Está en la página 1de 4

Cámara Argentina

Investigación, desarrollo e innovación


de Profesionales en
Seguridad Integrada en materia de Seguridad

www.capsi-ar.org - Serie de Artículos y testimonios N°004 – noviembre 2017

La visibilización del mal


por Diego Dieguez Ontiveros*

* Abogado. Especialista en Derecho Penal y Criminología. Conjuez designado por la Suprema Corte
de Justicia de la Provincia de Buenos Aires. Miembro de la Asociación Americana de Juristas. Miembro
de la Sociedad Argentina de Análisis Político (SAAP). Profesor Universitario (Universidad del Salvador)
Investigador IDICSO-USAL. Co-Fundador y Director de la Cumbre Mundial de Comunicación Política.
Conferencista internacional.
0
Página

Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad de sus autores y
no reflejan necesariamente el pensamiento de CAPSI

Cámara Argentina de Profesionales @CapsiArg


www.capsi-ar.org
en Seguridad Integrada
Maipú 732 – Rosario
capsiargentina@gmail.com @capsi.argentina
Santa Fe - República Argentina
La visibilización del mal. | Diego Dieguez Ontiveros

La visibilización del mal


El ciudadano padece en carne propia la ignominia de la
mala burocracia en todas sus formas.

Por Diego Dieguez Ontiveros

“…Me dijeron que en el reino del revés nadie baila con los pies, que un ladrón es vigilante
y otro es juez y que dos y dos son tres…”
María Elena Walsh ( fragmento canción infantil argentina…)

La crisis es evidente: el poder en todas sus formas queda desnudo ante la mirada de una
sociedad que desde la activa participación o de la mera indagación en las redes sociales
y/o medios masivos de comunicación tradicional toma postura condenatoria.
El acceso al mundo de la criminalidad, ya sea en las órbitas del espacio estatal como el
del empresariado inescrupuloso, nunca ha sido tan sencillo como en este presente. Bolsos
de dinero que van y vienen, audios subrepticios y legales, familiares y amigos designados
“a dedo “en los tres poderes de gobierno, formas de vida que nada tienen que ver con sus
ingresos oficiales, hedonismos, públicas virtudes y vicios privados…
El ciudadano padece en carne propia la ignominia de la mala burocracia en todas sus
formas que se traducen en hechos concretos que acaecen a diario, lejos de los titulares de
los periódicos o del prime time” de la televisión devoradora de cerebros.
La clase política resurgió con programas de campaña tendientes a posicionarse desde la
honestidad y transparencia. Esas dos palabras adquirieron un valor esencial en el análisis
popular de las “conductas funcionales” de quienes ocupan los cargos públicos en la
totalidad del organigrama de la administración estatal.
Es en ese marco de control cívico que la transgresión de cualquier tipo se vuelve, con
justeza, REPROCHABLE.
La utilización del sistema judicial como “rector” de decisiones relevantes de la
democracia en el país adquirió en los últimos tiempos un rol decisivo en el ejercicio de la
1

política y el proselitismo.
Página

www.capsi-ar.org Art. N°014/2018


La visibilización del mal. | Diego Dieguez Ontiveros

Ciertos tribunales y sus sentencias, llamados a indagatorias, imputaciones,


procesamientos, declaraciones de prensa de fiscales, jueces y abogados defensores o
querellantes se han vuelto parte del espacio de la política hasta hacerse INSEPARABLES.
Y es en esa circunstancia instalada donde se abren los frentes de discusión: la reacción
crítica de la clase política sobre el poder de los jueces y la oposición de los mismos
quienes les recuerdan que muchas de las respuestas que los denunciantes les requieren
ese poder del estado no las puede otorgar.
La opinión pública condicionada por la opinión “publicada” deriva entonces en atribuir
responsabilidad sobre importantes decisiones legislativas o ejecutivas a un “poder” que
no es el apropiado o constitucionalmente designado para resolverlas.
El Poder Judicial ocurre como contralor constitucional de los otros poderes y debe actuar
más no con el exceso y las presiones en que hoy día se encuentra. Basta con leer los
comunicados de las Procuraciones nacionales y provinciales, sus sentencias, las
desestimaciones de ciertas denuncias penales, rechazo o convalidaciones de amparos a
decisiones legislativas, etc. para comprender como se definen jurisdicciones y potestades
en forma enérgica, exhortando a no manipular el sistema de justicia para dirimir
cuestiones a sabiendas de lo improcedente de la vía elegida.
Pero debemos destacar que también en el seno de la Justicia se mueven intereses políticos
y económicos. Por otro lado sus representantes son “afines” o “detractores” del gobierno
de turno (en todos los estamentos estatales). Es entonces que se produce en el imaginario
social o en los medios de comunicación un juzgamiento de los jueces o fiscales que
“colaboran” en este maremágnum de confusión.
Muchas veces la instalación del estigma de “corrupto y delincuente” basta a quienes
instan esa acusación ante los fueros tribunalicios, abandonando luego las acciones tras
entender que el objetivo estaría cumplido…
La verdad jurídica entonces queda desplazada por la verdad histórica o política.
Quienes hoy son victimarios mañana pasan a ser víctimas, denunciantes o denunciados,
actores o demandados…
En ocasiones el rol determinante del Poder Judicial es la resultante de la inacción de los
otros poderes. Esa omisión o violación de las obligaciones funcionales conmina a la
Justicia a tomar cartas sobre el asunto.
Vale decir que de una u otra manera la política se judicializa y la responsabilidad de tal
situación no deriva de otro espacio que no sea de la misma política. También podríamos
aseverar que además de lo expuesto se “partidiza” la justicia…
Temas como la ley de medios y su efectiva aplicación, las leyes anti monopólicas, el
cuidado del medio ambiente, la transparencia en el accionar administrativo, el derecho a
la información, la violencia institucional por parte de las fuerzas de seguridad en la
2

población civil, entre otros, caen en manos de los tribunales por varias razones; entre ellas
Página

podríamos señalar el temor de asumir un costo mediático o también llamado “costo


político de la decisión” por parte del poder ejecutivo, la indiferencia institucional a

www.capsi-ar.org Art. N°014/2018


La visibilización del mal. | Diego Dieguez Ontiveros

conflictos que no aportan resultados electorales o “no suman votos” y la lentitud o


parsimonia legislativa ante circunstancias de hecho y de derecho que afectan la
institucionalidad.
Por otro lado resulta claro que cuando se ocupa el espacio de oposición la denuncia se
torna en regla y se padece desde el estamento oficialista (tornándose en boomerang que
se estrella en las narices cuando esa ecuación de poder se invierte)
La estrategia de “sombras y niebla” no es un invento de la consultoría política sino que
surge históricamente de gobiernos que concentraban la suma del poder político-jurídico.
Vale decir que vivimos tiempos de recreación de fenómenos nefastos que no han traído
otro resultado que el descreimiento y abulia hacia la clase dirigencial .
La exhortación, liminal y subliminal, que conlleva la denuncia permanente de delitos en
cabeza del político no hace más que ser el gen de la destrucción de la confiabilidad en el
sistema democrático.
Nos hartamos de presenciar en Latinoamérica y Europa de verdaderas puestas en escena
dramáticas de juicios políticos que en la mayoría de los casos no arriban a sentencia
judicial condenatoria pero si generan un estigma lo suficientemente perenne para llevar a
la duda permanente de la ciudadanía con respecto a la honestidad de quienes son electos
para llevar adelante los destinos de una Nación.
Por último, y desde una perspectiva criminológica, debemos cuestionarnos que tipos de
intereses o poderes no políticos se benefician con esta “manipulación” de la verdad. O
bien indagar , en la hipótesis de un nuevo gobierno que hubiera reemplazado al pretendido
de corrupto, como están integrados sus gabinetes , quienes son los legisladores
emblemáticos o sus jueces y fiscales preferidos.

Y tal vez en ese observar crítico vislumbremos parte de la respuesta.

3 Página

Nota: artículo publicado en www.mensaje360.com – 20 de julio de 2018

www.capsi-ar.org Art. N°014/2018

También podría gustarte