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• Gracias por haberme educado así, estoy orgulloso(a) de ser como soy y eso te lo debo a ti.

Te quiero
papá
• Cuando me equivoco me ayudas, cuando dudo me aconsejas y siempre que te llamo estás a mi lado.
Gracias papá
• Tengo recuerdos de niño en los que te veía gigante, hoy que soy adulto....Te veo aún más grande.
Gracias Papa.
• Cuán grande riqueza es aun entre los pobres, el ser hijo de buen padre. Gracias papá
• Hoy sólo quiero decirte padre, que eres el ser que más respeto y admiro, por eso te pido con amor y
vehemencia, que más que padre sigas siendo mi amigo.
• Padre te rendimos homenaje hoy porque nos has dado la vida, porque nos proteges, porque nos
cuidas, porque nos educas y porque te preocupas por nosotros, tus hijos.
• Un buen padre vale por cien maestros. ¡Feliz día del padre!
• ¿Qué adorno más grande puede haber para un hijo que la gloria de un padre, o para un padre que la
conducta honrosa de un hijo? ¡Feliz día del padre!
• Para un padre como tú jamás hay distancias, nunca hay cosas inalcanzables, no hay dificultades, no
existe la palabra imposible.
• Un papá es un hijo que parece duro y espinoso por fuera, pero es puro y dulce en su interior. ¡Feliz día
del padre!
• Papa, bendeciré el haberte conocido y te honraré, como un hijo a su padre, serás mi faro en medio de
la noche.
• Al padre se lo necesita, se le quiere y se le respeta durante la infancia, pero es de adulto, cuando se le
entiende y comprende. Gracias papá.
• Gracias por haberme dado la vida, ojala este domingo pudiera festejar el Día del padre a tu lado. ¡Feliz
día papa!
• Hoy sólo quiero decirte viejo del alma, que eres el ser que más respeto y admiro. Por eso te pido con
amor y vehemencia, que más que padre. ¡Seas mi amigo!
• Padres buenos hay muchos, buenos padres, hay pocos. No es difícil ser un padre bueno, en cambio, no
hay nada más difícil que ser un buen padre como tú lo has sido. Gracias papá.
• El padre verdadero vale por cien maestros, porque educa para siempre. Anónimo.
¿QUÉ ES UN VERDADERO PAPÁ?
Un papá, lo que se llama papá, es una combinación extraña de razón y sentimiento.
Es aquel que sabe orientar y exigir, pero al mismo tiempo sabe amar, es aquel que al minuto de haber
regañado con severidad, sonríe y guiña el ojo con ternura.
Es el que sabe decir no cuando es lo justo y sabe decir si, cuando es lo conveniente.
Un papá zapatea duro cuando cumple su deber y anda de puntillas en la noche cobijando nalguitas y
cuerpecitos fríos.
Un buen papá es el que después, de una dura jornada de trabajo al llegar a casa, abraza a sus hijos y se
vuelve un niño jugando con ellos.
Un papá es aquel hombre que genera vida, que acompaña y da seguridad ofreciendo una mano firme.
Un papá es un higo que parece duro y espinoso por fuera pero es puro y dulce en su interior.
Un papá es un director de orquesta, es el constructor de un nido, es el maestro de la escuela de la vida.
Un papá es ante todo un hombre con corazón, que sabe señalar el horizonte con optimismo y confianza.
Un papá, un verdadero papá, tiene mucho de mamá, aunque tenga fortaleza de varón inquebrantable.
Un papá es un refugio seguro para el hijo que llora y sufre, es aquel que sabe escuchar y alentar a los
hijos en las derrotas de la vida.
A los papás se les dedica un día en el año, pero ellos dan todos los días para los suyos.
Son generosos por naturaleza, por voluntad y por amor, además, un papá nunca muere, simplemente se
esfuma para continuar mandando en su recuerdo con sus enseñanzas. Los papás, son arriesgados,
decididos, comprometidos y tenaces.
La vida de los hijos transcurre felizmente a la sombra de un buen papá, como el amigo y confidente que
refleja la ternura, la bondad y el amor de Dios.
Gracias papá.

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