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Resumen
Se examinan las condiciones actuales de la “Contribución que incide sobre los Inmuebles” en la
Ciudad de Córdoba, a la luz de la experiencia y la literatura nacional e internacional, a los fines
de establecer recomendaciones que puedan implicar una mejora de la misma. Se analizan
detalladamente los argumentos en pugna en relación con las diferentes modalidades que puede
asumir la tributación sobre la propiedad inmobiliaria urbana según el tratamiento que reciban el
suelo y las mejoras, se examinan las experiencias más significativas de acuerdo al alcance del
estudio, se evalúa el alcance cuantitativo actual del impuesto y se establecen recomendaciones
fundadas respecto de posibles cambios en la “Contribución que incide sobre los Inmuebles” de
la Ciudad de Córdoba, en relación con los efectos que pueda tener sobre la eficiencia
económica, la equidad y el desarrollo urbano. Para ello, la investigación se estructura en las
siguientes secciones: Revisión de la literatura, Análisis de experiencia local, Rol de la tributación
inmobiliaria en el financiamiento municipal, Recomendaciones y Conclusiones
Introducción
El sector público de cualquier nivel de gobierno enfrenta permanentes desafíos dado que debe
atender objetivos diversos (y en cierta medida ilimitados), debiendo para ello contar con una
fuente de financiamiento suficiente para conseguirlo, y teniendo en cuenta el entramado de
potestades tributarias vigente en el país que se trate. En este contexto, se evalúa el rol de la
tributación sobre bienes inmuebles urbanos en el caso de la Ciudad de Córdoba, teniendo en
cuenta para ello los argumentos en pugna en relación con las diferentes modalidades que
puede asumir este tipo de tributación (según el tratamiento que reciban el suelo y las mejoras) y
las experiencias más significativas de acuerdo al alcance del estudio. A partir de una evaluación
de la dimensión cuantitativa actual del instrumento, se establecen recomendaciones fundadas
respecto de posibles cambios en la “Contribución que incide sobre los Inmuebles”. Como punto
de partida, se pone foco en el municipio a partir del argumento descentralizador de Tiebout,
según el cual la descentralización permitiría mejorar la eficiencia en la provisión de bienes
públicos locales, por la proximidad entre las autoridades y los consumidores, como señala
Piffano (2004), lo cual hace que el municipio sea el agente más adecuado para dicha provisión.
1. Revisión de la literatura
1.1. Referencias en la historia del pensamiento económico
A los fines de revisar las diferentes posturas en relación con la tributación diferenciada del suelo
urbano, inicialmente conviene remontarse a los comienzos del estudio de la ciencia económica.
Ya en la escuela fisiócrata del siglo XVIII, precursora de la economía clásica, surgieron
referencias en torno al establecimiento de un impuesto único a la tierra, el cual habría de
sustituir al resto de impuestos existentes, que en la visión de sus autores eran considerados
una intervención excesiva de la economía. Sin embargo, esta escuela de pensamiento centró
su atención en la producción de la agricultura, a la cual se la consideraba la única capaz de
crear “excedente económico”1, de modo que su postura respecto a la materia tributaria se
encuentra sesgada en ese sentido.
Por su parte, ya en la economía clásica, Adam Smith en su obra La Riqueza de las Naciones
(1776) dedicó un apartado a describir sus apreciaciones respecto al impuesto a la tierra, el cual
consideraba que no provocaría grandes distorsiones porque impactaría directamente sobre los
propietarios de la tierra, según su apreciación, sin traslaciones a los arrendatarios (sin afectar
los alquileres, en el lenguaje del autor). En cambio, pensaba que la aplicación de impuestos a
las utilidades no sería apropiada porque los empresarios buscarían desplazar la incidencia del
mismo. Al decir de Smith, “las rentas de terrenos urbanos como la renta normal de la tierra son
una especie de ingreso que, en muchos casos, disfruta el propietario sin que le cueste la menor
atención o cuidado”, de forma que “aunque se le quite una parte de esos ingresos no se
desalentará a ninguna clase de industria”… es “quizás la clase de ingreso que mejor puede
soportar el gravamen de un impuesto especial”2.
1
Roll, E. (1969)
2
Ibídem
3
George, H. (1879)
2
que permitiera confiscar la renta de la tierra. Es prudente contextualizar a este autor, que se
ubica entre las diferentes respuestas a la economía clásica, como otros socialistas reformistas4.
Entre otros temas, le preocupaba que la tierra fuera permanentemente objeto de mejoras y
consideraba que los beneficios derivados del incremento en el valor de la tierra podían ser
considerados un enriquecimiento injusto5.
En materia de gestión, se entiende que los inmuebles son difíciles de ocultar por parte de los
contribuyentes, siendo la principal complicación el mantenimiento de una valuación fiscal
apropiada, especialmente por los costos de realizar relevamientos apropiados, como se verá
más adelante.
4
Denis, H. (1970)
5
Musgrave R.A. y Musgrave P.B (1991)
6
Albi E., Contreras C., González Páramo J.M. y Zubiri I. (1994)
7
Halmilton (1975)
3
1.3. Discusión revitalizada
Diversos autores contemporáneos han revitalizado la discusión sobre las posibilidades del
tributo sobre la propiedad inmobiliaria para el financiamiento de las actividades municipales,
ubicando en este nivel de gobierno al principal agente gestor de las políticas que inciden en la
calidad de vida de los ciudadanos.
Como primera medida, se pueden distinguir los enfoques para la aplicación del impuesto según
cómo se determine la base imponible, en primer término conviene diferenciar entre bases ad
mesura y bases ad valorem8. En el primer caso la base de cálculo del impuesto corresponde a
la medida de la superficie edificada o a la superficie del terreno, el cual puede resultar un
criterio oportuno en ciudades de bajo desarrollo urbano, con un pobre desarrollo del mercado
inmobiliario. Sin embargo, en ciudades con gran nivel de urbanización y valorización
diferenciada de las propiedades, adoptar un criterio basado en metros podría resultar muy
inequitativo, al dar un trato idéntico a inmuebles de calidad y valor diverso. En el segundo caso
existen varias variantes, todas basadas en la estimación del valor monetario de la propiedad:
Base valor sólo suelo, Base separada suelo-mejoras, Base valor total y Base arrendamiento. En
todos los casos un aspecto de gran importancia es la precisión y la actualización de los valores,
ya que si estos no guardaran relación la realidad se estaría en una situación de ineficiencia y
posibles inequidades. A continuación se examinan de manera crítica las principales
características, ventajas y desventajas que presenta cada criterio mencionado.
Implica que el cómputo de la obligación fiscal se basa exclusivamente en el valor de la tierra, sin
gravar el valor de las mejoras. Presentaría como ventajas: eficiencia al gravar el componente
fijo y no desalentar la inversión en construcciones a largo plazo. Al contrario, este criterio de
cálculo favorece la densificación, al penalizar en términos relativos la sub-utilización de la tierra,
imponiendo una carga tributaria relativamente mayor en los terrenos baldíos que en los
edificados, tomando como comparación el criterio de base valor total (considerando el valor del
suelo y las mejoras, o valor total). Si se compara una situación en la cual se grava el valor total
de las propiedades con una en la cual se grava el suelo solamente, en este último caso existirá
una ventaja para las propiedades densamente edificadas, las cuales diluirán el valor del
impuesto, mientras que se verán penalizadas las propiedades de baja densidad (especialmente
cuando se tratara de terrenos ubicados en áreas con gran densidad permitida). Por otro lado, la
magnitud absoluta del impuesto se relaciona directamente con la posibilidad de provocar
efectos reales sobre las decisiones de uso del suelo, de forma que aún cuando se gravara sólo
la tierra, si la magnitud del impuesto no es significativa es improbable que genere efectos sobre
las asignaciones. Un aspecto de gran sensibilidad lo constituyen las áreas protegidas por
motivos ambientales o históricos. Si bien a priori podrían enfrentar altos impuestos, la
protección establecida por ley virtualmente reduciría el valor del suelo, debido a la limitación de
uso. La principal dificultad para el enfoque base valor sólo suelo estriba en la dificultad de
establecer de manera precisa el valor de la tierra a medida que la ciudad deja de tener espacios
disponibles y existen menos transacciones en el mercado. De todas formas, es una dificultad
presente en todas las formas de cálculo ad valorem. Se requiere de un gran esfuerzo técnico
para mantener cifras realistas por vías indirectas. Por otra parte, existirá una mayor subjetividad
en el cálculo si la estimación del valor incluye una noción de valor potencial del suelo en su
mayor y mejor uso posible, expresión que hace referencia a gravar por una estimación del valor
8
Morales Schechinger, Carlos (2007)
4
del suelo asociada a su máxima utilización (lo cual puede conducir a valores superiores a los de
mercado).
Implica que el cómputo de la obligación fiscal se componga de dos partes, una alícuota aplicada
a la valuación del suelo y otra aplicada a la valuación de las mejoras. Habitualmente las
administraciones determinan un valor para cada concepto y, sumados, conforman el valor de la
propiedad. El valor de las mejoras generalmente es calculado a partir de información de costos
de reposición (costos de la construcción) según tipologías determinadas, coeficientes de ajuste
de calidad de la vivienda, coeficientes de ajuste por antigüedad o depreciación, entre otros
ajustes por factores de mérito o demérito, y el suelo de acuerdo a otros criterios como el método
comparativo de ventas o técnicas indirectas. La aplicación de diferentes alícuotas puede
permitir gravar con mayor incidencia suelo que a las mejoras, mitigando los efectos negativos
de largo plazo sobre la construcción que se destacaron anteriormente, y favoreciendo la mayor
densificación urbana. Desde el punto de vista de la implementación, se sugiere no realizar
conjuntamente el desdoblamiento de alícuotas con un incremento tributario, sino realizar el
cambio en la estructura del impuesto de manera fiscalmente neutra, de forma de evitar el
rechazo de la medida.
De amplia aplicación en las grandes ciudades de América Latina, se combina la estimación del
valor de suelo por zonas y el de las edificaciones, de acuerdo a los criterios antes mencionados.
En este caso al gravar tanto el suelo como las edificaciones, podría generar a largo plazo un
desaliento a la construcción, respecto de otras aplicaciones para el capital. Desde este punto de
vista, no existe una penalización de la mantención de terrenos vacantes.
4. Base arrendamiento
De escasa aplicación en América Latina, en este caso se considera como base para el cómputo
del impuesto el valor del arrendamiento, lo cual puede ser ventajoso en ciudades en las cuáles
una gran proporción de las propiedades está alquilada. A partir del valor de los arrendamientos
puede extrapolarse un valor implicado de la propiedad considerando un nivel de rentabilidad
promedio. Sin embargo, presenta la desventaja de introducir la confusión respecto del objeto
que se grava, que no es el „ingreso por arrendamiento‟ sino la propiedad. Otra dificultad está
asociada al cómputo del impuesto en el caso de propiedades no arrendadas, ya que de no
existir un mecanismo que permita gravar en igualdad de condiciones a éstas, es probable que
ocurra el fenómeno de „ocultamiento de arrendamiento‟.
La discusión sobre la tributación sobre el suelo ha cobrado mayor relevancia con el desarrollo
más intenso de las ciudades. Por ejemplo, Netzer (1973) señalaba que “un impuesto más
gravoso sobre la tierra, combinado con un impuesto más ligero sobre las mejoras hubiera
5
frenado la decadencia urbana, en lugar de acelerarla”9. En el mismo sentido, Bird y Slack (2002)
enfatizan que la aplicación de un impuesto sólo al suelo proveería un incentivo a la mayor
densidad (urbana), especialmente si la valuación de la tierra corresponde al valor de su mejor
uso posible. Por su parte, Banzhaf y Lavery (2008) analizan los impactos sobre la utilización del
suelo en Pennsylvania luego de la aplicación de alícuotas diferenciadas, lo cual les permite
corroborar las presunciones teóricas. La tributación diferenciada sobre el suelo (con mayor
gravamen sobre este componente) permite elevar la relación entre unidades habitacionales y
unidades de tierra (incentivo a las mejoras), y también la relación entre población y unidades de
tierra (densidad poblacional).
Es importante referir el caso de Córdoba en este punto. Considerando las ciudades entre 1 y 2
millones de habitantes más densamente pobladas, puede apreciarse que la ciudad se
encuentra por debajo del promedio de población y también en materia de superficie (el
cuadrante que se ubica abajo y a la izquierda). A su vez, existe gran cantidad de ciudades de
superficie similar que tienen población superior.
2
Población (Millones de Habitantes)
1,9
1,8
1,7
1,6
1,5
1,4 CBA
1,3
1,2
1,1
1
0 500 1000 1500 2000 2500
Superficie (Km2)
9
Citado en Musgrave y Musgrave (1991)
6
Gráfico N°2: Ciudades según población y densidad
8000
6000
5000
4000
3000
0
0 500 1000 1500 2000 2500
Superficie (Km2)
Con gran frecuencia, el valor fiscal de las propiedades es inferior al valor de mercado, lo cual
generalmente supone una forma de amortiguar los ajustes de valuaciones, que suelen ocurrir
con gran demora. En Di Gresia, Fernández, Cicowiez y Fernández Felices (2005) se detallan
las principales técnicas de valuación de propiedades: método de ventas comparativas (implica
utilizar valores de venta de una muestra de viviendas transadas), método del ingreso (que
estima el valor de cada propiedad en función de los flujos de ingreso esperados que tenga),
método de costos (basado en el costo de reposición o reemplazo) y modelo de precios
hedónicos (modelo econométrico para explicar el precio de las propiedades en función de cada
atributo que se entiende que es valorado por el mercado). Sin embargo, poco desarrollan en
relación con la valuación del suelo. De acuerdo con De Cesare (2007), la principal dificultad al
buscar valuar el suelo radica en la tendencia a la falta absoluta de información sobre terrenos
comercializados en áreas centrales. Al respecto, es importante destacar del caso de Córdoba la
importante merma en la cantidad de terrenos vacantes en el ejido municipal en los últimos años,
lo cual dificultaría en gran medida la estimación de precios de referencia para los suelos con
edificaciones. Si se analiza la evolución de las parcelas entre 1992 y 2008, se tiene que el total
de parcelas en el ejido se incrementó 0,3% por año mientras que la cantidad de parcelas
baldías se redujo a un ritmo promedio de 4,9% por año.
7
Gráfico N°3: Evolución de las parcelas baldías en la Ciudad de Córdoba (en miles y en % del total)
180 40%
34% Parcelas baldías
160 35%
140 % del Total de Parcelas (eje der.)
124 30%
120 109 24%
25%
100
79 17% 17% 20%
80 16% 16%
15% 15%
14%
57 56 15%
60 53 53 49
49 48
10%
40
20 5%
- 0%
1984 … 1992 … 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
Es importante tener en cuenta, también, en qué medida están actualizadas las valuaciones
fiscales a la hora de evaluar el funcionamiento del tributo sobre inmuebles, dado que en general
prima un criterio de simplicidad y economía a la hora de establecer cambios en las valuaciones,
y no siempre se opta por la opción técnicamente más correcta. Incluso en países desarrollados
existen casos en los cuales puede pasar un periodo de 40 años si un proceso de valuación
general, como en la ciudad de Toronto10. Es de destacar que en periodos breves de tiempo,
puede ocurrir que algunas propiedades incrementen significativamente su valor, por ejemplo
ante inversiones públicas de envergadura, haciendo que tributen en una proporción menor al
valor real que otras cuyo valor se mantuvo constante, afectando el criterio de equidad
inicialmente definido. De forma que la tendencia es a establecer límites al periodo máximo entre
revalúos generales de 1 y 5 años11. Asimismo, pueden establecerse correcciones genéricas en
los periodos entre revalúos generales, como a través de un índice de precios general o
específico de inmuebles12.
10
De Cesare (2007)
11
Ibídem
12
Ibídem
8
2. Análisis de experiencia local
A continuación se examinan las características de la tributación inmobiliaria en la Ciudad de
Córdoba y su contexto geográfico, a la vez que se presentan detalles sobre las formas de
tributación aplicadas en otras jurisdicciones de Argentina y otros países.
En primer lugar debe mencionarse que a partir de la Constitución Nacional las provincias
mantienen la potestad de dictar su propia constitución, asegurando la autonomía municipal pero
regulando su alcance y contenido. Asimismo luego se establece un régimen de coparticipación
y reglas de armonización entre cada provincia y los municipios que contiene, de forma que en
muchos casos las potestades municipales son limitadas (Jan Casaño y Agüero Heredia (2008)).
En Balbo (2004) se detallan los artículos que delinean el régimen municipal:
Art. 5°: Cada provincia dictará para sí una Constitución bajo el sistema representativo
republicano, de acuerdo con los principios, declaraciones y garantías de la Constitución
Nacional; y que asegure su administración de justicia, su régimen municipal, y la educación
primaria. Bajo de estas condiciones el Gobierno federal, garante a cada provincia el goce y
ejercicio de sus instituciones
Art. 75° inc. 30 Le corresponde al Congreso: 30. Ejercer una legislación exclusiva en el territorio
de la capital de la Nación y dictar la legislación necesaria para el cumplimiento de los fines
específicos de los establecimientos de utilidad nacional en el territorio de la República. Las
autoridades provinciales y municipales conservarán los poderes de policía e imposición sobre
estos establecimientos, en tanto no interfieran en el cumplimiento de aquellos fines.
Art. 123°: Cada provincia dicta su propia constitución, conforme a lo dispuesto por el
Artículo 5° asegurando la autonomía municipal y reglando su alcance y contenido en el orden
institucional, político, administrativo, económico y financiero.
Así, de acuerdo con Molinatti (2008), la Provincia de Córdoba es una de las 18 provincias que
otorgaron la autonomía municipal, a la vez que dentro de estas se encuentra entre las 15 que lo
hicieron de manera plena, otorgando la capacidad de autonomía (normas propias) y
autofinanciamiento (tributos propios). En la misma dirección apuntan Capello, Barone y Rosales
(2007) al estudiar la distribución primaria y secundaria de la coparticipación a municipios en la
Provincia de Córdoba. Adicionalmente, Molinatti (2008) destaca a partir de una revisión que
existe una gran diversidad en la forma y denominación tributaria utilizada por los principales
municipios que gravan los inmuebles. En Chaco, Chubut, Formosa, Salta, Santa Cruz y Tierra
del Fuego se establecen impuestos inmobiliarios; mientras que en Córdoba y La Rioja se
trata de contribuciones inmobiliarias; al tiempo que en Neuquén, Entre Ríos, Buenos Aires y
Santa Fe se trata de tasas inmobiliarias, siendo todos ellos de características similares.
9
Por último, Molinatti (2008) se pone de manifiesto la distribución de potestades tributarias en
materia de gravámenes a la Propiedad de acuerdo a los impuestos efectivamente aplicados,
destacando que la propiedad inmobiliaria está gravada por los tres niveles de gobierno. Lo cual
revela ciertas dificultades del Federalismo Fiscal argentino que aún requieren atención.
El tributo cobrado por el municipio está caracterizado centralmente por los siguientes aspectos
(considerando la última ordenanza tarifaria):
Objeto imponible: se gravan los inmuebles de todo tipo localizados dentro del ejido
municipal.
En relación con el principal objeto de estudio del presente trabajo, por lo tanto, se destaca un
esquema de tributación que tiene mayores cargas relativas para quienes poseen terrenos
baldíos, aunque no existe un criterio análogo para los terrenos subutilizados, es decir terrenos
que a pesar de tener construcciones no aprovechan al máximo la edificabilidad. A título
anecdótico es oportuno destacar el aporte de Scornik (2000), quien señala que a nivel nacional
hubo quienes bregaron sin éxito por la implantación de un impuesto a la tierra que sustituyera
algunas otras imposiciones, a comienzos del siglo XX, a la vez que en la provincia de Córdoba
llegó a existir un impuesto a la propiedad inmobiliaria que contaba con valuación separada de
tierras y mejoras, el cual gravaba de manera progresiva la primera y mantenía exentas las
segundas. En ese momento, el debate al respecto estaba influenciado por las ideas de Henry
George.
13
Erba (2008)
10
tierra que databan de 198414. Respecto de la valuación de las edificaciones, que también se
relevaron durante el revalúo, es oportuno destacar que se han ido aplicando correcciones de
diverso tenor. Así, en 2009 se estableció el valor de las edificaciones según su categoría
(Edificio, Vivienda, Comercio e Industria y Categorías de calidad para estos), pero se
consideraron al 80% a los fines del cómputo de la base imponible. En 2010 se aplicó un criterio
incremental del 15% (acorde a índices general de inflación), en 2011 se volvieron a aplicar
valores del año anterior y en 2012 se pasó a considerar el 100% de la valuación previa. Lo cual
supone, en la práctica, que no hay un criterio estable para definir los incrementos en las
valuaciones. A su vez se consideran coeficientes de ajuste incrementales para algunas zonas
determinadas, que implican subas de entre 2,5% y 7,5% según el caso.
14
Piumetto (2009)
15
Se consideran tanto las moratorias impositivas para deudores como aquellas moratorias destinadas a
la regularización de planos, las cuales suponían reducción de intereses y cargos aplicables.
11
(combinación), San Nicolás y Formosa, que calculan el tributo a pagar en
proporción a la superficie del inmueble.
Localidad %
Pergamino 100%
Olavarría 79%
Salta 70%
Ezeiza 65%
Pilar 60%
Bahía Blanca 50%
Mendoza 44%
Balcarce 29%
Santa Fe 30%
Concordia 22%
Córdoba 20%
Sunchales 20%
Vicente López 14%
Morón 17%
San Isidro 15%
Tandil 13%
Formosa 7%
12
- Penalización de la subutilización del suelo: en más de la mitad de los casos
estudiados se aprecia un mecanismo de adicional o sobretasa sobre la alícuota
general, o bien alícuotas diferentes (con tasas más elevadas), sobre los terrenos
baldíos. De esta forma, se penaliza ese tipo de subutilización de la tierra. Por su
parte, Santa Fe aplica también una sobretasa a las propiedades desocupadas
que pertenezcan a propietarios de dos o más unidades.
Tabla N°2: Tratamiento de terrenos baldíos
13
a) 4 aplican alícuotas únicas.
b) 10 aplican alícuotas selectivas según el patrón de utilización del suelo
(baldíos, propiedades residenciales y no residenciales), con una alícuota
para cada categoría.
c) 6 aplican alícuotas progresivas según el valor del inmueble (3 de ellas
considera progresividad en relación al valor de la suma de inmuebles que
son propiedad del contribuyente).
d) 8 aplican alícuotas selectivas según el patrón de utilización del suelo
(como en b), pero con una alícuota progresiva en relación al valor del
inmueble.
e) 3 aplican alícuotas selectivas según el patrón de utilización del suelo,
pero aplican idénticas alícuotas a cada caso.
f) 25 aplican criterios combinados, es decir que aplican un criterio de
progresividad y forma de cálculo según el patrón de utilización del suelo,
en la mayor parte de los casos. En particular, en algunos casos los
terrenos son gravados a través de un impuesto calculado en relación con
sus dimensiones (con alícuotas unitarias por zonas, por ejemplo),
mientras que las propiedades edificadas tributan en relación con su valor
fiscal.
Tabla N°4: Comparación de alícuotas promedio de terrenos baldíos vs. Otros patrones de
utilización
14
De acuerdo con De Cesare y Lazo (2008), resulta llamativo que aunque la sugerencia de gravar
principalmente (o exclusivamente) la tierra tenga muchos defensores, su aplicación ha sido
escasa a nivel internacional. Sólo se observan experiencias en algunas jurisdicciones de
Australia, Canadá, Dinamarca, Jamaica, Kenya, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Taiwán y
Tailandia.
120 1.200
100 1.000
91
80 800
78 77
75
Millones
Millones
70 73
60 600
63 62
58 56
40 400 456
20 200
228
182
- 77 82 83 96 95 105
-
2011p
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
CONTRIBUCION QUE INCIDE S/LOS INMUEBLES CONTRIBUCION QUE INCIDE S/LOS INMUEBLES
CONTRIBUCION QUE INC. S/ACT.COMER.INDUST.Y DE SERVICIOS CONTRIBUCION QUE INC. S/ACT.COMER.INDUST.Y DE SERVICIOS
COPARTICIPACION DE IMPUESTOS NACIONALES Y PROVINCIAL. COPARTICIPACION DE IMPUESTOS NACIONALES Y PROVINCIAL.
Fuente: Elaboración propia sobre la base de Ejecuciones Presupuestarias Oficiales. 2011 corresponde a lo presupuestado.
15
En lo que se refiere al crecimiento anual de cada componente, se tiene que entre 1995 y 2001
se alternaron años de crecimiento con años de caída, con la mayor merma en el año 2001,
cuando la recaudación de la Contribución sobre inmuebles cayó 32%, la Contribución sobre la
actividad comercial, industrial y de servicios (CIS) se redujo en 6% y los recursos recibidos por
coparticipación cayeron 18%. Fue un año de fuerte recesión económica. Especialmente a partir
del año 2003 los recursos provenientes de coparticipación y la CIS iniciaron una senda de
crecimiento por encima del 25% hasta 2008. En 2009 ambos se resintieron por la reducción del
nivel de actividad, para recuperarse nuevamente en 2010 y 2011. Sin embargo, la Contribución
sobre Inmuebles no evolucionó de la misma manera. En 2002 tuvo un rebote muy
probablemente atribuible a la campaña de moratoria para regularizar obras no declaradas,
iniciada en el segundo semestre de 2001, con condiciones ventajosas en materia de
condonación de intereses. En los años posteriores, el crecimiento anual fue bajo, salvo en 2006
que se desarrolló una nueva moratoria para deudores. Ya en 2009 se sintió con fuerza el
impacto del revalúo inmobiliario ya comentado anteriormente, el cual sólo consideró solamente
el 50% del valor de mercado relevado para la tierra libre de mejoras16. En 2011, por su parte, se
llevó el valor de la tierra al 80% del valor de mercado que se había relevado años atrás17, como
forma de ajustar la recaudación hasta la realización de un nuevo revalúo.
1998
1999
2001
2003
2004
2006
2008
2009
1995
1997
2000
2002
2005
2007
2010
Fuente: Elaboración propia sobre la base de Ejecuciones Presupuestarias Oficiales. 2011 corresponde a lo presupuestado.
A su vez, en los últimos años también cobró una importancia significativa el ritmo de
incorporación de inmuebles, que evolucionó de manera creciente en el tiempo.
16
Decreto Municipal N°43 de 19 de Enero de 2009.
17
Decreto Municipal N°7263 de 30 de Diciembre de 2010
16
Gráfico N°6: Incorporación anual de inmuebles al catastro
14.000
11.772
12.000
10.046
10.000 9.133
7.913
8.000
2.000
2011p
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
Fuente: Elaboración propia sobre la base de Piumetto (2011). 2011 corresponde a una proyección.
40% 38%
35%
35%
30% 31% 31%
28%
30% 27% 27%
26%
24% 24%
25% 23% 23% 22%
20% 20%
20% 18%
16%
15%
10%
5%
0%
2011p
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
Fuente: Elaboración propia sobre la base de Ejecuciones Presupuestarias Oficiales. 2011 corresponde a lo presupuestado.
17
Gráfico N°8: Recaudación de la Contribución s/Inmuebles y otros a precios constantes (Índice
base 1998=100)
250,00
235
200,00
188
150,00
135
125
100,00
92 94 100 99
81 86 86 84 84
76 75 76 71 73
50,00 62
55
2011p
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
CONTRIBUCION QUE INCIDE S/LOS INMUEBLES
CONTRIBUCION QUE INC. S/ACT.COMER.INDUST.Y DE SERVICIOS
COPARTICIPACION DE IMPUESTOS NACIONALES Y PROVINCIAL.
Fuente: Elaboración propia sobre la base de Ejec, Presup. Oficiales, INDEC y DPEyC-SL. 2011 corresponde a lo presupuestado.
Por último, en términos del valor agregado o producto de la Ciudad, se tiene que en 2011 la
contribución recupera el promedio histórico vigente entre 1994 y 2003, en torno al 0,8%.
1,2% 1,1%
1,0% 1,0%
0,9% 0,8% 0,9% 0,8%
0,8% 0,8% 0,8% 0,8%
0,8% 0,7% 0,7%
0,6%
0,6% 0,5% 0,5% 0,5%
0,4%
0,4% 0,4%
0,2%
0,0%
2011p
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
Fuente: Elaboración propia sobre la base de Ejec. Presup. Oficiales y DPEyC-CBA. 2011 corresponde a lo presupuestado.
18
3.2. Comparación con otras jurisdicciones y países
Como marco general para realizar las comparaciones, es interesante resaltar el cuadro
resumen que presentan Bird y Slack (2006), indicando una participación relativamente baja de
los impuestos a la propiedad respecto del tamaño de la economía tanto en países en desarrollo
como en desarrollados, mientras que al mismo tiempo son una fuente fundamental de
financiamiento de los gobiernos locales, y ello es especialmente fuerte en el caso de países en
desarrollo.
1,6 30
1,4
25
1,2
20
1,0
Países Desarrollados Países Desarro
% %
0,8 Países en desarrollo 15 Países en desa
0,6 Países en Transición Países en Tran
10
Todos los países Todos los país
0,4
5
0,2
0,0 0
1970’s 1980’s 1990’s 2000’s 1970’s 1980’s 1990’s 2000’s
Fuente: Elaboración propia sobre la base de Bird y Slack (2006). Los autores advierten que las cifras de los grupos no son
totalmente comparables entre sí, pero sirven a los fines de establecer tendencias. Incluye tributación subnacional.
Antes de comparar niveles de carga tributaria efectiva municipal, resulta oportuno examinar
brevemente la evolución de los impuestos inmobiliarios provinciales (urbano y rural), de cuya
recaudación parcialmente se nutren algunos municipios (según la provincia), a raíz de
regímenes de coparticipación, a la vez que su magnitud condiciona indirectamente el nivel de
las contribuciones o tasas que pueden establecer los municipios. A nivel provincial el cobro del
impuesto inmobiliario está bastante extendido, aunque la magnitud de la carga en este tipo de
imposición es muy divergente entre provincias.
19
Gráfico N°11: Recaudación de las provincias argentinas en % del PBI
OTROS RECURSOS TRIBUTARIOS
AUTOMOTORES
SELLOS
6,0% INMOBILIARIO
4,8%
4,6%
INGRESOS BRUTOS
4,4%
4,2%
4,2%
5,0%
4,1%
4,0%
3,9%
3,9%
3,8%
3,8%
3,8%
3,7%
3,7%
3,6%
3,6%
3,6%
3,4%
4,0%
3,0%
2,0%
1,0%
0,0%
0,6%
0,6%
0,6%
0,6%
0,6%
0,6%
0,7%
0,6%
0,6%
0,6%
0,6%
0,5%
0,5%
0,6%
0,4%
0,5%
0,4%
0,4%
0,4%
0,3%
0,4%
0,3%
0,2%
0,1%
0,0%
A su vez, puede destacarse que existen grandes diferencias entre provincias en cuanto al nivel
de presión tributaria, Entre Ríos lidera el ranking recaudando 0,9% del producto de la provincia
20
en 2010, mientras que Córdoba recauda alrededor de 0,4%, ubicándose en sexto lugar. Lo que
resalta, además, es que en prácticamente todas las provincias18 el impuesto ha perdido
significatividad respecto del valor agregado provincial, en un contexto en el que la presión
tributaria total de cada provincia en general tendió a aumentar (de la mano de otros impuestos).
Es por ello que en todas las provincias se aprecia una caída en la participación del impuesto
inmobiliario en el total de recursos tributarios propios. En la provincia de Córdoba pasó de
representar 24% en 2000 a sólo 8% en 2010, siendo una de las caídas más bruscas.
18
Salvo San Juan y Tucumán
21
Gráfico N°14: Recaudación del Inmobiliario en las provincias argentinas en
Part. Inmobiliario / Rec. Propios
% del total de recursos tributarios propios
Por último, ya en materia de tributación sobre los inmuebles a nivel municipal, la búsqueda de
una medida de comparación homogénea enfrenta la dificultad de la falta de datos de producto
bruto interno a nivel municipal, el cual generalmente es estimado por vías indirectas, al tiempo
que no es sencillo obtener datos actualizados para un conjunto amplio de ciudades.
A partir de la información relevada se aprecia que el peso relativo del tributo municipal sobre el
valor agregado de cada jurisdicción oscila entre 0,2% y 1,5%, lo cual sugiere que en cualquier
caso se mantiene como un tributo de escaso peso relativo en la economía. En ese marco, de
todas formas, es posible identificar a las jurisdicciones ubicadas por debajo del promedio (como
se ubicaba Córdoba hasta 2010), las cuales presentarían una presión tributaria baja, al menos
desde un punto de vista cuantitativo agregado.
22
Gráfico N°15: Recaudación del tributo inmobiliario por municipio (como porcentaje
del PBI de la jurisdicción)
Brasil-Florianópolis-2005 1,5%
Brasil-Goiânia-2009 1,1%
Brasil-Campo Grande-2003 1,0%
Brasil-Belo Horizonte-2009 1,0%
Colombia-Bogotá-2004 1,0%
Brasil-Campinas-2009 0,9%
España-Total Municipios-2007* 0,9%
Brasil-São Paulo-2007 0,9%
España-Madrid-2008* 0,9%
Brasil-Rio de Janeiro-2010 0,8%
Brasil-Porto Alegre-2010 0,8%
Argentina-Córdoba-2011* 0,8%
Brasil-Recife-2005 0,8%
Brasil-Salvador-2005 0,8%
Brasil-Juiz de Fora-2009 0,7%
México-DF-2009* 0,7%
Bolivia-Tarija-2003 0,7%
Brasil-Itupeva-2005 0,6%
Brasil-Aracajú-2005 0,6%
Brasil-Curitiba-2009 0,6%
Corea del Sur-Total Municipios-2007* 0,6%
Argentina-CABA-2009* 0,6%
Argentina-Córdoba-2010* 0,5%
Argentina-Córdoba-2009* 0,5%
Brasil-Blumenau-2009 0,5%
Brasil-Joinville-2005 0,5%
Brasil-Fortaleza-2003 0,5%
Brasil-Jaboatão dos Guararapes-2005 0,4%
Brasil-Total Municipios-2009* 0,4%
Brasil-Belém-2004 0,4%
Brasil-Governador Valadares-2007 0,4%
Brasil-Brasilia (DF)-2010 0,3%
Argentina-Rosario-2003 0,3%
Brasil-Cascável-2009 0,3%
Perú-Lima-2003 0,2%
Fuente: Elaboración propia sobre la base de Lincoln Institute of Land Policy y estimaciones propias .
*Estimaciones propias
23
4. Recomendaciones y Conclusiones
A partir del conjunto de elementos de análisis cuali-cuantitativos desarrollados en las secciones
anteriores se tienen los siguientes hechos destacados.
Desde un punto de vista teórico se presentan grandes ventajas a favor de gravar con mayor
intensidad la tierra que las mejoras, ello se evidencia en textos de autores clásicos y en la
literatura más actual sobre el tema.
Del análisis de las características de los impuestos existentes en diferentes jurisdicciones del
país y de otros países se puede concluir que tanto la estructura de la Contribución sobre
inmuebles de la Ciudad de Córdoba, como también el desarrollo catastral, se ubican entre los
casos más evolucionados.
24
Del análisis de tipo cuantitativo es posible concluir que el nivel tributario está recuperando
niveles históricos en relación al valor agregado de la ciudad, luego de varios años de
decaimiento relativo, aunque recién en 2011 dejaría de estar retrasado respecto de la inflación.
Hasta ahora, la débil evolución de la recaudación medida en moneda constante habría
implicando menores posibilidades de financiar gastos cuyos costos hayan seguido el ritmo
general de precios.
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