El Socialista

¿A dónde va México con AMLO?

Salvo medidas limitadas que
sirvan para proyectar una ima-
gen de preocupación por los po-
bres, el gobierno entrante va a
seguir encarrilado en las políti-
cas dictadas por los grandes in-
tereses capitalistas tanto nacio-
nales como extranjeros. Esta
dura realidad se va a ir revelan-
do ante la mayoría de la pobla-
ción conforme el nuevo go-
bierno tome su curso, y los so-
cialistas revolucionarios estare-
mos listos para luchar al lado de
los desposeídos y de los oprimi-
dos, para forjar desde hoy mis-
mo la estrategia anticapitalista,
democrática e independiente
que es necesaria para lograr el
triunfo de los trabajadores de
México. Una estrategia revolu-
cionaria y socialista que reivin-
dicará las mejores tradiciones
de lucha de nuestro pueblo y lo
unirá con la lucha emancipato-
ria y libertaria internacional de
los pueblos de América Latina y
de todo el mundo.
Texto completo en págs. 4 y 5

1
 DIRECTORIO El singular izquierdismo de AMLO
Esta publicación integra el trabajo de tres organizaciones socialistas,
cuyos datos son: Ramón Centeno
PARTIDO OBRERO SOCIALISTA

A
hora que AMLO ganó, la izquierda reformista latinoamericana está feliz
Periódico El Socialista No. 393. celebrando el “giro a la izquierda” de México, y con grandes expectativas.
Reserva de Derechos de Autor otorgada por el Instituto Nacional de Para entender su visión, hay que empezar por un brevísimo recuento de la
Derechos de Autor historia reciente de la región.
SEP 04-2013-092509531900-101
En el último cuarto del siglo XX, América Latina vivió una ola democratizadora.
Nueva Época, Año 38. Las dictaduras militares que dominaron el Cono Sur en los setentas, fueron derroca-
CONSEJO EDITORIAL das por amplias insurrecciones populares. Lo que siguió fue el establecimiento de
democracias representativas, basadas en el respeto al voto popular en las eleccio-
Ofelia Rivera, Mario Martínez, Eréndira Munguía, Heriberto Magariño,
nes. El problema, es que la democratización fue acompañada por una transforma-
Tomás Holguín, Juan Reséndiz, Ramón Centeno, Camilo Ruiz Tassinari y
ción económica que debilitó a la clase trabajadora frente al gran capital. Sobrevino
Juan Magariño.
una ola de privatizaciones, de apertura sin cortapisas a la inversión extranjeras, de
EDITOR: Cuauhtémoc Ruiz flexibilización laboral, etc.
cuateruizortiz@hotmail.com
La combinación de democracia con neoliberalismo no podía ser un matrimonio
PARTIDO OBRERO SOCIALISTA www.pos.org.mx y www.30-30.com.mx estable. Vino, entonces, un “giro a la izquierda”. Es decir, el rechazo popular al
neoliberalismo encontraría una vía de expresión en las elecciones, dando el poder a
El POS pertenece al Comité por la Reagrupación Internacional Revolucio-
opciones electorales que prometían, por un lado, desmantelar los privilegios del
naria (CRIR), que es un esfuerzo para unir organizaciones trotskistas de capital y, por el otro, recuperar el bienestar de las familias trabajadoras. El giro a la
diferentes países con el fin de trabajar juntos hacia la fundación de una izquierda tuvo su pico cuando coincidieron en el tiempo los gobiernos de Hugo
nueva internacional socialista. Chávez en Venezuela, los Kirchner en Argentina, Lula en Brasil, Evo Morales en
Contacto: cririnter@gmail.com” Bolivia y Correa en Ecuador.

Calle Dr. Olvera, No. 104, Int. 24, Colonia Doctores, C.P. 06720 México D.F. , Pero el giro a la izquierda llegó a su fin. Chávez murió y su heredero Maduro
Teléfono (0155) 55910168 terminó desmantelando la democracia para establecer un régimen autoritario. Ade-
más, los partidos de Kirchner y Lula fueron derrotados en elecciones presidencia-
Liga de Unidad Socialista (LUS) les. En esta narrativa, vino luego un “giro a la derecha” o una “ola reaccionaria”.
COMITÉ EDITORIAL Aunque es verdad que la derecha volvió al poder, la izquierda reformista oculta o
minimiza su propio papel en sus derrotas. Esta izquierda, aunque dio concesiones a
Director: Manuel Aguilar Mora las trabajadores, no dejó de gobernar para el capital. Pudo hacerlo porque los pre-
manuel.mm99@gmail.com cios de las materias primas estuvieron muy elevados en la década anterior. Cuando
la bonanza se acabó, debían elegir: afectar al capital para mantener los beneficios
Editor responsible: Ismael Contreras Plata de los trabajadores, o afectar a las trabajadores para mantener su buena onda con el
iscopla@mexico.com capital. Los reformistas tomaron la segunda opción, causando entonces gran des-
contento popular que se expresó en grandes movilizaciones y huelga. La izquierda
Colaboradores
reformista olvida mencionar que en Brasil el partido de Lula perdió el poder en
Christian García, Stephanie González, Jaime González, Román Munguía medio de tremendas movilizaciones sindicales en su contra, por el entreguismo al
Huato capital. Hoy Lula, además, está en la cárcel por corrupción.
https://es-la.facebook.com/LigaUnidadSocialista/
En esta situación, la izquierda reformista está ilusionada con López Obrador. ¡Por
<www.ligadeunidadsocialista.org> fin una buena noticia! ¡Un respiro para la izquierda! ¡Se viene el fin de la reacción!
Visítanos en facebook/lusmarxist.
¿Pero qué tan a la izquierda está López Obrador?
Revista La Gota
Se edita bajo la responsabilidad del Colectivo Político La Gota En una entrevista reciente con la agencia Reuters, el próximo Secretario de Ha-
Revisión de textos: Rocío Martínez Carrera y Perla Cordero Lerma cienda, Carlos Urzúa, señaló que “realmente no somos izquierdistas, somos de cen-
tro-izquierda”. ¿Y eso qué significa? Por lo menos una cosa. Urzúa además le dijo a
Domicilio: Calle Emilio Carballido 6149, Reuters que estaban “a la derecha de Lula”. Una definición curiosa, tomando en
Colonia Infonavit El Saucito, Chihuahua, Chihuahua. cuenta que la izquierda reformista definía a Lula como de “centro-izquierda”.
Teléfono: 614-1726262
El comentarista político Leo Zuckermann, de Televisa, un día después de la elec-
Facebook: Leon Antiteo ción, señaló en su programa de TV: “como neoliberal, estoy muy tranquilo con
Julio de 2018 AMLO”.

2
El caudillo ha llegado a la cima
Aidée Tassinari
A
ndrés Manuel López Obrador es un líder con las ca-
racterísticas de los caudillos que han encabezado la
lucha del pueblo mexicano en la larga historia de 210
años a partir de la revolución por la independencia. El caudi-
llo tradicional basa su poder en el carisma personal -que el
pueblo ve como excepcional- y por una idea de protección de
la gente frente al abuso de los hombres del poder. La condi-
ción para que el caudillo y el pueblo que los sigue mantengan
una relación constante, es la inexistencia de una organización
propia y autónoma del pueblo que lo sigue. El caudillo convo-
ca, explica, da directrices, y exige una lealtad a toda prueba a
cambio de estar al frente de sus protegidos.
La historia oficial de México ha alimentado la idea de que
los cambios sociales han ocurrido por la intervención de hom-
bres excepcionales. A partir de la década de los veinte del
siglo pasado se configuró una historia de bronce en la que los
héroes “que nos dieron
patria” hacen la historia
y se ha ocultado el papel
central del pueblo en los
triunfos contra los opre-
sores. La historia de or-
ganización independien-
te de sectores del pueblo
o de comunidades no es
evidente ni reivindicada
de forma oficial. La ma-
sa anónima que acompa-
ña a los caudillos apare-
ce como un grupo de
acompañamiento al héroe.
La figura de Emiliano Zapata quedó como un caudillo cam-
pesino que luchó por la tierra y pocas veces se reivindica la
Comuna de Morelos, la organización comunitaria de los cam-
pesinos que se hizo cargo de la producción cañera, de los ser-
vicios públicos, la emisión de moneda, la justicia y la distribu-
ción de bienes. Entre la década de los treintas y finales de los
setentas los sindicatos de maestros, médicos, electricistas y
organismos de estudiantes, damnificados del terremoto de
1985, habitantes de las colonias populares, entre otros secto-
res, lideraron movimientos gigantescos contra el régimen del
PRI que no tuvieron caudillos.
La lucha organizada de las masas ha sido históricamente una
amenaza para el sector dominante porque el pueblo puede
3
desbordar en cualquier momento al caudillo y hacer enormes
daños al poder establecido. Las 85 mil almas que siguieron a
Miguel Hidalgo y Costilla, con la violencia con la que irrum-
pieron contra los gachupines, son las que iniciaron la revolu-
ción.
En las casi dos décadas que AMLO estuvo en campaña por
la presidencia de México, su vínculo con sus seguidores se
centró en su carisma personal, en hacer sentirle al pueblo tan
maltratado y criminalizado por el PRI y el PAN, que ambos
compartían un destino común. En tanto el caudillo no accedía
al poder, en sus discursos, el vínculo entre él y sus seguidores
podía fortalecerse, sin importar que no hubiera una organiza-
ción o estructura en la que el pueblo analizara y tomara sus
propias decisiones. Ahí estaba la convocatoria al Zócalo de la
ciudad de México para oír al caudillo y saber qué rumbo se-
guir.
En el discurso de
cierre de su campaña
electoral en el Estadio
Azteca, López Obrador
dijo que la campaña
electoral había sido un
proceso pedagógico en
la que él había explica-
do al pueblo su idea
esencial sobre la políti-
ca mexicana y las razo-
nes de la desigualdad
social ancestral: la co-
rrupción. Días antes, en otro mitin, decretó la inexistencia de
la explotación y la lucha de clases. Dijo que en México esa
teoría (la marxista), no se aplicaba. En este tema, su argu-
mento fue exactamente el mismo que el de Plutarco Elías
Calles a finales de la década de los veintes. Así, el caudillo
también es educador y, fiel a la idea de los hombres del viejo
régimen del PRI, las teorías sociales de carácter universal en
México no se aplican.
El caudillo ha llegado a la cima del poder, su relación con
sus seguidores va a cambiar. La idea de protección al pueblo
cambiará porque tendrá que definirse entre las exigencias de
hombres como Carlos Slim, X. González, Servitje, Arambu-
ruzavala, Larrea, Bailleres, Salinas Pliego y Azcárraga, y las
expectativas de una auténtica mejora en las condiciones de
vida de millones de mexicanos.
 ¿A dónde va México con AMLO?
D
os días después las elecciones en las cuales había
amarrado un triunfo arrasador con más del 50 por
ciento del total de la votación, Andrés Manuel Ló-
pez Obrador (AMLO) anunció que respaldará al gobierno de
Enrique Peña Nieto durante el periodo de transición previo al
ascenso del nuevo gobierno. Esta declaración viene a culminar
los meses de negociación y de acuerdos que garantizaron el
desenvolvimiento –relativamente libre de sobresaltos– de la
jornada electoral del 1 de julio.
Las estridentes acusaciones y ataques hacia AMLO (“un
peligro para México”) por parte de empresarios, políticos y
periodistas han quedado muy atrás. La confianza y tranquili-
dad de la generalidad de los empresarios ante el inminente
triunfo de López Obrador se expresó en que, dos días antes de
las elecciones, la Bolsa Mexicana de Valores cerró con un alza
de 0.33 por ciento, y en que el peso avanzó un 1% en su valor
ante el dólar estadounidense. El destacado empresario Alfonso
Romo, quien ha sido nombrado Jefe de la Oficina de la Presi-
dencia del próximo gobierno, sabía muy bien lo que estaba
diciendo cuando afirmó que «Son "muy poquitos" los empre-
sarios que temen a López Obrador», y que «es ridículo tener
miedo a expropiaciones si gana AMLO».
Quienes todavía guardan la ilusión de que López Obrador
va a encabezar un gran proceso para echar atrás el neolibera-
lismo en México no han prestado atención a lo que su dirigete
4
Declaración de la LUS, el POS y La Gota
Alegría desbordante por la
derrota del PRI y el PAN y
preocupación por la difícil
situación que se avecina.
viene repitiendo desde hace años, y de manera muy clara, tal
como lo hizo en su declaración «No cambiaré la econo-
mía» (El universal, 13 de abril, 2012), durante su anterior
campaña presidencial, declaración que jamás ha desmentido
desde entonces.
Ha habido, ciertamente, un cambio en la imagen pública de
Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) –el parti-
do que fundó y dirige AMLO– debido a que han disminuido
sensiblemente tanto la presencia como el tono radical de los
intelectuales de izquierda que pertenecen a dicho partido. Se-
guramente, lo anterior se está justificando con la famosa frase
de que «París bien vale una misa». Ya veremos qué nos dicen
más adelante; pero por el momento la única interpretación
posible es que dichos intelectuales se han hecho a un lado
para facilitar las negociaciones y los acuerdos a los que llega-
ron AMLO y Romo con el gobierno de Peña Nieto y con las
agrupaciones empresariales.
A
sí las cosas, sin embargo, no cabe duda que el enor-
me descontento popular contra el gobierno de Peña
Nieto y el desencanto con la enorme mayoría de los
políticos se abrió paso de manera incontenible con la votación
arriba del 50% por la candidatura de AMLO. La población, y
especialmente los sectores que han padecido la desigualdad y
la injusticia, ha sentido su fuerza. Su protesta mediante el
voto ha dejado severamente dañados al PRI y al PAN, y han
dejado moribundo al PRD. Lo que podríamos llamar el
“sistema de partidos” ha sufrido una derrota que va a requerir
una profunda reconfiguración, misma que va a implicar no
sólo cambios en las plataformas y en la imagen de los partidos
que acabamos de mencionar, sino el surgimiento de nuevas
organizaciones.
Paradójicamente, los mayores retos los va a tener MORE-
NA. No sólo tiene una estructura muy débil, sino que el influ-
jo de dirigentes y miembros de otros partidos sin más identifi-
cación y cohesión que el apoyo al caudillo que ha ganado la
presidencia de la república significa que le va a ser muy difícil
controlar la enorme variedad de intereses que se han alojado en
su seno. De manera inevitable, el presidente de la república va a
jugar con mayor frecuencia el papel de árbitro en los conflictos
entre las partes contendientes.
Por mencionar el caso de un conflicto que puede resultar
explosivo: los maestros que votaron por AMLO, la mayoría de
los cuales están organizados, están ansiosamente esperando que
el ascenso del nuevo gobierno signifique el fin de la “reforma
educativa” impuesta por el gobierno de Peña Nieto. ¿Qué tanto
se les va conceder? Seguramente los poderosos empresarios,
quienes poseen el poder económico en México, no van a estar
de acuerdo con las exigencias de los maestros, y van a hacer
todo lo posible por obstaculizarlas, o de plano bloquearlas. En
otras palabras, se trata de un conflicto entre intereses de clases
sociales opuestas, y todo intento conciliatorio va a resultar úni-
camente en soluciones de corta duración.
Lo mismo podemos
decir de tantos otros
conflictos no resueltos,
en los cuales ese 50 por
ciento de los electores
que votaron por AMLO
representa intereses
opuestos a los de los
capitalistas que han op-
tado por no obstaculizar
la llegada del caudillo a
la presidencia. Entre
otros, está la oposición
de sectores muy impor-
tantes de la población a
la “reforma energética”,
como lo mostraron los
brotes de descontento ante los aumentos al precio de la gasoli-
na; y están también el conflicto por las concesiones otorgadas a
empresas mineras, así como el nuevo tema de las concesiones
de uso de recursos hidráulicos.
Y no va a bastar con que el nuevo gobierno lance programas
de becas o apoyos para los sectores sociales menos favorecidos.
Los mencionados conflictos se irán profundizando.
También están presentes conflictos sociales en torno al dere-
cho de las mujeres a interrumpir un embarazo no deseado, en
condiciones seguras y bajo la mejor atención médica posible.
Esta demanda está totalmente ausente del programa y de las
propuestas de MORENA, pero está siendo levantada por un
creciente número de mujeres.
5
Y qué decir de los derechos de las comunidades homosexua-
les, y de otras personas oprimidas por su orientación o prefe-
rencias sexuales (LGBTT+). Las demandas de estas comunida-
des estuvieron ausentes durante la campaña electoral.
Es evidente el contraste que existe entre la alegría desbor-
dante desplegada por millones de mexicanos y mexicanas que
votaron por AMLO y la preocupación que se expresa al mismo
tiempo cuando todos se percatan que “ahora comienza lo difí-
cil”. Y tienen toda la razón. México está atravesando por una
crisis muy profunda en seguridad pública, y padece de vulnera-
bilidades y retos muy serios en materia de economía (un creci-
miento colosal de la deuda pública), del medio ambiente, de
profundos problemas sociales derivados de la profunda crsisis
en que está enpantanado el país. Para no hablar de las tremen-
das presiones del poderoso vecino del norte, el cual con el go-
bierno de Trump ha obstaculizado las negociaciones sobre el
tratado de libre comercio de América del Norte y puesto enor-
mes aranceles al comercio exterior.
Seguramente el go-
bierno que entrará en
funciones el próximo
mes de diciembre irá
anunciando una serie de
planes; pero, a juzgar
por las propuestas pre-
sentadas por MORENA
y el mismo AMLO
durante la campaña
electoral, no existe una
estrategia estructurada
para hacer frente a los
agudísimos retos que
amenazan al país, y
mucho menos para ac-
tuar ante la complicada
situación internacional.
Todo lo cual quiere decir que, salvo medidas limitadas que sir-
van para proyectar una imagen de preocupación por los pobres,
el gobierno entrante va a seguir encarrilado en las políticas dic-
tadas por los grandes intereses capitalistas tanto nacionales
como extranjeros. Esta dura realidad se va a ir revelando ante la
mayoría de la población conforme el nuevo gobierno tome su
curso, y los socialistas revolucionarios estaremos listos para
luchar al lado de los desposeídos y de los oprimidos, para forjar
desde hoy mismo la estrategia anticapitalista, democrática e
independiente que es necesaria para lograr el triunfo de los tra-
bajadores de México. Una estrategia revolucionaria y socialista
que reivindicará las mejores tradiciones de lucha de nuestro
pueblo y lo unirá con la lucha emancipatoria y libertaria inter-
nacional de los pueblos de América Latina y de todo el mundo.
Ciudad de México 4 de julio de 2018
 Breve guía para no sucumbir al
lopezobradorismo
L
a aplastante victoria de López
Obrador redefinirá las líneas
tradicionales de la política me-
xicana como ningún evento electoral lo
había hecho en una generación. El PRI
y el PAN están sumidos en profundas
crisis; el PRD es ya oficialmente una
rémora insignificante. Es la primera vez
que un político asociado con la izquier-
da, así sea de la manera más abstracta,
llega a Los Pinos. La voluntad popular
de terminar con el neoliberalismo mili-
tarizado ha triunfado en las urnas. Eso,
por sí solo, es ya un enorme cambio.
¿Qué sigue? ¿Qué podemos esperar de
López Obrador presidente?
Hay dos grandes actitudes críticas
hacia AMLO. La más común en los
medios es la de los viejos comentócra-
tas conservadores que afirman que es un
peligro para México; sus seguidores son
una horda de resentidos sociales y su
presidencia convertirá al país en Vene-
zuela. Enrique Krauze, Roger Bartra y
Gabriel Zaid han encarnado versiones
de este discurso, en intervenciones cada
Camilo Ruíz T.
vez más delirantes. Pero Me temo esta última línea de pensa-
me parece que -dejando miento dominará el universo de la críti-
espacio para esporádicos ca-no-crítica al lopezobradorismo-hecho
ataques de pánico clase- -gobierno. Pero es ingenua y autocom-
mediero- esta crítica ten- placiente. La pregunta clave es: ¿qué
derá a desvanecerse. Para podemos esperar de seis años de go-
empezar, ha sido incapaz bierno de López Obrador?
de explicar por qué esta
Hay tres grandes temas en los que se
vez sí AMLO convenció
condensa el enorme hartazgo con los
no sólo a millones de
dos últimos sexenios: la inseguridad, la
mexicanos que antes no
economía y la corrupción. En otras pala-
habían estado dispuestos
bras, la guerra que no para, la brutal
a votar por él, sino tam-
desigualdad y el robo a manos llenas.
bién a un sector impor-
Estos son, de lejos, los temas más im-
tante de las élites del
portantes para la gran mayoría de los
país. Es ciega a las di-
votantes. Son, en consecuencia, las tres
mensiones de la debacle de los dos últi-
áreas en las que López Obrador se juga-
mos sexenios y al enojo popular que ha
rá su prestigio. Si aquí no hay cambios
provocado. Sus representantes desapare-
profundos, su popularidad se desvanece-
cerán, biológica o políticamente, en el
rá en el aire.
curso del siguiente sexenio; pero en la
medida en la que sus fortunas dependen
del patrocinio estatal, ya están buscando 1.
un acomodamiento con el presidente
electo. Uno no puede dejar de enfatizar cuán
enormemente idiota e ingenua es la idea
La segunda crítica, que se concibe
de que la corrupción se terminará por-
como una crítica de izquierda, tiene una
que el ejemplo cegador de honestidad de
presencia menos concreta en el debate
AMLO obligará a los funcionarios de
público, pero es fácilmente reconocible.
los niveles más bajos a ser, también,
En pocas palabras, dice que hay muchas
honestos. Es una muestra del bajo nivel
cosas mal con AMLO, pero que en esta
del debate político en México que esto
situación concreta había que votar por
pueda pasar como una explicación real.
él como el mal menor. Sí, su alianza con
A esto, y a nombrar a una respetada
el PES o con Elba Esther es indefendi-
académica como Secretaria de la Fun-
ble, pero en su gabinete hay gente ho-
ción Pública se reduce el plan de AM-
nesta, profesional, que sabe cómo hacer
LO. Pero detrás de esta pifia elevada a
las cosas. Sobre todo, encarna el hartaz-
estrategia gubernamental, se esconde un
go de la gente, y en la medida en que su
problema más grave. Y es que López
presidencia tenga que responder a ese
Obrador ha prometido no tocar al presi-
hartazgo, a esas millones de personas
dente ni a ningún miembro del gabinete,
que creen honestamente en él y quieren
y en general no investigar los actos de
un cambio, tendrá que hacer cosas dis-
corrupción del sexenio pasado.
tintas ¡tendrá que hacer algo!
6
 Esta no-estrategia anti-corrupción es,
en realidad, la piedra de toque de la polí-
tica de asimilación de las élites en la que
se ha embarcado Morena. Les ha funcio-
nado muy bien: inclinó la balanza para
que EPN echara a la PGR encima de
Ricardo Anaya. Pero es una cuestión que
va más allá del círculo cercano del presi-
dente. No hay un ayuntamiento en todo
el país en el que Morena no se haya alia-
do con la mafia en el poder: en Guana-
juato, los que votaron por AMLO tam-
bién votaron por un prominente miem-
bro del Yunque para gobernador; en la
Miguel Hidalgo, por el jaque de los es-
peculadores inmobiliarios; por dos ex-
presidentes del PAN, entre ellos uno de
los arquitectos de la Guerra de Calderón;
por la mano derecha de Ricardo Salinas
para la SEP, y por un empleado de Mon-
Mural de Diego Rivera en el Teatro Insurgentes
santo para Secretario de Medio Ambien-
te. La lista podría continuar por páginas
y páginas. Pero lo importante es captar
su significado político: cada empresario
y cada priista que saltó a Morena fue un
sello más con el que AMLO le aseguró
a las élites que no tenían nada de qué
preocuparse; que las cosas seguirán co-
mo antes. Como garantía, ellas mismas
podrán gobernar, como accionistas de la
franquicia.
Es posible que Morena no produzca -
no en un primer momento por lo menos-
casos de corrupción tan grosera como
los del PRI. Eso representa un avance, si
se quiere. Pero las coordenadas genera-
les del uso oscuro y privado de los re-
cursos públicos, de la colusión entre el
poder político y el económico, no cam-
7
biarán. El haz de luz moral de López
Obrador ya fracasó en iluminar a sus
colaboradores en el pasado; no lo hará
ahora, que el hueso es cien veces más
jugoso, y que se permitió entrar por la
puerta grande a los artífices de la co-
rrupción del pasado.
2.
México es ya el país más desigual de
América Latina y uno de los más de-
siguales del mundo, apenas debajo de
Sudáfrica. Los salarios son absurdamen-
te bajos y el sistema fiscal es dolorosa-
mente injusto. AMLO tiene toda la ra-
zón en achacarle al neoliberalismo el
estancamiento económico. Desde 1982
el crecimiento económico ha sido la
mitad del del período previo y el ingreso
al TLC no sirvió para revertir esta ten-
dencia. En pocas palabras, el experimen-
to de privatización de las empresas pú-
blicas e incentivos al capital a través de
bajos salarios y bajos impuestos ha fra-
casado. Pero si en el discurso AMLO
acepta todo lo anterior, sus propuestas
económicas son cada vez más neolibera-
les. Los críticos –de derecha e izquierda-
que creen que Morena representará una
ruptura con las grandes líneas de la polí-
tica económica de los últimos treinta
años se equivocan.
AMLO piensa aumentar anualmente
el salario mínimo 3% por encima de la
inflación. Es decir, 20 pesos en todo el
sexenio. Si todo ese aumento fuera he-
cho hoy, de un plumazo, el salario míni-
mo sería de 109 pesos: menos de 6 dóla-
res. Seguiría por abajo del de Haití o el
de Nicaragua.
Libre Comercio. Contra lo que piensan
la gran mayoría de economistas, inclu-
yendo a los de Morena, el TLC ha sido
un enorme generador de pobreza y de
desigualdad. El desempeño de la econo-
mía mexicana post-1994 es raquítico, y
el modelo de desarrollo basado en ven-
derle autopartes y ventiladores a EU
tiene buena parte de la culpa. Un estu-
dio reciente de un think tank de Wa-
shington acepta este fracaso: desde que
entró en vigor el tratado, el crecimiento
económico mexicano per cápita está
entre los 5 peores de AL; hay 20 millo-
nes más de pobres y los salarios se han
estancado.
El aluvión de indicadores macroeco-
nómicos es incontestable. Pero para
AMLO y sus economistas “de izquier-
da” como Esquivel, Urzúa y cia., termi-
nar con el TLC es anatema. Tienen un
sexenio para cuadrar el círculo: cómo
reducir la desigualdad sin modificar ni
un milímetro sus causas estructurales.
En el comercio exterior se expresa
esto con un fuerte tinte de sujeción impe-
rial: México debe profundizar su alianza
económica y política con EU en contra
de China, dice su Programa de Nación.
Morena es tan conservador que ni siquie-
ra se aventura a pensar en alejarse un
milímetro de la dependencia de EU. Lo
mismo en su insistencia patológica a no
subir los impuestos. El sistema fiscal es
extremadamente injusto. El grueso de la
imposición recae en las clases bajas –a
través de los impuestos indirectos- y en
las clases medias, asalariados o pequeños
empresarios que pueden pagar hasta un
tercio de sus ingresos. AMLO tiene el
capital político para rediseñar el sistema
fiscal y hacerlo a la vez más justo y más
eficiente. Por ahora, sin embargo, tal
cosa está descartada.

Acaso la principal espada de Damocles

para la siguiente administración está en
la deuda pública, una cuestión que no se
La deuda pública más alta de la historia de
tocó en la campaña presidencial, pero México; AMLO se compromete a pagarla
que simbólicamente AMLO prometió
pagar puntualmente en su primera inter-
vención como presidente electo. El pago
de la deuda se lleva 20% más recursos
que el presupuesto agregado de la SEP,
Salud y Sedesol. Este año el gobierno
federal tendrá que pagar 665 mil millo-
nes de pesos a sus acreedores, una canti-
dad ya mayor a la que AMLO promete
recuperará de la corrupción. El problema
es que aquí los problemas de la deuda y
la corrupción se vuelven uno mismo:
buena parte de la deuda estatal y munici-
pal fue contratada en situaciones opacas,
con intereses altísimos para los banque-
ros y sin duda con moches para los fun-
cionarios. Banorte y la familia Hank es
dueña de una proporción importante de
ésta. En su lucha contra la corrupción,
¿AMLO va a revisar esos contratos y
declarar una moratoria a la deuda malha-
bida?
Hay un tercer elemento económico del
que sí se ha hablado, y en el que se ven
todavía más claramente las credenciales
neoliberales de AMLO. Es el Tratado de

8

Cristina Kichner y Lula; centroizquierda en declive
3.
Pejenomics es neoliberalismo. AMLO
ya renunció a modificar las causas es-
tructurales de la pobreza y la desigual-
dad: los bajos salarios, la deuda pública,
la dependencia económica de EU, un
sistema impositivo injusto. Pero en
cambio sí promete aumentar la ayuda a
los ancianos, los estudiantes y los ninis.
Ojalá Morena pueda diseñar programas
sociales eficientes, al contrario del PRI
y el PAN que robaron a manos llenas
El lopezobradorismo es
una versión tardía, más
conservadora, más neoli-
beral y menos popular de
la marea rosa latinoame-
ricana. Esperemos un
poco menos de corrup-
ción, políticas asistencia-
listas mejor diseñadas,
algo más de dinero para
las escuelas: un estado
neoliberal-compensatorio
eficiente. A eso se reduci-
rá la transformación de
la Cuarta Transformación
del presupuesto de la SEDESOL y alte-
raron los indicadores de pobreza para
esconder su fracaso. Pero esto apunta a
los límites del proyecto transformador
del lopezobradorismo. No busca formar
un estado de bienestar; a lo mucho un
estado neoliberal-compensatorio. Ante
ese sector paranoico que teme que AM-
LO produzca la venezuelización de
México, quizá sea más fructífero pensar
que estamos ante la brasilización del
país. En otras palabras, el mejor espejo
del lopezobradorismo es la marea rosa
que se apoderó de buena parte de Suda-
mérica hace quince años y que ahora se
encuentra en retirada continental. Son
los Kirchner, Correa y Lula –y no
Trump o Le Pen- los hermanos de AM-
LO.
¿Cuáles fueron los logros de década
y media de gobiernos de centro izquier-
da en la región? Poco y mucho.
Montados en una ola de altos precios de
las materias primas, diseñaron políticas
asistencialistas inteligentes, aumentaron
modestamente el gasto público en salud
y educación; introdujeron políticas
igualitarias a favor de los indígenas y
negros. En la pelea contra la pobreza su
balance es considerablemente mejor
que el mexicano. Y esto último, por sí
solo, es enormemente valioso. Pero el
antiguo régimen nunca se fue. A los dos
años de haber ganado la elección con el
61% de los votos, los cuatro o cinco
colaboradores más cercanos de Lula
terminaron en la cárcel por sobornar
9
diputados. El organizador de su campa-
ña confesó que ésta se había financiado
con donaciones ilegales de bancos y con
dinero robado de los sindicatos. Cuando
se terminó el boom de las commodities,
el PT introdujo con gusto medidas de
austeridad brutales: disminuyó los im-
puestos a las grandes empresas, redujo
los salarios y los programas sociales.
Durante su gobierno, paradójicamente,
Brasil se desindustrializó y su economía
surfeó sobre una insostenible expansión
del crédito. Hoy los seis hombres más
ricos tienen tanto dinero como el 50%
más pobre: este es el mejor índice de la
redistribución petista. Dilma dejó la pre-
sidencia con índices de aprobación me-
nores a los de Peña Nieto.
“¡De te fabula narratur!” parecen
decirle los espectros de la izquierda sud-
americana a López Obrador. Pero hay
una diferencia. Ésta llegó al poder sobre
la base de partidos emanados de enor-
mes movimientos sociales, con decenas
o cientos de miles de militantes organi-
zados. La creación de Morena fue, al
contrario, la abolición de esta agencia
popular. Los simpatizantes críticos del
lopezobradorismo que creen que hay un
dinámico elemento plebeyo que puede
imprimirle un curso radical han leído
mal las cosas. La fundación del partido
fue ya la traición a sus bases y su reduc-
ción a votantes sexenales. Morena está
compuesto esencialmente de burócratas
pagados, con hueso prometido en el go-
bierno a partir de diciembre. Una organi-
zación piramidal, organizada a partir de
vínculos feudo-vasalláticos entre los
militantes y el líder. No habrá lucha en-
tre los históricos y los tecnócratas; no
habrá tete-a-tete entre Taibo y Solalinde
vs Romo y Korrodi. Los Romo ganaron
hace mucho. El lopezobradorismo es
una versión tardía, más conservadora,
más neoliberal y menos popular de la
marea rosa latinoamericana. Esperemos
un poco menos de corrupción, políticas
asistencialistas mejor diseñadas, algo
más de dinero para las escuelas: un esta-
do neoliberal-compensatorio eficiente. A
eso se reducirá la transformación de la
Cuarta Transformación.
Viene de la pág. 12 secretismo y
control informativo diario de todas
las noticias de los ministerios por su
mujer Rosario Murillo (vicepresi-
denta), la alianza en 2006 con las Igle-
sias para eliminar totalmente el aborto
y uso de mensajes pacifistas y religio-
sos, al amor, a la reconciliación.
Se puso en práctica un maridaje con
el gran capital para la política
económica (“populismo responsable”
lo denomina el capital), siempre que
dejara la política en manos de Ortega.
Nicaragua es un paraíso empresarial y
ocupa en América Latina el tercer
puesto de lavado de dinero. Se entre-
garon proyectos cruciales del país a
intereses extranje-
ros (especialmen-
te el Canal transo-
céanico).
Fue constitu-
yéndose una rosca
en la cúspide del
estado cada vez
más identificada
al nepotismo más
crudo. La partici-
pación de cada
uno de los siete
hijos de la pareja
gobernante en
diversos proyec-
tos empresariales,
así como los alle-
gados orteguistas
(cuatro canales de
televisión, emiso-
ras de radio,
Petróleos de Nicaragua, Canal Transo-
ceánico, hoteles, tierras, carros, man-
siones). Se trata, en definitiva y reco-
giendo diversas calificaciones, de una
“dictadura familiar”, de un “monarquía
absolutista”, de un conjunto “Estado-
Partido-Familia”, de una “mafia
familiar tropicalizada”, de una
“Familia Ortega-Murillo e Hijos S.L.”
Todo ello condujo a la desaparición
del FSLN como organización revolu-
cionaria: sin dirección colegiada, ni
congresos, ni debates; en definitiva,
disciplinamiento orteguista; y organi-
zación de los Comités de Poder Ciuda-
dano, como canal paralelo al Frente y
controlado por Rosario Murillo.
La crisis
La reforma de la seguridad social, la
reducción de la pensión de los jubila-
dos, así como el aumento de cuotas de
trabajadores y empresarios han sido la
chispa que desencadenó la rebelión
popular el 19 de abril. Un serio proble-
ma en un país con unas pensiones
ridículas, a lo que se une una pobreza
entre el 29,6% (Banco Mundial) y el
40% (BID) y la pobreza extrema del
14,6% (BID), y unos programas contra
la pobreza con una gran ineficacia.
Existen otros problemas que inci-
den en la crisis como son los proyectos
extractivistas de minería en el Norte de
Nicaragua, la invasión de colonos y
la deforestación en las regiones de
bosque primario (Bosawas, Costa
Atlántica; ambas con cierta aceptación
del Gobierno), el megaproyecto de
Canal Interoceánico y sus proyectos
colaterales (cedido a una empresa chi-
na por cien años) y hace unos meses el
grave incendio en la Reserva de la
10
Biosfera Indio Maíz, muy deficiente-
mente abordado por el Gobierno, han
movilizado a comunidades indígenas y
campesinas con enfrentamientos san-
grientos con los colonos invasores, con-
tra el Canal (unas 100 marchas de pro-
testa en los dos últimos años) o las em-
presas mineras. Estas movilizaciones
muestran, por un lado, el rechazo a
un desarrollo a gran escala, principal-
mente dirigido a la exportación, carac-
terizado por el despojo y el acapara-
miento de tierras, con graves impactos
socio-ambientales, y propiciado por el
gran capital nacional o las empresas
transnacionales; y por otro, un retroceso
de los derechos democráticos de cam-
pesinos e indígenas, afectando espe-
cialmente a los pueblos indígenas
(reconocido en
la Constitu-
ción).
El Gobierno
de Ortega se
benefició del
regionalismo
bolivariano de
Chávez mien-
tras el precio
del petróleo
estuvo alto.
Tres aspectos
de esta cola-
boración fueron
los siguien-
tes: Nicaragua
recibió petróleo
subvencionado
(bajo préstamo)
que posterior-
mente revendía a otros países de Cen-
tro América, aunque siendo más caro en
la propia Nicaragua y lo más destaca-
ble: durante varios años Chávez aportó
unos 4.059 millones de dólares que no
fueron a las arcas del Estado, sino a dos
empresas denominada ALBANISA y
CARUNA, controladas en Nicaragua
por la familia Ortega-Murillo; CARU-
NA es prestamista a diversas entidades
estatales, convirtiendo los préstamos en
deuda pública. Con esa aportación la
familia Ortega-Murillo se ha enriqueci-
do y también le ha permitido cierto
asistencialismo con algunas dádivas
bajo las banderas del FSLN a sectores
empobrecidos.
La crisis del petróleo y de Venezuela
ha supuesto el cierre de esta desintere-
sada colaboración. La familia-gobierno,
sin embargo, ha buscado otras alianzas:
1) con el capital chino para el Canal y
proyectos aledaños, y 2) con Rusia para
diversos proyectos militares, entre ellos
la compra de 50 tanques T72 (lo que
puede desatar una carrera armamentísti-
ca en Centro América). Ambas alianzas
se presentan bajo el lenguaje de antiim-
perialismo o como alianzas Sur-Sur,
cuando en ambos casos son pura expan-
sión económica y política.
Perspectivas
Después de casi tres meses de iniciada
la rebelión de los estudiantes, traba-
jadores, campesinos y pueblo nica en
general ¿cuáles son las perspectivas? La
lucha popular en las calles ha sido la
impulsora de la batalla contra el go-
bierno Ortega-Murillo. Junto a ella ha
surgido una instancia parlamentaria
constituida por la llamada Alianza Cívi-
ca por la Justicia y la Democracia
(ACJD). Esta institución está integrada
por representantes de los estudiantes,
campesinos y trabajadores que en las
calles se han enfrentado a las fuerzas
represivas del gobierno Ortega-Murillo
y en ella los acompañan representantes
de la Iglesia católica, de los empresa-
rios, de académicos e intelectuales que
han organizado varios encuentros con el
gobierno. Para Ortega y su mujer su
participación en los encuentros con la
ACJD es una táctica dilatoria con la que
quieren enfrentar el temporal hostil
y aguantar lo más posible hasta que
amaine. Para los estudiantes y los secto-
res más radicales los encuentros sólo
tienen un objetivo, obligar a la renuncia
inmediata de la pareja criminal en el
poder para inmediatamente proclamar
un gobierno provisional que convoque a
elecciones. La ACJD no representa una
Integrantes de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia
dirección revolucionaria y la lucha en
las calles (huelgas generales, barrica-
das, manifestaciones) sigue siendo la
fuente de los métodos fundamentales
que han puesto al gobierno Ortega-
Murillo en su actual situación, aislado
y contando sólo con sus recursos re-
presivos que, hasta el momento, no
han incluido al ejército que se ha
mantenido a la expectativa.
Mientras tanto la represión sigue: el
ametrallamiento indiscriminado sobre
la población, incendios de domicilios
y empresas, uso de armas especiales
por francotiradores (disparos letales,
tipo de casquillos, orientación de los
disparos...), ejecuciones extrajudicia-
les, detenciones, torturas, obstáculos
en el acceso a la atención médica,
estigmatización y censura directa
e indirecta. El sentido de tanta repre-
sión y violaciones de los derechos
humanos es inducir terror en la pobla-
ción y tratar de desmovilizarla. A esto
se llama terrorismo de Estado, al
mejor estilo somocista. Sin embargo,
la reacción popular ha ido aumentan-
do y se han ido sumando tenuamente
incluso los sectores del gran capital.
La huelga general cívica del día 14 de
junio paralizó la vida del país y los
barrios populares de muchas ciudades
y pueblos han construido “tran-
11
ques” (barricadas) para impedir la entrada
de policía o turbas. Monimbó ha vuelto a
ser un ejemplo heroico contra la dictadura
orteguista. La necesidad de organizar una
nueva huelga general para derrumbar a la
pareja Ortega-Murillo se impone como la
tarea clave del próximo periodo de la
lucha nica.
Finalmente, algunas voces han achaca-
do esta rebelión popular a la intervención
del siempre malvado imperialismo norte-
americano, como respuesta a todo lo que
ocurre en el mundo, frente a las supuestas
fuerzas de izquierda. El conocimiento
de la realidad de Nicaragua es fundamen-
tal para poder entender esta rebelión y
nadie en su sano juicio puede aceptar
como de izquierdas o progresista al actual
gobierno de la familia Ortega-Murillo e
Hijos. Como bien dice el excomandante
guerrillero y sandinista Henry Ruiz: “Ya
no hay que seguir con ese discurso, refi-
riéndose a ellos como revolucionarios.
Hay que acusarlos por lo que son; por
usurpadores, por ladrones, por estafado-
res, unos hábiles manipuladores y menti-
rosos que han construido un cuento revo-
lucionario, y vendiéndoselo a la gente,
más a la gente sencilla, aquella que busca
un discurso en donde se le promete justi-
cia e igualdad social porque abusan del
poder político”. Añadiría algo más, por
haber promovido el terrorismo de Estado.
Rebelión y resistencia en Nicaragua
Alfonso Ríos

manera muy esquemática a continuación.

Desde el pasado 18 de abril y hasta la fecha, durante más de Se puede indicar la derrota electoral del
SLN de 1990 como el inicio del proceso
dos meses ha estallado en Nicaragua una rebelión popular
que ha culminado con los hechos dramáti-
contra el gobierno encabezado por el matrimonio de Daniel cos de estos días. En efecto, a partir de
Ortega y Rosario Murillo. La siniestra pareja en el poder ha entonces en la dirección del FSLN, con la
destacada participación siempre en prime-
desencadenado una respuesta represiva que al inicio de julio
ra línea de Daniel Ortega, tuvo lugar una
según las informaciones de las agencias nicas e interna- deriva burocrática de corrupción y cinis-
cionales defensoras de los derechos humanos contabilizan mo político conocida popularmente
como ”la Piñata”, que abarcó a los niveles
212 personas asesinadas (incluidos bebés y menores) y 1,337
más altos de la dirección sandinista que
heridos, detenidos e incluso desaparecidos y nada indica que condujo al saqueo de propiedades de anti-
se ha llegado al fin de un conflicto que arde muy cerca de la guos somocistas y a enriquecimiento de
frontera sur de México. ¿Qué ha pasado en la tierra de San- altos dirigentes políticos. Al mismo tiem-
po, obviamente el FSLN comenzó a pu-
dino en donde en 1979 había triunfado una revolución enca- drirse como partido y movimiento
bezada precisamente por el Frente Sandinista de Libera- revolucionario. Después de otras derrotas
ción Nacional (FSLN), el cual es el partido gobernante en electorales, el FSLN, con Ortega como
candidato ganó las presidenciales de 2006
Managua? ¿Qué sucedió para que se dieran en Nicaragua (38%), 2011 (62%) y 2016 (72,5%), aun-
actos represivos que envidiaría el propio dictador Somoza que con denuncias de fraude en todas
ellas.

Corrupción política de la “dictadura

Crisis de los liderazgos reformistas, nacionalistas, reformistas, estalinistas,
familiar”
castristas y en general “progresistas” castristas y en general “progresistas” de
los trabajadores latinoamericanos. Para ser

L
o sucedido en Nicaragua es una
de las lecciones más importantes
que se deben sacar para entender
la realidad social de América Latina y
ante todo para forjar la estrategia que
es necesaria en estos tiempos de crisis
completa de los tradicionales liderazgos
Esos años se han caracterizado por una
más precisos estamos ante un caso eviden-
serie de hechos producidos por la corrup-
te de descomposición de una dirección
ción política que pueden resumirse
revolucionaria, de su burocratización y,
así: cambios institucionales (control del
finalmente de su aburguesamiento, proce-
aparato estatal, Corte Suprema, Consejo
so producido por muchas causas naciona-
Supremo Electoral), Ortega como jefe de
les e internacionales que delinearemos de
la Policía y el Ejército; cambio de la
Constitución en 2011 para poder presen-
tarse más de dos mandatos, avalado por
la Corte Suprema de Justicia, supresión
de derechos a los partidos de oposición
en las últimas elecciones, (excepto a los
partidos zancudos, afines al Gobierno),
acoso a las organizaciones de mujeres,
ambientalistas, activistas de derechos
humanos, periodistas y a la libertad de
movilización y expresión, en muchos ca-
sos con ataques de los grupos parapolicia-
les, supresión de facto de la autonomía
de las universidades y municipios de la
Costa Atlántica, Sigue en la Pág. 10
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