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- Analice el papel de la filtración en The back door.

Cómo un hacker descubrió documentos que mostraban cómo un vuelo secreto había transportado
dinero en efectivo desde Rusia hasta Siria para ayudar al régimen sirio.
Comenzó en Julio de 2012, cuando contactó conmigo por internet alguien que había recibido mi
nombre por internet en la comunidad de activismo digital. Mi contacto era estricto en su deseo de
seguridad. Nuestro primer intercambio fue vía chat público, pero después de eso nos comunicamos
casi de forma exclusiva por canales seguros. La fuente tenía acceso “por la puerta trasera” a los
servidores de correo de cuatro embajadas sirias. Y era un acceso constante, no una descarga de
mails. “Por la puerta trasera” significa que sin que los sirios fueran conscientes de ello, él estaba
copiando secretamente todos los emails que ellos mandaban o recibían. La fuente, que supongo que
era cercana al gobierno sirio, compartía la información de forma encriptada.
Decidí contactar con ProPublica. Le escribí al jefe de equipo y le dije que tenía acceso a los
servidores de email del gobierno sirio.
La seguridad de mi fuente era mi principal prioridad. Pero también era importante que ni ProPublica
ni yo mismo hiciéramos nada que provocase que mi fuente dejara de ser accesible, lo que
significaba que nadie podía arriesgarse a mirar los archivos en un ordenador conectado a internet.
Cada dos o cuatro semanas, dependiendo de nuestros horarios, mi fuente y yo chateábamos y me
daba un link a un archivo encriptado en una web pública. Después de conseguir los archivos,
ProPublica los volcaba en un viejo ordenador que no estaba conectado a la red.

Muchos de los mails eran recortes de noticias, normalmente historias que apoyaban la línea del
gobierno. El jefe de equipo se dio cuenta de que había algunos datos sobre vuelos en los adjuntos de
los emails que estaban en inglés. La carga que se nombraba en algunos de los documentos llamó su
atención: billetes, helicópteros. Estos documentos se convirtieron en la base de nuestra historia. Los
documentos no solo enseñaban un cargamento extraño, también mostraban una ruta de vuelo rara,
una complicada ruta que se desviaba por Turquía, un Estado miembro de la OTAN, alargando de
forma significativa la duración del vuelo.

Yo seguía consiguiendo archivos de mi fuente y pasándoselos, manteniéndolo al día de el progreso


de la investigación. Finalmente, Scott me dijo que estábamos listos para publicar. En las últimas
horas antes de que se publicara la historia, ProPublica mandó los documentos de vuelo al gobierno
sirio para que hiciera declaraciones.

Encontré a mi fuente conectada y le dije lo de los archivos de vuelo, pero él ya había dado por
hecho que algo había pasado. Su acceso a los documentos de la embajada había sido descubierto y
todas las puertas traseras se habían cerrado dos horas después de que los documentos de vuelo
fueran entregados al gobierno sirio. Los sirios habían tapado los agujeros. La seguridad operacional
y el periodismo de datos son difíciles. La responsabilidad que los periodistas tienen con respecto a
sus temas, sus lectores y especialmente sus fuentes. Las noticias funcionaron bien y fueron
discutidas al nivel de cobertura que el apoyo Ruso al régimen de Assad. Comprobé a diario el
estado de mi fuente. Cerca de dos años después, aún sigo en contacto con él y aún no hay signos de
que el gobierno sirio le esté acechando. Pero, parece ser, que él no era el único que había penetrado
esos servidores. Había habido al menos otra persona involucrada.

Según el capítulo 4 del libro La investigación a partir de historias hay que crear confianza con las
fuentes, proteger su anonimato y mantener el contacto con las fuentes.

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