La luz de Egipto

O
“La ciencia del Alma y
las Estrellas”

Thomas H. Burgoyne

Vol. 2
“Escribe las cosas que viste, y las cosas que
son, y las cosas que serán; EL MISTERIO
DE LAS SIETE ESTRELLAS, que viste en mi
mano derecha”.
Revelaciones, cap. 1:19 y 20.
Dedicación: a la floreciente espiritualidad de
occidente y al genio surgiente de la raza
occidental, este trabajo está
respetuosamente dedicado, por el autor.
Prefacio del publicador:
Ninguna explicación es necesaria, más allá
de corroborar al autor en todo lo que ha dicho
en su en alguna manera inusual prefacio.
Hemos disfrutado, inmensamente, nuestro
trabajo de darle al mundo esta remarcable
serie de libros de Ocultismo, y apreciamos el
gran patronazgo que recibieron del público
lector, por el cual les damos nuestras
sinceras gracias. Esperamos en el futuro
cercano nos dé el trabajo referido por el autor
en su prefacio, como indudablemente será
una gran revelación de leyes Ocultas que
gobiernan nuestra pequeña Tierra en su
relación con nuestro Sol y sistema solar, del
cual forma una parte, y dar mucha luz sobre
esos asuntos que han estado encerrados en
el misterio.
“La luz de Egipto” se encontrará que es una
librería Oculta en sí misma, un libro de texto
de conocimiento esotérico, expresando la
“religión de la sabiduría” de la vida, como es
enseñado por los Adeptos de la Filosofía
Hermética. Ricamente repagará a todos los
que estén buscando la vida superior el
estudiar cuidadosamente este libro, ya que
contiene en una palabra la sabiduría de las
Eras en lo concerniente al hombre y su
destino, aquí y en el más allá. Las primeras
ediciones en Londres y América, también la
francesa, encontraron viva crítica de los
Teosofistas de Blavatsky, porque aniquiló
aquella agradable ilusión del “karma” y “la
reencarnación” de las mentes de todos los
amantes de la verdad por el amor a la
verdad.
“Las tablas del Aeth” es un gran y poderoso
libro, ya que contiene la quintaescencia de la
filosofía Oculta y Hermética, como es
revelada por la ley espiritual. “Penetralia”* es
una nueva revelación, e invaluable para los
estudiantes de lo Oculto, ya que es la
experiencia personal de un alma
desarrollada.
* Parte o ámbito interior de un edificio.
Para todos los amantes de la Verdad
respetuosamente recomendamos este Libro
de los Libros, ya que han sido justamente
llamados por muchos quienes son
competentes para criticar sus enseñanzas.
Fue el deseo del autor que su nombre sea
retenido del público, conociendo bien que las
enseñanzas contenidas en su trabajo
probarán su lema: “Omnia Vincit Veritas” (la
verdad triunfa).
Ahora que nuestro autor ha pasado más allá
del poder del mundo para halagarlo o
condenarlo, y ha entregado su pensamiento
para la elevación de la familia humana, es
simple justicia que sea conocido por el
mundo como su maestro de un pensamiento
superior que procedió de él. Él se retrajo de
la notoriedad pública, y modestamente
rechazó ser públicamente conocido por el
mundo como uno de sus líderes espirituales
por el ciclo al que la Tierra y sus habitantes
entraron, pero el tiempo ha llegado para
anunciar públicamente la autoría de los
trabajos publicados anónimamente bajo el
símbolo de Zanoni , y sus escritos son
para ser juzgados por sus méritos, y no por
prejuicios ni gustos personales como vistos
desde el plano humano de la vida.
Se movió en el mundo, comparativamente
desconocido de la mayoría del mundo, y sus
mayores amigos, aunque mistificados, no
entendieron su verdadero valor en grandeza
espiritual. La máscara, o persona, a menudo
se esconde de la vista el ángel disfrazado.
Por tanto nuestro autor debe ser juzgado por
lo que escribió, y no por sus calumniadores y
personificadores. El verdadero estudiante de
Ocultismo siempre juzga el árbol por sus
frutos. Si los escritos de nuestro autor son
juzgados por este estándar, permanecerán
como un faro luminoso para las rondas
superiores a las nuestras.
PREFACIO
Estas lecciones fueron promulgadas para
unos pocos de mis pupilos como
“Estudiantes privados de Ocultismo”, hace
varios años. Ha llegado la hora de darlas al
mundo como un acompañamiento del primer
volumen de “La luz de Egipto”.
Es el deber de los estudiantes de Ocultismo
familiarizarse con los asuntos aquí
discutidos. Deberían conocer las ideas de
nuestros ancestros en lo referente a ellas y
familiarizarse con su pensamiento, para
apreciar la sublime sabiduría y conocimiento
de la Naturaleza como ellos las enseñaron,
de otro modo les haremos, como a nosotros
mismos, una gran injusticia. La historia del
Ocultismo trae consigo el hecho de que es
muy poco lo que es nuevo en la actualidad.
La ordenación y clasificación del
pensamiento difiere durante cada ciclo de
tiempo sobre las diferentes espirales, y,
como la frutación sobre las rondas inferiores
de la rueda progresiva del destino de la
Naturaleza, la variedad y la calidad son
diversas; así, similarmente, encontramos que
son las manifestaciones mentales. Esta Era,
sin embargo, es bendecida con una gran
variedad y abundancia de pensamiento, en
lenguaje claro, que debería iluminar las razas
de la Tierra con el modus operandi de la
Madre Naturaleza en todos los
departamentos del pensamiento humano.
Esperamos que estos capítulos ayuden a
lograr este fin, e indudablemente muchos
estudiantes encontrarán la clave que
destrabará los misterios velados en símbolos
y jeroglíficos por antiguos escritores. El
objeto del autor fue hacer claro y fácil de
entender estos asuntos. Mucho, sin embargo,
fue dejado para el estudio privado y la
investigación, porque muchos grandes
volúmenes pueden ser llenados si se hace
una descripción detallada de cada asunto,
tarea que se deja para los que estén
inclinados a hacerlo. Una gran recompensa
aguarda para aquellos investigadores
espirituales quienes seguirán los caminos y
líneas aquí mapeadas sobre Astrología
Espiritual, Alquimia y otros asuntos. La
meditación y la aspiración abrirán tesoros
escondidos que probarán ser una bendición
para los estudiantes de lo Oculto, porque la
Astrología y la Alquimia son las dos grandes
ciencias que explican el por qué y las
razones para lo que vemos y
experimentamos sobre todos los planos de la
vida. En esta Era no deberían ser escondidas
estas verdades Divinas. No podemos
esconder nada en el aire, y por esta razón el
sol en Acuario desenterrará y revelará al
hombre todo lo que el presente ciclo tiene
para darle durante el pasaje del Sol por este
signo aéreo.
El signo acuático, Piscis, por el que el Sol se
manifestó los pasados 2.160 años, le dio al
hombre poderes secretos y atributos
escondidos en vapor como un poder motor,
que el hombre masterizó completamente. Del
mismo modo masterizará las fuerzas aéreas
durante el actual sub-ciclo del Sol en Acuario.
Ya lo vemos usando aire líquido y
comprimido como un poder motor, que
gradualmente tomará el lugar del vapor a
medida que el Sol se adentre más en el
signo, o constelación, de Acuario. Los
hombres se volverán inmensamente más
sabios que lo que fueron, y esperamos que
dejen registro escrito de sus logros en ciencia
y arte para mostrar a las razas futuras su
status mental sobre todos los asuntos para la
edificación y la iluminación de las razas
venideras.
A nuestros ancestros les fue negado este
gran privilegio. Consecuentemente su
sabiduría es sólo simbolizada para nosotros
en una manera que nos es difícil de leer e
interpretar correctamente; aunque nosotros
quienes tenemos la clave para sus símbolos
podemos leer precisamente la verdad que
deseaban transmitir, que se manifiesta
claramente a todos los capaces de entender
e interpretar el simbolismo y la
correspondencia correctamente. La historia y
la Naturaleza se repiten a sí mismas en cada
ciclo de tiempo; por tanto esas fuerzas y
potencialidades son naturales para el signo a
través del que el Sol se manifiesta. Podemos
retroceder o avanzar por el Zodiaco Solar y
leer correctamente la historia del canoso
pasado, como también el presente y el futuro,
teniendo en mente el signo y el ciclo en
manifestación de cualquier periodo dado.
Cuando llegue el momento apropiado, un
trabajo será dado al mundo para probar a la
humanidad la ley de los ciclos.
Dios está presente en todas las Eras y razas,
manifestando Su amor y sabiduría a través
de infinitas creaciones, y Él graba, en Su
propia manera, el más detallado registro de
cualquier evento que tenga lugar, así dando
al hombre una completa historia de Sus
trabajos y voluntad, para la iluminación del
hombre, para que él, también, pueda
cooperar inteligentemente con su Dios en
toda forma en que la inteligencia quiera
manifestarse.
La historia prehistórica no está borrada del
laboratorio de la Naturaleza. El Libro Astral
de la evolución Kármica un día revelará sus
tesoros escondidos a un mundo en espera de
tal manera que sorprenderá e iluminará a la
humanidad mientras los ángeles
registradores dan aquellas gemas de verdad
que ellos han tan celosamente guardado por
indecibles ciclos de tiempo, simplemente
porque el momento no estaba maduro para
su divulgación.
Hay un momento para todo, y cuando ese
tiempo llegue toda la historia pasada de la
evolución de nuestro planeta será escrita en
una forma inteligente para la iluminación y
educación del hombre como la obra maestra
del Dios Viviente. De este modo el hombre
adorará a la Deidad y perfeccionará su
naturaleza Divina, hasta la Angelidad.
Si este volumen de “La luz de Egipto”
encuentra la misma apreciación que encontró
el primer volumen, que pasó por cuatro
ediciones, y aún está creciendo a favor todos
los días (además de ser traducido al francés),
el autor sentirá que sus esfuerzos no fueron
desperdiciados, y confía en que la raza habrá
sido beneficiada por haber leído sus escritos.
Como esta contribución es póstuma para el
mundo, el autor desea, en esta conexión,
pagar una deuda de gratitud y grato
reconocimiento a su estimado pupilo y amigo,
el Dr. Henry Wagner, quien ha publicado tan
generosamente casi todos sus escritos. Sin
su ayuda y asistencia no podríamos haber
sido capaces, por nosotros mismos, de haber
dado estos trabajos al mundo. Por tanto,
honro a aquel a quien debo honores.
La sra. Belle M. Wagner ha sido elegida por
los Masters como mi sucesor espiritual y
representante de la Hermandad Hermética
de Lúxor, y así perpetuar la cadena de
conexión saliente entre aquellos en el reino
de la vida superior con los que están sobre el
plano saliente.
Ella es nuestra elección, y una muy capaz de
ocupar mi lugar.
Hago esta afirmación para el beneficio de mis
pupilos y estudiantes Herméticos en general,
ya que soy personificado por fraudes e
impostores, proclamando ser Zanoni. Verbam
sap (palabras de sabiduría).
Pido que un facsímil de mi firma y símbolo
acompañen este prefacio.
Dictado por el autor desde el plano de la vida
subjetiva (al cual ascendió hace varios años);
a través de la transferencia mental, bien
conocida por los Ocultistas, él tiene permitido
hablar con aquellos quienes están sobre el
plano objetivo de la vida.
Las adiciones encontradas en este volumen,
no en los manuscritos originales, han sido
suministradas de esta forma. Los dos planos
de la vida, el objetivo y el subjetivo, son
hechos científicos, ya no disputados por
mentes bien informadas, y el intercambio de
pensamiento se volverá casi universal entre
mentes educadas durante el ciclo actual. Por
tanto gran progreso llegará a la Tierra
durante los siguientes 2.160 años, mientras
el Sol manifiesta su gloriosa influencia a
través del símbolo del Hombre.
Agradeciendo a todos y cada uno de quienes
ayudaron en cualquier forma para dar mis
escritos al mundo, yo soy, con amor y
saludos fraternos, siempre suyo. Omnia
Vincit Veritas.
INTRODUCCIÓN AL VOL. 2
¿Qué estudio es más sublime, inspirador y
provechoso, en el más alto sentido, que el
“lenguaje de las estrellas”, aquellos
silenciosos monitores del cielo de
medianoche, quienes revelan SU
VOLUNTAD como causas secundarias en la
administración de la ley universal? La ciencia
de las estrellas en el padre Divino de todas
las ciencias.
Cuanto más serio es el estudio, más
recóndita es nuestra investigación y a través
de nuestra investigación de la “Ciencia de las
Estrellas”, más completamente nos damos
cuenta de la verdad de las palabras del
profesor: “La astrología es la llave que abre
la puerta a todo conocimiento oculto”. Es la
llave que destraba los misterios del ser del
hombre; su por qué, de dónde, hacia dónde.
Dentro del templo de Urania yace escondido
el misterio de la vida. Los indicios están ahí,
escritos con el dedo del Infinito en los cielos.
Es nuestro privilegio hacer nuestro este
lenguaje, y debería ser el serio trabajo de
todo verdadero estudiante de la Naturaleza
adquirir un correcto entendimiento,
comprensión e interpretación de estos
símbolos divinos. Y, como todos los
estudiantes de cualquier lengua buscan la
derivación de palabras y expresiones,
buscando la raíz, o palabra tallo, y su origen,
así debería el estudiante de astrología,
mediante el sincero deseo y el serio estudio,
buscar conocer el origen y raíz de estas
palabras estelares y expresiones complejas
del “lenguaje de las estrellas”.
El Sol, la Luna y los cinco planetas* de
nuestro sistema solar son para nosotros
símbolos de rayos reflejados y refractados de
los atributos triunos del gran Sol Espiritual
Central: Vida, Luz y Amor, análogos a los
tres colores primarios en la Naturaleza, que
se refractan aún en cuatro secundarios o
colores complementarios, rayos o atributos,
los siete constituyendo los principios activos
de la Naturaleza, los siete rayos del espectro
solar, las siete notas de una escala musical
perfecta, siendo una perfecta
correspondencia, y todas son sólo diferentes
modos de vibración o actividades de la
Inteligencia Suprema.
* Urano y Neptuno corresponden a una octava superior.
Y, como sabemos, los siete rayos de color se
reflejan en una casi infinita variedad de tintes,
que, octava sobre octava, son construidos
sobre los siete tonos naturales en música;
como así también, son los siete principios
activos divididos y subdivididos en formas
innumerables, cualidades y manifestaciones
de la primera trinidad –Vida, Luz y Amor,
siendo la vida la manifestación de las
segundas dos, amor y sabiduría, que a su
vez son la expresión dual del “Uno”.
Sobre el conocimiento de estas Divinas
verdades Pitágoras construyó la teoría de la
“música de las esferas”. Hagamos una pausa
y escuchemos esta música celestial.
Los soles y sus sistemas de planetas suenan
en tonos profundamente graves y ricos
tenores, mientras las razas angélicas toman
los plateados agudos de la Divina melodía,
octava sobre octava, por más y más sistemas
etéreos sobre sistemas, hasta el mismísimo
trono de la Deidad –la Infinita, Eterna fuente
de Luz, Vida y Amor. Aprendamos, a través
del conocimiento de las estrellas, a sintonizar
nuestras almas para vibrar con la armonía
Divina, para que podamos tomar nuestros
lugares en el coro celestial y mezclar
nuestras voces con aquellos celestiales
cantantes, cantando el himno Divino: “Te
Adoramos, Oh Dios”.
Para resumir. Si queremos conseguir un
correcto conocimiento de la ciencia astral
debemos estudiar astrología en su aplicación
universal, lado a lado con su fase más
intrincada y los detalles, como es
manifestada sobre el hombre individual y su
destino material.
Vamos a desviarnos por un momento. Las
mentes intelectuales, los científicos
materialistas, quienes cavilan frente a la
“ciencia de las estrellas”, declarándola ser
una mera adivinación-de-la-fortuna,
consecuentemente falsa, sólo airean su más
profunda ignorancia respecto a este asunto
de lo más profundo, desconociendo que
abarca y contiene todas las ciencias, todas
las religiones, y que siempre fue y será,
abarca toda la historia de toda Era, las razas,
imperios y naciones; que es la única
verdadera cronología, y marca el destino, no
sólo del hombre personal sobre todos los
planos, sino de la familia humana como un
conjunto. Todas las mitologías encuentran su
explicación en este lenguaje estelar, y toda
religión está fundada sobre los movimientos
de nuestro sistema solar. El advenimiento y
caída de imperios y razas de hombres están
escritos en sus páginas.
Para masterizarla tanto como seamos
capaces, y que nuestro espacio de vida
limitado aquí lo permita, debemos perseguir
el estudio en su sentido más amplio, como
dijimos, en la aplicación externa del influjo
estelar y sobre los planos interiores de acción
desde Dios hasta el mineral, el mineral hacia
el hombre; sí, y el hombre hacia el ángel,
encontrando en cada sección una perfecta y
completa correspondencia.
Masterizar el alfabeto debería ser el primer
paso, cuyas vocales, diptongos y
consonantes son los planetas y el brillante
Zodiaco. Es muy esencial comprender
claramente la acción y reacción de los
planetas sobre el organismo humano, como
una parte integral del organismo universal;
siempre recordando que las vocales
estelares, en combinación con las
consonantes, o Zodíaco, forman las
expresiones infinitas que abarcan el lenguaje
de los cielos estelares en su manifestación
tripartita sobre los planos externos de la vida;
mientras las radiantes constelaciones son las
ideas que encuentran expresión a través de
este lenguaje, que es similarmente una
ciencia, precisa en su construcción
matemática y perfecta en proporción
geométrica.
El estudiante debe siempre tener en mente
que la astrología, como toda otra ciencia, es
progresiva. Los principios subyacentes son
siempre los mismos. Son como las “leyes de
los Medos y Persas”, pero el plano de acción
está constantemente cambiando.
Es una verdad bien establecida e
indisputable que desde el sol, el centro solar
de nuestro sistema, se deriva toda fuerza,
todo poder y variedad de fenómenos que se
manifiestan sobre la Madre Terra. Por tanto,
cuando recordamos que el padre solar pasa
a través de un signo en su Zodiaco celestial
en 2.160 años, una doceava parte de su
órbita de 25.920 años, vemos que desde
cada signo a su vez él (el Sol) irradia un
peculiar influjo hacia aquel signo especial; y,
como nos hay dos signos similares en
naturaleza o cualidad, por tanto el pasaje del
Sol de un signo a otro causa un cambio de
polaridad en la acción planetaria, lo que
puede ser completamente demostrado y
conclusivamente probado. Se sigue, como
una secuencia natural, que las reglas
formuladas y enseñadas por astrólogos en
referencia al plano de la influencia planetaria
en un sub-ciclo no se mantendrán en el
siguiente. Para ilustrarlo: en el año 1881 el
Sol pasó desde el signo de Piscis al de
Acuario, así empezando un nuevo ciclo de
fuerza solar. La raza humana entró sobre un
ciclo en todo aspecto diferente en naturaleza
y acción respecto del pasado ciclo de 2.160
años. El signo de Acuario es masculino,
eléctrico, positivo. Es intelectual en carácter,
científico, filosófico, artístico, intuitivo y
metafísico. Es el signo del Hombre. Las
verdades del pasado se están eterealizando.
Nuestro padre solar apenas cruzó el umbral
del signo de Acuario, y ya observamos en
muchos sentidos las actividades de un influjo
peculiar. Es apenas el primer baño del
amanecer de una nueva Era, el heraldo de
un glorioso día para nuestra raza. En la luz
de esta verdad, reflexionemos bien acerca de
la naturaleza del influjo radiando desde el
centro solar, con cada orbe de su brillante
familia absorbiendo un rayo diferente, o
atributo, de energía solar, correspondiendo a
su propia naturaleza peculiar. La Tierra, en
su pasaje anual cerca de su padre solar,
recibe las armoniosas o discordantes
vibraciones de su influjo astral de acuerdo a
los muchos ángulos que ella forma respecto
de los varios planetas.
Vemos entonces, que la Tierra está envuelta
en una atmósfera, o zona, de fuerza oculta
que reconocemos como humana, mental,
positiva, etc., accionando y reaccionando
sobre la familia humana a través de las leyes
de vibración en una proporción exacta y
estricta respecto de su capacidad interior
para recibir y la habilidad para externalizarla
sobre el plano material del ser. Los
resultados, hasta donde llegó esta etapa de
la existencia, serán manifiestos a medida que
el hombre vibre armoniosamente o de otra
forma respecto de la causa estelar.
El actual sub-ciclo produce una influencia
enteramente diferente respecto del ciclo
pasado, cuya fuerza fue acuosa, magnética y
femenina, causando una guerra entre los
elementos, confusión e incertidumbre, hasta
que lo viejo fue desplazado por las nuevas
condiciones. Deberíamos aprender de estos
hechos que es una locura etiquetar como
falso y condenar como inútil las reglas y
fórmulas, e incluso el pensamiento religioso
del pasado, cuando nos encontramos en
investigación cuidadosa y pruebas cruciales
su inadecuación para dar cuenta de las
condiciones actuales. Fueron ciertas en su
ciclo, y aplicadas a las condiciones pasadas
y estados de desarrollo mental. Pero en esta
nueva Era, sobre cuyo umbral ahora nos
paramos, las vibraciones se vuelven más
intensas. Toda la naturaleza del hombre está
siendo afinada a una nota superior. No
debemos olvidar que esos ciclos aplican a la
raza en su efecto, y respecto del individuo
sólo como una parte integral del todo. Para
ilustrarlo, el signo de Acuario es una
influencia eléctrica, positiva y masculina, y
consecuentemente manifestará sus
actividades principales sobre las cualidades
masculinas del alma humana; y hasta hoy
hemos evidenciado esto en la emancipación
de la mujer, despertando los atributos
positivos de su naturaleza en la demanda de
iguales derechos con su hermano, el hombre,
en la arena política, como ya hizo en el
campo de la educación. La porción masculina
de la raza se está volviendo más agresiva,
mentalmente, afirmando mayor
individualidad, pensamiento independiente y
acción. El intelecto de la raza está siendo
dirigido, aunque lentamente, hacia canales
científicos, mientras el alma humana está
lentamente despertando a un sentido de
inmortalidad sin muerte y un deseo por
verdad espiritual. Está lenta pero
seguramente sacudiendo el yugo de un
sacerdocio decadente y el hombre inteligente
habla de una nueva Era científica e
intelectual que ha amanecido sobre el
mundo; de la necesidad de un nuevo sistema
religioso, basado sobre verdades científicas,
que pueda ser demostrado, combinado con
la pura esencia espiritual encontrada en
todos los sistemas de religión; una religión
con más espiritualidad y menos teología; una
mayor caridad y menor dogma, y con un más
profundo amor de Dios y el hombre, como su
único credo.
Debemos ahora considerar la influencia
astral del ciclo sobre el organismo físico de la
humanidad, y particularmente de las razas
Occidentales, quienes se están moviendo
sobre el arco ascendente del ciclo. Es
bastante evidente que un cambio radical
debe tener lugar en la forma y constitución
físicas con el influjo de vibraciones más
intelectuales, etéreas y espirituales. El
organismo debe volverse más refinado y
compacto, se logrará un mayor grado de
sensibilidad con un sistema nervioso
altamente superior. El precursor de este
organismo superior es ahora evidente en las
numerosas escuelas de cultura física y
gimnasios por toda la tierra, los muchos
artículos y panfletos sobre respiración rítmica
y profunda diseminadas entre las gentes, y
último pero no por eso menos importante, las
muchas escuelas de sanación mental, etc.
Las masas buscan maravillas, mientras
exclaman: “¡Qué cambios maravillosos llegan
al mundo!” pero son completamente
ignorantes de la causa del misterioso cambio.
Para el estudiante de Filosofía Hermética no
hay misterio envuelto. Él conoce la causa, y
confiadamente busca el efecto.
Cada uno debe buscar comprender por sí
mismo, de acuerdo a la luz que puede recibir,
basando sus premisas sobre los
VERDADEROS PRINCIPIOS de la
astrología, cuidadosamente notando el
aspecto triuno de la influencia planetaria
sobre la humanidad, siempre recordando que
el Sol y la Luna son los grandes factores del
destino humano, y que sus premisas y
conclusiones deben ocupar el mismo plano.
Habiendo adquirido un conocimiento de la
ciencia en su aplicación sobre el individuo,
tomando el campo más amplio, o aspecto
universal, como se aplica a la razas
humanas, y encontrarás el ascenso y caída
de naciones, imperios y familias marcados
sobre el dial celeste, y en perfecto acuerdo
con la influencia del Sol y los planetas sobre
la Madre Tierra, en sus varios movimientos.
Y finalmente, pero más importante, busca
con un serio deseo la verdad para aprender
la relación de esas brillantes constelaciones
del brillante Zodíaco respecto del alma
humana y su influencia en dar forma a su
eterno destino. Esto te revelará toda la
involución y evolución en un sentido general.
Un fiel, serio y devoto estudio de la “Ciencia
de los Cielos Estrellados” nos guiará hacia
otros planos de pensamiento, que tienen que
ver con reinos más interiores de
conocimiento de los que quizás hayamos
soñado, y, en las palabras del máster: “Un
verdadero conocimiento de las estrellas
incluirá un verdadero conocimiento del alma”,
y nos daremos cuenta “del vínculo místico
que une al alma con las estrellas”.
MINNIE HIGGIN

CAPITULO 1
EL ZODIACO
Para el astrólogo ordinario el Zodíaco es
simplemente una banda de espacio, de diez
y ocho grados de ancho, en los cielos; el
centro que marca el sendero del Sol durante
el espacio de un año de 365 días, etc.
Los doce signos son para él simplemente
treinta grados de espacio (12 veces 30 es
igual a 360), llevando los nombres de
constelaciones que una vez los ocuparon. Ni,
él, como regla, imagina en algún sentido que
los signos (constelaciones) todavía están ahí,
y que el poder y potencia de los doce signos
se deriva de las estrellas que ocupan la
banda Zodiacal de los cielos.
Pero no es así, como cualquier astrónomo
ordinario bien sabe. Este sólo hecho, el
cambio gradual de las constelaciones, el
DESPLAZAMIENTO, digamos, del influjo
estelar de un signo a otro sin ninguna
TOLERANCIA en las reglas del astrólogo
para tal cambio, ha sido una de las mayores
obstrucciones a la expansión popular del arte
entre las MENTES EDUCADAS. Discuten los
científicos: La “influencia ardiente de Aries”,
si depende de las estrellas de aquella
constelación, debe ahora estar despojando
de su calor al signo de Piscis, y Aries debe
estar obstruyendo la terrena naturaleza
Taurina. Así, también, los señores de esos
signos deben ser cambiados, pero que no lo
han sido puede probarse por el hecho de que
nuestros más tempranos registros de aquel
difuso, histórico pasado muestran,
igualmente bien como nuestros últimos
“libros de texto”, que Marte es el señor de
Aries –un planeta ardiente en un signo
ardiente; pero los astrólogos aún dicen que
Piscis es acuoso y Aries ardiente, LO CUAL
NO ES EL CASO, SI LAS ESTRELLAS
TIENEN ALGUNA INFLUENCIA EN
ABSOLUTO. “No es necesario”, dicen los
pensadores lógicos, “aprender su abstrusa
ciencia si podemos demostrar que las bases
sobre las que descansan sus conclusiones
son en todo sentido fundamentalmente
falsas”. Los hechos científicos del caso son
como siguen: la influencia de los doce
signos, como son descritas por los
astrólogos, son un engaño, porque en todas
las Eras reportan lo mismo: mientras
NOSOTROS SABEMOS que cada 2.160
años cada signo se retrasa 30 grados, y,
como tu arte no hace sitio para esto, es falso.
Porque, si la influencia de los doce signos no
emana de las estrellas ocupando el espacio
de esos signos, debe emanar de la nada –
una doctrina muy adecuada, sin duda, para
mohosos viejos sabios de tu supersticiosa
Caldea, pero bastante fuera de la corte/
cancha en nuestra Era progresiva, la última
década de nuestro culto y científico siglo diez
y nueve.
Hasta aquí, vamos bien. Y así el mundo gira
por su brillante sendero en los cielos,
prestando poca atención a las conclusiones
lógicas de una ciencia exacta. Pero para un
iniciado de aquellos principios internos de la
constitución de nuestro planeta todos esos
conflictos mentales tienen un significado y un
propósito dentro de la economía divina de la
Naturaleza; porque ni es sabio ni conveniente
que las masas, con una ciencia popular a la
cabeza, pueda entender las verdades que la
Madre Naturaleza reserva SOLO para sus
propios sacerdotes devotos.
El brillante Zodíaco, con su miríada de
constelaciones y sus perfectos sistemas de
galaxias estrelladas, deriva su sutil influencia,
como es impreso astrológicamente sobre la
constitución humana, del centro solar de
nuestro sistema solar, NO DE LAS
ESTRELLAS que ocupan las doce
mansiones del espacio. Aries, el ardiente, y
PISCIS, el acuoso, SIEMPRE ESTÁN AHÍ, y,
en lugar de ser un argumento contra la
astrología, es una de las mayores verdades
que, en todas las Eras y tiempos, Aries, fue
siempre el primer signo del Zodíaco, AL
IGUAL QUE Piscis es el último.
Para transmitir lo que queremos decir, vamos
a desviarnos por un momento y mostrar una
ilustración que se adecúa a esta situación. La
condición de nuestra atmósfera y los objetos
que nos rodean (vegetación, etc.), tienen una
condición peculiar y un magnetismo propios
cuando son observados exactamente al
amanecer. Hay una frescura y un sentido
particular de firmeza no visible en cualquier
otro momento. Si este estado pudiera ser
registrado por cualquier instrumento y
comparado con cualquier otro juego de
periodos durante el día, ofrecería un marcado
contraste. Dos horas más tarde hay otra
influencia muy diferente, y al mediodía hay
un maravilloso contraste. Lo mismo puede
decirse del ocaso, y otra vez a la
medianoche; y finalmente, nota la diferencia
dos horas antes del amanecer. Este es el
periodo más frío de todas las 24hs. Esos son
los hechos, y aún así nuestros corazones
están todos latiendo con el mismo flujo vital,
y la Tierra no está muy lejos de su padre Sol;
aún así es el ángulo al que nosotros, LOS
HABITANTES, recibimos la luz Solar lo que
hace toda la diferencia entre el amanecer y el
ocaso, el mediodía y la medianoche.
Cuando a estos hechos se les agrega que el
amanecer, el mediodía, el ocaso y la
medianoche es el mismo instante, todo el
tiempo, para todas las muchas, diferentes
porciones del globo, esto demuestra de la
manera más conclusiva que la Tierra en sí
está envuelta, por decirlo de alguna manera,
en un completo círculo de condiciones muy
similar a los doce signos del Zodíaco
celestial.
Si aplicamos la anterior ilustración a los doce
signos del Zodiaco, veremos una perfecta
analogía. Encontraremos que cuando el Sol
alcanza el ecuador celestial, de modo que es
igual día e igual noche sobre la Tierra, que él
está sobre la línea del horizonte celestial; es
el amanecer cósmico. Por tanto Aries, el
ardiente Azoth, empieza su influjo activo, y se
extiende por treinta grados, igual a dos horas
del día natural.
Son las ardientes corrientes rojas de la vida
que despierta que todos manifestamos al
amanecer; luego viene un cambio de la
polaridad magnética después del primer flujo
ardiente de vida cósmica; el jubiloso parloteo
de los pájaros y el cacareo de las aves de
corral. Una reacción es notada; todas las
cosas antes activas se ponen en descanso y
quietud.
Así es con la vegetación, con la vida infantil,
con las condiciones cósmicas.
Esto se corresponde con el signo de Tauro.
Es el influjo solar, removido treinta grados
desde su punto de equilibrio hacia el Norte.
Como este signo representa los poderes de
absorción, vemos que en este periodo la vida
animal y vegetal está silenciosamente
absorbiendo, para su propio uso, las
ardientes corrientes de vida solar.
Otra vez vemos la actividad del influjo solar
desde un ángulo diferente y cambio de
polaridad, y todas las cosas se vuelven
activas, es la fuerza ejecutiva. Esto
corresponde al signo de Géminis. Es el influjo
solar, sesenta grados removido desde su
punto de equilibrio. Luego llega otro cambio
de polaridad magnética. Es el descanso del
trabajo; es el mediodía. Esto corresponde a
Cáncer. La analogía es perfecta. Es el influjo
solar, noventa grados removido desde su
punto de equilibrio hacia el Norte, y el punto
más alto en el arco de su viaje aparente y
vida cósmica. Es el equilibrio de las fuerzas
vitales.
Otra vez los ardientes influjos solares
empiezan su actividad, y, como la parte más
cálida del día es alrededor de dos horas
después del mediodía, o el medio del día,
también el influjo solar es más potente en
este punto en el Zodiaco.
Esto corresponde al signo de Leo. Es el
influjo solar, removido 120 grados desde su
punto de equilibrio y treinta grados hacia el
Sur. Y así mes tras mes, hasta el último,
Piscis, que bien corresponde con los cielos
acuosos de Febrero y el periodo sin vida de
dos horas antes del amanecer de un nuevo
día sobre la Tierra, un nuevo año para el
hombre y un nuevo ciclo en los cielos
estrellados. El Zodiaco, luego, como se
aplica a la constitución humana y la ciencia
de la astrología, tiene su base en el Sol, el
centro y fuente de la vida del planeta; y los
doce signos son los doce grandes espacios
de la órbita anual de nuestra Tierra alrededor
de su padre solar, cada uno típico de su
correspondiente acción sobre nuestras
condiciones terrenales.
Como cada amanecer es diferente en sus
aspectos, también son diferentes dos signos
cualesquiera. El amanecer sobre el primero
de Marzo es completamente diferente sobre
el primero de Mayo. También es el inicio y
final de cada signo, y el inicio y fin de cada
día natural, peculiar respecto de sí mismo.
Cuando nosotros reflejamos sobre las leyes
internas esta acción e interacción, nos
acercamos más y más al mayor hecho
oculto: LA DIVINA UNICIDAD DE LA VIDA.
Encontramos una perfecta analogía entre el
destino, la vida y la expresión de la vida
sobre la Tierra, y la vida y destino material
del hombre corporizado. Él, también, tiene su
amanecer, el inicio de un nuevo día de vida,
el momento de la siembra, la temporada de
florecimiento, cuando la vida viste un tono
rosado; la maduración de los frutos de la
experiencia, su época de la cosecha –puede
ser cizaña o granos dorados; su decaimiento
gradual, el reflujo de las fuerzas vitales y el
helado invierno de la muerte; sus gentiles
céfiros* y destructivos huracanes,
inundaciones y tempestades, periodos de
sequía y plenitud. Dentro de su constitución
triuna hay mareas primaverales y bajas
mareas de fuerzas físicas, intelectuales y
espirituales. El hombre también realiza el
viaje anual alrededor del centro solar,
cuando, en el inicio de cada año nuevo para
él, las fuerzas vitales de su alma son
renovadas, regalvanizadas, por decirlo de
alguna manera, de acuerdo a la polaridad
magnética de su constitución.
* En la mitología griega, Céfiro era el dios del viento del
Oeste.
Y así, toda forma de vida tiene su Zodiaco,
su órbita de vida y destino. Puede ser
infinitesimal, o vasta más allá del
entendimiento, cada uno en su propio plano
peculiar. Así vemos que, todo el universo
visible es un vasto organismo, el médium de
expresión para el invisible universo real –el
alma y Dios, el gran Sol central, el eterno
centro de toda vida, vinculando el conjunto
en una unidad, UNA VIDA.
Los signos celestiales del brillante Zodiaco
no tienen existencia para nosotros aparte del
gracioso y desinteresado movimiento de
nuestra Madre Tierra. Sólo ella realiza
nuestras estaciones, años y destino; y ella
sola, por su movimiento alrededor del Sol,
determina los tronos y mansiones de los
poderes planetarios.
El Zodiaco astrológico de un Saturno o un
Marte no puede ser como el nuestro. Sus
años y estaciones son peculiares a ellos
mismos y sus condiciones materiales; por
tanto las doce constelaciones no tienen
existencia como hechos objetivos de
formación concreta o potencialidad cósmica.
¡No! Pero como símbolos inalterables de
verdad oculta, los dibujos estrellados de las
brillantes constelaciones tienen una verdad
eterna. Pertenecen a las realidades vivientes
del alma humana y su variada experiencia.
Cuáles son los misterios, y cuál es la
conexión que tienen con las doce
constelaciones, formarán el asunto de
nuestro siguiente capítulo.
CAPÍTULO 2
LAS CONSTELACIONES
Las doce grandes constelaciones del cinturón
zodiacal que forman la órbita de la Tierra y el
brillante sendero del Sol alrededor del
universo celestial han sido consideradas
como meras figuras imaginarias, o
emblemas, inventados por unas personas
primitivas y precoces para distinguir los
progresos mensuales del Sol y marcar, de
una manera conveniente, las doce grandes
divisiones, o espacios, del año solar. Para
este fin, SE PIENSA QUE, los varios grupos
de estrellas, llamados constelaciones, fueron
fantasiosamente imaginados para
representar los varios aspectos físicos del
mes, bajo, o en el que, fueron consagrados
por el pasaje del Sol durante el viaje anual,
para que, en algún sentido, los doce signos o
constelaciones fueran simbólicas, no sólo de
las estaciones, sino también de los trabajos
del año.
Que semejante sistema parezca
perfectamente natural para los mitologistas
educados, y que garantice a los antiguos
tanto en una gran concesión hacia este
CONOCIMIENTO INFANTIL es, por
supuesto, bastante perdonable cuando nos
es constantemente dicho, o recordado, que la
ciencia actual (lo que quiere decir “CIENCIA
EXACTA”), no tiene más antigüedad que a lo
sumo un par de siglos.
Incluso el astrólogo más moderno, disertando
sobre la influencia de los doce signos, tiene
poco, si tiene alguno, real conocimiento de
este asunto sobre y más allá del simbolismo
puramente físico antes mencionado. Y quizá
es también que tal condición ignorante
prevalezca, y que la diosa celestial Divina es
no buscada y comparativamente
desconocida. La Urania celestial, al menos,
en tal aislación permanece pura e incorrupta.
Ella es libre de la influencia profanadora de
las mentes polucionadas.
Tal, en un breve esbozo, es la concepción
general de la humanidad en lo tocante a las
brillantes constelaciones que adornan, como
joyas ardientes, la corona del Creador, e
iluminan con su esplendor celestial el
maravilloso pabellón de nuestros cielos de
medianoche. ¿No hay más ahí que un
símbolo de trabajo rural en la brillante
radiancia de la estrellada Andrómeda, el
heraldo de la gentil primavera? ¿Nada, tú
piensas, sino la cosecha de frutos y la
vendimia están en el ardiente brillo de
Antares y el ominoso Escorpión? ¿Están los
hombres tan ciegos espiritualmente que nada
pueden percibir sino el símbolo de la
maduración de la vegetación y los largos días
de verano en el glorioso esplendor de Castor
y su estelar pareja y hermano, Pólux?
Parecería, de hecho, que tan muerto está el
corazón e insensible el entendimiento
espiritual de nuestro propio día ignorante.
Para el iniciado de los misterios de Urania,
sin embargo, esos muertos, dibujos
simbólicos se vuelven cargados con vida;
esos emblemas de trabajo rural o arte rústico
se transforman desde la dura concha
crisolítica y se expanden hacia las
completamente desenvueltas flores de
entidades espirituales, revelando en sus
brillantes, radiantes líneas el terrible misterio
del génesis del alma, su evolución y eterno
destino progresivo en medio de poderosas e
inconcebibles creaciones que vendrán aún;
apuntando cada paso y ciclo en la involución
del alma desde su diferenciación como una
entidad espiritual pura, un rayo de
inteligencia Divina, hasta la cristalización de
sus fuerzas espirituales en los reinos de
materia y su evolución de vida progresiva; los
mismos símbolos eternos de la primavera, el
glorioso verano, el otoño y el invierno de su
ser eterno.
Al hacer este intento, probablemente el
primero de esta Era, para transmitir en
términos simples y sin disfraz los misterios
interiores de las doce constelaciones, el
lector y el estudiante son prevenidos a
pensar profundamente sobre los esbozos
presentados. El asunto es muy vasto para
presentarlo en uno o dos capítulos. Por tanto
esperamos que esta revelación pueda incitar
a los estudiantes a realizar posteriores
investigaciones. El real significado, la
verdadera importancia espiritual de tales
misterios, sólo puede ser entendida y
completamente apreciada después de
prolongada meditación y cuidadoso estudio.
Con esta breve desviación, que
consideramos una advertencia necesaria,
volvemos a nuestra tarea, e intentamos
acompañar a nuestro estudiante hacia el
extraño laberinto del estrellado templo de
Salomón, “la casa no hecha con manos,
eterna en los cielos”.
1. Aries.
“Primero Aries, en su dorada lana”.
Esta constelación representa la primera idea
Divina, la “palabra” del Kabalista, y la primera
manifestación activa del glorioso En Soph.
En otras palabras, es MENTE EN ACCIÓN,
la primera pulsación de Deidad en los
aspectos duales de “Señor y Creador”. Para
el alma humana es, y siempre tipifica, el
desconocido e invisible poder que llamamos
INTELIGENCIA; AQUELLO QUE CONOCE,
y da a cada átomo Deífico de vida esa
distintiva, universal, aunque inmortal fuerza
que no sólo constituye su identidad espiritual
e individualidad física, sino que le permite
pronunciar, en presencia de su Creador,
aquellas palabras místicas: “Yo soy el que
es”. En otras palabras, esta hermosa
constelación simboliza la primera pulsación
del rayo de pura inteligencia que constituye el
Ego Divino del alma humana. Es la fuerza
que impulsa/ obliga siempre hacia adelante al
átomo de vida en su progreso evolutivo, y
nos revela el inicio, o primera manifestación,
del Ego Divino como un átomo activo y auto-
existente de espíritu infinito, dentro de las
esferas angélicas.
Viendo la actual realidad espiritual
simbolizada en Aries, cuán fácil es notar su
completa significancia sobre el plano externo
cuando es refractado y reflejado hacia los
planos inferiores a través de la acción
compleja del organismo humano,
transmitiendo el mismo influjo radical en el
primer mes astrológico y el primer signo del
Zodiaco. Podemos leer un perfecto paralelo
en el influjo astral sobre el cuerpo humano, y
exponer en “La luz de Egipto” vol. 1, que dice
que Aries simboliza el sacrificio y representa
la primavera, el inicio de un nuevo año. La
primera acción de pura inteligencia trajo la
primera expresión de forma, y llevó al
sacrificio de su estado angélico, y, habiendo
ganado la victoria sobre los reinos inferiores
de la materia, una vez más la primavera de
una nueva vida, con la promesa de vida, luz y
amor.
El signo Aries representa los poderes
pensadores de la humanidad; en resumen, el
ser intelectual activo, el señor de la creación
material, el Hombre; y en sus relaciones
cósmicas, como mostramos en “La aplicación
oculta de los doce signos” (vol.1),
encontramos la misma analogía perfecta.
2. Tauro.
“Él (Aries) se voltea y se maravilla
observando al poderoso Toro (Tauro)”.
La segunda constelación de los brillantes
doce representa la primera reacción de la
concepción espiritual. En otras palabras, es
la atención de la mente respecto de sus
propias ideas. En la Kabala representa aquel
estado peculiar de fuerza ejecutiva de la cual
es simbólicamente dicho: “Y el Señor vio que
era bueno”, después de cada acto de
creación.
Cuando la inteligencia primero manifestó su
propia forma fue un asunto de necesidad, y,
como ninguna forma puede existir sin
materia, Tauro es la primera emanación de
materia en su estado más eterealizado. Por
tanto es femenino, Venus es su gobernador,
y representa la primera forma pura del alma
humana, como existió en su brillante paraíso
dentro de las esferas angélicas de sus
padres, y nos revela la primera sorpresa de
inteligencia en embrión, la primera sensación
de consciencia, por decirlo así, consciente de
su Divina individualidad. Por tanto “Él (el
espíritu macho de fuego puro, Aries), glorioso
en su dorada (solar) lana, se voltea
(expresando reacción) y se maravilla
observando al poderoso toro (o forma
material)”. Así la primera idea de inteligencia
pura en embrión, el resultado de la acción en
Aries, se vuelve objetiva para su consciencia
y es sorprendida en su propia concepción. Es
la primera sensación de amor Divino puro
dentro de los reinos angélicos, y él (el
espíritu macho de puro fuego) ve que es
bueno.
Al traer esta realidad espiritual dentro de
nuestra concepción, y compararla con su
influjo astrológico reflejado, qué hermosa
armonía encontramos, y aún así es tan
simple que verdaderamente no podemos
refrenarnos de citar otra vez nuestra antigua,
gastada, y aún así eterna, ley dorada:
“COMO ES ARRIBA, ES ABAJO; COMO ES
SOBRE LA TIERRA, TAMBIÉN EN EL
CIELO”. Reflejando que Tauro es un signo
Terreno, y un símbolo de servidumbre,
vemos que la materia es siempre el sirviente
del espíritu, un medio necesario para la
manifestación de la inteligencia, otra vez
reconocida en las fuerzas fecundadoras de
este signo astrológico en todos los planos de
su acción. Y es gobernado por Venus, el
elemento amor en la Naturaleza, sus
simpatías siempre encontrando expresión en
este hermoso signo. ¿Qué puede ser más
claro, más comprensible, que, que los
principios envueltos y atributos Deíficos,
como son representados por las brillantes
constelaciones, cuando son refractados a
través del organismo humano, tan complejo
en su constitución, reflejan cualidades que
son la expresión externa y paralela de los
principios subjetivos, y, además, que aquella
forma es absolutamente necesaria para la
manifestación de inteligencia?
3. Géminis.
“Él (Tauro) hincándose yace con mirada
amenazante, y llama a los Gemelos
(Géminis) a que se levanten. Ellos se
toman las manos en temor y se abrazan
mutuamente”.
Esta brillante constelación (Cástor y Pólux),
Géminis, es espiritualmente representativa
de la segunda acción espiritual. Por tanto es,
por supuesto, un signo masculino y positivo.
Atestiguamos el primer acto del drama del
alma, y, como dijeron algunos, tragedia, y en
este, el tercero de los brillantes doce,
encontramos la escena de apertura del
segundo acto: la evolución de las almas
gemelas, o, más correctamente, la
diferenciación del alma Divina en sus dos
partes componentes naturales, macho y
hembra.
Aquí nos aproximamos a uno de los secretos
arcanos dentro del amplio alcance de la
filosofía Oculta, por tanto debemos ser
exactos, y al mismo tiempo claros, en
nuestras afirmaciones. Nota, entonces, que
luego de que el espíritu macho de puro,
etéreo, divino fuego (Aries) concibió la
primera idea, y Tauro, la envoltura material,
le dio a aquella idea existencia objetiva a su
(la del Ego) consciencia, encontramos la
SENSACIÓN COMO RESULTADO. No
aparece antes la sensación que la aspiración
(añoranza). Esto cierra/ termina la acción y la
reacción.
Siempre, en obediencia a los deseos
insatisfechos de un alma inmortal la
Naturaleza inmediatamente responde. Por
eso “Él arrodillándose yace con amenazante
cabeza (¿?)(que demanda), y llama a los
gemelos (las almas gemelas) a que se
levanten (que aparezcan o evolucionen)”, y
como un primer golpe rudo causado por su
separación, o más bien, por su existencia
separada como dos distintas, aunque
mutuamente dependientes, fuerzas, tenemos
el contexto.
“Ellos se toman de las manos por el temor y
se abrazan mutuamente”.
Esta escena de lo más impresionante en el
drama del alma es de un profundo interés y
sublime belleza.
En la Kabalah encontramos el mismo
paralelo, donde es afirmado: “Y Dios creó al
hombre en Su propia imagen (la acción de
Aries y Tauro); en Su propia imagen (mente)
lo creó, macho y hembra Él los creó”. En
otras palabras, Aries, Tauro y Géminis son
así narrados en pura alegoría.
La Biblia mundana de los judíos, como
cualquier otra cosa estimada sagrada,
encuentra su original y perfecta expresión en
la gran Biblia Astral de los cielos.
Para el estudiante promedio la evolución de
las almas Gemelas es un profundo misterio,
abarcando, como lo hace, toda la involución y
evolución, viendo que esta hermosa
constelación representa para nosotros el
primer reconocimiento, o consciencia del
Divino Ego de sus fuerzas duales, sensación
y aspiración, convocadas por la acción de
Aries y Tauro. Cuán hermosamente expresó
el poeta esta primera pulsación del amor
Divino: “Ellos se tomaron de las manos por el
temor”, etc. Evolucionadas por la voluntad
Divina de inteligencia pura, deben haber
permanecido eternamente como separadas,
aunque mutuamente dependientes, fuerzas,
positiva y negativa, macho y hembra, sobre
cuya acción y reacción descansa la perfecta
evolución de los poderes y posibilidades del
Uno.
Para entender claramente todas esas
ramificaciones, otra vez invitamos a nuestro
estudiante a prestar cuidadosa atención al
mismo signo, Géminis, en su aspecto
astrológico, como es expresado
representativamente por refracción sobre el
organismo humano. Encontramos que este
signo (representativo de la constelación
siempre) significa la unión de la razón con la
intuición, y que gobierna los brazos, manos y
fuerzas ejecutivas del hombre.
Seguramente, mientras reflejamos sobre la
casi maravillosa inter-relación entre cosas
espirituales y cosas temporales, debemos
concluir, con el hombre Jesús, que “ellos
tienen ojos pero no ven, y oídos, pero
¡contempla! ellos no escuchan”.
Si no fuera así el hombre podría, de hecho,
por virtud de las fuerzas latentes en su
interior, tomar el reino de los Cielos por
asalto y reinar supremo como un rey
entronado de todas las formas materiales. El
hombre, en su ceguera, relegó la intuición a
la oscuridad; ha descuidado la habilidad de la
mano izquierda y pervertido el amor puro del
estado divino. Consecuentemente, las
fuerzas ejecutivas en su interior están
desbalanceadas, así convirtiéndolo en el
esclavo de las formas materiales, en lugar de
ser su soberano legítimo. Por tanto, sólo
hasta que, con las manos limpias y el
corazón puro, él restaure la intuición a su
trono, unida con la razón, puede esperar
COMPRENDER la realidad de este arcano
misterio de las almas gemelas, Géminis.
4. Cáncer.
“Y al lado de los Gemelos con paso
inestable gira el Brillante Cáncer”.
En esta hermosa constelación atestiguamos
la reacción de Géminis, la escena de cierre
en el acto 2. Por tanto es, por supuesto, una
fuerza femenina la que observamos. En otras
palabras, es ese periodo (o más bien uno de
ellos) en donde la Kabalah expresa la
reacción del En Soph, vía sus Creadores,
como “y contempla, el Señor vio todo lo que
Él había hecho, y vio que era bueno”.
Así Cáncer, espiritualmente interpretado,
significa ecualización, por tanto ARMONIA, lo
cual es de hecho muy bueno como una
diferenciación del caos.
Para el alma humana Cáncer es el periodo
de reposo exaltado. Es el punto más alto en
el arco del Ciclo Angélico del Alma Divina.
Desde este glorioso, pero subjetivo, zenit o
altitud en el reino del espíritu debe
descender.
Energía inquieta y las añoranzas aún
insatisfechas de su propia naturaleza
inmortal son las fuerzas que producen la
evolución. Habiendo evolucionado las
fuerzas duales de su naturaleza divina, el
Ego ve que es bueno y descansa de su
trabajo. Pero como este estado exaltado es
puramente subjetivo, e ideal, debe por
necesidad, satisfacer el anhelo por posterior
desarrollo y deseo de conocer, descender en
reinos y condiciones materiales. Desde este
punto empieza la involución hacia abajo del
alma, hasta que el punto más bajo en el arco
es alcanzado, Capricornio.
Vuelve ahora al signo de Cáncer, y
cuidadosamente estudia el paralelo sobre
sus planos astrológicos y también sus
aspectos Ocultos, como son dados en “La luz
de Egipto” vol. 1, donde leemos: “Cáncer
gobierna las funciones respiratorias y
digestivas de la humanidad, y gobierna los
órganos reflexivos del cerebro”. Nota el
paralelo. Dentro de los reinos subjetivos el
alma Divina ha inspirado y asimilado todo lo
que es posible para el estado angélico, y
conoce un periodo de reposo feliz. Pero los
anhelos de su naturaleza inmortal urgen
sobre el alma. Así que vemos que el signo
Cáncer simboliza la tenacidad para vivir; para
vivir debemos respirar y comer y asimilar
sobre todos los planos de nuestro ser. Se
sigue necesariamente que, la mentalidad
expresada por Cáncer debe ser susceptible a
corrientes inspiracionales; inspirar es
absorber. En esta aplicación, encontramos
que este signo simboliza al amor. ¡Cuán
hermosa es la armonía y el contraste de las
constelaciones y sus representantes
astrológicos!
5. Leo.
“Luego Leo sacude su melena”.
Aquí es tipificada la gran tercera acción
espiritual que, como podemos encontrar a
través de la Naturaleza, viaja en pares; por
tanto Leo es una constelación masculina y
positiva.
Habiendo alcanzado la posición más alta en
los estados súper-celestiales de la existencia
subjetiva embriónica; habiendo evolucionado
sensación y aspiración; ahora, inspirada por
un deseo de inmortalidad, el ALMA DUAL del
Ego Divino está otra vez obligada a avanzar;
pero, como toda evolución trabaja en
espirales, no puede ascender más sin
primero aparentemente descender; siempre
hacia adelante en su marcha eterna. Esta
hermosa constelación simboliza la primera
acción sobre la porción descendente del
área. Son las afinidades del corazón, la
Materia, en su forma más eterealizada,
empezando a afirmar su influencia. La
serpiente alegórica del Edén está trabajando
sobre la porción femenina, simbolizada por el
corazón, y, como un atractor magnético, las
afinidades del alma son atraídas hacia abajo,
y, desafiando todas las responsabilidades,
consecuencias y el Karma, el alma, como un
león, “sacude su melena en la imperiosidad
del inmortal valor”.
Mientras leemos estas raras alegorías,
escritas por la Deidad en los baúles
estrellados de los cielos, las almas
interesadas se inclinan en reverencia y
admiración ante aquel poder todopoderoso
que llamamos Providencia, y los profanos
llaman Dios.
Ningún hombre ha alterado esos puros
archivos de la divinidad; ningún dedo ha
interpolado ni una sola línea. Son tan
hermosamente claras para el alma ahora
como lo fueron en el mismísimo amanecer de
la terrible creación de la Naturaleza.
Para el iniciado en los misterios de Urania es
innecesario hacer un paralelo entre la
constelación y su signo zodiacal. Están muy
claros, magníficos e impresionantes para no
notarlos. Para la mayoría de los estudiantes
el parecido puede no ser tan evidente, por
tanto, para su beneficio, apuntaremos unos
cuantos aspectos de este interesante
paralelo.
Leemos que el signo de Leo es el “solar León
de los misterios, que, madura con su propio
calor interior los frutos producidos de la
Tierra por la humedad de Isis (el alma)”. En
ese momento, el Ego Divino, por su energía y
fortaleza eternas, el puro fuego de la
inteligencia, externaliza a través de las
formas materiales los principios envueltos en
la porción descendente del arco, como
cualidades y atributos del alma (reflejados en
el hombre físico como rasgos y cualidades).
Otra vez se nos dice, “este signo nos revela
el antiguo sacrificio y las leyes de su
compensación”. En la imperiosidad de un
valor inmortal, el alma desafía todas las
consecuencias y responsabilidades.
Seguramente, este es el supremo sacrificio,
abandonar su estado Edénico puro para
ganar conocimiento, para evolucionar sus
fuerzas latentes. Y a partir de este león de la
tribu de Judá, nace aquel amor Divino y
simpatía que finalmente redime y purifica al
alma y la salva de la muerte en la materia.
Las leyes de su compensación son
cumplidas en el hombre perfeccionado.
En este aspecto intelectual, aprendemos que
las fuerzas mentales de esos dominados por
este signo están siempre luchando para
conseguir algún estado superior. Sus ideas
son grandes, comparadas con la naturaleza
de la constelación, y todo lo que ello implica.
La reflexión es clara, natural y hermosa.
Cuando reflejamos sobre este terrible periodo
de involución de las almas duales del Divino
Ego, como son simbolizadas por la
constelación, y las grandes verdades
representadas por el signo astrológico
cuando es refractado a través del organismo
humano, la razón para que Leo sea llamado
el Signo Real se vuelve bastante clara.
6. Virgo.
“Y luego Virgo calma su ira otra vez”.
Hermosamente expresivas son esas líneas
para aquellos quienes leen su significado
místico correcto. Virgo es la reacción de la
fuerza leonina, y es, consecuentemente, un
símbolo femenino.
Acción y reacción son las leyes eternas sobre
las cuales el cosmos está fundado.
Constituyen las afinidades inseparables,
atracción y repulsión, de todo dentro del reino
del ser manifestado. En esta mística
constelación, vemos las primeras ideas de
instinto maternal surgir. Es un resultado
necesario de la acción impulsiva del corazón
en Leo, la reacción a partir de un estado de
imperioso desafío. El calor de la ira o energía
de inmortal valor resulta de las IDEAS de
algo a ser encontrado, superado, y de auto-
preservación. El alma dual desciende aún
otro escalón en la espiral de su viaje celestial
hacia las formas cristalizadas.
Virgo, la Virgen de los cielos, y símbolo
eterno de aquella Divina, inmaculada
concepción, muestra que aquí yacen esas
fuerzas. Aquí es concebido, en un puro y
santo sentido, el primer instinto de amor
dentro del alma dual. Representa aquel
terrible periodo en el Jardín Bíblico del Edén,
en donde la VIRGEN ESPOSA se para ante
el árbol del conocimiento, del bien y el mal,
donde es fascinada por la atracción de la
materia y es inconscientemente envuelta en
las espiras de la serpiente. En otras palabras,
luego de que la fuerza cósmica haya
SACUDIDO SU MELENA desafiando las
fuerzas materiales, su reacción a esta mitad
subjetiva que ve CUÁN BUENAS son las
cosas materiales; o, en otras palabras, “y
siguiendo Virgo calma su ira otra vez”. La
mitad masculina, o fuerza positiva del alma,
cede a la tentación y es apaciguada por las
atractivas perspectivas.
Esto será notado en conexión con la piedad,
la reflexión y la compasión, que son acciones
peculiares del signo de Virgo en el Zodíaco
(no la constelación), y que astrológicamente
gobierna los intestinos. Este simbolismo es
realmente muy hermoso cuando se lo
compara de cerca y estudia. Esa inmaculada
concepción de puro amor del alma por su
otra mitad, sobre el plano astrológico, se
refracta y reacciona como compasión y
piedad. Otra vez, el alma, dentro de los
reinos subjetivos, ve cuán buenas son las
cosas materiales, y su refracción representa
las funciones asimiladoras del organismo
humano. También nos revela el significado
de la Última Cena del Señor. En esta etapa
de su viaje, el Ego Divino conoce por última
vez aquella cercana comunicación con el
alma gemela antes de la crucifixión, el vino
típico del sacrificio, el pan y las fuerzas
sostenedoras, de su propio ser inmortal.
El aspecto intelectual del signo de Virgo
forma una perfecta analogía hacia la
constelación, y es demasiado evidente para
más observaciones.
7. Libra.
“Luego noche y día son pesados en la
balanza de Libra; son iguales por un
momento, al fin la noche prevalece”.
Otro escalón en la espiral, y llegamos al gran
clímax del viaje de alma, dentro del mundo
espiritual.
La naturaleza de esta constelación fue, por
Eras, escondida de todos excepto de los
Iniciados; por la razón de que contiene los
misterios más importantes conectados con el
alma humana. Es la gran transición entre el
mundo espiritual y el astral; en otras
palabras, entre las concepciones ideales y
las formas elementales, entre el mundo del
diseño y los reinos de la fuerza.
Uno de los misterios principales de Libra es,
que, es andrógino, o bisexual, en naturaleza.
Hasta aquí el alma evolucionó dentro de los
reinos de la espiritualidad; aquí se para, en
balance celestial, entre los dos, dando paso a
la tentación, toma el fruto prohibido e
instantáneamente despierta de su estado
puramente espiritual para rodearse por las
ilusiones de la materia. La lucha del alma con
las fuerzas de atracción de la materia es muy
claramente expresada en la línea:
“Iguales por un momento, y finalmente la
noche prevalece”.
En otras palabras, la oscuridad astral y física
nublan la visión espiritual del alma, y,
abandonando los reinos de inocencia y
bendición/ felicidad, ellas se hunden en el
vórtice del gran mundo astral.
El estado celestial ahora está eternamente
perdido como un reino de inocencia angélica.
Sólo puede ser recuperado en medio de
pruebas, dolor, sufrimiento, y experiencia, y,
cuando es recuperado, es como Señor y
Máster, no como el inocente querubín. Pero
cuando, habiendo ganado o alcanzado el
ecuador del arco ascendente de su progreso,
y, unido una vez más con su mitad faltante,
da expresión a esa fuerza inmortal con la
cual inició desde el punto opuesto, Aries: “YO
SOY EL QUE ES”; ya no más un embrión,
sino estando dentro del ALMA UNIVERSAL
del ser. Antes de cerrar esta constelación
simbólica, debemos revelar el misterio de su
NATURALEZA BI-SEXUAL. En la superior o
porción primera de este signo es , positiva
hasta cierto punto, y masculina. El alma aún
está dentro del Jardín del Edén y pura,
vestido con las ropas de Dios, y es
representada por las estatuas Caldeas de “La
Venus con Barba”, o Venus, el Ángel de
Libra, como la estrella matutina, el brillante
Lucifer. Pero en la última mitad, luego de que
el fruto del árbol del conocimiento del bien y
el mal (positiva y negativa, como ves) ha sido
compartido, el brillante Lucifer cae. El Sol de
la Mañana, esquilado de su gloria, se vuelve
el símbolo de la noche, o Vesper (la tarde), la
estrella de la tarde, y el símbolo es así ,
y el alma pierde su vestido celestial, o
consciencia espiritual, y se vuelve vestida
con materia, el símbolo de la noche.
El signo de Libra en el Zodiaco, en su
aspecto astrológico, es una correspondencia
muy externa de todo lo anterior.
8. Escorpio.
“Y, ya crecida, la balanza más pesada se
inclina, y aleja al brillante Escorpio de los
signos invernales”.
Ahora contemplamos las compuertas del
Paraíso cuidadas por la ESPADA
FLAMEANTE que apunta hacia los cuatro
cuartos de este mundo. Esta espada es, de
acuerdo con el Génesis, “para cuidar el
camino del árbol de la vida”, y como tal,
esotéricamente, lo hace.
El alma ya no es dual, sino separada en
personalidades masculinas y femeninas; “y,
contempla, ellos vieron que estaban
desnudos”. Desprovistos de su vestimenta
espiritual, sintieron el frío de la materia y las
lujurias de la naturaleza animal. Necesitaron
vestidos, “así que Dios les hizo abrigos de
piel”. El sexo es el simbolismo aquí tipificado,
y la evolución de las pasiones animales de
procreación, de multiplicación y evolución. Es
la completa entrada del alma en las
condiciones elementales, y la flameante
espada cuidando los cuatro cuartes de la
Tierra hacia el sendero de la vida son los
cuatro grandes reinos del mundo astral; el
camino hacia la vida física en formas
concretas; y el sendero a la vida eterna a
través de los reinos de los Silfos, Gnomos,
Undinas y Salamandras. Son las bases de
toda la materia, conocidos como Aire, Tierra,
Agua y Fuego. Aquí vemos que, a través de
la evolución del sexo y su acompañante
deseo por procreación, estas fuerzas ciegas
de la Naturaleza encuentran su avenida de
expresión. Con la consciencia espiritual casi
perdida, y sin razón, el alma se vuelve la
presa, por decirlo así, de esas fuerzas del
mundo astral, que es el reino del diseño. Las
creaciones del alma deben ser enfrentadas y
vencidas sobre el arco ascendente del Ciclo
de Progreso. Ellas cuidan o se oponen al
sendero de la vida eterna. Aquí el alma,
habiendo ganado la victoria, desvestida
eternamente de sus vestiduras terrenales y
las lujurias de la carne, ataviada otra vez con
sus vestiduras espirituales, purificada y
santificada, se parará otra vez más ante las
puertas del Paraíso, donde, reunida con su
mitad faltante, compartirá el fruto del Árbol de
la Vida y se volverán como Dioses.
Astrológicamente la correspondencia es
perfecta, y está tan poco disfrazada que no
necesita explicación.
9. Sagitario.
“El centauro sigue con un ojo apuntador,
su arco está completamente tensado, y
listo para dejar volar”.
Más y más profundo se hunde el alma en las
formas materiales. La evolución del sexo ha
producido las avenidas necesarias para la
entrada de incontables fuerzas, y el alma
ahora está rápidamente perdiendo los últimos
vestigios de su consciencia espiritual. En
otras palabras, Sagitario simboliza aquel
estado del alma en el que está descendiendo
hacia su punto polarizador, y es, por tanto, el
vórtice de innumerables fuerzas opuestas,
buscando expresión en diferentes formas.
“Es el arco (fuerza o fortaleza del alma),
COMPLETAMENTE tensado y listo para
dejar volar” sus flechas (de energía) en
cualquier dirección que pueda representar la
oportunidad apropiada. Aquí vemos la
expresión de aquella inmortal, fuerza
ardiente, atrevimiento imperioso y valor,
dentro de estados más materiales; el fuego
primitivo reflejado desde otro ángulo.
Pero todo está inestable. Es una fuerza
masculina e inquieta, y es representada bajo
la alegoría de la “Torre de Babel” y la
completa dispersión de las gentes
(entidades) hacia las cuatro esquinas de la
Tierra, y finalmente se envuelve en densa
materia, y sus migraciones terminan sobre
este lado del Ciclo de Necesidad.
Sobre el plano astrológico, el signo zodiacal
de Sagitario gobierna las fuerzas motoras y
el instinto pedestre, los muslos, o bases de
locomoción; por tanto, vemos, incluso aquí,
una analogía de lo más perfecta. Este signo
simboliza, también, las fuerzas gobernantes
de la humanidad, que ven la necesidad de
ley y orden; por tanto gobierno. En esta
expresión, encontramos al arco (fuerza o
fortaleza) listo para dejar volar sus flechas de
energía en cualquier dirección que la
oportunidad pueda ofrecer; cuando son
refractadas sobre el organismo humano y
reflejadas sobre el plano externo, esas
fuerzas se manifiestan como el espíritu
inquieto, que siempre obliga al avance,
buscando nuevos campos de expresión, a
partir del que se desarrolla un sentido de
orden, restringiendo y entrenando, o el
gobierno del ser y el control de los demás.
Cuando reflexionamos sobre esos símbolos
de las verdades estrelladas, la mente se
inclina en reverencia ante la sabiduría que
los creó.
10. Capricornio.
“Luego cuernos angostos la Cabra
retorcida muestra”
La Cabra, y en los reinos del espíritu, el
mineral cristalizado es la reacción del
anterior, y nos muestra la muerte, inercia y
reposo; por tanto Kronos, o Saturno, el
símbolo de la muerte, es el señor de este
estado y condición. Es el punto polarizador
de la evolución del alma en la materia, y por
tanto, forma la parte más baja del Ciclo de la
Necesidad.
Aquí contemplamos al alma, aprisionada
dentro del estado mineral. El fuego del
pedernal, y la chispa en el cristal, son las
únicas avenidas de sus expresiones
solitarias. Pero, como es el punto más bajo,
es también la promesa de uno más alto, y el
símbolo de un estado superior, y el símbolo
de otra espiral en su interminable vida.
Esta constelación, como el símbolo de la
inercia y muerte, es también el símbolo de la
vida que se despierta, y prepara al alma para
la más perfecta expresión de sus poderes en
su siguiente viaje de subida. Si hacemos una
pausa y consideramos la fuerza y poder
necesarios para evolucionar fuera de este
reino mineral, denso y oscuro, la sentencia
anterior se volverá clara y enérgica. Hasta
hora, el alma estuvo siendo lentamente
hecha descender en las espiras de la
materia, aprisionada por fuerzas materiales.
Ha penetrado las profundidades más bajas, y
ya no puede seguir. Descansar aquí, es
reunir fuerzas. Marca bien la diferencia y el
paralelo entre Cáncer y Capricornio, puntos
opuestos en el arco. Cáncer es el símbolo del
descanso exaltado dentro de los reinos
angélicos; Capricornio es el símbolo del
descanso en la densa materia. Del anterior
estado el alma es obligada a avanzar en su
viaje descendente; desde los poderes
positivos de su ser inmortal, que
involucionaron en forma material; aquello
será lo que la hará el máster, y le dará la
victoria sobre la muerte y las fuerzas
materiales. Seguramente, esta es
verdaderamente la promesa de un nuevo día,
y un estado superior de existencia.
Será instructivo para el estudiante esto por
una comparación del signo zodiacal,
Capricornio, como es expuesto en “La luz de
Egipto” vol. 1, donde leemos: “Este signo
significa las rodillas, y representa el primer
principio en la trinidad de la locomoción: las
articulaciones flexibles, plegables y móviles”.
La analogía es perfecta. El alma, que ha sido
flexible, doblegándose ante las fuerzas
materiales, ahora invierte esta acción, e
inclina la rodilla en reverencia a los poderes
superiores de su ser. Cuando es refractada
sobre el organismo humano, encontramos
que el estado solitario y fría, y la lucha
desgastante dentro del reino mineral, se
vuelve amor propio, dirigiendo sus energías
sobre la consecución de fines egoístas. ¿Qué
podría ser más natural?
11. Acuario.
“Y desde la urna de Acuario sobreviene
una inundación”
El alma, liberada de su ciclo de materia
cristalizada, ahora rápidamente evoluciona
en estados, aunque materiales, totalmente
diferentes. Su arco previo, desde Libra hacia
Capricornio, estuvo en las inmediaciones de
la materia inorgánica. Ahora está corriendo
con la velocidad de la luz sobre su raro,
fatigoso, ascendente viaje a través de formas
puramente orgánicas, desde lo vegetal hacia
lo animal; y como todas las formas orgánicas
tienen su primer origen en el agua, también
esta urna celestial expresa la concepción
primaria de este estado físico. Es más, para
expresar más completamente esto, Acuario
es el típico hombre, como prototipo de la
gran meta final del estado material futuro del
alma: en otras palabras, el último cuadrante
de los cuatro elementos, Toro, León, Águila y
Hombre.
Hay algo enormemente significante en todo
esto, y cuanto más meditamos acerca de
esta alegoría espiritual de las brillantes
constelaciones, más quedamos
impresionados con la divina sabiduría de
aquellos tempranos instructores de nuestra
raza, quienes así preservaron la verdad en
una forma incorruptible.
Gracias a esta rara, pero hermosa
constelación, aprendemos cómo el alma ha
progresado, encontrando innumerables
avenidas de expresión en sus fuerzas
latentes; la manifestación de sus poderes en
los muchos cambios químicos, y el desarrollo
de funciones expresadas a través de
incontables formas, sobre los planos
inferiores de existencia. El sacrificio de su
inocencia angélica, el desafío imperioso y el
valor inmortal, simbolizados por Leo, han
obtenido la victoria sobre los reinos
inferiores; lo cual será incorporado en su
vasto impero. Aún así, inestable como el
agua, no puede sobresalir; o en otras
palabras, no puede surgir hacia un estado
superior dentro de este arco de su vida
progresiva.
Encontramos que la expresión astrológica de
esta constelación, el signo de Acuario,
gobierna las piernas, y es el emblema natural
de las fuerzas migratorias, mutables, del
cuerpo, formando un paralelo perfecto con su
símbolo interior. Hay muchísimo contenido en
este signo zodiacal que vale profundo estudio
y reflexión.
12. Piscis.
 “Cerca de sus amadas olas fríos Piscis “Siempre moviéndose mientras brillan, la
toman su asiento, se junta con Aries, y mano que nos hizo es divina”.
completan la ronda”.

Una vez más una reacción, la última escena * No lo encuentro pero Addison parece ser “agregado”
en otro idioma, no el nombre de alguna persona.
del drama impersonal del alma. La
constelación, si Piscis es el símbolo del
descanso y la expectación, el alma ha
completado la primera ronda, o escalón, en el
Ciclo de Necesidad; y su siguiente estado es
el del hombre encarnado. Ha triunfado sobre
cada esfera de abajo, y desafió, a su vez,
todo poder arriba, y ahora está dentro de
aquel sexto estado del mundo álmico
embriónico que transforma todo su pasado
conocimiento, dolor y sufrimiento, en
experiencia; y produce el hombre impersonal.

Ha viajado a través de estados constelados

dentro de la materia y el espíritu, y, como un
alma humana, con razón, intuición y
responsabilidad, en su siguiente estado,
volverá a estar sujeto a aquellos mismos
poderes cuando sean reflejados desde un
plano diferente. Las doce constelaciones de
su alma manifestarán un rapport* completo
con los doce signos de luz y poder solares.
* Compenetración. No lo traduzco porque es una palabra
especial de la PNL que creo que va más allá de la simple
traducción de “compenetración”.

Con esto cerramos. El signo místico de esta

constelación es , o compleción, un sello y
un signo de sus pasados trabajos.

Y, como hemos visto, las brillantes

constelaciones son la historia progresiva del
alma desde su génesis, hasta su aparición
dentro de las condiciones corporizadas como
hombre; y así, por correspondencia, son los
doce signos solares símbolos del hombre y
su destino material. La base ha sido
dispuesta, el material y los recursos están a
mano, porque su reino es exclusivo. Con sus
propias manos él debe construir su templo (el
símbolo del hombre perfeccionado), cada
piedra precisamente medida, cortada, pulida,
y en su lugar adecuado, las proporciones
habrán completado la segunda ronda del
gran Ciclo de Necesidad.

¿Y quién, después de contemplar la

maravillosa armonía de este hermoso
sistema, y el completo acuerdo de cada
parte, puede negarse a estar de acuerdo con
el verdaderamente inspirado Addison* que

CAPÍTULO 3
LA INTERPRETACIÓN DE LAS DOCE
CASAS DEL HORÓSCOPO
Como una continuación de los asuntos
anteriores (el Zodíaco y las constelaciones),
agregaremos la interpretación espiritual de
las doce casas de un horóscopo, que
completa la expresión triuna de estos
símbolos celestiales de verdades eternas.
Revelando este misterio, imprimiremos sobre
la mente del estudiante que el orden del
Zodiaco es el inverso del externo, en su
aplicación espiritual, respecto de las doce
casas del horóscopo.
Mientras los cuatro signos cardinales (Aries,
Cáncer, Libra y Capricornio) se corresponden
con los cuatro ángulos de una figura natal,
nuestro propósito es explicar, primero, la
simbología de los cuatro ángulos, o puntos
cardinales; creyendo que toda la revelación
así se volverá clara y enérgica.
Los cuatro ángulos del horóscopo se
corresponden con los cuatro elementos, las
cuatro triplicidades y los cuatros puntos
cardinales, o épocas, en la involución del
alma desde el puro espíritu hasta el estado
mineral inerte y cristalizado.
El primer ángulo es el ascendente, o Casa de
la Vida. Es el horizonte oriental, y es
simbolizado por Aries. Sobre el interior, este
primer ángulo significa nacimiento, o
diferenciación, del Ego Divino, como
resultado de la acción creativa, o impulso, de
la mente Deífica.
El Ego surge sobre el horizonte oriental de
los estados celestiales, un brillante átomo de
inteligencia pura, un absoluto, eterno Ego,
surgiendo del océano de Amor Infinito.
El ángulo Sur, meridiano, o Décima Casa,
tiene que ver con el honor, etc., es
simbolizado por Cáncer; el punto más alto en
el arco de la involución del alma, como un
átomo diferenciado de Deidad dentro de las
esferas angélicas.
Habiendo evolucionado la primera expresión
dual de su ser (el del Ego), las almas
gemelas (Sensación y Aspiración, o Amor y
Sabiduría), el Ego descansa un momento,
radiante con amor y sabiduría celestiales, e
inspira el Divino aliento de la vida.
Otra vez el inquieto impulso del propósito
creativo eleva al Ego a una acción posterior.
El punto culminante fue alcanzado, y ahora
debe empezar un aparente descenso
avanzando hacia el horizonte occidental.
El séptimo ángulo, o Casa del Matrimonio,
etc., es representado por Libra (el Balance, o
punto de equilibrio); donde las dos almas aún
son una, balanceadas sobre el horizonte
occidental. Las seductoras tentaciones de las
ilusiones materiales atraen a las almas hacia
abajo, y, divorciadas de su estado celestial,
la irradiación de amor Divino se oscurece,
hasta que el ocaso de la consciencia de
aquel estado anterior se pierde en la noche
de las condiciones materiales.
Esta casa significa, también ley, y también,
enemigos declarados, y (Libra) justicia. El
sexo es la ley. El antagonismo es
seguramente muy evidente para requerir
explicación.
El cuarto ángulo, o Nadir, el punto opuesto al
M.C., significa el Norte congelado, y es
simbolizado por Capricornio, el punto de
cristalización en la involución del alma. Es la
muerte, la inercia; eso es, la cristalización de
las fuerzas espirituales del alma. Es el punto
más bajo del arco en el viaje descendente de
la mónada. Es la noche, antes del despertar
de un nuevo día sobre un plano superior de
existencia.
Las casas que quedan son las luces y
sombras que, llenan y completan el dibujo,
sobre esta, la primera ronda de la Escalera
Cíclica.
La Décimo Segunda Casa, simbolizada por
Tauro, representa la primera expresión de
forma del alma humana. Es la materia, en el
estado más eterealizado. Es el rastro de la
serpiente; el principio silencioso, secreto,
tenaz y negativo; que finalmente atrae al
alma hacia abajo hacia los vórtices de la
materia grosera y la muerte.
La Décimo Primera, o Casa de los Amigos,
cuyo símbolo es Géminis, los Gemelos,
expresiva de la primera emanación de esta
sublime relación, los atributos duales, amor y
sabiduría, amigos cercanos. Son sensación y
aspiración, los cuales permiten al espíritu
alcanzar el estado exaltado indicado por la
Décima Mansión.
La Novena Mansión del mapa celestial es la
Casa de la Ciencia, las Artes, la Religión, la
Filosofía, etc., y su símbolo es Leo, el
Corazón, con sus emociones, amor,
aspiraciones y simpatías. Habiendo
evolucionado los gemelos e inspirado el
Divino aliento de sabiduría; brillando con
amor Deífico, el Ego aspira a conocer; y
todas las simpatías del alma son
despertadas. Intrépido y temerario,
desafiando toda oposición y consecuencias,
(el Ego) está listo para sacrificar este estado
angélico y explora el Universo ilimitado en
persecución de conocimiento, y avanza en su
largo viaje sobre el océano de amor y
sabiduría Infinitos e insondables.
La Octava, o Casa de la Muerte y los
Legados, está simbolizada por Virgo, la
esposa virgen, parada ante el “Árbol del
Conocimiento del Bien y el Mal”, fascinada
por los halagadores prospectos de mayor
poder y sabiduría. Deseo y simpatía atraen al
alma hacia abajo hacia los reinos que llevan
a la muerte, y el inicio de una herencia de
dolor.
La Sexta, o Casa de la Enfermedad, los
Sirvientes y el Dolor, es simbolizada por
Escorpio. La caída, desde Libra a través de
Escorpio (sexo), creó la primera condición de
lo que reconocemos como enfermedad y
aflicción. Es evidente que esta casa está
relacionada hacia los elementales del plano
astral, que se convierten en servidores el
hombre.
La Quinta, o Casa de los Hijos, etc.,
simbolizada por Sagitario, significa los
vástagos del sexo (Escorpio), entidades
enviadas hacia la gente de la Tierra, para
que se arriesguen a vivir, especulando sobre
su curso futuro, sin miedo por la lucha,
ganando placer en sus migraciones y
actividades.
La Tercer Casa es simbolizada por Acuario.
Este es el primer paso del viaje ascendente,
o evolución, desde el estado mineral inerte.
Los cambios ahora son rápidos; los viajes
son innumerables; a través de los planos
mineral, vegetal y animal, de existencia. Aquí
la Mónada Alma pone en verdadera práctica
el conocimiento ganado sobre su largo viaje.
Los poderes mágicos del alma son puestos
en acción para afectar estos cambios en
forma y función, conquistando las fuerzas
materiales y planos de vida, transmutando
los elementos de la Naturaleza para sus usos
y propósitos, y escribiendo su historia,
mientras viaja siempre hacia adelante, paso
por paso.
Además, esta casa está en oposición con la
Novena Casa, simbolizada por Leo;
anhelando expandir sus (del Ego)
posibilidades a través de prueba y
sufrimiento; ganando conocimiento a través
de amargas experiencias; aún así
temerariamente desafiando todas las cosas;
guiado y sustentado por la voluntad imperial
del espíritu. La recompensa prometida por
aquel supremo sacrificio fue ganada en
Acuario (el Hombre) consagrado ahora a una
existencia superior, bautizado en las aguas
de la aflicción (experiencia), listo para ser
transmutada en real conocimiento. Esta es
Acuario, y la Tercera Casa.
La Segunda Casa, significada como Piscis, la
Casa de la Riqueza, aquello que fue
acumulado sobre el largo y fatigoso viaje, la
riqueza de experiencia, adquirida a través de
pruebas y luchas. Y ahora, con superiores,
más grandes posibilidades, el alma
ansiosamente espera la hora cuando será
nacida otra vez, un ser humano consciente y
responsable, para empezar la segunda ronda
de la Escalera Cíclica; sobre esta segunda
ronda, para externalizar el conocimiento
ganado, para evolucionar los atributos
involucionados y fuerzas del ser, una
creatura de voluntad e intelecto, para
resolver su destino, como el señor de la
creación material.
Observa, el orden del Zodiaco está invertido
sobre el plano humano externo. Pero, Aries
es siempre simbólico del primer ángulo, y
Libra del séptimo, siendo el punto de
equilibrio, mientras el Ángulo décimo, o Sur,
se vuelve Capricornio y el cuarto Cáncer. La
misión del alma ahora es evolucionar los
atributos espirituales positivos.
Aries gobierna el cerebro y la voluntad
imperial ardiente. Significa valor,
atrevimiento, etc., las primeras cualidades
necesarias para la batalla de la vida.
Gobernando la cabeza, el signo y casa nos
muestran la habilidad del hombre para ver el
campo de acción, para marcar su carta*, y
armarse para la guerra (que será incesante);
responsable por sus actos, una creatura de
consciencia en desarrollo, un individuo, cuya
medida de la libertad le permitirá vagar hacia
el Norte o Sur de su ecuador celestial, dentro
de su órbita, o Zodiaco.
* mark his chart puede estar refiriéndose a hacer trampa
en juegos de naipes, ya que también es un combate,
pero chart no es la palabra para esa clase de “cartas”,
sino para “gráficas” como las de doble entrada.
El ángulo Sur, o Casa Décima, ahora regida
por Capricornio, nos habla del honor,
posición, fama, etc. (o lo contrario) adquirido
mediante paciente trabajo. Las ganancias
materiales cristalizadas, el resultado concreto
de la ambición, habilidad y el talento que al
final de su carrera terrenal, se liquificarán por
el resolvente universal; simbolizado por
Cáncer sobre el ángulo opuesto, simbólico de
la tumba, el final de los asuntos mundanos;
cuando sean reflejados/ espejados en
nuevas formas en aquel gran mar blanco, de
acuerdo a la manera en la que ganó sus
acumulaciones y prestigio mundanos.
El séptimo ángulo es Libra, la Casa del
Matrimonio, aquella relación sumamente
importante que hace o estropea una vida, el
Balance es muy fácilmente perturbado en su
equilibrio. Para preservar su armonía, la
equidad debe reinar, mezclando amor y
sabiduría. Es el perfecto equilibrio de cuerpo,
mente y alma, alcanzado mediante la
amorosa obediencia a las leyes superiores
de nuestro ser y la verdadera unión de la
intuición y la razón.
La Segunda Casa, ahora representada por
Tauro, nos muestra que la riqueza personal y
las posesiones deben llegar a través de
paciente servidumbre, aplicación continua y
diligencia, en ser capaz de elegir y asimilar el
conocimiento, que permitirá al hombre
batallar con las condiciones materiales, y
arrebatar de las abundantes fuentes de la
Madre Naturaleza su parte de los tesoros y
experiencia. Es el campo de batalla hacia el
cual la humanidad, armada con sus sesos y
voluntad, vida y energía, se dirige para
batallar con las fuerzas materiales por el pan
que debe ganarse mediante el sudor de su
frente, y a través de las fuerzas sutiles y
silenciosas de su mente y alma conquistar la
materia, así acumulando una riqueza de
conocimiento y experiencia.
La Tercera Casa está regida por Géminis, los
Gemelos, Razón e Intuición, los hermanos
que nos ayudan y guían sobre nuestros
muchos viajes en la búsqueda de
conocimiento. Como este signo gobierna las
manos y brazos y las fuerzas ejecutivas de la
humanidad, vemos que, las manos se
vuelven los agentes mágicos de la mente,
moldeando en forma externa las ideas
concebidas en la mente, proyectándolas en
el campo de la vida activa, para que él pueda
escribirlo en la Libro de la Vida. Las manos
deben mantenerse limpias, las imágenes
puras; y el perfecto equilibrio ganado
mediante el igual ejercicio del amor y la
sabiduría, la intuición y la razón, construir las
bases de la educación; la evolución del ser
real o interior. Este es el verdadero
significado de esta casa sobre el plano
exterior. Es Oculto, porque significa los
poderes proyectivos del alma hacia la vida
consciente, externalizando las cualidades y
fuerzas mágicas del espíritu, como se mostró
en primer lugar por Acuario. Esto puede ser
logrado sólo mediante puro deseo y
aspiración. De otro modo, las balanzas
desbalanceadas, con inundaciones y
cataclismos, serán los resultados.
La Quinta Casa, gobernando los hijos, etc.,
es simbolizada por Leo (el corazón). Las
alegrías y dolores que los vástagos de todas
clases traen, todo pertenece a esta Casa del
Corazón. El sacrificio indicado es demasiado
obvio para comentarlo.
La Sexta Casa gobierna la enfermedad, etc.,
y su símbolo es Virgo, un signo Terrenal,
claramente mostrándonos que la forma
material es la matriz, de la que nacen la
enfermedad y el sufrimiento. Pero, la perfecta
asimilación del fruto del “Árbol del
Conocimiento del Bien y el Mal”;
transmutando las pruebas, experiencias,
dolores y sufrimientos de la vida física y
externa en verdadera sabiduría; hace al
hombre máster de su universo material; y las
fuerzas ciegas de la Naturaleza se vuelven
sus sirvientes. Habiendo completado la tarea,
y conseguido el equilibrio armonioso, o
balance, en Libra, el alma individualizada
llega al octavo paso en el viaje.
La Octava Casa, o Casa de la Muerte y los
Legados (Escorpio). El viejo Adán muere. Lo
sensible no tiene lugar en el ser armonioso y
balanceado, pero reconoce el sexo como la
ley, la puerta hacia la regeneración ahora, y
que un nuevo legado le espera.

La Novena Casa, Sagitario, donde, con el

nuevo conocimiento adquirido, el ser se
sienta a juzgar los trabajos de las manos y la
mente, estén o no bien hechos; el sacrificio
de la naturaleza inferior propiamente hecho,
el control del ser triuno siendo establecido,
las transmutaciones correctas y precisas, la
asimilación perfectamente libre de lo grosero,
la armonía ganada mediante la amorosa
obediencia a la ley superior del ser, y así se
vuelve gobernante de su reino; el largo viaje
casi está completado, en lo que a la Tierra le
concierne, percibiendo y entendiendo que
todas las ciencias, filosofías y religiones,
tienen su origen a partir de una fuente
primitiva. Habiendo penetrado en las
profundidades en reverente obediencia hacia
la Divina ley de la creación, y evolucionado
los atributos de la constitución dual, las
fuerzas de su ser se cristalizan. Él alcanzó la
culminación de su peregrinaje terrestre, y
muestra en su imagen la reflexión del
humano perfeccionado del ser superior.

La Décimo Primera Casa es representada

por Acuario sobre el plano humano. Los
amigos lo rodean y le dan la bienvenida.
Esos amigos son los pensamientos puros,
impulsos nobles, ideales elevados y actos
generosos. El pan lanzado sobre las Aguas
de la Vida vuelve para nutrir y sustentarlo en
su encuentro con los enemigos secretos,
simbolizados por la Décimo Segunda Casa
de Piscis. Los ídolos, falsas ideas y vampiros
de su propia creación, van a ser limpiados y
arrastrados por las Aguas del Amor, el
solvente universal que siempre está
buscando traer nuevas formas y cambios;
renacido del agua para hacer la ronda del
Zodiaco astral, hasta que, habiendo otra vez
alcanzado el ecuador del arco ascendente,
donde se reúne con la mitad faltante de su
alma, el verdadero amigo del estado
Edénico; el punto más elevado en el arco del
progreso humano ganado; el honor y gloria
de un alma perfeccionada; el Máster y Señor,
el ”Yo soy el que es”, para descansar en paz
en el corazón del Infinito Amor y Sabiduría.

CAPÍTULO 4
ASTRO-TEOLOGÍA
Hay una especie de revelación Divina con la
que nadie debe meterse y con la que nadie
puede meterse, una gran Biblia, que forma el
original estelar de todas las Biblias.
Esta Biblia sagrada es la gran Biblia Astral de
los cielos; sus capítulos son los doce grandes
signos, sus páginas son las innumerables
constelaciones brillantes de la bóveda
celestial, y sus personajes son los ideales
personificados del Sol radiante, la luna
plateada, y los planetas brillantes, de nuestra
esfera solar.
Hay tres aspectos diferentes de este libro
sagrado, y en cada aspecto los mismos
personajes aparecen, pero en diferentes
roles, y sus vestidos y entornos naturales
fueron ajustados a la obra teatral natural de
sus papeles simbólicos. De hecho, toda la
imaginería puede ser asimilada a una obra
teatral, o, más bien, a una serie de obras,
realizadas por la misma compañía de
artistas. Puede ser una comedia, o un
melodrama, o una tragedia; pero los
principios detrás de las escenas son siempre
los mismos, y muestran la Divina Unicidad de
la Naturaleza; demostrando el axioma eterno:
una verdad, una vida, un principio y una
palabra, y en su expresión cuatripartita, son
los cuatro capítulos del libro celestial de los
cielos estrellados.
En este aspecto el cosmos visible puede ser
representado como un caleidoscopio. Las
constelaciones visibles, planetas y otros
cuerpos celestiales, son los pedacitos de
vidrio coloreado; y la Deidad la fuerza
invisible, que mantiene el instrumento en
movimiento. Cada revolución produce una
figura pictórica diferente, que, completa en la
armonía de sus partes, es perfecta en sus
proporciones matemáticas, y hermosa en su
diseño geométrico. Y aún así cada creación,
cada forma, y cada combinación de formas,
son producidas por las mismas piecitas de
vidrio; y todas ellas, en realidad, son
ilusiones ópticas, fenómenos naturales, que
engañan los sentidos físicos. Así es con la
Naturaleza Cósmica.
No debe, sin embargo, suponerse, que
porque esta perfecta y continua ilusión de los
fenómenos juguetones de la Naturaleza, que
toda la creación visible es puramente una
ilusión de los sentidos, como algunos
metafísicos maniáticos lo hacen, porque no
es el caso.
Volviendo otra vez a nuestro caleidoscopio,
claramente podemos ver que sin él, y sus
cuentas pintadas, tal ilusión óptica no es
posible. Hay, entonces, una base de realidad
espiritual para todos los fenómenos visibles;
pero esta base yace escondida, gracias a la
perfecta ilusión que la imagen reflejada
produce sobre el plano material de los
sentidos. Las cuentas son reales. Estas son
las bases, y las diferentes imágenes son el
resultado, no de las cuentas, sino del ángulo
en el cual son reflejadas hacia nuestra visión
terrenal. En otras palabras, el plano desde el
cual nosotros contemplamos el fenómeno.
Por tanto, cuanto más nos acercamos al
centro Divino de nuestro ser, menos
complicados se vuelven los diseños
originales de la Naturaleza, y cuanto más nos
alejamos de aquella fuente central, más
extraña, misteriosa, complicada e
incomprensible parece la Madre Naturaleza,
para la finita mente humana. Y esto es
especialmente así, para el instinto teológico
del hombre, su religiosidad, que constituye
uno de los factores fundamentales de su ser.
La Naturaleza es siempre una en sus
verdades originales y sus reflexiones
duplicadas; pero siempre es contradictoria y
conflictiva en sus refracciones multiplicadas a
través de las mentes de los hombres. Por
tanto, presentaremos el concepto primario de
esa gran Astro-Teología formulada por los
grandes progenitores de los hombres; y
veremos la simple maquinaria, por la cual
ellos tipificaron para la mente primitiva un
esbozo de la providencia Divina de la
Naturaleza.
Todos los libros sagrados empiezan con un
recuento de la creación física, la culminación
de lo que, es la apariencia del hombre y la
mujer, como los padres de la raza; y,
mientras ellos difieren considerablemente en
detalle y composición, las ideas básicas
corporizadas son esencialmente las mismas
en toda cosmo-génesis; de modo que en la
Biblia judía, accesible a todos, uno puede
leer la historia primitiva de la creación desde
el punto de vista judío, y, cuando leemos,
descansa satisfecho de que leímos la
revelación garantizada al hombre en todas
las Eras y todos los climas. La única
diferencia es una de peculiaridad mental y
costumbre nacional, junto con sus
condiciones climáticas. Hindú, caldea, china,
persa, egipcia, Escandinavia, druídica y del
antiguo Méjico son todas lo mismo, diferentes
nombres y vestiduras, para ajustarse a la
gente, pero esencialmente iguales en las
ideas fundamentales transmitidas.
LA CREACIÓN DEL MUNDO
La simple historia de la creación empieza a la
medianoche, cuando el Sol alcanzó el punto
más bajo en el arco, Capricornio. Toda la
Naturaleza está en un estado de coma en el
Hemisferio Norte, es Invierno, la luz solar y el
calor están en su reflujo más bajo; y las
varias apariencias de movimiento, etc., son el
pasaje del Sol desde Capricornio hasta
Piscis, 60º, y desde Piscis hasta Aries, 30º,
haciendo 90º, o un cuadrante del círculo.
Luego empiezan los poderes creativos en
real seriedad, es la Primavera. Los seis días
son los seis signos del arco del norte,
empezando con el fuego disruptivo de Aries.
Luego, en su orden, Tauro, Géminis, Cáncer,
Leo, Virgo; luego Libra, el séptimo día y
séptimo signo, cuyo primer punto es opuesto
a Aries y es el punto opuesto de la esfera, el
punto de equilibrio, noche y día iguales, es
Otoño. Es el sexto signo desde Aries, la
primera acción creativa, y así el sexto día
sigue a la fuerza ardiente, donde Dios creó al
hombre bi-sexual. Ver Génesis 1:5-27:
“Entonces Dios creó al hombre en su propia
imagen; en la imagen de Dios Él lo creó,
macho y hembra Él los creó”.
Es el séptimo, o día del Señor (hombre), el
clímax de la creación material y Señor de
todas las cosas vivientes, y descansa en el
hermoso Jardín del Edén. Este séptimo día y
séptimo signo es el sagrado y escondido
Libra , la perfecta unión de los sexos.
Luego llega la caída desde Libra, a través de
Escorpio, y la expulsión del Jardín del Edén.
Esa es la victoria de Satán, o el Invierno,
sobre el Verano, etc. Es inútil repetir la
misma vieja, vieja historia. El viaje anual del
Sol alrededor del dial de las constelaciones
de la Deidad es la Astro base de toda
cosmología primitiva.
LA IDEA1 DE LA REDENCIÓN
Sumado a la creación del mundo y la caída
del hombre a través del pecado,
encontramos que todas las personas están
en posesión de una gran idea1 de la
redención, y, como en el caso anterior,
encontramos que todas las versiones (de la
historia) son esencialmente la misma. Todas
requieren un mediador entre el Dios enojado
y el hombre desobediente, y todas requieren
que este mediador sea Divino, o semi-Divino.
Nada menos puede satisfacer las demandas
de la Deidad; o, más bien, digamos que es la
propia imaginación carnal del hombre. Es
simplemente otra vuelta de nuestro
caleidoscopio cósmico, y ¡contempla!, los
actores han cambiado. Capricornio se vuelve
el establo de la Cabra, en el pesebre en el
que el joven Salvador del mundo nace. Como
un (modelo) tipo de todo, tomaremos el
Evangelio Salvador. Es otra vez medianoche.
El Sol entra al signo de Capricornio sobre el
21 de Diciembre. Este es el punto más bajo
del arco, Sur, y por tres días permanece
estacionario, o en la oscuridad. Y ahora es
Víspera de Navidad. Él (el Sol o Salvador)
empieza a moverse, y a la medianoche nace
mientras la Virgo celestial está elevándose
sobre el cuadrante Este de los cielos; por
tanto el Dios-Sol nace de una Virgen. Luego
viene la huida para escapar de Kronos, o
Saturno (regente de Capricornio), quien
asesina bebés. Hay un periodo de silencio en
la historia de Dios mientras el Sol está en
tránsito a través de los signos de Capricornio
y parte de Acuario. Eso es, él está escondido
y oscurecido por los cielos nublados de este
periodo. Escuchamos de él apenas una vez
hasta que, el Dios-Sol o Salvador, tiene
treinta años de edad, o transitó treinta grados
de espacio. Ha entrado al signo de Acuario
(simbológico del Hombre). Ahora empieza el
periodo de los milagros.
1
En este capítulo se usa mucho la palabra scheme que
tiene una docena de traducciones diferentes, entre ellas
están intriga, maquinación, ardid, idea, esquema,
proyecto y combinación, que son las que se pueden
ajustar al contexto.
Vamos a desviarnos por un momento, y
relacionemos nuestro capítulo con las
constelaciones. Encontramos una perfecta
analogía entre este periodo de realización de
milagros y las constelaciones de Acuario y
Piscis, como son aquí dados. El primer
milagro del que leemos es la transformación
de agua en vino. Esto puede ser visto en un
aspecto tripartito. El Dios-Sol cambia
mediante su fuerza vital las aguas del
invierno en la rica vendimia de la cosecha,
donde la Virgen (Virgo) Madre otra vez
aparece. Otra vez, el vino se vuelve la
sangre, la vida ofrecida sobre la cruz vernal
para fortalecer, renovar y alegrar con nueva
vida a nuestra Tierra y su gente. El diablo (o
invierno), con sus poderes de oscuridad, es
derrotado y el hombre salvado. El triunfo final
es la crucifixión en Aries, el equinoccio
vernal, alrededor del 21 de Marzo,
rápidamente seguido por la resurrección, o
renovación de la vida. Luego el Dios se eleva
hacia los cielos, para sentarse sobre el trono
en el solsticio de verano, para bendecir a su
gente. Leemos, que, el Salvador de la
humanidad fue crucificado entre dos
ladrones. Muy bien. El punto equinoccial es
la línea divisoria entre la luz y la oscuridad, el
invierno y el verano. En otras palabras, el Sol
está reasumiendo su arco norte, para
reabastecer la Tierra con su fuerza solar y
preservar a su gente de la muerte en el
siguiente invierno. La vida de un Buda, un
Krishna o un Cristo, son todas encontradas
en su completitud en la vida de Horus;
mientras el Padre, Hijo y Espíritu Santo son
Isis, Horus y Osiris. La misma trinidad, bajo
diferentes nombres, se encuentran en todas
las naciones. Es el Sol, que es el único
verdadero mediador del Hombre.
Hay otra versión de esta crucifixión celestial,
donde el Dios-Sol-Salvador, después la cena
de la cosecha en Virgo, es crucificado en el
equinoccio otoñal sobre el ecuador. Leemos
que él estaba muriendo desde la hora sexta
hasta la novena; tres horas, tras signos; o
desde el 21 de Setiembre hasta el 21 de
Diciembre, cuando es depositado en la
tumba. Este es el punto más bajo del viaje
del Sol en el hemisferio sur, y la oscuridad
mantiene el balance en nuestro hemisferio
norte. Los tres días en la tumba son para
traer salvación a la porción norte de nuestra
Tierra.
Sólo hemos echado un vistazo sobre varias
líneas divergentes de la misma cosmología y
la misma redención. Todas estas alegorías
tipifican verdades. Todas enseñan al Iniciado
los misterios de la creación, del destino del
hombre y su necesario Ciclo de Prueba2.
Algunas de las parábolas más hermosas
pueden ser leídas en esta luz. Abraham, y la
historia de sus vagabundeos en los desiertos
de Asia Menor; de Lot y su mujer infiel, aún
pueden ser vistas escritas en los cielos. Agar
e Ismael todavía están ahí; y también lo
están Esaú y su hermano Jacob; la historia
de José y sus hermanos; de Sansón3 y sus
doce trabajos. Esta es la misma historia
hermosa. El Sol, esquilado de su gloria, o
fuerza solar, en el equinoccio otoñal, se para
sobre el ecuador entre los dos pilares del
templo (o luz y oscuridad), y derriba el templo
(o los signos) hacia el hemisferio sur. Y
detrás de esto tenemos la verdad eterna del
alma, cuando, dando lugar a los atractivos de
la materia (Dalilah), el alma es esquilada de
su cobertura espiritual, o consciencia, y se
hunde en la materia y la muerte. Y la historia
de David y Goliat puede ser leía hoy tan
claramente como ayer.
2
Aquí se usó la palabra probation, que es el periodo de
libertad condicional para los reclusos además de ser un
periodo de prueba.
3
Creo que es más bien Hércules y sus doce trabajos,
pero junto con Heracles son el mismo dios.
Son verdades eternas y espirituales de la
naturaleza humana, un registro, no sólo de la
historia de la raza humana, sus mutaciones y
transmutaciones, sino del hombre individual y
el sufrimiento y alegrías engañosas de su
vida material. Sí, ¡más! Es el registro de toda
su pasada existencia y un (modelo) tipo de
su destino eterno en el futuro.
Otra vuelta de nuestro caleidoscopio
cósmico, y ¡contempla!, la obra se extiende,
los ángulos se agrandan, lo cual es causado
por la revolución de nuestro padre solar a
través de su Zodíaco celestial. A medida que
el Sol pasa de un signo a otro, o, en otras
palabras, forma un ángulo diferente hacia su
propio centro de fuerza, una nueva
dispensación/ pacto nace hacia el mundo; o,
más bien, re-nace bajo un nuevo disfraz. El
gran Dios-Sol parece cambiar su naturaleza y
manifiesta un juego de atributos
completamente diferente. Esta es la manera
en que el hombre personifica esta obra de la
Naturaleza, a través de sus imperfectas
concepciones de la causa de este cambio.
Pero para él fue, y es, una verdad, y los
esfuerzos del hombre para externalizar esos
atributos en una personalidad Divina fueron,
y son, estrictamente hechos desde el plano
de su desarrollo mental y desenvolvimiento
espiritual.
Las dos imágenes de esta Astro-Teología,
como son expuestas en las dos divisiones de
la Biblia judía, ilustrarán nuestro significado.
El Sol entró en el signo de Aries algo antes
del éxodo desde Egipto. Aries es la
constelación de Marte, el elemento o fuerza
ardiente, destructiva y guerrera de la
Naturaleza, y encontramos en la concepción
judía de Dios una perfecta encarnación de
esos atributos: el Señor de los Ejércitos, un
Dios poderoso en batalla, deleitándose en el
derramamiento de sangre y el olor de las
ofrendas quemadas, siempre ordenando a la
gente a batallar y destruir a sus enemigos y
los trabajos de sus propias manos; un Dios
imbuido con celos, ira y venganza. Este fue
el tipo dispuesto por el salvador judío y dador
de leyes, Moisés.
Después de un periodo de 2.160 años,
encontramos la cosmología cristiana
entrando. El Sol entró al signo de Piscis, que
es regido por Júpiter, el padre benefactor. El
Cristo, o mediador, del Evangelio Cristiano
fue una encarnación de las cualidades del
signo y el planeta regente. Gentil, amoroso y
piadoso, Sus palabras fueron mensajes de
amor y paz; Sus trabajos fueron para los
pobres, oprimidos y caídos; Él se abstuvo de
los sacrificios y ofrendas quemadas; un
corazón contrito era la mejor ofrenda; Él
enseñó a la gente que Dios era su Padre,
que los amaba a todos, justo y aún así
piadoso. Pero una fuerte mancha de la
antigua concepción quedó dentro de la raza
humana, escondiendo, a veces, la belleza del
concepto posterior. Esos son, otra vez, las
refracciones de las verdades eternas, vistas
por el hombre desde su plano material. Los
elementos son aquí presentados, el alfabeto
y su llave claramente definidos. Por tanto,
dejamos que cada uno explore este
enredado laberinto de la Astro-Teología por
sí mismo, y resuelva las varias
correspondencias en su tiempo libre. Es
suficiente indicar los originales estelares de
esta aparentemente confusa masa de así
llamadas revelaciones Divinas en los libros
sagrados.
Ellos, uno y todos, pertenecen a los mismos
fenómenos celestiales, y las varias Biblias
son el resultado del serio intento del hombre
para tabular y externalizar este orden
celestial, para registrar sus concepciones de
esos aspectos estelares y movimientos con
sus correspondientes efectos sobre la Tierra.
Probablemente el sistema más puro para
nosotros es el que puede derivarse de
fuentes Caldeas. Esta casta sacerdotal fue la
más perfecta en sus concepciones astrales y
la más completa en su sistema simbólico de
registro, y si el gran trabajo encontrado en la
biblioteca del Rey Sargon en setenta tabletas
es traducido alguna vez, probará ser de
incalculable valor para los estudiantes de
estos raros pero sublimes misterios
astrológicos.
En conclusión, mientras reflejamos sobre los
aspectos cuatripartitos del asunto que
presentamos en esbozo en estas páginas,
toda la imaginería pasa en revista ante la
visión mental. Vemos que las radiantes
constelaciones de la bóveda celeste, con la
hermosa reflexión y contraparte, el brillante
Zodiaco, son las dos mitades del gran Ciclo
de Necesidad, la espiral de la vida universal
eterna, que vincula todo en la unidad, y la
unidad con la infinidad. Es la gran idea1 de la
vida creativa. Los siete principios de la
Naturaleza, o Actividades Divinas, son las
fuerzas que producen los fenómenos dentro
de los siete estados angélicos, siete reinos,
y, por siete planetas, sobre el plano externo;
siendo los planetas los mediums pasivos de
las fuerzas espirituales positivas. Sobre esta
espiral dual, que refleja los siete rayos del
espectro solar se producen las siete notas
musicales; una mitad de la espiral en sonido
y color siendo complementaria de la otra
mitad. El hombre, la Tierra, y nuestro sistema
solar, están girando, cada orbe en su propia
nota/clave, y su propio rayo particular,
encontrándose y mezclándose con otras
espirales, y todo el conjunto mezclándose en
un poderoso Ciclo espiral de Vida Progresiva,
girando alrededor del Eterno, Infinito Dios-
Ego, siempre involucionando y
evolucionando atributos, poderes y
posibilidades de la gran fuente central Una
del Ser.
1
Es la misma palabra scheme pero esta vez realmente
no sé si traducirla de otro modo.
Es una gran orquesta, resonando con la más
rica melodía y sublime armonía, el gran
Himno de la Creación: “Te adoramos, oh
Dios”.

CAPÍTULO 5
ASTRO-MITOLOGÍA
El sistema Astro-Mitológico de los antiguos,
aunque formaba la sección anterior, por
decirlo así, de los misterios de la Divina
Urania, es, quizás, la más hermosa de sus
características generales, y perfecta en el
completo cumplimiento del propósito que se
intentó: transmitir a la mente humana una
lección, una moral, una verdad en
Naturaleza; y finalmente, pero no menos
importante, servir como una base sobre la
que sus aspiraciones interiores y su fe más
externa puedan descansar con seguridad.
Cuando examinamos los profundos principios
filosóficos de semejante sistema sabio,
quedamos casi asombrados por el resultado
de nuestras investigaciones y la sabiduría de
la naturaleza humana mostrada en la
formulación de tales perfectas analogías de
verdad, semi-verdad, y falsedad, de acuerdo
al plano ocupado por el individuo.
Vamos a tomar un ejemplo, que claramente
explicará todo el resto, porque están
construidos y formulados respecto del mismo
modelo. Eneas, de los mitos y fábulas
griegos, es reputado como el hijo de Venus y
un padre mortal, sobre el plano de la
realidad. En lo referente a ser un verdadero
padre y un niño, por supuesto es una
completa falsedad. Para la población rural de
hace mucho, mucho tiempo, y sus simples
concepciones rústicas, fue una verdad.
¿Por qué? Porque lo creyeron, y para ellos
enseñó una lección necesaria de obediencia
a los poderes superiores. Pero si en realidad
fue una falsificación, ¿cómo puede volverse
una verdad mediante la simple adición de la
aceptación y la creencia? Porque poseyó una
verdad metafísica, aunque no una física, en
el sentido aceptado.
Eneas, hijo de Venus, cuya historia es tan
hermosamente preservada por el inmortal
Virgilio, fue (metafísicamente hablando) el
hijo de la diosa, porque él fue, en su
naturaleza astral y magnética, regido y
gobernado por Venus, nacido bajo uno de
sus signos celestiales y cuando ella estaba
ascendiendo sobre el ascendente de la Casa
de la Vida, así como Jesus Christos nació de
una virgen, porque Virgo estaba ascendiendo
en Su nacimiento.
Así Eneas fue, en estricta realidad
metafísica, un hijo de Venus. Habiendo
satisfecho la mente rural, que así,
inconscientemente, acepta una verdad
absoluta bajo un disfraz físico, el pensador
metafísico, el filósofo, también acepta la
misma fábula, conociendo y dándose cuenta
de su más abstracta verdad.
Pero, otra vez, nos encontramos con la
objeción de que semejante verdad es sólo
aparentemente una verdad, sobre el plano de
las apariencias encarnadas, y naturalmente
se eleva la pregunta, ¿dónde (si la hay) está
la real verdad del mito? Aquella verdad que
está más allá del mero pensador metafísico y
filósofo común; la verdad que el Iniciado
reconoce, ¿dónde está? Esa verdad yace
muy lejos del alcance de la Astro-Mitología.
Está conectada con el centro de la vida
angélica. Es suficiente aquí decir que, como
hay siete razas de la humanidad, siete
divisiones para la constitución humana, siete
principios en la Naturaleza, tipificados por los
siete rayos del espectro solar, así hay siete
centros de vida angélica, correspondientes a
las siete fuerzas planetarias formuladas en
“La ciencia de las estrellas”, y, como cada
uno de nosotros debe por necesidad
pertenecer a uno de los centros angélicos
particulares de los que originalmente somos
emanados, el Iniciado no puede ver razón de
por qué Eneas no puede en realidad
pertenecer a aquel vórtice celestial
representado por Venus sobre el plano de la
vida material. Siendo este el caso, vemos
cuán hermoso el sistema de los antiguos de
adoración del templo debe haber sido. El
simple rústico, en reverencia y adoración,
acepta el significado físico y grosero, el único
posible para su oscura mente sensible. El
erudito y filósofo inclina su más sabia cabeza
con igual humildad, aceptando con igual
sincera fe la más abstracta forma de
alegoría; mientras por otro lado, el sacerdote
y el Iniciado, elevando sus nobles almas más
arriba de la tierra y sus fórmulas de ilusión y
materia, aceptaban aquella más elevada y
más espiritual aplicación, que los hacía
igualmente sinceros y devotos que sus
menos iluminados adoradores. Así
encontramos estos astro-mitos verdaderos
para todas las épocas, verdaderos en toda
Era del mundo, e igualmente ciertos para
todas las naciones. Y esta es la verdadera
razón de por qué encontramos a cada nación
bajo el Sol poseyendo claras tradiciones en
lo referente a las mismas fábulas idénticas,
bajo diferentes nombres, que son
simplemente cuestiones de nacionalidad. Y
cuando los mitologistas, arqueólogos, y
filólogos una vez reconocen la verdad
cardinal central una, dejan de preguntarse
por qué las naciones, tan ampliamente
separadas por el tiempo y el espacio, poseen
la misma mitología básica. Ya no intentan
explicarlo por imposibles migraciones de
razas, llevando los rudimentos con ellos. Se
encuentran que esta mitología fue una
completa ciencia de los sabios antiguos, un
lenguaje misterioso universal, en el que todo
puede convertirse, y que desciende de la Era
Dorada, cuando había sólo una nación sobre
la faz de la Tierra, la de los descendientes
que constituyeron el núcleo básico de todas
las razas que desde entonces tuvieron
existencia. En esta simple luz, clara y fácil de
comprender, todo es natural.
El astrónomo-sacerdote del pasado
encanecido, cuando el lenguaje era figurativo
y a menudo pictórico, tuvo que recurrir a un
sistema de símbolos para expresar verdades
e ideas abstractas. Para imprimir las mentes
de sus pupilos con un verdadero concepto de
los atributos de las fuerzas celestiales, que
nosotros llamamos planetas, personificaron
sus poderes, cualidades y atributos. Así
como la mente promedio de hoy no puede
concebir a la Deidad apartada de la
personalidad, así el hombre primitivo vistió
sus ideas con formas reales, y en esas
personificaciones, combinó la naturaleza de
los orbes celestiales con las de el o los
signos zodiacales, en los que el planeta
ejerció sus principales y más potentes
actividades. Por ejemplo, el planeta Marte,
cuya constelación principal es Aries, fue
descrita como un gran guerrero, poderoso en
batalla, feroz cuando estuvo enojado, audaz,
desesperado y destructivo; mientras que las
cualidades mecánicas y constructivas fueron
personificadas como Vulcano, quien forjó los
rayos de Jove, construyó palacios para los
dioses, e hizo muchos artículos hermosos y
útiles. Luego, otra vez, encontramos que
Palas Atenea representa la inteligencia.
Atena superó a su hermano Marte en la
guerra, lo que muestra que la inteligencia es
superior a la fuerza bruta y el valor temerario.
Aquí, vemos tres personajes diferentes
empleados para expresar la naturaleza de los
poderes y fenómenos producidos. Fueron
llamados dioses y diosas. Esto fue bastante
natural, ya que los planetas de nuestro
sistema son reflexiones de principios Divinos.
Esotéricamente, Marte simboliza fortaleza,
victoria…atributos de la Deidad.
Se decía que Marte se había casado con
Venus, enseñándonos que la unión de la
habilidad y la belleza era esencial en todo
trabajo artístico.
La mitología nos dice que el dios Marte
supuestamente era el padre de Rómulo, el
reputado fundador de Roma. Rómulo
mostraba muchas características de este
planeta. El mito es indudablemente un
paralelo al de Eneas. Roma fue fundada
cuando el Sol en su órbita había entrado en
el signo de Aries, y Marte fue el dios más
adorado por los Romanos. Con el tiempo,
con la degeneración de las razas humanas y
su adoración, para la mente rural, los asuntos
de los mitos se volvieron personajes reales,
conferidos con todas las pasiones humanas y
los atributos de los dioses, con las primeras
(las pasiones) caracterizando la influencia
discordante de los cuerpos celestiales sobre
el hombre.
Gaia, Rhea y Ceres, o Deméter (griega),
representan los atributos triunos de la Madre
Tierra. Gaia significa la Tierra como conjunto,
Rhea los poderes productivos de la Tierra, y
Ceres usa y distribuye las fuerzas
productivas de Rhea.
En la encantadora historia de Eros (el Amor
Divino), hijo de Marte y Venus, él (Eros), se
nos dijo, saca armonía del caos. Aquí, vemos
la acción de Aries y Tauro, regidos
respectivamente por Marte y Venus.
El hermoso mito de Afrodita, nacida de un
mar de espuma, es Venus surgiendo de las
aguas del invierno, para brillar
resplandeciente en los cielos occidentales a
la tarde, y tipifica el nacimiento de las formas,
ya que todas las formas orgánicas tienen su
origen en el agua.
En todas las tierras el Sol fue conocido bajo
varios nombres, típicos de la energía solar,
especialmente en referencia a los colores
equinocciales y solsticiales.
Henry Melville, en su valioso trabajo,
“Veritas”, dice que no se puede confiar en
absoluto en las fechas antiguas, ya de
Europa, Asia, o ningún otro lugar, y
conclusivamente muestra que tales fechas
son puntos Astro-Masónicos sobre el
planisferio celestial, los eventos grabados
siendo, por decirlo así, reflexiones terrestres
de símbolos celestiales.
Para intentar vadear a través de todos los
muchos sistemas de mitología, y explicar
cada uno en su orden apropiado, sería
escribir una gran enciclopedia sobre el
asunto. Dimos unos pocos ejemplos como
claves, y sugerimos trabajos para estudiar.
Hemos aquí dado la verdadera clave, y el
estudiante debe profundizar en los
particulares por sí mismo. El trabajo principal,
y más valioso en esta línea, es la
“Metamorfosis” de Ovidio. El siguiente,
también muy valioso en esta línea es “La
astronomía mitológica de los antiguos”, con
notas (que después son la esencia y
constituyen el verdadero valor), por S.A.
Mackey; y finalmente, y, quizás, en algún
sentido, no el último, es la “Sabiduría de los
antiguos”, pro Lord Bacon. Esto es publicado
en “Ensayos de Bacon”.
Un cuidadoso estudio de Ovidio, con la clave
que este capítulo suministra, revelará todo lo
que tiene que ver con los dioses antiguos,
demi-dioses, y héroes, mientras un estudio
de Mackey, y una cuidadosa comparación
con “La Clave (la clef) y “La clave hermética)
revelará todo lo pertinente a los ciclos
cósmicos y la cronología astral, que es la
única cronología bastante confiable, hasta
donde concierne a la historia antigua.
Mientras estamos sobre este asunto,
debemos puntualizar algunos engaños, en
los que las enseñanzas sutiles mágicas de
Oriente podrían guiar al estudiante.
Todos los monstruosas esfinges, medio
humanos, medio animales, etc., que los
antiguos preservaron, son simplemente
registros del pasado. Son tablas cronológicas
de tiempo cósmico, y están relacionados con
eras del pasado, con el movimiento del Sol,
de ninguna manera fueron creaturas de
creaciones antediluvianas, como algunos
sabiondos imaginaron. Muchos de estos
antiguos monumentos, monstruosos en
forma, son los registros de aquel horrendo
periodo de inundaciones y devastación
conocido como la Era del Hierro, cuando
había un Sol vertical a los polos; o, en otras
palabras, cuando el polo de la Tierra estaba
desplazado a 90º desde el polo de la
eclíptica. Para aquellos quienes puedan leer
bien, todo lineamiento cuenta tan claramente
como la palabra escrita puede hacerlo la
historia de aquel horrendo pasado, marcando
la marcha del tiempo, registrando las
revoluciones del Sol en su órbita de 25.920
años, y relatando con hermosa precisión los
cambios climáticos, en sus latitudes, que
tuvieron lugar con cada revolución del Sol y
el correspondiente movimiento del polo de la
Tierra menos de 4 grados. Todos los
mayores mitos del pasado distante fueron
formulados para expresar tiempo cósmico,
movimiento solar y polar, y los fenómenos
resultantes de ellos. Esos monumentos de la
antigüedad prueban que, los antiguos
conocieron mucho más los movimientos de
los cuerpos celestiales y de nuestro planeta
de lo que los modernos astrónomos dicen
que lo hicieron.
Madam Blavatsky, en su “Doctrina secreta”,
afirma seriamente que todas esas formas
monstruosas son los tipos de reales, alguna
vez vivientes encarnaciones físicas, y, con
aparente sinceridad, afirma que los adeptos
enseñan semejantes supersticiones insanas.
Tal, sin embargo, no es el caso, ni hay nada
verdadero, o siquiera que se le acerque a la
verdad, en la cosmología dada en el trabajo
en cuestión.
Y, finalmente, tenemos sólo un aspecto más
en los grandes viejos Astro-Mitos que
presentarte. Este aspecto revela toda la
antigua clasificación de trabajo y mano de
obra, y nos da una clara visión de los
designios originales, o representaciones
pictóricas, de los doce signos y los doce
meses del año. También explica claramente
muchas cosas que hoy son atribuidas al
paganismo supersticioso.
Como cada mes posee su propia estación
peculiar, también hay, o hubo, varios trabajos
del agricultor, y aquellas persecuciones
pastorales, fueron alteradas y divertidas.
Cada mes, entonces, tuvo un símbolo que
denotó las características físicas del clima y
las características temporales del trabajo. A
medida que el Sol entró al signo, también los
ritos del templo variaron en honor de los
trabajos realizados, y el símbolo así se volvió
el objeto de veneración y adoración externo.
Así vemos que los doce signos, y
principalmente los 4 cardinales, se volvieron
Deidades, y los símbolos sagrados, pero en
realidad, era el mismo Sol al que se le estaba
pagando homenaje.

Hay una gran esfera de estudio en esta

dirección, ya que, por supuesto, cada clima
varió el símbolo para ajustarse a sus
requisitos. En Egipto había tres meses
cuando la tierra estaba inundada con agua;
por tanto, ellos tenían sólo nueve meses
laborables al aire libre, y de este hecho
surgieron las Nueve Musas, mientras las
Tres Sirenas representaban los tres meses
de inactividad en el trabajo, o tres meses de
placer y festividad.

Mackey nos cuenta que el gran Leviatán

mencionado en el Libro del trabajo era el río
Nilo.

En casi todas las mitologías, encontramos

que los dioses estaban reunidos en alguna
montaña alta para tomar consejo. El Olimpo
de los griegos y el Monte Sión de la Biblia
hebrea significan lo mismo, la Estrella Polar;
y ahí, sobre el planisferio dibujado, se sienta
Cefas, el poderoso Jove, con un pie sobre la
Estrella Polar y todos los dioses reunidos
debajo de él. La estrella Polar es el símbolo
del cielo más alto.

Con esto cerramos, dejando las

interminables ramificaciones de este asunto
profundamente interesante para el tiempo
libre e investigaciones de los estudiantes,
confiando en que las llaves que les dimos en
este capítulo y su cuidadoso estudio puedan
inducir al lector y estudiante de esas páginas
a buscar por sí mismo el significado
escondido en todas las Astro-Mitologías.

CAPÍTULO 6
SIMBOLISMO
En este punto de nuestro estudio es
necesario hacer un alto; y, antes de seguir
adelante, intentar formular y darnos cuenta
de lo que, hasta ahora, estuvimos
persiguiendo.
Primero, entonces, pasamos revista al
Zodíaco, y luego las constelaciones. Desde
esto mentalmente inspeccionamos tanto la
Astro-Teología como la Astro-Mitología; y
ahora, nuestro deber es darnos cuenta del
verdadero significado de estas cosas, y esto
consiste en alcanzar una clara comprensión
de la Gran Ley de Correspondencias.
¿Qué es esta ley? Es la ley del simbolismo; y
el simbolismo, claramente entendido, es el
lenguaje Divino uno de la Madre Naturaleza,
un lenguaje que todos podemos leer, un
lenguaje que desafía los esfuerzos unidos del
tiempo y el espacio para destruirlo, porque el
simbolismo será el lenguaje de la Naturaleza
mientras el espíritu se exprese a sí mismo
hacia el alma Divina del hombre.
No importa a dónde nos volteemos o
miremos, está diseminado por nuestra visión
un vasto panorama de formas simbólicas
para que leamos. En cualquier forma, ángulo
o color que ellos se presenten, el verdadero
estudiante de la Naturaleza puede interpretar
y entender su lenguaje simbólico
correctamente. Ha sido por la personificación
de los símbolos de la Naturaleza, que el
hombre se ha vuelto ignorante de su
lenguaje. No hay forma, sonido ni color sino
lo que tiene sus leyes de expresión; y sólo un
perfecto conocimiento del simbolismo le
permitirá al hombre conocer la ley, el poder y
el significado, yaciendo detrás de tales
manifestaciones. La ley de expresión es
exacta, y tan inalterable como la Deidad
Misma. Los sentidos físicos no pueden vibrar
respecto de estas fuerzas interiores, y a
través de ellas, comprender su ley. Los
sentidos físicos vibran respecto de la
expresión del espíritu, no de los poderes,
fuerzas y leyes, que los trajeron a la
existencia objetiva.
Incontables números de místicos, si merecen
ese nombre, entre los estudiantes de la
actualidad, hablan y escriben muy
eruditamente acerca de la “Ley de
Correspondencia”, y pocos (si alguno) de
ellos realmente entienden o conocen nada en
absoluto de esa ley. El intelecto solo no
puede resolver los problemas de esta ley. No
puede entender el significado verdadero,
interior y espiritual, excepto hasta donde el
intelecto es capaz de externalizarlos. Estas
más profundas verdades espirituales, no
pueden ser demostradas a los sentidos
externos, jamás lo hicieron, ni jamás
apelarán a ninguno quien no tenga la
habilidad interior para comprenderlas.
Hubo una época cuando el hombre reinó por
puro intelecto, sin su acompañante otra
mitad, la intuición: fueron vistos como
monstruosidades. Este estado de puro
desarrollo intelectual fue traído por el
principio masculino, positivo, la razón,
absorbiendo a su contraparte, la intuición, la
porción femenina; y el resultado, por
correspondencia, es tan fatal como sobre el
plano interior, donde el alma masculina y
positiva niega la existencia de su pareja; así
poniendo sobre su trono, sólo una porción de
sí mismo como su ídolo, y luego, se
convence mediante la razón de que está
completo. El amor ha sido expulsado,
ignorado y olvidado hasta que finalmente ella
se vaya, dejando un lugar vacío, que la
eternidad no puede llenar.
Esto es similar en alguna medida a su
ilusorio Devachán, un ideal, un mero
sentimiento místico para empaparse, pero es
algo que ellos no entienden realmente. Por
tanto, haremos nuestro mejor esfuerzo para
explicar esta ley universal, y para apuntar
dónde están manifiestos sus primeros
principios. Una vez que se hayan
masterizado estos, la Regla Dorada explicará
todo lo demás: “Como es abajo, es arriba;
como es en la Tierra, también en el cielo”.
Aquí, entonces, está nuestra primera lección
sobre el asunto de la realidad, que constituye
la ciencia Hermética de las
Correspondencias.
Primero, date cuenta de que una línea o un
ángulo, por ejemplo, es algo más que su
mero esbozo matemático. Se corresponde
con algún poder, fuerza o principio dentro de
la gran Anima-Mundi de los misterios, que
está intentando encontrar expresión, en su
viaje evolutivo, en formas. Vamos a ilustrar
nuestro significado. ¿Qué es un punto? Bien,
externamente es el alfa de todas las
matemáticas. Es la primera manifestación
finita de la fuerza espiritual. Dentro de aquel
punto yacen escondidas, en embrión, todas
las futuras posibilidades del principio de
manifestación.
Este punto es un algo para empezar, una
forma externalizada, de la cual todas las
futuras formas pueden surgir, y pueden ser
infinitas, tanto en número como en variedad.
Primero una idea simple y primitiva, en la
cual todas las ideas y pensamientos,
intrincados y complejos, tienen sus ser.
Un punto extendido es una línea recta,
científicamente expresada (aunque en
verdad no existe tal cosa como una línea
recta); por decirlo de alguna manera, es una
forma incrementada o multiplicada por sí
misma, y por tanto, es una extensión en el
espacio que puede ser medida, y cada
extensión significa una nueva forma, un
símbolo adicional. Ha tomado nuevos
aspectos, nuevas relaciones, por tanto
contiene el segundo principio de las
matemáticas, por así decirlo; pero, además
de ser puntos, son símbolos. Son principios
en la Naturaleza tan claramente relacionados
entre ellos como la hoja y el tallo de la vida
vegetal.
Cada mónada, o punto en el universo, es el
inicio de algo; igualmente, es también el final
de sus propias fuerzas en aquella acción
particular, y permanecerá inerte hasta que
vuelva a ser actuada por algo más.
Un punto, luego, es una idea simple y
primitiva, una línea recta. Un ángulo es la
misma idea, hecha más grande y más
compleja, y se refiere a las mismas fuerzas
sobre un plano diferente, y cuánto más
multiplicamos los ángulos más complejo y de
largo alcance se vuelve el símbolo y más
numerosos y diversos se vuelven sus planos
de acción. Aquí introduciremos un ejemplo.
Un trino representa tres fuerzas o ángulos, y,
cuando se unen, forman una trinidad, por
tanto armonía. Su ápex (cuando está arriba),
es celestial, por tanto representa las fuerzas
masculinas del espíritu.
Un trino invertido también representa las
mismas fuerzas, con su ápex en la materia,
por tanto es negativo. En estas dos ideas
complejas, claramente representadas por
esos símbolos, tenemos toda la materia y el
espíritu; y aún así sólo son extensiones de
nuestro punto en el espacio, hechos de largo
alcance y complejos, por la posición y el
número de ángulos presentado.
Vamos a girar la llave otra vez, y
encontramos que, tanto el espíritu como la
materia poseen el mismo esbozo en su
concepto primitivo, excepto que está invertido
(polarizado).
Unamos esos dos trinos, y tenemos una
forma más potente; un símbolo casi
infinitamente complejo. Tenemos espíritu y
materia unidos, o, más bien, tres rayos de
fuerza, positiva, encontrándose con tres
rayos de fuerza, negativa, en cualquier punto.
Así tenemos seis puntas, también seis lados,
de lo que finalmente es un cubo. Todos son
desiguales. Es la primera fuerza de una
cristalización (creación) de materia.
Una vez más vamos a girar la llave, y
tenemos nuestras dos concepciones en un
sentido metafísico; el trino con su ápex arriba
es como el trino con su ápex abajo, ambos
tienen la misma forma, aunque vibran en
planos muy deferentes, y un lenguaje
diferente es requerido para leer e interpretar
su significado correctamente. El espiritual, o
el trino con su ápex arriba, absorbe su
influencia de lo celestial, y a medida que la
condensa se la pasa al trino de materia, este
transmite esta misma fuerza Divina a través
de su ápex, que apunta hacia abajo, a la
materia. El doble trino se encuentra sobre
todos los planos, obedeciendo a la Divina
Ley de Correspondencias.
Es, en este sentido, llamado “Sello de
Salomón” porque es el gran jeroglífico de la
ley Hermética: “como es arriba, también es
abajo; como es sobre la Tierra, también en el
cielo”.
Continuar esta línea de razonamiento, o
especulación, digamos, nos llevaría más allá
de las firmes bases del razonamiento
humano; escaparía al entendimiento del
intelecto, al que estoy obligado en este curso
a doblar, pero jamás nos llevará más allá de
los verdaderos límites del universo; aún así,
para no extender nuestras investigaciones,
siempre permaneceremos en el trino inferior,
en los reinos de los efectos, y perderemos de
vista enteramente el trino del espíritu, desde
el cual se originó la fuerza y la potencia en la
forma de materia.
Por tanto tenemos que la ciencia del
Simbolismo ha sido evolucionada y
formulada. Los símbolos, las
manifestaciones, están siempre presentes, y
el estudio de los efectos, a un alma
desarrollada, le sugerirá la causa, la
naturaleza del principio detrás de él, así
como la ley que produciría tal efecto. Tal es
la ciencia del simbolismo; y se limita y vincula
con un sistema religio-filosófico, cada clase
de símbolos y cada plano de manifestación;
como seguramente los sabios modernos
definieron la esfera de la química, el
magnetismo y las matemáticas; y, hasta este
punto, esos límites son útiles. Pero es sólo
cuestión de tiempo y espacio, después de
todo, porque, cuando son resueltos, o,
digamos, evolucionados hasta sus principios
abstractos; la química, el magnetismo y las
matemáticas, son términos puramente
arbitrarios para expresar características
especiales de la misma eterna cosa o
ciencia, que es la existencia; y, a su vez, es
consciencia; no esa conciencia externa de la
existencia, no aquel conocimiento y amor de
lo viviente, sino aquel interno conocimiento
consciente, que nos dice por qué y cómo
existimos, mediante qué fuerza y poder
somos sustentados y se nos permite
obedecer y llevar adelante la ley de la
mediumnidad, la recepción y la transmisión,
la atracción y la repulsión, espiritual y
material, que finalmente se mezclan y
vuelven uno, el doble trino, y, unidas con el
Divino Ego de su ser, se completan; siete, el
número perfeccionado de la forma.
La suma total, luego, de todo, y el valor que
puede poseer para el individuo, es medida
por su habilidad para percibir; porque nada
externo no es en algún sentido mental, y
nada mental no es en algún sentido
espiritual. Los lados del triángulo, físico,
mental y espiritual, y el ápex donde se
encuentran lo mental y lo espiritual, forman el
centro de contacto para trinos superiores en
los reinos de arriba.
Donde no está la mente, no hay símbolos, ni
ideas, ni manifestaciones. El espíritu aún no
alcanzó aquel punto en su viaje evolutivo
donde puede cristalizar su fuerza proyectada,
poder o ideas en formas; porque todo lo que
existe, es el resultado del pensamiento
Divino, y expresa dentro de sí el símbolo de
su ser. Este es el arcano de la Ley de
Correspondencias.
Recuerda la enseñanza anterior, porque
sobre su completa comprensión descansa la
habilidad para leer símbolos correctamente.
Ayudará al alma darse cuenta
completamente de que el vasto universo sólo
es una imagen mental del Creador; que no
existe nada como la existencia manifestada
aparte de la mente; y consecuentemente, los
mundos infinitos que flotan seguramente en
el espacio, ruborizándose y parpadeando con
luz de vida y amor del Padre, revelando a las
mentes mortales alguna débil concepción de
los terribles recursos y profundidades dentro
del laboratorio hacedor de estrellas de la
Naturaleza, son sólo el reflejo parpadeante
de la vida, las reacciones de fenómenos
mentales. Así, también, son los poderes
creativos mentales de la mente del hombre,
porque, ninguna vibración que procede de
cada uno de sus pensamientos no hace sino
crear su correspondencia en el reino creativo
del espíritu. Por tanto, el simbolismo continúa
dando al alma del hombre, a través de la
eternidad, comida para el pensamiento y la
contemplación.
Todos los símbolos, luego, son ideas
objetificadas, ya sean humanas o Divinas; y
como tales poseen un verdadero significado;
y este significado es alterado, extendido o
complejizado con cada cosa o influencia
adicional por la que está rodeado, o con el
que lo encontramos correlacionado. Por
ejemplo, $1.00 significa un dólar; agrega seis
cifras a la izquierda 0000001., y aún es el
mismo $1.00, y no más, porque su posición
es previa, o anterior, al 1. Pero agrega el
mismo número de cifras a la derecha,
$1.000.000, y ¡contempla! Encontramos un
maravilloso cambio de fuerza, poder y
consecuencia. Vemos todo el gran poder de
nuestro millón de dinero, y las posibilidades y
responsabilidades con las cuales, en estos
días, está asociado.
Así es con todo lo demás en la Naturaleza. El
hombre paga la pena por la responsabilidad
incrementada, por cada paso en el
conocimiento que da, así como en cada dólar
en oro que gana. Los dólares, como también
los talentos, han de ser tenidos en cuenta, y
su utilidad se incrementa diez veces. Los
dólares no deben ser enterrados ni
acumulados más que nuestros talentos, sino
cada uno, desarrollado y doblado, para que
puedan ser el instrumental para ayudar a
nuestros compañeros de trabajo en su
camino ascendente, en el Ciclo de
Necesidad. El conocimiento es la fundación
básica en la lectura del lenguaje de la
Naturaleza. La pureza de pensamiento,
verdad en el motivo, y la benevolencia
altruista, elevarán el velo que ahora yace
entre los dos trinos, causa y efecto, espíritu y
materia.

Hemos dado la clave y explicado el alfabeto

de esta ley maravillosa; por tanto cerramos
aquí. Cada uno debe, mediante las mismas
reglas, resolver los vínculos especiales en la
cadena por sí mismo. El ángulo desde el cual
cada uno lo ve determina la lectura e
interpretación de los símbolos presentados,
ya sean desde el ápex, los lados o la base,
porque todo símbolo tiene su trinidad en
principios y forma. Causa y efecto sólo son la
acción y reacción; el resultado es el símbolo
que revela la correspondencia de ambos.

CAPÍTULO 7
ALQUIMIA – PARTE 1
Qué raro y aún así placentero nombre es el
término Alquimia. es simple, pero tan lleno y
entremezclado con posibles verdades de
ciencia exacta y las especulaciones
filosóficas sobre el infinito y lo desconocido,
como para eludir nuestro entendimiento, por
decirlo así, mediante su sutil esencia, y
desafiar nuestro más perspicaz análisis de
nuestros más profundos generalizadores en
ciencia. Y aún así, a pesar de su verdad
auto-evidente, cuán fascinante es el sonido
de la palabra para el oído del estudiante
místico, y queda embarazado con terribles y
misteriosas posibilidades, por los poderes
inmortales corporizados dentro del complejo
organismo humano llamado hombre.
Las palabras, si sólo las conociéramos,
tienen la misma influencia magnética innata,
y poseen el mismo poder de afinidad y
antipatía, que posee la familia humana; así
como todas las formas orgánicas e
inorgánicas y las sustancias; y cuán triste,
para un alma desarrollada, es atestiguar la
desarmonía existente en nuestras
inmediaciones, causada por la mala
aplicación de los nombres.
La mayoría de los seres humanos son muy
conscientes del magnetismo humano o
personal, y sus efectos. Pero se detienen
justo ahí, y no sueñan con las influencias
silenciosas y sutiles emanando de un
nombre, una palabra, y el poder existente en
las palabras, cuando es usado
apropiadamente. La mente humana está tan
absorbida en las manifestaciones de la
Naturaleza, que sólo son cáscaras, que falla
en ver el verdadero significado escondido en
las realidades, escondidas debajo del
caparazón material.
Primero notaremos el significado de palabras
que constituyen nuestro asunto: la Alquimia;
luego daremos una breve repasada de su
correspondencia física, la química, y su
verdadera relación respecto de su
contraparte espiritual, la Alquimia.
“Al” y “Quimia” son palabras arábigo-egipcias
que tienen mucho más en ellas de lo que
parece en la superficie, y poseen un
significado muy diferente del que los términos
usualmente transportan para la mente
promedio. Los términos, y las ideas que
asociamos a ellos, varían de acuerdo a la Era
en la que vivimos. Lo mismo pasa con esos,
de los que la palabra Alquimia se deriva.
Vamos a penetrar debajo del mero cascarón
verbal con que el uso lingüístico y la
conveniencia los han vestido, y el cual, en el
curso de las Eras, se ha vuelto sólo la
escoria de la verborrea descompuesta, y ver
si podemos excavar el germen viviente, que
está enterrado dentro. Si podemos hacerlo,
podemos, al inicio de nuestro estudio,
alcanzar la realización del antiguo significado
y la verdadera significancia de los términos
empleados. Y esta no sería una ganancia
pequeña, y no formará una parte sin
importancia del equipamiento en nuestra
actual búsqueda.
Los árabes, quienes derivaron la totalidad de
sus arcanos Ocultos de los egipcios, son los
más probables que nos extiendan la más
cierta y directa significancia de la palabra, y
por ello los buscamos. Así, “Al” significa “lo” y
“kimia”, significa “escondido” o “secreto”, ergo
LO OCULTO, de lo que se deriva nuestro
término moderno Alquimia, más propiamente
Al Kimia. Esto es muy diferente de la
concepción popular actual, que supone que
la palabra tiene que ver con el arte de hacer
oro artificialmente mediante algún proceso
químico, y lo ve como alguna clase de
química mágica, olvidando que, la ciencia de
la química misma es derivada de la Kimia de
los místicos árabes, y fueron consideradas
una y la misma por todos los escritores del
Medioevo.
En ese momento, el hombre físico no era tan
denso entendiendo los caparazones; por
tanto las partes del alma y del espíritu
tuvieron mayor control, y pudieron impartirle
el lado alquímico real de la naturaleza; por
tanto la Ley de Correspondencias fue
entendida, y guió a los educandos en sus
consideraciones, investigaciones y
conclusiones.
¿Preguntas por qué, si estaban tan
iluminados, velaron su conocimiento del
mundo a la larga?
El poder de la mente sobre la materia fue
potente en esos días como lo es ahora, y las
masas estaban tan correspondientemente
corruptas como lo están hoy. Por tanto, poner
este conocimiento en las manos de la
multitud habría sido generalmente
desastroso. Así que lo escribieron en
lenguaje místico, conociendo que todos los
estudiantes educados en las leyes de la
naturaleza, en aquel momento, entenderían;
pero jamás soñaron cuánto de su lenguaje
sería malentendido en los siglos siguientes,
por aquellos quienes buscaron su antiguo
linaje para buscar ayuda sobre asuntos que
en la actualidad están tan perdidos en el
misterio.
Habiendo llegado, más allá de toda duda, a
que la Alquimia fue, y consecuentemente es,
la ciencia secreta del Ocultismo, no la
filosofía, entiéndelo, sino ciencia;
prosigamos, porque encontraremos que
estos dos aspectos a menudo pueden diferir,
o parecen diferir, ampliamente uno del otro,
aunque jamás pueden hacerlo en realidad,
porque el último produce y establece los
hechos, mientras el primero se ocupa en la
tabulación y las deducciones. La ciencia
constituye las bases, y la filosofía, las
especulaciones metafísicas, sobre las que
reposan. Si estas importantes distinciones
son tenidas en mente, toda la aparente
confusión, contradicción, y otros escombros
intelectuales, desaparecerán o se resolverán
en sus propios grupos, de manera que
podamos fácilmente clasificarlos.
Es en este punto, que, tantos estudiantes se
pierden en las inmediaciones de laberintos
de ciencia y filosofía. Inconscientemente,
mezclan y entrelazan los dos términos tanto,
que nueve décimos de los estudiantes
presentan sólo un lado del asunto, la
filosofía, que pronto se convierte en teoría, si
no es soportada por la ciencia, que perdieron
en sus volúmenes de filosofía.
Puedes decir, un asunto a la vez. Sí, esto
puede ser verdad, si su hermano gemelo no
es absorbido y olvidado.
En este capítulo, trataremos especialmente
con la Alquimia orgánica.
La Alquimia orgánica trata exclusivamente
con las cosas vivientes, orgánicas, y en su
conexión difiere de la Alquimia de materia
inorgánica. Estos dos aspectos pueden, en
este respecto, ser comparados con la
química orgánica e inorgánica, a la que
originalmente pertenecieron; como la
astrología lo hizo respecto de la astronomía.
La Alquimia y la astrología (hermanas
gemelas) fueron los padres del vástago
moderno, conocido en química y astronomía
como ciencia exacta. Esta última, sin
embargo, trata con sombras e ilusiones
fenoménicas, mientras la primera trata con
las realidades vivientes, que las producen.
Por tanto, no puede haber “nada nuevo bajo
el sol”, dijo Salomón.
Primero, vamos a vérnoslas con la más
amable forma de nuestro arte, la que
pertenece a los reinos floral y vegetal. Toda
flor u hoja de pasto, todo árbol de los
bosques y maleza estancada de los
pantanos, es el resultado de, y está rodeada
por, su correspondiente grado de vida
espiritual. No hay un solo átomo sino que es
la expresión externa de una fuerza viviente
separada, dentro de los espacios del Aeth,
actuando al unísono con el poder dominante
correspondiendo con el tipo de vida.
Si la ciencia sólo pudiera observar este
maravilloso laboratorio dentro de la bodega
vital de la Naturaleza, ya no buscaría
vanamente el origen de la vida, ni se
preguntaría, qué habrá sucedido con el
eslabón perdido en la evolución científica,
porque, rápidamente se daría cuenta de que
la biogénesis es la gran verdad una de la
Naturaleza animada e inanimada, la fuente
viviente central de lo que Dios es. La ciencia
también, se dará cuenta después, de que
esta vida biuna está siempre en movimiento
a través del universo manifestado; circulando
alrededor del foco de las actividades
creativas, que llamamos soles, estrellas y
planetas, esperando las condiciones que
están siempre presentes para la encarnación
material; y bajo todas las posibles
combinaciones de circunstancias y
condiciones, concebibles e inconcebibles, se
adapta a la expresión fenoménica continua.
Los así llamados vínculos, en esta poderosa
cadena de evolución, puede parecer que
faltan aquí y allá, y, para ese asunto, tipos
completos pueden faltar, pero esto sólo es
por nuestra percepción imperfecta, y, en
cualquier caso, no hace real diferencia con
los hechos, porque, si esa fuera la realidad,
si hubiera lo que podemos llamar eslabones
perdidos en el esquema de la evolución, sólo
mostraría que el espíritu, aunque esté
asociado con ella, es siempre independiente
de la materia.
Pero la materia, ¿qué será de ella? ¿Es
independiente del espíritu? La amabilidad del
espíritu Divino no escucha a la mente
inconsciente de la materia y su
independencia presuntuosa, y trabaja
silenciosamente, y finalmente, cumple su
misión: la evolución de la materia, la
elevación del alma del hombre, así como
también la del universo. La ceguera del
hombre es densa, y la parte más triste de
admitir es que él permanecerá
testarudamente en ella.
Que el desarrollo del verdadero átomo de
vida biuno puede, y lo hará, avanzar,
desconsiderando la gradación de tipos
físicos, no necesita pruebas convincentes,
otras que la Naturaleza visible.
El hombre no es el resultado de la evolución
física, y es producido mediante una serie de
leyes ciegas, que lo guían hacia arriba desde
el protozoo hacia el hombre, como un niño
subiendo una escalera, avanzando
regularmente, un paso a la vez. Esta última
concepción, sabemos, es la teoría de la
ciencia exacta, pero no de la Alquimia, no de
la ciencia del Ocultismo. El hombre, de
acuerdo a Wallace, Darwin, Huxley y Tyndall,
es lo que estados progresivos de evolución
física hicieron de él. Pero la verdad es la
inversa total de ello. La fauna y flora de los
periodos geológicos pasados son lo que el
alma humana produjo, por virtud de su
avance gradual hacia estados superiores y
condiciones de vida, para que, hasta donde
el hombre puede ser el resultado del
desarrollo del planeta, tal progreso material
es la extensión del avance del hombre,
probando otra vez que, la materia no es
independiente del espíritu, ni puede el
espíritu ser independiente de la materia para
sus expresiones. Se entremezclan tanto que,
la línea divisoria no puede ser detectada por
el ojo no entrenado del científico exacto.
Pero, aquel tiempo no está lejos, cuando los
científicos prepararán y evolucionarán sus
seres interiores para tomar el hilo espiritual,
exactamente donde termina el hilo visible, y
realizar el trabajo, tan lejos como la mente
mortal del hombre pueda penetrar, mientras
esté encarnando la forma física.
“Dios acelera este día” es mi plegaria, porque
entonces el hombre se volverá más espiritual
y aspirará al avance y al conocimiento, así,
disponiendo vibraciones que crearán
condiciones más elevadas para el hombre
físico. ¡Sí! Entonces ellos conocerán que,
incluso el nacimiento del mundo mismo, debe
su génesis primitivo al deseo del átomo
humano por encarnación terrenal.
Aquí es donde la ciencia exacta, o la
contraparte de la Alquimia, se vuelve más
provechosa y útil. Dice Paracelso: “El
verdadero uso de la química no es hacer oro,
sino preparar medicinas”. Él admite cuatro
elementos: la estrella, la raíz, el elemento y el
esperma. Estos elementos estaban
compuestos de tres principios: ácido sidérico,
sulfuro y mercurio. El Mercurio, o espíritu; el
sulfuro o aceite; y la sal, y los principios
pasivos, agua y tierra. Aquí vemos la
armonía de los dos mundos, Alquimia y
Química. Una es sólo la continuación de la
otra, y ellas se mezclan tanto una en la otra,
que no son completas, separadas.
El químico, en su análisis de las varias partes
componentes de cualquier forma de materia,
conoce también las combinaciones
proporcionales; y así, por la Ley de
Correspondencia, podría, por el mismo uso
de las leyes espirituales de la Alquimia,
analizar y combinar los mismos elementos de
la atmósfera, para producir la
correspondiente expresión de forma
cristalizada. Para las mismas leyes, hay
afinidades y antipatías descubiertas y
aplicadas, en cada departamento del
maravilloso laboratorio de la Naturaleza.
La química es la expresión física de la
Alquimia, y cualquier verdadero conocimiento
de la química no es conocer los nombres de
los extractos y esencias, y las plantas
mismas, y que ciertas combinaciones
producen ciertos resultados, obtenidos de
experimentos a ciegas, y aún así, impulsados
por el espíritu Divino en su interior; sino el
conocimiento nacido de conocer el por qué y
el para qué de tales efectos. Lo que se llama
el aceite de oliva no es una sustancia sola y
simple, sino que es más o menos combinada
con otros elementos esenciales, y se fundirá
y se unirá con otros aceites y esencias de
naturaleza similar. El verdadero químico no
confinará sus investigaciones por
conocimiento a la mera examinación,
análisis, y experimentos, en la vida orgánica;
sino que se informará igualmente en
astrología física; y aprenderá la naturaleza,
atributos e influencias manifestadas de los
planetas que constituyen nuestro universo; y
bajo los cuales toda forma de materia
orgánica está sujeta, y especialmente
controlada. Luego, aprendiendo la influencia
de los planetas sobre la familia humana; y
aquella vibración planetaria especial que
influencia el individuo; él puede inteligente e
infaliblemente administrar medicinas para
remover las enfermedades en el hombre.
Una familiaridad con las meras relaciones
químicas del planeta hacia el hombre, hace
aún más evidente, la afinidad mutua de
ambos respecto del suelo, del cual parecen
surgir, y al cual ellos finalmente regresan;
tanto es así que, nos hemos concientizado
de que el alimento que consumimos es
valiosa como sustentador de la vida, en la
variedad de los diferentes elementos para
sustentar todas las funciones activas y
poderes dentro de nosotros. El hombre,
siendo un microcosmos, o un universo
miniatura, debe sustentar aquel universo,
ingresando en el sistema los varios
elementos, que se combinan para hacer el
Infinito Universo de Dios. La carne animal es
necesaria para ciertas formas organizadas,
tanto animales como el hombre. Cuando digo
necesaria, no quiero decir un gusto adquirido
y hábito de consumir tanta carne al día, sino
una constitución, que no estaría completa en
sus requerimientos, sin carne animal. Estoy
agradecido de que tal cosa no constituya a
las masas.
La ciencia diría, que tú sólo requieres ciertas
combinaciones de hidrógeno, oxígeno,
nitrógeno y carbono, para sustentar todas las
actividades del cuerpo físico. Aparentemente,
esto es cierto. Sobre la superficie lo es, pero
en realidad no; porque si fuera realmente
cierto no podría haber hambrunas. La ciencia
podría hacer pan de las piedras, como fue
sugerido en la tentación de Cristo en el
desierto. Y aún así, nadie conoce mejor que
las academias de ciencia, que sus profesores
eruditos rápidamente se morirían de hambre,
si se vieran obligados a producir su comida a
partir de los elementos químicos de las
piedras. Pueden hacer un grano de trigo
químicamente perfecto, pero no pueden
hacer el germen invisible por el cual crecerá,
se volverá fructífero y se reproducirá. Pueden
reproducir desde las piedras en la calle los
mismos equivalentes químicos que van a
componer el gluten, la albúmina y el
almidón, la trinidad que debe siempre estar
presente para sustentar la vida; pero no
pueden, por ningún proceso conocido, hacer
que tales equivalentes de esas sustancias,
hagan las mismas cosas. Ahora, si no
pueden, ¿por qué no pueden? La ciencia no
puede contestar esto. Un muy misterioso
sacudón de la cabeza y un profundo silencio
es la única respuesta. Pregunta a la Ciencia
cómo las plantas crecen, qué causa que los
átomos de la materia construyan una raíz,
tallo, hojas, pimpollos y flores, fieles a la
especie de sus padres de los cuales el átomo
germinal provino. ¿Qué hay detrás de la
planta que la estampa con tal sorprendente
individualidad? Y ¿por qué, del mismo suelo,
el mortal acónito y vegetales nutritivos
pueden crecer, cada uno produciendo en
armonía con su propia naturaleza, tan
ampliamente diferentes en sus efectos sobre
el organismo humano, y aún así, tan
completamente idénticas en lo referente a la
fuente de la que parecen surgir? Debe haber
algo para explicar esto, y ese algo, sólo la
antigua Alquimia lo puede revelar y exponer
científicamente; y, este conocimiento yace
justo más allá de aquella línea que hace un
alto a los científicos materialistas, y dice:
“ustedes no pueden pasar más allá de este
punto; esto está más allá de su competencia.
El fin del hilo material fue alcanzado, y a
menos que puedan conectarlo con el hilo del
siguiente plano, sus investigaciones deben
detenerse”.
Antes de empezar a responder todas estas
vitales preguntas, debemos desviarnos un
poquito, y familiarizarnos perfectamente con
las ideas y revelaciones de la ciencia física
avanzada sobre este asunto, y para este
propósito no hay una guía más confiable que
la nueva edición de “La química de la vida
común”, por el fallecido James F. W.
Johnson, M.A., de Inglaterra, y revisada por
Arthur Herbert Church, M.A. En el capítulo 4
en la página 56 de este trabajo, sobre la
anatomía de la vida vegetal, leemos:
“Cuán interesante es reflejar la minuciosidad
de los órganos por los que las plantas
superiores son alimentadas y sustentadas.
Aperturas microscópicas en las hojas
absorben el alimento gaseoso del aire; las
superficies de cabellos microscópicos
absorben un alimento líquido del suelo.
Estamos acostumbrados a admirar, con
asombro natural y justo, como grandes
arrecifes rocosos, de cientos de millas de
largo, pueden construirse con roca mediante
los trabajos conjuntos de miríadas de zoófitos
diminutos, trabajando juntos sobre la
superficie de una roca de coral; pero no es
menos hermoso que, por los incesantes
trabajos de similares organismos
microscópicos en las hojas y raíces, la
sustancia de vastos bosques pueda ser
acumulada y hecha crecer ante nuestros
ojos. Es más hermoso, de hecho; porque
mientras, en un caso, el resultado principal
es que la materia muerta extraída del mar es
transformada en una roca muerta; en el otro,
la materia sin vida de la tierra y el aire son
convertidas por estos diminutos
constructores de plantas en formas vivientes,
levantando sus cabezas hacia los cielos,
ondulando con cada viento que sopla, y
embelleciendo continentes enteros con
variado verdor de sus siempre cambiantes
hojas”.
Más adelante en el mismo capítulo, en las
páginas 62-3, el mismo elocuente escritor
continúa:
“pero los cambios químicos especiales que
ocurren dentro de la planta, si podemos
seguirlos, no aparecerán menos hermosos
que la rápida producción de vegetales
microscópicos completos a partir de alimento
crudo contenido en el jugo de la uva. Es tan
incomprensible, incluso para el más refinado
químico fisiológico, cómo, a partir del mismo
alimento absorbido en la forma de aire, y de
generalmente similar alimento absorbido
desde el suelo, diferentes plantas, y
diferentes partes de plantas, son capaces de
extraer o producir sustancias tan diferentes
unas de otras en composición y todas sus
propiedades. De los vasos de la semilla de
una (la amapola) recolectamos un jugo que
se seca en nuestro opio comercial; de la
corteza de otra (quino o cinchona) extraemos
la quinina con la cual calmamos la fiebre alta;
de las hojas de otras, como la cicuta y el
tabaco, destilamos venenos mortales, a
menudo de raro valor por sus usos
medicinales. Las flores y hojas de algunas
producen aceites volátiles, con los que nos
deleitamos por sus perfumes y cualidades
aromáticas; las semillas de otras nos dan
aceites fijos, que son valiosos para la mesa o
para usar en las artes… Estos y otros miles
de hechos similares, nos dicen cuán
hermosamente variados son los cambios que
las mismas formas originales de materia
subyacen en el interior de las plantas
vivientes. De hecho, ya sea que nos
refiriéramos a los vegetales como un
conjunto, o examinemos sus partes más
diminutas, encontramos igual evidencia de la
misma diversidad de cambios y de la misma
producción, en comparativamente pequeñas
cantidades, de muy diferentes, y a menudo
formas características de materia”.
De todo lo anterior, observamos la exacta
posición de lo que afirmamos antes. Si tales
cosas maravillosas pueden revelársenos a
través de la ciencia física de la química, ¿qué
crees que debe haber sido escondido de
nuestra vista física y conocimiento por el velo
que cuelga entre la materia y el espíritu? ¿No
piensas que vale el esfuerzo penetrar más
allá del punto donde el átomo desaparece de
la vista de los científicos?
Si las plantas producen tales maravillosos
fenómenos en su vida e influencia, ¿qué
debe el organismo Divino del hombre tener
escondido dentro de su microscópico
universo, para estudiar y comprender? La
vida de las plantas es meramente el alfabeto
de los complejos, intrincados y
multitudinarios procesos, llevándose a cabo
en el cuerpo humano.
Y, como el microscopio mecánico de la
ciencia física no puede revelar el porqué,
vamos, por un momentito, a revelar algunas
de las maravillas que declaran su existencia,
cuando están sujetas al lente alquímico
penetrante, del espíritu interno. La primera
cosa que se introduce en nuestra atención,
por virtud de su importancia primordial, es el
gran hecho de la biogénesis: la vida
emanando de la vida. Percibimos que toda
forma externa es el símbolo físico de un
grado correspondiente de vida espiritual; que
cada planta completa representa un ciclo,
estado o grado completo de existencia
interior; que está hecho y consiste de
incontables millones de separados átomos de
vida; que esos átomos de actividad espiritual
son los verdaderos instigadores de la vida y
el movimiento de los correspondientes
átomos materiales; que ellos siempre
obedecen al impulso Divino de unidad
operativa, en su afinidad tanto química como
espiritual. Consecuentemente, todo en la
forma de sustancia material debe ser y es, el
medio para la expresión fenoménica del
espíritu encarnado; el organismo del hombre,
un árbol, una planta o un animal, no es
excepción a esta Divina y omnipresente ley
de la vida creativa.
Para el verdadero Alquimista no puede haber
misterio rodeando los maravillosos
fenómenos mencionados en el trabajo que
citamos, en plantas extrayendo de las
mismas rocas, suelo y aire, cualidades tan
manifiestamente diferentes, venenos
mortales, bálsamos sanadores, y aromas
agradables, o la inversa, de los mismos
idénticos alimentos vegetales. Nada es más
maravilloso o misterioso, que los mismos
procesos alquímicos, que, son repetidos
cada día dentro de nuestros propios cuerpos.
A partir del mismo aliento de aire y la misma
corteza de pan confeccionamos la sangre, la
bilis, el jugo gástrico, y muchas otras
secreciones; y destilamos los más finos
fluidos nerviosos, que van a construir y
sustentar toda nuestra maquinaria mental y
dinámica. Es la misma antigua historia de los
átomos; cada parte y cada función
confiriendo a los mismos químicos
inorgánicos con sus propias cualidades
vitales espirituales, magnéticas y físicas, por
lo que parece, para el observador no iniciado,
una milagrosa transmutación de materia,
pero que es, en realidad, la evolución de la
forma orgánica a partir de materiales
inorgánicos, en obediencia a la ley Divina de
la progresión espiritual. ¿Quién podría
detenerse con la ciencia exacta? Porque,
cuando consideramos los aparentes
misterios de la vida y el crecimiento con la
ayuda de esta luz alquímica, las sombras
huyen, y todas las ilusiones del caleidoscopio
fenoménico de la Naturaleza desaparecen
ante la revelación de las realidades
espirituales subyacentes. Conocemos que la
planta, siendo la expresión física sobre el
plano material de una vida más interior,
confiere a sus átomos exteriores con sus
cualidades peculiares. Esas cualidades no
están sacadas directamente del suelo; el
suelo sólo se vuelve el médium para su
expresión completa o incompleta, como el
caso pueda ser; por ejemplo, proveyendo los
átomos inorgánicos necesarios. Por tanto, las
cualidades mortíferas del acónito, y las
cualidades generosamente sustentadoras de
la vida de los vegetales nutritivos, siendo
concesiones de la vida espiritual,
transportadas a la sustancia material,
abstraída del suelo y retirada de la
atmósfera, no son ningún misterio; su efecto
sobre el organismo humano es exactamente
eso, que es producido por su afinidad o
antipatía espiritual, como pueda ser el caso.
Y esto también muestra y explica, por qué
átomos químicos puramente inorgánicos,
aunque son exactamente las mismas
sustancias inorgánicas, desde un punto de
vista estrictamente científico, fallan en
sustentar la vida, porque tales equivalentes
químicos carecen del espíritu orgánico,
cualidad de vida interior, que únicamente, les
da el poder y la función para sustentar a los
que se les parecen. Fallan en cumplir los
requisitos de la ley alquímica de la vida para
la sustentación de la vida; en otras palabras,
la biogénesis.
Y también, esta vida inorgánica puede ser
separada de las plantas o vegetales, si es
cortada durante mucho tiempo del médium
que transmite la vida espiritual, del mundo
orgánico al de la materia orgánica.
Vegetales, frescos del suelo, o tallo padre,
retienen esta vida si al momento son usados
para preparar comida, si no se los sobre-
cuece, lo cual es tan a menudo
ignorantemente hecho. Este es el secreto de
la sustentación a partir de los alimentos. Los
frutos perfeccionados de la Naturaleza y los
vegetales están desbordantes de esencias
dadoras de vida, y si son comidas
directamente del árbol o tallo padre, esa vida
no se pierde, sino es transmitida hacia
nuestros organismos, y recarga el sistema
desgastado con vida viviente. Muy poco de
tales alimentos son necesarios para
satisfacer y nutrir el cuerpo en caso de que la
vida lo haya parcialmente abandonado o
haya sido destruido.
Brevemente expuesto, entonces, todo dentro
de la Naturaleza orgánica es la manifestación
simbólica expresiva del espíritu; toda forma
siendo una congregación de innumerables
átomos de vida, revelando su presencia en
estados materiales; cada forma orgánica, o,
más bien, organismo, evolucionando bajo el
control central de algún átomo Deífico o alma
dominante, que, por virtud de pasadas
encarnaciones y trabajos en su ciclo de
evolución, desde el mineral hasta el hombre,
logró la prerrogativa real de gobernar dentro
de su propio estado. El hombre siendo la
forma representativa más elevada (el gran
finale en el drama terrenal) resume y
contiene dentro de sí todo lo inferior, y los
gérmenes de todo lo que está más allá de
este estado. Él es verdaderamente un
microcosmos, y representa en miniatura al
gran Hombre Cósmico de los Cielos. Toda
fuerza viviente debajo suyo corresponde a
algún estado, parte o función, a través de la
cual él se graduó y conquistó, y la cual, en él,
ahora se ha encarnado, como una parte de
su reino universal. Consecuentemente, todas
las cosas están directamente relacionadas a
él, en la gran unidad universal de la vida
espiritual.
De esto el hombre físico no se puede dar
cuenta ni puede entenderlo, ni transportarlo a
sus sentidos externos mediante las ciencias
físicas. Él debe poner en uso activo al
hombre interno, el verdadero ser, quien
habita y controla el organismo externo, y a
través de su instrumentalización, entender la
fuente interior y trabajos detrás de los
fenómenos del ser manifestado. Así vemos
que, la ciencia exacta no nos puede llevar
lejos, aunque, es un poderoso factor, en la
evolución del Hombre microcosmos, al
relacionarlo conscientemente con el
Macrocosmos Infinito, Dios, el Espíritu, Todo.
CAPITULO 8
ALQUIMIA – PARTE 2
Paracelso, el más celebrado alquimista del
Medioevo, así habló místicamente de este
arte:
“Si tengo maná en mi constitución, puedo
atraer maná del cielo. La Melisa no sólo está
en el jardín, sino también en el aire y el cielo.
Saturno no está sólo en el cielo, sino también
en lo profundo del océano y la Tierra. ¿Qué
es Venus sino la artemisa que crece en tu
jardín, y qué es el hierro sino el planeta
Marte? Eso es decir, Venus y la Artemisa son
ambos productos de la misma esencia,
mientras Marte y el hierro son
manifestaciones de la misma causa. ¿Qué es
el cuerpo humano sino una constelación de
los mismos poderes que formaron las
estrellas en el cielo? Aquel quien conoce
Marte conoce las cualidades del hierro, y
aquel quien conoce qué es el hierro conoce
los atributos de Marte. ¿Qué le sucedería a
tu corazón si no hubiera Sol en el Universo?
¿Cuál sería el uso de tu „Vasa Spermática‟*
si no hubiera Venus? Atrapar los elementos
invisibles, atraerlos mediante sus
correspondencias materiales, controlar,
purificar y transmutarlos mediante los
poderes eternamente mutables del espíritu
viviente, es la verdadera Alquimia”.
* Gérmenes astrales de las formas subjetivas vivientes:
es el latente “ser”.
Así, en muy pocas simples palabras,
encontramos a este máster del arte revelar
todo el arcano de esta ciencia misteriosa,
que tiene por objeto principal y meta, el
descubrimiento de la “piedra del filósofo”, que
confiere a su afortunado poseedor las
bendiciones de la juventud inmortal. Por
tanto, no podemos posiblemente hacer algo
mejor en el inicio de nuestros actual estudio
que examinar minuciosamente cada oración
particular y disponernos a descubrir su
verdadero significado, que, como todo escrito
místico, es tan evidente, aunque escondido
engañosamente, como para excitar la
admiración del estudiante.
“Si yo tengo maná en mi constitución, puedo
atraer maná del cielo”. El maná aquí
nombrado no especifica ninguna cosa en
particular, pero es de aplicación universal, y
es simplemente usado como una cantidad
desconocida, como x, y y z en matemáticas.
Pero, desde los días de Paracelso, místicos
medio-iniciados y ocultistas ratones de
biblioteca, han intentado descubrir qué era
este maná. Algunos, los más espirituales,
fueron de la opinión de que era poder
espiritual o pureza de espíritu; otros
imaginaron que significaba calificaciones
magnéticas especiales, similares en
naturaleza a los así llamados dones/regalos
por la propaganda espiritualística moderna.
El ocultamiento de la verdad es único, y
consiste en su misma simplicidad; y cuando
es correctamente expuesto, debería leerse:
“Yo soy el microcosmos, y todo el universo
invisible y visible mora dentro de mí, así que
cualquier poder que tenga en mi constitución,
yo puedo atraer su correspondencia de los
cielos”. Paracelso debe haberse sonreído
cuando escribió: “Si yo tengo maná”, etc.
porque en todos sus escritos lucha por
probar que el hombre es la miniatura de la
Deidad. Más adelante, él mismo se explica
apuntando la verdadera Ley de
Correspondencia, así: “La Melisa no está
sólo en el jardín, sino también en el aire, y en
el Cielo. Saturno no está sólo en el cielo, sino
también en lo profundo del océano, y la
Tierra”. Las ilustraciones son hermosas, la
vida de las plantas, el “ánima floralis”,
impregna la atmósfera y los estados
interiores de la vida espiritual, donde se
vuelve hermosa en el más alto grado, y
benéfica para el alma. Una referencia sobre
esto apuntada hacia “La luz de Egipto” vol.1,
puede no estar considerada fuera de lugar.
En la página 74 (44 de la ver .doc) está
escrito: “La flor que florece en belleza,
respirando hacia el aire su fragancia, que al
mismo tiempo está agradecida hacia los
sentidos y estimula los nervios, es un
perfecto espécimen de la mediumnidad
impecable de la Naturaleza. La flor es un
médium para la transmisión hacia el cuerpo
humano de aquellas esencias más finas, y de
su especial porción hacia el alma; porque el
aroma de la flor está espiritualizado a tal
grado como para actuar sobre las corrientes
vitales del sistema, impartiendo al cuerpo
espiritual una nutrición de la más fina
calidad”.
Así, aquí es donde el conocimiento de los
atributos alquímicos de plantas, como son
aplicables al hombre, pueden ser usados
más benéficamente. Plantas y flores, cuyos
atributos y aromas armonizan con el
complejo organismo del hombre, deberían
ser seleccionadas para la casa y el jardín,
porque ellas son mediums para transmitir las
más finas esencias y aromas a la
constitución espiritual del hombre; la planta
para el físico, y los aromas y esencias de las
flores al alma.
Antipatías en plantas y flores deberían traer
influencias malignas similares, como las
discordias del magnetismo humano
antagonista. No debería ser evidente sino
más sutil, aún así efectivo en el resultado.
Nuestra atención es ahora llevada hacia el
planeta Saturno, que, se nos informa, no está
brillando en su esfera estrellada de los cielos,
sino también enterrado en las profundidades
del océano y encarnado en los estratos de la
Tierra. Es casi innecesario agregar que,
nuestro autor se refiere a aquellas sustancias
naturalmente Saturninas en su calidad de
vida y expresión, tales como el plomo, la
arcilla y el carbón, entre los minerales, y
varias plantas mortales entre la flora, la
principal de ellas es el acónito, tan
significante de Saturno y del aislado, monje
eremita (en inglés tiene el nombre
monkhood, la calidad de monje o el ámbito
del monje). Después de unas repeticiones,
para imprimir la verdad de las
correspondencias, nuestro autor exclama:
“¿Qué es el cuerpo humano sino una
constelación de los mismos poderes de los
que están formadas las estrellas en el
cielo?”. Ciertamente, ¿qué más? Porque,
“aquel quien conozca a Marte conoce las
cualidades del hierro, y aquel quien conoce lo
que es el hierro conoce los atributos de
Marte”. ¿Podría ser más evidente?
Pensamos que no.
De lo anterior, que una larga experiencia y
mucha investigación crítica ha demostrado
como cierto, no podemos evitar la conclusión
de que la Alquimia, así también como toda
otra ciencia, religión o sistema de filosofía
formulado por el hombre, se resuelve a sí
misma, finalmente, en todas sus
conclusiones finales, en la padre universal
una de completa sabiduría.
La ASTROLOGÍA, la Ciencia de las Estrellas,
en unísono con la Ciencia del Alma, fue, y
aún es, el centro sublime uno de verdadero
aprendizaje. Constituye la fuente sagrada de
las aguas vivientes, de cuyas plácidas
profundidades irradian las Divinas
revelaciones del hombre, sus de dónde,
dónde, y a dónde; y bajo la cuidadosa
conservación de una larga línea de videntes
dotados, brilló sobre los hijos de los hombres,
como la luz Hermética sagrada en la
sabiduría Astro-Masónica del sacerdocio del
antiguo Egipto.
No la perdimos hoy. El mismo libro yace
abierto ante nosotros quienes observamos a
nuestros antiguos antepasados. Destaca
clara y distintamente, esperando ser leída por
los hijos de los hombres. Podemos aprender
su lenguaje, y de sus páginas, podemos leer
nuestra relación hacia Dios y nuestros
compañeros hombres. ¿No escucharemos
las susurrantes intuiciones del alma y nos
pondremos a nosotros mismos en rapport
consciente con el absoluto?
Este sublime Libro de la Sabiduría fue escrito
por Dios Mismo, para transmitir a Sus hijos el
conocimiento de sus poderes, atributos, y
relaciones respecto de toda vida creativa. No
podemos ver a aquel Divino Espíritu que
llamamos Dios. No; pero mientras la forma
finita exista como tal, tendremos las
manifestaciones del espíritu para aprender
de ellas. Nunca el Libro de Dios se cerrará al
ojo buscador del alma. Siempre serán
presentadas a su visión lecciones para
estudiar, y experimentos prácticos para
realizar, para llevar al alma a misterios más
profundos. Hasta que el hombre desentrañe
su propio universo, no puede entender a
Dios. “Conócete a ti mismo/Conoce al ser” es
tan aplicable hoy como cuando la famosa,
inmortal y mística declaración estaba escrita
sobre la entrada del templo en Delfos.
Ante este hermoso, divinamente elaborado
pero complejo sistema pueda ser
completamente realizado/ entendido, es
necesario que el estudiante comprenda, muy
distintamente, los dos estados de existencia,
el interno y el externo, y se familiarice con las
leyes de correspondencias. Y parece extraño
que de todas las Ciencias, la medicina haya
fallado tan completamente en entender esta
verdad viviente, ya que cada átomo de
medicina administrado, invariablemente
actúa sobre este principio alquímico. Cuando
el organismo humano se volvió discordante
en algunas de sus partes, es porque las
vibraciones interestelares hicieron surgir
varios estados dentro del reino humano en
una condición de rebelión contra la voluntad
suprema. La ignorancia del hombre favorece
tales movimientos sediciosos, y sus hábitos
generales y código de moral los estimula a
actividad indebida. El resultado final es la
enfermedad (desorganización de partes y
funciones), y aquellas medicinas que
corresponden al mismo grado funcional de la
vida dentro del gran hombre, curan el
desorden, cuando son administradas
apropiadamente y a tiempo, mientras que si
se dan a un organismo perfectamente sano,
los átomos producen síntomas similares a las
enfermedades que alivian, porque es su
misión ya subyugar o ser subyugadas, y
cuando la enfermedad prevalece los átomos
medicinales, actuando en unísono con las
partes y funciones naturales que afectan,
conquistan o subyugan la desarmonía, y
viceversa, como afirmamos antes. En todos
los casos de enfermedad y medicina, es una
simple cuestión de una guerra entre los
átomos, y, por tanto, las fuerzas más
potentes dentro de la Naturaleza están
siempre al comando del verdadero
Alquimista, porque él conoce cómo y cuándo
seleccionar sus fuerzas combatientes, y
cuando ponerlas en movimiento para los
mejores resultados.
Hahnemann, el fundador del sistema
Homeopático, se acercó lo más posible a
esta verdad alquímica, y como consecuencia,
encontramos en su práctica, el más natural,
científico y exitoso sistema de medicina dado
al mundo; basado, como lo está, sobre la
bien conocida ley de afinidades, “Similia
similibus curantur”, “lo similar cura lo similar”,
siendo un axioma muy antiguo en la práctica
astrológica de la física. Bulwer Lytton, quien
se convenció completamente del gran valor y
la importancia de unir la antigua Alquimia con
la medicina moderna, se convierte en el
héroe de esta inmortal historia al declarar:
“Todo lo que nos proponemos hacer es esto:
encontrar los secretos del marco humano,
conocer por qué las partes se osifican y la
sangre se estanca, y aplicar prevenciones
continuas ante los efectos del tiempo. Esto
no es magia; es el arte de la medicina,
correctamente entendida”.
Es un hecho que las moléculas del cuerpo
son todas cambiadas dentro de 12 meses;
que todas las células en el organismo
humano nacen y crecen hasta la madurez en
tal espacio de tiempo. La Naturaleza es
absolutamente imparcial. Ella absorbe de la
atmósfera aquello con lo que puede
reproducir un facsímil de todo lo que
encuentra sobre la superficie del cuerpo. Así,
si hay un dolor, una úlcera supurante, los
átomos que son arrojados atraen átomos
similares, para reproducir la úlcera o el dolor,
y así previenen a la enfermedad de
mejorarse sola hasta que se haya
desgastado a sí misma.
Es más, cada vena y canal por todo el
cuerpo, desde la juventud hasta la madurez,
está siendo recubierto con carbonato de cal,
o calcio* en alguna forma. La capa de las
paredes de las venas de alguna manera,
previene la libre circulación de la materia
viviente; luego, la verdadera vitalidad de la
comida que comemos, es simplemente
pasada a través de los poros, o a través de
los intestinos, o a través del sistema, porque
es incapaz de penetrar a través del calcio.
* La palabra usada acá es Lime, que se traduce como
“piedra caliza”, y no sé a ciencia cierta si tengo que
traducirlo como cal o calcio.
Si la prevención que produce la vejez se
puede alcanzar, entonces la juventud física
continuará.
El primer paso a tomar es disolver el calcio
en el cuerpo. Tomar sólo agua destilada, ya
sea en té, café u otra forma, y tomar
libremente los jugos dulces de uva y
manzana.
La comida que comemos contiene calcio en
una forma viviente, y es el calcio viviente el
que necesitamos para acumular sobre los
huesos vivientes, porque el calcio y el
magnesio que tomamos en el agua es un
mineral muerto cristalizado, que no posee
responsabilidades respecto de la vida, y el
calcio en nuestros alimentos es más que
suficiente para todos los propósitos. Por todo
lo que consumimos en exceso, la Naturaleza
nos hace pagar la pena.
El primer principio de la larga vida es
mantener todos los canales del cuerpo
perfectos y libres de capas de calcio.
El segundo es el de los ideales jóvenes de la
mente. El alma nunca envejece.
El tercer principio es la respiración dinámica,
que acumula el oxígeno en cantidades
suficientes, para suministrar a los tejidos con
combustible suficiente para la combustión.
Estos tres principios, actuando en unísono,
contienen la verdadera base de la vida física
y los medios de una larga vida. La vejez es
simplemente la petrificación del cuerpo a
través del calcio, y la incorporación de
pensamientos erróneos en el organismo.
Es la verdadera Alquimia de la existencia
humana, y los preventivos, en todos y cada
uno de los casos deben contener la
correspondencia espiritual para la causa que
buscan remediar; y, aunque los seguidores
de Hahneman basan todos sus
procedimientos de tratamiento sobre la ley
fundamental de su máster “Simila similibus
curantur”, aún así, hay algunos raros casos
donde, este método sin desviación no
consigue el efecto requerido. En tales casos,
el Alquimista recurrirá a la bien conocida ley
de opuestos, y basará su tratamiento sobre el
dogma de “Contraria contrariis curantur”, la
segunda teoría de la escuela Alopática. Ellos
trabajan sobre la hipótesis de que, lo similar
atrae lo similar, y, si existe la enfermedad,
esos elementos deben ser administrados
para disponer las vibraciones que producirán
el opuesto polar. Si el cuerpo estaba
atormentado con dolores, no se le darían
medicinas que crearan o incrementaran
condiciones similares, sino su antipatía sería
introducida en el sistema o se aplicarían
localmente para extinguir al enemigo.
Mientras la humanidad permanezca dentro
del estado semi-cristalizado del desarrollo del
alma, mientras necesite del auxilio de fuerzas
externas para sostener el trono humano
dentro de su templo terreno, tropas
mercenarias existirán para brindar estos
supuestos apoyos.
Incuestionablemente, la ley astrológica es el
verdadero sistema de medicina, que trata la
enfermedad por simpatía o por antipatía, de
acuerdo a la naturaleza del caso, y la eficacia
de los remedios a la mano. Este método es el
único natural, y ha sido completamente
demostrado por numerosas “pruebas de
drogas” bajo la ley de Hahnemann.
Felizmente, el tiempo no está lejos cuando, el
espíritu encarnado será capaz de usar sus
propias fuerzas durmientes, y subyugar todos
los sufrimientos y síntomas de enfermedad
desde su inicio, por virtud de su vida pura y
las potencias dinámicas de su propio
pensamiento espiritual e interior. Ya,
terapeutas mentales están tomando una
posición avanzada entre las mentes
progresivas y liberales, y nada demuestra tan
clara y fuertemente la gran ley alquímica del
crecimiento y decaimiento de la vida, como
las imponderables fuerzas invisibles, las que
constituyen la materia médica o agentes
remedios, de sanación mental, magnética y
espiritual.
Quizás el asunto más recóndito conectado
con el divino arte sanador es el modus
operandi de la acción medicinal, sobre el
cuerpo humano. Un asunto tan simple y auto
evidente para el Alquimista, permanece como
un misterio profundo para el fisiatra educado
de la escuela médica; tanto así, que estamos
tentados a preguntarles: “¿puedes explicar el
modus operandi de las drogas?” El Dr.
William Sharp, uno de los fisiatras más
avanzados de la escuela Homeopática, en
uno de sus bien conocidos “Ensayos sobre
Medicina” dice: “Con respecto a la forma de
acción de las drogas estamos en total
oscuridad, y estamos tan ciegos que la
oscuridad no se siente. El conocimiento de
esta clase no puede ser alcanzado; es un
trabajo perdido y tiempo desperdiciado en
buscarlo. Es cierto que las hipótesis pueden
ser concebidas muy fácilmente, como
pueden pajas ser juntadas de la superficie
del arroyo. Pero ¿de qué valen? Hay una
diferencia entre ellas: las pajitas pueden
fascinar a los niños, y las hipótesis despistar
a los fisiatras”.
Es entonces cuando el Iniciado Oculto
observa las condiciones desesperadas en las
que cayó la práctica de la medicina, y él
podría, si hubiera alguna posibilidad de éxito,
implorar al guardián angélico de la raza
humana para abrir la visión espiritual de los
hombres, para que puedan ver, como él ve,
la relación Divina, y la correspondencia
espiritual, de todo en el ancho universo del
hombre.
Las leyes de la Naturaleza se mueven lenta e
imperceptiblemente, pero son seguras y
exactas, y el momento ciertamente llegará
cuando el hombre será forzado a tomar
consciencia de estas leyes, lo quiera o no. La
Naturaleza no respeta posiciones, y aquellos
quienes no se muevan y progresen en
armonía con Sus leyes de avance, deben,
por necesidad, fallecer con los viejos.
La Alquimia, en lo relativo al arte sanador, es
la más noble en su objeto y benéfica en sus
efectos de todas las muchas subdivisiones
de las ciencias, porque alivia los dolores y
aflicciones mórbidas de la humanidad
sufriente. Dijimos bastante del aspecto
astrológico en la segunda parte de “La luz de
Egipto” vol. 1, donde los cuatro antiguos
elementos son traducidos en sus
correspondencias químicas de oxígeno,
hidrógeno, nitrógeno y carbono, que aún
constituyen los cuatro elementos primarios
de la química más avanzada de la actualidad.
Ellos entran más o menos en toda forma
orgánica y sustancia, que sean conocidas, en
varias combinaciones y proporciones. El
organismo humano está principalmente
compuesto de ellos; así similarmente, es con
el alimento que sustenta la vida física, y el
aire que respiramos es sólo modificaciones
de los mismos átomos.
Como la constitución del hombre abarca un
átomo microscópico de todas las esencias y
los elementos, correspondiéndose con el
todo; así también lo hace el aire; y mucho,
para lo que dependemos de nuestros
alimentos para sustentarnos, puede ser
extraído de la atmósfera mediante la
respiración. Cada respiración que tomamos
es nueva vida, o muerte.
Aquí está el secreto del éxito o el fracaso, en
ciertas localidades, y bajo ciertas
condiciones. Si tenemos hierro dentro
nuestro, ¿podríamos extraer o atraer hierro
del distrito de Saturno? O, si el elemento
dentro de nosotros pudiera atraer oro,
¿podríamos obtenerlo de los campos de
carbón?
Por tanto, sólo es natural que los remedios
médicos que empleamos para restaurar el
organismo, cuando estamos afligidos por la
enfermedad, deban agruparse en
correspondencias similares, y así, en un
sentido general, los encontramos; porque
notamos que el cerebro, la circulación, los
pulmones y el estómago, son las cuatro
principales ciudadelas del cuerpo; el corazón,
por supuesto, representa el centro de la
circulación. Y esto también explica, más
adelante, si fuera necesario, por qué los
principales remedios del sistema
homeopático son tan rápidos y directos en su
acción. Las cuatro drogas principales, que se
manifiestan como representativas de su
clase, son el acónito, la belladona, el fósforo
y la pulsatilla. Estas representan el
cuadrante, porque la luz no está mejor
ajustada para el ojo, ni el sonido para el oído,
que el acónito para la circulación, la
belladona al cerebro, el fósforo a los
pulmones y la pulsatilla al estómago;
mientras en la ramificación en las siete
direcciones indicada por los siete planetas
primarios, encontramos estimulantes,
tónicos, narcóticos, (tóxicos) nerviosos,
alteradores, catárticos y diuréticos, como sus
correspondencias naturales materiales.
Aquello de asignar el fósforo a los pulmones
puede parecer sorprendente para el
estudiante ortodoxo, especialmente cuando
le llama la atención el hecho de que el
fósforo ha sido reconocido desde hace
mucho en la ciencia médica como alimento
del cerebro y medicina. Anticipando tales
preguntas, contestamos que en medicina,
desde la visión alquímica, estamos ocupando
un punto de vista completamente diferente;
ya que el poder de controlar la acción
funcional de cuerpo, en esta visión del caso,
y el hecho de que los pulmones y el cerebro
están en la más perfecta afinidad, y no queda
ningún misterio sobre el asunto.
La alquimia de piedras y gemas atrae nuestra
atención ahora. Las afinidades y antipatías
hacia la constitución humana, han de
encontrarse en estos representantes
cristalizados de las influencias invisibles y
sutiles emanando de nuestro sistema
planetario.
Aquí otra vez la filosofía científica de
Hahnemann probará efectivamente, que
“Simila similibus curantur”. ¿La influencia
ardiente de un topacio atraería mucho de los
reinos de un crisolito? O, ¿serán las fuerzas
cristalizadas aéreas de un zafiro un médium
conveniente para las fuerzas terrenales de un
jaspe?
Las gemas y piedras son realidades muertas
o vivientes. Ellas viven, duermen y mueren, y
tienen su potente existencia como lo hacen
las formas orgánicas de la materia. Están,
generalmente, imbuidas con la vivificante
chispa de la Divinidad, y brillan y ejercen su
influencia a través de los poderes mágicos
atraídos hacia ellas desde las fuerzas de la
Naturaleza. Una entidad viviente y real mora
dentro de ellas que puede ser vista mediante
la visión clarividente, y para el estudiante
entrenado en ciencia Oculta, estas entidades
pueden volverse unos sirvientes obedientes,
advirtiendo acerca del acercamiento de
peligros, las impresiones de hombres y
cosas, y precaviéndonos de influencias
discordantes que nos rodeen; o de aquello
que podemos contactar desde los ambientes
magnético y personal en nuestras relaciones
en el mundo social; o aquello que puede ser
proyectado hacia nosotros desde los reinos
invisibles de la vida.
¿Crees que las pirámides estarían intactas
hoy, si las piedras de las que fueron
construidas hubieran sido promiscuamente
seleccionadas? Fueron elegidas por Adeptos
en el conocimiento de las Leyes de
Correspondencia y antipatía y afinidad. La
esfinge también se yergue como un
monumento a las alturas de la sabiduría que
el hombre puede alcanzar.
Los metales también pueden ser seguidos
sobre las mismas líneas de las gemas y
piedras.
Por mucho que nos gustaría continuar,
estamos obligados a cerrar este discurso,
aunque al hacerlo necesariamente debemos
omitir mucho de interés vital para el
estudiante. Por tanto, sólo agregaremos que
los siete metales básicos se yerguen como
representantes cristalizados de sus
respectivos grupos: Oro para el Sol, Plata
para la Luna, Lata para Júpiter, Cobre para
Venus, Mercurio para Mercurio y Plomo para
Saturno. Cada uno encuentra su propia
esfera de acción dentro de la morada
temporal del alma humana sobre la Tierra, el
cuerpo físico. Así, similarmente, las doce
constelaciones y sus correspondientes
gemas talismánicas, representan en su
brillante formación el Zodiaco anatómico del
marco humano, y tipifican la cualidad
espiritual de los átomos, ahí congregados, en
cada grado de la vida. Esos, y mil otros
misterios, si tuvieéramos el tiempo,
desenvolveríamos para la visión del
estudiante con considerable ventaja, pero
estamos obligados a refrenarnos. La piedra
del filósofo está a la mano. No busques en
remotas esferas o partes distantes de la
Tierra, porque está siempre alrededor tuyo y
dentro, y se vuelve la llave dorada de la
verdadera sabiduría, que prepara al alma
para su vida superior y destino brillante. Es la
quieta vocecita del alma despertada, que
purga la consciencia del sufrimiento, y el
cuerpo espiritual de la escoria material. Es
aquello que atesora no la corruptible,
engañosa riqueza de la Tierra, ni los
pasajeros poderes de la riqueza, sino reúne
los frutos que surgen de la vida pura, y
atesora las joyas del cielo. Vanamente
buscarás por esta piedra del sabio filósofo en
las inmediaciones de los problemas,
sufrimientos y egoísmos de la vida, a menos
que aceptes tu misión sobre la Tierra como
un deber, delegado al alma, desde los Cielos.
Evita la maldad, y aférrate a lo que es bueno.
Hacerlo, significa expandirse con la verdad
interior y volverse uno “puro de corazón”, y
en tal estado bendecido/feliz, la mágica
piedra blanca, otorgando un nuevo nombre,
revela el ángel viviente en su interior, al
hombre exterior. Entonces, y sólo entonces,
él conoce al Adonai.
Tales son los principios espirituales Divinos
sobre los cuales la Alquimia superior de la
vida está basada. Sólo buscan establecer
una Divina y consciente sintonización* entre
el ángel, el hombre y el universo, y para este
fin, concluimos con las palabras del inmortal
Paracelso:
“Entender estos elementos invisibles,
atraerlos en sus correspondencias
materiales, controlar, purificar y transmutarlos
mediante los siempre mutables poderes del
espíritu viviente, es la verdadera Alquimia”.
* Juego de palabras intraducible entre atonement
(expiación) y at one ment (en un momento, a un tiempo,
en sincronía).
CAPÍTULO 10
TALISMANES
Las palabras son los símbolos de ideas, y
llevan la misma correspondencia hacia el
cerebro físico que la materia al espíritu, un
médium de expresión, y están sujetas a
continuo cambio en su aplicación y
significado, en exacta proporción al cambio
de la condición mental y moral de la gente.
Como el planeta, así como también el
hombre, está continuamente progresando,
también debe haber una superior y más
noble concepción de ideas. De aquí se sigue
que las palabras o expresiones deben
cambiar, para transmitir el espíritu
progresivo, que está constantemente
teniendo lugar. Por tanto es siempre
interesante, así como valioso, para el
estudiante Oculto ir a la raíz de cada palabra
conectada con su filosofía, para aprender el
real sentido en el que la palabra fue usada
por los antiguos, de quienes su ciencia
mística desciende. El verdadero significado,
así como las palabras mismas, se volvió tan
místico como la ciencia misma. Por ello, cada
estudiante debe comenzar como un
principiante en cualquier lenguaje extranjero,
que en el presente no entiende. Siguiendo
este método de proceder él, al fin, escapará
de la densa e interminable confusión de las
modernas opiniones sobre los asuntos de
esta clase tratados por el escritor, de los que
es parcial o totalmente ignorante.
No se puede conseguir una mejor ilustración
de esto que por la palabra “Talismán”,
derivada del verbo griego “teleo”, que
significa, primariamente, llevar a cabo, o
efectuar. Pero, en su real (y por tanto
superior) sentido, significa dedicar, consagrar
e iniciar en los arcanos de los misterios del
templo. Pero, en la actualidad significa una
pieza de impostura, conectada con algún
mágico hocus pocus de las mentes
ignorantes y supersticiosas, un vulgar
amuleto, que se supone trae al poseedor
algún beneficio material, sin importar su
condición mental, magnética y moral, y, dice
el erudito Webster*, después de describir su
idea de tales cosas, “los hay de tres clases,
astronómicos, mágicos y mixtos”. Pero en
qué sentido “astronómicos” difiere de
“mágicos” no somos informados, ni hay la
menor luz arrojada sobre la naturaleza
peculiar de aquella clase designada como
“mixtos”. De hecho, el lexicógrafo mezcla sus
definiciones hasta el punto que somos
incapaces de distinguir nada en particular,
sino su propia ignorancia individual.
* Diccionario.
Esto es en lo que se ha convertido la rama
del aprendizaje. Las palabras y su significado
se han mezclado tanto en su uso y
aplicación, que la palabra está llena de
discordias y malos entendidos, que llevan a
disensiones y aseveraciones, entre todas las
escuelas de pensamiento, sectas e ismos; y
finalmente, aunque no es menos serio, han
llegado a relacionarse cercanamente con la
familia humana.
Todos los escritores y oradores, así como los
lectores y escuchas, deberían informarse
sobre la derivación y el significado de las
palabras.
El hecho se mantiene bien definido desde el
punto de vista de que los Talismanes están
confundidos en las mentes de la actual
generación con los encantamientos mágicos,
que dependen para sus efectos, del poder de
la idea o pensamiento, el cual el mago que
los formula imprime sobre la sustancia de la
que están compuestos. Si el artista mágico
es un experto, y conferido con una voluntad
tremendamente potente, su encantamiento
puede volverse muy poderoso, cuando es
vestido por la persona para la cual fue
preparado. Pero, si este ítem importante (la
voluntad) falta, ninguna cantidad de dibujos
cabalísticos y nombres sagrados tendrán el
menor efecto, porque no puede haber
potencia en los símbolos además de las
ideas y fuerza mental que son capaces de
despertar en la mente del que los hizo. El
Sello de Salomón no es más poderoso
cuando se lo dibuja sobre un pergamino
virgen, con una voluntad débil, o un estado
mental mecánico, que unos garabatos
inocentes dibujados por un niño sobre su
pizarra. Pero, si el artista realiza los misterios
simbolizados por los triángulos entrelazados,
y puede colocar su alma en rapport con los
elementos invisibles que externamente
representan; entonces, poderosos efectos se
producen a menudo.
Siento decir que, el conocimiento de los
encantamientos no está confinado a la
creación de talismanes benéficos. Su
perversión ha llevado a las prácticas
diabólicas del Vudú y los Magos Negros,
cuyo trabajo es completamente, hecho por
ganancia o por venganza. Nada, sino el más
extremo egoísmo yace debajo de tales
prácticas inmorales, pero, como debe haber
una luz para reflejar una sombra, así un
encantamiento debe seguir a un talismán.
Los encantamientos mágicos, luego, son
simples objetos naturales, que poseen sólo
un poco de virtud activa en ellos, pero,
debido a la naturaleza mediumnística de sus
sustancias, están conferidos con poderes
artificiales, de duración temporal, por virtud
de la idea y pensamiento impresos sobre
ellos, a través de la magia mental del
hacedor; y en este sentido, un encantamiento
debe ser distinguido claramente de “teleo”, el
Talismán. Los mismos nombres sugieren su
diferencia, y, sobre todos los otros hombres,
los estudiantes en Ocultismo deberían luchar
para educarse completamente en el
verdadero sentido del término, hombres de
letras, por virtud de (como Ruskin le dice) “la
dignidad real de las palabras”.
“Encantamiento”* se deriva del latín
“Carmen”, una canción que fascina, y
significa controlar por encantamiento, para
subyugar; mientras Teleo tiene que ver con
los poderes secretos y la sabiduría de la
consagración y la iniciación. Es gracias al
mal uso moderno de los términos antiguos
que, consideramos esta explicación más bien
extensa necesaria, para limpiar los
escombros acumulados de las Eras, de la
verdadera base de nuestro actual estudio.
* Charm es la palabra traducida como amuleto o
encantamiento que el autor está tratando de distinguir.
Un Talismán es un objeto natural, que
contiene fuerzas elementales de su propio
grado de vida, en un estado de intensa
actividad, y capaz de responder a la
correspondiente cualidad de vida, afuera de
sí mismo, que emana del mismo estado
espiritual, ya sea por vibración simpática o
corrientes antagonistas, la naturaleza, poder,
cualidad y grado de vida, que los varios
objetos naturales representan, siendo una
parte del currículum del templo de iniciación.
De aquí se sigue que el nombre, por el que el
poder latente de estos objetos naturales es
conocido, estaba en estricta armonía con los
hechos envueltos.
Para prevenir cualquier malentendido posible
sobre el asunto, vamos a reafirmar
brevemente la definición de otra forma: un
Talismán es la antípoda exacta de un
encantamiento. Este último es el resultado
temporario e ingenioso del poder mental del
hombre; el primero, es la producción natural
de la Naturaleza universal, y es tan
permanente como durable mientras dure la
sustancia de la que está compuesto, durante
el ciclo actual. Y aún en algún sentido, puede
ser bastante correcto decir que un Talismán
actúa como un encantamiento, y viceversa,
que los encantamientos actúan como un
Talismán, proveyendo que, la real y vital
diferencia entre ellos, es mantenida en la
afirmación.
Ahora que nuestro sujeto fue claramente
definido, examinemos cuidadosamente cómo
y en qué sentido un objeto natural se vuelve
Talismánico, porque debe parecer auto
evidente para todos que, una y la misma
sustancia no puede constituir un Talismán
para todos, y para cualquier cosa. Deben
diferir naturalmente, tan ampliamente en su
naturaleza y cualidad, como la humanidad
difiere en su desarrollo físico, mental, moral,
ético y temperamental. Y, así, aunque el
hombre puede diferir de sus compañeros; el
ignorante Esquimal, asesinando focas en su
kayak, puede pertenecer a la misma cualidad
de vida espiritual que el profesor de Harvard,
quien obtiene su sustento mediante el diario
discurso sobre la sublime armonía de lo
infinitamente pequeño con lo infinitamente
grande, a través del universo manifestado de
la materia, y donde sea que encontremos
este parentesco del espíritu, encontraremos
el mismo idéntico Talismán actuando
similarmente sobre cada uno, cuando ellos
entran en rapport con él. El desarrollo mental,
moral y físico, nunca altera la verdadera
naturaleza del hombre interno. La cultura
sólo trae a la superficie, al uso activo, las
posibilidades latentes que yacen escondidas
dentro del alma humana. Sólo le permite
ejercitar sus funciones sobre diferentes
planos, y con diferentes efectos.
Todo departamento natural de la Naturaleza
corresponde a alguna cualidad específica
peculiar y grado de vida. Esas han sido
divididas, por conveniencia, en cuatro grupos
primarios; y cada grupo otra vez subdividido
en tres, correspondiendo a los cuatro
cardinales, cuatro sucedentes, y cuatro casas
cadentes, de la gráfica astrológica; por tanto,
los doce signos del Zodiaco; esas
constituyen el Ciclo de Necesidad dentro de
las condiciones físicas, donde, el flujo de la
marea de la vida siempre creciente o
decreciente que se da gracias a la radiación
solar a través del año, representa los doce
grupos de la humanidad, de Naturaleza
inferior animada, de vegetación, y gérmenes
cristalizados. Todo ser humano es lanzado al
mundo bajo el influjo directo de una o más de
estas divisiones celestiales, y por virtud del
signo que ocupa el horizonte en el momento
del nacimiento, absorbe tal influjo, y se
vuelve conferido con una polaridad
específica, por virtud de la cual, yace
después; durante tal expresión dentro de las
condiciones físicas, inspira con cada aliento,
esa cualidad específica vital de la atmósfera,
correspondiendo al mismo grado del espíritu
universal. Consecuentemente, esa gema, o
esas gemas, representan y se corresponden
respecto de su Casa de la Vida, se vuelven
para él, un Talismán, gracias a su relación,
su afinidad espiritual. Esas están dadas
todas en la segunda parte del Vol. 1. Los
Metales nunca se vuelven Talismánicos,
gracias a su comparativamente negativo
grado de vida, y por esta razón también, se
vuelven los encantamientos más poderosos.
Ciertas combinaciones de metales, y en
proporciones apropiadas, incrementan la
potencia e influencia magnética de un
encantamiento; y aquí, también, las leyes de
antipatía y afinidad entran en uso práctico.
Un verdadero experto conocerá sus metales,
o metal, y su cliente, antes de comenzar su
trabajo mágico.
Aquellas personas quienes derivan la
mayoría de sus virtudes de un Talismán son
aquellos quienes pertenecen al estado más
sensible, dentro de tal grado de vida, y
quienes están dominados por un solo signo.
Así, si encontramos un signo ocupando toda
la Casa de la Vida, o casi toda, como cuando
la primera cara de un signo asciende,
podemos estar seguros, mientras no haya
otras cosas interfiriendo, de que tal nativo
recibirá gran beneficio de vestir su gema
Talismánica. Si una persona de buenos
poderes intelectuales y espiritualidad
sensible, nace cuando el señor de los
ascendentes ocupa el signo ascendente, por
ejemplo, Marte en Aries, o el Sol en Leo,
podemos estar seguros de que, la gema
Talismánica, en su caso, será enormemente
poderosa, porque todas las condiciones
Astro-físicas son entonces las más
favorables para la expresión de las fuerzas
naturales, y si es vestida sobre, o cerca de
aquella parte del cuerpo que el signo
gobierna, el poder e influencia es más
poderoso y benéfico.
Al vestirlas, llévalas contigo como una parte
de ti, una parte de tu ser superior, algo para
ser escuchado y obedecido. Usualmente
pronuncian más su presencia cuando algo
surge para perturbar las vibraciones
armoniosas que natural y silenciosamente
suceden entre la persona y el espacio
interestelar arriba. Son como los nervios
sensores y motores, nunca dejan que se
conozca su presencia, excepto, cuando el
peligro avanza.
Habiendo explicado en qué sentido las
gemas se vuelven talismánicas, ahora
tenemos que descubrir el modus operandi, el
cómo.
Las gemas contienen la cualidad vital de su
propia naturaleza astral. El hombre, como
una expresión superior de la misma vida
biuna universal, contiene la misma. Como
dos corrientes eléctricas, el hombre, el polo
positivo (comparativamente), atrae hacia sí la
vida mineral de la gema, que así, se vuelve el
polo negativo. Un circuito completo es
formado y mantenido, mientras permanezcan
en contacto. Las gemas que pertenecen a
diferentes cualidades vitales, no estando en
rapport con su estado astral, no tienen buen
efecto, porque ninguna corriente fluye entre
ellos. Así, el Talismán actúa en unísono con
el principio-álmico o psíquico, del hombre,
ayudando al organismo a sustentar la salud,
estimulando las percepciones mentales y la
intuición espiritual, y permitiendo en gran
medida, muchas premoniciones de peligro
venidero, cuando el individuo es lo bastante
sensible para percibirlas. Y ahora, per contra,
como hay gemas que actúan en simpatía con
el hombre, debe haber, y de hecho las hay,
gemas que actúan sobre principios
contrarios; por ejemplo, antagonistas, y estas
pertenecen a elementos puramente
antagonistas, como el Aire para la Tierra y el
Fuego para el Agua, a menos que el nativo
haya nacido bajo ambas fuerzas, como Marte
en Cáncer ascendiendo, o la última
parte de un signo y cerca de todo el otro de
una naturaleza opuesta, ocupando el
ascendente. Tales nativos son puros neutros,
y tales pueden vestir gemas que pertenecen
al planeta más poderoso del horóscopo, o
aquella triplicidad que sostiene la mayoría de
los planetas; luego, usualmente son
combinados, el planeta y la triplicidad.
Hay, por supuesto, innumerables sustancias,
más o menos, capaces de virtud talismánica
hacia individuos particulares. Pero esas
gemas, y otras similares, que son dadas en
“La luz de Egipto” vol. 1, son las más
poderosas. A esas pueden agregarse el
ópalo, bajo Escorpio ; el granate, bajo
Aries ; y la turquesa, bajo Cáncer , estratos fríos de la materia, se posicionan
cuando Saturno está ahí; y la aguamarina,
bajo Piscis ; y entre los talismanes
temporarios de vegetación podemos agregar
que, los brotes jóvenes, teniendo la flor y los
vasos de las semillas, son las porciones de
virtud principal, y los brotes jóvenes de
árboles. Esos son a menudo usados para
localizar minas, pozos, petróleo, etc., que
yacen escondidos bajo la superficie de la
tierra, y en las manos de una persona
sensible y negativa, a menudo fallan en
recompensar al investigador con el éxito.
Esos deberían siempre ser reunidos cuando
sus correspondencias gobernantes están
surgiendo, o, mejor aún, culminando sobre el
meridiano. Esto se explicará en el capítulo
sobre La Varita Mágica.
Ya llegamos a los límites de nuestro presente
estudio, y sólo dijimos que todas las gemas,
como el organismo humano, están en una de
tres condiciones: vivas y conscientes,
dormidas e inconscientes, o muertas e
impotentes. Esas condiciones pueden sólo
ser descubiertas, en piedras, por el lúcido
entrenado o por el neófito instruido. Las
piedras que están dormidas necesitan ser
despertadas. Esto, también, puede sólo ser
logrado por el estudiante entrenado o
Adepto. Aquellas que están muertas, son
inútiles como Talismanes, no importa cuán
hermosas parezcan como ornamentos.
Las gemas y piedras también están
sexuadas, y aquellos quienes las visten
recibirán el mejor efecto si vistieran las del
sexo opuesto, aunque cada una es
poderosamente potente en su influencia
sobre el individuo. Cuán enormemente
ignorantes son los hijos de los hombres, de
los sutiles, silenciosos y aún así obedientes
sirvientes, que por todos lados, los rodean.
Aquí, otra vez, aquella chispa Divina, que
yace incrustada dentro de las fuerzas
cristalizadas de la naturaleza, está ejerciendo
su influencia sutil y espiritual, en hacer que
los egoísmos, y el amor de los ornamentos y
el espectáculo, se vuelvan unos medios, para
producir estos monitores silenciosos,
conociendo desde hace mucho que, su
verdadero poder y potencia será conocido, y
conscientemente usado por él, como factores
potentes en su evolución álmica y desarrollo
físico.
Las doce gemas representativas de los
como los representantes materiales de sus
contrapartes estelares en el cielo, y
constituyen el hermoso y brillante pero
cristalizado Zodiaco de la anatomía del
hombre.

CAPÍTULO 10
MAGIA CEREMONIAL
El título ha sido seleccionado, principalmente,
porque en la mayoría de los trabajos que
tratan acerca de magia lo encontramos
equivocadamente usado, y por tanto,
tomamos la oportunidad de explicar la
materia, porque no había tales términos en la
Magia antigua.
Es desafortunado que las palabras del
antiguo origen no sean más cuidadosamente
usadas, y que debamos agregarles tantos
significados diferentes a la misma palabra.
Los términos “ceremonia” y “ceremonial” son
nada más y nada menos que, lo que aquel
crítico eminente, John Ruskin, designaría
como “bastardos de origen innoble”, que, de
un modo u otro, usurparon los lugares de
“rito” y “ritual”. La palabra “rito” descendió a
nosotros desde el Latín “ritus” de nuestros
ancestros Romanos, y ellos lo recibieron del
más antiguo “riti” del Sánscrito, el equivalente
Griego de “reo”, y significa el método u orden
del servicio a los dioses, mientras que
“ceremonia” puede significar cualquier cosa y
todas las cosas, ya que denomina desde una
brutal pelea por un premio hasta la
conducción de servicio divino dentro de la
iglesia. Pero, ninguna definición camaleónica
o construcción puede apropiadamente ser
colocada sobre la palabra “rito”, porque
significa distintivamente, si significa algo en
absoluto, el uso serio y método sagrado de
conducir el servicio en honor de los dioses, o
de superiores, y requiere la atención de los
profetas o sacerdotes, o alguien debidamente
calificado para cumplir semejantes funciones
sagradas, por el momento. El ritual de magia,
luego, es el título correcto de este estudio, y
como tal, lo denominaremos así mientras
procedemos con el curso.
El hombre es especialmente, y sobre todas
las creaturas, una fuerza organizadora, y
cuando a este hecho, le agregamos el más
interior y poderoso de sus instintos
sentimentales (la veneración por los poderes
que existen), y por las fuerzas invisibles
superiores de la Naturaleza, su “religiosidad”,
como ha sido llamada, no podemos
sorprendernos de que las razas tempranas
de las que poseemos cualquier registro sean
principalmente distinguidas por sus
majestuosos y elaborados ritos religiosos. De
hecho, es con los estupendos templos y al
colosal sacerdotalismo, que estamos
endeudados por nueve décimos de las
reliquias y archivos que poseemos de ellos.
Tan cierto es esto que, de lo que fuimos
capaces de descubrir, estamos bastante
justificados en afirmar que las razas antiguas,
sobre todas las otras cosas, fueron gente
profundamente religiosa. El templo fue el
centro alrededor del que giraron todos sus
genios y arte, y el edificio sagrado se volvió
su más grande logo en arquitectura, y sus
altos sacerdotes los más poderosos
individuos en el Estado. De hecho, fue a
consecuencia del verdadero poder investido
en tal oficio sagrado que estaba tan
íntimamente conectado con el trono, y por
qué la realeza tan frecuentemente perteneció
al sacerdocio o ejerció funciones
sacerdotales. Y no puede haber verdadera
duda, sino que, entre las pastorales y más
espirituales razas de los tempranos
habitantes de la Tierra, el sacerdote, por
razón de su sabiduría superior, fue el primer
dador de leyes; y, por virtud de su santidad
de persona y elevación de mente se volvió su
primer rey primitivo, un monarca patriarcal,
cuyo cetro y símbolo de poder fue el cayado
pacífico del pastor, así como entre los más
rudos nómadas del inhóspito Norte,
encontramos a los mejores cazadores
investidos con la dignidad de jefe, cuyo
símbolo significante y cetro de realeza, sobre
sus tronos de cazador*, fue la confiable y
exitosa lanza. Y los tiempos en los que
vivimos liberaron su completo efecto sobre
esos símbolos, tan significantes de la
gobernación. El monarca transformó su lanza
en la menos dañosa maza, mientras la
Iglesia agregó una pulgada de hierro al
cayado. Por tanto, el primero se volvió menos
guerrero, y el último menos pacífico, y,
verazmente, en la vida de hoy los
encontramos así.
* La palabra traducida como cazador es Nimrod en el
original. Hago esta salvedad porque Nimrod es el
protagonista en uno de los apócrifos del Antiguo
Testamento.
El señor patriarca, cabeza de la familia tribal,
fue el sacerdote original; y la piedra de la
chimenea el primer altar alrededor del que
los ritos familiares fueron realizados; y a
partir de este puro y primitivo original fuimos
haciendo evolucionar, a través de Eras
progresivas, el templo majestuoso y la
persona sagrada del pontífice despótico;
desde la plegaria sincera las aspiraciones
puras del corazón humano y las alegres
ofrendas de frutos y flores a los poderes
invisibles alrededor de ellos; y desde las
almas de sus amados ancestros se levantó el
costoso y complicado ritual de teología. Y, si
los teólogos de hoy realmente conocieran el
perdido y secreto significado de sus
complicados rituales, y los no vistos poderes
yaciendo detrás de sus símbolos externos,
sus ansiedades por la vida continuada de sus
credos fallecientes se convertirían en nuevas
esperanzas y fe, y podría ser demostrado a
sus igualmente ciegos seguidores aquello
que enseñaban que sabían, y podrían
prácticamente usar el conocimiento otorgado
en sus santuarios; y, en lugar de ofrecer sus
súplicas a una Deidad personal e imaginaria,
sus palabras, ritos y ceremonias, tomarían la
forma y poder de aquello que deberían
comandar, y se volverían verdaderamente, lo
que sus titulitos realmente significan, unos
doctores del alma. Entonces ellos,
inteligentemente, podrían guiar y dirigir las
almas de sus seguidores hacia el camino del
Cristo (la Verdad), que lleva a la salvación;
no a una expiación vicaria1, sino ganando la
sintonización2 a través del desarrollo del alma
del individuo por una relación consciente, con
aquel espíritu Divino que llamamos Dios,
donde se pueda decir “Yo conozco/ sé”.
1
A través de otro.
2
At one ment.
A partir de todos esos simples dones, que
fueron espontaneas ofrendas de amoroso
recuerdo y altruista caridad, han crecido las
plegarias, penitencias, sacrificios y la
adoración servil del sacerdotalismo. De
aquella paternal consideración y amor de los
ancianos señores evolucionó el arrogante y
frío orgullo del egoísta y aislado sacerdote, y
que refleja su influencia funesta sobre los
adoradores a sus pies. Ellos también
cambiaron su obediencia una vez sagrada,
reverente y llena de fe en sospecha y
desconfianza, y con la educación para
expresar total disgusto. La luz ha sido
extinguida, y el sacerdote y la gente en
partes iguales están a tientas en la
oscuridad.
Es extraña, sí, más que extraña, la cantidad
de ignorancia humana y locura que es
revelada. Cuando miramos sobre esta
imagen y luego sobre aquella, verazmente no
podemos evitar hacernos la pregunta, ¿está
realmente la humanidad progresando?
Conocemos que lo está; estamos muy vivos
para la verdad de que el Himno de la
Creación suena a “superior”* o “avanza”,
pero cómo, y en qué modo (espiritualmente)
fallamos en comprenderlo. El desarrollo
cíclico del alma humana es un misterio
inescrutable.
* Excelsior tiene varias traducciones. Del latín
obtenemos “superior” y del inglés “virutas de embalaje”,
pero el texto no indica bien la procedencia de los
vocablos.
Todas las consideraciones antes
presentadas deben ser completamente
pesadas y entendidas para arribar al
verdadero valor del “dogma y ritual de alta
magia”, como Elifas Levi lo llama; porque, en
las inmediaciones de la gran serie de cortinas
adornadas, el resultado del vano
engreimiento y el orgullo bombástico,
encontraremos muy poco que puede ser
considerado como vital y realmente esencial
para los ritos de magia. El espectáculo, la
pañería, los ornamentos e instrumentos
sacerdotales, no son para los Ocultistas
realmente espirituales, sino, como una lata
sonora y un platillo tintineante. Que tuvieron,
y aún tienen, sus usos legítimos, es verdad,
pero esos usos no tienen que ver con la
magia, per se, ni sus múltiples poderes. Ellos
inspiran reverencia sobre la mente popular, e
imprimen sobre las masas una debida
reverencia por los poderes que existen.
Fueron instrumentales en mantener las
pasiones no entrenadas de la manada común
bajo control, mediante un miedo saludable
de la venganza de los dioses, así que este
desfile de magia, el espectáculo del
sacerdocio externo, fue más un desarrollo
político que una necesidad espiritual, un
astuto pero filosófico método de permitir a los
pocos educados gobernar a los muchos no
educados. Y fue sólo cuando los ritos
educacionales e iniciatorios del templo fueron
corrompidos, y el sacerdote se volvió el
aliado perseguidor del rey, cuando, en
realidad, el sacerdote perdió su espiritualidad
en el deseo por poder temporal y lugar, y la
gente comenzó a dejar de creer en sus
profesiones y rebelarse contra su control
tiránico.
Los poderes que existen, ahora están
blandiendo su espada de justicia, y
desplegando el conocimiento de la libertad y
la verdad sobre la mente aspirante del
hombre. Él empezó a sentir sus ataduras y el
yugo de la opresión. Las palabras de
promesas y amor, en lugar de elevarlo hasta
el Dios que se le enseñó a adorar, lo hicieron
agacharse en esclavista obediencia hacia su
sacerdote. Ya veo el amanecer del día, de
una nueva vida, una nueva religión; o más
bien, el re establecimiento de la verdadera,
que es tan antigua como el Tiempo mismo.
Sólo hay Una Ley, Un Principio, Una Palabra,
Una Verdad y Un Dios.
Los requisitos originales para el oficio de
sacerdote, y los ritos de magia fueron, como
mostramos, una mente pura y primitiva; una
que haya desgastado las lujurias y pasiones
de la juventud, una persona de
responsabilidad y experiencia; y hasta este
día el sacerdote de la Iglesia Romana es
llamado por el conocido título de “padre”. Y
como la Naturaleza no altera sus leyes y
requisitos en obediencia al desarrollo moral
de la raza, podemos descansar seguros que
los mismos requisitos, de hace diez mil años,
aún se mantienen. Puedes entrar a tu círculo
mágico, dibujado1 con ritos prescritos, y
puedes salmodiar tus consagraciones y
cantar tus encantamientos; puedes quemar
tu incienso en el incensario de lata y posar en
tus túnicas sacerdotales que ondean al
viento; puedes portar pentáculos sagrados
del espíritu sobre tu pecho y blandir la
espada mágica hacia los cuatro cuartos de
los cielos; sí, puedes hacer incluso más,
puedes quemar el sigilo secreto del espíritu
objurante2; y gritar tus conjuros y exorcismos
hasta que te quede la cara negra; pero será
todo en vano, amigo mío, todo en vano. Nada
probará sino la vanidad y vejación del espíritu
a menos que el ser interno, el alma, se
entremezcle con la Palabra externa, y
contactada por su propia intensidad dinámica
(las vibraciones elementales de la
Naturaleza), haga surgir esas fuerzas
espirituales hasta el punto de responder a tu
llamado. Cuando esto pueda ser hecho, pero
no hasta entonces, tus encantamientos
mágicos tendrán algún efecto sobre el aire
sin voz. Ni las túnicas sacerdotales ni la
espada mágica, ni los encantamientos, ni la
palabra escrita, ni el círculo místico, pueden
producir la respuesta de la Naturaleza al rito
Oculto; pero el fuego del espíritu interior, la
realización mental de cada palabra y signo
místico, combinados con el conocimiento
consciente de tus propios poderes Deíficos,
esto, y sólo esto, crea al verdadero mago de
la Naturaleza.
1
Drawn tiene también el sentido de “atraído” o
“atrayendo” pero la frase parece decir lo que traduje.
2
Sigilo es un símbolo escrito o pintado que se considera
que tiene poderes mágicos. “Objurar” no aparece en
ningún diccionario que pude consultar. ”Abjurar” significa
abandonar una creencia o doctrina religiosa de manera
solemne y mediante juramento.
¿Quiénes son y dónde se los puede
encontrar? Son tan pocos que el eco
responde “¿Dónde y quiénes?”* Aún así, hay
muchos de tales sobre la Tierra en la
actualidad, pero las condiciones mentales
actuales les prohíben hacer conocida su
identidad. No serían reconocidos y aceptados
como los verdaderos profesores, sino
injuriados y perseguidos, y llamados
chiflados. Pero silenciosamente, están
sembrando la semilla de la verdad que
surgirá y dará fruto, donde y cuando menos
se lo espere.
* Esto es alguna clase de juego de palabras. Dice “who
and where?” y la respuesta del eco es “where and
who?”.
Gracias a que la maldad es tan activa, la
verdad no está yaciendo dormida. El espíritu
es Dios, aquella divina chispa de Deidad
dentro de cada alma humana, nunca duerme,
nunca descansa. “Encendido y subiendo” es
su grito. “Omnia vincit veritas”.
La gran sublimidad de la concepción del
hombre de la sintonización* con el Padre
Infinito, sintonizado* con el universo ilimitado
del ser, sintonizado* con, y habiendo
heredado, todos los derechos sagrados e
inalienables prerrogativas del inefable Adonai
del alma inmortal, es la única prueba de la
calificación del hombre para el oficio santo;
porque, como ha dicho verdaderamente
Bulwer Lytton, “el amante palpitar de un gran
corazón humano desviará más enemigos que
toda la ciencia de los magos”. Así es con el
ritual sagrado. Un solo pensamiento
aspiracional, claramente definido, pesa más
que todos los adornos sacerdotales que el
mundo haya visto jamás.
El éxito de todas las encarnaciones depende
del completo unísono de voz y mente, la
mezcla de los cuales produce la entonación
dinámica, que hace acorde con las
vibraciones rítmicas interiores del alma. Una
vez que esta vibración mágica y dinámica es
producida, inmediatamente surge a la
existencia todo el mundo elemental que le
pertenece, por correspondencia. Los
vocalistas quienes sostienen a sus
audiencias embelesadas lo hacen por virtud
de las vibraciones mágicas que producen, y
son magos prácticos, aunque inconscientes.
El mismo poder, hasta cierto grado, yace en
la voz cuando uno habla, el gracioso
movimiento de la mano cuando obedece la
voluntad, y los rayos de los ojos irradian el
mismo poder dinámico y se vuelven mágicos
en sus efectos.
Esos poderes son ejercitados más sobre el
plano físico, y no hay mejor ilustración para
dar, que, el poder que el hombre es capaz de
ejercer sobre el animal cuando lo mira a los
ojos.
Aquí, así también como en encantos e
invocaciones, dentro del poder de la
voluntad, yacen el éxito o el fracaso.
En este punto puede ser preguntado, ¿para
qué, entonces, sirven los ritos mágicos, de
símbolos y túnicas sacerdotales?
Contestamos, que en sí mismos, para nada,
absolutamente para nada, excepto la
facilidad y conveniencia que derivamos de
sistematizar, ordenar y tener un código de
procedimiento. A esto se le puede agregar la
fuerza mental y el entusiasmo del alma a la
que tales cosas inspiran, así como los
hombres y mujeres se sienten más
dignificados, artísticos y refinados, cuando
están vestidos de acuerdo con sus ideas. Así
el sacerdote promedio se siente más
sacerdotal y santo; y consecuentemente,
más poderoso mentalmente; cuando está
ataviado con sus túnicas de su oficio y
rodeado por los símbolos externos de su
poder y funciones. Pero, en sí mismos, no
tienen, ni pueden tener, ninguna real virtud.
Lo mismo puede ser dicho de los
encantamientos. Las palabras usadas en su
composición son los jeroglíficos de ideas
místicas. Por tanto, la correcta pronunciación
de las palabras o la construcción gramatical
de una oración nada son, si la idea
subyacente no está concebida en la mente y
el alma no responde a ella. La voluntad y el
motivo forman la base de la verdadera
magia.
Una palabra más y completamos nuestro
asunto. Las espadas mágicas, anillos,
pentáculos y varitas, pueden y a menudo son
agentes mágicos poderosos en las manos
del mago, por virtud del poder, o encanto,
que es investido en ellos cuando son
apropiadamente preparados; pero aparte de
tal preparación, por aquellos quienes
conocen, son tan impotentes como
encantamientos ininteligibles.
Todo lo anterior son ayudas, pero si las
manifestaciones físicas de las fuerzas
mágicas son requeridas, siempre debe estar
presente el necesario combustible mágico y
vital, por el cual tales fenómenos son
realizados; y en cada caso, para tener éxito,
la asistencia de un buen mago natural, o
vidente, es necesaria; porque sin los
elementos esenciales de todo el arte, en sus
aspectos superiores, se vuelve un fracaso.
CAPÍTULO 11
LA VARITA MÁGICA
Esta es la última lección de nuestro curso
que requiere una clara definición de los
términos empleados en el título, porque el
décimo segundo estudio es, quizás,
afortunado por tener por su título una palabra
que hasta ahora, no fue mal usada y
distorsionada respecto de su sentido original.
La Varita Mágica. Las palabras saborean
todo lo que el joven tirano en el arte oculto
puede visualizar en su mente; de los magos
de medianoche y sus misteriosas, si no
diabólicas artes, susurrando sus
encantamientos, realizando sus horribles
hechizos, y levantando a los inquietos
fantasmas de los muertos. Extrañas
fantasías, estas, y aún así, tan corruptas e
ignorantes se han vuelto las concepciones de
la mente popular en lo concerniente a la una
vez sagrada Ciencia del Templo y los
poderes psicológicos de la Naturaleza, que a
menudo cuestionamos, si las ideas antes
afirmadas no fueron muy similares a las
originales de cada estudiante moderno, antes
de que se haya informado con las verdades
más profundas, las realidades de la filosofía
Oculta.
Comenzaremos nuestro estudio mediante
una cuidadosa investigación del significado
de las palabras Varita Mágica, ya que
aquellos quienes fueron masters y
originadores de ellas, pueden que estén en
mejores condiciones de conocer más acerca
de ellas que sus vástagos degenerados de
una Era posterior. Pocos, comparativamente,
creerían que las palabras magia, masón e
imaginación, son los actuales no
relacionados descendientes de la misma
concepción original, la idea raíz, pero tal es el
caso. Primero, entonces, examinaremos sus
significados modernos. La magia es el arte
impío (no santo) de realizar encantamientos
secretos, de usar poderes invisibles, y de
mantener relaciones con el mundo no visto
de fantasmas y demonios, mediante el uso
de encantamientos. También significa ser
experto en el engaño de los sentidos
mediante los trucos de un conjurador, el así
llamado hocus-pocus y fraude, y un mago es
o alguien de mente maligna, un mortal
supersticioso, suficientemente estúpido como
para creer en encantamientos, o un experto
imitador e impostor de la primer agua, quien
engaña y tima a la gente. Un masón es la
honorable designación de un constructor,
quien trabaja con piedra; metafísicamente, es
un miembro de una sociedad semi-secreta,
cuya única ventaja es una relación social y
permanente; quienes proclaman fraternidad y
hermandad universal teóricamente y
practican la inversa en la realidad. Un
hombre quien simula al Masón Egipcio, nada
conoce en realidad de Hiram, su máster;
quien nada conoce del estrellado Salomón o
su templo místico en los cielos, el cual Hiram
construyó; y quien malentiende la
importancia de los tres villanos, o asesinos; y
quien, es más, nada conoce de aquella
maravillosa ramita de mirto: en resumen, un
Masón Libre, hablando generalmente, es un
hombre quien se regodea en ideales,
igualdad social, fraternidad secreta, y juega
al misticismo; quien desfila sobre el
escenario Masónico y actúa un rol que no
entiende. El primer significado, el de un
constructor, es el más correcto. Finalmente,
la imaginación es el ejercicio de la imaginería
mental, la visualización de pensamientos
silenciosos.
Ahora procederemos en reversa. La
imaginación deviene de la palabra “imagen”,
una forma, un dibujo, y descendió a nosotros
desde el Latín “imago”, que a su vez se
deriva de la vieja raíz Semítica, “mag”.
Masón llega a nosotros del Latín “mass”, que
significa moldear y formar, por ejemplo,
construir; y la palabra “mass”, a través de
varias transformaciones, también fue
derivada de la palabra raíz “mag”.
Consecuentemente, en su origen, había muy
poca diferencia en la idea antigua de
construir imágenes en la mente y erigir la
idea mental externamente en piedra. Es a
partir de esta idea que hoy tenemos Masones
Mentales, las órdenes secretas, y masones
de piedras, quienes trabajan por un sueldo.
Los Masones Mentales simplemente
perdieron el conocimiento de su arte.
Deberían, por derecho, ser tan activa y
correspondientemente útiles como sus
hermanos más físicos, los masones de
piedras.
Este arte jamás habría caído en desgracia y
desuso, si su pan diario, o acumulaciones
materiales, hubieran dependido de sus
esfuerzos en construir los logros mentales,
morales y espirituales, unos de otros, y traer
su conocimiento hacia un uso más externo,
realizando el cambio del edificio material, el
cuerpo físico, transformándolo en un templo
más puro y adecuado, para el alma Divina.
Magia proviene del Latín “magi” y la palabra
Griega “magos”, que significa sabio,
enseñado en los misterios, y fue sinónimo de
sabiduría. El filósofo iniciado, el sacerdote, y
los hombres sabios, están todos incluidos en
el “magi”. Otra vez, rastreando esta palabra
hacia su remoto ancestro, la encontramos
terminando en la misma raíz Semítica, “mag”,
pero de esta extraña raíz nadie fue capaz de
decir mucho, excepto que parecía pertenecer
a la rama Asiria de la gran raza Semítica.
Pero muy recientemente, gracias a nuestros
exploradores científicos y arqueólogos,
versados en los misteriosos misterios de la
inscripción cuneiforme; los eruditos Asirios
ahora nos informan que encontraron el viejo
y primitivo original de las palabras magia,
magi e imago. Es a partir de una vieja
palabra Acadia, “imga” que significa sabio,
santo y aprendido, y fue usada como título
distintivo para los más sabios de sus sabios,
sacerdotes y filósofos, quienes, como se
puede suponer, gradualmente formaron una
casta particular, la que se mezcló con la
orden sacerdotal gobernante. Los Semitas,
quienes sucedieron a la vieja raza Acadia en
el valle del Éufrates, como un mero asunto
de conveniencia verbal, transformaron
muchas de las viejas palabras Acadias para
que se acomodaran a su propia articulación,
e “imga” se volvió “mag”, y así “magi”. La
mezcla entre las razas Semitas y la antigua
Acadia, produjo, por fusión de sangre racial,
a los famosos Caldeos. Así que vemos cuán
antiguas son las palabras que muchos de
nosotros usamos diariamente, pero con
diferente significado. Verdaderamente, me
hace sentir, cuando pensamos de la magia y
su origen, como si estuviera relacionada
cercanamente a la gente que honró al Rey
Sargón, el Sabio, el original terreno de la
tradición Bíblica del Salomón místico. El
término Vara1 es una vieja palabra Sajona,
que significa primariamente poner en
movimiento, mover. De esto derivamos
nuestra palabra vagar2, recorrer, y
vagabundear3, en movimiento y
continuamente inquieto.
1
Varita en inglés es wand, de ahí pasó a wander2 y
wandering3.
Ahora tenemos el original, por tanto
verdadero, significado de las palabras Varita
Mágica; así un objeto que pone en
movimiento los poderes del mago, y el mago,
un Iniciado de los ritos sagrados, un máster
de sabiduría, que posee todos los recursos
que le permiten construir, y formar; crear de
hecho, por virtud de su conocimiento de los
poderes secretos de la imaginería mental y el
uso potencial de su propia imaginación. Él es
tanto un Masón Mental como un filósofo
educado.
El estudiante puede indudablemente
preguntar, ¿por qué todo este cuidado y
trabajo en lo concerniente a las definiciones?
Nosotros respondemos que, es porque, el
verdadero significado de las palabras que
fueron elegidas a propósito para el título de
nuestros estudios es, en sí mismo, una mejor
revelación de la que posiblemente hayamos
escrito. Originalmente, las ideas y palabras
estuvieron relacionadas como expresiones
absolutas o correspondencias, unas de otras.
No es así ahora. A medida que las distintas
razas se entremezclaron, la pureza de ambos
lenguajes y morales se retrogradaron, y la
gente se volvió más externa. Las intuiciones
y el espíritu fueron obligados a retroceder,
dando lugar sólo a lo intelectual y lo mental.
La mezcla de los lenguajes dio nacimiento a
muchas palabras donde diferentes
significados fueron transmitidos; de ahí, el
problema que surge hoy acerca de las
numerosas interpretaciones de una sola
palabra.
Las razas híbridas no tienen algo como un
lenguaje puro. Sus ideas y lengua, como su
sangre, están penosamente mezcladas,
confusas e insatisfactorias, en lo referente a
cual es el verdadero significado de las
palabras. Por esta misma razón encontramos
tantos significados diferentes para la misma
palabra; y también por esta razón, no
podemos formular una promulgación legal en
la lengua Anglo-Sajona con la que, un
abogado educado, versado en este
malabarismo sinsentido de palabras, no
pueda demostrar, hasta la satisfacción de las
cortes, algo muy opuesto a las verdaderas
intenciones (el espíritu) que los autores,
intentaron transmitir. Antiguamente, no era
necesaria ninguna astucia del arte del
abogado para interpretar las leyes. Las
palabras tenían un simple y obvio significado.
Si una lengua fuera así construida hoy, y los
precedentes anticuados de las cortes fueran
aniquilados; la profesión legal sería
exterminada en doce meses, y un sufrimiento
sería quitado de encima del pueblo.
La filosofía de la Varita Mágica es esta. Es un
conductor magnético y eléctrico de la
voluntad del mago. Dirige el flujo de su
pensamiento y lo concentra sobre un punto
dado en el espacio o un objeto. Es,
mágicamente, lo que la mira de un rifle es
para un tirador. Le permite enfocar sus
poderes con exacta precisión sobre la marca
contra la cual, o sobre la cual, su voluntad es
dirigida. Aparte de esto no hay poder, per se,
en la Varita misma, más del que habría en un
pararrayos sin una tormenta eléctrica. Por
tanto, la Varita es el conductor, en la mano
del mago, para los rayos del alma; y así
como el pararrayos es más útil y poderoso
para proteger, cuando la tormenta es más
fuerte; así es la Varita más poderosa en las
manos del mago más potente. Sólo podemos
transmitir a través de esta Varita el grado de
fuerza que podemos poseer en el alma.
En una Varita apropiadamente preparada
yace el arma más poderosa, para proteger o
destruir, que puede ser puesta en las manos
de un mago. Con su propia fuerza espiritual y
conocimiento, combinados con el poder
mágico agregado al instrumento, nada puede
resistir su poder, cuando es dirigido con una
voluntad determinada y poderosa.
Muchas sustancias se emplearon en la
manufactura de estas Varitas Mágicas. Los
metales o piedras no servirán a este
propósito, a menos que estén cubiertos con
alguna materia orgánica. En cualquier caso
las piedras son inútiles. Las mejores Varitas
están hechas de marfil vivo de un elefante
hembra. Una Varita corta, de 21 pulgadas
(53cm) de largo, enchapada en oro en el
extremo más grueso y plata o cobre en el
otro, es muy poderosa.
Lo siguiente a estos costosos artículos son
Varitas con un núcleo de oro o cobre, un
cable, de hecho, recubierto con ébano, boj,
palo de rosa, cedro o madera de sándalo. El
tejo inglés también sirve para este propósito;
como así también la madera de almendro.
Más simples, menos caras y casi tan
efectivas, son las Varitas hechas de olmo
escocés. De hecho, aparte de las Varitas de
marfil vivo, yo considero que el olmo escocés
es tan poderoso como una Varita de oro. La
siguiente en fuerza al olmo escocés son los
brotes del árbol de almendro, y finalmente, el
melocotón/ duraznero y el sauce del pantano.
El momento apropiado para manufacturar
una Varita Mágica es cuando puedas
encontrar la persona quien es capaz de
hacer el trabajo. Pero después de que es
construida debe ser completamente
magnetizada, con la apropiada ceremonia y
aspiración, la primera o segunda Luna llena
después de que el Sol entre en Capricornio,
a medianoche, cuando la Luna esté
culminando su propio signo sobre el medio-
cielo.
El mejor momento para cortar un brote de
olmo escocés u otro material para una Varita
es la primera Luna llena después de la
entrada del Sol en Capricornio, a
medianoche, y luego magnetizarla hasta la
siguiente Luna llena a la misma hora.
En conclusión, repetimos que la Varita
Mágica es el altamente sensible médium
mágico para transmitir y concentrar la fuerza
del mago aprendido; que es igualmente
poderosa bajo gran excitación de la mente,
ya sea usada conscientemente o no. El flujo
de fuego mental irá en la dirección y sentido
en el que la Varita sea apuntada, y, por tanto,
jamás debería estar en las manos de un
malvado o idiota, más que las armas de
fuego. Es potente, en la misma proporción a
la sabiduría del artista y mentalidad dinámica,
y es inútil en las manos de los idiotas o
débiles mentales. Una Varita Mágica requiere
sesos y vigorosa fuerza mental para hacerla
efectiva, así como el motor de vapor requiere
un aparato para generar el vapor, que lo
mueve. Con una voluntad determinada, y una
concepción mental del propio poder interior,
cualquier hombre o mujer puede, mediante
esta Varita sensible, desafiar a todos los
legionarios del Infierno, y rápidamente
dispersar toda forma de inequidad espiritual.
Las armas de fuego que se han vuelto tan
intrincadas en sus mecanismos y tan
destructivas en sus operaciones, sólo son
una degeneración de la Varita Mágica. Las
primeras armas de guerra y asesinato fueron
muy crudas y torpes, luego más largas y
destructivas, hasta que al fin se volvieron tan
finas en textura y genio mecánico,
comparadas con sus hermanos tempranos,
como la Varita Mágica lo es hoy, por sobre y
más allá, a las actuales armas de guerra. Al
fin, el modo original de defensa será
redescubierto y se volverá una utilidad en las
manos de la mayoría de la humanidad. Al
mismo tiempo, la naturaleza mental y moral
estará evolucionando hacia mejores
condiciones, también, de modo que su uso
no estará dado a los ignorantes y hacedores
del mal, sino puesto en cargo de los
educados, aquellos quienes son moralmente
capaces de guiar y gobernar.
Sí, ahora estamos entrando en el plano de la
razón y la intuición, donde el derecho, no la
fuerza, prevalecerá y regirá el mundo. El
modo actual de gobierno será cambiado, y
uno de justicia humanitaria tomará su lugar.
Que Dios apresure el Milenio.
 EL LIBRO QUE ES LLAMADO “LAS
TABLAS DEL AETH”
EL SAGRADO MANUSCRITO QUE ES
LLAMADO “LAS TABLAS DEL AETH”
AHORA POR PRIMERA VEZ TRANSCRITO
DESDE LOS REGISTROS ASTRALES Y
PUESTO EN UN LIBRO
POR ZANONI,
AL CUAL LE ES AGREGADO UNA SERIE
DE REFLEXIONES INTERPRETATIVAS
PARA LA MEDITACIÓN ESPIRITUAL DE
LOS FIELES.
PREFACIO
El templo es el arco de tu cielo sin
medida; El Sabbath la estupenda marcha
de la gran eternidad.
Dedicado a mis Hermanos y Hermanas de la
Hermandad Hermética de Lúxor:
Saludos: desde hace algunos años ha sido
mi deseo dejar un legado espiritual a los
muchos amigos y seguidores devotos
quienes han desafiado tanto en las
inmediaciones de la actual verdad y error por
mi bien.
Eligiendo el presente trabajo para tal
propósito, tuve en vista las más profundas
necesidades espirituales del alma, el
elemento profético del espíritu interior, el cual
puede mejor exaltarse a través de la
contemplación del simbolismo arcanos de la
Naturaleza de los cielos estrellados, no la
expresión material de los brillantes
esplendores del cielo de medianoche, sino
las imágenes álmicas espirituales de aquellos
flameantes sistemas que revelan al ojo
observador los brillantes tronos de los
Gobernantes, los poderes que Existen.
Desde el amanecer de la vida humana
intelectual sobre nuestra Madre Tierra,
mucho antes de los días del hombre de las
cavernas, o incluso las primeras escarchas
que anunciaron la llegada de la Era del Hielo,
las almas esperaron y estuvieron
hambrientas y las almas estuvieron
desanimadas y cayeron en sus luchas con
los misterios de Dios. Pero de vez en cuando
alguna brillante flor de la raza ganó la victoria
espiritual. Un alma Mesiánica ha respondido
a las aspiraciones de una mujer de gran
corazón, de gran alma, embarazada con
anhelos espirituales más allá de su raza, y
ella inconscientemente bendijo a los de su
clase por las generaciones que vendrán con
aquel misterio encarnado del Hijo de Dios.
Bendecir, oh Mujer, es la paciente misión
sobre la tierra, y transcendentes son los
santos misterios de la maternidad. Todo
nacimiento humano es un milagro Divino en
la humanidad, realizado por la Maternidad de
Dios.
Por esto es que, desde las más tempranas
Eras de la ida, almas triunfantes han
atormentado las puertas del santuario y
penetrado los más ocultos misterios y ahí
grabaron sus victorias espirituales. En las
inmediaciones de estos sagrados archivos
yace un gran manuscrito, que nadie sino el
más bravo y brillante puede leer.
Este manuscrito sagrado, sellado con siete
sellos místicos en los cielos, contiene Las
Tablas del Aeth, una grabación de las
experiencias de las almas sobre los planos
de la vida consciente y subconsciente
espiritual y material, que están expresadas
en unas series de símbolos universales, que
manifiestan al observador los procesos de la
vida creativa, de la causa espiritual con el
efecto material. Y, finalmente, el misterio de
los siete sellos* y siete estrellas de San Juan
están aquí escritos; porque las Tablas son
llaves jeroglíficas que destraban las
realidades de verdad envueltas en las
irrealidades de la vida externa y abre, al alma
aspirante, inconcebibles vistas del
conocimiento aún posibles de realización,
dentro del Divino útero del Aether increado.
Miríadas de espíritus exaltados, quienes han
trabajado arduamente por el tesoro que no se
corrompe, han agregado, y agregado, su
porción de concepción personal a esta
concepción universal de la vida, para que los
símbolos sagrados mismos, inscritos sobre
esas Tablas imperecederas, son evolutivos,
están lentamente desenvolviéndose a través
de los eones del tiempo, y revelando más
amplios y aún más profundos procesos de la
luz, la vida y el amor, de la Maternidad de
Dios.
Por tanto, toda revelación Divina de infinita
verdad es limitada y finita como su
concepción, cuando es revelada a través de
una capacidad finita. Todas las verdades
Divinas son universales; todas las
concepciones personales de tales verdades
están limitadas; por tanto surge la fuente
insaciable de la verdad eterna una,
eternamente repitiéndose a sí misma, en la
vida cósmica como en la humana, mediante
el progresivo desarrollo de las
potencialidades ilimitadas de la Naturaleza.

“Lo exterior existe a partir de lo interior, y lo

interno mora en el alma más interior”.

El verdadero poeta es siempre un vidente, y

él puede haber agregado que el alma más Muy Sinceramente,
interior es el increado, y, aunque increado en
sí mismo, yace enterrado en el siempre
T.H. Burgoyne
eterno más allá; de ahí la inmortalidad del
espíritu humano.

Este sagrado manuscrito astral, correcta y

reverentemente estudiado por el discípulo de
la ley superior, se vuelve una fuente ilimitada
de conocimiento e inspiración. No hay estado
de ánimo de la mente o anhelo del alma que
no pueda ser satisfecho y refrescado a partir
de esta fuente inagotable de verdad
espiritual, ni pasión del corazón humano que
no pueda ser calmada de su carga y calmada
de su dolor. Su refresco espiritual cae como
el rocío de los cielos sobre aquellos que
están cansados y pesadamente cargados
con las pruebas y sufrimientos de la vida
exterior.

Acéptalo, pues, como se te da. Mis amigos y

hermanos, acéptenlo como el último trabajo
de Zanoni sobre la tierra, su legado para
ustedes, y pueda el espíritu del Todo-Padre-
Madre, el espíritu inefable de la Vida, la Luz y
el Amor, el Incognoscible, a quien los
hombres llaman Dios, descanse sobre
ustedes y esté con ustedes ahora y siempre.
 Introducción
AL LIBRO LLAMADO “LAS TABLAS DEL
AETH”, DONDE ESTÁN DESCRITAS LAS
FÓRMULAS DE MEDITACIÓN.
LAS FORMULAS DE MEDITACIÓN, HACIA
EL DRAGÓN, FUENTE DE JUVENTUD.
“Cuando al principio, era un joven
meditabundo, me paré al lado del brillo
estelar, y le pregunté a mi inquieto
corazón qué secretos le había negado la
Naturaleza al rebaño, pero le impartió al
serio hierofante;
Cuando ¡contempla! Al lado mío,
alrededor o sobre mí, un pensamiento
susurró, “Levántate, Oh buscador, y
explora”.”
Las Tablas del Aeth son la expresión
culminante de ideas simbólicas, y su
estudiosa meditación y acercamiento
continuado debería hacerse de esta manera:
Primero, encomiéndale a la memoria, tanto
como puedas, todas las ideas envueltas en
las leyes astrológicas y principios encerrados
en “La Ciencia de las Estrellas”, formuladas
en la segunda parte de “La Luz de Egipto”
vol. 1, especialmente las que tienen que ver
con el simbolismo dado y la manifestación de
aquel sobre el plano intelectual. Digiere
mentalmente esos aspectos de la verdad
completamente.
Segundo, lleva adelante el mismo curso de
entrenamiento mental con respecto a los
capítulos anteriores de este volumen, desde
el N°1 al N°12. Hay trece capítulos, pero el
N°13, el último, siendo “La Penetralia”, no
debería incluirse en este curso, pero,
correctamente usado, debería ser reservado
como la revelación última y final para la
contemplación espiritual.
Los doce capítulos recién mencionados
continúan las grandes leyes astrales dadas
en “La Luz de Egipto” vol. 1, desde este
plano hasta aquel de la vida álmica de la
mónada humana (ambos anteriores y
posteriores a la encarnación humana). En
este punto dejamos lo finito y nos
adentramos en los reinos de lo infinito. A
partir de la esfera de las limitaciones que
rodean al microcosmos entramos en el
sendero iluminado por las estrellas del
macrocosmos, y aquí, con el ilimitable
océano de la vida eterna barriendo hacia
adelante frente a nosotros, ¡escuchamos las
primeras notas de la Gran Marcha del
Universo prorrumpir a partir de los órganos
de Dios! Los soles de la vida creativa hinchan
los coros infinitos de sonido; los arcángeles
baten sus ardientes batones a la marcha del
celestial anfitrión; y todos los sonidos
terrenales han cesado. Somos absorbidos en
la música de las esferas.
Ahora estamos en el reino de las universales,
el dominio de las realidades vivientes. El
Tarot de la Madre Naturaleza gira frente a
nosotros, revelando sus significados místicos
al alma. Todas las ideas son símbolos, y los
símbolos son reservorios para la
conservación del pensamiento. Y esta es una
gran verdad: Así como es sobre la tierra es
en los cielos.
Las Tablas del Aeth, luego, constituyen una
astrología espiritual, una ciencia espiritual de
las estrellas, vacía de matemáticas, y aún así
poseyendo toda la exactitud de las figuras,
construida sobre los principios de la
astronomía, y aún así expresada mediante
los métodos de la Kabalah.
La transmisión de verdad espiritual desde el
interior a la forma exterior, difiriendo de
acuerdo con la Era en la que es expresada,
es siempre la misma en principio. Y en la
misma manera que la sagrada clavícula1 de
Salomón se volvió el Tarot de los egipcios
Bohemios, también las Tablas del Aeth
manifiestan sus misterios en la ciencia
estrellada de las tradiciones2 Caldeas. Pero
hay una fina línea de demarcación entre
ellas, a saber, las Tablas del Aeth tratan con
la vida humana universal y la naturaleza, con
principios infinitos de los cuales todas las
leyes finitas irradian. Las Tablas del Aeth
expresan y simbolizan la causa. Todos los
otros sistemas mundanos de estudio oculto,
astronómicos o metafísicos, son efectos
espíritu-naturales, los frutos intelectuales
individuales, reunidos desde el árbol
universal del conocimiento. Increada,
Ilimitada Potencialidad, es la verdad
impersonal una brillando eternamente en la
Gran Luz Blanca de Dios. Todas las leyes,
poderes, y principalidades, manifestados en
el Universo en movimiento, son sólo los
rayos de colores, flameando con gloriosa
vida a través de los prismas de materia.
1
Estaba escrito así en el original en inglés.
2
Estuve hasta ahora traduciendo la palabra “Lore” como
“ciencia” en lo referente a los Caldeos y Magos.
Habiendo afirmado esto, el neófito percibirá
en qué esfera meditativa de pensamiento las
Tablas pueden ser usadas. El método de
estudio es, como se mostró, una puramente
sintética deducción de ideas humanas a
partir de símbolos espirituales de principios
universales. La Tablas mismas constituyen
un gran arcano del Tarot del hombre, Dios y
el universo, y de todos los poderes que
moran en ellos. Pueden ser estudiados de a
uno, como, por ejemplo, meditando sobre
una gran idea universal o principio; o pueden
ser estudiados en trinos, como aparecen en
cada libro separado, o capítulo, o como
cuadrados, como dos, cinco, ocho, once, o
como el sello de dos trinos, uno, tres, cinco,
siete, nueve, once, con el Nº12 en el centro,
como el revelador del misterio. Y, finalmente,
pueden ser contemplados como el Gran
Oráculo del Cielo, del modo siguiente:
Haz un círculo de las Tablas, como harías
con un paquete de cartas del Tarot,
empezando con el Nº1, , sobre el
horizonte de leste, y procede en orden
opuesto a una figura de los cielos, con el Nº2,
, estando en la Casa 12, Nº3, , en la
11, y sobre el M.C. de la figura, como en
la gráfica Astro-Masónica, dada en la
segunda parte de “La Luz de Egipto”, vol.1, y
procede con el resto de las doce tablas de
las estrellas. Esta figura representa las
potencialidades del macrocosmos, los signos
estrellados simbolizando las posibilidades de
cosas pasadas o futuras, y los gobernantes
los ejecutores activos. Estudia la figura en
todos sus aspectos como, primero, tabla por
tabla, luego como un conjunto, el cosmos.
Luego, coloca el regente de cualquier tabla
dada al costado de la Mansión, e intenta
penetrar sus varios significados, poderes y
posibilidades. Luego procede del mismo
modo con un trino y un cuadrado, y,
finalmente, con todos los gobernantes, en el
orden de su señorío celestial de los signos,
cada uno en su lugar determinado, como un
Arcano completo.
En cualquier grave crisis mental o asuntos
físicos, donde naciones, y no individuos, son
los implicados, las tablas pueden ser usadas
como un esquema celestial de los cielos, así:
lanza una figura de los cielos para la primer
entrada del Sol en el signo de Aries en el
equinoccio vernal, calculado para el
meridiano de la ciudad capital del país en
consideración. Grados y minutos no son
necesarios. Luego coloca las doce tablas en
el lugar de los planetas (cada uno teniendo
su propia tabla), como se encuentran
situados en un efemérides para el momento
de la figura. Con esto hecho, estudia el
conjunto desde un punto de vista espiritual
como las causas y finales de las crisis, de
acuerdo con las leyes astrales.
Las simples instrucciones anteriores creo que
serán lo bastante claras para todos los
propósitos, jamás olvidando que este santo
estudio no es un sistema de adivinación,
como es entendido comúnmente, sino de
revelación Divina, en su más alto y santo
sentido religioso. Largo estudio y reverente
meditación se requerirán para masterizar
este misterio, y muchos errores de juicio le
ocurrirán al principiante.
Las reflexiones son agregadas con el
propósito de guiar y cuidar al vidente no
entrenado espiritualmente de posibles
errores sólo en concepciones fundamentales.
Ellas no deben por ningún motivo ser
tomadas como una completa revelación de
las tablas, sino sólo como una serie de llaves
maestras por medio de las cuales todas las
cosas pueden ser reveladas a serio buscador
en esto. Haber agregado más hubiera sólo
derrotado el objeto de este trabajo. Cada
buscador de la verdad debe excavar las
minas del conocimiento, y cavar más hacia
este pozo universal de la verdad por sí
mismo.
Recuerda que toda interpretación será
personal para cada estudiante. De ninguno
se puede afirmar “tú dijiste”, y con eso
terminar el asunto. No. Para enseñar, de
acuerdo a su talento, los misterios del reino
son revelados, a cada uno de acuerdo a su
humildad, luz espiritual y mérito. Pero del
arrogante, el egoísta y el espiritualmente
orgulloso, le serán quitadas las cosas, y la
verdad se cubrirá bajo el velo del engaño. En
simplicidad de mente, entonces, y pureza de
alma, aproxímate al Santo de los Santos.
“Sufre poco niño para venir a Mí”, dijo un
mensajero del Más Alto, “porque de tales es
el Reino de los Cielos”. Verazmente, por
tanto, te digo, que no hasta que hayas
mirado todos los trabajos de la Naturaleza, la
belleza en su desnudez o vicio y crimen en
su repulsividad, con puro pensamiento y
santo sentir, puedes heredar la vida eterna.
Aquí termina la introducción al libro llamado
“Las Tablas del Aeth”.
PARTE 1
DE LAS DOCE MANSIONES
Aquí empieza el Capítulo 1 del Libro
llamado “Las Tablas Del Aeth”, donde es
transcrito el Primer Cuadrante de las Doce
Mansiones.
“Envié mi alma a través de lo invisible,
algunas lecciones de aquella vida del más
allá para contar; y más tarde mi alma
volvió a mí y me contestó, “yo, yo misma,
soy el Cielo y el Infierno”.
“Los móviles dedos escriben; y, habiendo
escrito, se mueven; ni toda tu piedad ni
ingenio, la atraerán para cancelar media
línea, ni todas tus lágrimas lavarán una
palabra de ello.”
PRIMERA TABLA
Aries
Un profundo Cielo azul, una llamarada,
como si algo estuviera por surgir.
1° REFLEXIÓN
El sonrojo del amanecer de una nueva vida,
toda la naturaleza temblando con la
sensación de la venidera vida consciente;
Isis, vibrante con amor por el niño venidero,
su pecho sonrojado por la expectativa del
hijito que pronto respirará sobre su anhelante
seno.
En esto rastreamos la gran lección de la
preparación, de enviar la luz antes de la
forma, de la profecía antes del cumplimiento.
El amanecer debe preceder a la salida del
sol. Lo que esperes será tu destino.
En el anhelo de siglos que se encarna en un
dios, un verdadero Dios-Sol, cuya vibrante
vida-amor puede emocionar otras vidas hasta
moverlas a la plegaria y la aspiración, la
lucha por vida eterna. El amanecer
representa la maternidad expectante de la
Naturaleza-Dios.
¡Oh, hijo de Adán! Ve aquello que tanto
esperaste, y ojalá que las aspiraciones sean
reflejadas en la vida externa.
SEGUNDA TABLA
Tauro
Un rojo sol sobre el horizonte de un mar de
tinte enrojecido.
2° REFLEXIÓN
La Naturaleza ha mostrado su gloria, como
traída por el joven Horus, pero su fuerza
creativa aún no es reflejada. El mar tiene un
tinte negro. El Hijo de Dios* nace, pero el mar
de la vida humana aún permanece
inconsciente, en la oscuridad primordial.
* Aquí se ve manifiestamente el juego de palabras en
inglés entre The Son of God y the Sun of God.
Los ángeles del Sol y el mar no están aún en
su correcta relación entre ellos. Unos pocos,
parados sobre las torres de vigilancia de la
vida, ven el brillo rojo del sol amaneciente, y
dicen “¡Mira!”, pero los desafortunados en la
oscuridad exterior gritan, a medida que
golpean sus pechos: “¡No! ¡No hay luz! ¡Sólo
sueñas!” y aun así el Sol de la Vida ha
amanecido, la luz Divina brilla.
¡Oh hijo de Adán! Recuerda que “En él
estaba la vida, y la vida era la luz del hombre,
y la luz brilló en la oscuridad, y la oscuridad
no la comprendió”.
TERCERA TABLA
Géminis
Dos estrellas están ascendiendo en ángulos
una respecto de la otra y hacia la Estrella
 Polar, mientras ocho estrellas brillan
tenuemente en el espacio negro del
trasfondo.
3° REFLEXIÓN
TERCERA TABLA
El símbolo Divino de la “gemelidad” del alma
es aquí significado en las dos estrellas
elevándose en el trasfondo; no sólo las
afinidades-álmicas de la humanidad, sino las
eternas fuerzas padre-madre manifestadas
en el espíritu biuno de la vida universal y la
naturaleza, los dos grandes poderes
creativos, Vida y Luz, cuya armonía crea
amor, atracción y repulsión, y las líneas
rectas de la ley y la justicia, que se mezclan
en la espiral de la piedad.
Las dos estrellas están ascendiendo en un
ángulo oblicuo respecto de la estrella polar,
el centro alrededor del cual giran las cosas
materiales. Así, también, la vida y el amor
están balanceados por la estrella de la
sabiduría. El amor en el espíritu es
adaptación al ambiente en la materia y
providencia en la vida universal. Las ocho
estrellas revelan el misterio de la tabla, la
muerte universal, presente con vida, el
extremo final de todas las discordias brilla
tenuemente en la lejanía, y el hombre
cuestiona el amor de Dios, viendo que todas
las cosas fallecen, sin darse cuenta de que la
muerte es la germinante promesa de la vida,
de transformación, de la realización de
esperanzas no realizadas, de unión de
corazones amorosos en su peregrinaje
estelar de vuelta al hogar del Padre.
¡Oh hijo de Adán! Escucha las palabras del
Maestro: “El Padre y yo somos uno”. Poco
sufren los que vienen a mí, porque de los
tales es el Reino de los Cielos”.
PARTE 1
Aquí empieza el Capítulo 2 del Libro llamado
“Las Tablas del Aeth”, en donde está
transcrito el Segundo Cuadrante de las Doce
Mansiones.
¡Cómo luchan en el inmenso Universo!
¡Cómo giran y buscan!
Almas innumerables, que surgen
desde el vasto mundo-álmico.
Ellos caen de planeta en planeta,
y en los abismos sollozan
por su tierra olvidada.
Esas son las lágrimas, Oh Dionisio,
Oh vasto Espíritu, Uno Divino, Liberador.
Regresa a las hijas a los pechos de la luz.
¡Ah, amor! ¿Podríamos tú y yo con él
conspirar para entender este lamentable
ardid entero de cosas? ¿No lo haríamos
pedazos y luego lo remoldearíamos más
cerca del deseo del corazón?
TABLA CUARTA
Cáncer
El rostro de una mujer inconsciente, en
trance, rodeada por nubes.
4° REFLEXIÓN
La mujer soñadora, cuyos pensamientos
meditabundos dan forma al hombre venidero.
La raza nunca está más avanzada que el
pensamiento promedio de la mujer. Ella aún
está durmiendo, nada conociendo de sus
poderes. Así que, hasta que ella se despierte
y se reconozca como concibiendo por el
Espíritu Santo siendo la madre del Dios
encarnado, Dios no será acercado al
conocimiento universal.
En esto está la gran lección para la mujer:
siempre recuerda el poder creativo como la
madre de la humanidad del futuro. El sol en
la mansión ejerce su mayor poder. Despierta,
por tanto, oh alma, y no eclipses su brillo con
los sueños del poder sublunar.
¡Oh hijo de Adán! Siempre honra el útero que
te dio nacimiento, y conoce que toda la
grandeza terrenal recibida es su semilla. Una
fuente no puede ser mayor que su origen.
QUINTA TABLA
Leo
El brazo de un hombre, doblado, muy
muscular, con un cuchillo en la mano, un
rayo de luz se opone al brazo, que está
desafiando al rayo.
 5° REFLEXIÓN
Aquí tenemos el símbolo del fuego
encarnado del espíritu desafiando el fuego
meramente natural de los cielos. La mujer
duerme y cría y sueña, pero el hombre que
ella ha alumbrado está despierto, y desafía
las ardientes fuerzas de la Naturaleza. Él se
ha armado con el cuchillo afilado de la
acción, y con él ha conquistado las fuerzas
de la materia. Ha dominado el rayo, e hizo al
fluido eléctrico su obediente esclavo. Y así ha
masterizado todas las fuerzas inferiores al
espíritu, aquel espíritu de vida consciente
que es su derecho de nacimiento.
La lección para ser recogida de todo esto es
que el reino de la Naturaleza debe ser
tomado por asalto. No mediante descanso,
sino mediante trabajo, así como la Madre
Naturaleza envía a su hombre niño; no por
paz, sino por batalla; no por inercia, sino por
esfuerzo.
¡Oh, hijo de Adán! Ármate con la espada, la
espada de la aflicción, y, galantemente
elevando el fuerte brazo derecho en alto,
lanza un desafío al caos de la Naturaleza,
seguro de que el fuego del Sol del espíritu
está ardiendo en cada vena de aquel brazo.
TABLA SEXTA
Virgo
Un loto, elevándose desde el agua,
enroscada alrededor de su tallo está una
serpiente, cuyos esfuerzos fallan en alcanzar
la flor.
6° REFLEXIÓN
Aquí tenemos a la sagrada flor, símbolo del
alma virginal, incontaminada por la serpiente
de la pasión, que sólo puede envolver el
cuerpo, el tallo; la serpiente de la materia, de
la lujuria, de la maldad. Pero la flor del
espíritu, el alma, eleva sus puros y blancos
pétalos hacia arriba como una taza de
incienso hacia el Sol del Espíritu.
En este símbolo leemos la gran lección de la
experiencia de la maldad. Si, la flor del alma,
florece; el lodo del suelo y la serpiente de las
pasiones sólo son los alrededores de sus
raíces y tallo. Ambos son necesarios para la
perfección de la flor. Las raíces se hunden
profundo en la Madre Tierra, y absorben los
nutrientes y la vida, elevando la materia,
mientras la serpiente de la pasión se vuelve,
bajo otro aspecto, la serpiente de la
sabiduría. Enroscada alrededor del tallo de
esta vida, da al alma encarnada la sabiduría
que luego florece en el Serafín de las esferas
Solares.
¡Oh hijo de Adán! Toma el sufrimiento, si este
forja la espada del espíritu. Toma la maldad y
la pasión, y conviértelas en profundas
lecciones de vida, floreciendo el mal en bien,
cambiando la pasión en sabiduría. Sólo “los
puros de corazón pueden ver a Dios”.
PARTE 1
Aquí empieza el Capítulo 3 del Libro llamado
“Las Tablas del Aeth”, aquí es transcrito el
Tercer Cuadrante de las Doce mansiones.
“Para conocer lo que realmente existe, uno
debe cultivar el silencio consigo mismo,
porque es en el silencio que las eternas e
inesperadas flores se abren, que cambian su
forma y color de acuerdo al alma en la que
crecen. Las almas son pesadas en silencio,
como el oro y la plata son pesados en agua
pura.
La esperanza mundana en la que los
hombres ponen sus corazones es convertida
en cenizas; o prospera, y luego, como nieve
sobre la polvorienta cara del desierto,
brillando una horita o dos, se ha ido”.
TABLA SÉTIMA
Libra
Un rey coronado, con una guadaña en alto
en el aire, mira fijamente dos muchachos
luchando* debajo de él en un campo de
grano, una amapola roja está debajo de ellos.
* En todo este apartado la palabra lucha es mayormente
“wrestling”, que se refiere a practicar “lucha libre”.
7° REFLEXIÓN
El símbolo de la eterna guerra de la
Naturaleza por el imposible equilibrio entre el
espíritu y la materia; el símbolo, también, del
Tiempo, que sólo es la ilusión con la que la
eternidad se viste; siempre poniéndose y
sacándose los vestidos de la materia. El rey
coronado es el alma victoriosa, esperando,
con la guadaña del Tiempo, para cosechar la
cosecha del mundo; mientras el hombre
encarnado, como es representado en los
jóvenes luchadores, está luchando por
aquello que él no produce, y que sólo la
muerte puede cosechar. La amapola revela
el secreto de las ilusiones del máster-
showman que es la Naturaleza. Todas las
cosas terrenales son irreales para el espíritu,
que es la única cosa real. Los esfuerzos del
hombre para acumular y ahorrar las cosas de
este mundo SON SÓLO INJUSTICIA PARA
LOS DEMÁS. La lucha es eterna, y no
importa cuán cuidadoso o astuto es el
hombre para monopolizar el poder, la verdad
o la riqueza, el tiempo de rápidos pies
reajustará todas las cosas sin error.
¡Oh hijo de Adán! “No acumules tesoros
sobre la tierra, donde la polilla y el óxido
corrompen y donde los ladrones irrumpen y
roban”.
TALBA OCTAVA
Escorpio
Una amplia, y simple (águila), sobre un
esqueleto; un cielo gris y opaco, en el que
vuela un Águila, saciada, de la carne del
esqueleto.
8° REFLEXIÓN
Un símbolo significante para el vidente,
mostrando los dos extremos últimos de la
vida y la muerte, de las cosas terrenales y el
sexo. Escorpio es ambos el águila del
espíritu, volando en lo alto, bien alimentada
con todo lo que es valioso llevarse de la
tierra; y también el escorpión, cuyo hogar
natural es el desierto.
En el sexo, de cualquier manera, se da la
vida. ¿Será tu espíritu el que engorde y llene
tu ser inmortal, o la otra interpretación será la
tuya? ¿Y te abandonarás muerto y
aniquilado, un esqueleto, para el Ego, el
espíritu Divino? Porque el sexo es de hecho
la base de todo. Elevado hasta la región de
Libra, es poder y magnetismo. Hasta el seno
es amor; hasta el cerebro es entusiasmo. Es
el fuego de la vida de Prometeo, la fuerza
creativa, dando vigor a cualquier región a la
que sea elevado; o, descendido, para ser
gastado sin retorno, degrada y convierte a la
vida en un desierto de huesos secos.
¡Oh hijo de Adán! Reflexiona sobre la caída
del hombre desde el espíritu hacia la materia,
y combina la sabiduría de la serpiente con la
pureza de la paloma, y “para que no
participes del árbol de la vida tu seguramente
morirás”.
NOVENA TABLA
Sagitario
Un niño en un caparazón, sosteniendo en su
mano una lanza emplumada, es dibujado por
cinco estrellas, agrupadas en un arco inferior.
9° REFLEXIÓN
El símbolo del alma consciente. El caparazón
es el cuerpo, dibujado por los cinco sentidos
(estrellas) que forman un arco inferior, para
representar el mundo de cosas materiales y
nuestra relación con él. El niño, armado con
la lanza emplumada, es el alma; corriendo
así, completamente armado, en el caparazón
del cuerpo, se da cuenta de la dualidad de la
verdad; que todas las cosas son mudables; y
que cada cosa es verdadera sobre el plano
de su manifestación, mientras que es una
ilusión para lo que es interior a su vida,
mientras el alma está en su estado de sueño.
Sagitario representa el conservacionismo y la
permanencia de las instituciones
cristalizadas; pero, cuando el espíritu
despierta y hace estallar el caparazón de la
materia, los sentidos, en lugar de ser los
guardianes y carceleros de su ambiente, se
vuelven sus sirvientes, y los medios por los
cuales, unidos como el Ego uno, sentido-
percepción, se eleva sobre los campos del
Aeth, un ser de vida y belleza, brillante en el
empíreo de Dios.
¡Oh hijo de Adán! Siempre recuerda que
temperamento y ambiente constituyen los
polos norte y sur de la posibilidad humana, y
que la habilidad, combinada con la
oportunidad, es la medida de la
responsabilidad.

PARTE 1
Aquí comienza el Capítulo 4 del Libro
llamado “Las Tablas del Aeth”, donde está
transcrito el Cuarto Cuadrante de las Doce
Mansiones.
“Un cabello, quizás, divide lo falso y lo
verdadero. Si un solo alif* fuera la pista, y si
pudieras encontrarla, hasta la casa del
tesoro, y, quizás, hasta EL MASTER,
también (sería tuya).
* “Alif” es la primera letra del alfabeto árabe.
Cuidado, Oh hijo mío, con e lauto-incienso.
Es la más peligrosa en lo concerniente a su
agradable intoxicación. Aprende, Oh mi
amado, que la luz de la verdad de Alá a
menudo penetrará una cabeza vacía más
fácilmente que una muy abarrotada con
aprendizaje.
DÉCIMA TABLA
Capricornio
Un suelo negro profundo, sobre el que brilla
una luz fosforescente; a cada lado una
aurora boreal surge, como una montaña;
sobre todo, una pequeña estrella.
10° REFLEXIÓN
Aquí es revelado el símbolo del mensajero
del Más Alto. La estrella que flota sobre la luz
fosforescente lanzada sobre la oscuridad
como el espíritu flota sobre la negrura de la
materia. La aurora boreal se mantiene como
el emblema para la atracción magnética de la
Tierra sobre el espíritu, el Cristo pronto
nacerá en el pesebre de la Cabra1; el
descenso del Espíritu Santo en la forma
material, para que aquella verdad celestial
pueda iluminar el pavoroso espéculo2 del
pensamiento terrenal con la iridiscencia
Divina de la luz celestial. Es el arco más bajo
del ciclo que revela el nuevo nacimiento de la
muerte hacia la vida, el huevo divino de
Brama, conteniendo la promesa de la nueva
ley: “Paz sobre la Tierra, y buena voluntad
hacia los hombres”.
1
Aquí se puede ver el juego de palabras entre goat
(cabra) y Gólgota.
2
Un instrumento de metal o plástico que se usa para
dilatar un orificio o canal en el cuerpo para permitir la
inspección
¡Oh hijo de Adán! Sé tú la estrella, y no un
morador sobre la oscuridad exterior, y “deja a
tu luz brillar ante los hombres, para que ellos
puedan ver tus buenas obras”.
TABLA DÉCIMO PRIMERA
Acuario
Un mar tormentoso es visto; sobre él brillan
las ocho estrellas, brillantes y claras.
11° REFLEXIÓN
Esta tabla simboliza la completa
materialización del hombre, hombre perfecto
sobre la Tierra y el señor del más allá, en lo
que a las fuerzas materiales concierne. La
tormenta es la tempestad de la vida, el
remolino de los elementos de la materia en
su batalla con el espíritu. Las ocho estrellas,
brillantes ahora (porque son las mismas
estrellas que fueron tenuemente vistas en
Géminis), muestran que la conquista de la
materia es completa, la gran caída del
espíritu ha terminado; el fin de la involución.
Y esto traería el estancamiento y la muerte,
si la paz siguiera ahora. La lección enseñada
es que, no en la paz y el reposo puede crecer
el alma; sino en las inmediaciones de
terremotos que sacuden tronos, las
inundaciones que abruman países, los
fuegos que reducen a cenizas, han hecho
crecer fuerte el alma del hombre hasta su
actual estado y poder. Así que no temas a la
tormenta, sino a la calma; no a lo inquieto,
sino a lo quieto; teme no a la batalla, sino a la
innoble paz del cobarde.
¡Oh hijo de Adán! El alma astral debe
aprender a hacer y atreverse. Sobre la tumba
del hombre bravo no será escrito: “Descansa
en paz”, sino “Me levantaré, e iré hacia mi
padre”.
TABLA DÉCIMO SEGUNDA
Piscis
Un cometa, más allá de él hay infinitas cosas,
sólo soñadas hasta ahora, un mundo flotando
en un océano y en la noche, debajo hay dos
manos juntas palma con palma.
12° REFLEXIÓN
UNA REVELACIÓN DEL SER. El cometa es
el décimo segundo Avatar, el heraldo,
proveniente desde el abismo estelar del
infinito, quedándose con nosotros un poquito,
y luego haciendo brillar su iluminada senda
hacia otros mundos además del nuestro,
llevando LA DIVINA PALABRA desde el sol
hasta el planeta, como el ardiente mensajero
de Dios. Y aquí el alma puede bien
preguntar: “¿quién? ¿dónde? ¿de dónde y
hacia dónde?”. Porque contempla, él vino, y
se fue, y
“La tierra no podría contestar; ni los mares
que se lamentan
En fluyente púrpura, por su Señor (que los
ha) abandonado;
Ni los Cielos andantes, con todos sus signos
revelados;
Y escondidos por la manga de la noche y el
alba”.
La palabra flotando en el mar del infinito y
descansando en la noche muestra el actual
estado de la humanidad. Pero, “el enrojecer
del amanecer” ya está poniendo contenta al
alma, y el vidente expectante, desde su
solitaria vigilia sobre la cima de la colina,
espera la luz solar que pronto inundará el
mundo renovándolo.
Las dos manos juntas apuntan hacia muchos
problemas, principalmente el emparejamiento
de las almas, el mensaje del mensajero
estelar, la hermandad universal, y la Pater-
Maternidad de Dios.
¡Oh hijo de Adán! Observa y reza, ojalá que
una voz del silencio pueda hablarte.
Aquí terminan los Cuatro Cuadrantes de las
Tablas de las Doce Mansiones, en las que
son revelados los signos y símbolos, como
fielmente fueron transcritos del pergamino
sagrado en los registros astrales llamados
“Las Tablas del Aeth”.
Abril, 1893.
PARTE 2
Del libro llamado
LAS TABLAS DEL AETH DE LOS DIEZ
REGENTES PLANETARIOS
Aquí empieza el Capítulo 1 de la Segunda
Parte del Libro llamado “Las Tablas del
Aeth”, donde está transcrita la Primera
Trinidad de los Regentes Planetarios.
“El corazón humano es el verdadero templo
de Dios; entra en tus templos e ilumínalos
con buenos pensamientos. Las vasijas
sagradas, ellas están en tus manos y tus
ojos. ¿Digo que aquello que es agradable a
Dios, es hacer el bien a tus vecinos? Pero,
primero embellece el lugar donde Aquel
mora, quien te dio la vida.
Sin importar los pequeña que sea tu lámpara,
jamás regales el aceite que la alimenta, sino
sólo la luz y la flama, que la coronan.”
PRIMERA TABLA
El Sol
Un esplendor llameante, un centro de luz,
radiando en todas direcciones.
1° REFLEXIÓN
El símbolo de toda vida creada, espiritual y
material; de toda la bondad, humana o
Divina; el centro de todo pensamiento, desde
el instinto brutal hasta la sabiduría Deífica; de
todas las creaciones, desde los sistemas
estelares hasta el hombre, y desde el hombre
otra vez de vuelta al gas invisible; de toda
acción, desde las vibraciones imperceptibles
de la energía de los nervios hasta la terrible
destrucción de los mundos. Toda potencia
creativa yace dentro de la esfera de un Sol.
La Luz es vida. Los planetas son sólo los
vástagos de la luz y la vida. Así, en este
símbolo, leemos la fuente del Ego humano,
de nuestra propia vida. Somos, por decirlo
así, los planetas del Sol espiritual. Nuestras
almas son los atributos del Sol, del Ego
espiritual. Sólo desde el Ego podemos recibir
vida eterna y hacer de la inmortalidad un
hecho. Obedeciendo esta fuerza vital
espiritual, la mónada humana es sólo un
atributo, un reflejo, del Ego Divino, y si falla
en despertar hacia una consciencia de esta
unión, se marchita y muere como una flor
arrancada del padre árbol de la vida.
¡Oh hijo de Adán, en reverencia y admiración
medita esta Tabla, porque eres una cosa de
belleza, un ser de luz, vida y amor,
manifestando su misión creativa. Eres el
Viceregente de Dios, llameando Sus
esplendores en el cielo.
SEGUNDA TABLA
Mercurio
Un elefante, arrodillándose entre dos
columnas cuadradas; sobre una hay un
águila, sobre la otra un buitre.
Al costado un muchacho, con arco y flechas,
parado dudando a cual dispararle.
Debajo de esos hay una cara humana,
compuesta de varias flores, cuyas raíces son
serpientes, una amapola, formando un ojo,
que guiña.
2° REFLEXIÓN
Una visión revelando el drama terrenal del
microcosmos. El elefante representa la más
elevada expresión de la inteligencia, menos
el espíritu; arrodillándose entre las columnas
cuadradas de la materia, guardado por ellas.
La mente exterior está durmiendo, o, al
menos, soñando con las cosas del espíritu.
Arriba de la mente dormida se sientan los
dos pájaros, quienes representan el espíritu y
la materia, cada uno esperando por el festín
que se prepara lentamente. El muchacho, el
alma con sus armas, tiene que elegir. ¿Será
la sensualidad de la carne que destruirá, o
las posibilidades de una vida espiritual sobre
la Tierra? El águila se sienta lista para llevar
en alto al espíritu del durmiente. El buitre
espera que el sueño termine en muerte, para
que pueda él vivir de la carroña que quede.
Las flores de la mente exterior tienen por
raíces a las serpientes; y, en un sentido
mayor, las flores de la inmortalidad tienen la
serpiente de la sabiduría por raíces. Y la
amapola guiña. Conoce su propio poder de
ilusión, y la doble significancia de la
serpiente; la necesidad del mal en la
evolución del bien. Es la Tabla de la
Sabiduría.
¡Oh hijo de Adán! “Sé por tanto sabio como
las serpientes e inofensivo como las
palomas”.
TERCERA TABLA
Venus
Un altar: sobre él dos tazas, una llena, la otra
volcada; cerca de ellas dos corazones
sangrantes, en uno una serpiente, en el otro
una daga.
Sobre las nubes, desde las cuales proviene
el rostro de una mujer, una corona en la
mano, saliendo de una nube; en la guirnalda
un ángel, subiendo, con sus alas extendidas.
3° REFLEXIÓN
Sólo hay un altar, sólo una sangre del
sacramento en dos copas, sólo una carne del
Cristo (el Ego) en los dos corazones, dos
experiencias en el amor, el éxtasis, y el dolor;
dos resultados de experiencia, la serpiente y
la daga, simbolizando la sabiduría y la
aflicción. Sobre el altar la mujer divina
sostiene la guirnalda rodeando al ángel. El
ángel de la vida inmortal se eleva desde el
altar del sacrificio. Algo del vino es
derramado como ofrenda. La copa que está
llena es elevada hacia “Ra”. Servir en el altar
del amor es la misión del alma de todos,
incluso como Cristo sirvió a sus discípulos.
Cada alma debe encontrar su propio servicio,
y luego los peregrinos del Sol regresan a las
mansiones de los benditos. La gran madre-
dios, Venus, Urania, se estremece y
emociona mientras abraza largamente a su
vástago, el ángel, el joven Eros de la vida
eterna.
¡Oh hijo de Adán! Esta es la Tabla del Amor.
Medita acerca de ella, como la última pieza
del triuno de Dios. En esta Tabla yace el
secreto del sufrimiento y el placer. Aquel
quien vibra en el dolor se estremecerá en
éxtasis. Sólo aquellos quienes agonizaron en
el Infierno pueden emocionarse en el Cielo.
PARTE 2
Aquí empieza el Capítulo 2 de la Segunda
Parte del Libro llamado “Tablas del Aeth”,
donde está transcrita la Primera Trinidad de
los Regentes Planetarios.
“Eres llamado a este justo sacrificio a tomar
un trago de leche; con los Maruts*, ven aquí,
¡Oh Agni!
* En la filosofía védica son los hijos de Rudra, son los
dioses de las tormentas, los ayudantes de Indra. Agni es
el dios del fuego.
Aquellos que conocen el gran cielo, los Visve
Devas sin engaño; con los Maruts, ¡ven, Oh
Agni!
Aquellos quienes son brillantes, de terrible
forma, poderosos, y devoradores de
enemigos; ¡con los Maruts ven aquí, Oh Agni!
Aquellos quienes en los cielos son
entronados como dioses, en la luz del
firmamento; ¡con los Maruts ven aquí, Oh
Agni!
Meditemos sobre la adorable luz de los
Divinos Regentes. Ojalá guíen nuestros
intelectos.
CUARTA TABLA
La Luna
LA NOCHE
Una hermosa telaraña; la red brilla en la
tenue luz lunar contra un oscuro fondo azul;
la luna invisible; sobre el exterior de la tela
una estrella, en el centro un punto de luz,
debajo de un ataúd lleno con piedras.
4° REFLEXIÓN
La tela de la vida ha atrapado a la mónada
del alma y así encarnó el universo, porque
cada alma encarna su universo al nacer, el
mundo de cada uno es diferente, y peculiar
para sí mismo. En el primer aliento, el joven
niño polariza sus relaciones hacia las
estrellas y la Tierra, y son la afinidad y la
repulsión las que hacen su experiencia vital.
Y las estrellas tejen la red en sus líneas de
sextiles, cuadrados y trinos, de oposición y
conjunción, así envolviendo a la mónada en
el Círculo de la Necesidad.
Afuera la estrella del espíritu, el Ego, brilla
clara, libre de los enredos de la red y no
afectada por el glamur magnético de la Luna.
¡Y contempla! El ataúd está lleno con
piedras, un símbolo de muerte y la Luna, la
cual es sólo un ataúd de piedras. Por tanto,
pequeña mónada, atrapada en el enredo de
la red de la vida y el glamur de las cosas
terrenales, toma el corazón, porque, más allá
de todo, es la estrella de tu ser. Llama a la
ley de aquella estrella hacia ti, y la red será
rota y ondeará sus jirones en la brisa. La luz
de luna, la luz reflejada, palidece a medida
que la Estrella-Sol de tu ser surge, y la luz de
luna de la Tierra da lugar a las esferas-
Solares de Ra.
¡Oh hijo de Adán! El inicio del dolor es el
amanecer de la vida espiritual. El hombre
sabio gobierna las estrellas; los tontos de la
Tierra las obedecen.
QUINTA TABLA
Marte
Un inmenso casco sobre un pedestal, a
través del cual una ráfaga de luz brilla; a un
costado de este un niño desnudo pinta
dibujos sobre el casco; debajo de este, una
espada rota.
5° REFLEXIÓN
¿Puede una mayor ironía ser mostrada que
la que hay en este símbolo astral? Marte es
exteriormente representado como un feroz
guerrero, temible de contemplar; la realidad,
un niñito, pintando dibujos de juguetes sobre
el casco, demasiado grande para su rizada
cabeza. La lección en esto es de hecho, que
la pluma es más poderosa que la espada;
que el gran y violento casco se volverá un
juguete para el niño. Pronto, que la espada
del derramamiento de sangre, violación y
ruina, será quebrada y la guerra relegada al
pasado, viéndola, como dibujos, pintados con
horrible realismo por la niñez de la raza.
El símbolo también revela las grandes
fuerzas ejecutivas de la humanidad, el niño.
El alma puede pintar, ejecutar sus ideas, sus
esperanzas y miedos en cualquier color, el
espeluznante rojo de la sangre, el negro de la
ignorancia y el crimen, o en la luz viviente de
la belleza. Al mismo tiempo, es la niñez del
hombre pintando sus ideales en el mundo
material.
¡Oh hijo de Adán! Frena la ira de Marte, para
que la pintura pueda poner a la paloma en
libertad. Deja que la magia del alma
transforme lo salvaje del desierto en el ángel
de la misericordia.
TABLA SEXTA
Júpiter
Una cueva en el costado de la montaña; un
rostro similar al de la esfinge sale de la
cueva, hay una oscuridad detrás de ella; mira
girando su cabeza hacia arriba hacia una luz
que está muy lejos; es un rostro con una
expresión terrible, un desafío cuasi divino
hacia las cosas que son.
6° REFLEXIÓN
Otra vez somos impresionados con el
contraste de las cosas internas y externas.
Júpiter, el símbolo de la autoridad, el
conservadorismo, iglesia y estado, y la
estabilidad de las instituciones humanas, y
las cosas que son, como las cosas que son
las mejores. Pero oh, cuán ampliamente
diferente es el interno, el Júpiter real, aquel
poder gobernante del espíritu que lanza
desafío a la autoridad injusta, la crueldad y la
tiranía del mundo. El alma ve la luz más allá,
y, emergiendo del oscuro abismo de la
materia, conoce la batalla que debe luchar
contra el mal. Es el horrible, sí, terrible
símbolo del desafío a los dioses y hombres
quienes oponen su marcha frontal y
elevadora hacia la brillante meta de la luz.
¡Hagan camino, entonces, hagan camino!
Porque la Tierra ha dado nacimiento a su hijo
gigante, el Espíritu. Porque, escucha
cuidadosamente, mi amigo, el axioma de la
Inmortalidad. ¿Qué es el alma? No el
espíritu, entiéndelo; no el Ego inmortal, del
cual tu actualmente, quizás, nada conoces
absolutamente. El alma es un mero recuerdo;
un carroñero en estados terrenales; y un
espigador, una ayuda contratada, en los
campos del cielo; y para volverse inmortal,
debe haber algo más que el alma como
resultado. Debe tener tal interés vital en el
trabajo del Señor que, finalmente se vuelve
muy valioso para perderse, y debe ser
tomado en sociedad, por decirlo así. El Ego
(Señor) encontró un valioso sirviente, un
administrador confiable, después de mucho
buscar, y en un momento lo adopta como
suyo propio. Y así el alma se vuelve heredero
del estado celestial y recibe el principio vital
inmortal de la unión espiritual, y despierta del
hijo de la Tierra a un ser similar a Dios, libre
de los grilletes del Tiempo, un morador en la
eternidad. El alma debe despertar y realizar
el átomo Deífico alrededor del que gira antes
de que sea demasiado tarde. A menos que lo
haga, la semilla de la vida inmortal,
sembrada en la materia por el Ego, no
germina, se vuelve infructuosa y muere, es
un aborto. Muchas buenas y ortodoxas, pero
vidas similares a animales, viven, se mueven,
y mueren, sí, mueren en verdad. ¿Haría Dios
que la humanidad se diera cuenta de este
tremendo, inconcebible privilegio de la vida,
que, como Júpiter, ellos se giren y vean hacia
la luz?
¡Oh hijo de Adán! “Es más fácil que un
camello pase a través del ojo de una aguja
que hacer que un rico entre en el Reino de
Dios”.
PARTE 2
Aquí empieza el Capítulo 3 de la Segunda
Parte del Libro llamado “Tablas del Aeth”,
donde está transcrita la Primera Trinidad de
los Regentes Planetarios.
“Entraste en las regiones inmensurables. Soy
el Morador del Umbral. ¿Qué quieres
conmigo?*** ¿Me tienes miedo? ¿No soy el
amado? ¿No es por mí que tú has mejor
reproducido las delicias de la raza? ¿Serás
sabio? Mía es la sabiduría de las incontables
Eras. Bésame, mi amante mortal.
Así el hombre persigue su cansador llamado,
y regresa a la dura vida de los cielos,
mientras la felicidad no vista está cayendo
desde el seno silencioso de Dios.”
TABLA SÉTIMA
 Saturno
Una figura humana con un cetro de poder, un
ser de luz coronado con llamas.
7° REFLEXIÓN
En lo exterior recordamos a Saturno como un
hombre viejo, y como un esqueleto con una
guadaña, representando al tiempo, de hecho.
¡Oh alma inmortal, el real Saturno, como el
Ángel de la Vida, habiendo reunido del
tiempo las experiencias que lo coronaron con
luz, sosteniendo el cetro de poder; el Cristo
nace en el pesebre de Capricornio, la Cabra,
vida nacida de la muerte; el conquistador del
mal. Él arroja la máscara de la edad, y
divinos rayos de juventud sobre nosotros. Él
se quita el manto de harapos, y los
esplendores reales lo visten. Él levanta la
capucha, y contempla la corona. Él eleva la
rodilla, y ¡contempla! El cetro del poder. Él
deja caer la guadaña de la muerte por la joya
de la vida eterna.
“Om Mani Padme Um” (Oh la joya en el loto).
¡Oh hijo de Adán! Medita sobre las
transmutaciones de la vida. ¡Contempla el
terrenal milagro de la oruga y la mariposa,
del trabajador mortal y el Dios transcendente!
OCTAVA TABLA
Urano
Un ojo humano, que lanza dardos de luz
sobre un océano de materia.
8° REFLEXIÓN
El estado del alma y el espíritu, penetración;
el maravilloso poder de la percepción-álmica,
que cubre con su luz, recibiendo sus
imágenes e interpretándolas en el espíritu, el
omni-vidente ¿qué cosa no transmite? La
percepción que puede ver profundo en tu
alma y ver, por decirlo así, el pensamiento
aún no nacido; que puede distinguir el motivo
de la acción; que juzga las realidades de tu
alma. Tal es el Uranio Astral. Porque con
todos nosotros, hay tres planos de la mente:
el plano de la deriva, el intelectual, y el
espiritual, o plano interno; y el pensamiento,
aun así puede estar sobre uno o todos esos
diferentes estados. Pero sólo el vidente
Uranio puede leer la mente más interior, y así
realmente conoce las posibilidades de tu
espíritu.
Imagina una imagen de una cera suave,
cubierta con una piel sensible. Todas las
impresiones sobre la piel dan forma a la cera
plástica, pero no vayas más profundo, no
llegues al alma. Puedes separar esas
impresiones de tu ser real, cuando estás solo
y en calma, y mirar sobre la emoción como
una obra teatral superficial. Pero las
tragedias de la vida golpean profundo.
Afectan el alma, y van al centro del ser.
“Verbum sap”.
¡Oh hijo de Adán! Vigila la tempestad de la
vida de cerca. El Ego puede sentarse calmo
en las inmediaciones de la tormenta, pero, si
es movido, ¡CUIDADO! El Dios actúa; el alma
sola observa.
NOVENA TABLA
Neptuno
Un Globo Alado.
9° REFLEXIÓN
Una cantidad desconocida, una esperanza
de progreso, amor ideal, y todos los
verdaderos ideales mentales y espirituales; la
aspiración se vuelve aquello que sentimos
que es noble y sincero; el símbolo de la
mónada, el alma que, recibiendo su vida del
Sol, el Ego, está constantemente revelando
nuevas fuerzas y potencias de aquella vida-
Divina. El Ego de cada alma es su hacedor y
Dios. El Ego es como la potencia Deífica del
universo, ilimitada en poder potencial, pero
limitada por su mónada a lo que evolucionará
de sus terribles profundidades del ser. La
Deidad progresa a través de sus expresiones
del cosmos. El Ego, tu Dios, encuentra
expresión progresiva a través de ti, a través
de tu alma. Aquella alma no es un inmortal
que se separa de su Ego, su Dios. Así, el
alma, despliega sus alas espirituales y
levanta vuelo.
¡Oh hijo de Adán! Conoce estas tres cosas: CUARTO
Eternidad es el creador de la vida universal; Una bruma.
la vida universal crea al mundo, y el mundo
es el creador del tiempo. Y de esos, el QUINTO
Universo es Vida, y el Mundo es Mente, y el Un animal moviéndose, asemejándose a una
Tiempo es el Alma. La suma total de todo es tortuga.
Experiencia. Y esta es la vida individual y
consciente. “Jacta est alea” (los dados fueron SEXTO
arrojados), las alas están desplegadas. Una luz azul; en el centro una estrella con
tres puntas.
TABLA 10°
SÉTIMO
El cifrador/cero – el desconocido Una expansión de agua, un cielo azul, un
disco brillante elevándose sobre el horizonte.
Una Brillante Nebulosa; dentro de ella hay un
punto, vagando sin rumbo alrededor de un OCTAVO
centro desconocido. Un cielo ardiente, como un amanecer rojo; en
el agua flota un huevo.
10° REFLEXIÓN
NOVENA
Lo desconocido en completa verdad. Es todo, Cinco estrellas sobre un arco convexo, como
y también nada. Visiones inconcebibles un arcoíris; la cáscara del huevo se rompe y
surgen dentro del universo mental, pero nada forma los continentes.
asume forma definida. Es todo lo que es
pasado. Es similarmente todo lo que el futuro DÉCIMA
tiene guardado. Amén. Un hombre recostado se duerme rápido bajo
un magnífico árbol de palma, con su cara
¡Oh hijo de Adán! “¿No puedes recordar el girada hacia el horizonte del mar.
Mazzaroth en su estación, o aflojar las
bandas de Orión?” EXPLICACIÓN

Sólo los puros de corazón pueden ver a Dios,

y para aquellas almas puras recomiendo la
PARTE 3 del Libro llamado siguiente breve explicación de la Visión de
LAS TABLAS DEL AETH los Ángeles de la Vida, la cual he registrado
aquí para el beneficio de todos los que puede
DE LOS importarles a partir de ahora.
DIEZ GRANDES PODERES
KABALÍSTICOS En la Visión original de las Tablas del Aeth
o un gran círculo se vio, en el centro una
ÁNGELES DEL UNIVERSO. cabeza, una tenue luz sobre la cabeza, como
si la luz estuviera por amanecer; un pálido
VISIÓN brillo espeluznante debajo, como si fuera el
caos o el infierno; el cabello alrededor de la
Cada ángel parado frente al símbolo está cabeza parecía como si fueran nubes
débilmente delineado y transparente. A flotantes, la barba como extrañas líneas de
través de la forma del ángel es visto su nubes. Cada signo del Zodiaco rodeando la
símbolo. cabeza central tenía dentro una cara
tenuemente vista. Empezando con el
PRIMERO primero, se volvió más y más distintivo y
Un algo luminoso, que da la impresión de perfecto con cada signo hasta que
dormir. evolucionó en una belleza divina en Piscis.
SEGUNDO Los planetas simbólicos estaban alrededor
Algo se mueve, como un océano. del Zodiaco, y más allá de ellos, haciendo un
tercer gran círculo, estaban los diez Ángeles
TERCERO
Evolutivos. La visión es la de la evolución de
Una tormenta, y un rayo.
la vida, espiritual y material. Miramos el
misterio del sexo cósmico, y la mente que
discierne, el espíritu amoroso, puede leer la
correspondencia de los grandes actos
conyugales sagrados tanto del hombre como
de Dios; de sus alturas, de sus
profundidades, y de todo lo que yace entre
ellas.

Para ayudar en meditación sobre la cabeza

en el centro, aquí está escrita una visión, una
experiencia del alma en el Sueño de Sialam.

La hermandad hermética rodeó mi cuerpo
astral, que estaba profundamente
extasiado/en trance. “De dónde”, la gran
pregunta, tembló a través de mi ser más
íntimo. Para responder a aquel terrible
problema del alma el espíritu fue en su
temible viaje, volviendo a través de sistemas
estelares; volviendo, volviendo más allá de
todas las estrellas, volviendo hacia la negrura
de la nada, aquella terrible nada, cuyo anillo
exterior vibró con temibles llamas; el ardiente
querubín, alado, tomando todas las formas
posibles, y formas vivientes no formadas. Un
humano llameó y cambió y desapareció. El
tornado de vida caótico, brillante, giratorio, se
arremolinó y condujo por entre la oscuridad
del caos de la nada desde la nada, ¡y aquel
gran abismo desconocido es Dios! Pero la
vida es evolutiva.
La Deidad es progresiva, así que nunca
puede cesar de ser. Nunca puede regresar a
aquel terrible centro de la nada, o ser
absorbida dentro del seno del ser
inmanifiesto. Avanzando, más y más, con
poder Deífico, Dios se mueve en remolinos
siempre crecientes de evolución.
Así llegó la respuesta de las Eras: “¡A partir
de la fuerza primitiva, desde el poderoso
aliento del ser inmanifiesto, a través de todas
las fases de acción y reacción, desde las
energías de tormentas y rayos, desde el
polvo estelar hasta la luz solar, ha llegado el
espíritu del hombre!”
LOS DOS SELLOS DE LA TIERRA
Aquí termina el Libro llamado “Las Tablas del
Aeth”, transcrito a partir de los originales
astrales en el Año de la condena 1893.
“Omnia Vincit Veritas”.
“EL REINO VIENE”.”
Muy ciertamente.
T. H. Burgoyne
(Zanoni)
Abril de 1893.
CAPÍTULO 12
PENETRALIA
EL SECRETO DEL ALMA
Hemos llegado a nuestro estudio final, al que
nos acercamos paso a paso en las
inmediaciones del laberinto de los misterios
encerrados bajo el Velo de Isis. Nos paramos
finalmente sobre el umbral del sagrado
Adytum, el “Santo de los Santos”, desde el
cual procede nuestra revelación final de
aquella concepción más interna de la
identidad del Hombre con su Creador, la
Penetralia de su Ser, el último secreto del
alma encarnada.
El mundo escrito casi nos falla (de hecho lo
hace), cuando nos acercamos a la difícil
tarea de externalizar ideas, la sublimidad de
lo cual está tan infinitamente más allá de las
imágenes cristalizadas de materia que, ellas
pueden sólo ser realizadas en su verdadera
gloria, cuando el alma purificada puede
verlas desde las inefables alturas del espíritu
eterno. Estamos perdidos, aturdidos, ante la
brillantez de la imaginería espiritual que abre
ante nosotros, en su insondable estiramiento
de las eternidades que son pasado, del
siempre imperecedero presente, y de las
entidades no natas aún por nacer; todas ellas
vinculadas en una gran cadena de relación
espiritual e identidad inmortal; como Hombre,
el Ángel, Dios; y Dios, el Ángel, el Hombre;
como el Ciclo triuno del Ser, dentro del
incomprensible Ciclo de la Necesidad; el cual
constituye la universidad cósmica de la
Naturaleza para la completa graduación,
educación y purificación, de todos los átomos
Deíficos de vida auto-conscientes, cuya
expresión se vuelve el alma humana. ¡Ah! Si
mis hermanos pudieran, por un solo instante,
darse cuenta de quiénes son, dónde están
viajando, y cuál es su destino final, todo
momento terrenal a su disposición podría ser
correctamente usado, y cada hora
considerara demasiado corta para sus
esfuerzos por ayudar a sus compañeros
hombres. El egoísmo, la riqueza y el poder,
podrían ser tan completamente despreciables
a su vista que su posesión sería considerada
una temible aflicción y una maldición, en el
momento en que excedan los requisitos
confortables de la existencia mundana.
Deja al ser y al mundo detrás de ti ahora, y,
por el momento, deja tu vida, con sus
múltiples vanidades, en la corte exterior, y
juntos vamos a cruzar el umbral y entrar por
la puerta del Templo. ¡Ahí! Al fin entramos en
el Santuario Sagrado, mi hermano, y nos
paramos cara a cara con la imperecedera
verdad de nuestro ser, la verdad que nos
hace libres, la verdad que debe finalmente
prevalecer, por virtud de su propia Divinidad
inherente; y nos damos cuenta de que el
Hombre realmente es, no como
exteriormente parece ser. Lo vemos como
una molécula, compuesta de una
congregación de átomos separados, todos
los cuales mantienen sus lugares mediante la
fuerza centrípeta del átomo de vida central
humano. Y aun así, tan pequeño como es,
pequeño como su reino es, comparado con la
poderosa creación de la que es una parte,
posee todas las cualidades inherentes del
todo. Esta, luego, es nuestra primera
concepción: el Hombre, es una molécula
microcósmica, un átomo de vida divina.
El escenario cambia dentro de la cámara, y
sobre el velo luminoso y brillante, aún ante
nosotros, vemos el gran y poderoso planeta
llamado la Tierra. No como un satélite
giratorio del Sol, sino como realmente es, un
órgano vital del macrocosmos, el útero
estelar del sistema solar, la matriz que
produce la forma material de la humanidad.
“Cuando la Tierra estaba sin forma y vacía/
anulada”, como somos informados en el
lenguaje místico del Génesis, el alma
humana no había alcanzado todavía este
estado, o grado, en la universidad celestial
que deseó la Tierra y sus ilusiones
temporales. Por tanto este estado estaba
vacío/anulado, una idea no nata, el Ser, y la
oscuridad, simbólica de la completa falta de
vida e inteligencia, “estaba sobre la faz del
profundo”, silencioso espacio.
Otra vez el escenario cambia, y uno por uno
los innumerables planetas, planetoides,
lunas, meteoros, cometas y otros cuerpos
asistentes, pasan ante el ojo del alma
mientras miramos sobre la cortina de esta
Sagrada Penetralia, cada orbe perteneciendo
a alguna porción del Hombre Astral, cada
gran planeta constituyendo alguna función
vital del organismo macrocósmico, y
confiriendo aquellas cualidades sobre cada
uno de todos los átomos pertenecientes a
aquel grado de vida, para que el sistema
solar se individualice como un gran
organismo cósmico, con sus satélites
asistentes constituyendo sus órganos vitales,
y el brillante Zodíaco su forma exterior. Así,
también, cada planeta es un individuo
cósmico viviente, intensamente vivo;
viviendo, moviéndose, respirando y creando
a sus vástagos de sustancia similar, materia,
en obediencia a la demanda potencial del
espíritu encarnado. El Sol está vivo, brillante
con vida, y constituye el corazón y centro
arterial de todos los fluidos de la anatomía
estelar.
Los científicos pueden continuar prediciendo,
como lo han estado haciendo, el día cuando
la radiación solar cesará, pero sus
predicciones se probarán tan carentes de
valor como el suspiro del viento de verano,
en cuanto a la realidad concierne. “Es un
misterio incomprensible”, dice Sir Robert Ball,
en su “Historia de los Cielos”, “cómo el Sol ha
sido capaz de mantener su calor con tal
regularidad en el pasado, porque no ha
habido apreciable cambio en la temperatura
de la Tierra por miles de años”. Lo que es
hoy fue hace miles de años, sí, Sir Robert
Ball, y lo será en los diez mil años que
vendrán. Puedes preguntártelo, y el Colegio
Real puede preguntárselo, pero mientras
tanto el poderoso Sol pulsante continúa
latiendo sus rítmicas vibraciones de vida
espiritual y dinámica, continúa, y continuará,
para enviar las mismas corrientes
estimulantes a través de todo átomo, hasta la
más remota parte de sus dominios solares, y
la misma corriente volverá a él, indisminuida,
para la purificación que su brillante,
transmutadora fotosfera sola, puede dar,
para ser enviada lejos otra vez, sobre su
misión de luz, vida y amor, alrededor de los
mundos orgánicos vitales del organismo
astral. Nada se pierde, ninguna radiación de
energía se dispersa sobre el éter sin vida e
informe. Desde el foco solar radiante de la
Divinidad ella llega, y hacia él, indisminuida
regresa, y así ocurre por los siglos de los
siglos; hasta que el último átomo Deífico ha
ganado su rezagada vuelta hasta el brillante
trono de Dios.
El Sol respira. El proceso pulsante de
respiración dinámica, eternamente repetido
durante el gran periodo de una vida solar,
renueva sus energías vitales, y se auto
suministra, con toda la abundancia del
espíritu siempre viviente, transmitido desde el
éter sin costas en el que vive. No necesita
otro alimento, excepto la nutrición magnética
que recibe de cada órgano vital, o planeta, a
cambio de la corriente vital eléctrica que les
transmite. Así como los pulmones humanos
se inflan con la atmósfera vital (que sólo es
éter, dinámicamente diluido por la Tierra para
armonizar con nuestras condiciones), para
oxigenar la sangre y agregar combustible
fresco al horno físico, o suministrar esencias
más finas a los centros nerviosos. Así como
lo hace el corazón humano, también el
corazón central y los pulmones del Más
Grande Hombre de los Cielos, (el Sol) envía
su energía vitalizadora a cada parte del
universo.
Tales son los pensamientos amontonados,
nacidos del conocimiento interior, que
inundan la mente mientras vemos estas
revelaciones sagradas dentro de la cámara
sagrada del alma. Y así, estamos viendo el
flujo ondulante de la luz astral. Anhelamos
dentro de nuestro ser más interior que se
convierta en el centro de la Penetralia y
miramos el brillo glorioso del Adonai, por
cuya inefable presencia estamos siendo
cubiertos con el último velo brillante de
materia semi-transparente, que ondula y
tiembla con cada aspiración espiritual. El
alma envía su grito suplicante por luz:
“¿Quién y qué es Dios?” Débilmente, como
una plegaria matinal distante suena sobre la
refrescante tarde, llega la respuesta: “¿Quién
y qué eres tú? ¿Qué puedes ver? ¿Qué
deliciosa bendición la Naturaleza concede al
puro de corazón?” Temblamos con la
revelación terrible aunque emocionante. Lo
conocemos débilmente, y aun así fallamos en
darnos cuenta en nuestra consciencia
exterior su completa importancia. Nos damos
cuenta de que el egoísmo equivocado se
volvió el único hijo del Padre, pero la
revelación es mucha y muy poca.
Conocemos que, débil como la voz le pareció
al alma aún impreparada, un simple eco, fue
la voz del Adonai detrás del velo. Y ahora
rogamos el conocimiento del Dónde y A
Dónde.
Otra vez, vemos la Tierra como la función
vital del ser interplanetario. Está compuesta
de la sustancia llamada materia, sustancia
que es un agregado de incontables átomos,
que la ciencia no puede y jamás podrá
resolver en sus yoes individuales. Esos
átomos son anillos del éter sin átomos, los
cuales, así diferenciados del éter informe, se
vuelven centros de fuerza, el centro de una
fuerza tal siendo un vacío dentro del anillo
atómico, un centro tan pequeño que un
microscopio con una lente miles de veces
más poderosa que el más perfecto
instrumento moderno fallaría en revelar. Esos
átomos forman sistemas, bajo el control de
otro vacío aparente; o más bien, este vacío
parece ser el foco, o centro, alrededor del
cual giran. Este sistema constituye una
molécula científica de materia, y, en
respuesta a las innumerables vibraciones,
ellos asumen diferentes formas o
dimensiones, y se vuelven, indiferentemente,
moléculas de oxígeno, hidrógeno, nitrógeno o
carbono, según sea el caso, todas las cuales
sólo son diferentes modos de movimiento de
los mismos átomos primitivos, siendo en
Naturaleza sólo tres cosas: Éter, Inteligencia
y Movimiento. Qué es el Éter, no lo sabemos.
Le llamamos el espíritu informe, el
inmanifestado, etc., pero no puede haber
duda de que el Movimiento es el producto de
la Inteligencia, ya que jamás vemos
Movimiento sino como la manifestación de la
evolución, y esta es la expresión de la Mente.
Por tanto, tenemos una dualidad (Éter e
Inteligencia); un espíritu viviente, la otra
sustancia eterna para su manifestación.
Toda molécula de materia es la forma
exterior, el centro de lo que es el espíritu
encarnado, en algún grado de progreso. El
organismo físico del hombre es un sistema
de vida y desarrollo de incontables billones
de ellas. Así la Tierra, en su expresión
funcional como útero de la Naturaleza para la
expresión externa del Hombre, es sólo así en
un sentido material. Él es anterior al planeta.
Él (Hombre) es sólo el vástago del planeta
por virtud de su cuerpo material siendo una
parte de la sustancia de la Tierra. Esta vida
es un escenario, sólo, de su viaje material; y
así como el cuerpo del Hombre está
continuamente arrojando materia muerta
inútil y reemplazándola con nueva vida, así,
también, las incontables formas orgánicas de
la Tierra están cada hora volviendo hacia el
suelo del que surgieron, y nuevas formas,
que surgen del mismo polvo, están tomando
sus lugares.
Aquí, entonces, está la suma del total:
primero nos es revelado el gran Hombre
Astral, el Zodiaco siendo la idea externa o
forma, el Sol y su sistema sus funciones
vitales. La Tierra, aparte de su expresión
funcional o lugar, también es un individuo. El
Hombre, aparte de formar una molécula del
útero planetario, por comparación, también
es un individuo. Y, finalmente, toda molécula
del organismo del Hombre es también, en
realidad, un individuo, y pequeño sólo en
comparación con el marco humano. Y como
están en los altos Arcángeles Solares del
Sol, y un jefe entre esos sentados sobre su
trono de fuego, también hay un Jefe
Arcangélico de la Tierra, rodeado por
descendientes grados de sabiduría y poder
hacia el Hombre, quien también, a su vez, se
para como centro Deífico y jefe de su ser, su
alma siendo la esfera de consciencia, la cual,
cuando se une al alma femenina, constituye
el Ángel de la Vida, Eterna. Si seguimos
bajando, y encontramos lo que esta escala
Divina de la vida y el ser son, desde la
humilde molécula, sistema sobre sistema
trepando, esfera sobre esfera, subiendo y
avanzando, eternamente, y toda la eternidad
no puede acercarnos al fin de la gloriosa
inmortalidad del Hombre.
En la completa revelación de este divino
esquema de la creación, tan lleno de luz,
vida, amor, alegría y armonía, un esquema
vacío de muerte y aniquilación, la mente una
vez más refleja sobre las ilusiones físicas de
pensamiento científico de lento avance.
Camille Flammarion, el gran psicomaterialista
de Francia, ha pintado, en sus varias
novelas, una espeluznante, casi horrible,
imagen de lo que el poderoso universo se
puede volver a partir de las deducciones
lógicas de su propia escuela de pensamiento;
una escuela que puede ser mejor llamada
materialismo transcendental. De acuerdo a
esta concepción, “miles, sí, millones de
mundos están viajando por el espacio,
inertes, congelados y muertos. Soles se han
enfriado y cesado de entregar el elemento
sustentador de luz vital, pero han retenido su
poderosa atracción sobre sus planetas
asistentes, de acuerdo a las leyes de la
gravedad, por virtud de su masa material, y
así retienen a sus vástagos planetarios en el
eterno frío y helado agarre de la muerte.
Nuestro Sol, también se está enfriando
rápidamente; la Tierra ya ha perdido una
gran porción de su propio calor interno. Ella
ha pasado su primera vida, y la muerte (fría,
helada muerte), ya empezó a invadir sus
extremidades. El polo Sur (los pies) están
ahora prácticamente sin vida en una
perpetua cobertura de hielo. Así, también, su
cabeza; sus cabellos tienen el blanco de la
perpetua nieve. Ya no tiene el rubor y la
belleza de la juventud, no está más adornada
con la sana cubierta de verdor que da la
juventud, como nuestros geólogos prueban
que una vez fue el caso. Así que, aunque el
tiempo aún sea largo, de acuerdo a nuestro
cálculo de los años, sólo será un breve
momento en la eternidad cuando esta buena
Tierra, y también el hermoso esplendor de
las estrellas silenciosas, serán encerrados
eternamente en la oscuridad, y el sueño final
de la perdición.” Si esto es así, preguntamos
al alma más interna, si la vida es sólo el
despertar irregular del espíritu indestructible,
decayendo y fluyendo en respuesta al
ascenso y caída del barómetro cósmico de la
Naturaleza y las transmutaciones de la
materia; si la vida es, en realidad, sólo un
breve y pasajero momento, eternamente
repetido, desde el rubor de la juventud,
“desde el dorado salón hasta el féretro y la
mortaja, luego ¿por qué, Oh por qué el
espíritu mortal debería estar orgulloso?” ¿Por
qué aspiramos a penetrar las realidades
interiores de la vida y entrar al Santo de los
Santos, para buscar y encontrar a Dios?
Mientras los presurosos torrentes de este
pensamiento barren las cámaras mentales
del alma y saturan el espíritu con su aguijón
helado, mientras aún yace encadenado
dentro de la prisión de la materia, el ser
superior se eleva, sublime en su grandeza, y
la consciencia de divina relación, y, en el
último reclamo terrenal por luz, por la divina
verdad, el Hombre y su inmortalidad, se
vuelve en reverencia y adoración ante el
quieto y brillante velo de la sagrada
Penetralia. El juicio ha llegado, la prueba
crucial, donde la vida o la muerte, serán la
última revelación para el Hombre. En pureza
de corazón y humildad del alma esperamos
en agonizante suspenso. Hay una
emocionante sensación, aunque de diez mil
corrientes eléctricas consumiendo el marco, y
como un balanceo hacia uno y otro lado,
como si estuviera a la deriva sobre un
océano de fuego; luego un silencio muerto,
tan profundo que todas las eternidades
parecen pasar, sin principio ni fin. Y la vista
del espíritu interior es abierta lentamente.
¿Quién? ¿Dónde? ¿Qué? Porque las
sombras huyeron, las cortinas luminosas se
desvanecen, se fueron, y los rayos ante la
visión interna se paran ante el inefable
Adonai. Soy yo, ¡TÚ! No hay Dios sino este, y
en un momento la consciencia interior se
sintoniza* con el ser, Dios, y desde aquella
inconcebible altura de profunda visión otra
vez miramos sobre la Naturaleza.
Contemplamos el Sol, la Luna y los planetas
en toda la magnificencia original de su
luminosidad nebulosa; desde los anillos
nebulosos procedemos, etapa tras etapa,
cada una produciendo sus propios grados de
vida. Seguimos, pasamos las Eras, los ciclos
geológicos de inconcebible duración en
tiempo, pero sólo un mero instante en la
eternidad; y siguiendo más y más, a medida
que los cambios giran, hasta que vemos la
Tierra como es ahora; seguimos avanzando,
hasta el siempre urgente deseo del Alma
triunfante, y un remarcable cambio es
evidente. Desde fuerzas, latentes
actualmente, llega un cambio; y, en lugar de
lo así llamado físico; razas eléctricas han
reemplazado a la actual humanidad. La
cristalización ha cesado; y todas las cosas se
volvieron más livianas en densidad y más
etéreas en naturaleza; y la órbita de la Tierra
se achica. Más y más cerca brilla el poderoso
Sol; primero Vulcano, luego el rápido
mensajero de los cielos son atraídos dentro
del vórtice solar, cada absorción produce un
cambio cataclísmico sobre nuestra Tierra.
Luego llega el turno de Venus, mientras lenta
y seguramente la órbita de la Tierra se
contrae, y más cerca brilla el Sol. Y,
finalmente, la hermosa Tierra, su misión ha
terminado, el último átomo de vida más allá
de su gobierno, hacia adentro ella barre, y se
pierde en el poderoso océano de fuego como
una piedra se pierde en el lago. Ciertamente
la palabra de la profecía es una verdad literal:
“La Tierra será destruida con fuego”. Y así
con el resto, cada planeta en su propio
momento cumpliendo las funciones al
presente realizadas por la Tierra, cada uno
volviéndose el gran teatro de la vida material
y etérea, y los cuerpos cometarios, hoy
cazando órbitas desconocidas en los reinos
del éter, gradualmente caen en línea cuando
sus ciclos erráticos son terminados, tomando
los lugares de los actuales planetas
exteriores.
No hay cosa tal como la muerte, no hay cosa
tal como el oscuro silencio de la noche
eterna, porque cualquier creación orgánica
del Más Elevado, desde el Sol llega, y al Sol
cada uno finalmente debe regresar, incluso
como el cuerpo del Hombre, proviniendo del
polvo de la tierra, debe también regresar ahí,
para ser tomado en nuevas formas y hornear
sustancias para otros grados de vida. Y así
será, hasta que el Sol, en sus poderosos
cielos solares de vida espiritual purificada,
formará el último, el último campo de batalla
de la materia, recibiendo su nueva vida a
partir de un mayor centro que él mismo. Un
glorioso mundo solar, bien tipificado en la
última Batalla de los Dioses, y la nueva
Tierra, un Mundo donde los Ángeles moran
en formas superlativamente hermosas,
vestidos con los ideales y emanaciones de su
propia pureza divina, Almas vestidas en Aire,
vistiendo los Reinos etéreos de Luz, como
los hijos de Dios, y los herederos del Reino
de los Cielos.
¿Debe el ojo buscador del Alma buscar más
allá? ¿Debe la sed insaciable del Espíritu
lanzar sobre las inrastreables infinidades del
aún por Ser? ¿Debe aún penetrar más en las
profundidades más allá, donde el tiempo
cesa de existir, donde el pasado, el presente,
y el futuro, son eternamente desconocidos,
pero existen sólo como la consciencia Deífica
del eterno Ahora? No. El Alma al fin
descansa satisfecha. La revelación final ha
terminado.

Mi hermano, lo hicimos; y, para cerrar, sólo

tengo que agregar que, sólo cuando la
filosofía especuladora de las escuelas
terrenales se mezcle con la Ciencia de las
Esferas en la completa y perfecta realización
de la sabiduría de las Eras, el Hombre
conocerá y reverenciará a su Creador, y, en
la silenciosa Penetralia de su ser más
interno, responderá, al unísono con aquel
Himno Angélico de la Vida: “¡Te Alabamos,
Oh Dios!”.

FINIS.