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La Historia es una asignatura que con la renovación curricular transformo su sentido

meramente conceptual a tener un sentido formativo, preponderando “la


comprensión temporal y espacial de sucesos y procesos” a la memorización de
nombres y fechas, como antes se hacía. Se necesita trabajar para que el alumno
comprenda por que las cosas pasaron de una determinada manera y no de otra,
haciéndoles analizar el pasado y entender el conocimiento histórico de una manera
crítica, además de que conozcan que el saber histórico no es absoluto, debido a
que existen diversos puntos de vista sobre un mismo suceso histórico, ya que existe
una rica variedad de informaciones provenientes desde diferentes puntos de vista.

Es por eso que, la metodología de esta materia pretende vincular el aprendizaje


escolar con la realidad, puesto que una de las contribuciones formativas de la
Historia es “la comprensión de la realidad” y que el alumno “se sienta parte de ella
como sujeto histórico”. Asimismo, uno de los objetivos que se tiene al trabajar con
un enfoque por competencias es la transdisciplinariedad, es decir, vincular las
asignaturas para que el alumno no conciba el contenido de las materias como
conocimientos aislados unos de otros, sino que pueda vincularlos entre sí y
aplicarlos a su vida cotidiana.

Por ende, se entiende que la Historia como materia formativa lleva un proceso
sistemático y complejo durante toda la Educación Básica, por lo que resulta
importante para el desarrollo integral del individuo a lo largo de su formación
académica.

En cuarto y quinto grado de primaria se estudia la Historia de México; para este


momento los alumnos “poseen algunas ideas de cómo fue el pasado de nuestro
país y han desarrollado algunas nociones sobre el tiempo histórico y el manejo de
fuentes de información” (Programas de estudio 2011, 2011, p. 145). Asimismo, los
alumnos de estos grados van desarrollando paulatinamente la noción del tiempo
histórico, pues todavía requieren grados más complejos de precisión para entender
los procesos históricos. Otro aspecto importante es que, profundizan sobre los
cambios que sufrió el contexto a través de los hechos históricos y ubican de forma
más inmediata el espacio geográfico donde ocurrieron tales sucesos.

La historia en cuarto grado de primaria es muy importante porque da inicio a la


formación histórica en la Educación Básica, y en específico, en la Educación
Primaria. Por ello, también resulta relevante en una visión a largo plazo pues, la
práctica docente en esta instancia puede lograr que se aprecie y se fortalezca la
asignatura de Historia como un pilar importante en la formación integral del
alumnado, o por el contrario, puede repercutir en tanto que el alumno conciba la
materia como tediosa, aburrida o irrelevante para su proceso formativo.

Es bien sabido que en los tiempos actuales, la historia y en general, las ciencias
sociales, han ocupado un papel discreto e irrelevante en el currículo escolar. Parece
que, en tiempos de globalización no hay cabida para el pasado, sino únicamente
para el futuro. Pero cabría pensar, ¿De qué futuro hablamos? ¿Cuál futuro se
pretende formar? Si bien es cierto que, el estudio de las ciencias y las matemáticas
han encaminado el desarrollo tecnológico y científico de la sociedad, se han
descuidado aspectos básicos de la naturaleza humana, como lo son los valores
elementales en las relaciones sociales y la ética saludable de vida.

¿De qué sirve que año con año se creen teléfonos celulares inteligentes y más
complejos si el ser humano está perdiendo el tacto en sus relaciones, si se está
destruyendo la identidad innata del hombre; su racionalidad? Es por esta razón que,
el estudio de la historia en los primeros años de la formación escolar permite a los
individuos adaptarse a los cambios turbulentos de la sociedad global, no sólo en el
aspecto económico sino también en el aspecto ético y formativo.

La importancia de la enseñanza de la Historia en la educación primaria radica en su


aporte a la formación crítica del pensamiento del alumnado, a la capacidad de la
historia de formar una opinión crítica de la realidad, dejando de lado los instructivos
razonamientos incrustados en la mente del niño para acercarse al pasado con el
propósito de analizar críticamente el presente con el afán de conformar un
pensamiento histórico.

Eventualmente, la historia no es un tema menor, por el contrario, es imperante


recobrar el sentido de la formación histórico en los educandos, que se deje de
considerar como una asignatura transitoria y digerible, y se consolide como la
posibilidad real que tiene el docente para desarrollar en los alumnos capacidades
importantes del pensamiento que le permitan entender el mundo en donde viven,
adaptarse en él y ser competentes, más no competitivos, en un mundo depredador.

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