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Aludir a la institución escolar es hacerlo a un ente abstracto.

Hablar de qué
debe hacer la escuela es hablar de ¿quién? En mi opinión, al final, sea el
sistema que sea, debemos de aludir a la buena disposición, profesionalidad y
dedicación de los maestros y maestras que quieran formarse en este campo, y
que quieran tener (lo más importante) un compromiso personal con estos
niños porque piensan que sacarlos adelante es tarea de todos. Por ello, en
suma, todo depende del tutor o tutora que le toque al niño: que sepa
ganárselo, sea firme y cariñoso, interprete adecuadamente por qué no puede
aprender como los demás y le transmita un mensaje desculpabilizador , baje la
exigencia (exigencia no es esfuerzo), le refuerce positivamente, colabore con
los padres (no que les presione), le dedique todo el tiempo que pueda… En fin,
se constituya en un tutor de resiliencia que acompaña al niño sabiendo que lo
más importante que puede hacer por él es tener otra mirada en la que aquél
sienta que su profesor/a quiere que aprenda y se eduque para la vida. Yo he
trabajado en coordinación con muchos de estos profesionales y probablemente
no saben en verdad, cuán de importantes fueron en sus vidas.

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