Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
●
El trabajo de equipo, donde se formen actitudes cooperativas.
●
La intencionalidad: las relaciones de las disciplinas deben ser provocadas. No
tiene que haber lugar para los encuentros fortuitos.
●
Debe haber cierta flexibilidad que permita una apertura en la búsqueda de
modelos, métodos de trabajo, teorías, etc. Para evitar miradas dogmáticas.
●
Reciprocidad: se forma por las interacciones entre las disciplinas. Y se ve en
el momento en que se comparten métodos, códigos lingüísticos, técnicas,
etc. (Elichiry, 1987, pp337) ∙
∙ En este pequeño resumen extraído de uno de los textos de esta autora se puede ver
muy bien cómo deben ser llevadas a cabo las prácticas dentro de una inter
7
disciplina. Esto nos servirá para poder contestar en las entrevistas el tipo de
prácticas que se realizan en el Hospital Moyano y los discursos que utilizan.
En quinto lugar, tomaremos el texto de Augsburger en el que habla sobre la
epidemiología. Este este texto podemos ver como esta autora pone énfasis la
categoría de “trastorno mental” que utilizan los estudios epidemiológicos para
encuadrar los casos clínicos. De esta forma lo que se estaría estudiando sería una
enfermedad y no una persona. Es decir, se da un proceso de completa objetivación
de los sujetos dejando de lado tanto la palabra del mismo como cualquier
conocimiento de sí. Frente a esto, la autora propone el término de “sufrimiento
psíquico”, ya que, este “(...) permite incorporar la dimensión subjetiva del
padecimiento, perspectiva sin duda ausente en la nosografía clásica.” (Augsburger,
2002, pp66). A su vez, más adelante podemos ver que esta autora agrega, con
esta nueva propuesta, la idea de “horizontalidad” la cual permite al paciente tener
voz y voto en su tratamiento. No ser un simple “Paciente” sino un agente activo en la
cura. Donde aporta conocimiento de lo que siente y conoce de su propio cuerpo y
de su propio padecer. De esta manera se rompe toda concepción de que el discurso
hegemónico de médico es el que tiene la verdad sobre la salud y al mismo tiempo
critica las ideas biologicistas y objetivantes de la medicina.
Profundizando más en el texto, pero siguiendo la misma línea de pensamiento
podemos ver cómo esto se expande a la vida social de las personas. Augsburger,
nos cuenta que los circulas sociales las personas que forman las instituciones de la
familia, el trabajo y la escuela son factores que afectan a la subjetividad de la
persona, pueden ser partes generadoras de sufrimiento psíquico y esto es de suma
importancia en la “cura” de las personas. Estas, no solo deben ser tenidas en cuenta
si no que también tiene que ser uno de los primeros lugares en los que se debe
trabajar para poder modificar algo de este padecer psiquiátrico.
Luego en sexto lugar, podemos tomar la reforma de la Atención Primaria de la Salud
estudiada en el texto de Alicia Stolkiner “Atención Primaria de la Salud y Salud
mental: Articulación entre dos Utopías”. En este artículo podemos ver como en el
énfasis renda en la en la articulación de estas dos cuestiones que rodean a la
conceptualización de salud. Lo interesante de este titulos en la palabra “Utopía” ya
que resumirá gran parte de este artículo ya que vemos como en la búsqueda por la
8
reforma de la APS en los distintos ámbitos de la salud termina siendo una Utopía
inalcanzable ya que en la misma intervienen intereses de distintos grupos de la
sociedad en la que vivimos, Estados, Farmacéuticas, laboratorios, etc. vemos como
la búsqueda de una mayor “igualdad” de derechos que es la base de las sociedades
modernas y liberales terminan siendo utilizada para el beneficio de estos grupos
particulares. Y en este texto se ve más específicamente en el ámbito de la salud
mental y como afecta en el mismo según la mirada que se ve. Por ejemplo en el
texto podemos encontrar concepciones como “APS selectiva” que sería “El primer
nivel básico de atención esencial o Enfoque de focalización” (Stolkiner, 2007) lo que
vendría a representar una mira reduccionista de la reforma de APS donde se podrá
énfasis para garantizar lo mínimo y más básico de las necesidades de los sectores
más vulnerables para mantener lo más bajo nos niveles de morbilidad. Pero la
reforma que realmente se buscaba era una “APS integral: como la estrategia
reordenadora del sistema de salud en enfoque universalista”. (Stolkiner, 2007)
donde los intereses eran puestos en la modificación de todo el sistema de salud
donde las enfermedades eran parte del sufrimiento subjetivo de la persona, donde
se buscaba la integración de la comunidad, de lo que lo rodea al sufrido, donde el
paciente no tenía que ser aislado, quitar la idea de “riesgo para la sociedad”, la
restitución de los enfermos mentales a la sociedad y con esto su garantía de
derechos. La desinstitucionalización de la enfermedad. Lo que quería decir una
quita de poder por parte de los especialistas de salud por una quita de poder al
discurso hegemónico de la medicina. Estos son los intereses involucrados en una
reforma de este estilo y por eso es necesaria una mirada que sea reduccionista,
“selectiva” que ponga énfasis en otras cuestiones. Para que la reforma vaya para
otro lado que se pierda su idea original que sea considerada una Utopía en la
medida en haya personas que no busquen su aplicación integral.
En séptimo lugar tomaremos el trabajo realizado por Sara Ardila y Emiliano Galende
sobre el concepto de comunidad en salud mental. Estos autores hablan de la Salud
Mental en la Comunidad como un proyecto en construcción que trata de un giro de
la atención psiquiátrica en tres dimensiones:
● Pasar de la hospitalización psiquiátrica asilar a servicios próximos a la
comunidad y al territorio de vida del paciente (servicios comunitarios)
9
● Pasar de una práctica de la prescripción basada en la autoridad del
profesional a una consideración del sujeto en toda su dimensión y
complejidad, esto hace a una ética en las prácticas de salud mental, más allá
de la asimetría de la relación terapéutica, el paciente debe ser tratado como
un semejante, respetando su dignidad y reconociendo sus derechos
● Pasar de un enfermo como sujeto pasivo de su tratamiento a un sujeto activo,
partícipe y protagonista de su tratamiento, lo cual además de contar con su
“consentimiento informado” para toda decisión de tratamiento se trata de
incluir a su familia, y en lo posible a miembros significativos de su comunidad,
en el proceso de atención
Siendo lo esencial de la perspectiva comunitaria en salud mental el atender en
primer lugar el “lazo social”, en el que radica la capacidad del sujeto para establecer
vínculos con los otros que le permitan la vida en común.
Finalmente, tomaremos el concepto abordado por Menéndez de autoatención. La
autoatención constituye una de las actividades básicas del proceso
salud/enfermedad/ atención, siendo la actividad nuclear y sintetizadora desarrollada
por los grupos sociales respecto de dicho proceso. Por autoatención entendemos a
las representaciones y prácticas que la población utiliza a nivel de sujeto y grupo
social para diagnosticar, explicar, atender, controlar, aliviar, aguantar, curar,
solucionar o prevenir los procesos que afectan su salud en términos reales o
imaginarios, sin la intervención central, directa e intencional de curadores
profesionales, aun cuando estos pueden ser la referencia de la actividad de
autoatención; de tal manera que implica decidir la autoprescripción y el uso de un
tratamiento en forma autónoma o relativamente autónoma. Es decir que la
autoatención refiere a las representaciones y prácticas que manejan los sujetos y
grupos respecto de sus padeceres, incluyendo las inducidas, prescriptas o
propuestas por curadores de las diferentes formas de atención, pero que en función
de cada proceso específico, de las condiciones sociales o de la situación de los
sujetos conduce a que una parte de dicho proceso de prescripción y uso se
autonomice, por lo menos en términos de autonomía relativa. Otro término que se
utiliza como equivalente de autoatención es el de "autocuidado", desarrollado desde
la biomedicina y desde el salubrismo especialmente a partir del concepto estilo de
10
vida, de tal manera que por autocuidado se suelen entender las acciones
desarrolladas por los individuos para prevenir el desarrollo de ciertos padecimientos
y para favorecer ciertos aspectos de salud positiva. El uso de este concepto por el
sector salud es marcadamente individualista, y se diferencia del de autoatención
cuyo carácter es básicamente grupal y social, pero lo importante a considerar aquí
es que el concepto de autocuidado constituye una variante del de autoatención
impulsado a través de determinadas ideologías no sólo técnicas sino sociales. En
consecuencia las actividades de automedicación y autocuidado son parte del
proceso de autoatención, pero no son equivalentes ya que autoatención constituye
el concepto y proceso más inclusivo.
ANÁLISIS
Concepto de salud:
En el análisis de las dos entrevistas podemos intentar descifrar el concepto de salud
que maneja los profesionales encargados del servicio de pacientes crónicos del
hospital Moyano:
A primera vista, la utilización de conceptos como deterioro, “pacientes más
afectados”, “descompensados”, da cuenta de que la necesidad por catalogar a la
salud como un estado que se “pierde”, se “empeora”, por algo que los “afecta” que
no es parte de sí. No es parte de la salud. Y también sugiere la idea de que es algo
que puede ser alcanzado y mantenido en la compensación. A su vez, hay muchos
pacientes internados que para ellos no tiene que estar ahí, por ejemplo, el caso de
que una paciente ya está “estable Psiquiátricamente” y el deterioro que tiene es
propio de su edad ya que es mayor. Y ese lugar es para personas que tengan un
deterioro psíquico. El lugar de esa persona es un geriátrico y no un hospital de salud
mental. Ahora bien, si entendemos a la “salud” no tanto como una utilidad mercantil
sino como el “buen vivir”, donde se pone énfasis en cuestiones relacionadas a la
comunidad, la solidaridad, y el bienestar no solamente propio sino del que los rodea
nos preguntamos ¿puede ser posible que haya contención de los pacientes fuera
del hospital o el geriátrico? ¿las instituciones de salud son las más idóneas para
atender a los pacientes teniendo en cuenta los conceptos de salud y la objetividad
que manejan? ¿es posible que el paciente esté en su casa, con su familia y aun así
11
esté “contenida? ¿la persona que sufre debe ser “contenida”?. Esto también lo
podemos observar en una de las entrevistas cuando habla de que en ese sector
donde hay pacientes que llevan muchos años ahí es poco común que haya
descompensaciones en cuadros agudos. Estos son considerados poco habituales y
su frecuencia asombra. Es decir, que por el hecho de que estén con el “alta”
psiquiátrica pero que se encuentren internados por que no se los puede derivar por
falta de dispositivos que los tomen. Es esperable que no tengan
descompensaciones, no es esperable el “altibajo” en una alta clínica. Esto nos
muestra como la enfermedad es tomada como algo curable definitivamente. Algo
que al momento en donde puede reinsertarse en la sociedad y puede formar
“proyectos” de vida la persona es considerada como una persona estable y por ende
sana. Pero, por otro lado, reconocen que existen las descompensaciones, que
ameritan la reinserción nuevamente al hospital. Y esa es una forma de evaluación
en el hospital. Por ejemplo, cuando un paciente ingresa por primera vez este es
derivado, a pesar de su evaluación, a un dispositivo menos restringido. Es decir, que
a mayor número de “descompensaciones” mayor es su estadía y su reclusión en el
hospital, y una menos posibilidad de pasar a una instancia menor control.
Este pensamiento, avalado por los entrevistados, sigue la lógica del discurso médico
hegemónico. Es decir, por un lado, el paciente es considerado un factor de riesgo
para la sociedad y para sí mismo. El diagnóstico médico es el que determina el nivel
de riesgo que presenta el enfermo y por ende el tipo de Atención/restricción que se
le da. Cualquier conocimiento que tenga el paciente sobre sí mismo no es tomado
en cuenta, y esto, se ve reflejado en la implementación de todo tipo de talleres
básicos para la reinserción social a cargo del sector de “Rehabilitación”. Ya que,
ellos tienen que ir “adquiriendo estas habilidades” no las tienen, carecen de ellas.
Existen talleres para la automedicación en la externación debido a que en el hospital
se encarga enfermería que esta actividad. De esta misma forma es considerada la
familia. Esta no puede, ni debe, realizar el trabajo de los profesionales de salud, no
tiene por qué ser Acompañantes terapéuticos, Psicólogos, ni Psiquiatras. Están para
acompañar únicamente en la cotidianidad cuando el paciente está lo
suficientemente “estable” para convivir una cotidianidad. Es decir, están para
asegurar que “duerman en la casa” y para que “compartan la mesa en la comida”
12
pero no pueden ningún conocimiento sobre la sintomatología del paciente y no hay
participación en la cura del mismo más que ser un simple soporte en el hogar.
Retomando la cuestión de la salud como estado que planteamos anteriormente,
remitimos a la definición de la salud según la OMS. Para este organismo fundado en
contexto de posguerra por un grupo de médicos, en la que participan varios países,
con el objetivo de lograr una mejoría en la salud de la población mundial y la
redistribución de recursos, la salud es el total estado de bienestar fìsico, psíquico y
social y no solo la ausencia de enfermedad. Esta definición está influenciada por la
teoría económica Keynesiana de los años treinta, la cual propone la idea de
“estados de bienestar”, que buscan un grado de bienestar social a partir de la
función de redistribución por parte del Estado. De esta forma, encontramos que en
la actualidad, el Estado como institución de poder, objetiva al Hospital y a sus
pacientes, en tanto una problemàtica que se resolvería con la implementación de
nuevas leyes o en una medida extrema, con la desmanicomialización.Este hospital
al ser público depende en todos los aspectos del Estado, por ejemplo en el
financiamiento de la institución. De esta manera, damos cuenta que, por un lado, el
Estado no cumple con el objetivo de lograr un cierto grado de bienestar social, si no
que intenta desligarse del “problema”, enviando a los enfermos a sus casas para ser
cuidados por familiares que tomarían roles terapéuticos o psicológicos que no les
corresponden.
Prácticas interdisciplinaria o multidisciplinarias:
Por otro lado, se puede notar que si bien se plantea un discurso interdisciplinario, a
lo largo de la entrevista, se hace alusión a una ausencia de profesionales
conformantes de un equipo interdisciplinario completo. No hay asistentes sociales,
por ejemplo, el equipo interdisciplinario, en este edificio analizado, lo conforman;
una Jefa de servicio psiquiatra, una psicóloga, y dos concurrentes. Si bien el edificio
de pacientes crónicos no cuenta con una interdisciplinariedad ideal, a partir de la
nueva Ley, hay un intercambio de los saberes y conocimientos entre la psiquiatría y
la psicología, nos cuenta la psicóloga, que permite que se pueda elaborar un
diagnóstico a tal paciente, de acuerdo a las dos disciplinas, desde las dos miradas.
Esto nos lleva a pensar en el concepto de sufrimiento psíquico, como categorìa
13
diferenciada de la enfermedad mental, en tanto incorpora la dimensión subjetiva del
padecimiento. Desde la psicología se toman en cuenta una mayor diversidad de
factores que afectan a la psiquis del individuo. Desde la psiquiatría no se toma en
cuenta el carácter social de la salud mental, entre otros. Ambas disciplinas se
complementan. La familia como institución productora de subjetividad y de
relaciones concretas y, por ende como escenario donde el sufrimiento psíquico se
hace presente, tiene un papel sumamente importante en los individuos enfermos,
puesto que a mayor aislamiento social, hay una mayor prevalencia de las
enfermedades. Se considera que la familia es una red de sociabilidad y sostén
fundamental en los padecientes, pero no debe ocupar el rol de un acompañante
terapéutico, ni de psicólogo. Eso es lo que se indica como nocivo, según la
entrevistada, a partir de la implementación de la nueva Ley.
Con el discurso interdisciplinario que se emplea en este Hospital, se puede percibir
una tendencia hacia una epidemiología en salud mental, que busca introducir
medidas de salud positivas de las poblaciones como ampliar la comprensión del
papel central de los factores culturales, sociales e institucionales en la producción
de la salud mental. En contraparte, se dilucida que existe una “categorización” de
los pacientes, en tanto sus cuadros y diagnósticos psiquiátricos se encuadran en
varias oportunidades, en una categoría determinada, a una clasificación como
“DCM4” o “DCM5”. Estas clasificaciones resultan arriesgadas, ya que en muchos
casos excluyen nociones ricas a nivel clínico que, son el diagnóstico a veces del
paciente. Esta necesidad de categoría responde una búsqueda de lenguaje común
entre áreas y disciplinas, que provienen de instituciones como juzgados. La vida
cotidiana de un individuo, se ve atravesada por las instituciones y un plano
económico. Respecto a las instituciones, nombramos previamente al Estado y su
formato de leyes y normas, el cual en un plano económico afecta en cierta medida,
a los enfermos y a su entorno social. Esto hace alusión a las relaciones de poder,
donde hay una jerarquía marcada, que deja a la salud pública y todo lo que ella
incluye, en el último escalón.
Ahora bien, con respecto a la nueva ley de salud mental vemos como los
profesionales la evocan todo el tiempo desde distintos ángulos. Por un lado, vemos
cómo la utilizan como forma de sustentar sus “prácticas interdiciplinarias” resaltando
14
la importancia que se le dio al psicólogo para determinar las internaciones, los
diagnósticos, la utilización de métodos, etc. Al mismo tiempo que indican que todas
las decisiones son discutidas entre todos los integrantes del grupo de trabajo. Pero,
a su vez, nos cuentan en frases como esta: “En este servicio, por suerte se trabaja
de manera interdisciplinaria, las decisiones se toman en conjunto de verdad, cosa
que no pasa en todos lados.” Que es algo característico del servicio que
investigamos y que no están seguros que en otros servicios del mismo hospital
suceda de la forma similar. A pesar de todo esto, si nos concentramos en el
discurso expuesto por ambas entrevistadas podemos encontrar frases como estas:
“(...) Las entrevistas se hacen de a dos, hay momentos individuales. Hay entrevistas
que es psiquiátrica psiquiátrica, que la hace la psiquiatra con el concurrente algo
más específico, pero hay momentos que se hacen conjuntamente.” Es decir, que a
pesar de que se busque compartir conocimiento, saberes como un lenguaje en
común. Tanto en las práctica como en el discurso de los encargados del servicio se
sigue manteniendo las prácticas multidisciplinarias diría Nora Elichiry, ya que si
habría una verdadera “reciprocidad” entre las disciplinas ese espacio de tratamiento
tendría que ser intervenido por ambas disciplinas compartiendo métodos,
estrategias, técnicas, etc. Y las mismas ya no se consideran ni “individuales” ni
“psiquiátricas psiquiátricas”.
Ley de Salud mental
Por otro lado, podemos ver como la nueva ley de salud mental es un impulso para
generar ciertas críticas a la misma, pero con una cuestión más profunda de fondo,
ya que, en las entrevistas podemos ver cómo a pesar de ser aprobada su
implementación está muy lejos de la realidad que se vive hoy en día en el sector de
salud mental. Muestras las fallas que el sistema tiene con respecto al cierre de los
hospitales monovalentes por ejemplo “La ley en teoría me parece que está muy
buena, me parece buenísimo llegar a un momento en el que no haya hospital
vivienda, pero me parece que, para poder llegar a eso tiene que haber cosas que
todavía están faltando. Por ejemplo, las casas de medio camino. Tenemos
pacientes que están para casas de medio camino, pero es muy difícil conseguir que,
a la paciente la incluyan en la casa de medio camino, porque no hay lugar, porque
15
no hay medio, porque la paciente cobra una pensión mínima y no le alcanza. (...)” o
“Digo la ley de mental es hermosísima, si yo tengo dispositivos para que este
paciente esté en su familia, pero además este con un dispositivo de salud. Porque
además hoy la ley de salud mental para lo único que sirve es para que el Estado se
ahorre dinero, porque los dispositivos no están, y la familia está haciendo de
acompañante terapéutico, de asistente social y de psiquiatra. (...)” en estos
fragmentos extraídos se puede ver claramente que la ley de salud mental es
apoyada en algunos aspectos con lo que respecta a lo disciplinar, pero fuertemente
criticada como política de salud pública. Según los profesionales de esta institución
la ley vendría a expresar lo que es aplicado por el poder ejecutivo esencialmente
Pero ahora bien, si nos frenamos a analizar este contenido desde una postura
crítica podemos preguntar ¿será que la ley manda a los pacientes a su casa para
ahorrarle dinero al Estado? O ¿será que el estado aprovecha interpretando de
alguna forma conveniente la ley para ahorrarse los recursos dados? Podemos ver
que al igual que sucedió con la reforma de APS en AlmaAta que pudimos exponer
anteriormente en el marco conceptual sucede con la ley de salud mental que
tenemos en Argentina hoy en dia. En un principio la ley lo que buscaba era reformar
la concepción de salud en sí misma integrar los conceptos de sufrimiento psíquico,
padecimiento subjetivo y ya no la concepción de enfermedad mental por ejemplo.
Pero asi, como la ley buscaba el reconocimiento de una minoría no reconocida pudo
ser interpretada y ejecutada siguiendo los intereses de determinados grupos
económicos para su propio beneficio en el texto de Stolkiner vemos como esta
autora denomina esta mirada como “selectiva” ya que solo usaría determinadas
cuestiones presentadas en la ley para la aplicación de determinadas políticas. Por
ejemplo la desmanicomialización en vez de ser utilizada para devolverle la libertad a
los pacientes de los Hospitales Monovalentes y cuestionar el encierro como
productor de más padecimiento psíquico fue utilizado para que el Estado se ahorra
dinero que le servirá para financiar Hospitales del sector privado para que otros
usuarios puedan acceder a ellos. Asi, podemos ver como las leyes pueden ser
interpretadas de la manera más conveniente para los que buscan conseguir algún
provecho. Desde ya, que esta interpretaciones son llevadas a cabo por el poder
ejecutivo de un gobierno determinado y con el aval de muchos sectores privados
16
que intervienen en este tipo de situaciones. Y asi es como una ley que vela por lo
derechos de pacientes con algún tipo de patología que busca el reconocimiento y el
respeto de una minoría que antes no era defendida por nadie y que por mucho
tiempo fue ignorada y por eso aprovechada, es usada para acompañar políticas de
achicamiento del Estado y retención de recursos para su traslado al sector privado.
Entonces si tomamos articulos como el No 7 “a” podemos encontrar una ley que
garantiza: “Derecho a recibir atención sanitaria y social integral y humanizada, a
partir del acceso gratuito, igualitario y equitativo a las prestaciones e insumos
necesarios, con el objeto de asegurar la recuperación y preservación de su salud.” o
en el punto “d”: “Derecho a recibir tratamiento y a ser tratado con la alternativa
terapéutica más conveniente, que menos restrinja sus derechos y libertades,
promoviendo la integración familiar, laboral y comunitaria.” de esta forma
encontramos una ley de salud mental que no respalda las políticas determinadas
que toma un gobierno específico, no es “la ley de salud mental la que le sirve al
Gobierno ahorrarse dinero” es el Gobierno de turno el que se sirve de una
determinada mirada “selectiva” de la nueva ley de salud mental para justificar la
ejecución de un determinado tipo de política. Que como podemos ver y analizando
atentamente la ley lo que se produce verdaderamente es una violación de la misma.
Niveles de atención:
Para hablar de los niveles de atención médica, diremos que estos dependen de la
complejidad de los casos de enfermedad a atender y de los recursos necesarios
para poder resolver los problemas que dichas patologías presentan.
El primer nivel de atención corresponde a aquel que es más próximo a la población.
Aquí se producen los primeros acercamientos, que son la puerta de entrada a la
organización de los recursos, permitiendo resolver de esta manera, las necesidades
básicas de atención y más comunes. En estos se encuentran los establecimientos
de baja complejidad como consultorios, dispensarios, policlínicas, entre otros.
En lo que al segundo nivel de atención en salud se refiere, se incluyen los
establecimientos que prestan servicios de atención médica como pediatría,
obstetricia, ginecología, cirugía general y psiquiatría. Existe la demanda al
tratamiento de problemas inusitados, que refieren a patologías complejas,
17
requiriendo procedimientos específicos y de alta complejidad. En estos términos,
nos referimos al tercer nivel de atención en el área de salud.
Tenemos como ejemplo al Hospital Moyano, puesto que es un centro especializado
donde se tratan patologías mentales que requieren de técnicas de diagnóstico y
tratamientos determinados.
Otra cuestión a analizar se encuentra presente en el apartado de Observaciones, en
el cual no solo se realizó la descripción de la estructura y las primeras impresiones
acerca del hospital, sino también se mencionaron situaciones que se presentaron
durante el transcurso de las visitas y llamaron nuestra atención.
Tal es el caso de la relación que se mantiene entre médicos y pacientes que
pudimos observar inclusive durante la realización de las entrevistas. Durante el
transcurso de la segunda entrevista, en la situación que se contó de la paciente que
entró pidiéndole algo a la psicóloga y ésta se lo da (situación que nuestra
entrevistadora describió como un “dispensario”), podemos ver cómo las libertades
van más allá de lo que supondría la misma escena en otra institución de salud (una
puerta cerrada del consultorio u oficina, llamar a la misma mediante un golpe, etc.).
Esta situación nos hace pensar en que no está presente el estado simbólico de lo
privado que puede representar una puerta cerrada, en este caso de la “Oficina de la
Psiquiatra/Psicóloga”, sin embargo las pacientes aún bajo la normalización de esta
falta de delimitaciones privadas respetan la figura médico/paciente. En comparación
con esto la barrera simbólica de jerarquización médico/paciente desde el punto de
vista médico no es tan tajante y hasta se puede mencionar un trato más igualitario,
sin perder de consideración en ningún momento la posición de esa jerarquía. Se
puede decir que esa relación jerárquica se hace endeble, pero en ningún momento
se pierde. Inclusive para ejemplificar ese trato igualitario se puede citar la primera
situación que se presentó de la confusión de la paciente con uno de nuestros
integrantes al llamarlo doctor e invitarlo a tomar mates como si fuera normal un trato
más lineal en lugar de objetivado entre los pacientes y los profesionales de la salud.
Otra situación a tener en cuenta es la anécdota que nos fue contada sobre las
pacientes que ayudan a otras pacientes con su medicación. Aquí se puede
establecer la relación con lo que dice Menéndez que es el proceso de autoatención.
Traemos aquí el proceso de autoatención en lugar de autocuidado por la
18
diferenciación que establece este autor al decir que este último es marcadamente
individualista, mientras que el primero es básicamente grupal y social. En este
proceso se pone en juego el rol de un miembro del grupo (paciente que se
encuentra más estable) que se hace cargo de la situación de otro miembro que tiene
un padecimiento mediante la administración de la medicina. Aunque en este caso a
diferencia de lo que establece Menéndez como una constitución estructural
(podríamos decir ascendente: empieza desde el individuo, escala al grupo familiar,
luego al espacio social y continúa con el tipo de curador considerado más
adecuado), tenemos adelante el proceso inverso: las pacientes al no poder recurrir a
un profesional (luego de cierto horario no hay profesionales y en ocasiones es hasta
difícil encontrar personal dentro del hospital) proceden a realizar el camino inverso
que deriva en la consulta y ayuda dentro del propio grupo, inclusive las mismas
pacientes actúan no sólo en la medicación sino también en intervenciones. Este
proceso de autoatención y autocuidado se encuentra reforzado también por talleres
sobre medicación que se brinda dentro del hospital (esto es hablado en la entrevista
a la psicóloga que menciona estos talleres como una ayuda a las pacientes para
que puedan aprender a medicarse ellas mismas en el caso de salir del hospital, o
que no se encuentre algún profesional presente).
Concepto de comunidad en Salud Mental
“La ley funciona si yo puedo acompañar a la familia que tiene un dolente pero la
familia no puede hacer de red solamente, la familia está para que esa persona no
deje de dormir en su casa, no deje de comer en la mesa familiar [...]”, estas
palabras extraídas de la entrevista nos permite pensar en lo articulado por Sara
Ardila y Emiliano Galende en “El concepto de Comunidad en la salud mental
comunitaria”. A través de las entrevistas pudimos ver una postura crítica hacia viejas
leyes de salud mental y cómo las opiniones inclinaban la balanza hacia una atención
de salud que no sea manicomiabilizable. Que el hospital funcione como un centro de
asistencia ante la emergencia en salud mental y no como un centro de aislamiento
donde las familias “depositen” a la persona que padece. Esto nos remite a lo que
mencionan estos autores sobre la oposición a la internación psiquiátrica de tipo
asilar, asegurando que el paciente pueda permanecer integrado en su comunidad
19
en el proceso de atención y rehabilitación, potenciando su participación activa en el
tratamiento. Esto implicaría preservar en todo lo posible los vínculos comunitarios,
familiares y sociales del paciente, a la vez que toda estrategia de rehabilitación debe
orientarse a la integración social del sujeto afectado (en el mismo sentido que
establece el documento de la OMS, Rehabilitación Basada en la Comunidad).
Siendo esto así se podría trabajar con el padeciente en la sociedad para su pronta
recuperación y la posible socialización de sus tareas en lugar de ser un sujeto
aislado en “espera de lograr una posible mejora”.
Cierre del análisis
A modo de cierre de este presente análisis expondremos un resumen que busca
asemejarse a una conclusión de los ejes temáticos abordados por la cátedra. Si bien
ya estos ejes fueron desarrollados a lo largo del presente trabajo de campo, en este
apartado buscamos sintetizar las ideas que se nos fueron presentando y que hemos
podido vincular.
∙
Economía:
Este punto es de vital importancia para una institución pública y es
uno de los más criticados por los profesionales entrevistados. Como grupo
hemos podido ver cómo la falta de inversión en materia de salud implica un
golpe directo a la calidad sanitaria: “[...] h oy la ley de salud mental para lo único
que sirve es para que el Estado se ahorre dinero, porque los dispositivos no
están [...] Entonces los hospitales públicos estamos desbordados y cuando
queremos hacer un traslado por obra social... Bien gracias [...]”. Así mismo en
nuestras observaciones pudimos ver la falta de personal calificado en la
institución (pocos profesionales para una población que los supera en demasía)
y cómo el problema más que presupuestario es administrativo (ejecutivo).
∙
Institución:
En este hospital se da la particularidad de poseer un esquema
institucional que abarca aspectos más sociales que en otros hospitales, debido a
la falta de personal en salud en gran parte del día y a las largas internaciones, se
construye dentro del mismo un grupo que se podría denominar como “familiar”
sin estar determinado por vínculos sanguíneos. Pacientes que se cuidan entre sí
ayudándose en medicaciones, convirtiéndose en un apoyo moral,
relacionándose más linealmente con los trabajadores del hospital (médicos y no
20
médicos). A través de talleres se establece un sistema de educación sobre
temas relacionados a la enfermedad y cuidados. Se constituye una nueva
subjetividad dentro de la institución que se mantiene en la misma interacción con
sus pares, actividades, doctores y demás personas. En cuanto a los vínculos
sociales provenientes por fuera de la institución, se menciona como los mismos
actúan como acompañantes terapéuticos o asistentes sociales (esto en relación
directa con el punto tratado en Economía anteriormente), y que esto también
representa un problema para el profesional en salud por tener que trabajar sobre
estas cuestiones también.
∙
Vida
cotidiana: Una vez establecidos los puntos anteriores solo podemos
agregar que en este punto se ve una vida hospitalaria más socializada en cuanto
a sus tratos, no así denotativamente jerárquica a modo de médicopaciente. A no
ser por recaídas o cuadros severos de internación, las pacientes pueden recorrer
o descansar en el predio con ciertas libertades. Esto también se puede ver en
situaciones que para alguien ajeno a la institución es común (como tomar
mates), pero que en una institución hospitalaria llamaría la atención por no ser
algo cotidiano que médicos y pacientes lleven a cabo, y sin embargo en esta
institución se da con total normalidad. Inclusive esto lo vemos en la confusión
que tuvo una paciente con un miembro del grupo: “Doctor hace frío, hay que
tomar unos mates”
IMPLICANCIA GRUPAL
Desde el punto de vista de estudiante universitario de psicología el estudiante es
considerado análogamente con el paciente en el sector de salud. Un sujeto pasivo y
receptivo que no tiene nada que decir hasta el momento que haya adquirido todo el
conocimiento necesario para sustentar lo que piensa. Por esto mismo, es que
consideramos este trabajo sumamente importante y sobretodo didáctico para la
verdadera función de un psicólogo.
21
Desde un punto de vista más personal podríamos decir que el ir al Moyano, en
nuestro caso, nos sirvió bastante al mismo tiempo que despertó nuestro interés aún
más. Porque ayudó a romper de una vez por todas con la idea de los loqueros y los
hospitales psiquiátricos. Pasar ese muro invisible que nos separan de esa realidad
tan vívida y tan real que muchos quieren tapar como estigmatizar. La experiencia
sirvió para interesarnos más por este tipo de institución, por querer hacer algo por
ellos, querer romper con ese estereotipo de loco, de loquero, de manicomio, que la
sociedad sigue teniendo. Tal es así que se vio la metamorfosis en los pensamientos
y hasta acciones mismas del grupo desde un inicio de la cursada hasta la
finalización de este trabajo de campo. Desde debates y opiniones compartidas hasta
el voluntariado en algún caso puntual.
A lo largo del trabajo hemos podido apreciar como la práctica de salud mental se ve
teñida por las distintas formas de significar conceptos como interdisciplina,
enfermedad, epidemiología, atención e incluso la propia definición de salud, y cómo
estas distintas concepciones que pueden tomarse indican un posicionamiento más o
menos cercano al discurso médico hegemónico. En este punto cabe resaltar la
contradicción que notamos en algunas partes de la entrevista sobre los discursos
que se utilizaban y los pensamientos que luego reflejaban a lo largo de la misma, un
ejemplo aparece al mencionar el trabajo interdisciplinario que lo mencionan como
siempre presente en el discurso pero luego durante la entrevista habían diferencias
de pensamiento con lo antes dicho, o sino también se ve presente cuando hablan
sobre las prácticas que realizan pero que sin embargo no coinciden con el discurso
que presentaban en su totalidad.
Por otro lado pudimos ser testigos de cómo son afectadas las instituciones de salud
pública por las medidas políticas que se toman a su alrededor, y del
posicionamiento del estado con respecto a la salud pública al tocar temas como la
ley de salud mental, y sus efectos en el hospital.
Para finalizar, queremos destacar la importancia de la realización de este tipo de
trabajos de campo, que nos permiten articular la teoría con la práctica, que es algo
que suele reclamarse al programa de estudio de la facultad. Nos permitió
acercarnos desde una perspectiva diferente al interior de una institución de salud y
ver cómo se realiza la práctica en el campo profesional con una mirada que
22
posibilita una crítica constructiva y un mayor nivel de atención a las prácticas que se
realizan en la salud.
CONCLUCIÓN:
23