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DOSSIER DOSSIER

La política de las imágenes durante la dictadura militar:


lo invisible y lo visible
La cara visible de la dictura militar
POR CORA GAMARNIK

CORA GAMARNIK ES PROFESORA DE DIDÁCTICA


La política de ocultamiento de los crímenes de la dictadura fue DE LA COMUNICACIÓN Y PRÁCTICAS DE RESIDENCIA

una parte esencial de la metodología represiva. Pero ese


DEL PROFESORADO EN CIENCIAS DE LA
COMUNICACIÓN DE LA FACULTAD DE CIENCIAS
ocultamiento, que se trasladó a lo que podía verse y leerse en la SOCIALES UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES.

prensa de entonces, necesitaba simultáneamente de una política


BECARIA DE INVESTIGACIÓN UBACYT DE
DOCTORADO CON EL TEMA “LA HISTORIA DEL

de visibilidad y productibilidad en el terreno de la imagen. El FOTOPERIODISMO EN ARGENTINA (1967—1987)”.


TAMBIÉN SE DESEMPEÑA COMO DOCENTE DE
terrorismo de Estado fue sostenido por una política de HISTORIA DE LOS MEDIOS Y SISTEMAS DE

desinformación, censura y manipulación mediática, pero al


COMUNICACIÓN (CÁTEDRA VARELA) EN LA
CARRERA DE CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN.
mismo tiempo se diseñaron desde el poder estrategias de
persuasión, instalación de nuevos discursos, valores y creencias.

D
Revista Gente 1-4-76.

urante la última dictadura militar, en especial en los rios y las revistas ilustradas fueron un actor político clave a la
momentos previos y posteriores al golpe, la cons- hora de crear un clima favorable en la opinión pública de
trucción de la realidad que propusieron los principa- apoyo al golpe de Estado y la fotografía fue un elemento cen-
les diarios y revistas ilustradas1 cumplió la misión de difundir, tral de esa construcción.
sostener y justificar la represión y el terrorismo de Estado, y El ocultamiento de los crímenes de la dictadura, parte
según el caso, ocultar, tergiversar y/o confundir deliberada- esencial de la metodología represiva, necesitaba simultánea-
mente lo que ocurría. La dictadura no sólo gobernó a través mente una política de visibilidad y productibilidad en el te-
del terror, de la instalación del miedo y de la supresión de la rreno de la imagen. La dictadura tuvo claro desde el principio
libertad de expresión. Al mismo tiempo desarrolló estrategias el poder de construcción de sentido de las imágenes y con-
de búsqueda de consenso y de apoyo a sus objetivos. Los dia- troló férreamente qué fotografías podían circular, de qué

Isabel Martínez de Perón hablando en la sede de la CGT poco antes de su derrocamiento, acompañada por el ministro
de Economía de entonces, Emilio Mondelli; el titular de la CGT, Casildo Herrera, y el jefe de la UOM, Lorenzo Miguel.
1
Para hacer este trabajo hemos relevado los diarios Clarín, La Razón, La Opinión, La Nación, La Prensa y las revistas Redacción, Extra,
Fotógrafo César Cichero. Gente y Siete Días Ilustrados. Todos ellos de circulación nacional en los años 1975 y 1976.

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La política de las imágenes durante la dictadura militar: lo invisible y lo visible

modo y sobre quién, como parte de una sistemática y planifi- La normalidad


en todo el país
cada política de producción cultural. Esta visibilidad -contra-
según Clarín.
cara de lo invisible2- coadyuvó para que una parte importante 25-3-76.
de la sociedad argentina apoyara el golpe de Estado o lo asin-
tiera pasivamente. Se elaboraron estrategias de construcción
mediática que dieron una versión positiva de los aconteci-
mientos y que transformaron a unas Fuerzas Armadas que ya
tenía entre sus objetivos un plan sistemático de tortura, des-
aparición y muerte en los hombres probos que salvarían al
país del caos. Sin dudas esto colaboró para algo que es en
apariencia una paradoja: los años de mayor represión fueron
también los de mayor consenso social hacia la dictadura.
Durante la dictadura no sólo se censuró, desarmó, per-
siguió, cerró, quemó, etcétera, sino que también se produjo,
se construyó, se escribió y se publicó. Las fotografías así
como los discursos tenían un carácter performativo. Apo-
yada en la idea comúnmente establecida de la fotografía
como un documento testimonial y como representación ob-
jetiva del mundo, se construyó una política de producción
de imágenes que mostraban supuestamente “la verdadera
realidad”. Una de las activas formas de búsqueda de per- Tapa de la revista Siete Días Ilustrados
suasión hacia la población lectora de la prensa fue la intro- del 26 de marzo de 1976.
ducción de nuevos contenidos, un nuevo discurso que
arrasara con la historia anterior e instalase una imagen de
“rostro humano” de los hacedores del golpe.

PREPARANDO EL GOLPE La Razón, 25-3-76.


El problema central para realizar una campaña de
prensa a favor del golpe de Estado no era tanto despresti-
giar a Isabel y su gobierno, de lo que se encargaba por sí
mismo, sino volver a otorgar prestigio a los militares, quie- gantesca operación que instaló en el centro de la discusión la blicamente con el objetivo de amplificar el mensaje aterrori-
nes tan sólo dos años antes habían dejado el poder en idea de que los únicos que podían tomar el poder eran las zante.3 La crueldad de las bandas paramilitares se especta-
medio del descrédito general. Durante todo el año 1975 y Fuerzas Armadas, preparando el terreno para que la opinión culariza y se presenta de forma descontextualizada,
los primeros meses de 1976 los principales diarios y revistas pública esperase, alentase y/o apoyase el golpe de Estado. despolitizada, sin posibilidad de un lenguaje racional que per-
del país realizaron una verdadera campaña de prensa para Otros argumentos que se usaron homogéneamente en mita comprender los sucesos. No hay actores, no hay auto-
revertir esa imagen, que se transformó al mismo tiempo en toda la prensa en los meses previos al golpe fueron: el “vacío res, no hay historia. Los diarios hacen foco en el dramatismo
un eficaz discurso desestabilizador. Una vez más, como en de poder” -el mismo que ya se había utilizado para apoyar el de los hechos, pero no explican las causas, lo que contribuye
1966 con el derrocamiento de Arturo Illia, se apeló a la ridi- Los tanques en la calle. Un desfile más que un golpe. derrocamiento de Illia- y la amplificación de la sensación de a expandir la sensación de miedo y caos generalizado. La ex-
culización de la figura presidencial, pero esta vez, utilizando Siete Días, marzo de 1976.. caos mientras se acentuaba la idea de una extrema pasividad hibición explícita de la violencia presentada de esta forma fue
fotografías. Gisèle Freund ya había escrito en 1974: “Si se de la clase política. El “clima” golpista se nutría y completaba el telón de fondo de la “sensación de alivio” con la que nu-
quiere ridiculizar a un personaje político, basta con publi- con noticias e imágenes que intentaban alarmar a la pobla- merosos sectores de la población recibieron el golpe.
otros miembros de su gobierno de forma caricaturesca. La idea de la instauración del “orden” vino de la mano de
car fotos suyas que le desfavorezcan. El hombre más inteli- ción con el desabastecimiento, la falta de alimentos y los ne-
En 1975, Videla firmó la orden secreta 404/75 -a la que la noción de “higiene” del espacio público. Había que limpiar el
gente puede parecer idiota con la boca abierta o guiñando gocios vacíos. Algo que ya había dado muy buen resultado en
llamaban “La Peugeot”-, que entre muchas otras cosas deli- país de “subversivos” y las paredes de pintadas. Justamente
un ojo” (Freund, 1996). el golpe de Pinochet en Chile.
neaba el plan psicológico para derrocar a Isabel como una fa- son las imágenes de una ciudad limpia y ordenada las que co-
Cerca de la fecha en que se produjo el golpe encontramos El concepto más invocado durante este período fue el de
talidad, como algo inevitable (Seoane y Muleiro, 2001). Todos mienzan a aparecer al día siguiente del golpe de Estado.
innumerables imágenes donde se puede observar a Isabel y a “desorden”. La percepción colectiva de caos y temor, estimu-
los diarios y las revistas analizadas contribuyeron a esa gi- Los medios también tuvieron un papel activo y crucial en
lada por la prensa, jugó un papel activo en la creación de un
2
Ver el artículo de Julio Menajovsky en esta misma revista. consenso generalizado hacia el golpe de Estado y la repre- la creación de un imaginario que apoyara la “lucha antisub-
3
Ver Schindel, Estela (2003): Desaparición y sociedad: una lectura de la prensa gráfica argentina (1975-1978), Berlín, sión ilegal. Los meses previos al 24 de marzo, los diarios se versiva”. El golpe de Estado, en ese sentido, no significó un
Freien Universität Berlín, p. 113. pueblan de imágenes de violencia (cadáveres, edificios bom- quiebre en la forma en que era representada la supuesta sub-
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Como contracara de esto, durante la dictadura, los familiares de los desaparecidos comenzaron a portar en cada reunión, marcha bardeados, destrozos). A diferencia de la ausencia de imáge- versión en la prensa, sino una continuidad. Desde mucho antes
o encuentro, las fotografías de sus seres queridos secuestrados. De esta forma les devolvían la identidad, un lazo social, el rostro nes violentas que caracterizaba en general a la prensa “seria”, del golpe, habían comenzado a aparecer en diarios y revistas
y el nombre que les habían negado. En definitiva, los volvían nuevamente visibles. en esta etapa, los crímenes al estilo mafioso se exponen pú- referencias a los “delincuentes subversivos” a los que era ne-

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La política de las imágenes durante la dictadura militar: lo invisible y lo visible

Gente, 1 de Abril de 1976. Extra, junio de 1976. Somos, octubre de 1976. Somos, octubre de 1976.

Siete Días
ilustrados,
26-3-76.

La Razón, 29 de marzo de 1976. Revista Gente, Quién es el nuevo presidente. 1 de abril de 1976.

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La política de las imágenes durante la dictadura militar: lo invisible y lo visible

cesario “aniquilar”. Casi nunca se los identificaba, no tenían vida cotidiana “normalmente”. A partir del 25 de marzo todos
nombre, ni familia, ni edad. Sólo tenían en algunos casos sexo. los medios muestran a los integrantes de la Primera Junta en
La no imagen, la no personificación, la ausencia de cualquier el momento en que firman o prestan juramento.
marca de identidad de los militantes que eran secuestrados y Las imágenes exponen lo mismo que mostraría un jura-
asesinados fue, antes y después del golpe, la estrategia de des- mento presidencial en democracia. Un acto formal, sobrio,
humanización por excelencia más utilizada por la prensa4. jurídico. Al mostrar las fotos del momento de la jura, la
Los “subversivos” eran seres sin rostro, sin historia, sin ra- prensa comenzaba a legitimar al gobierno que acababa de
zones. Sus muertes sólo eran contabilizadas, no necesitaban tomar por la fuerza el poder.
ser explicadas. La prensa las consideraba obvias, sobreen- Las otras imágenes que se pueden ver esos primeros
tendidas y justificadas. Por supuesto, no se buscaban los cul- días son las que muestran la presencia militar en las calles,
pables, ya que los asesinados eran los propios responsables fotografías que producen un efecto extraño: amedrentan y
de su muerte. “El tratamiento al “subversivo” en la prensa an- “tranquilizan” en forma simultánea.
ticipa lo que va a sucederle al desaparecido en los campos En las fotos no hay conflicto, no hay represión ni
clandestinos de detención” (Schindel, 2003.) por supuesto resistencia. “La sociedad” representada apa-
Sólo una explicación contextualizada podía ayudar a dis- rece amigable con las Fuerzas Armadas. Las imágenes
minuir el distanciamiento, a entender al otro, y en un grado muestran escenas en las que la población mantiene la
más alto, al compromiso o la solidaridad con el otro. Exacta- calma y confía en la fuerza militar.
mente esto es lo que la prensa no hacía. Las fotos que mejor representan la idea de productibili-
dad cultural que tuvo la dictadura son las imágenes que mues-
EL GOLPE EN FOTOS tran la supuesta normalidad de esos días. Los bancos retoman
El día del golpe públicamente no hubo derramamiento de sus funciones, los trenes andan normalmente, los mercados
sangre. Había movimientos de tropas pero que no abrían vuelven a tener productos, la gente camina tranquila por la
fuego. Los militares le hacían al pueblo argentino el favor de calle, los vecinos limpian las veredas y las paredes.
tomar el poder y se sacrificaban en nombre de la patria para Los diarios y las revistas nos anuncian un inofensivo
poner orden en el caos. Las fotografías así lo mostraban. Estas “pronunciamiento militar”. Una situación, en definitiva, más
imágenes, publicadas en forma homogénea en toda la prensa “normal” y “habitual” que la inestabilidad y el nerviosismo
de entonces, revelan un lenguaje en el que la fotografía actúa sobre los que se informaba hasta entonces.
no sólo como “ilustración”, sino como otro “texto” que cons- La apariencia de “legalidad” y “normalidad” de esos
truye, refuerza, complementa y al mismo tiempo “prueba” y días son las dos características fundamentales de las foto-
“denuncia” lo que la dictadura quería transmitir. Imágenes de grafías presentadas inmediatamente después del golpe. La
tanques que se pasean como en un desfile por las calles, gente violencia constante de los meses previos había desapare-
que se informa y lee los diarios, que realiza compras y sigue su cido de las primeras planas. •

Bibliografía citada y/o consultada


Barthes, Roland (1992): “El mensaje fotográfico” y “Retórica de la imagen” en Lo obvio y lo obtuso, Barcelona, Paidós, p. 11-47.
Blaustein, Eduardo y Zubieta, Martín (1999): Decíamos ayer. La prensa argentina bajo el Proceso, Buenos Aires, Colihue.
Freund, Gisèle (1996): La fotografía como documento social, Barcelona, Gustavo Gili.
Mazzei, Daniel (1997): Medios de comunicación y golpismo. El derrocamiento de Illia (1966), Buenos Aires, Grupo Editor Universitario.
Menajovsky, Julio (2006): “Terrorismo de Estado y fotografía. Entre el documento y la intervención”, en la Segunda Bienal de
Fotografía Documental, Tucumán.
Schindel, Estela (2003): Desaparición y sociedad: una lectura de la prensa gráfica argentina (1975-1978), Berlín,
Freien Universität Berlín.
Seoane, María y Muleiro, Vicente (2001): El dictador. La historia secreta y pública de Jorge Rafael Videla, Buenos Aires, Sudamericana.
Vitale, María Alejandra: Memoria y acontecimiento. La prensa escrita argentina ante el golpe militar de 1976, disponible en
http://historiapolitica.com/datos/biblioteca/vitale.pdf
Para hacer este trabajo hemos relevado los diarios Clarín, La Razón, La Opinión, La Nación, La Prensa y las revistas Redacción, Extra,
Gente y Siete Días Ilustrados. Todos ellos de circulación nacional en los años 1975 y 1976.
Ver el artículo de Julio Menajovsky en esta misma revista.
Ver Schindel, Estela (2003): Desaparición y sociedad: una lectura de la prensa gráfica argentina (1975-1978), Berlín,
Freien Universität Berlín, p. 113.

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