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Ollantay

Érase una vez en la Gran plaza en el


Cuzco, había un valiente hombre
llamado Ollantay. Él era leal, general del
Imperio Inca que gozaba del aprecio del
emperador Pachacútec.

Ollantay estaba perdidamente


enamorado de la hija del Inca
Pachacútec llamada Cusi Ccoyllur con
quien mantenía una relación secreta.
Ollantay le pregunta constantemente a
Piqui-Chaqui, su sirviente, si ha visto a
Cusi-Ccoyllur ya que lo quiere mandar
donde ella a dejarle un recado a su
amada, pero luego Huillca-Uma que
estaba vestido con una larga túnica
negra le dice a Ollantay que no le
conviene y olvide a Cusi-Ccoyllur ya que
el sólo es un plebeyo y es un amor
imposible que el Inca Pachacútec
aceptara el amor entre ellos dos.

Hablándole y poniéndole en alto todas


las batallas que ha ganado por el Inca,
Ollantay se atrevió a llegar hasta el Inca
para pedir la mano de la hermosa Cusi-
Ccoyllur, pero éste se enojó por esto y le
dijo que no podía casarse con una noble,
por su condición de plebeyo.
Ollantay se enfureció y se sublevó contra
el Inca. Este muy viejo y cansado no
pudo hacer mucho para vencer a su
antiguo general.
A causa del embarazo de la princesa es
encerrada para siempre y escondida en
una caverna del Acllahuasi donde es
vigilada por mama Ranra y en donde
nace Ima-Sumac quien es cuidada por la
nodriza Pitu-Salla, quien le esconde la
verdad de quien es su mamá y dónde se
encuentra.

Cuando el Inca Pachacútec falleció de


anciano, y queda como heredero su hijo
Túpac-Yupanqui, quién tenía como
objetivo vencer a Ollantay.

Cubierto de llagas y ensangretado,


Rumi-Ñahui logra ingresar en el cuartel
de Ollantay y aprovechando tres días de
fiesta que se produce en su homenaje
por el supuesto apoyo brindado a
Ollantay, da aviso a la tropa cuzqueña
que esperaba cerca de la fortaleza, estos
ingresan violentamente y encuentran el
ejército de Ollantay desprevenido e
incapaz de poder combatir. Son
apresados Ollantay, Orcco-Hurancca,
Ancco-Allu, Orcco Huarancca.

Ima-Sumac, hija de 10 años de edad del


amor secreto de Ollantay y Cusi-
Ccoyllur, su nodriza Pitu-Salla le confió
que su madre no había muerto sino que
se encontraba encerrada en el Acllahuasi
por orden del Inca Pachacútec.

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