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EL TEATRO EN MÉXICO EN TIEMPOS DE TRUMP

BREVE DESCRIPCIÓN Y CARACTERIZACIÓN DE LA HISTORIA Y DE LA COMPLEJIDAD

TEATRAL EN MÉXICO DESDE UN PUNTO DE VISTA ECONÓMICO

ESCRITO POR: RODRIGO GONZÁLEZ SÁNCHEZ


“El teatro no desaparecerá. Simplemente se volverá cada vez más estrecho y eso

será una verdadera tragedia, ya que no es sustentable producirlo si solamente se

hace para la clase media.1” – Fin Kennedy.

A comparación de otros países del mundo en donde no necesariamente se tiene un

mejor resultado en el marco económico, en los índices de empleabilidad e índices

poblacionales y bajo una perspectiva crítica dirigida al teatro comercial y al contexto

actual cultural que se vive en México, la industria teatral no ha podido ser concebida

como una labor existente, fluida y confiable dado a que ha emigrado de ser una

actividad popular caracterizada por el entretenimiento accesible, de cotidianeidad

cautivadora y rentabilidad atractiva (si es concebida desde un punto de vista de

negocio), a ser una actividad económica deteriorada y aturdida que está

caracterizada por ser una labor comercial encomendada a manos de muy pocos

individuos con las restringidas capacidades intelectuales, técnicas y económicas

necesarias, así como también se ha coadyuvado a que la realización teatral más

accesible sea, no solo una tarea, sino una responsabilidad perteneciente a las

obligaciones del sector gubernamental, que sin un fin acusatorio ni una visión

proteccionista hacia el Estado, sigue esforzándose endeblemente en mantener esta

labor como parte de sus actividades primordiales en el programa de oferta cultural

y artístico, generando así de forma paulatina un desinterés adicional en producir

teatro a gran escala como negocio, y de misma forma, como se ha vuelto una última

opción de inversión de negocio empresarial para la industria del sector privado, tanto

1
Youngs, Ian. 2015. “In quotes: Theatres are 'incredibly tenacious'”. BBC.
http://www.bbc.com/news/entertainment-arts-31094014
para nuevos empresarios como para el personal artístico que previamente había

dedicado su tiempo a llenar los escenarios con bailes, cantos y diálogos, dando que

al día de hoy hayan abandonado esta profesión por factores de indiferencia al fuerte

desempleo que se tiene en México por la falta de producciones teatrales, así mismo

como por la falta de espacios teatrales y por la poca demanda de actores en el

mercado, provocando que de no mejorar las condiciones de trabajo en las que se

mantienen o no se modifiquen los modelos de negocio, se vuelva cada vez más

“estrecho” y más lejano a mantenerse dentro de las prioridades de cultura del país

y por consiguiente, a mantener un público partícipe en las actividades culturales de

la sociedad que son indispensables y necesarias en la garantía de crecimiento en

relación a la sociología del arte, así como para los actores sea una actividad laboral

con ingresos sujetos al mínimo de la población, misma que ya ha comenzado a

percibir la realización teatral como un producto subsidiado, rechazando en la

mayoría de los casos la oportunidad de adquirir un pase teatral si es que se tiene

que una inversión o desembolso está de por medio, po más mínimo que fuese. Bajo

el mismo camino de la desilusión se mantienen cuantiosos dramaturgos, escritores,

productores ejecutivos, técnicos, vestuaristas, coreógrafos y demás proveedores

del arte que se identifican con las palabras del autor norteamericano Fin Kennedy,

quien al ser cuestionado sobre el laborioso proceso de la realización teatral y

específicamente, de mantener gastos razonables para una compañía teatral y que

relata en forma alarmante y realista su sentir con respecto al acontecer teatral

internacional, bajo la concepción de hacer teatro independiente y que generalmente

recae en la problemática actual donde el importe que representa para el público ha

ido incrementándose drásticamente, modificándose así a ser una actividad menos


accesible, y que por lo tanto es mucho más cara de producir, dolorosa de adquirir

por la falta de boleteras y taquilleras con precios justos, y por consiguiente mucho

más complejo de conservar con vida en los escenarios. Si bien la dificultad de

producción teatral no es un problema exclusivo de México o de países emergentes,

es un enigma que puede afectar a prácticamente todos los países del planeta y que

se puede llegar a presentar en mil y un ejemplificaciones, como situaciones

embrolladas y determinantes para el complejo universo del teatro y que además se

encuentran en foco rojo, ya que se han expuesto por la necesidad de garantizar la

creación y el mantenimiento de nuevos espectáculos de mejor calidad y en mejores

condiciones, no solamente para el público, sino que también para una comunidad

artística cuyo salario e ingresos son continuamente dependientes a la generación

de esta actividad cultural. Al menos en México (y a sus condiciones de oferta teatral

en cartelera) se puede determinar que principalmente dentro del teatro comercial no

se han encontrado los resultados esperados por parte de la producción, siendo el

mismo boleto percibido como un producto inaccesible por aspectos adicionales al

precio de la taquilla y a lo que representa adquirir el mismo acceso teatral, ya sea

por aspectos culturales o económicos, o bien aspectos que determinen su contexto

geográfico dada la falta de espacios teatrales en el país que a su vez limitan la

planeación de actividades culturales, y que de nuevo recaen en las mismas

prioridades del Estado en impulsar a la cultura y al teatro. Así como el teatro,

también han resultado afectadas muchas otras disciplinas del perímetro cultural que

comparten el mismo proscenio y la misma complejidad de planeación, producción y

elaboración, tales como la danza o la ópera, y a su vez (en mucha mayor potencia)

a los talleres y proyectos que van dirigidos tanto a la investigación actoral, dramática
y productiva el sector teatral, como a los laboratorios creativos, siendo estos los más

importantes para el crecimiento y prosperidad que garantice los avances referentes

al teatro. Mismo planteamiento se descifra el texto: “La investigación teatral:

recepción, receptividad y fantasía del investigador”, del autor Patricio Rodríguez

Plaza que describe a “la actividad investigativa” del teatro como un “fenómeno de la

cultura, armado, tanto por los ejes productivos, como por las mediaciones y

evidentemente por las recepciones, cuyos ribetes mayores solo son comprendidos

desde la invención moderna de lo teatral2”, denominando a esta misma actividad

investigadora como parte también de los fines económicos, que si bien no conllevan

a una mejora directa a los ingresos en taquilla, estructuran un eslabón esencial y

complementario de los conocimientos que potencian la materialización en dicho

ahorro para futuras producciones y al establecimiento de la industria del

entretenimiento, como también es importante reconocerlo cada vez más dentro de

la misma sociología del mexicano en consideración al teatro y a la cultura, y de

cómo se ve al teatro y su trascendencia en la cultura del país.Tales planteamientos

de éxito dentro de los proyectos de inversión que favorecen al quehacer teatral se

pueden obtener de países europeos como Estonia, Hungría, Dinamarca, Eslovenia

y Letonia en donde se destina alrededor del 1% del Producto Interno Bruto para la

cultura y el deporte, así como la investigación teatral, sucediendo también en países

como Francia, Finlandia, Bélgica y España quienes formar parte de este listado y

2
Rodríguez- Plaza, Patricio. 2014. La investigación teatral: recepción, receptividad y fantasía del
investigador. http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-71812014000200011
ejemplos básicos del apoyo hacia la cultura para esas naciones y que se persigue

a nivel internacional3.

Historia de la economía del teatro en México

Como parte de la historia de la economía y de la globalización y de los retos que se

han presentado como parte de la evolución comercial en todos los sectores

productivos, México también ha sido testigo de nuevos desafíos que se han ido

englobando a la complejidad de la creación teatral y literaria, que si bien muchos de

ellos se han ido solucionando con modernos esquemas de trabajo e innovadoras

estrategias de venta, muchos otros no han alcanzado su resolución por múltiples

factores ajenos a la comercialización de “la butaca”, ocasionando todavía que el reto

de la creación teatral sea mucho mayor, más enrevesado y consecuentemente

complejo de concretarse. Hablar de los retos que se anteponen ante la creación

artística desde un punto de vista macroeconómico, nos permite pensar en múltiples

factores tanto políticos y económicos de tiempos modernos, así como se puede

considerar que el comportamiento entre la economía y el teatro es sumamente difícil

de pronosticar debido a los numerosos elementos que diferencian a ambas ciencias

(principalmente los artísticos) y que los conceptos de “oferta” y “demanda” ya no

son suficientes ni sustentables para explicar la situación actual del teatro en países

emergentes, sino que históricamente hemos presenciado elementos de la economía

que han tanto beneficiado la construcción de una industria teatral, o bien, el

espejismo de sí misma, como constantemente perjudicado hoy en día a la pequeña

industria teatral en el país. Es imperativo también conocer el contexto en el cual el

3
Fondos de cultura de la Unión Europa. 2016. Eurostat.
país se ha sumergido debido al teatro a través del tiempo, y cuál ha sido la misma

participación del esta disciplina a través de la historia de México, así como la

importancia que ha tenido tanto para efectos políticos, hasta con el momento que el

teatro pasó a ser utilizado como medio de comunicación y como único canal de

entendimiento entre comunidades.

A diferencia de Grecia, Europa y Asia, la región latinoamericana ha sido muy

reprimida de los acontecimientos teatrales y escénicos en cuanto a la historia

antigua, debido a la falta de escritos que atestigüen sobre las tradiciones alrededor

del teatro, y lamentablemente se carecen de ejemplificaciones literarias y escénicas

que de una u otra forma, posiblemente pudieron perderse durante la conquista

española en América y principalmente aparecen documentos que definen al teatro

como un ritual que si bien, no se representan con un contenido de drama o comedia,

sino que se expresan como una representación en donde la conexión entre un ser

divino y una actividad arraigada a la misma sede religiosa social era lo más común

y lo más cercano a un espectáculo. Un ejemplo que se considera inusual y que se

puede reconocer como una de las pocas representaciones de las que contamos en

la historia del teatro en nuestra región, es la conocida obra literaria de la comunidad

maya: “Rabinal Achí”4 (o danza del tambor), la cual es clasificada como una obra

dramática que simplificaba las tradiciones indígenas que datan del siglo XV y que

se interpolan dentro de los mitos de la comunidad q'eqchi´ y las costumbres

políticas-sociales de otros pueblos. Esta misma narración constaba de cuatro actos

que se exponían mediante música, diálogos, danza y cantos, en donde se narraban

4
“La tradición del teatro bailado Rabinal Achí”. UNESCO Culture Sector. Consultado el 18 de agosto de 2010.
batallas entre pueblos, alabanzas religiosas y principalmente se hablaba del

proceso de encarcelamiento de un solado bárbaro (el personaje principal) que había

cometido altos crímenes de guerra durante sus enfrentamientos, así como su

despedida, su posible delirio y finalmente su muerte, por lo cual se podría inferir que

además de que la obra teatral se pudiese representar como una fiesta y una

tradición, podría ser también considerada como una herramienta política y religiosa

para mantener la ley y el orden en la comunidad maya, así como un proceso de

instrucción generacional. Posteriormente con el descubrimiento de América y con la

conquista, México, que en aquél entonces era presentado inicialmente como la

Nueva España, y que en sí inicialmente no podía ser percibido más que como una

colonia, junto con la misma España pasó a ser de inmediato un país con un ingreso

muy alto y con un régimen político determinante debido a las riquezas de las que se

pudieron disponer por parte del nuevo gobierno conquistador y por el la

incertidumbre que se originó debido a la fuerte conmoción de guerra con la que se

caracterizó la conquista de América, además de ser uno de los principales focos de

atención para la Europa de los virreyes por las novedades que se obtuvieron de

esas tierras. Desde un punto de vista económico la llegada de los españoles no solo

generó ganancias y riquezas para la corona, sino que también trajeron consigo la

importación de nuevas especies y tecnología, así como epidemias y nuevas

enfermedades que deterioraron todavía más a la población ya esclavizada. Se

caracterizó también por las exportaciones de metales preciosos como el oro y la

plata, iniciándose las primeras actividades tanto importadoras como exportadoras

en la región, generando una actividad monetaria “parcial” y el desarrollo de un


mercado nuevo5, visto desde un punto de vista internacional. Las actividades que

se manifestaban comúnmente en la Nueva España, se caracterizaban por ser

principalmente dirigidas a la minería, a la agricultura, la ganadería y el comercio,

limitado únicamente a las importaciones realizadas por los españoles y que se

monopolizaban directamente por la entrada de productos vía marítima,

principalmente determinando las mismas exportaciones e importaciones a

realizarse inicialmente desde el puerto de Veracruz; puerto que hasta la fecha sigue

siendo el principal canal para actividades de importación y exportación del país.

Al ser un mundo con cultura, tradición, lengua y costumbres distintas, lo primordial

que se debía de mantener para gobernar adecuadamente era el orden, y como tal,

la religión católica, que también se utilizó para establecer un idioma en común y

para desertar costumbres indígenas que pudieran perjudicar a la economía naciente

en este “nuevo mundo”. Mientras que fallidamente se catequizaba la doctrina

católica a los indígenas que constantemente ocasionaba caos y miedo en la

comunidad, el lenguaje distinto y las costumbres que seguían arraigadas, así como

la guerra desencadenada que naturalmente se producía por el adueñamiento

enardecedor, representaban un costo elevadísimo para la corona española,

obligando a los conquistadores a implementar un plan de acción que pudiera

garantizar la fluidez de la economía, la paz y la disciplina. Mismo conflicto expresa

el autor Ignacio Osorio Romero donde menciona que “pese a esta labor de

evangelización, toda la doctrina así enseñada rindió poco fruto, pues ni los indios

5
Bernard Hausberger “La economía novohispana, 1519-1760” KUNTZ FICKER Sandra (coordinadora):Historia
económica general de México: de la Colonia a nuestros días, El Colegio de México, Secretaría de Economía,
México, D. F., 2010
entendían lo que decían, ni se apartaban de sus costumbres y ritos, ni, menos, los

frailes podían reprenderles por no saber su lengua”. Vistos estos resultados fallidos,

los frailes pronto dejaron de evangelizar en latín a los indios6” ocasionado a que

también se mantenía muchísima polémica, debido a que muchos daban por hecho

que al tratar de enseñar latín a los indios se les favorecía injustamente, ya que se

les estaba dando acceso a un tipo de educación superior, y peor aún, a teoría de

teología que pudiera generar la oportunidad de ser sacerdotes y así poderlos

reconocer igual a un español. Y para arrancar este mismo plan de acción que

“religiosamente” se implementó con tremendo éxito, se utilizó nada más y nada

menos que el teatro7, y por medio de representaciones como pastorelas, pasiones

escenificadas y simbologías sacramentales, los sacerdotes franciscanos pudieron

no solo enseñar la lengua española y evangelizar al pueblo indígena, sino que

también tuvieron oportunidad de aprender las mismas lenguas indígenas y de

solucionar conflictos políticos entre la comunidad conquistada y el virreinato. El

teatro fue el primer escenario real en el cual ambas culturas pudieron coincidir y

mantener el tan ansiado orden, siendo así que a partir del año 1524 el teatro

(además de la guerra) era una de las primeras inversiones extranjeras que sirvieron

como transacción cultural, que si bien no establecían un monto económico físico,

propiciaban también a la participación indígena en la formación de una nueva

comunidad y en el entendimiento de un nuevo lenguaje, así como también a la

creación artística puramente mexicana y la representación del pensamiento

6
Osorio Romero, 1990. Ignacio. La enseñanza del latín a los indios. Universidad Nacional Autónoma de
México.
7
Argudín, Yolanda. (1986) Historia del teatro en México: desde los rituales prehispánicos hasta el arte
dramático de nuestros días. México, Panorama
tradicionalista en conjunto con la cultura europea. Tal como se menciona en el libro

“El Teatro durante la evangelización” de Martha Toriz: “a estas obras de teatro

concurrían miles de indígenas que las observaban desde el atrio de una iglesia o

convento. Los actores eran también indígenas hablando en su propia lengua. Ellos

elaboraban su vestuario y decoraban el escenario. En sus magnas festividades

prehispánicas asistían con gusto y con fervor religioso. Podían sólo observar o

participar activamente. Se trataba de un ritual en el que había que colaborar para

su buen fin. Antes de la llegada de los españoles había escuelas donde los indios

eran adiestrados en el arte de la oratoria, el canto, el baile y la gestualidad. Así como

en la confección de los atuendos y adornos. Pero en los adornos podía incluirse la

presencia de animales, para lo cual también había especialistas en su cuidado y

domesticación8”. Se crearon las primeras traducciones de textos y adaptaciones

para un público nuevo así como se dio la aparición de los primeros textos indígena-

mexicanos y la revelación de los primeros autores mexicanos como Sor Juan Inés

de la Cruz9, quien es considerada como una de las principales escritoras de prosa

y poesía de la época debido a sus obras emblemáticas como: “Los empeños de una

casa”; “Amor es más un laberinto”, entre otras como “El divino narciso” que se

presentaba como obra teatral de aquella época, y fue así que durante cuantiosos

años, productos como el maíz, el oro y la plata, así como el pulque, el papel y otros

artículos de carácter doméstico forjaron el destino del funcionamiento de la

economía mexicana. No fue hasta finales del siglo XVIII que se tuvo una oportunidad

de cambio tanto social como económico al momento que aparece la guerra de

8
Toriz, Martha. El teatro durante la evangelización. CITRU.
9
Poesía, teatro y prosa, ed. Antonio Castro Leal. México: Porrúa, 194
independencia, mismo momento en donde el teatro comenzó a modificarse y a

progresar en su mismo desarrollo a una evolución repentina y relevante, a tal grado

que aparecieron nuevos teatros, nuevos espacios para hacer teatro y mayores

empleos destinados a estas artes10 , destacando principalmente la influencia

europea que seguía manifestándose en forma de zarzuela, así como la ópera y el

arte lírico11, emergiendo otra especie de teatro que era mucho más accesible para

un público masivo, como el teatro popular, el teatro obrero, y el teatro frívolo, mismos

que se vendían por menos de un “real mexicano” y que permitían que los teatros,

cabarets y localidades de aquellas épocas estuvieran siempre concurridas.

Posterior a los actos de independencia en México y con la llegada de Porfirio Díaz

al poder, no solamente prosperaron las circunstancias económicas en la nación

debido a una mejora exponencial en la estabilidad política, la inversión extranjera y

el desarrollo de un nuevo sistema ferroviario, así como también se propició el

aprovechamiento importante de los recursos naturales en México, sino que también

el teatro tuvo un crecimiento relevante en su estructura y en su funcionamiento, ya

que además de la construcción de edificios emblemáticos, como el Palacio Postal y

el Palacio de Comunicaciones y Obras Públicas, se construyeron grandes teatros

como el Teatro Juárez, el Palacio de Bellas Artes, entre otros centros culturales

importantes, marcando el inicio de una nueva era para los artistas y creadores de

teatro en el país. Para este entonces, el teatro y las artes ya formaban parte no solo

de la oferta teatral en las carteleras de los principales teatros en México, sino que

10
Del Río Reyes, Marcela. (1997), Perfil y muestra del teatro de la Revolución mexicana. México, Fondo de
Cultura Económica.
11
Cuatro siglos de Teatro en España Consorcio europeo de la cultura Madrid 1992.
también formaban parte del sector económico y participativo al cual mucha gente

ya podía llamarse como “empleado del teatro”, y a una naciente industria teatral

local tradicional, debido a la aparición de compañías teatrales tanto regionales como

extranjeras que buscaban la presentación de sus obras y piezas en los teatros de

la nación, así como el movimiento de nuevas profesiones referentes al teatro.

En cuanto a la economía del país, la actividad productiva se encontraba en uno de

los mejores momentos que se han vivido como sociedad hasta la fecha, ya que a

principios de la década de 1900, las cifras que determinaban el Producto Interno

Bruto estaban a la par con países como Uruguay y Argentina, mismo que era dos

veces más grande que el PIB de Venezuela y Brasil, dando como resultado que

para el año de 1910 el PIB se encontrara a 34.1% per cápita, colocándolo como uno

de los picos más altos en la historia del país y de su economía12. Dicho crecimiento,

podría observarse como un crecimiento muy optimista y beneficioso para la mayoría

de los mexicanos ya que generalmente al prometer un entorno saludable lleno de

riquezas y oportunidades, los índices de bienestar naturalmente podrían

incrementarse, así como los índices de salud y educación, sin embargo no fue de

esa manera debido a que el bienestar económico enriqueció a muy pocas personas

y empobreció a la mayor parte de la población debido a la mala distribución de

tierras y al acaparamiento de los recursos económicos para la clase alta y para muy

pocos empresarios. En cuanto al teatro y a sus creaciones artísticas, se buscó la

formulación de espectáculos clasificados como de “género chico”, donde si bien

12
Crandall R (2004). "Mexico's Domestic Economy", in Mexico's Democracy at Work: Political and Economic
Dynamics, Crandall, Paz and Roett (editors) Lynne Reiner Publishers, United States.
hubieron varios intentos por mejorar las condiciones teatrales de los actores y de

las mismas producciones, también hacían mucho más cercanos los escenarios al

pueblo, describiendo al “género chico” como “una forma de teatro popular”13 que se

caracterizaba por venderse únicamente por horas, e iba dirigido a la clase obrera

trabajadora, siendo mucho más accesible que cualquier otro tipo de teatro en el

país, y por lo tanto, mucho más concurrido. En cuanto al teatro que iba dirigido al

sector de la población que contaba con ingresos más altos y que era considerado

como un público más “culto”, la creación teatral otorgada por autores mexicanos fue

prácticamente nula dado que estas mismas representaciones se daban en teatros

de mayor aforo y reconocimiento, las obras y compañías teatrales decidían

presentar piezas de Racine y Shakespeare, así como óperas de Verdi y Gounod,

creando un teatro mucho más monopolizado por extranjeros14 y por talento europeo,

dada la alta popularidad en el mercado de estas obras y por ser consideradas de

mayor renombre y calidad.

Mientras la economía crecía y se abrían nuevos mercados para los mexicanos, visto

desde un punto de vista globalizado y macroeconómico, el esqueleto económico del

teatro popular mexicano que en sí mismo fue creado en las mismas calles a raíz de

los efectos de la Independencia, mantenía una separación muy marcada a las

influencias extranjeras y al mismo teatro “cultural” mexicano, debido a que se

encontraba anexa a una subcultura que se desarrollaba dentro de la cultura

dominante (la obrera) y se caracterizaba principalmente por abarcar dos tipos de

13
E Bryan, Susan. 1983. El teatro en México durante el porfiriato. El Colegio de México. Pág 130.
14
E Bryan, Susan. 1983. El teatro en México durante el porfiriato. El Colegio de México. Pág 132.
teatro: el obrero y el frívolo. Por una parte, el teatro obrero se singularizaba por

mantener precios más accesibles15 en comparación a los elevados precios que

mantenían las producciones de teatro “cultural”, y si bien fueron influidas por el

socialismo utópico y el asociacionismo, buscaban reeducar a través del ejemplo de

los personajes, sus historias y sus decisiones a polarizar los valores negativos por

un positivismo honesto, acentuando esencialmente a múltiples ejemplos de ayuda

y fraternidad en sus contenidos, de tal manera que una vez más el teatro se utilizó

como canal de comunicación masiva popular debido a que alcanzaba a expandir la

información necesaria a una segmento de la población, que en casi la totalidad de

los casos era analfabeta. Un ejemplo del teatro como instrumento de difusión fue

durante el movimiento huelguista obrero que ocurrió entre 1865 y 1880 en el Valle

de México al darse la fundación del Gran Círculo de Obreros de México y de entre

los autores que destacaron principalmente en este tipo de teatro, fue el redactor

Alberto G Bianchi quien estrenó su obra: Martirios del Pueblo, en donde proyectaba

argumentos del sufrimiento dentro de los hogares y los efectos de las condiciones

laborales y políticas sobre la sociedad16,los cuales el público al verse reflejado en

este contexto y en esas circunstancias lamentables, generaron que no se causaran

efectos optimistas para con los espectadores, causando además movimientos de

inconformidad y de descontento, pero sobre todo ocasionando el boca a boca de

insatisfacción popular accionando un estruendo claro y determinante en los rincones

de las butacas, donde podía escucharse un ligero murmullo de “revolución”. Mismos

efectos que tampoco fueron muy bien vistos por las autoridades mexicanas y las

15
Los precios variaban entre 0.5 y 1 real por función. CPMC, CONDUMEX.
16
Cita por Reyes de la Maza, 1972. Pp 92-93
figuras gubernamentales de poder, dado que el orden y la paz no podían ser

quebrantados por una simple obra de teatro y mucho menos por una puesta en

escena de carácter “obrero”, a tal grado que Alberto G Bianchi fue condenado a un

año de prisión por trastornar el orden público17. En el otro extremo, el teatro frívolo

era tratado con mucha más aceptación por las autoridades gubernamentales,

caracterizándose principalmente por presentaciones de can-can, bailes y

espectáculos que por su contenido, eran mucho más económicos y con un

contenido más cómico que crítico.

En otra parte, uno de los sucesos más importantes para el teatro en México durante

esta era de cambio, fue que para el año de 1902 se identificó la necesidad de

establecer una Sociedad de Autores Mexicanos, muy similar a la que ya existía en

España, y que en un futuro se complementó como la Sociedad de Autores y

Compositores de México (SACM), la cual se establecería con el fin de proteger los

derechos de autor de los proyectos locales culturales y artísticos, debido al alto

plagio que se presentaba por parte de las empresas teatrales extranjeras y que se

había vuelto muy difícil de contener. Para el año de 1985, esta sociedad dio un paso

muy importante al afiliarse con el Seguro Social Mexicano, y firmó convenios con

otras organizaciones musicales, abarcando el cobro de derechos de autor en

México de la mayoría de los rubros artísticos existentes del país18, así como la

llegada de majestuosas puestas en escena, actores con mucha mayor popularidad

debido a la llegada del televisor y la radio, así como la llegada de la época dorada

17
Vid. Expediente. No 113. Caja 64, 2a sección. AGNM. Gobernación.
18
Sociedad de Autores y Compositores de México. Cita textual del texto contenido en la página web de la
SACM. Consultada el 12 de diciembre de 2012.
del cine mexicano, que si bien alcanzó un alto éxito económico en las pantallas,

también benefició a que la cultura teatral de revista se posicionara en México con

mucha más fuerza y a que se reconociera al actor como un elemento participativo

en áreas multidisciplinarias19.

Importaciones, Exportaciones, Producto Interno Bruto y su relación con el

escenario teatral

Al pretender hablar sobre la relación que existe entre el teatro y la misma economía,

que puede englobarse por los índices de producción de empleos, crecimiento

económico, dependencia monetaria y variantes en tipos de cambio, se deben de

examinar cuáles son en realidad los elementos que conforman principalmente la

economía del país y cuáles son los principales actores que definen el rumbo de la

misma economía, principalmente los que van dirigidos dentro de este grupo y que

van destinados principalmente a afectar el destino de la realización teatral en

México.

Cronológicamente hablando sobre la historia y evolución de la economía mexicana

dentro de los primeros indicios de comercio exterior en México, así como

concebimos a la economía al día de hoy, es imperativo retomar la situación

monetaria que se vivía durante los 40’s en donde el progreso económico del país

se veía representado en su mayoría por una alta participación del Estado para

promover una ampliación de los servicios que se podían dar como país y para

extender las acciones comerciales dentro del territorio nacional, principalmente

19
García Riera, Emilio (1986) Época de oro del cine mexicano Secretaría de Educación Pública (SEP) ISBN
968-29-0941-4
enfocando estos esfuerzos a implementar acciones dirigidas en incentivar el

comercio internacional, así como el favorecimiento a la industrialización que se

generaba por medio de la importación y de la inversión extranjera, de manera que

era aceptada minoritariamente para áreas no estratégicas del sector manufactura y

en donde se excluían del resto de las actividades comerciales, siendo que

posteriormente para inicios del año de 1966, se comenzó a implementar una nueva

actividad comercial que se conoce desde aquél entonces y hasta la actualidad como

un “programas de maquiladoras” que permitieron a los mexicanos estimular plantas

de trabajo extranjeras en territorio nacional, así como se generó un formidable

porcentaje de nuevos empleos para los mexicanos, los cuales permitieron que para

la década de los 70´s el Producto Interno Bruto de México creciera a una tasa anual

promedio del 3.1% per cápita, promoviendo a que el país evolucionara de ser de un

país dedicado únicamente a la agricultura y al ganado, o bien un país meramente

obrero a la generación de recursos de materia prima básicos para la alimentación y

producción básica, a ser un país visto internacionalmente como un facilitador de

servicios industriales, siendo así la participación manufacturera y de maquila entre

un 15% y un 25% de los ingresos principales para el PIB real de aquella década.

Fue también importante que para 1977 el escenario de México ya sobresaltaba las

características típicas de una economía dependiente de países de América del

Norte, debido a la exportación de petróleo y a la fuerte tendencia del mercado a

realizar importaciones de productos del extranjero, ocasionando así un fuerte déficit

comercial que hasta la fecha sigue impactando en las decisiones económicas de los

mexicanos, siendo que para el año de 1991 México ya se encontrara negociando

el tratado de libre comercio que cambiaría la forma de hacer negocios en América


del Norte con los Estados Unidos y Canadá, haciendo que para 1994 entrara en

vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con el fin de

establecer un lazo internacional comercial entre México, Estados Unidos y Canadá

para que durante 15 años se eliminaran las barreras aduaneras entre las tres

nacionales y para que también se retiraran algunas restricciones de impuestos para

productos estratégicos de manufactura, entre ellos los motores, los autos, piezas de

construcción automotriz, máquinas electrónicas como computadoras, así como

textiles y productos de agricultura. Dicho tratado se enfoca también a la protección

en materia de derechos de autor y marcas comerciales (referentes también a la

protección teatral), así como a la segmentación de nuevas industrias de múltiples

sectores productivos y a la construcción de nuevas pequeñas y medianas empresas

proveedoras del sector macro, lo cual (además de beneficiar a la economía

mexicana) ocasionó también que el dólar americano se volviera la moneda

estratégica para establecer transacciones comerciales entre México, Estados

Unidos y Canadá, colocando a México y a Canadá en una situación que a la fecha

complica el escenario para cualquier industria debido a la alta dependencia que

mantiene el peso mexicano para con el dólar estadounidense,

Hoy en día México se encuentra ocupando el lugar número quince de los países

que realizan el mayor número de importaciones en todo el mundo 2021,

principalmente de productos provenientes de países como Estados Unidos (50% de

las importaciones), China (14.7%) y Japón (4.7%), entre otros, de los cuales se

20
Secretaría de Economía de México, TLCAN
21
Banco de México. 2017. Importaciones totales.
importan principalmente bienes de carácter “intermedio” o bienes que necesitan

pasar un proceso de producción adicional para completar su consumo final,

principalmente enfocados a la industria automotriz, a lo que finalmente nos lleva a

hablar de las exportaciones que realiza México al extranjero donde se nos aleja de

un escenario optimista y satisfactorio para la economía mexicana, ya que se realizan

principalmente exportaciones que caen en materia de coches, piezas y repuestos,

computadoras, así como las exportaciones de petróleo crudo (que posteriormente

se volverá a importar como gasolina), siendo los Estados Unidos de América

nuestro principal cliente, con más de $290 miles de millones de dólares en materia

de exportaciones únicamente a ese país22.

El Producto Interno Bruto en México, es considerado como el valor monetario total

de la producción de bienes y servicios del país, generalmente considerado como un

valor anual, donde se contabilizan bienes y servicios producidos únicamente por el

trabajo formal, dividiéndose en tres sectores económicos. El primer sector, conocido

también como el “sector primario” es la actividad que se considera por medio de la

agricultura, ganadería, explotación de recursos naturales como bosques y selvas,

pesca y minería, ocupando aproximadamente el 18% de la fuerza laboral, el sector

secundario que cuenta con actividades de transformación y construcción que ocupa

aproximadamente el 24% de la fuerza laboral y el sector terciario, que se identifica

como el sector de la producción de energía, comunicaciones y agua, ocupando el

58% de la fuerza laboral. Los estados que tienen mayor participación en el PIB

nacional son el Distrito Federal (con la gran mayoría del aporte económico), el

22
OEC. 2016. Exportaciones México.
Estado de México, Nuevo León. Jalisco, Veracruz, Campeche y Guanajuato,

seguido de Coahuila, Puebla, tabasco, Tamaulipas y el resto de los estados23.

En cuanto al ingreso que proviene directamente de la industria de la cultura y de las

artes en el mundo, la UNESCO informó que en el año 2013 alrededor del 3% del

Producto Interno Bruto global se encontraba representado por esta industria y que

suponía ingresos aproximados de $2,250 millones de dólares anuales, empleando

al 1% de la población activa mundial, para lo cual se podía decretar que durante el

año 2013 existían “más puestos de trabajo relacionados con las artes, que de las

industrias automovilísticas de Europa, Japón y Estados Unidos juntas”24. Es

importante señalar también que como parte de este análisis y al hablar de los

ingresos generados por la cultura global, el informe de la UNESCO identifica once

sectores principales dentro de las actividades culturales y creativas en todo el

mundo, mismos que se obtienen debido a la importancia que representan

significativamente cada una de estas actividades en diferentes regiones, donde se

incluyen además de las artes escénicas, a disciplinas como la publicidad, la

arquitectura, los libros, los videojuegos, la música y el cine, la prensa escrita, a la

radio, las artes visuales y la televisión, siendo esta última la actividad cultural que

ocupa el primer lugar de los ingresos a nivel mundial con $477 miles de millones de

dólares (y la número uno en México), por lo que este estudio coloca a las artes

escénicas en el séptimo lugar de mayores ingresos con un total de $127 miles de

millones de dólares durante el año 2013 dentro del consumo global total.

23
INEGI. 2014. Participación estatal en el Producto Interno bruto.
24
EY. 2015. Tiempos de cultura. CISAC.
Emancipando un poco más a lo que representa el ingreso total global cultural,

Estados Unidos representa el mercado más importante para las artes escénicas en

el mundo debido al éxito taquillero que significa dentro de la industria del

entretenimiento, dado que únicamente en el año 2008 se contemplaban cerca de

3,000 compañías de teatro, 200 teatros, 200 compañías de danza, 600 compañías

de ópera, así como 4,600 artistas (únicamente escénicos)25, y de igual forma

posteriormente, la Broadway League había reportado también que durante la

temporada de 2009-2010 se habían generado $1,020 millones de dólares y que

para la temporada 2014-2015 se habían generado $1,365 millones de dólares, con

más de 13 millones de espectadores para esta última temporada 26, por lo cual se

puede dar a entender que cada uno de estos espectadores pagó en total un

promedio de $104 dólares americanos por una entrada a un espectáculo teatral en

Broadway, o casi $1,200 pesos mexicanos. Nada mal para un país donde el salario

mínimo es de $7.25 dólares por hora27. Adicional a la información proporcionada

por la Broadway Leagu, la asociación estadounidense ACPSA ( por sus siglas: The

Arts and Cultural Production Satellite Account) reportó también que desde el año de

1998 hasta el año 2013 el consumo de teatro creció anualmente un 10% durante

este periodo de 15 años, siendo que únicamente para el 2013 el arte contribuyó con

$7.1 miles de millones de dólares a la economía del país, seguido también por la

música, la cual contribuyó aproximadamente $4.2 miles de millones de dólares,

25
EY. 2015. Tiempos de cultura. CISAC. Pág 60.
26
EY. 2015. Tiempos de cultura. CISAC. Pág 60.
27
Urbina, Ian (24 de mayo de 2014). «Using Jailed Migrants as a Pool of Cheap Labor». New York Times.
Consultado el 26 de octubre de 2014
ocasionando que la cultura y las artes contribuyeran al 4.23% del PIB

estadounidense ese año28.

México presenta un escenario muy interesante dado a la mezcla de elementos

culturales que se encuentran en la misma economía y que predominan en el país

de forma dispar. Si es que el objetivo es encontrar un régimen comparativo con

respecto al gasto y al ingreso que se destina y se obtiene en base a lo que se

relaciona con la cultura, dado que a diferencia del turismo, el cual aporta

aproximadamente el 8.7% del PIB en México29, la participación económica del

sector de la cultura apuntó a ser del 2.8% al Producto Interno Bruto durante el 2014,

produciendo alrededor de $549,325 millones de pesos30 únicamente en este sector,

indicando también que en cuanto a empleos relacionados con la cultura, más de un

millón de mexicanos se dedican a la realización de actividades culturales de manea

profesional ya sea como artesanos, actores, dibujantes, artistas plásticos, técnicos,

escenógrafos, entre otros empleos relacionados con la cultura y las artes. Sin

embargo este porcentaje del “PIB cultural” puede reconocerse subsecuentemente

en segmentos reales, donde se observa que aproximadamente el 36.1% del gasto

en cultura proviene directamente de la compra de productos de clase artesanal,

como lo son productos tradicionales que se consumen en relación con el sector

turismo, así como además de que se sabe que el 22% del gasto proviene del

consumo de medios audiovisuales como lo es el cine y otros proyectos artísticos

audiovisuales, como además se conoce que la producción cultural en los hogares

28
ACPSA. 2013. National Endowment for the Arts. https://www.arts.gov/artistic-fields/research-
analysis/arts-data-profiles/arts-data-profile-2/2013-acpsa-tables
29
INEGI. Dato correspondiente al Valor Agregado Turístico Directo 2015
30
INEGI. Dato correspondiente al Valor Agregado Cultural Directo 2014.
aporta un 17.4% de ese mismo gasto, siendo estos los que se generen durante la

producción en fiestas, festivales y ferias. Finalmente, la gestión pública de

actividades culturales aporta en un 6.1% del gasto total y que la venta de libros e

impresiones otro 5.5%, además de que las artes plásticas y la fotografía representan

un gasto de un 1.9% y los eventos musicales como conciertos aportan solamente

un 1.3%, siendo únicamente las artes escénicas y espectáculos teatrales las que

aportan el 6.5% al gasto final de cultura en México. Un porcentaje bajísimo si se

compara con lo que gastan los mexicanos en actividades como ir al cine, o bien,

como la que realizan únicamente los relacionados a la fotografía en el país o bien,

al gasto que se realiza en los Estados Unidos de América y a sabiendas de que en

México según los mismos datos del INEGI desafortunadamente en México hay

solamente 0.5 teatros por cada 100,000 habitantes31 que lo ocupan, determinando

una escasez oficial de espacios teatrales en territorio nacional. Y es que hay

ejemplos como la Ciudad de México donde se puede encontrar una amplia variedad

de propuestas artísticas que consiguen llegar a ajustarse a cualquier tipo de

presupuesto y que además puede variar desde los cincuenta pesos por asistir a una

obra de teatro tanto comercial o fondeada con apoyo gubernamental, hasta una

obra teatral de gran formato que mantiene un precio promedio de casi ochocientos

pesos por asiento. Sin embargo la sensibilidad que existe en el precio de un boleto

teatral ha generado que se perciba la asistencia al teatro como un “bien de lujo”

para el consumidor mexicano, o bien, un producto que “no se considera esencial”32

siendo que por misma ley de economía, el consumo de las entradas al teatro se

31
INEGI. Dato correspondiente al Valor Agregado Cultural Directo 2014. Tasas.
32
Economipedia. Bien de lujo. http://economipedia.com/definiciones/bien-de-lujo.html
daría proporcionalmente cuando aumentan los ingresos de los espectadores,

siendo dicho incremento uno que no sucede muy a menudo en un país cuyo salario

mínimo se encuentra en los $80.04 (en el año 2017) y que mantiene un incremento

en promedio de entre el tres y el cuatro por ciento anual33, haciendo totalmente

inaccesible la entrada a un espectáculo de gran formato para una persona con estos

ingresos económicos, a diferencia de ciudades como Nueva York, Londres, Paris,

San Francisco, Singapur, Sídney, Los Ángeles, Berlín, Tokio o Barcelona, mismas

que clasifican dentro de las diez ciudades principales donde se concentra el talento

mundial34 (2014) y en donde el precio promedio del boleto teatral se mantiene muy

similar al precio del boleto de teatro comercial en México (aproximadamente los

$1,200 pesos mexicanos). Asimismo cabe resaltar que el sector cultura (y el ingreso

que proviene del mismo) es altamente dependiente de las situaciones del mercado

y de la inflación que exista para la canasta básica; al ser el teatro un servicio

considerado “de lujo”, el consumo del mismo será proporcionalmente similar al

consumo que se tengan de otros productos de carácter primario, dado que mientras

más elevado sea el aumento que se tenga en cualquier de esos servicios primarios,

menor será el consumo de teatro comercial, haciendo el reto todavía más difícil de

cumplir.

33
SAT. 2017. Salarios Mínimos México.
http://www.sat.gob.mx/informacion_fiscal/tablas_indicadores/Paginas/salarios_minimos.aspx
34
EY. 2015. Tiempos de cultura. CISAC. Pág 23.
El efecto Trump y las artes en México

Mucho se había escuchado desde finales del 2015 con respecto a las elecciones

presidenciales de los Estados Unidos de América, donde se habían presentado las

distintas opiniones políticas que colocaban cierto aire de preocupación y

consternación, principalmente para el sector productivo de México, para el comercio

internacional, así como para el sector manufactura que principalmente se encuentra

ocupado por empresas norteamericanas, pero no fue hasta finales del 2016 que la

bolsa mexicana de valores temblaba como no lo hacía desde hace mucho tiempo

por las mismas causas de incertidumbre política que ponían en riesgo el crecimiento

económico de México, siendo “el efecto Trump” el principal de estos factores,

nombrándose así por las constantes amenazas, burlas y mutaciones que se dictaron

durante las elecciones de los Estados Unidos hacia las distintas economías del

mundo, pero principalmente, una amenaza directa hacia la economía mexicana de

parte del candidato y electo presidente: Donald Trump. Si bien, México ya tenía sus

propios problemas internos que restringían su crecimiento y ya había creado sus

propias debilidades, enfrentaba ahora también una situación externa y desfavorable

con “vulnerabilidad interna”35, donde Trump además intimidaba con medidas

arancelarias complicadas, específicamente a exportaciones mexicanas en donde

supuestamente sancionaría con un impuesto a las remesas con un costo que

permanecía alrededor del 0.5% a la economía mexicana, estableciendo un

pronóstico de crecimiento al PIB mexicano durante el 2017 de 1% a 1.8%, siendo

que además México aún tiene una deuda total con Estados Unidos desde el 2009

35
Luna, Carmen. 2016. El efecto Trump aumenta el riesgo de una crisis económica en Mexico. Expansión.
(con la crisis generada en aquella época) de casi lo equivalente al 48% del PIB, y

además se había pronosticado que para el 2017 la inflación fuera del 5.25%; un

nivel muy alto a diferencia de lo que se había previsto (originalmente un 4.13%)36,

mismo que podría llevar a una crisis económica muy cercana a lo que se vio en su

momento dentro de los Estados Unidos de América durante el 2008. ¿Qué

representaría para México una crisis económica en el sector teatral? Se podría decir

en primera instancia que sería un escenario preocupante para un sector cultural y

teatral en México que ha demostrado ser desatendido por el mismo público, y mismo

escenario que se dio en los mismos Estados Unidos de América donde se

reportaron millonarias pérdidas en el ámbito cultural, específicamente en lo que se

refería al teatro y a las artes visuales, debido a la falta de inversión de parte de

empresarios, a la falta de turistas en los sectores estratégicos y a los altos precios

del boleto. Sin embargo una crisis económica no siempre define el éxito de una

puesta en escena o de la misma industria teatral ya que las mismas características

culturales del público pueden determinar una sensibilidad muy baja con respecto a

la alza de precios. Basta con remontarse al año 2015 cuando la economía griega

se mantenía en los peores escenarios de la historia del país, siendo ellos también

dependientes a una moneda, que para ellos era irreal (el euro), colocándolo en los

peores lugares de ingresos, en miserables porcentajes de empleos activos y en

pésimas proyecciones financieras para la población, afectando a la mayor parte del

sector cultura, pero principalmente a lo referente al cine y a los conciertos musicales

populares, más sin embargo el teatro vivió uno de sus mejores momentos en

36
Ruiz Vargas, Juan Carlos. 2017. Menos crecimiento, mayor inflación y devaluación del peso, prevén
especialistas para 2017. Proceso. México
taquilla, no solo por la asistencia concurrida a los espectáculos teatrales, sino por el

incremento de oferta teatral que se daba temporada tras temporada, incrementando

de una temporada de 858 puestas a una nueva temporada de casi 1000. Los griegos

no estaban dispuestos a dejar ir parte de su identidad cultural debido a una

economía decadente, y muchos de los teatros y auditorios en Atenas se vieron

obligados a sustituir la producción de conciertos por obras teatrales, siendo que el

gobierno a la par disminuyó también los impuestos a los precios de los boletos

teatrales a un 6% para dar soporte a las artes escénicas, siendo que al mismo

tiempo, los impuestos a los cines incrementarían un 23% como parte de los

programas de austeridad que el gobierno griego implementaba a razón de la crisis.

Los precios del boleto al teatro se habían reducido de veinte o cuarenta euros a

solamente costar entre diez y veinticinco euros, siendo que el boleto al cine

permanecía mucho más bajo, solamente entre cinco y ocho euros37. Eso no

mejoraba el aspecto laboral de los artistas, o que el desempleo representara casi el

92% para ese sector actoral, siendo que anualmente las escuelas dramáticas

seguían titulando alrededor de 500 actores anualmente y que también se reconocía

públicamente que las producciones teatrales habían reducido sus presupuestos a

casi la mitad. ¿Sería un escenario como el de Grecia el mismo que se esperaría

para México, en caso de que ocurriera una crisis económica? ¿Se esperaría la

misma reacción del público para con las compañías teatrales comerciales? ¿El valor

de la percepción del costo del teatro comercial para el mexicano en verdad va

arraigado al valor del dólar? Partiendo del valor de la moneda con la que hemos

37
Karagiannopulos, Lefteris. 2015. Economic crisis proves no tragedy for Greek Theater. Ekathimenirini.
operado en México, es determinante destacar que en el siglo antepasado una

puesta teatral popular podía llegar a apreciarse por menos de quince centavos (o

bien, equivalentes a un “real” mexicano), y que por menos de un peso un mexicano

podía asistir a una obra de teatro popular que presumía de ser auto sustentable y

de cubrir el costo de un proceso artístico, el costo de una producción muy modesta,

así como el costo de un equipo creativo y de un grupo de actores profesionales, así

como el sueldo perteneciente al dramaturgo o creador del contenido artístico. Este

“peso” que anteriormente se cotizaba por un valor de $0.97 pesos por dólar38 y que

no fue hasta la época de gran inestabilidad tanto social como política que se vivió

durante la Revolución mexicana en donde la desconfianza política y la incertidumbre

que colocaron al peso en una desventaja competitiva preocupante, y que a su vez

llevó a determinar que el dólar se llegase a cotizar en $23 pesos durante 1916 y

cuyo monto no disminuyó hasta un año después, donde se colocó a $2.12 pesos

por unidad, mismos que se mantuvieron bajo el mismo monto hasta el año de 1930.

Si bien, factores como la inflación, el precio de la gasolina, hasta el precio del maíz,

son factores que sorprendentemente llegan a definir el precio del boleto, así como

el dólar que es el principal motivo por el cual la realización de una obra de teatro

comercial puede llegar a incrementar el costo de su valor, o bien, puede llegar a

perjudicar su misma realización en el escenario. Y es que en realidad el problema

que se crea alrededor del teatro comercial se centra en la importación de bienes y

servicios artísticos, dado a que el productor teatral en México muchas veces

considera que las mejores opciones de proveeduría para su espectáculo teatral

38
Krause, Chester L. and Clifford Mishler (1991). Standard Catalog of World Coins: 1801–1991 (18th ed. ed.).
Krause Publications.
(principalmente al hablar del teatro comercial) son aquellos productos y proyectos

que puedan obtenerse del extranjero, principalmente si se hablan de elementos

técnicos como de iluminación, sonido, y construcción arquitectónica, hasta aquellos

elementos que se lleven a cabo en la ejecución del escenario, que van desde el

maquillaje, vestuarios, escenografías, entre otros necesarios para la creación

estética. Adicional a todas las importaciones que se hacen de valor físico y que

conllevan un costo en el tipo de cambio y en las fluctuaciones del mismo con

respecto al peso mexicano, también existen importaciones que se realizan de valor

intelectual y escritas, como por ejemplo obras de teatro por las cuales se paga una

regalía o también conocido en el idioma inglés como “royalty”, el cual consiste en el

pago que se realiza al titular de los derechos de autor, en este caso a los dueños

tanto del texto, música, orquestación, escenografía, imagen e idea original de la

obra, o bien, de la misma iluminación, coreografía, diseño, entre otros que se

pueden incluir en el contrato de adquisición de licencia39. La mayoría (si no es que

la totalidad) de las obras de teatro contemporáneo de fuentes extranjeras que se

presentan en nuestro país tienen la obligación de cumplir un régimen jurídico que

abarca la negociación del contrato de regalía, el pago del porcentaje de regalía, así

como un posible fondo de mercadotecnia que se utiliza para cubrir las actividades

publicitarias de la obra, y para muchos otros casos, se puede llegar a incluir un

porcentaje adicional de pago de regalía para el precio del boleto, o bien, por la

cantidad de butacas de las cuales tiene disponible el teatro en el que se va a

presentar la puesta en escena y un porcentaje adicional para cuestiones de

39
Royalty. Diccionario panhispánico de dudas ©2005
Real Academia Española
producción y requerimientos adicionales que el autor o bien, el libreto técnico

detalle. En este mismo proceso jurídico participan instituciones de carácter privado

en el extranjero que brindan servicio de consultoría y proveeduría de dicho material

intelectual, así como facilidades para la adquisición de este contenido, conocidas

como Organizaciones de Gestión Colectiva o OCGs, las cuales aparecen como una

respuesta económica frente a los retos del mercado debido a que “es imposible que

cada autor/ compositor trate directamente con cada usuario de su trabajo, le dé la

autorización de utilizar sus obras y obtenga una remuneración” 40, siendo la SACD

la primera organización que se creó en el mundo en el año 1777 y que a raíz de eso

se pudo generar una protección artística al creador cultural de aquella época. Para

la regulación jurídica del derecho de autor en México, se encuentra la Sociedad

General de Escritores de México o por sus siglas la SOGEM, quien a su vez gestiona

el registro de obras literarias ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor

(INDAUTOR)41, mismas que están especialmente construidas y consolidadas para

la negociación de los derechos en una época moderna. Si bien, la decisión de

adquisición de un producto extranjero es mera decisión libre del productor, ya sea

por una decisión comercial, o bien por abarcar una preferencia comercial a un sector

de la población específico, es también mucho mayor el riesgo que se tendrá al

momento de tomar una decisión en adquirir una obra teatral con derechos

extranjeros al día de hoy. Por ejemplo, para un productor que en el 2015 planeaba

su temporada teatral en el transcurso del 2016 y podría pagar un monto de diez mil

dólares americanos por el uso de licencia, estaría contemplando un tipo de cambio

40
EY. 2015. Tiempos de Cultura. Pág 21.
41
SOGEM. 2016. http://sogem.org.mx/
de $12.93 pesos por dólar americano, más sin embargo debido a los cambios

políticos de los Estados Unidos, el dólar llegó a dispararse a los $19.99 pesos por

unidad, incrementándose porcentualmente a más de un 50% de su valor, generando

que el productor tuviera que contemplar un 50% más en sus costos de adquisición

de licencia y producción proveniente del extranjero, y que muy seguramente

impactaría el precio de entrada para un asistente.

Principalmente para disuadir de los efectos que provienen directamente de las

decisiones políticas (independientes a la operación teatral) y de disminuir el impacto

sobre la dependencia de la que los mexicanos nos hemos sumergido desde hace

años, tanto desde un punto de vista económico al importar producción de otros

países, así como del cultural al importar textos y teatro de autoría extranjera, se

pueden proponer distintas soluciones que si bien no cumplirán completamente con

la solución del difícil entorno económico en el que nos encontramos como sociedad

en México, pero sí colaborarían para la creación de nuevas oportunidades para el

teatro mexicano y sobre todo para la mejora de la operación, de la producción y del

descubrimiento tanto artístico por parte de los actores y dramaturgos, como de

identificar oportunidades dentro de la operación contable de una producción teatral,

así como del mantenimiento de un precio mucho más accesible en los precios de

taquilla, soportando las exigencias de la demanda en cuestiones de calidad, pero

sobre todo, para generar un ambiente propicio en materia cultural que genere

ingresos valiosos en el país.

Cultura de “teatro hecho en casa”


Ya mencionados los principales efectos que se generan debido a la importación

teatral a México y de las pérdidas que se identifican en la misma, la primera

propuesta de solución que se pretende transmitir en este documento está enfocada

al impulso social, no solo del talento local enfocado al actor, sino también al empuje

y promoción de los textos y dramaturgos nacionales, así como del impulso a la

investigación teatral en materia de laboratorios actorales que permitan la

exploración de técnicas escénicas innovadoras, que si bien han tenido un deterioro

en la última década, son la médula espinal en la mejora para las condiciones

teatrales y artísticas del escenario mexicano. El hecho de mantener el teatro con

creadores nacionales establecería un vínculo económico mucho más sano para

regalías reguladas y resguardadas bajo una moneda fija y bajo una mejor estructura

económica de “teatro en casa”, así como la programación de un ahorro para la

obtención de los acuerdos que generen una comunicación mucho más eficaz entre

empresas productoras e instituciones reguladoras de derechos de autoría, de tal

forma que se genere un proceso legal mucho más transparente y sano,

principalmente al hablar de un teatro masivo en donde hasta la fecha se ha tenido

una notoriedad constante y marcada del impulso y promoción de creación

extranjera. Del mismo modo, el esfuerzo a la investigación y a la creación de talento

local abrirá puertas y oportunidades también a la exportación de teatro hablado en

español, que si bien tal vez no logre cruzar a adaptaciones en formatos de idiomas

extranjeros podría ser adoptada por regiones de América Latina e hispanoparlantes

lo cual dará oportunidad en colaborar a la creación de nuevas transacciones

internacionales en donde se permita generar aportaciones mexicanas por mero

intelecto artístico. Así mismo, es importante mencionar también que para garantizar
un impulso social colectivo que sea aprobatorio para el mexicano, las instituciones

gubernamentales que atienden a nuestro país tendrían la responsabilidad de

impulsar programas que aporten a generar conciencia sobre el consumo de

producto artístico mexicano y al consumo de tradiciones artísticas escénicas que

provengan del talento local.

Eliminar la economía informal de las artes escénicas

Para el 2015, el 23.6% del Producto Interno Bruto en México provenía del mercado

informal, generado por el 57.9% de la población ocupada en condiciones de

informalidad42, y si bien no hay un dato específico para México en base a los

ingresos que se generan por “piratería” de teatro, se conoce que en países

emergentes las ventas informales sumaban alrededor de $33,000 millones de

dólares en el 2013, generando aproximadamente 1.2 millones de empleos en el

mundo, siendo las mismas artes escénicas las que aportaban la mayor cantidad de

ingresos en piratería artística y cultural en la economía mundial informal, por medio

de espectáculos sin licencia como teatro callejero, festivales, conciertos en las

calles, que suelen ser gratuitos o a veces con un costo mucho menor, pero que sin

embargo, no colaboran a mantener una cultura teatral valiosa para el espectador y

mucho menos a mantener una fuente de ingresos equivalente y justa por el trabajo

artístico involucrado, siendo así parte de la problemática actual teatral que acontece

en México y uno de los principales retos que se mantienen en México debido a la

misma cultura del ciudadano mexicano.

42
INEGI. 2015. Medición de la economía informal.
Incentivar la generación de proveedores mexicanos

Otra de la problemática a la que se puede enfrentar el productor en México es

cuando llega el momento de solventar las necesidades técnicas de la obra y que

son necesarias para la creación y el montaje, que van desde la creación de un

entorno escénico representativo del libreto y de la expresión artística, así como el

mantenimiento de la visión del dramaturgo y del director, como también puede llegar

a ser necesario para saldar las exigencias técnicas del aforo que pueden variar

desde la misma iluminación, hasta una producción multimedia desarrollada. Y es

que la falta de productos y servicios que se pueden encontrar en México hechos por

mexicanos no son suficientes, o bien, no son de la calidad necesaria para solventar

este requerimiento y es por eso que la importación de material electrónico

audiovisual puede llegar a ser necesario, pero también muy costoso si es que se

tiene pensado hacerlo desde los Estados Unidos. Y es que el retorno sobre la

inversión que se plantee en la producción teatral debe de estar proyectado en

diversos escenarios económicos y contables debido a la complejidad de evaluar un

plan económico dirigido a la producción teatral, elaborando así un mapa económico

más difícil de anticiparse y también mucho más sensible ante un precio de boletaje

que ya es delicado desde un principio. Incentivar la proveeduría de la pequeña y

mediana empresa en México, no solo aportaría a generar un mejor ambiente

económico para el país, sino que mejoraría el abasto de producto, la distribución del

material, así como el decremento a futuro de los costos de producción en una era

donde la competitividad nacional en este sector es casi nula y donde el conocimiento

técnico de la producción teatral es prácticamente un conocimiento que está siendo


importado constantemente de países con mayor experiencia en el ramo teatral y

que para México (y sus productores e instituciones) ha representado un importe de

pago costoso. Misma pequeña y mediana empresa que actualmente se encuentra

obsoleta por la compra de productos del extranjero y que es poco recurrente en

México, misma que a su vez es muy necesaria para generar la tan añorada industria

teatral mexicana, solicitando que se desarrolle y que se incentive un programa con

los mismos estándares de calidad que se presentan en países como Estados

Unidos de América y en otros pertenecientes a la Unión Europea como parte de los

programas de apoyo a la pequeña y mediana empresa exclusivamente dirigidos al

sector cultural.

Sistemas de boletaje competitivos y justos

Si bien, el costo del boleto para un usuario puede llegar a incrementarse por factores

como el dólar, el petróleo, por temas arancelarios mucho más agresivos e

inestabilidad política, un elemento que sin duda genera dificultad al momento de

propiciar la compra de un boleto teatral, es el que proviene por el mismo hecho de

vender el producto. Los sistemas de boletaje tradicionales en México, son

típicamente conocidos por sus altos costos y por sus demandantes requerimientos

al momento de solicitar la entrega del boleto físico, y lamentablemente, la sociedad

mexicana todavía no se encuentra apta para propiciar una entrega únicamente

digital de la entrada al teatro, ocasionando que los incrementos de los precios a los

que un usuario puede verse perjudicado durante su compra incrementan entre un

diez y hasta casi un veinte por ciento el precio del boleto, siendo así una decisión

de compra generalmente independiente a la producción, debido que (la mayoría de


las veces) es posible realizar la compra del boleto teatral directamente en la taquilla

del teatro. La unión entre productores, instituciones culturales, teatros, centros

independientes, instituciones gubernamentales y especialistas en tecnología de

información y diseño de espacios virtuales, así como la desafiliación que mantienen

constantemente estas empresas productoras de entretenimiento, serían los

adecuados para generar no solo un espacio único de compra-venta de boleto

económico que sea autosustentable, sino que serían los privilegiados en generar un

beneficio y un ahorro a un público que se mantiene sensible al pagar por una entrada

al teatro.

Así es cómo el teatro a través de la historia puede ser reconocido como un

instrumento de comunicación, una forma de catequizar y de conquistar a una

población, y en muchos casos, una fuente de ingresos importante que ha construido

una industria cultural y sólida en muchas partes del mundo. De entre las soluciones

que se describen en este texto, algunas de ellas pueden ser consideradas como

superficiales o bien constantemente y prácticamente reconocidas institucionalmente

como una problemática no solo del mundo teatral, sino de cualquier industria del

entretenimiento que sufra del establecimiento de un mercado con una mente mucho

más globalizada, pero también son meramente propuestas generadas por las

mismas características que desembocan meramente desde un punto de vista

económico y numérico, ante la tendencia que se presenta en un mundo globalizado

y no solamente considerarse a atender desde un punto de vista comercial las ya

mencionadas, sino que hay muchas otras de carácter público que deben ser

impulsadas, como por ejemplo, la construcción de mejores espacios teatrales en


comunidades donde no se tiene un sitio para abordar la cultura y el arte, programas

teatrales que favorezcan a comunidades y pueblos que no tengan acceso al arte,

programas de atracción de talento enfocados directamente por las instituciones

gubernamentales en el país, primordialmente aquellas instituciones involucradas

con la educación y el desarrollo del niño, del joven y del adulto.

Si bien este escrito puede ser considerado como una descripción del acontecer

teatral en el que vivimos los mexicanos, también es una fotografía real de cómo el

teatro ha ido desarrollándose en base a los principios de la economía mexicana y

de cómo se ha ido transformando instintivamente con nuevas características y

nuevos retos que no solamente han generado la construcción de una disciplina

artística y cultural para la sociedad, sino que muchas veces esos mismos escenarios

han sido utilizados para establecer un pensamiento social constante pero a la vez

efímero de lo que se ha generalizado en México como un canal de expresión social

y la misma historia del teatro en México nos ha llevado a reconocerlo como una

necesidad que debe permanecer en cartelera y que se mantiene como una actividad

recreativa que es ya muy común para muchos y que también es totalmente ajena

para otros, ya sea porque sus ingresos económicos son una determinante en esta

afirmación, por su preferencia al momento de decidir en qué ocupar el tiempo en

actividades de recreación, o también por las mismas costumbres que se generaron

en el usuario a raíz de su crecimiento y enriquecimiento personal durante su

juventud. El teatro en México es una labor temeraria que no cuenta todavía con las

condiciones preferenciales que se requieren para considerarse establecido como

una industria en el país, más es necesario e importante el evaluar en dónde se


encuentra el mexicano en base a su misma cultura y decidir a dónde se quiere llevar

la misma industria teatral y no solamente mantenerse en una utopía cultural al

momento de establecer márgenes comparativos de nuestro teatro con otros

mercados, sino que también realizar un trabajo de introspección del cómo se

encuentra el ciudadano mexicano en base a su propia identidad cultural teatral y su

misma conciencia económica.

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