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Los bellos cisnes de cuello negro y plumaje blanco como la espuma ya no nadan en el lago, dejando reinar la tristeza. Antes alegraban el paisaje con sus bandadas que se mecían suavemente como copos de nieve o parejas de enamorados, pero ahora el hombre los ha ahuyentado por su recelo.
Los bellos cisnes de cuello negro y plumaje blanco como la espuma ya no nadan en el lago, dejando reinar la tristeza. Antes alegraban el paisaje con sus bandadas que se mecían suavemente como copos de nieve o parejas de enamorados, pero ahora el hombre los ha ahuyentado por su recelo.
Los bellos cisnes de cuello negro y plumaje blanco como la espuma ya no nadan en el lago, dejando reinar la tristeza. Antes alegraban el paisaje con sus bandadas que se mecían suavemente como copos de nieve o parejas de enamorados, pero ahora el hombre los ha ahuyentado por su recelo.