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Desarrollo Capita PDF
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EL CONCEPTO DE DESARROLLO
En las clases anteriores nos hemos referido a los desafíos éticos en la vida de
las personas y en el ámbito de la empresa. Esta clase incorpora la dimensión
ética en el desarrollo de la sociedad.
El concepto de desarrollo
“Lo que cuenta para nosotros es el hombre, cada hombre, cada agrupación
de hombres, hasta la humanidad entera”
Pablo VI, Populorum Progressio
Las tres dimensiones del desarrollo humano son: (1) la dimensión individual,
(2) la dimensión social, y (3) la dimensión trascendente.
(2) “Si el hombre fuera fruto sólo del azar o la necesidad, o si tuviera que
reducir sus aspiraciones al horizonte angosto de las situaciones en que vive,
si todo fuera únicamente historia y cultura, y el hombre no tuviera una
naturaleza destinada a trascenderse en una vida sobrenatural, podría
hablarse de incremento o de evolución, pero no de desarrollo”
a. La lógica económica
b. La lógica política
Tiene que ver con la justicia distributiva y la justicia social: hay que dar por
deber, porque es la exigencia de la ley. Benedicto XVI (Caritas in Veritates)
nos habla del desafío de asegurarse que la economía y la política vayan de la
mano: crecimiento y distribución, el producto y la forma en que éste se
entrega a la sociedad completa: “Separar la gestión económica, a la que
correspondería únicamente producir riqueza, de la acción política, que
tendría el papel de conseguir la justicia mediante la redistribución, es causa
de graves desequilibrios”. El desafío es introducir la ética en la economía,
porque “toda decisión económica tiene consecuencias de carácter moral” y
“la economía tiene necesidad de la ética para su correcto funcionamiento”.
No es éste un enfoque común en los cursos de economía en las
Universidades.
COLUMNA
Nicolás Majluf
REINVENTANDO EL CAPITALISMO
Con este tipo de competencia, las comunidades en que operan las empresas
reciben pocos o ningún beneficio, aunque se incrementen las utilidades. Lo
que verdaderamente perciben es que las utilidades que la empresa obtiene
se consiguen a sus expensas, impresión que se ha hecho más prevaleciente
en el esfuerzo que hoy se hace para recuperar la economía, en la que
mayores ingresos de la empresa no han significado ni reducción del
desempleo, ni de las penurias de las comunidades locales.
Una buena parte del problema se debe a las mismas empresas, que se han
limitado al uso de modelos de creación de valor pasados de moda, que
ponen a la rentabilidad en el corto plazo como la principal medida de
desempeño, ignorando las necesidades más importantes de sus clientes y las
tendencias que determinan su sobrevivencia en el largo plazo.
Las acciones del gobierno y de la sociedad civil sólo han exacerbado estos
problemas, debilitando la marcha de los negocios al tratar de atender los
problemas de la sociedad y buscar un equilibrio entre eficiencia económica y
progreso social.
Tal vez lo más importante de todo es que aprender a crear valor compartido
es nuestra mejor oportunidad de volver a legitimar la actividad de negocios.