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Juzgan por homicidio a una joven que animó a su novio a quitarse la vida:

“Hazlo y punto”
La fiscalía considera que Michelle Carter mató a su pareja. Pero
la defensa recurre a un historial con tendencias suicidas para argumentar que
fue un suicidio
NICOLÁS ALONSO
Washington 7 JUN 2017 - 11:27 CEST
Ocurrió una noche de verano de 2014. Conrad Roy, que desde años sufría depresión,
dudaba si quitarse la vida. Mientras llenaba su coche de monóxido de carbono, su novia
le contestó un mensaje al respecto: “Vuelve a meterte en el coche. Hazlo y punto”. Al
día siguiente, las autoridades encontraron el cuerpo sin vida del joven dentro del
vehículo. Ella, que no alertó a las autoridades, fue acusada por homicidio involuntario.
Tres años después, un juzgado de Massachusetts decide si la joven recibirá un castigo
penal.
¿Puede una persona ser condenada por homicidio pese a no estar presente cuando la
víctima falleció? ¿Bastan las palabras de una persona para condenarle por homicidio?
Estas son algunas de las preguntas que el polémico juicio, que comenzó este martes,
alzará durante los próximos días. En Massachusetts, asistir a alguien para suicidarse no
es delito.
La fiscalía, encabezada por Maryclare Flynn, argumentó que Michelle Carter jugó con la
vida de su novio y la acusó de buscar protagonismo y atención con la muerte de éste.
Quería ser ‘la novia del chico que se suicidó’.
Pero la defensa de Carter alegó que el historial depresivo y las ganas de Roy
de quitarse la vida precedían la relación de ambos. El divorcio de sus padres y los
abusos de sus familiares le habían llevado a investigar métodos de suicidio en el
pasado, explicó el abogado Joseph Cataldo. Carter, después de ayudarle a buscar
salidas, se limitó a apoyarle en su decisión para acabar su vida, sostuvo Cataldo.
Las pruebas son decenas de mensajes y llamadas telefónicas entre la pareja los días
antes de la muerte de Roy.
“Estarás feliz al fin en el cielo. No más dolor”, escribió Carter a Roy en un mensaje. “Es
normal que tengas miedo, estás a punto de morir”, dijo en otro. Horas antes del suicidio,
la novia increpó a Roy por querer retrasarlo: “Así que supongo que no lo vas a hacer,
todo eso para nada...Estoy tan confundida, estabas listo y decidido”.
“Solo ve a algún lugar con tu coche. No hay nadie afuera ahora porque es una hora
extraña”, le dijo la chica antes de que Roy condujera a un aparcamiento cercano
para quitarse la vida. Ella le siguió presionando. “Hazlo y punto. Es lo que querías hacer,
es el momento adecuado y estás listo”. Cuando Carter fue acusada, en 2015, la
justicia consideró que los mensajes “presionaron” al Roy y el contacto constante simuló
una “presencia virtual” de la chica en la muerte de su novio. Pese a vivir cerca, los
jóvenes solo se habían visto en persona en pocas ocasiones. Su relación estaba basada
en llamadas y mensajes.
La madre y la hermana de Roy, que pasaron horas con él horas antes de su
fallecimiento, afirmaron que no había mostrado ninguna señal de querer morir. Tras la
muerte de su novio, Carter mandó mensajes a las dos familiares expresando sus
condolencias, pero no señaló haber conocido los planes de Roy

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