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La palabra empresa empieza a utilizarse en sentido económico a finales del siglo XVIII, cuando
el capitalismo inunda e industrializa Inglaterra y el centro de Europa. Será uno de los primeros
economistas de la escuela de los Fisiócratas, Quesnay, quien introduce en la ciencia económica
la palabra “entrepeneur”, que significa empresario, para designar al que dirige y gobierna su
empresa.
El contexto en que surge la empresa nos lleva a señalar que su desarrollo está ligado en forma
inseparable del capitalismo y de la sociedad industrial, determinando no sólo la actividad
económica, sino incluso las relaciones sociales y la vida cotidiana de los hombres y mujeres en
la era industrial y moderna.
2. DEFINICIÓN.
Sociológicamente, Max Weber, citado por Darhendorf (1965), define a la empresa como una
organización burocrática, en el sentido que: Es una forma de agrupación social cuyas
características definitorias son el tener una finalidad, una cierta permanencia en el tiempo y
un cierto grado de formalización de las estructuras que la componen y normas que la rige. En
ese sentido la empresa en la sociedad capitalista industrial, es una variedad de burocracia o
forma de organización que se rige por principios de jerarquía, especialización, reglas escritas y
procedimientos documentados, atributos de autoridad y responsabilidad según el cargo y
responsabilidad, etc.
Si bien es cierto, las definiciones anteriores conciben a la empresa como una organización,
racional, también hay definirla como una institución en el sentido que implica una estructura
relativamente estable de papeles sociales que los individuos desempeñan, según determinadas
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formas socialmente sancionadas y unificadas, con el objeto de satisfacer necesidades sociales
importantes.
El rol de la empresa en la sociedad ha cambiado con el transcurso de los años, de tener un fin y
un rol exclusivamente economicista y orientado a obtener ganancias, fue estableciendo
relaciones con la sociedad de otras formas, el primer acercamiento con la sociedad se dio a
través de la filantropía tal como señala Reficco y Ogliastri (2009):
No obstante, a fines del siglo XX e inicios del siglo XXI un conjunto de factores obligó a las
empresas a cambiar su rol y forma de relacionarse con la sociedad. El contexto ha obligado a
las empresas y a quienes las dirigen a cambiar concepciones tradicionales y a extender el ámbito
de acción a aspectos sociales y ambientales, que sin dejar de lado el lucro, resultan vitales para
ser competitivas y sobrevivir en un mercado globalizado.
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Rodriguez y Morales (2014) señalan al respecto que:
Hemos pasado de una filantropía tradicional, en la que se hacía un cheque para quien
venía a ‘pedir’, a una relación en la cual las empresas y las ONG empiezan a pensar en
cómo pueden interactuar para generar más valor para cada lado y cómo producir mayor
valor social para el país o la comunidad. (p. 85)
Hoy se considera buena gerencia (y buen negocio) cuidar las relaciones con la
comunidad y con todos los grupos impactados o que puedan impactar a la empresa: los
empleados, los consumidores, los proveedores, los accionistas, el gobierno, el medio
ambiente… Una empresa bien administrada se caracteriza por buscar el bienestar de
todo su entorno (p. 3)
La RSE surge como respuesta a un entorno desafiante y a un mercado y sociedad más exigente
que valora los factores intangibles como la ética y el prestigio de la marca y la empresa. Las
prácticas socialmente responsables se conciben como una ventaja competitiva y como un valor
agregado al bien o servicio en venta
Otro elemento que ha cambiado el rol y la relación entre empresa y sociedad es la globalización
REFERENCIAS.
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Rica. N.º 87.2. Julio-Diciembre de 2014 Pp. 81-9, Disponible en:
http://revistas.una.ac.cr/index.php/ri/article/viewFile/6688/6824.