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<grado>8</grado>
<años>2013</años>
<número>20130203</número>
<calificación>18</calificación>
La ruta desde gusto hasta mente
Estoy de acuerdo con Fernando en que la felicidad exige gustos no muy complejos,
pero una mente sensible y complejo. Pero a mi parecer, hay una ruta que conecta la
mente y los gusto, incrementando de esta manera la posibilidad de aproximarse a la
felicidad.
En primer lugar, buscar lo común entre los diferentes gustos es lo más importante
para vincular todos los elementos de la vida. En la sociedad actual, cada persona
está aficionada a diferentes gustos: leer, eskiar, dibujar, etc. Pero cuando uno
emula o presencia una obra de Rafael, puede fácilmente vincular a Rafael con el
siglo de Renacimiento, con la arquitectura de Florencia durante ese período. Es
decir, de este modo, se encuentra lo común en distintos recursos, haciendo los
gustos más sencillos y una mente más acumulada.
En segundo lugar, al encontrar lo común y lo compartido de diferentes gustos, ya se
realiza un sistema de pensamiento. Se agupa entonces la pintura de Valázquez y la
obra de Clarín a una misma categoría - Realismo. En este aspecto, los recursos a
través de lectura y de vista ya no son separadas, porque se ha establecido un
mecanismo para caberlos en un conjunto.
Finalmente, abandonar lo dispensable. De cada sistema ya fundado hay elementos que
te molesta, que realmente es basura. En este caso, te aconsejo olvidarlo, haciendo
tu mente más pura y más limpia. Sin embargo, hace falta horas y años para aprender
cómo distinguir entre basuras y jades.
En conclusión, existe una via hacia la felicidad sencilla y con mente compleja,
como lo argumenta Fernando. Lo que se debe preocupar más no es si es verdad o no
este argumento, sino cómo procurarlo. Ahí arriba he concluido tres formas de lograr
este objetivo. Puede sumarse en tres palabras: buscar, concluir y distinguir.