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ACELERADORES DE PARTICULAS Y APLICACIONES

Un acelerador de partículas es un dispositivo que utiliza campos electromagnéticos para


acelerar partículas cargadas a altas velocidades, y así, colisionarlas con otras partículas. De esta
manera, se generan multitud de nuevas partículas que -generalmente- son muy inestables y duran
menos de un segundo, esto permite estudiar más a fondo las partículas que fueron colisionadas por
medio de las que fueron generadas. Hay dos tipos básicos de aceleradores de partículas: los lineales
y los circulares. El tubo de rayos catódicos de un televisor es una forma simple de acelerador de
partículas. Los aceleradores de partículas imitan, en cierta forma, la acción de los rayos
cósmicos sobre la atmósfera terrestre, lo cual produce al azar una lluvia de partículas exóticas e
inestables. Sin embargo, los aceleradores prestan un entorno mucho más controlado para estudiar
estas partículas generadas, y su proceso de desintegración. Ese estudio de partículas, tanto
inestables como estables, puede ser en un futuro útil para el desarrollo de la medicina,
la exploración espacial, tecnología electrónica, etcétera.

ACELERADORES LINEALES:
Los aceleradores lineales (muchas veces se usa el acrónimo en inglés linac) de altas energías utilizan
un conjunto de placas o tubos situados en línea a los que se les aplica un campo eléctrico alterno.
Cuando las partículas se aproximan a una placa, se aceleran hacia ella al aplicar
una polaridad opuesta a la suya. Justo cuando la traspasan, a través de un agujero practicado en la
placa, la polaridad se invierte, de forma que en ese momento la placa repele la partícula,
acelerándola por tanto hacia la siguiente placa. Generalmente no se acelera una sola partícula, sino
un continuo de haces de partículas, de forma que se aplica a cada placa un potencial alterno
cuidadosamente controlado de forma que se repita de forma continua el proceso para cada haz.

A medida que las partículas se acercan a la velocidad de la luz, la velocidad de inversión de los
campos eléctricos se hace tan alta que deben operar a frecuencias de microondas, y por eso, en
muy altas energías, se utilizan cavidades resonantes de frecuencias de radio en lugar de placas.

Los tipos de aceleradores de corriente continua capaces de acelerar a las partículas hasta
velocidades suficientemente altas como para causar reacciones nucleares son los generadores
Cockcroft-Walton o los multiplicadores de potencial, que convierten una corriente alterna a
continua de alto voltaje, o bien generadores Van de Graaf que utilizan electricidad estática
transportada mediante cintas.

Estos aceleradores se usan en muchas ocasiones como primera etapa antes de introducir las
partículas en los aceleradores circulares. El acelerador lineal más largo del mundo es el
colisionador electrón-positrón Stanford Linear Accelerator (SLAC), de 3 km de longitud.
Estos aceleradores son los que se usan en radioterapia y radiocirugía. Utilizan válvulas klistrón y una
determinada configuración de campos magnéticos, produciendo haces de electrones de una energía
de 6 a 30 millones de electronvoltios (MeV). En ciertas técnicas se utilizan directamente esos
electrones, mientras que en otras se les hace colisionar contra un blanco de número atómico alto
para producir haces de rayos X. La seguridad y fiabilidad de estos aparatos está haciendo retroceder
a las antiguas unidades decobaltoterapia.

Dos aplicaciones tecnológicas de importancia en las que se usan este tipo de aceleradores son
la Espalación para la generación de neutrones aplicables a los amplificadores de potencia para
la transmutación de los isótopos radiactivos más peligrosos generados en la fisión.

ACELERADORES CIRCULARES:
Estos tipos de aceleradores poseen una ventaja añadida a los aceleradores lineales al usar campos
magnéticos en combinación con los eléctricos, pudiendo conseguir aceleraciones mayores en
espacios más reducidos. Además las partículas pueden permanecer confinadas en determinadas
configuraciones teóricamente de forma indefinida.

Sin embargo poseen un límite a la energía que puede alcanzarse debido a la radiación sincrotrón que
emiten las partículas cargadas al ser aceleradas. La emisión de esta radiación supone una pérdida
de energía, que es mayor cuanto más grande es la aceleración impartida a la partícula. Al obligar a
la partícula a describir una trayectoria circular realmente lo que se hace es acelerar la partícula, ya
que la velocidad cambia su sentido, y de este modo es inevitable que pierda energía hasta igualar la
que se le suministra, alcanzando una velocidad máxima.

Algunos aceleradores poseen instalaciones especiales que aprovechan esa radiación, a veces
llamada luz sincrotrón. Esta radiación se utiliza como fuentes de Rayos X de alta energía,
principalmente en estudios de materiales o de proteínas por espectroscopia de rayos X o
por absorción de rayos X por la estructura fina (o espectrometría XAS).

Esta radiación es mayor cuando las partículas son más ligeras, por lo que se utilizan partículas muy
ligeras (principalmente electrones) cuando se pretenden generar grandes cantidades de esta
radiación, pero generalmente se aceleran partículas pesadas, protones o núcleos ionizados más
pesados, que hacen que estos aceleradores puedan alcanzar mayores energías. Este es el caso del
gran acelerador circular del CERN donde el LEP, colisionador de electrones y positrones, se ha
sustituido por el LHC, colisionador de hadrones.

Los aceleradores de partículas más grandes y potentes, como el RHIC, el LHC o el Tevatrón se utilizan
en experimentos de física de partículas.
Después de la construcción del primer acelerador, en la misma década de los 30, se inventaron otros
tipos de aceleradores tales como el ciclotrón, los aceleradores lineales y los aceleradores tipo Van
de Graaff. Debido a que los primeros aceleradores de partículas se construyeron con el fin de
estudiar experimentalmente la estructura del núcleo atómico, por medio de colisiones las que
podían originar transmutaciones o reacciones nucleares, fue la razón por lo que al hablar de un
acelerador se asociaba automáticamente con un laboratorio de física nuclear. La importancia de
estos instrumentos de física nuclear es similar a la del telescopio en astronomía o al microscopio en
bacteriología. Actualmente el uso de los aceleradores se ha extendido a otras áreas de investigación
básica como la física atómica "el mundo de los electrones" y en las partículas elementales. Los
aceleradores en medicina se usan tanto en los departamentos de radiología, para destruir tumores
malignos, como para producir radioisótopos que se utilizan en el diagnóstico de enfermedades
(medicina nuclear). El uso de los aceleradores en aplicaciones tecnológicas es muy variado y el más
conocido es en la industria de los semiconductores y del núcleo-electrónica, las cuales se usan un
tipo especial de aceleradores conocidos como “implantadores” con los que es posible producir los
"chips electrónicos", circuitos integrados, etc. El uso de aceleradores en Ciencia de Materiales ha
sido, tanto para modificarlos por la técnica de "implantación de iones" como para su caracterización
elemental a través de Técnicas de Análisis de Origen Nuclear (retrodispersión de iones, reacciones
nucleares, fluorescencia de rayos x, etc.). Los parámetros más importantes que caracterizan a un
acelerador son: el tipo de partículas que pueden acelerar, el flujo o número de estas y su energía
cinética. El número de partículas que produce un acelerador es relativamente fácil de medir ya que
el haz de partículas da origen a una corriente eléctrica y su intensidad se expresa en amperios o
submúltiplos de esta unidad. Un acelerador que produce un haz de baja corriente, por ejemplo, de
un microamperio, equivale a un flujo de 6.2x1012 partículas/seg, lo cual da una idea del gran
número de partículas si se compara con las producidas por fuentes radiactivas. Los aceleradores son
instrumentos relativamente complejos y su diseño y construcción requiere de alta tecnología e
intervienen muchos campos de la ingeniería. Una forma de clasificar los aceleradores es por la
energía de los proyectiles y los de alta energía o superaceleradorores están instalados, por ejemplo
en algunos laboratorios nacionales de los EUA, tal como, en Los Alamos, BrookHaven, FermiLab y en
Europa en el CERN. Las instalaciones de estos superaceleradores son impresionantes por su gran
tamaño y los cientos de toneladas de materiales que se requirieron para su construcción. Por
ejemplo, el acelerador en el FermiLab es circular y tiene un radio de un Km. Sin embargo los
conceptos sobre los principios de operación de los superaceleradores y de los pequeños
aceleradores son los mismos y son simples y se describen a continuación. Un diagrama sobre
simplificado de un acelerador de partículas se muestra esquemáticamente en la figura 2 y cuyos
elementos básicos son:

1. Fuente de voltaje
2. Fuente de iones (en el esquema es un filamento)
3. Electrodos.
El principio de funcionamiento del cualquier tipo de acelerador, se basa en la interacción de los
campos eléctricos producidos por fuentes de voltaje sobre la carga eléctrica de las -partículas
generadas en la fuente de iones y esta es la razón por la que no se pueden acelerar partículas
neutras. Otras partes importantes asociadas a un acelerador son equipos periféricos tales como:
sistemas de vacío, líneas de transporte de haz, cámaras de experimentación, etc. Un tubo de rayos
X y el cinescopio de una TV doméstica según la definición anterior son aceleradores de partículas,
sin embargo, en la práctica no se les refieren con este nombre. La energía cinética T de las partículas
con carga q = ze (z = 1, 2, 3, 4...), está relacionada con el voltaje V de aceleración por la relación:

Esta ecuación es un caso particular de la relación general de la mecánica relativista. Una


consecuencia de la última ecuación es que la energía de las partículas es independiente de la masa
y solo depende de la carga. Los aceleradores se les llega a clasificar en diferentes formas, tales como:
a) electrostáticos, b) circulares (ciclotrón, sincrotrón, etc.), c) lineales, etc. La sobre simplificación
del esquema de la figura 2, para describir el funcionamiento de cualquier tipo de acelerador, tal
como los ciclotrones (Figura 3) o aceleradores lineales (Figura 4) no es obvia. Para explicar el
funcionamiento de un acelerador como el ciclotrón, se hace referencia al esquema de la figura 3.
El ciclotrón es fabricado de un cilindro metálico plano y hueco dividido en dos partes, denominados
“D” (D1 y D2) ligeramente separadas dentro de un campo magnético B perpendicular. En las partes
D1 y D2 se le aplica un voltaje alterno que produzca un campo eléctrico alterno entre el espacio que
separe las D. Supóngase un ion positivo producido por una fuente de iones tiene carga eléctrica q y
masa m. El campo eléctrico entre las dos D acelera el ion. Mientras el ion está dentro de las D, no
hay campo eléctrico. El ion describe una trayectoria circular de radio r debida a la acción del campo
magnético B. La ecuación que relaciona estos parámetros es: r = mv/qB, donde v es la velocidad del
ion. Cuando el ion va a salir de D1, el campo eléctrico cambia de sentido de tal manera que el ion se
acelera de nuevo y entra en D2 con mayor velocidad describiendo un semicírculo de radio mayor y
así sucesivamente. Finalmente el ion describe una espiral y cuando llega al borde externo de las D,
una placa con un voltaje negativo se usa para extraer los iones del acelerador. El campo magnético
es un elemento auxiliar que obliga a los iones a describir trayectorias circulares. En un acelerador
lineal, los iones son acelerados en una trayectoria rectilínea y un diagrama esquemático de este tipo
de aceleradores se muestra en la Figura 4. Este acelerador tiene similitud al del Ciclotrón en el
sentido que también se usa para acelerar los iones un oscilador de radio frecuencia, de algunas
decenas de kilovolts, el cual acelera a los iones cuando se encuentran entre dos electrodos contiguos
y la energía final es la acumulada por las aceleraciones que ocurre entre cada dos electrodos. La
energía final es proporcional al número de electrodos. El acelerador lineal de protones que existe
en los Álamos Nuevo México tiene una longitud de 800 m y acelera los protones a energías de 800
MeV.

En los aceleradores electrostáticos los voltajes que se usan para acelerar las partículas son de
corriente directa (CD) y son generados por el transporte mecánico de cargas eléctricas o
rectificación de corriente alterna para mantener a un alto potencial eléctrico respecto de tierra, a
un domo metálico. En los aceleradores tipo Van de Graaff, la carga eléctrica son transportadas por
bandas de un material hulado y modernamente por un sistema llamado "pelletron", que usa
cadenas para el transporte de cargas. Los aceleradores tipo CockcroftWalton usan la rectificación
de corriente para generar el voltaje de aceleración. La denominación de aceleradores tipo Van de
Graaff (VDG) es en honor a su inventor y la Generación de alto voltaje con este método lo logró
Robert Van de Graaff en la Universidad de Princeton en el año de 1929. Sin embargo, fue hasta 1935,
cuando se pudrieron usar los aceleradores para producir reacciones nucleares.
APLICACIONES:

1. MEDICINA:

Desde 1993, unos 15.000 pacientes en todo el mundo han sido tratados con protones y, en este
tiempo, se ha mostrado que tienen los mismos efectos biológicos y clínicos que los rayos X
producidos por linacs de unos pocos MeV. A principios de 2007, se superó el hito de 50.000
pacientes, irradiados en doce laboratorios de física subatómica y en más de diez centros de
protonterapia situados en hospitales. Diez centros más están en construcción o en proyecto en todo
el mundo, pues ya hay cinco empresas que proporcionan estas instalaciones llaves en mano. Este
número por sí sólo ya justifica la afirmación de que la protonterapia está en plena expansión. En
estos centros de protonterapia se utiliza o un ciclotrón o un sincrotrón (de unos 5 o 7 m de diámetro
respectivamente), ya que ambos aceleradores tienen la fiabilidad necesaria para funcionar en un
entorno hospitalario. En la actualidad hay cinco centros en EE UU, cuatro en Japón, dos en China,
uno en Suiza, uno en Alemania. Francia, Corea e Italia también disponen de un centro, bien ya en
funcionamiento o bien financiado. En España hay un centro, el IFIMED (Instituto de Física Médica),
que se prevé que entre en funcionamiento hacia el 2012.

Veamos la estructura de uno de estos aceleradores. Hay dos componentes principales: el sistema
de producción de iones y el sistema de distribución del haz. El primero produce el haz de protones
y lo dirige a la sala apropiada, de tratamiento o de experimentación, mediante un sistema de
transporte. Incluye el ciclotrón y los sistemas de selección de energía y de transporte del haz. El
ciclotrón de protones tiene una energía fija de 230 MeV, y mediante un reductor variable de energía
se obtiene la energía necesaria para cada tratamiento (de 230 a 70 MeV). En un sincrotrón no es
necesaria esta operación, pues la energía del haz es variable. Un sistema de transporte conecta la
zona de selección de energía con el punto de entrada de cada sala y permite proporcionar un haz
centrado, con las propiedades adecuadas para la zona experimental o de tratamiento.
El sistema de distribución, situado en cada sala de tratamiento, dirige el haz de protones al lugar
donde se encuentra el paciente. Proporciona una distribución adecuada de dosis, tanto en sentido
longitudinal como transversal. Contiene ungantry, que es una estructura de 10 m de altura capaz
de girar ±190º alrededor del paciente y de tamaño adecuado para irradiar al paciente desde
cualquier ángulo, aunque también hay salas de haz fijo a las que éste llega horizontalmente. En
cualquier caso, hay dispositivos para variar la posición del paciente según seis grados de libertad,
que alcanzan una precisión de ±0.5 mm. En la parte final del sistema de aplicación se sitúa un
dispositivo con el equipo necesario para preparar y medir las propiedades del haz y suministrarlo de
distintos modos: dispersión simple o doble, barrido uniforme o en pincel. El objetivo final de
cualquier sistema de aplicación es producir un haz que abarque las dimensiones transversal y
longitudinal adecuadas a cada tratamiento. Además, todo el conjunto dispone de un control global
de seguridad, con dispositivos y programas redundantes para garantizar un alto nivel de seguridad,
tanto para el paciente como para el personal clínico, científico o técnico.

Casi al mismo tiempo en que empezaron a utilizarse protones en el tratamiento contra el cáncer, se
inició el uso de iones pesados, es decir, átomos completamente ionizados. El interés de estos iones
está en que, al tener mayor masa y carga que las del protón, pueden depositar una mayor energía
por unidad de longitud de camino recorrido, o transferencia lineal de energía, lo que se traduce en
una mayor eficiencia al final de la curva de Bragg. Es en efecto, la mayor ionización lo que produce
una mayor efectividad. El principal objetivo del ataque con radiaciones es el DNA dentro del núcleo
de las células, o más precisamente, su capacidad de reparación: las dosis locales muy altas producen
un colapso de este sistema. La dosis concentrada es más efectiva en comparación con una radiación
diseminada, y aumenta la eficacia biológica efectiva. Desde el 2000 han sido tratados con iones de
carbono más de 350 pacientes en el proyecto piloto del laboratorio de física nuclear GSI, en
Darmstadt, Alemania, y unos 3.500 pacientes han sido tratados desde 1994 en el acelerador médico
de iones pesados de Chiba, Japón. Los resultados clínicos obtenidos en estos laboratorios confirman
las predicciones radiobiológicas de que los iones de carbono tienen una eficacia biológica mayor
que los protones, pues producen una ionización 24 veces superior. El tratamiento con iones de
carbono es adecuado para tumores de crecimiento lento, que son resistentes a los protones y a los
fotones. Pero el uso de iones de carbono presenta una complejidad mucho mayor que el uso de
protones, no sólo en lo que se refiere al propio acelerador sino, especialmente, al sistema de
aplicación y a los gantries. Mientras que con protones de 200 MeV se alcanzan tumores a 27 cm
dentro del cuerpo, son necesarios iones de carbono de unos 4.800 MeV (400 MeV/u) para alcanzar
esta profundidad. En los últimos cinco años se han dado en Europa pasos importantes hacia el
desarrollo y construcción de centros duales, que puedan utilizar tanto protones como iones de
carbono, basados en sincrotrones. Pero la compañía belga IBA está desarrollando un prototipo de
un ciclotrón superconductor de 6 metros de diámetro capaz de acelerar iones de carbono hasta la
energía requerida de 400 MeV/u. Los futuros desarrollos, la I+D más interesante capaz de introducir
nuevas y más destacadas mejoras en el campo de la hadronterapia, están relacionados en sentido
amplio con los avances en la tecnología de aceleradores.
2. TELEVISION:

Los aceleradores de partículas proporcionan la energía necesaria para crear una imagen brillante en
la pantalla de tu televisor. El acelerador de partículas real está situado en el tubo de los rayos
catódicos (CRT). Los electrones empiezan al final del tubo. El CRT los acelera con electromagnetismo
hasta que colisionan con la capa de fosfórico que se haya en la pantalla. En cada punto en el que
colisionan, la pantalla brilla; esta pequeña área se llama píxel. Estos CRTs también se usan en los
monitores de las computadoras.

3. SEGURIDAD:

Los aceleradores de partículas pueden proporcionar una alternativa no invasiva para la búsqueda
de camiones o contenedores. Los rayos X producidos por los aceleradores de partículas se suelen
usar para determinar tanto si los objetos en cuestión son lo que se supone que son como si hay
cosas de contrabando escondidas en ellos.

4. INVESTIGACION FUNDAMENTAL:

Los científicos utilizan los aceleradores de partículas para contestar algunas de las preguntas más
difíciles de la vida, como aquellas relacionadas con el origen del universo y la masa. Para producir la
información que necesitan para su investigación, los científicos usan aceleradores de partículas
increíblemente grandes y potentes. Un ejemplo de un acelerador de partículas enorme es el Gran
Colisionador Hadron localizado cerca de Ginebra, Suiza, un acelerador circular que está enterrado a
más de 800 metros de profundidad. A medida que los científicos aprenden de los minúsculos
bloques de construcción de la materia, incrementan el conocimiento general de cómo funciona el
mundo.

5. INVESTIGACION APLICADA:

Además de intentar entender el mundo que tenemos alrededor, los científicos usan la información
obtenida de los aceleradores de partículas para hacer de este mundo un mejor lugar para vivir. Los
científicos intentan usar la investigación dirigida hoy para proporcionar a las futuras generaciones
mejores tratamientos de cáncer, energía nuclear más limpia, un mundo menos contaminado y más.
6. COMPUTACIÓN:

El LHC va a ser la aplicación que más volumen de datos genere en el mundo. Producirá 15 millones
de gigabytes de datos al año, que deberán estar accesibles para los más de 5.000 científicos y 500
centros de investigación que participan en los experimentos del acelerador. Para gestionar toda esta
información, el CERN ha desarrollado el sistema de computación distribuida (GRID) más grande del
mundo. Todos los datos que surjan del CERN pasarán a través del centro de computación Tier-0 en
la sede de la institución que, no obstante, proporciona menos de un 20% de la capacidad de
computación total. Desde allí se distribuirá a 11 centros Tier-1, que lo pondrán a disposición de un
tercer grupo de centros, los Tier-2. Estos, por último, distribuirán la información a centros de
investigación de todo el mundo para que los investigadores puedan acceder a ellos desde sus
laboratorios. Los miles de ordenadores de los participantes proporcionarán potencia de
computación y almacenamiento al proyecto y, a través de ellos, se podrá acceder a los resultados
de las colisiones. “Si tú tienes derecho de acceso puedes escribir y leer de una manera totalmente
simétrica”, explica Manuel Delfino, director del Port d’Informació Científica de Barcelona, el único
centro Tier-1 de España. “Esto permite que, como he visto cuando he estado en Islamabad, un físico
con recursos limitados, pero con conexión al GRID, pueda acceder a los mismos datos que otro físico
en Barcelona o Londres”, añade. Los creadores del GRID creen que este tipo de computación puede
suponer una nueva revolución como en su momento fue Internet, creada también en la sede suiza
del CERN. “Internet fue clave para allanar el mundo, y el GRID será un nuevo paso en esa misma
dirección”, concluye Delfino.

7. MEDIO AMBIENTE:

Lograr que los residuos nucleares sean menos peligrosos. El almacenamiento de los residuos
nucleares es uno de los principales inconvenientes de la energía atómica, pero los físicos que
trabajan con aceleradores han propuesto una solución que reduciría la magnitud del problema.
Consistiría en bombardear los desechos nucleares con neutrones producidos en aceleradores. De
esta manera, se producirían versiones más ligeras de los átomos radiactivos del combustible de las
centrales nucleares, que se degradarían a su vez en materiales relativamente inofensivos. Este
proceso, conocido como transmutación, permitiría reducir el tiempo de actividad peligrosa de
residuos que se pueden mantener activos durante 10 millones de años a sólo 300. Los partidarios
de este tipo de tecnología dicen que, además, permitiría reducir el volumen de los residuos
enterrados.

La seguridad de las centrales nucleares también se ha visto beneficiada por la tecnología producida
para los aceleradores. “La electrónica que instalamos en los detectores va a estar sometida a
radiación durante al menos diez años, y tiene que aguantar”, explica Pepe Bernabéu, ingeniero que
trabaja en el detector ATLAS. Estas aplicaciones pueden tener aplicación en las centrales nucleares
o en entornos sometidos a radiación, como las naves espaciales.
La investigación también ha producido beneficios para el medio ambiente en el desarrollo de
plásticos. El incremento en la complejidad de los experimentos obligó a aumentar la cantidad de
estos materiales junto a equipos electrónicos. Esto aumentó el riesgo de incendios que, al quemar
los plásticos de tipo halógeno que se empleaban, provocaban humos de gran toxicidad. A partir de
los 80, el CERN comenzó a emplear materiales que no incluían agentes halógenos o sulfurosos. El
acelerador anterior al LHC, el LEP, se construyó empleando plásticos que no contenían este tipo de
productos. La empresa privada ha adoptado este tipo de cables, que ahora están muy extendidos.
BIBLIOGRAFIA:
http://www.nucleares.unam.mx/~bijker/emfn/Andrade.pdf

https://es.wikipedia.org/wiki/Acelerador_de_part%C3%ADculas

http://www.publico.es/ciencias/aplicaciones-practicas-aceleradores.html

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