El ser humano ha migrado desde el principio de sus tiempos con el fin de
encontrar un lugar donde pueda desarrollar y garantizar su descendencia al mundo. Asimismo, el ser humano ha logrado cruzar límites geográficos, expandiendo y adquiriendo a su vez; culturas, normas o sistemas económicos que le pueden resultar beneficiosos. Estos son los cimientos de la globalización, la cual hoy en día ha evolucionado aún más.
Actualmente, la necesidad del ser humano por comunicarse ha llevado a
desarrollar una tecnología comunicativa avanzada, lo cual se convierte en el motor que impulsa la comunicación mundial; la sociedad humana logra progresar a través de las épocas al desarrollar cada vez nuevos conocimientos y avances tecnológicos de manera contribuyente. Desde aquel punto de vista, la globalización se ve muy positiva, pero cabe recalcar que bajo aquel sistema ideal existen brechas que han permitido algunos perjuicios hacia las poblaciones pertenecientes a los países en desarrollo por parte de los países de primer mundo
Es bastante notoria la importancia de la globalización entre países. Tal es el caso
de nuestro país y los países de primer mundo, quienes, hasta hacía algunas décadas, poseían una diferencia abismal, tecnológicamente hablando, debido a que compartir los últimos avances tecnológicos o tendencias artísticas era, indudablemente, un proceso que atravesaba una gran cantidad de procedimientos. Hoy en día, como ya se había mencionado anteriormente, las naciones se apoyan mutuamente al compartir sus tecnologías tanto como materias primas, de manera que logran satisfacer las necesidades de sus habitantes.
La globalización, desde sus primeras influencias ha desarrollado múltiples
opiniones, ya sean positivas como negativas. Y en realidad, la globalización sí posee aspectos positivos, como la exposición de culturas y maravillas naturales al extranjero, lo cual llama a muchos turistas y genera un ingreso económico al País; también puede implementar mejoras tecnológicas, e inclusive mejorar la calidad y el precio de muchos productos mediante la competencia. Sin embargo, la globalización posee una gran brecha que perjudica a los países tanto como al mundo. Esto respecto a las empresas multinacionales, las cuales se basan en el paradigma tecnocrático que inclusive el Papa Francisco ha criticado en su última encíclica.
El medio ambiente es constantemente degradado debido a la explotación de los
recursos. Las empresas que se dedican a la minería pueden ensuciar ríos enteros, e incluso contaminar biológicamente a grandes masas de poblaciones; asimismo existen empresas que deforestan grandes extensiones de bosques dificultando la supervivencia de muchas especies animales.
Lamentablemente la globalización beneficia a estas empresas y también hace
posible una competencia entre países, de tal modo que estos últimos ofrecen precios cada vez más bajos con el fin de llamar la atención de empresas multinacionales.
De alguna manera u otra, un país en vías de desarrollo está obligado a dar su
materia prima a las empresas multinacionales; pues, no posee la economía suficiente para explotar sus propios recursos, y quizá nunca pueda hacerlo ya que existe una masiva fuga de capital económico en forma de materia prima. Algunas personas podrían llegar a llamar esta condición como “Neoimperialismo”, o nueva forma de imperialismo que quizá se forma bajo un sinnúmero de eufemismos.
Finalmente, es conveniente tomar en cuenta algunas enseñanzas básicas que
nos deja el papa Francisco tanto como Stephen Hawking, es hora de iniciar medidas a favor de la naturaleza, quizás muchos no tenemos la capacidad para enfrentar a algunas de las empresas que contaminan al mundo, pero sí podemos tomar medidas a favor del planeta, iniciando desde sembrar un árbol, hasta promover campañas. Entonces, pudiendo cada uno aportar un grano de arena, ¿construiremos un mundo mejor o esperaremos a que sea aún más tarde?