α es
suficiente considerar la aproximación de Boltzmann. Esto es ası́ porque el factor nλ3T es
mucho menor que 1 para el gas de núcleos de helio y es mucho mayor que 1 para el gas
de electrones. La diferencia estriba en que la longitud de onda de de Broglie depende de
la masa, que es miles de veces menor para los electrones que para los átomos de helio.
La densidad se calcula teniendo en cuenta que por cada partı́cula α (de masa mα ) hay 2
electrones (de masa mH e). Sea N el número de electrones en la estrella, tenemos para
la masa total:
N N
M = N × me + mα = mHe
2 2
siendo mHe la masa de un átomo de helio que es, aproximadamente, igual a 4 veces la
masa de un protón, mHe ≈ 4 × mP = 6,69 × 10−27 Kg. La densidad de los electrones es

N 2M/mHe 2ρ 2 × 3,8 × 109 Kg/m3


n= = = = = 1,1 × 1036 electrones/m3
V M/ρ mHe 6,69 × 10−27 Kg

Mientras que la densidad de los


√núcleos de helio (partı́culas α) es la mitad de este valor.
Usando la definición λT = h/ 2πmkB T con las masas correspondientes, tenemos que
para los electrones a una temperatura T = 107 , es λT = 2,36 × 10−11 m, de manera que

nλ3T ≈ 14000,

mientras que los valores correspondientes para los núcleos de helio son λT = 2,75 ×
10−13 m y nλ3T ≈ 0,01. Ası́, es suficiente tratar el gas de núcleos de helio mediante
la estadı́stica de Maxwell-Boltmann, mientras que el gas de electrones ha de tratarse
necesariamente mediante la estadı́stica de Fermi-Dirac. Como hay N/2 núcleos de helio,
su presión es
NkB T n
P = = kB T ≈ 7,6 × 1019 Pa
2V 2
siendo éste un valor muy alto, veremos que es despreciable frente a la presión ejercida
por el gas de electrones.
Para tratar el gas de electrones tenemos una simplificación y una complicación. La
complicación consiste en que, a estas altas temperaturas, la energı́a cinética es com-
parable a la energı́a de masa, me c2 de los electrones y es necesario un tratamiento
15.2 Enanas Blancas. 181

relativista5 . La simplificación consiste en que la temperatura de la estrella, aunque sea


tan alta, resulta ser mucho menor que la temperatura de Fermi del gas de electrones y
podemos considerar el lı́imite degenerado en el que se puede calcular la presión a T = 0.
Veámoslo. El momento de Fermi es igual para la dinámica relativista o no relativista y
vale:
pF = (3π 2 n)1/3 ~
mientras que la energı́a de Fermi es
q
ǫF = m2e c4 + p2F c2 − me c2

Haciendo números, resulta que pF = 3,37×10−22 Kg m/s, y ǫF = 4,82×10−14 J=0,301MeV.


Esta energı́a de Fermi es comparable a la masa en reposo del electrón me = 0,511MeV.
De manera que es necesario el tratamiento relativista. Usando la fórmula de la presión
P0 en T = 0 deducida con anterioridad
8π pF
Z
P0 = 3 dp p2[ǫF − ǫ(p)]
h 0
p
en el caso relativista ǫ(p) = m2e c4 + p2 c2 − me c2 , y el cambio de variables x = p/mc
lleva inmediatamente a
8πm4e c5 xF
Z
2
q √
2
P0 = dx x [ 1 + xF − 1 + x2 ]
h3 0

con xF = pF /me c. Al hacer la integral, queda


π 4 5
P0 = m c A(xF )
3h3 e
con q
A(xF ) = xF (2x2F − 3) 1 + x2F + 3 arg sinh(xF )
Esta función es monótona creciente con los siguientes desarrollos en serie:
8x5
A(xF ) → 5F + o(x7F ) si x → 0
4 2
A(xF ) → 2xF − 2xF + o(log(xF )) si x → ∞

Para xF = pF /me c = 1,23 válido para los valores de Sirio B, es A(xF ) = 3,155 y la
presión es P0 = 6,0 × 1021 Pa que, como anticipamos, es unas 100 veces mayor que la
presión ejercida por el gas de los núcleos de helio.
Bajo esta presión tan grande, el sistema de electrones explotarı́a si no hubiese algo
que lo confinase. Ese algo no es más que la atracción gravitatoria. Si quisiéramos hacer el
problema bien hecho, debiéramos añadir la energı́a gravitatoria a la energı́a cinética en el
hamiltoniano. Sin embargo, se puede hacer una simplificación que da resultados cercanos
a un tratamiento más riguroso. Como ya hemos dicho, la atracción gravitatoria es debida
5
Esto no es necesario para los núcleos de Helio, para los que la masa en reposo mα c2 ≈ 6,02 ×
10 K = 3,8 × 103 MeV es mucho mayor que la energı́a cinética kB T ≈ 860eV para T = 107 K.
−16
182 Gas ideal de fermiones.

básicamente a los núcleos de helio, que son muy masivos, mientras que la presión es
debida al gas de electrones. Por lo tanto, consideramos los dos efectos separadamente.
Consideraremos que la estrella adopta una forma esférica. Como consecuencia de la
acción de la gravedad, la densidad dentro de la estrella no será uniforme, sino que
será más densa en el centro que en los extremos6 . Sea n(r) la distribución de densidad
dentro de la estrella. La masa contenida dentro de una esfera de radio R es
Z R
M(R) = 4πr 2 n(r)dr
0

y la energı́a gravitatoria de una esfera de radio R es


Z R
M(r)dM(r)
V (R) = −G
0 R
Si la densidad es uniforme n(r) = n, sale el conocido resultado
3 GM 2
V (R) = −
5 R
En el caso de que n(r) no sea constante, la energı́a gravitatoria es
GM 2
V (R) = −α
R
con α un número de orden 1 que depende de la distribución detallada de masa dentro
de la esfera. Chandrasekhar encontró α = 2/3.
Supongamos que el sistema está en equilibrio mecánico bajo la acción expansiva de la
presión y la acción contractiva de la gravedad. La presión P0 depende de la densidad n y,
por tanto, depende del volumen V = N/n o del radio R. Escribimos, pues, P0 (R) como
la presión del gas de electrones. En una situación de equilibrio, la energı́a total está en un
mı́nimo. Si, perturbamos la situación de equilibrio mecánico expandiendo el radio de la
esfera en un valor dR, la energı́a realizada por la fuerzas de presión es −P0 (R)4πR2 dR
2
mientras que la energı́a gravitatoria cambia en α GM R2
dR. La variación total de energı́a
ha de ser cero, lo que da:
α GM 2
P0 (R) =
4π R4
como una relación entre el radio R, la masa M y la presión P0 de la estrella. Substi-
tuyendo la presión P0 debida al gas de electrones, tenemos la relación
π 4 5 α GM 2
m c A(xF ) =
3h3 e 4π R4
con  
pF 3n h
xF = =
me c 8π me c
6
Esto contradice nuestra imagen del gas de Fermi en equilibrio a una densidad uniforme constante
y no es más que la consecuencia de no haber considerado simultáneamente los efectos de la presión y
la atracción gravitatoria .
15.2 Enanas Blancas. 183

N N
Reemplazamos ahora la densidad promedio n = 4 πR3 con M = 2
mα , lo que lleva
3
finalmente a:  1/3 
m m2
A =2 4
r r
donde hemos introducido las variables adimensionales
M R
m≡ , r≡
M0 R0
con 1/2
(~c/G)3/2

9 3π
M0 = = 1,44MJ
4 α3 m2α
s
27π~3
R0 =
4αm2e m2α Gc
(COMPROBAR TODO ESTO). El tratamiento más riguroso que hace Chandrasekhar
lleva a esta misma fórmula pero con unos valor ligeramente diferente para R0 = 1,04 ×
107 m en vez de R0 = 7,0 × 106 m como predice esta fórmula.
La relación entre la masa m y el radio r se puede resolver gráficamente. Es interesante
1/3
estudiar los lı́mites dados por el comportamiento asintótico de la función A(x). Si mr →
 1/3 5 2
0, usamos A(x) → 85 x5 para obtener 85 mr = 2 mr4 de donde

4
r → m−1/3
5
es decir, el radio aumenta a medida que la masa de la  estrella4es menor. En el lı́mite
1/3 1/3 2
opuesto mr → ∞ usamos A(x) → 2x4 para obtener 2 mr = 2 mr4 , lo que lleva a
m → 1. Es decir, que m → 1 cuando r → 0. Soluciones no fı́sicas se obtienen cuando
m > 1 (M > M0 ), lo que lleva a la existencia de una masa máxima para la estrella. Para
masas mayores que M0 , la atracción gravitatoria es tan grande que la presión del gas
de electrones es insuficiente para evitar el colapso gravitatorio. La manera como r → 0
cuando m → 1 se puede obtener usando un término más del desarrollo de la función
A(x) = 2x4 − 2x2 , lo que nos permite obtener:
p
r → m1/3 1 − m2/3

La imposibilidad de existencia de una estrella enana blanca con una masa mayor que
M0 = 1,44MJ es una de las predicciones más sorprendentes de la teorı́a, conclusión
que, por otra parte, se ve corroborada por los resultados observacionales presentes.

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