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Introducción 

En un principio, lo que buscamos con este trabajo es un primer acercamiento al 


ámbito de la salud para poder conocer los modos en los que se desarrollan, los 
métodos que abordan, el concepto de salud que manejan, las medidas preventivas 
que utilizan, las políticas que se llevan a cabo, el modo de trabajo que tiene dentro 
del hospital, la participación conjunta que tiene los profesionales que trabajan dentro 
de un servicio, etc. 
Por esta razón, el grupo eligió el Hospital Moyano para realizar este primer 
acercamiento. El mismo trabaja con una población de mujeres (adultas y en su 
mayoría con una edad mayor a los 40 años). 
Nos contactamos con la Psiquiatra jefa de servicio de pacientes crónicos del 
Tomasa Vélez Sarsfield (uno de los edificios que se encuentran dentro del hospital) 
para poder realizar las entrevistas pertinentes a los profesionales que trabajan en 
este servicio. El mismo cuenta con cuarenta pacientes crónicos, una Psiquiatra Jefa 
de servicio, una Psicóloga, y dos concurrentes, uno de cada disciplina. 
Por último, nos disponemos a realizar un análisis de estas entrevistas desde una 
mirada crítica tomando los autores que ofrece la bibliografía de la cátedra y las 
observaciones de las instalaciones que fuimos realizando. Para poder descifrar el 
concepto de salud que mantienen en este servicio, como es el manejo del trabajo 
disciplinario/interdisciplinario. Y así reflexionar en las implicancias que tienen los 
discursos empleados por los profesionales entrevistados. 
OBJETIVOS 
General: 
§ 
Adquirir  ​
herramientas que favorezcan la construcción de un perfil de salud mental 
y reflexionar críticamente sobre las conceptualizaciones implícitas en las 
propuestas de acciones en Salud/Salud Mental y su relación con las prácticas de 
la institución abordada (Hospital Moyano) mediante el uso de los conceptos 
teóricos y críticos abordados en los distintos espacios teóricos/prácticos de la 
materia. 

 
Específicos: 
§​ 
Analizar  ​
el discurso sobre salud que los entrevistados desplieguen 
§ 
Desarrollar  ​
y profundizar un marco referencial teórico que permita el análisis 
crítico de la implementación de programas de salud en la institución de salud 
escogida 
§ 
Desarrollar  ​
esquemas conceptuales que posibiliten reflexionar sobre la articulación 
entre lo económico, lo institucional y lo subjetivo en la comprensión del proceso 
de salud/enfermedad/cuidado. 
§ 
Analizar  ​
el proceso interdisciplinario, si es que lo hay, que se presenta en la Salud 
mental a lo largo de las entrevistas 
§ 
Reflexionar  ​
acerca del rol del psicólogo en el campo de la salud/salud mental del 
hospital 
Historia del Hospital 
o Esto cambió, cuando la inspectora del Hospital General de Mujer y vocal de la 
Sociedad Porteña de Beneficencia, Tomasa Vélez Sarsfield, entrego un informe a la 
Sociedad de Beneficencia y esta, que estaba formada por damas Porteñas de la alta 
sociedad, propusieran al Gobierno Nacional la creación de un Hospital para mujeres 
con problemas mentales. Y así fue, como en 1854 fue creado el Hospital Nacional 
de Alienadas. 
En 1860 la Sociedad de Beneficencia se ocupó de los cuidados de las pacientes 
internadas. Este hospital comenzó teniendo un solo espacio de atención 
denominado “el patio de los dementes” y hoy en día cuenta como más de 36 
espacios de atención sumándole consultorios externos que son del hospital pero 
que no forman parte del edificio. Posteriormente el hospital tomó el nombre del 
doctor Braulio Aurelio Moyano. 
Este fue un científico neurobiólogo y médico psiquiatra proveniente de la Escuela 
Neurobiológica Argentino​Germana. Moyano fue Secretario General de 
Investigaciones Científicas en la entonces Secretaría de Salud Pública de la Nación 
y tenía a su cargo funciones de cátedra como Profesor Adjunto de Psiquiatría, una 
sala de dementes en el hoy Hospital Moyano. 

 
El nombre de Tomaza Vélez Sarsfield fue ubicado en uno de las instalaciones 
dentro del Hospital Moyano donde se encuentra servicio de pacientes crónicos que 
este equipo investigación. 
OBSERVACIONES 
Como primera situación llamativa para iniciar el desarrollo de las observaciones hay 
que destacar un episodio que vivió un integrante del grupo que llegó primero al 
hospital. Una chica que a primera vista parecía estar medicada por la forma de 
caminar (pasos irregulares, de manera más lenta, probablemente bajo el efecto de 
algún sedante) lo llamó ​Doctor​, y acto seguido a eso le dijo ​Doctor hace frío, hay 
que tomar unos mates​, con total normalidad. Luego de esta primera vivencia al 
llegar el otro integrante del grupo se procedió a realizar la entrevista y conocer el 
hospital, pero nos enteramos que no se encontraban las doctoras con quienes 
íbamos a realizar la misma ya que se habían retirado. Nos informaron que podíamos 
pasar en días de semana hasta las 14 hs. y una vez en el lugar nos dispusimos a 
realizar un recorrido por nuestra cuenta para conocer un poco de la estructura de la 
institución. 
Por fuera no parece haber diferencias con el resto de hospitales públicos: estructura 
simple, seguridad en el hall de entrada. Pero si bien es de carácter público, a 
diferencia de otros hospitales de la misma condición, no se encuentra tan 
descuidado y hay una limpieza que parece ser más frecuente. Se puede ver también 
dentro de la institución un kiosko que nos hace pensar en que no hace falta poder 
salir del lugar para poder adquirir algo que necesiten las pacientes, familiares o 
trabajadores del lugar. Una vez superado esta parte del hall nos encontramos con 
un patio externo bastante amplio a modo de jardín donde las pacientes pueden 
pasearse con ciertas libertades, recorrer las instalaciones externas, descansar o 
hasta visitar la capilla ubicada casi en el centro del predio. En primera instancia aquí 
nos llamó la atención los carteles que mostraban indicaciones sobre las distintas 
“alas” del hospital e indicaciones sobre edificios y distintas ubicaciones del lugar. La 
estructura en su totalidad está más distribuida a favor de los exteriores que de los 
edificios de especializaciones, comedor, habitaciones, casa de doctores o garitas de 

 
seguridad. En ésta última preguntamos sobre si había algún doctor, enfermero o 
alguien relacionado al hospital con quien podamos hablar para poder realizar un 
primer acercamiento y nos indicaron sobre la casa de doctores que se encuentra 
contiguo a donde estaban los encargados de seguridad. De apariencia más a una 
casa común que está instalada por dentro del hospital, con autos estacionados a 
pocos metros, tocamos la puerta sin tener ninguna respuesta a pesar de esperar. Al 
irnos pudimos ver que había una televisión encendida, pero no pudimos ver si había 
alguien. 
Luego del primer acercamiento, al retirarnos escuchamos un dato que llamó nuestra 
atención: al estar cortos de personal las pacientes que se encuentran en mejor 
estado ayudan con la medicación a otras que no lo están, aludiendo a que se cuidan 
entre ellas. 
Días más tarde se realizó la primera entrevista con total normalidad, sin muchos 
más datos nuevos para agregar. 
En la segunda entrevista que se realizó, la misma se llevó a cabo en una oficina y lo 
que hay que destacar es que la puerta no se mantuvo cerrada en ningún momento, 
las pacientes circulaban y hasta podían entrar allí con total normalidad. Durante esta 
entrevista en un momento una paciente ingresa a la oficina pidiéndole algo a la 
psicóloga, ella le da algo y luego la paciente se retira. Esta secuencia llama la 
atención de la integrante del grupo al asemejarla más a un ​dispensario que a una 
clínica de salud mental. 
Durante las visitas al hospital se fue rotando la tarea de entrevistar entre los 
integrantes del grupo, de modo que durante las distintas entrevistas no había ningún 
integrante fijo presente. Sin embargo, en todos los casos coincidieron dos 
cuestiones, la primera que nos encontramos es que hay mayor libertad de recorrer 
las instalaciones para personas ajenas a la institución (en nuestro caso los 
integrantes del grupo), y la segunda es que esa libertad también incluye a las 
mismas pacientes del hospital dentro de las instalaciones, pudiendo así recorrer, 
compartir espacios o simplemente descansar en algún lugar que ocupa el extenso 
dominio del hospital. 

 
Marco teórico 
En este apartado nos vamos a dedicar a tomar conceptos de la bibliografía de la 
cátedra para poder analizar las entrevistas realizadas y darle un mayor 
entendimiento a este análisis. 
En primer lugar, tenemos que tomar el concepto de salud que plantea la 
Organización Mundial de la Salud y la crítica que hace la Profesora Stolkiner del 
mismo. Para dicha organización la “Salud es el estado de completo bienestar físico, 
psíquico y social y no solo la ausencia de enfermedad” (Stolkiner, 2003). Frente a 
esto Stolkiner plantea la crítica a dos palabras principalmente. Por un lado, la salud 
como un “estado”, es decir, como algo que es inherente al ser humano y que puede 
ser perdido y recuperado en un determinado momento y por razones diversas. A su 
vez, propone, cambiar esta palabra por la de proceso y así las implicaciones que 
tiene. Por el otro lado, tenemos la crítica más severa para la palabra “completo”, ya 
que, en se puede ver al ser humano como un ser perfecto que puede alcanzar el 
completo bienestar en todos los ámbitos de su vida. Compartiendo las ideas 
teológicas del ser humano como la creación perfecta que se pervierte por las 
influencias externas. Al mismo tiempo, los que determinan qué es lo completo 
utilizan este término para que la gente quiera alcanzar algo que no necesita y al 
mismo tiempo, dejar a mucha gente a fuera que no pueda alcanzarlo. Así mismo, 
esta autora, toma lo dicho por Freud en el malestar de la cultura para apoyar la idea 
de que el malestar es inherente a la vida social. Es ella quien lo produce y al mismo 
tiempo es producto de la misma. Por eso, muchas veces encontramos que el 
malestar sentido por algunas personas es significado de salud. De que los sentidos 
que perciben este malestar funcionan correctamente, captan lo que realmente los 
afecta. 
Por esta razón, podemos ver el discurso de los profesionales de la salud es tan 
importante para poder entender su forma de accionar frente a determinados grupos 
sociales, frente a determinadas condiciones y frente a las enfermedades mismas. 
En segundo lugar, para seguir con la misma idea, vamos a tomar el texto de Vasco 
Uribe sobre la ​“Estructura y el proceso en la conceptualización de la enfermedad”. 

 
En el cual, habla de las formas en que, a lo largo de la historia, la sociedad, como 
los prestadores de servicio de salud tuvieron para conceptualizar el proceso de 
salud/enfermedad/atención. En dicho texto, este autor, muestra cómo en un primer 
momento y hasta no hace tanto, la enfermedad era considerada como la pérdida de 
salud por la influencia de un agente externo. En los primeros momentos este agente 
era de carácter místico: un demonio, una maldición, una posesión, un castigo de 
Dios, etc. Después se dio paso a considerar que provenía de “agresiones externas 
como animales, personas, y cosas (por accidentes)”. Y hoy en día, se habla de 
noxas, bacterias y microorganismo (Vasco Uribe, 1987). Pero todas estas formas 
mantienen una misma unicausalidad externa. Vasco Uribe nos dice que este 
discurso, a pesar de que lentamente es abandonado, sigue vigente en muchos 
espacios de la salud. Y que el mismo no es inocuo o ingenuo como muchos crean si 
no que pone grandes limitaciones a las posibles investigaciones para curar 
enfermedades, al mismo tiempo, descarta todo tipo de terapias alternativas y 
posibles respuestas al padecer de dichas enfermedades como también mantiene el 
discurso hegemónico como es estatus quo de una de las disciplinas más antigua de 
la historia humana. 
A pesar de todo esto, en las últimas décadas se puede ver como esta idea se va 
perdiendo para dar lugar a la consideración de otras posibles variables dentro de las 
causas de las enfermedades. Como las implicancias psíquicas de una enfermedad, 
la vida cotidiana de las personas, en sus modos de relacionarse, costumbres 
alimenticias, factores de riesgo genético, etc. Que a pesar de que sea una 
ampliación de la misma idea y que se torne de una explicación unicausal a una 
multicausal, la misma plantea un avance con respecto de la anterior y con esto una 
mayor apertura a la integración de distintas disciplinas para poder explicar las 
enfermedades. 
Por otro lado, lo que este autor propone es considerar a la enfermedad como un 
factor más dentro de la estructura. En el que se encuentran más factores 
conectados entre sí por relaciones que los determinan. Así, la enfermedad de un 
sujeto pasa a ser no solo un efecto de las relaciones de los factores si no también 
un nuevo factor con su propia estructura dentro de esta trama. Al mismo tiempo, 
este autor, propone que para poder ser abordada o “curada” esta enfermedad no 

 
debe buscarse simplemente suprimirse, sino que debe buscarse modificar las 
relaciones que la conectan con los otros factores y así modificar la forma de toda la 
estructura. Llegar a la enfermedad por otras vías y de una forma más integral. 
En tercer lugar ubicamos el texto abordado por Alicia Stolkiner sobre derechos 
humanos. En él se da una introducción que expone un retorno de los derechos 
humanos hacia el campo de la salud. Habla de un enfoque de derechos en las 
políticas públicas, basado en la normativa internacional sobre derechos sociales, 
que influyó en la estrategia de atención primaria en la salud (APS) impulsando el 
retorno a su sentido inicial, garantista del derecho a la salud. El ejercicio pleno de 
los derechos humanos es una idea​fuerza que puede sostener prácticas 
antagónicas con el proceso de objetivación universal inherente a la fase actual del 
capitalismo, que se manifiesta también en el campo de la salud. Es en esta fase que 
se plantea la dignidad humana como una doble vía: la esencialista, que se 
fundamenta en un concepto universal de lo humano y la que, cuestionando la idea 
de universalidad, plantea la diversidad de concepciones de la dignidad humana. 
La vigencia efectiva del derecho es, según lo que plantea esta autora, lo antagónico 
de la objetivación. Este fenómeno se extiende más allá de la intercambiabilidad 
concreta de cada caso para transformarse en prácticas desubjetivantes que anulan 
el sujeto de derecho. 
La autora cierra el texto diciendo que la medicina social latinoamericana, como 
praxis, establece una articulación profunda con las praxis de derechos humanos 
emancipatorias. Que cada práctica en salud debe propender a la subjetivación, y 
que esto va desde las acciones singulares cotidianas de relación de los 
profesionales y el equipo de salud con las personas, hasta la formulación e 
implementación de políticas. 
Cuarto, vamos a utilizar el concepto de interdisciplina para ver si dentro del ámbito 
de salud estudiado se encuentra este tipo de práctica inter grupal. Para hablar de 
este tema vamos a utilizar la conceptualización de Nora Elichiry, ya que, en él se 
encuentra una explicación clara sobre este concepto. Por un lado, esta autora hace 
una división entre las prácticas multidisciplinarias y las interdisciplinarias. A la 
primera las encuentra como “una simple yuxtaposición de áreas de conocimiento, en 
el cual cada disciplina se dedica a su especialidad sin que haya una relación ni se 

 
evidencian modificaciones o transformaciones de las disciplinas involucradas” 
(Elichiry, 1987, pp​333). Como podemos ver esta autora ve como en la 
multidisciplinar una simple superposición disciplinas cada una con sus discursos, 
sus métodos, concepciones, etc. Donde no hay lugar para ningún tipo de acuerdo, ni 
modificación de concepciones. No existe el espacio en común para compartir 
metodologías, exámenes, posibles respuestas. Cada disciplina considera que puede 
abordar el problema de una forma determinada. Esta autora diría que tienen una 
“visión atomista de la realidad”. Por otro lado, encuentra a la interdisciplina el modo 
de escapar de este tipo de prácticas, ya que, se propone comenzar a trabajar desde 
la problemática y no desde las disciplinas. Es decir, que el problema es concebido lo 
suficientemente complejo como para intentar ser abordado desde una solo disciplina 
y plantea la necesidad de una articulación de distintos saberes para que pueda ser 
entendido en su complejidad. Esto plantea no ver la realidad ya de forma atomista 
sino concebirla como un sistema de estructuras interconectadas entre sí donde cada 
factor tiene implicancia con todo lo que está conectado. Lo que nos llevaría a la 
necesidad de varias visiones, herramientas, métodos, etc. Que se interconectan 
entre sí para poder ser entendida. Y acá es donde entra entras las prácticas de la 
interdisciplinas. Nuestra autora, plantea cierta cantidad de ítems para que estas 
prácticas puedan ser llevadas a cabo. Por ejemplo: 

● 
El trabajo de equipo, donde se formen actitudes cooperativas. 

● 
La intencionalidad: las relaciones de las disciplinas deben ser provocadas. No 
tiene que haber lugar para los encuentros fortuitos. 

● 
Debe haber cierta flexibilidad que permita una apertura en la búsqueda de 
modelos, métodos de trabajo, teorías, etc. Para evitar miradas dogmáticas. 

● 
Reciprocidad: se forma por las interacciones entre las disciplinas. Y se ve en 
el momento en que se comparten métodos, códigos lingüísticos, técnicas, 
etc. (Elichiry, 1987, pp​337) ∙ 
∙ En este pequeño resumen extraído de uno de los textos de esta autora se puede ver 
muy bien cómo deben ser llevadas a cabo las prácticas dentro de una inter 

 
disciplina. Esto nos servirá para poder contestar en las entrevistas el tipo de 
prácticas que se realizan en el Hospital Moyano y los discursos que utilizan. 
En quinto lugar, tomaremos el texto de Augsburger en el que habla sobre la 
epidemiología. Este este texto podemos ver como esta autora pone énfasis la 
categoría de “trastorno mental” que utilizan los estudios epidemiológicos para 
encuadrar los casos clínicos. De esta forma lo que se estaría estudiando sería una 
enfermedad y no una persona. Es decir, se da un proceso de completa objetivación 
de los sujetos dejando de lado tanto la palabra del mismo como cualquier 
conocimiento de sí. Frente a esto, la autora propone el término de “sufrimiento 
psíquico”, ya que, este “(...) permite incorporar la dimensión subjetiva del 
padecimiento, perspectiva sin duda ausente en la nosografía clásica.” (Augsburger, 
2002, pp​66). A su vez, más adelante podemos ver que esta autora agrega, con 
esta nueva propuesta, la idea de “horizontalidad” la cual permite al paciente tener 
voz y voto en su tratamiento. No ser un simple “Paciente” sino un agente activo en la 
cura. Donde aporta conocimiento de lo que siente y conoce de su propio cuerpo y 
de su propio padecer. De esta manera se rompe toda concepción de que el discurso 
hegemónico de médico es el que tiene la verdad sobre la salud y al mismo tiempo 
critica las ideas biologicistas y objetivantes de la medicina. 
Profundizando más en el texto, pero siguiendo la misma línea de pensamiento 
podemos ver cómo esto se expande a la vida social de las personas. Augsburger, 
nos cuenta que los circulas sociales las personas que forman las instituciones de la 
familia, el trabajo y la escuela son factores que afectan a la subjetividad de la 
persona, pueden ser partes generadoras de sufrimiento psíquico y esto es de suma 
importancia en la “cura” de las personas. Estas, no solo deben ser tenidas en cuenta 
si no que también tiene que ser uno de los primeros lugares en los que se debe 
trabajar para poder modificar algo de este padecer psiquiátrico. 
Luego en sexto lugar, podemos tomar la reforma de la Atención Primaria de la Salud 
estudiada en el texto de Alicia Stolkiner “​Atención Primaria de la Salud y Salud 
mental: Articulación entre dos Utopías”.​ En este artículo podemos ver como en el 
énfasis renda en la en la articulación de estas dos cuestiones que rodean a la 
conceptualización de salud. Lo interesante de este titulos en la palabra “Utopía” ya 
que resumirá gran parte de este artículo ya que vemos como en la búsqueda por la 

 
reforma de la APS en los distintos ámbitos de la salud termina siendo una Utopía 
inalcanzable ya que en la misma intervienen intereses de distintos grupos de la 
sociedad en la que vivimos, Estados, Farmacéuticas, laboratorios, etc. vemos como 
la búsqueda de una mayor “igualdad” de derechos que es la base de las sociedades 
modernas y liberales terminan siendo utilizada para el beneficio de estos grupos 
particulares. Y en este texto se ve más específicamente en el ámbito de la salud 
mental y como afecta en el mismo según la mirada que se ve. Por ejemplo en el 
texto podemos encontrar concepciones como “APS selectiva” que sería “El primer 
nivel básico de atención esencial o Enfoque de focalización” (Stolkiner, 2007) lo que 
vendría a representar una mira reduccionista de la reforma de APS donde se podrá 
énfasis para garantizar lo mínimo y más básico de las necesidades de los sectores 
más vulnerables para mantener lo más bajo nos niveles de morbilidad. Pero la 
reforma que realmente se buscaba era una “APS integral: como la estrategia 
reordenadora del sistema de salud en enfoque universalista”. (Stolkiner, 2007) 
donde los intereses eran puestos en la modificación de todo el sistema de salud 
donde las enfermedades eran parte del sufrimiento subjetivo de la persona, donde 
se buscaba la integración de la comunidad, de lo que lo rodea al sufrido, donde el 
paciente no tenía que ser aislado, quitar la idea de “riesgo para la sociedad”, la 
restitución de los enfermos mentales a la sociedad y con esto su garantía de 
derechos. La desinstitucionalización de la enfermedad. Lo que quería decir una 
quita de poder por parte de los especialistas de salud por una quita de poder al 
discurso hegemónico de la medicina. Estos son los intereses involucrados en una 
reforma de este estilo y por eso es necesaria una mirada que sea reduccionista, 
“selectiva” que ponga énfasis en otras cuestiones. Para que la reforma vaya para 
otro lado que se pierda su idea original que sea considerada una Utopía en la 
medida en haya personas que no busquen su aplicación integral. 
En séptimo lugar tomaremos el trabajo realizado por Sara Ardila y Emiliano Galende 
sobre el concepto de comunidad en salud mental. Estos autores hablan de la Salud 
Mental en la Comunidad como un proyecto en construcción que trata de un giro de 
la atención psiquiátrica en tres dimensiones: 
● Pasar de la hospitalización psiquiátrica asilar a servicios próximos a la 
comunidad y al territorio de vida del paciente (servicios comunitarios) 

 
● Pasar de una práctica de la prescripción basada en la autoridad del 
profesional a una consideración del sujeto en toda su dimensión y 
complejidad, esto hace a una ética en las prácticas de salud mental, más allá 
de la asimetría de la relación terapéutica, el paciente debe ser tratado como 
un semejante, respetando su dignidad y reconociendo sus derechos 
● Pasar de un enfermo como sujeto pasivo de su tratamiento a un sujeto activo, 
partícipe y protagonista de su tratamiento, lo cual además de contar con su 
“consentimiento informado” para toda decisión de tratamiento se trata de 
incluir a su familia, y en lo posible a miembros significativos de su comunidad, 
en el proceso de atención 
Siendo lo esencial de la perspectiva comunitaria en salud mental el atender en 
primer lugar el “lazo social”, en el que radica la capacidad del sujeto para establecer 
vínculos con los otros que le permitan la vida en común. 
Finalmente, tomaremos el concepto abordado por Menéndez de autoatención. ​La 
autoatención constituye una de las actividades básicas del proceso 
salud/enfermedad/ atención, siendo la actividad nuclear y sintetizadora desarrollada 
por los grupos sociales respecto de dicho proceso. Por autoatención entendemos a 
las representaciones y prácticas que la población utiliza a nivel de sujeto y grupo 
social para diagnosticar, explicar, atender, controlar, aliviar, aguantar, curar, 
solucionar o prevenir los procesos que afectan su salud en términos reales o 
imaginarios, sin la intervención central, directa e intencional de curadores 
profesionales, aun cuando estos pueden ser la referencia de la actividad de 
autoatención; de tal manera que implica decidir la autoprescripción y el uso de un 
tratamiento en forma autónoma o relativamente autónoma. Es decir que la 
autoatención refiere a las representaciones y prácticas que manejan los sujetos y 
grupos respecto de sus padeceres, incluyendo las inducidas, prescriptas o 
propuestas por curadores de las diferentes formas de atención, pero que en función 
de cada proceso específico, de las condiciones sociales o de la situación de los 
sujetos conduce a que una parte de dicho proceso de prescripción y uso se 
autonomice, por lo menos en términos de autonomía relativa. Otro término que se 
utiliza como equivalente de autoatención es el de "autocuidado", desarrollado desde 
la biomedicina y desde el salubrismo especialmente a partir del concepto estilo de 
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vida, de tal manera que por autocuidado se suelen entender las acciones 
desarrolladas por los individuos para prevenir el desarrollo de ciertos padecimientos 
y para favorecer ciertos aspectos de salud positiva. El uso de este concepto por el 
sector salud es marcadamente individualista, y se diferencia del de autoatención 
cuyo carácter es básicamente grupal y social, pero lo importante a considerar aquí 
es que el concepto de autocuidado constituye una variante del de autoatención 
impulsado a través de determinadas ideologías no sólo técnicas sino sociales. En 
consecuencia las actividades de automedicación y autocuidado son parte del 
proceso de autoatención, pero no son equivalentes ya que autoatención constituye 
el concepto y proceso más inclusivo. 
ANÁLISIS 
Concepto de salud: 
En el análisis de las dos entrevistas podemos intentar descifrar el concepto de salud 
que maneja los profesionales encargados del servicio de pacientes crónicos del 
hospital Moyano: 
A primera vista, la utilización de conceptos como deterioro, “pacientes más 
afectados”, “descompensados”, da cuenta de que la necesidad por catalogar a la 
salud como un estado que se “pierde”, se “empeora”, por algo que los “afecta” que 
no es parte de sí. No es parte de la salud. Y también sugiere la idea de que es algo 
que puede ser alcanzado y mantenido en la compensación. A su vez, hay muchos 
pacientes internados que para ellos no tiene que estar ahí, por ejemplo, el caso de 
que una paciente ya está “estable Psiquiátricamente” y el deterioro que tiene es 
propio de su edad ya que es mayor. Y ese lugar es para personas que tengan un 
deterioro psíquico. El lugar de esa persona es un geriátrico y no un hospital de salud 
mental. Ahora bien, si entendemos a la “salud” no tanto como una utilidad mercantil 
sino como el “buen vivir”, donde se pone énfasis en cuestiones relacionadas a la 
comunidad, la solidaridad, y el bienestar no solamente propio sino del que los rodea 
nos preguntamos ¿puede ser posible que haya contención de los pacientes fuera 
del hospital o el geriátrico? ¿las instituciones de salud son las más idóneas para 
atender a los pacientes teniendo en cuenta los conceptos de salud y la objetividad 
que manejan? ¿es posible que el paciente esté en su casa, con su familia y aun así 
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esté “contenida? ¿la persona que sufre debe ser “contenida”?. Esto también lo 
podemos observar en una de las entrevistas cuando habla de que en ese sector 
donde hay pacientes que llevan muchos años ahí es poco común que haya 
descompensaciones en cuadros agudos. Estos son considerados poco habituales y 
su frecuencia asombra. Es decir, que por el hecho de que estén con el “alta” 
psiquiátrica pero que se encuentren internados por que no se los puede derivar por 
falta de dispositivos que los tomen. Es esperable que no tengan 
descompensaciones, no es esperable el “altibajo” en una alta clínica. Esto nos 
muestra como la enfermedad es tomada como algo curable definitivamente. Algo 
que al momento en donde puede re​insertarse en la sociedad y puede formar 
“proyectos” de vida la persona es considerada como una persona estable y por ende 
sana. Pero, por otro lado, reconocen que existen las descompensaciones, que 
ameritan la reinserción nuevamente al hospital. Y esa es una forma de evaluación 
en el hospital. Por ejemplo, cuando un paciente ingresa por primera vez este es 
derivado, a pesar de su evaluación, a un dispositivo menos restringido. Es decir, que 
a mayor número de “descompensaciones” mayor es su estadía y su reclusión en el 
hospital, y una menos posibilidad de pasar a una instancia menor control. 
Este pensamiento, avalado por los entrevistados, sigue la lógica del discurso médico 
hegemónico. Es decir, por un lado, el paciente es considerado un factor de riesgo 
para la sociedad y para sí mismo. El diagnóstico médico es el que determina el nivel 
de riesgo que presenta el enfermo y por ende el tipo de Atención/restricción que se 
le da. Cualquier conocimiento que tenga el paciente sobre sí mismo no es tomado 
en cuenta, y esto, se ve reflejado en la implementación de todo tipo de talleres 
básicos para la reinserción social a cargo del sector de “Rehabilitación”. Ya que, 
ellos tienen que ir “adquiriendo estas habilidades” no las tienen, carecen de ellas. 
Existen talleres para la automedicación en la externación debido a que en el hospital 
se encarga enfermería que esta actividad. De esta misma forma es considerada la 
familia. Esta no puede, ni debe, realizar el trabajo de los profesionales de salud, no 
tiene por qué ser Acompañantes terapéuticos, Psicólogos, ni Psiquiatras. Están para 
acompañar únicamente en la cotidianidad cuando el paciente está lo 
suficientemente “estable” para convivir una cotidianidad. Es decir, están para 
asegurar que “duerman en la casa” y para que “compartan la mesa en la comida” 
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pero no pueden ningún conocimiento sobre la sintomatología del paciente y no hay 
participación en la cura del mismo más que ser un simple soporte en el hogar. 
Retomando la cuestión de la salud como estado que planteamos anteriormente, 
remitimos a la definición de la salud según la OMS. Para este organismo fundado en 
contexto de posguerra por un grupo de médicos, en la que participan varios países, 
con el objetivo de lograr una mejoría en la salud de la población mundial y la 
redistribución de recursos, la salud es el total estado de bienestar fìsico, psíquico y 
social y no solo la ausencia de enfermedad. Esta definición está influenciada por la 
teoría económica Keynesiana de los años treinta, la cual propone la idea de 
“estados de bienestar”, que buscan un grado de bienestar social a partir de la 
función de redistribución por parte del Estado. De esta forma, encontramos que en 
la actualidad, el Estado como institución de poder, objetiva al Hospital y a sus 
pacientes, en tanto una problemàtica que se resolvería con la implementación de 
nuevas leyes o en una medida extrema, con la desmanicomialización.Este hospital 
al ser público depende en todos los aspectos del Estado, por ejemplo en el 
financiamiento de la institución. De esta manera, damos cuenta que, por un lado, el 
Estado no cumple con el objetivo de lograr un cierto grado de bienestar social, si no 
que intenta desligarse del “problema”, enviando a los enfermos a sus casas para ser 
cuidados por familiares que tomarían roles terapéuticos o psicológicos que no les 
corresponden. 
Prácticas interdisciplinaria o multidisciplinarias: 
Por otro lado, se puede notar que si bien se plantea un discurso interdisciplinario, a 
lo largo de la entrevista, se hace alusión a una ausencia de profesionales 
conformantes de un equipo interdisciplinario completo. No hay asistentes sociales, 
por ejemplo, el equipo interdisciplinario, en este edificio analizado, lo conforman; 
una Jefa de servicio psiquiatra, una psicóloga, y dos concurrentes. Si bien el edificio 
de pacientes crónicos no cuenta con una interdisciplinariedad ideal, a partir de la 
nueva Ley, hay un intercambio de los saberes y conocimientos entre la psiquiatría y 
la psicología, nos cuenta la psicóloga, que permite que se pueda elaborar un 
diagnóstico a tal paciente, de acuerdo a las dos disciplinas, desde las dos miradas. 
Esto nos lleva a pensar en el concepto de sufrimiento psíquico, como categorìa 
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diferenciada de la enfermedad mental, en tanto incorpora la dimensión subjetiva del 
padecimiento. Desde la psicología se toman en cuenta una mayor diversidad de 
factores que afectan a la psiquis del individuo. Desde la psiquiatría no se toma en 
cuenta el carácter social de la salud mental, entre otros. Ambas disciplinas se 
complementan. La familia como institución productora de subjetividad y de 
relaciones concretas y, por ende como escenario donde el sufrimiento psíquico se 
hace presente, tiene un papel sumamente importante en los individuos enfermos, 
puesto que a mayor aislamiento social, hay una mayor prevalencia de las 
enfermedades. Se considera que la familia es una red de sociabilidad y sostén 
fundamental en los padecientes, pero no debe ocupar el rol de un acompañante 
terapéutico, ni de psicólogo. Eso es lo que se indica como nocivo, según la 
entrevistada, a partir de la implementación de la nueva Ley. 
Con el discurso interdisciplinario que se emplea en este Hospital, se puede percibir 
una tendencia hacia una epidemiología en salud mental, que busca introducir 
medidas de salud positivas de las poblaciones como ampliar la comprensión del 
papel central de los factores culturales, sociales e institucionales en la producción 
de la salud mental. En contraparte, se dilucida que existe una “categorización” de 
los pacientes, en tanto sus cuadros y diagnósticos psiquiátricos se encuadran en 
varias oportunidades, en una categoría determinada, a una clasificación como 
“DCM4” o “DCM5”. Estas clasificaciones resultan arriesgadas, ya que en muchos 
casos excluyen nociones ricas a nivel clínico que, son el diagnóstico a veces del 
paciente. Esta necesidad de categoría responde una búsqueda de lenguaje común 
entre áreas y disciplinas, que provienen de instituciones como juzgados. La vida 
cotidiana de un individuo, se ve atravesada por las instituciones y un plano 
económico. Respecto a las instituciones, nombramos previamente al Estado y su 
formato de leyes y normas, el cual en un plano económico afecta en cierta medida, 
a los enfermos y a su entorno social. Esto hace alusión a las relaciones de poder, 
donde hay una jerarquía marcada, que deja a la salud pública y todo lo que ella 
incluye, en el último escalón. 
Ahora bien, con respecto a la nueva ley de salud mental vemos como los 
profesionales la evocan todo el tiempo desde distintos ángulos. Por un lado, vemos 
cómo la utilizan como forma de sustentar sus “prácticas interdiciplinarias” resaltando 
14 
 
la importancia que se le dio al psicólogo para determinar las internaciones, los 
diagnósticos, la utilización de métodos, etc. Al mismo tiempo que indican que todas 
las decisiones son discutidas entre todos los integrantes del grupo de trabajo. Pero, 
a su vez, nos cuentan en frases como esta: “En este servicio, por suerte se trabaja 
de manera interdisciplinaria, las decisiones se toman en conjunto de verdad, cosa 
que no pasa en todos lados.” Que es algo característico del servicio que 
investigamos y que no están seguros que en otros servicios del mismo hospital 
suceda de la forma similar. A pesar de todo esto, si nos concentramos en el 
discurso expuesto por ambas entrevistadas podemos encontrar frases como estas: 
“(...) Las entrevistas se hacen de a dos, hay momentos individuales. Hay entrevistas 
que es psiquiátrica psiquiátrica, que la hace la psiquiatra con el concurrente algo 
más específico, pero hay momentos que se hacen conjuntamente.” Es decir, que a 
pesar de que se busque compartir conocimiento, saberes como un lenguaje en 
común. Tanto en las práctica como en el discurso de los encargados del servicio se 
sigue manteniendo las prácticas multidisciplinarias diría Nora Elichiry, ya que si 
habría una verdadera “reciprocidad” entre las disciplinas ese espacio de tratamiento 
tendría que ser intervenido por ambas disciplinas compartiendo métodos, 
estrategias, técnicas, etc. Y las mismas ya no se consideran ni “individuales” ni 
“psiquiátricas psiquiátricas”. 
Ley de Salud mental 
Por otro lado, podemos ver como la nueva ley de salud mental es un impulso para 
generar ciertas críticas a la misma, pero con una cuestión más profunda de fondo, 
ya que, en las entrevistas podemos ver cómo a pesar de ser aprobada su 
implementación está muy lejos de la realidad que se vive hoy en día en el sector de 
salud mental. Muestras las fallas que el sistema tiene con respecto al cierre de los 
hospitales monovalentes por ejemplo “La ley en teoría me parece que está muy 
buena, me parece buenísimo llegar a un momento en el que no haya hospital 
vivienda, pero me parece que, para poder llegar a eso tiene que haber cosas que 
todavía están faltando. Por ejemplo, las casas de medio camino. Tenemos 
pacientes que están para casas de medio camino, pero es muy difícil conseguir que, 
a la paciente la incluyan en la casa de medio camino, porque no hay lugar, porque 
15 
 
no hay medio, porque la paciente cobra una pensión mínima y no le alcanza. (...)” o 
“Digo la ley de mental es hermosísima, si yo tengo dispositivos para que este 
paciente esté en su familia, pero además este con un dispositivo de salud. Porque 
además hoy la ley de salud mental para lo único que sirve es para que el Estado se 
ahorre dinero, porque los dispositivos no están, y la familia está haciendo de 
acompañante terapéutico, de asistente social y de psiquiatra. (...)” en estos 
fragmentos extraídos se puede ver claramente que la ley de salud mental es 
apoyada en algunos aspectos con lo que respecta a lo disciplinar, pero fuertemente 
criticada como política de salud pública. Según los profesionales de esta institución 
la ley vendría a expresar lo que es aplicado por el poder ejecutivo esencialmente 
Pero ahora bien, si nos frenamos a analizar este contenido desde una postura 
crítica podemos preguntar ¿será que la ley manda a los pacientes a su casa para 
ahorrarle dinero al Estado? O ¿será que el estado aprovecha interpretando de 
alguna forma conveniente la ley para ahorrarse los recursos dados? Podemos ver 
que al igual que sucedió con la reforma de APS en Alma​Ata que pudimos exponer 
anteriormente en el marco conceptual sucede con la ley de salud mental que 
tenemos en Argentina hoy en dia. En un principio la ley lo que buscaba era reformar 
la concepción de salud en sí misma integrar los conceptos de sufrimiento psíquico, 
padecimiento subjetivo y ya no la concepción de enfermedad mental por ejemplo. 
Pero asi, como la ley buscaba el reconocimiento de una minoría no reconocida pudo 
ser interpretada y ejecutada siguiendo los intereses de determinados grupos 
económicos para su propio beneficio en el texto de Stolkiner vemos como esta 
autora denomina esta mirada como “selectiva” ya que solo usaría determinadas 
cuestiones presentadas en la ley para la aplicación de determinadas políticas. Por 
ejemplo la desmanicomialización en vez de ser utilizada para devolverle la libertad a 
los pacientes de los Hospitales Monovalentes y cuestionar el encierro como 
productor de más padecimiento psíquico fue utilizado para que el Estado se ahorra 
dinero que le servirá para financiar Hospitales del sector privado para que otros 
usuarios puedan acceder a ellos. Asi, podemos ver como las leyes pueden ser 
interpretadas de la manera más conveniente para los que buscan conseguir algún 
provecho. Desde ya, que esta interpretaciones son llevadas a cabo por el poder 
ejecutivo de un gobierno determinado y con el aval de muchos sectores privados 
16 
 
que intervienen en este tipo de situaciones. Y asi es como una ley que vela por lo 
derechos de pacientes con algún tipo de patología que busca el reconocimiento y el 
respeto de una minoría que antes no era defendida por nadie y que por mucho 
tiempo fue ignorada y por eso aprovechada, es usada para acompañar políticas de 
achicamiento del Estado y retención de recursos para su traslado al sector privado. 
Entonces si tomamos articulos como el No 7 “a” podemos encontrar una ley que 
garantiza: “Derecho a recibir atención sanitaria y social integral y humanizada, a 
partir del acceso gratuito, igualitario y equitativo a las prestaciones e insumos 
necesarios, con el objeto de asegurar la recuperación y preservación de su salud.” o 
en el punto “d”: “Derecho a recibir tratamiento y a ser tratado con la alternativa 
terapéutica más conveniente, que menos restrinja sus derechos y libertades, 
promoviendo la integración familiar, laboral y comunitaria.” de esta forma 
encontramos una ley de salud mental que no respalda las políticas determinadas 
que toma un gobierno específico, no es “la ley de salud mental la que le sirve al 
Gobierno ahorrarse dinero” es el Gobierno de turno el que se sirve de una 
determinada mirada “selectiva” de la nueva ley de salud mental para justificar la 
ejecución de un determinado tipo de política. Que como podemos ver y analizando 
atentamente la ley lo que se produce verdaderamente es una violación de la misma. 
Niveles de atención: 
Para hablar de los niveles de atención médica, diremos que estos dependen de la 
complejidad de los casos de enfermedad a atender y de los recursos necesarios 
para poder resolver los problemas que dichas patologías presentan. 
El primer nivel de atención corresponde a aquel que es más próximo a la población. 
Aquí se producen los primeros acercamientos, que son la puerta de entrada a la 
organización de los recursos, permitiendo resolver de esta manera, las necesidades 
básicas de atención y más comunes. En estos se encuentran los establecimientos 
de baja complejidad como consultorios, dispensarios, policlínicas, entre otros. 
En lo que al segundo nivel de atención en salud se refiere, se incluyen los 
establecimientos que prestan servicios de atención médica como pediatría, 
obstetricia, ginecología, cirugía general y psiquiatría. Existe la demanda al 
tratamiento de problemas inusitados, que refieren a patologías complejas, 
17 
 
requiriendo procedimientos específicos y de alta complejidad. En estos términos, 
nos referimos al tercer nivel de atención en el área de salud. 
Tenemos como ejemplo al Hospital Moyano, puesto que es un centro especializado 
donde se tratan patologías mentales que requieren de técnicas de diagnóstico y 
tratamientos determinados. 
Otra cuestión a analizar se encuentra presente en el apartado de ​Observaciones, ​en 
el cual no solo se realizó la descripción de la estructura y las primeras impresiones 
acerca del hospital, sino también se mencionaron situaciones que se presentaron 
durante el transcurso de las visitas y llamaron nuestra atención. 
Tal es el caso de la relación que se mantiene entre médicos y pacientes que 
pudimos observar inclusive durante la realización de las entrevistas. Durante el 
transcurso de la segunda entrevista, en la situación que se contó de la paciente que 
entró pidiéndole algo a la psicóloga y ésta se lo da (situación que nuestra 
entrevistadora describió como un “dispensario”), podemos ver cómo las libertades 
van más allá de lo que supondría la misma escena en otra institución de salud (una 
puerta cerrada del consultorio u oficina, llamar a la misma mediante un golpe, etc.). 
Esta situación nos hace pensar en que no está presente el estado simbólico de lo 
privado que puede representar una puerta cerrada, en este caso de la “Oficina de la 
Psiquiatra/Psicóloga”, sin embargo las pacientes aún bajo la normalización de esta 
falta de delimitaciones privadas respetan la figura médico/paciente. En comparación 
con esto la barrera simbólica de jerarquización médico/paciente desde el punto de 
vista médico no es tan tajante y hasta se puede mencionar un trato más igualitario, 
sin perder de consideración en ningún momento la posición de esa jerarquía. Se 
puede decir que esa relación jerárquica se hace endeble, pero en ningún momento 
se pierde. Inclusive para ejemplificar ese trato igualitario se puede citar la primera 
situación que se presentó de la confusión de la paciente con uno de nuestros 
integrantes al llamarlo doctor e invitarlo a tomar mates como si fuera normal un trato 
más lineal en lugar de objetivado entre los pacientes y los profesionales de la salud. 
Otra situación a tener en cuenta es la anécdota que nos fue contada sobre las 
pacientes que ayudan a otras pacientes con su medicación. Aquí se puede 
establecer la relación con lo que dice Menéndez que es el proceso de autoatención. 
Traemos aquí el proceso de autoatención en lugar de autocuidado por la 
18 
 
diferenciación que establece este autor al decir que este último es marcadamente 
individualista, mientras que el primero es básicamente grupal y social. En este 
proceso se pone en juego el rol de un miembro del grupo (paciente que se 
encuentra más estable) que se hace cargo de la situación de otro miembro que tiene 
un padecimiento mediante la administración de la medicina. Aunque en este caso a 
diferencia de lo que establece Menéndez como una constitución estructural 
(podríamos decir ascendente: empieza desde el individuo, escala al grupo familiar, 
luego al espacio social y continúa con el tipo de curador considerado más 
adecuado), tenemos adelante el proceso inverso: las pacientes al no poder recurrir a 
un profesional (luego de cierto horario no hay profesionales y en ocasiones es hasta 
difícil encontrar personal dentro del hospital) proceden a realizar el camino inverso 
que deriva en la consulta y ayuda dentro del propio grupo, inclusive las mismas 
pacientes actúan no sólo en la medicación sino también en intervenciones. Este 
proceso de autoatención y autocuidado se encuentra reforzado también por talleres 
sobre medicación que se brinda dentro del hospital (esto es hablado en la entrevista 
a la psicóloga que menciona estos talleres como una ayuda a las pacientes para 
que puedan aprender a medicarse ellas mismas en el caso de salir del hospital, o 
que no se encuentre algún profesional presente). 
​Concepto de comunidad en Salud Mental 
“La ley funciona si yo puedo acompañar a la familia que tiene un dolente pero la 
familia no puede hacer de red solamente, la familia está para que esa persona no 
deje de dormir en su casa, no deje de comer en la mesa familiar [...]”,​ estas 
palabras extraídas de la entrevista nos permite pensar en lo articulado por Sara 
Ardila y Emiliano Galende en “El concepto de Comunidad en la salud mental 
comunitaria”. A través de las entrevistas pudimos ver una postura crítica hacia viejas 
leyes de salud mental y cómo las opiniones inclinaban la balanza hacia una atención 
de salud que no sea manicomiabilizable. Que el hospital funcione como un centro de 
asistencia ante la emergencia en salud mental y no como un centro de aislamiento 
donde las familias “depositen” a la persona que padece. Esto nos remite a lo que 
mencionan estos autores sobre la oposición a la internación psiquiátrica de tipo 
asilar, asegurando que el paciente pueda permanecer integrado en su comunidad 
19 
 
en el proceso de atención y rehabilitación, potenciando su participación activa en el 
tratamiento. Esto implicaría preservar en todo lo posible los vínculos comunitarios, 
familiares y sociales del paciente, a la vez que toda estrategia de rehabilitación debe 
orientarse a la integración social del sujeto afectado (en el mismo sentido que 
establece el documento de la OMS, Rehabilitación Basada en la Comunidad). 
Siendo esto así se podría trabajar con el padeciente en la sociedad para su pronta 
recuperación y la posible socialización de sus tareas en lugar de ser un sujeto 
aislado en “espera de lograr una posible mejora”. 
Cierre del análisis 
A modo de cierre de este presente análisis expondremos un resumen que busca 
asemejarse a una conclusión de los ejes temáticos abordados por la cátedra. Si bien 
ya estos ejes fueron desarrollados a lo largo del presente trabajo de campo, en este 
apartado buscamos sintetizar las ideas que se nos fueron presentando y que hemos 
podido vincular. 
∙ 
Economía:  ​
Este punto es de vital importancia para una institución pública y es 
uno de los más criticados por los profesionales entrevistados. Como grupo 
hemos podido ver cómo la falta de inversión en materia de salud implica un 
golpe directo a la calidad sanitaria: ​“[...] h​ oy la ley de salud mental para lo único 
que sirve es para que el Estado se ahorre dinero, porque los dispositivos no 
están [...] Entonces los hospitales públicos estamos desbordados y cuando 
queremos hacer un traslado por obra social... Bien gracias [...]”. ​Así mismo en 
nuestras observaciones pudimos ver la falta de personal calificado en la 
institución (pocos profesionales para una población que los supera en demasía) 
y cómo el problema más que presupuestario es administrativo (ejecutivo). 
∙ 
Institución:  ​
En este hospital se da la particularidad de poseer un esquema 
institucional que abarca aspectos más sociales que en otros hospitales, debido a 
la falta de personal en salud en gran parte del día y a las largas internaciones, se 
construye dentro del mismo un grupo que se podría denominar como “familiar” 
sin estar determinado por vínculos sanguíneos. Pacientes que se cuidan entre sí 
ayudándose en medicaciones, convirtiéndose en un apoyo moral, 
relacionándose más linealmente con los trabajadores del hospital (médicos y no 
20 
 
médicos). A través de talleres se establece un sistema de educación sobre 
temas relacionados a la enfermedad y cuidados. Se constituye una nueva 
subjetividad dentro de la institución que se mantiene en la misma interacción con 
sus pares, actividades, doctores y demás personas. En cuanto a los vínculos 
sociales provenientes por fuera de la institución, se menciona como los mismos 
actúan como acompañantes terapéuticos o asistentes sociales (esto en relación 
directa con el punto tratado en Economía anteriormente), y que esto también 
representa un problema para el profesional en salud por tener que trabajar sobre 
estas cuestiones también. 
∙ 
Vida  ​
cotidiana: Una vez establecidos los puntos anteriores solo podemos 
agregar que en este punto se ve una vida hospitalaria más socializada en cuanto 
a sus tratos, no así denotativamente jerárquica a modo de médico​paciente. A no 
ser por recaídas o cuadros severos de internación, las pacientes pueden recorrer 
o descansar en el predio con ciertas libertades. Esto también se puede ver en 
situaciones que para alguien ajeno a la institución es común (como tomar 
mates), pero que en una institución hospitalaria llamaría la atención por no ser 
algo cotidiano que médicos y pacientes lleven a cabo, y sin embargo en esta 
institución se da con total normalidad. Inclusive esto lo vemos en la confusión 
que tuvo una paciente con un miembro del grupo: “​Doctor hace frío, hay que 
​  
tomar unos mates”
IMPLICANCIA GRUPAL 
Desde el punto de vista de estudiante universitario de psicología el estudiante es 
considerado análogamente con el paciente en el sector de salud. Un sujeto pasivo y 
receptivo que no tiene nada que decir hasta el momento que haya adquirido todo el 
conocimiento necesario para sustentar lo que piensa. Por esto mismo, es que 
consideramos este trabajo sumamente importante y sobretodo didáctico para la 
verdadera función de un psicólogo. 
21 
 
Desde un punto de vista más personal podríamos decir que el ir al Moyano, en 
nuestro caso, nos sirvió bastante al mismo tiempo que despertó nuestro interés aún 
más. Porque ayudó a romper de una vez por todas con la idea de los loqueros y los 
hospitales psiquiátricos. Pasar ese muro invisible que nos separan de esa realidad 
tan vívida y tan real que muchos quieren tapar como estigmatizar. La experiencia 
sirvió para interesarnos más por este tipo de institución, por querer hacer algo por 
ellos, querer romper con ese estereotipo de loco, de loquero, de manicomio, que la 
sociedad sigue teniendo. Tal es así que se vio la metamorfosis en los pensamientos 
y hasta acciones mismas del grupo desde un inicio de la cursada hasta la 
finalización de este trabajo de campo. Desde debates y opiniones compartidas hasta 
el voluntariado en algún caso puntual. 
A lo largo del trabajo hemos podido apreciar como la práctica de salud mental se ve 
teñida por las distintas formas de significar conceptos como interdisciplina, 
enfermedad, epidemiología, atención e incluso la propia definición de salud, y cómo 
estas distintas concepciones que pueden tomarse indican un posicionamiento más o 
menos cercano al discurso médico hegemónico. En este punto cabe resaltar la 
contradicción que notamos en algunas partes de la entrevista sobre los discursos 
que se utilizaban y los pensamientos que luego reflejaban a lo largo de la misma, un 
ejemplo aparece al mencionar el trabajo interdisciplinario que lo mencionan como 
siempre presente en el discurso pero luego durante la entrevista habían diferencias 
de pensamiento con lo antes dicho, o sino también se ve presente cuando hablan 
sobre las prácticas que realizan pero que sin embargo no coinciden con el discurso 
que presentaban en su totalidad. 
Por otro lado pudimos ser testigos de cómo son afectadas las instituciones de salud 
pública por las medidas políticas que se toman a su alrededor, y del 
posicionamiento del estado con respecto a la salud pública al tocar temas como la 
ley de salud mental, y sus efectos en el hospital. 
Para finalizar, queremos destacar la importancia de la realización de este tipo de 
trabajos de campo, que nos permiten articular la teoría con la práctica, que es algo 
que suele reclamarse al programa de estudio de la facultad. Nos permitió 
acercarnos desde una perspectiva diferente al interior de una institución de salud y 
ver cómo se realiza la práctica en el campo profesional con una mirada que 
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posibilita una crítica constructiva y un mayor nivel de atención a las prácticas que se 
realizan en la salud. 
CONCLUCIÓN: 
23 

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