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Las células

Por Alexandra Villa-Forte, MD, MPH, Staff Physician, Center for Vasculitis Care and Research,
Department of Rheumatic and Immunologic Diseases, Cleveland Clinic

NOTA: Esta es la versión para el público general. MÉDICOS: Hacer clic aquí para la versión para
profesionales

El cuerpo humano

Introducción al cuerpo humano

Las células

Tejidos y órganos

Sistemas orgánicos

Barreras externas e internas

Interacciones entre cuerpo y mente

Anatomía y enfermedad

Aunque a menudo se consideran la unidad más pequeña de un organismo vivo, están


constituidas por elementos aún más pequeños, cada uno de ellos dotado de una función propia.
El tamaño de las células humanas varía de unas a otras, pero todas son muy pequeñas. Incluso
la mayor de todas, el óvulo fecundado, es tan pequeña que no es perceptible a simple vista.

Cada célula humana está envuelta por una membrana que mantiene unido todo su contenido.
Sin embargo, esta membrana no es una simple envoltura, ya que posee unos receptores que
permite a las células identificarse entre sí. Estos receptores reaccionan también ante sustancias
producidas por el organismo y ante fármacos introducidos en el mismo, y permiten que estas
sustancias o fármacos entren o salgan de la célula de forma selectiva (ver Selectividad del lugar
de acción : Receptores celulares). Las reacciones que se producen en los receptores a menudo
alteran o controlan las funciones celulares. Un ejemplo de ello es la unión de la insulina a los
receptores de la membrana celular para mantener los niveles apropiados de azúcar en sangre y
para permitir que la glucosa entre en las células.

Dentro de la membrana celular existen dos compartimentos principales:

El citoplasma

El núcleo
El citoplasma contiene estructuras que consumen y transforman la energía, y que realizan las
funciones de la célula.

El núcleo contiene el material genético de la célula y las estructuras que controlan su división y
reproducción.

Las mitocondrias son estructuras minúsculas situadas en el interior de todas las células que
proporcionan energía a la célula.

En el interior de una mitocondria En el interior de una mitocondria En el interior de una


mitocondria

Interior de la célula

Si bien existen distintos tipos de células, la mayoría de ellas poseen los mismos componentes.
Una célula tiene un núcleo y un citoplasma, y está delimitada por la membrana celular que
regula lo que sucede dentro y fuera de ella. El núcleo contiene los cromosomas que constituyen
el material genético de la célula, al igual que un nucléolo que produce los ribosomas. Los
ribosomas producen proteínas, que el aparato de Golgi compacta de modo que puedan
abandonar la célula. El citoplasma está constituido por un material fluido y por los orgánulos
celulares, que pueden considerarse los órganos de la célula. El retículo endoplasmático
transporta materiales en el interior de la célula. Las mitocondrias generan la energía necesaria
para las actividades celulares. Los lisosomas contienen enzimas que pueden descomponer las
partículas que entran en la célula. Los centríolos participan en la división de la célula.

Son muchos y muy diversos los tipos de células que constituyen el organismo, y cada uno está
dotado de una estructura y una función propias. Algunos tipos de células incluyen:

Células sanguíneas

Células musculares

Células cutáneas

Células nerviosas

Células glandulares
Algunas células, como las células sanguíneas, se desplazan libremente en la sangre y no están
unidas unas a otras. Otras, como las células musculares, están firmemente unidas entre sí.

Algunas células, como las células de la piel, se dividen y se reproducen con rapidez. Otras, como
ciertas células nerviosas, no se dividen ni se reproducen, salvo en circunstancias excepcionales.

Algunas células, sobre todo las glandulares, tienen por función principal la producción de
sustancias complejas como las hormonas o las enzimas. Por ejemplo, ciertas células mamarias
producen leche, algunas del páncreas producen insulina, otras del revestimiento de los
pulmones producen mucosidad, y algunas de la boca, saliva. Existen otras células cuya función
primordial no es la producción de sustancias. Por ejemplo, las células musculares se contraen,
lo que permite el movimiento. Este es el caso, también, de las neuronas, que generan y
conducen impulsos eléctricos, permitiendo de este modo la comunicación del sistema nervioso
central (cerebro y médula espinal) con el resto del organismo.

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