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DIVORCIO

El divorcio matrimonial, es la figura jurídica que anula la existencia del matrimonio, celebrado entre dos
personas.
Son taxativas las causales de divorcio en Venezuela (185 CC) las siguientes:
Son causas de divorcio en Venezuela (185 CC) las siguientes:
1). El adulterio
De conformidad con lo establecido en el artículo 185, numeral 1° del Código Civil, el adulterio es causal
expresa de divorcio; figura que es definida por el Diccionario de la Lengua Española, citado por el autor
Raúl Sojo Bianco (Apuntes de Derecho de Familias y Sucesiones, Móvil-Libro. Caracas: 1.995, pág.
214) como “el ayuntamiento carnal ilegítimo de hombre con mujer. Siendo uno de los dos o ambos
casados”.
Consecuente con esa definición, el autor Emilio Calvo Baca (Código Civil Venezolano, Ediciones Libra.
Carcas: 2002. pág. 158) lo define como:
“…la relación sexual, de un cónyuge con persona distinta de su consorte. Es la violación más grave del
deber de fidelidad conyugal.
Puede o no nacer un hijo de la relación adulterina. Si el ofendido consiente el adulterio o perdona al
ofensor, la ley le niega el derecho de pedir la separación. Además, penalmente el adulterio constituye
delito, pero para denunciarlo es necesario que haya terminado el proceso civil de divorcio por esta
causal.”
Afirma la Doctrina que para que exista adulterio, deben coexistir dos elementos: 1) el material de la
cópula carnal llevada a cabo por una persona, con quien no es su cónyuge, y 2) el intencional de
realizar el acto en forma consciente y voluntaria; de forma tal que la demostración del adulterio implica la
prueba precisa de haberse mantenido relaciones carnales durante el matrimonio, con persona distinta
del cónyuge.
El adulterio se configura con el simple acto sexual de una mujer y un varón fuera del matrimonio, sea
ocasional o permanente pero intencional; consecuentemente en Venezuela, no constituye adulterio las
relaciones sexuales entre personas del mismo sexo -lo que en todo caso constituyen conductas
deshonrosas-, las injurias graves u homosexualidad y Lesbianismo como lo tipifica nuestra legislación
sustantiva.
La prueba del adulterio requiere la demostración de que el marido o la mujer, según el caso, ha tenido
relaciones sexuales con persona diferente a su cónyuge. no es menester probar el elemento intencional,
pues el acto humano debe considerarse voluntario hasta que se demuestre lo contrario.
La demostración del adulterio es difícil; su prueba directa, casi imposible. Puede resultar, sin embargo,
de la cosa juzgada penal o civil o, también, del reconocimiento, por una persona casada, de su hijo
adulterino, lo que es posible, conforme al Código reformado, y debe admitirse, al menos como indicio,
en la prueba del adulterio.
En la reciente reforma parcial del Código Penal las mujeres que cometan adulterio enfrentan penas de
hasta 3 años de prisión, pero no los hombres.
El 13 de abril del 2005 entró en vigencia la Reforma Parcial del Código Penal y entre otras criticas es
que se dejo vacíos jurídicos y ambigüedades, esta reforma establece una pena de prisión de entre 3
meses hasta 3 años para aquellas mujeres que cometan adulterio, pero esta pena no se aplica por igual
a los hombres en la misma situación.
Estos artículos evidencian una ruptura con el principio de igualdad ante la ley e intentan tipificar el delito
de “la mujer adultera” mas no “al hombre adultero”, simplemente se les dará pena de “tres a dieciocho
meses de prisión” en el caso exclusivo que mantengan una concubina y “el hecho sea notorio”.
A continuación, los artículos del Código Penal sobre el adulterio:
Artículo 394. La mujer adúltera será castigada con prisión de seis meses a tres años. La misma pena
es aplicable al coautor del adulterio.
Artículo 395. El marido que mantenga concubina en la casa conyugal o también fuera de ella, si el
hecho es notorio, será castigado con prisión de tres a dieciocho meses. La condena produce de derecho
la pérdida del poder marital. La concubina será penada con prisión de tres meses a un año.
Artículo 396. Si los cónyuges estaban legalmente separados, o si el cónyuge culpable había sido
abandonado por el otro, la pena de los delitos a que se refieren los dos artículos anteriores, será, para
cada uno de los culpables, prisión de quince días a tres meses.
Artículo 399.- En lo que concierne a los delitos previstos en los artículos precedentes, el enjuiciamiento
no se hará lugar sino por acusación del marido o de la mujer.
La querella comprenderá necesariamente al coautor del adulterio o a la concubina.
La instancia o querella no es admisible si ha transcurrido un año desde la fecha en que el cónyuge
ofendido tuvo conocimiento del adulterio cometido.
La acusación no será tampoco admisible si procede del cónyuge por cuya culpa se hubiere pronunciado
sentencia de separación de cuerpos.”
De modo que para que se configure el adulterio del marido en materia penal es necesario que mantenga
concubina en la casa conyugal, o que teniéndola fuera de ella, el hecho sea notorio, mientras que en
materia civil no se exige ninguna condición adicional, bastando, en consecuencia, que haya prueba de la
ocurrencia de una relación con persona distinta al cónyuge.
2). El abandono voluntario
Se entiende por abandono voluntario el incumplimiento grave, injustificado y ocurrido de forma
intencional, por parte de uno de los cónyuges, respecto de las obligaciones de cohabitación, asistencia,
socorro y protección que el matrimonio impone de manera recíproca. Este abandono puede o no incluir
el desplazamiento efectivo del cónyuge culpable fuera del hogar, ya que esa posibilidad configura
solamente una de las muchas maneras cómo uno de los cónyuges puede exteriorizar el incumplimiento
de las obligaciones que le corresponde; pero no ha de creerse, por tal motivo, que existan dos causales
autónomas de abandono, física una y moral o efectiva la otra, ya que en todo instante el abandono
voluntario queda configurado por el incumplimiento en sí de las obligaciones, no por la manera cómo se
las incumpla. (TSJ/25/02/1987)
En la doctrina patria, la autora Isabel Grisanti Aveledo de Luigi, en su obra expone: “B. El Abandono
voluntario (ordinal 2º artículo 185 C.C.)…como causal de divorcio consiste en el incumplimiento grave,
voluntario e injustificado, de los deberes conyugales (deberes de asistencia, de socorro, de
convivencia).
Para que se configure la causal de abandono voluntario, es menester que la trasgresión de las
obligaciones conyugales sea grave, voluntaria e injustificada.
Es grave, cuando el incumplimiento de los deberes conyugales responde a una actitud sostenida,
definitiva, del marido o de la mujer. No constituye abandono voluntario, en consecuencia, los simples
hechos causales, discontinuos o pasajeros.
Es voluntaria cuando resulta del acto intencional del cónyuge. Si uno de los esposos ha dejado de
cumplir sus obligaciones conyugales por causas ajenas a su voluntad (por estar prisionero, por
enfermedad, etc.) no incurre en la causal comentada. Los actos que configuran el abandono voluntario
de un cónyuge deben haber sido realizados con el propósito preciso y determinado de infringir los
deberes derivados del matrimonio…
Es, por último, injustificada cuando no existe causa suficiente que justifique el incumplimiento grave y
consciente de las obligaciones derivadas del matrimonio. Así, si uno de los cónyuges ha sido autorizado
por el juez competente, para separarse de la residencia común, si existe sentencia de separación de
cuerpos, si el esposo abandonado amenazó seriamente al otro para constreñirlo al abandono, no ha
habido abandono injustificado.
El abandono voluntario es causal de divorcio facultativa. Comprobados los hechos alegados por el
demandante, corresponde al juez competente apreciar, si en el caso concreto que se le somete, hubo o
no infracción grave de los deberes que resultan del matrimonio”. (Lecciones de Derecho de Familia-
2002-p. 290).
En el mismo orden de ideas, la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia Venezolano, en
sentencia distinguida con el nro. 790, con ponencia del Magistrado Franklin Arriechi, de fecha 18 de
diciembre del 2003, señaló:
“En criterio de la Sala, el abandono voluntario no comprende la separación de uno de los cónyuges del
lugar en que habitan que sirve de hogar, sino el “…incumplimiento injustificado por parte de un cónyuge
de los deberes fundamentales que conforme a la ley le impone el matrimonio con respecto del otro…”.
(Sent. 13-07-76). G.F. N° 93 III Etapa, pág. 333. Caso: Valentín García Cuesta c/ Sonja Teodorita
Quirindongo de García.
En este sentido, la misma Sala ha precisado que: “…Dos cónyuges pueden vivir en casas y hasta en
poblaciones distintas y, sin embargo, no haber incurrido ninguno de ellos en el abandono voluntario
capaz de disolver el vínculo conyugal por divorcio. A la inversa, puede darse el caso de que los esposos
vivan bajo el mismo techo y, sin embargo, haberse consumado entre ellos el abandono voluntario, por
encontrarse separados realmente de cuerpos y espíritu…”. (Sent. 29-09-82). G.F. 117. Vol. I 3ra. Etapa.
Caso: José Cirilo Rondón Lozada c/ María de los Santos Torres.
3). Los excesos, Sevicia e Injurias Graves que hagan imposible la vida en común
Doctrinariamente, los excesos, sevicia e injurias graves, está constituida por el agravio o ultraje de obra
y palabra que lesionan la integridad, el honor, el buen concepto de reputación de la persona contra
quien se dirigen.
Según la doctrina, la sevicia es el maltrato material que, aunque no hace peligrar la vida de la victima,
hace imposible la convivencia entre los esposos.
Injuria es el agravio, la ofensa, el ultraje inferidos mediante expresión proferida o acción ejecutada por
un cónyuge en deshonra, desprestigio o menosprecio del otro cónyuge.
No todo exceso, sevicia o injuria constituye causal de divorcio. Para establecer la gravedad del hecho
concreto es necesario tomar en consideración las circunstancias que lo rodean. Su gravedad depende
de ellas, un mismo hecho concreto puede ser calificado de manera diferente en casos distintos,
dependiendo su calificación, precisamente, de la circunstancia en las cuales se produjo. No es
necesario que los hechos constitutivos de los excesos, la sevicia o la injuria estén tipificados como
delitos, puesto que no lo exige así el legislador. Si se comprueba que los hechos provinieron en legítima
defensa o de cualquier otra causa.
Por otra parte, el Profesor López Herrera define como “excesos”, los actos de violencia ejercidos por
uno de los cónyuges en contra del otro, que ponen en peligro la salud, la integridad física o la misma
vida de la victima. La “sevicia”, en cambio, consiste en el maltrato y la crueldad, que si bien no afectan la
vida o la salud de quien la sufre, hacen insoportable la vida en común. Por último, se entiende por
“injuria”, desde el punto de vista civil, el agravio o ultraje de obra o de palabra (hablada o escrita), que
lesionan la dignidad, el honor, el buen concepto o la reputación de la persona contra quien se dirigen”.
(F. López Herrera. Derecho de Familia. Pág. 572).
Asimismo, señala el famoso doctrinario en materia de familia, que esta tercera causal podría cubrirse
con la denominación genérica de injuria grave, puesto que los actos de excesos y de sevicia tienen en sí
y de por sí carácter injurioso. También señala que esta causal constituye violación de los deberes de
asistencia y de protección que imponen a los esposos los artículos 137 y 139 del Código Civil y que es
de carácter facultativo pues, porque no todo acto de exceso, sevicia e injuria grave puede servir de
fundamento de divorcio, sino que ésta tiene que ser de tal naturaleza que haga imposible la vida en
común y esta circunstancia debe ser apreciada libremente por el juez de la instancia.
Como también lo expresó el Profesor Aníbal Dominici, dependerá de la prudencia del juez para apreciar
cuándo deben calificarse como excesos, sevicia o injuria grave los hechos que se alegan para pedir el
divorcio.
Por otro lado, el Dr. Luis Alberto Rodríguez en su libro “Comentarios al Código Civil Venezolano.
Divorcio” indica que el hecho que configura esta causal debe tener las características siguientes:
importante, injustificado, intencional y que no forme parte de la rutina diaria, semejante a la apreciación
del Profesor López Herrera cuando dice que tiene que ser grave, intencional e injustificado.
4). El Conato de uno de los cónyuges para corromper o prostituir al otro cónyuge a sus hijos, así
como la convivencia en su corrupción o prostitución.
La doctrina patria nos enseña sobre la causal cuarta del artículo 185 del Código Civil Venezolano. En tal
sentido, se entiende por:
CONATO: empeño o esfuerzo en la ejecución de una cosa. Propensión, tendencia, propósito. Acto y
delito que se empezó y que no llegó a consumarse.
CONNIVENCIA: “Disimulo o tolerancia en el superior acerca de las transgresiones que cometen sus
súbditos, y también acción de confabularse. Jurídicamente tiene importancia en el Derecho Penal y con
principal referencia a los delitos de robo, hurto, traición, espionaje, rendición al enemigo, así como en la
quiebra”.
CORRUPCION: “En derecho penal la corrupción está representada por diversas figuras delictivas, entre
las que cabe señalar, de modo orientador, la prostitución de menores de edad, cualquiera que sea su
sexo, sin violencia, y aún mediante su consentimiento; la ejecución de esos mismos hechos mediando
engaño, violencia, intimidación, abuso de autoridad o relación familiar; la promoción o facilitación con
ánimo de lucro, o para satisfacer deseos ajenos, de la corrupción o prostitución de mayores de edad
mediante engaño, violencia, abuso de autoridad,etc.; la publicación o circulación de libros, escritos,
imágenes, u objetos obscenos; el ejecutar o hacer ejecutar a otro en sitio público exhibiciones obscenas;
realización de actos obscenos con personas de uno u otro sexo sin que haya acceso carnal, teniendo la
victima menos de doce años o si se hallare privada de razón, así como también si se empleare la fuerza
o intimidación.
PROSTITUCION: ejercicio de comercio carnal mediante precio. Por regla general es practicado por la
mujer en relación heterosexual, pero también cabe admitir que se realice en una relación homosexual
así como también que la prostitución sea masculina en una relación heterosexual y mas frecuentemente
homosexual: Con respecto al derecho penal se castiga a quien con animo de lucro o para satisfacer
deseos ajenos promueva o facilite la prostitución de una persona, sin distinción de sexo; a quien se
haga mantener, aunque sea parcialmente, por una persona que ejerza la prostitución explotando las
ganancias provenientes de esa actividad, y a quien promueva o facilite la entrada en el país o salida de
el de una mujer o de un menor de edad para que ejerzan la prostitución.
El autor Luis Alberto Rodríguez en su obra Comentarios al Código Civil Venezolano expresa que:
CONATO es el intento de realizar algo, independientemente que el acto propuesto se realice o no. En el
caso que el conato o intento de prostituir al otro cónyuge ya configura la causal de divorcio. Sin
embargo, al igual que cualquier otra causal, va a ameritar las pruebas necesarias para sustentar la
validez. No bastará que en una oportunidad el cónyuge haya susurrado al oído de sus pareja la
posibilidad de llegar a un acuerdo mercantil que involucre cederlo/a a otra persona por ejemplo, por
dinero, o sugerir medio en chiste que existe la posibilidad de unirse al grupo z que presta o vende sus
servicios sexuales en x lugar. No, es necesario que el intento tenga cierta fuerza, cierta validez,
independientemente que se consuma o no. No se pide en las exigencias de la causal que el intento
haya convertido al otro en un ser prostituido, simplemente se exige que pueda ser susceptible de
probarse la intención activa que animó al cónyuge culpable, y los hechos que siguieron a esa intención
para completar la prostitución del compañero, o de los hijos.
CARACTERISTICAS DE LOS HECHOS ACONTECIDOS EN EL CAMINO DE LA CORRUPCION O
PROSTITUCION DEL CONYUGE O DE LOS HIJOS.
El hecho que se atribuye al cónyuge demandado debe reunir las siguientes características:
1. Importante: el acto, o la cadena de hechos constitutiva de la causal debe tener su propio peso
específico para que se pueda convertir en un conato de uno de los cónyuges para corromper o prostituir
al otro, o a los hijos. No basta que uno de los cónyuges exhiba un lenguaje soez, y unas costumbres un
tanto groseras, y que las mismas constituyan un ejemplo dañino para la familia entera. Con todo lo poco
edificante de esa actitud no configura la causal de divorcio.
2. Intencional: En lo relativo a lo intencional del acto, no cabe ni siquiera la posibilidad, de que los
intentos carentes de intención de uno de los cónyuges para corromper al otro puedan convertirse en
causal de divorcio. Es decir, si las actitudes de uno de los cónyuges están desprovistas de intención, o
son fruto de ingenuidad, o maneras características del actuar, desprovistas en todo momento del
elemento de intencionalidad; o si son producto de problemas de tipo mental, que pueden hacer que el
que los padezca sugiera a los demás actuaciones fuera de los esquemas que rigen el buen
comportamiento social y moral, ellas no constituyen fundamento para erigir la causal de divorcio. Sobre
“… la connivencia en su corrupción o prostitución…” se refiere el legislador, no ya al conato para
corromper o prostituir, sino a la complicidad o tolerancia para aceptar dicha conducta por parte del otro
cónyuge, configurándose igualmente la causal. Muchas veces hay actitudes de negligencia, o de dejar
hacer, que se convierten en tácitas aceptaciones de la corrupción o prostitución del cónyuge , y sobre
todo de los hijos, por exceso de tolerancia, y hasta de mimos, pero en ello no ha habido la intención
especifica de corromperlos, por lo cual no se configura la causal. La explicación anterior nos hace
deducir que se requiere de hechos concretos que puedan ser demostrados ante el juez de la causa.
En lo referente a los hijos de menor edad; niños y adolescentes, hay que decir que el artículo 351 de
Lopna, parágrafo segundo, dice: “ Si el divorcio o la separación de cuerpos se declara con lugar, con
fundamento en alguna de las causales prevista en los ordinales 4° y 6° del artículo 185 del Código Civil,
se declarará privado de la patria potestad al cónyuge que haya incurrido en ellas, en cuyo caso, la patria
potestad la ejercerá exclusivamente el otro padre. (omisis)”.
5). La condenacion a presidio.
La condenación a presidio doctrinalmente ha sido considerada, solo cuando la misma, es la impuesta
después del matrimonio. Se basa en la deshonra que importa la comisión de un delito, así como el
abandono forzoso que tiene que hacer el condenado, del hogar y por ende de los deberes inherentes al
Matrimonio.
Para que pueda alegarse esta causal de divorcio ad causam, es indispensable que la condenación a
presidio reúna varios requisitos, que son:
a) Sentencia definitivamente firme: Mientras el juicio criminal no haya concluido totalmente con decisión
forme que imponga a uno de los cónyuges la pena de presidio, no existe la causal de divorcio.
b) Sentencia posterior a la celebración del matrimonio: La condenación a presidio anterior al matrimonio
no puede constituir causal de divorcio; pues mientras el vínculo conyugal no ha nacido, no puede
hablarse de incumplimiento de los deberes que resultan del mismo.
c) Sentencia dictada por Tribunales Venezolanos: Como la sentencia criminal dictada en el extranjero no
puede surtir efectos en Venezuela, se ha creído necesario que la condenación a presidio derive de una
decisión de tribunales nacionales. Pero, reiterada jurisprudencia considera, que es suficiente, como
prueba de la causal de divorcio (condenación a presidio), traer a juicio la sentencia extranjera que
impuso la condena.
Constituyendo el colorario de lo expuesto la causal contenida en el artículo 185 del Código Civil, son
causales únicas de Divorcio… Ordinal 5° del Código Civil, -la condenación a presidio-; dicho
planteamiento, es exactamente lo imperante a titulo sustantivo en nuestro ordenamiento jurídico, no
obstante adjetivalmente tiene el siguiente: 760 del Código de Procedimiento Civil, establece: “Si en los
juicios de divorcio o de separación de cuerpos, fundados en la causal quinta del articulo 185 del Código
Civil, se presentare copia autentica de la sentencia firme de condenación a presidio, el juez declarara
que no hay lugar a pruebas por ser el punto de mero derecho, y procederá a sentenciar la causa en el
lapso legal”, siendo éste acápite la aplicación legislativa del Artículo 389.1 del Código de Procedimiento
Civil no habrá lugar al lapso probatorio…1° Cuando el punto sobre el cual versare la demanda,
aparezca, así por ésta como por la contestación, ser de mero derecho.
6). La adicción alcohólica u otra formas graves de fármaco-depedencias hagan imposible la vida
en común.
Según el Diccionario de Ciencias Jurídicas Políticas y Sociales de Manuel Osorio, el Alcoholismo es
definido como:
“Vicio consistente en abusar de las bebidas alcohólicas productoras de una autointoxicación. El estado
de embriaguez a que llega el alcohólico tiene importancia jurídica no solo por lo que afecta a la
sociedad, sino también por las repercusiones que presenta con respecto al Derecho Penal, ya que el
alcoholismo es una de las causas modificativas de la responsabilidad. Asimismo puede repercutir en el
Derecho Civil en cuanto afecte a la capacidad jurídica del alcohólico, principalmente en lo que se refiere
a la administración de los bienes, al ejercicio de la patria potestad e inclusive a la subsistencia del
matrimonio”.
El Alcoholismo (dependencia del alcohol) y el abuso del alcohol son dos formas diferentes del problema
con la bebida.
El alcoholismo ocurre cuando una persona muestra signos de adicción física al alcohol y continúa
bebiendo, a pesar de los problemas con la salud física, mental y las responsabilidades sociales,
familiares o laborales.
No existe una causa común conocida del abuso del alcohol y del alcoholismo. La razón por la cual
algunas personas beben de manera responsable y nunca pierden control de sus vidas mientras que
otras son incapaces de controlar la bebida no esta clara.
Señalado lo anterior se debe tener en cuenta que la causal bajo estudio, configura la dependencia del
individuo de las sustancias alcohólicas, y demás drogas capaces de producir fármaco-dependencia con
las mismas o peores consecuencias que el alcohol.
No se trata de la ocurrencia de un eventual disfrute alcohólico por parte de uno de los cónyuges, sino de
una adicción que amenace de manera concreta al hogar y sobre todo que haga imposible la vida en
común entre los esposos.
En este sentido, se requiere para que se estructure la causal referida, que existan varias características:
- Que el consumo sea habitual. – Que las dosis revistan cierta importancia relativa, es decir de acuerdo
a la bebida o droga que ingiera: si el individuo consume una cerveza diaria no podemos hablar de
adicción a los efectos de la causal, pues en este caso, a pesar de que el consumo sea habitual la dosis
alcohólica no es importante. En cambio si se trata de una botella de ron diaria, estaremos hablando de
una ingesta alcohólica de connotación, por cuanto se debe tener claro que una copa o trago de licor se
define como una botella de cerveza de 12 onzas o un vaso de vino.
- La adicción, además, debe implicar abandono del hogar en el sentido de descuido de los deberes
matrimoniales y familiares.
- En todo caso la fundamentación del divorcio en esta causal debe sustentarse, en una argumentación
sólida profesionalmente hablando, que permita, además de los hechos probados, que el juez decida las
implicaciones de la conducta del demandado
7). La interdición por causa de perturbaciones psiquiátricas graves que hagan imposible la vida
en común.
El Dr. José Luís Aguilar Gorrondona, en su libro “Derecho Civil I, Personas, UCAB, 23º edición,
página 371” define la interdicción judicial:
“ como la privación de la capacidad negocial en razón de un estado habitual de defecto intelectual. Su
nombre deriva de que es necesaria la intervención del juez para pronunciarla .”

Para iniciar la demanda de divorcio confundamento en esta causal 7ma , debe preexistir con
anterioridad una sentencia definitivamente firme que haya declarado la interdicción del cónyuge
demandado.
No basta con que el demandante alegue la existencia de perturbaciones psiquiátricas en la persona de
su cónyuge, sino que el mismo debe haber sido declarado entredicho, pues no es durante la tramitación
de la acción de divorcio cuando va a establecerse la procedencia de la interdicción, sino que, se insiste,
es menester que la misma haya sido declarada previamente conforme al procedimiento establecido en
el Capítulo III, Título IV, del Libro III del Código de Procedimiento Civil.

Para las diligencias relacionadas con su divorcio, necesitará tener a la mano lo siguiente:
1. Copia certificada de su acta de matrimonio. Si no tiene una copia certificada trate de obtener
una fotocopia simple, de lo contrario, trate de recordar la fecha exacta y el lugar donde se casó.
2. Copia certificada de las partidas de nacimiento de sus hijos menores de 18 años.
3. Copia certificada del acuerdo de Capitulaciones Matrimoniales. (en caso de que exista).
Tener estos documentos a la mano, le ahorrará tiempo y dinero. Si no los puede conseguir, su
Abogado tratará de obtenerlos por Usted pero le cobrará honorarios profesionales y gastos.
Si el original de alguno de los documentos, proviene de una oficina que no se encuentra
en Venezuela o no pertenece a gobierno venezolano, tendrá que ser legalizado o apostillado de
acuerdo a las circunstancias. Seguramente su Abogado sabrá manejar ese asunto pero puede
que algún familiar o amigo residente en el país en cuestión le ayude con los trámites, lo que
significaría, un ahorro significativo de dinero.

¿En que casos se permite el divorcio?


Las leyes venezolanas sólo aceptan el divorcio en tres casos;
a. Separación de cuerpos por más de un año.
b. Separación de hecho por más de cinco años.
c. Presentación de una demanda para obtener una sentencia de divorcio.
Si Usted no se encuentra en alguna de esas tres situaciones, no podrá divorciarse en Venezuela,
pero podría divorciarse en otro país y en caso de ser necesario, solicitar en Venezuela el pase
legal o "exequátur" de su sentencia de divorcio, esta solución es muy usada pero no funciona en
todos los casos, ya que el Tribunal Supremo de Justicia deberá determinar si su sentencia de
divorcio cumple con los requisitos exigidos por las leyes venezolanas para ser reconocida en el
país.

¿Cómo se distribuyen los bienes de la pareja?


Cuando dos personas se casan, lo hacen para tener una comunidad de vida. Cuando comparten
su vida, también comparten los gastos asociados a la vida, comparten residencia, tienen hijos,
comparten gastos, y compran cosas que serán disfrutadas por la familia o por la pareja.
Por estas razones, las leyes han dispuesto como regla general, que cuando sea necesario dividir
esa comunidad, los bienes que fueron acumulados durante el matrimonio sean divididos en
partes iguales entre esposo y esposa. Obviamente las deudas también tienen que ser divididas
en partes iguales. Esta división no solo se produce cuando hay un divorcio, también puede ser
consecuencia de la muerte de uno de los cónyuges o de una separación de cuerpos y bienes
Esta regla puede tener excepciones, como la existencia de capitulaciones matrimoniales y de
bienes que las leyes como exclusivos de cada uno de los cónyuges;
Capitulaciones Matrimoniales: Algunas parejas, celebran acuerdos prenupciales que
determinan el régimen de sus bienes, los Abogados llamamos a estos acuerdos Capitulaciones
Matrimoniales. Estos acuerdos tienen la finalidad de evitar la formación de una comunidad de
bienes dentro del matrimonio. Suelen ser utilizadas por parejas entre las que existe cierto
desequilibrio económico o las que desean mantener su matrimonio como una unión
meramente sentimental desligada de lo económico.
Las capitulaciones matrimoniales son documentos bastantes formales que solo pueden hacerse
por escrito antes de la celebración del matrimonio y es muy poco probable que Usted haya
firmado capitulaciones matrimoniales sin saberlo o sin recordarlo.
Si Usted y su cónyuge firmaron un acuerdo de capitulaciones matrimoniales antes de casarse,
lo mas probable es que no exista una comunidad de bienes que dividir al momento de
divorciarse, y por ende los que están registrados a su nombre seguirán siendo suyos, y los que
están registrados a nombre de su cónyuge le seguirán perteneciendo a su cónyuge.
En ciertos casos las capitulaciones matrimoniales solo reservan ciertos bienes
como propiedad exclusiva de uno de los cónyuges, esto es menos frecuente pero ninguna ley lo
prohíbe y siendo las capitulaciones matrimoniales un contrato, se entiende que las partes
tienen amplio poder de decisión.
Bienes Propios y Bienes Comunes.
Si no firmó un acuerdo prenupcial antes de casarse, el Código Civil ha diseñado para Usted un
régimen de bienes que deberá respetar obligatoriamente mientas dure su matrimonio. Este
régimen legal ha sido diseñado en protección de los cónyuges y de los acreedores de los
cónyuges, que en definitiva, necesitan conocer la solvencia de las personas con las que
contratan.
De acuerdo al Código Civil, algunos bienes le pertenecen solo a Usted y en caso de divorcio no
tendrán que ser divididos, y otros son propiedad de la pareja y tendrán que ser divididos en
partes iguales;
Los bienes que solo le pertenecen a Usted y que no deberá dividir en caso de divorciarse son los
siguientes:
1. Todos los que le pertenecían antes de casarse.
2. Los que adquiera después de casarse como consecuencia de un regalo, una herencia, un
legado o cualquier otro ingreso que implique un aumento en su patrimonio salvo que lo
obtenga gracias a su industria, trabajo profesión o sueldo.
3. Su ropa, sus joyas y sus objetos de uso personal.
4. Las indemnizaciones obtenidas en virtud de una póliza de seguro
por accidentes o enfermedades personales, descontadas las primas pagadas por la pareja.
5. Los que se adquieren con dinero proveniente de la venta de cualquiera de los bienes
mencionados anteriormente.
Tenga presente que como este tipo de bienes pertenecen exclusivamente a uno de los cónyuges,
este puede venderlos sin autorización del otro cónyuge y con el dinero que obtenga, adquirir
bienes nuevos que le seguirán perteneciendo de forma exclusiva.
Los bienes que pertenecen por igual a la pareja y que deberán ser divididos en partes iguales en
caso de divorcio son los siguientes:
1. Los obtenidos gracias a la industria, trabajo, profesión o sueldo de alguno de los cónyuges.
2. Los frutos, rentas o intereses obtenidos durante el matrimonio o procedentes de los bienes
comunes o de los bienes particulares de cada uno de los esposos.
3. Los que se adquieren con dinero de la pareja aunque se adquiera a nombre de uno de los
esposos.
Puede verse claramente que todo lo que obtiene en virtud de su sueldo, de su trabajo
independiente, dividendos en compañías, intereses, alquileres, así como todo lo que compre
con ese dinero, (aunque sea registrado a nombre de uno solo de los cónyuges) será propiedad
de ambos cónyuges y en caso de divorcio tendrán que dividirlo en partes iguales.
Los dividendos, intereses o alquileres, provenientes de bienes propios, se incluyen en esta
categoría.
Ejemplo: Si Usted deposita en un banco una cantidad de dinero que ha recibido
como producto de una herencia, el dinero le pertenece de forma exclusiva, pero los intereses
pertenecen en un
50% a su cónyuge incluso si los reinvierte en la misma cuenta.
En caso de divorcio Usted podrá reclamar la propiedad del 100% del dinero depositado
originalmente, pero todos los intereses, incluso si han sido reinvertidos, pertenecen a la
comunidad de bienes de la pareja y serán divididos en partes iguales entre ambos cónyuges una
vez descontados los pasivos.
En la mayoría de los casos, la pareja divide sus bienes comunes separándolos de la forma más
equitativa posible, a veces lo más razonable es vender algunos bienes para dividir el dinero en
efectivo.
En el caso de las propiedades inmobiliarias, existen parejas que en lugar de vender o dividir los
inmuebles, transfieren la propiedad de los mismos a sus hijos. Esta es una excelente idea que
evita muchos dolores de cabeza a todos los involucrados y ayuda a garantizar el futuro de los
hijos, ya que les asegura Ia titularidad sobre un patrimonio que no sera dividido ni desgastado
en un juicio, y los protege frente a la eventual desaparición de uno de los padres, mala
administración o inconvenientes derivados de un matrimonio posterior.

¿Cuándo y con quién, puedo casarme de nuevo?


Usted podrá casarse de nuevo tan pronto como la sentencia de divorcio haya quedado firme.
Una sentencia firme es aquella contra la cual no es posible presentar una apelación, o cuya
apelación ya ha sido resuelta de manera definitiva. Esto quiere decir que la sentencia ya no
puede ser revisada por un Juez de superior jerarquía o que esa revisión ya ha sido realizada y la
controversia ha sido resuelta permanentemente.
Las mujeres no podrán casarse de nuevo hasta que demuestren médicamente que no están
embarazadas o dejen transcurrir diez meses desde el divorcio. Esta medida tiene como
finalidad dejar fuera de toda duda la paternidad de los hijos que puedan nacer entre un
matrimonio y otro.
Después de divorciarse las leyes le prohíben contraer matrimonio con algunas personas:
1. Con el hermano o hermana de su ex cónyuge.
2. Con la persona que mató o trató de matar a su ex cónyuge, ni con sus cómplices. Esta
prohibición aplica hasta que se declare judicialmente su inocencia.
Si tiene hijos bajo su patria potestad, un juez deberá designar a una persona para que cuide de
los bienes de sus hijos durante su nuevo matrimonio. Esta persona se llama curador especial y
puede ser un familiar cercano o un padrino. Este procedimiento es previo al matrimonio y su
duración depende de los bienes que sean propiedad de sus hijos ya que requiere de
un inventario. Si este es su caso no deje de notificarlo a su abogado ya que no podrá casarse
hasta que cumpla con este requisito.

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