Está en la página 1de 12
BHz2ou\r 2 uf HISTORIA DELA ESTETICA RAYMOND BAYER FONDO DE CULTURA ECONOMICA ‘MEXICO Primera edicién en francés, 1961 Primera edicidn en espafiol, 1965 Primera reimpresion, 1974 Segunda reimpresién, 1980 Titulo original: Histoire de I'Esthétique © 1961 Armand Colin, Paris D:R. © 1965 Fondo de Cultura Econémica Av. de la Universidad 975, México 12, D.F. ISBN 968-16-0572-1 Impreso en México II. LA ESTETICA DE PLATON PLaTON (427-348 a. ¢.) fue probablemente pintor y ciertamente frecuentaba a artistas, como al pintor Parrhasios y al escultor Cleitos Platén no ha escrito una estética propiamente dicha, pero su metafisica entera puede considerarse una estética. Wila- mowitz ha sostenido equivocadamente que la filosofia de Platén es politica y social. En cambio, se puede sostener con més razon gue Ja metafisica platénica es una estética. Estd formada de Ideas que no comprobamos mediante los sentidos. En el extre- mo de la dialéctica se da un salto, y por tha especie de intuicién intelectual tenemos la visién de Jas Ideas. Asi, la accién suprema rebasa lo intelectual y pertenece a la intuicién de la inteligen- cia, 4mbito propia de la estdtica. La estética de Platén le da vida a toda su metafisica. Al re- cordar brevemente los rasgos esenciales de su filosofia, nos dare- mos cuenta de cémo esta filosofia es ella misma una estética. Tenemos en primerisimo lugar la nocién fundamental de la noesis y los derechos de la intuicién ms all4 de toda didnoia. Los objetos de la naturaleza no existen mds que por imitacién o por participacién de las Ideas: el mundo es creado por modelos y paradigmas. El demiurgo se representa, de esta manera, como un artista que dispone de modelos impecables y que todo lo Ipe. Lo bello es auténomo tanto en su esencia como en su fin: es el kalén kath'autd. Es una estética que aun siendo objetiva permanece sensual y sensualista. En suma, es una estética jerarquica que se eleva de estrato en estrato hasta alcanzar la nocién suprema de kalokagathia en que lo bello y el bien se identifican. ‘ Analizaremos brevemente el didlogo estético de Platén, el Hipias Mayor; a continuacién estudiaremos la evolucién de la estética platonica y estableceremos finalmente la situacién exacta del Hipias. A) ANALisIs DEL “Hiptas Mayor” Para empezar, recordemos todos los rasgos que convierten al ‘Hipias Mayor ‘en el prototipo de los didlogos de la primera épo- ca, de los Hamados didlogos socraticos. Hay, de un lado, rasgos formales, literarios, y del otro, rasgos de método; estamos en el 1 Cf. P.M. Schuhl, Platon et Art de son temps. Alcan, Paris, 1933, pp. 8287. ” LA ESTETICA DE PLATON 3 0 dialéctico; nos encontramos con Ia didnoia, no con la in tuicién de la noesis; notamos la ausencia de mitos; sdlo nos en- frentamos a ld recuperaci6n, a la separacién de las nociones. El propio sujeto revela la influencia de Ia sofistica de Megara de la que proviene Platén; es un dilogo antisofistico, refutativo. El Hipias es un esbozo caricaturesco de la personalidad del sofista y del lenguaje bello, Platén expone lo que son los sofistas en general y habla de su habilidad para acumular bienes tempo- rales y honores? ‘A continuacion, Platén aborda el problema mismo, el “pe quefio problema". Lo bello independiente es un concepto desliga- do de sus réalizaciones, es una esencia para el espiritu. El pro- blema consiste en buscar la cualidad de 1o bello, no en efectuar una enumeracién de cosas bellas. Se trata de reemplazar, desde el punto de vista de la comprensién, la extensién parcial de una seleccién arbitraria de ejemplos. Hace falta elevarse hasta la esencia nocional: no es Ti esti kalén, sino Ti esti to kaldn: he aqui el punto de vista capital’ “Es que, en efecto, existe una belleza por la que todas las cosas son bellas.”” Debido a esto, las definiciones del Hipias no resultan convenientes: la hermosa don- cella, la hermosa yegua, la hermosa lira; como tampoco lo son las circunscripciones por la materia: el oro o el marfil; ni_aun por el ser rico, feliz, honrado, que se verén més adelante. Todo esto no son definiciones, sino meras ilustraciones. Se dice lo que es bello, no lo que es Io bello No hemos avanzado hasta ahora en el problema; todavia no aprehendemos lo bello en s{. “Lo bello en si no es este objeto ni aquel otro, sino algo que les comunica su propio cardcter."* Més adelante nos encontramos con tres definiciones del concepto de belleza. La primera es la de la conveniencia, aquello que se emplea de acuerdo con su finalidad (prepon): “La cuchara de madera de hi es mas conveniente para la olla que Ja cuchara de oro. Pero esta definicidn esta sujeta a criticas: la conveniencia es una relacién entre varios objetos, 0 sea entre las partes de un todo prefijado. Si las partes son bellas en si, la belleza no provendré Ge su arreglo, con lo que se ‘liegatia al infinito. Si las partes no son bellas, su disposicién no,podré producir mas que la aparien- cia de belleza, no la realidad. “Lo que proporciona a las cosas 2 Cf. Hipias Mayor, 281 a—287 b. 8 Ibid, 287 ¢— 28a. 4 Ibid., 287d —289 ¢. 5 Ibid., 289d. Véase La Repiibiica, cosas bellas por Jo bello en sf.” © [hid., 2904 — 293 d. V: “E] filésofo jam4s toma Jas % ANTIGUEDAD Y EDAD MEDIA una belleza real, aparente o no, repito, he aqui lo que hemos de definir.”” Asi pues, la tesis del prepon es insostenible? La segunda definicién es la del khresimon:® “Digo que a nuestro juicio, lo bello es, lo stil, afirma Sécrates.” En otros iinos, es el poder de hacer una cosa, mientras que la impo- tencia seria lo feo® Esta definicién igualmente hace surgir ob- jeciones. Lo bello no es en modo alguno el poder de hacer el mal. Eficacia no significa belleza; tinicamente lo ventajoso pue- de tener este derecho. Es necesario elevarse del khresimon al opheiimon® Es lo ventajoso lo que produce el bien. Sin em- ‘argo, he aqui una segunda objecién, mis grave: Io bello como ‘de producir el bien se convierte en causa, y el bien engen- drado en un efecto. Pero todo el mundo se da perfecta cuenta de que los dos términos se hallan aqui en una relacién ridicula y contraria a nuestras creencias, a saber, de que el bien es prin- cipio y causa suprema.? EI tercer intento de definicién se inicia en 297 pero sélo el placer que proviene del ofdo y la vis es aquella parte de lo agradable que tiene como origen el ofdo y Ja vista."3# En efecto, debe limitarse lo agradable a estos dos ‘sentidos para trazar el Ambito de Jo bello. El uso comtin rehusa extenderlo a los otros sentidos: si a alguien se le dijese “comer ‘bellamente” o “un olor bello", unicamente se reiria.* Con todo, también esta concepcién despierta criticas: Se trata de un pla cer de Jo uno y lo otro 0 de lo uno 0 Io otro? O sea que la causa de lo bello no se encuentra ni en la vista ni en el ofdo, sino mds allé. Por otro lado, tn places oe dlscngns ds ofr Blacer en cuanto tal placer. Y si la vista y el ofdo son hete _ rasgo comtn que les queda ¢s el placer. Lo bello recae acer desnudo y sin restricciones. No queda mds que sacheaiéa posible para justificar el uso comuin: que toma- dos tanto en conjunto como por separado, “son los mas inocen- tes 0 mejores de todos”. Deberfamos concluir entonces que Io bello es lo agradable ventajoso. Y con esta conclusién dudosa, simple hipétesis con que termina la obra y que ofrece un acuerdo no resuelto, volve- mos a toparnos con el tema, quiz4 velado, sin manifestarse expre- samente, mas persistente a través de toda la obra de Platén: es el placer, “Lo bello 1 [bid., 2940. * Tbid., 25.c. * Ibid. 2 Ibid, 2%c—e. 4 Ibid, 27 y d. 32 Tbid., 299 5. 33 Ibid, 298 e —299.0. 14 Toid., 99e— 3B 2. LA ESTETICA DE PLATON ” el parentesco inevitable entre la nocién de lo bello y la del bien, es decir, la Katokagathia socratica. B) EvoLucION DE LA ESTETICA PLATONICA Este breve andlisis del Hipias nos mucstra que ¢s un didlogo del primer periodo, refutativo y anatréptico. Es uma obra cuyo ob- jetivo consiste en destruir las ideas falsas que antes se tenfan en cuestiones de estética y em partir de una nueva base. A este didlogo refutativo sobre lo bello corresponde el diélogo Lysis so- bre el amor, que revela las nociones sobre sus falsas conexiones: lo similar, Jo contrario, Empédocles y Heréclito. Son, pues, dos obras de estética negativa. A esta estética negativa se opone la estética constructiva: el Fedro, segundo didlogo de Plat6n sobre la belleza, es la antitesis del Hipias Mayor, Es una estética del entusiasmo con dos ele- mentos constructivos del problema: cl delirio (mania) y el afén apasionado. Lo bello est4 aqui ligado a la dialéctica del amor. El alma que se encuentra en el cuerpo, en presencia de la belleza, arde por regresar a su antigua patria. Los poros del cuerpo se abren a las emanaciones del ser amado, y el alma siente cémo sus alas vuelven a crecer, y a su vez se anima, se hace hermosa, y ahora le toca al amado ser amante. Hay un juego reflexivo del amor, como si fuera un espejo: @niteros; y el amor se lanza hacia a belleza del alma amada que a su vex ama. El Banquete constituye la sintesis del punto de vista dialéctico y negativo del Hipias y del Lysis, o sea de la belleza y del amor, por un lado, y del punto de vista positive y constructive del Fedro, por el otro. Una a una se examinan las teorias sobre el amor y se les refuta a los diferentes interlocutores, hasta Hegar al discurso de Agatén, quien efectia la fusién de ambos concep- tos, amor y belleza. Cuando Sécrates toma la palabra, cambia el fono general. Se tiene Ia impresién de que este resumen de las feorias antiguas, presentado por los diversos apologistas, es de hecho el iltimojesfuerzo de Platén dentro del campo de la dia- Iéctica anatréptica. Bastan algunas dudas de Sécrates para arrui- narlo todo y plantear nuevamente la cuestién. El amor es siempre un désco, mas no se confunde con Ja be- Meza: es el deseo de lo bello. Es, sobre todo, el deseo de la eternidad en el sentido de que mediante Ja procreacién busca hacerse permanente. Es la procreacién fisica ‘tanto como espir+ tual en lo bello. La belleza es aquello que el amor busca y que no posee. En el Banquete, la manifestacién superior es la belleza del alma. Lo bello se alia al bien y hasta se le subordina; el uno es medida del otro, Se alfa, por otra parte, a Ja Idea de lo verda- 38 ANTIGUEDAD Y EDAD MEDIA dero; lo belle se hace asf ‘universal gracias a su vecindad con el bien y con lo verdadero, La belleza Puede conferirse a un objeto Gualquiera: es pura, no esta mezclada, no tiene color, figura ni fame; es, en realidad, la belleza racional y moral. Un alma bella se encuentra mds cercana a la Idea que un cuerpo hermoso: “La belleza reside esencialmente en Jas almas."18 Pero la be llega permanece en el carapo sensible, en la apariencia, mientras que Jo verdadero y lo justo residen el interior de las cosas. Esto, a primera vista, parece estar contradiccién con la con cepcion platénica fntegramente racional ¢ intelectual, La Iden gs el escalén supremo de la dialéctica que conduce a esa fase. Pero Ia Idea en sf no sdlo exige un proceso intelectual para ser apercibida, sino un ultimo salto. Es este elemento irracional, intuitivo, visionario el que Permite a la belleza manifestarse en la apariencia, La dialéctica que conduce al filésofo de un plano al otro hacia Jo bello, en la Reptiblica, tiene un correlato exacto en Ia dialéc- tica ! del amor que transporta al alma enamorada de pla- no en plano hasta alcanzar el de las Ideas, hasta lo bello en si. Es una revelacién de las esencias medio de la atraccién. Se eycibe & amor como un efecto de paradigmatismo guiado por Ia transparencia de Ia Idea. Su intentio es el bien soberang. Ast, encontramos en las diversas obras de Platén. sucesivamente tres tipos de belleza jerarquizados: 1) La belleza de los cuerpos, a la que se refiere casi exclusie yamente el Hipias. La belleza del cuerpo es parte de la bellesn inferior. Platén Ia clasifica entre las cualidades inferlores: io salud, la fuerza, la riqueza. Aqu{, Platon no abandona el Ambito fc lo sensible. ‘Unicamente descubrimos una rapida alusién a In belleza de las costumbres y de las leyes,%* mas esta ilusion ape nas si llega a florecer, 2) La belleza de Ias almas, que nos encontramos sobre todo en el Fedro. Es la virtud, y 1a belleza auténtica no se manifisets més que en ella. 3) Para los sabios, existe la belleza en si. Estos tres estadios o niveles se establecen y ordenan defini. Uvamente en el Banquete, didlogo que sintetiza, segin dijimos Ya, Jos puntos de vista contrarios anteriores a Platén, y que Parte de lo bello sensible del Hipias para recorrer los dos miveles Superiores revelados 0 entrevistos por el entusiasmo y el deliric. del Fedro, La aportacién de este segundo grupo consiste en Ie * CE. Et Banguete, 28, 210 b/e, Esta frase forma parte de lo que ‘Sécrates cuenta que le dijo “la extranjera de Mantinea”, 78 Cf. Hipias Mayor, 298 b. LA ESTETICA DE PLATON » doctrina del amor y el desarrollo de lo bello a través de planes jerfrquicos: es la ascesis de Diétima. En un tiltimo grupo de obras, Ia estética de Platén parece he ber recibido una fuerte influencia por parte del pitagorismo. El Fedén y el Teeteto le deben mucho; también en el Filebo, el Timeo y la Repiiblica, que le aportan a lo bello Jo cuantitativo y lo cualitativo, aparecen elementos pitagdricos. Y es justamente en el Filebo, en que la belleza por cierto se mantiene al nivel del alma sola, donde se presenta lo cualitativo: Ia teorla de Ia pureza, de Ja blancura. Para Platén, el concepto de pureza no significa unicidad, sino homogeneidad; se asocia con naturalidad al concepto de transparencia y se aplica a la pureza y a la her- mosura del alma. Asimismo, aparece delineada con nitidez la medida, el metror, que se afiade a lo indefinido de la diada, que es el mds o el menos en calidad para conformarla y convertirla en belleza y virtud: “En todas las cosas, la medida y Ia propor cién constituyen la belleza como virtud.”"*7 En el Tirieo, en que Plat6n parte de la cantidad y el mimero, arriba a la belleza de las formas (schémata), En el fondo, Pla- tén no es un formalista en el sentido estricto de la palabra, sino que desea la sfntesis de forma y fondo, sintesis que produce lo verdaderamente estético. En el Teeteto se desarrolla la cosmogonia del Timeo con los kala schémata y la constitucién geométrica del mundo. Es auf donde vemos el cascarén del universo y los cuatro elementos: “Mirad cémo estos cuatro cuerpos se han hecho perfectamente belles. No estaremos cle aquerdo con nadie que piense que ible ver alguna parte de los cuerpos mas hermosa que éstos.” folvemos a toparnos con la omnipotencia de los mimeros en la estructura geométrica y armoniosa del universo. Pero todavia se resenta como una relacién, La armonia musical del mundo depende de las relaciones entre las distancias de las esferas con- céntricas. Es Ia medida, lo mesurado, la simetria, la ia, el acorde y la armonfa con Ia teorla de la medida y el té medio arménico. Estando todavia bajo la influencia pitagérica habla Platén del ‘orden (cosmos), del buen orden, de la regia. Entiende por “or- den en sf” cierta cosa moral, y habla ya del mundo universal, ya del Estado. En el Timeo, profesa que el orden ha instituido el amundo; del mismo modo, el Estado, o sea la sociedad, esta regi- do por el orden. El orden es tna regularidad, una jerarqufa, un ritmo, una multiplicidad en la unidad; asf, puede elaborar un concepto estético. Esta armonfa platénica en’el alma y en el Bs- tado recuerda la teorfa del alma-armonfa en Pitégoras*® Aqui, la iT Cf, Fitebo, 644." 38 CE cap. 1, pp. 304. 40 ANTIGUEDAD Y EDAD MEDIA armonfa y el temperamento de las virtudes son el bien en el alma y el bien en el Estado. Hay cuatro virtudes cardinales: Ja templanza, el valor, la prudencia, la justicia (este ultimo equi- librio entre las tres primeras). La virtud de los hombres es Solidaria con la ciudad en que vive el hombre, puesto que el in- dividuo reproduce en sf la imagen de Ia ciudad. Finalmente, la belleza suprema estd ligada a Ja Idea de lo verdadero y del bien. Incluso en sus diélogos, en que lo bello #s el esplendor de lo verdadero y el bien, hay un esplendor, es decir, algo no abstracto, no racional, sino sensible y sensual. Si la belleza tiene en alguna medida el rigor del uno y la pureza del otro, Io bello actia reciprocamente sabre las Ideas, La jus- ticia no es meramente un acuerdo, una identidad entre ‘dos elementos, sino una armonia que todo Jo une. Por otra parte, Platén ha concebido una teorfa de Jas artes qué no es un sistema, pero en la que enumera todas Jas artes. En esta teorfa, su mayor preocupacién es lo politico y lo social. Juzga las artes no por s{ mismias, sino por su influencia pedagé- gica, por ejemplo en la formacién del guerrero. Vuelve con esto a un punto de vista utilitario. Las artes son juzgadas a partir de algun objeto y no de ellas mismas, juicio incomprensible a es- tas alturas en boca de este gran artista, que por estos motivos utilitarios desterraba la poesia. Podemos Ilamarla una estética reaccionaria, aunque a veces tiene momentos iluminados, como en su teoria de la tragedia, En la Republica y las Leyes, con- dena Ja tragedia por razones muy interesantes: porque habitia al espectador a ver cémo en el escenario Jos ilustres héroes se quejan y sufren; habitia a sufrir y a lamentarse de los sufri- mientos, lo cual ablanda el alma y Ia sensibiliza. C) Posici6N EXAcTA pEL “Hirras Mayor” Comencemos con este parrafo nuevo, ahora que estamos prepa- | rados para comprender el origen exacto y el alcance de cada una dé las tesis del Hipias, de su sentido y futuro. Los rasgos esen- ciales, Ja fisonomia, se esclarecen. Este primer didlogo estético de Platén, colocado como pértico al principio mismo de la ave- nida —tinico que se ocupa sobre todo de lo bello al lado del Fedro, que por cierto trata de la dialéctica ¥ no exclusivamente’ de Ja estética— presenta los siguientes rasgos caracteristicos: Es el momento negative y refutativo del pensamiento estético de Platén. El Hipias se encuentra en un plano dialéetico puro; todo él se desenvuelve en e] nivel estricto de Ja didnoia, anterior al salto que lo Hevarfa a las Ideas y a la noesis. Nos las habemos aquf con la estética intuitiva de Platén. LA ESTETICA DE PLATON a Este didlogo no se refiere a una estética jerérquica de lo bello. La construccién subordinadora del Benguete no ha nacido todavia, come tampoco ha surgido atin la dialéctica ascendente del amor, Es una recuperacién de los planos, una separacién de los conceptos vecinos, pero no prevalentes: apenas si como insi nuacién Ia belleza de las costumbres y de las instituciones apare. ce accesoriamente mezclada con la belleza sensible. No se habla mas que de lo bello perceptible tal como puede percibirse en los objetos del mundo. Platén no llega ni siquiera an lejos como Sécrates, quien ya separa los actos morales de la belleza fisica en las Economica, y en las Memorables le plantea a Parrhasios pregaent scores de algo bello en el alma que no sea mensurable. ‘Como cuarto rasgo, el Hipias carece hasta del més minimo vestigio de pitagorismo. No ha llegado todavia el momento de madurez en que la doctrina de Pitagoras irrumpe en Ia estética platénica y la reconstruye. Todo esto contribuye a darle una fisonomia franca, coherente y sélida al conjunto de las tesis del Hlipias: Ja fisonomia socré& tica y dialéctica de que ya hemos hablado. Pero de todo Jo que hemos aprendido de las otras obras de Pla. tén, ¢qué reflejos podemos descubrir agui que esclarezean un momento particular —el primero— del pensamiento estético de Platén?- Y percibimos en primera instancia los acordes sordos y leja- nos que reaparecen en el primer tema. Es lo bello independiente y, en cuanto nocién, separado de cualquier objeto. Tal parece. ‘que en esta época, en Megara, se transportaba meramente a lo retorico el método mitolégico-postico. Por el contrario, Sécrates precisaba la nocién en cuanto nocién, desgajéndola de las jlustra- ciones y los ejemplos. Creé el concepto. Todo esto se opone a la manera de los megaricos; en la teoria de Sécrates se pre- senta el final de una larga elaboracién especulativa oscura que justamente en ese época alcanza sus postrimerias, En este prt mer tema del Hipias entrevemos algunos motivos de la posicién de lo bello entre los poetas épicos, de Io bello externo: la doncella hermosa en Hesiodo; el oro, ¢l brillante y las propiedades cos- meéticas en Homero. Entrevemos a lo lejos los esfuerzos de Teog- nis, cOmo la nocién se va despejando y cémo el vago y nostdl- gico pesimismo precipita el: surgimiento de una concepeién metafisica de lo bello. Platén rebate, pues, una muy antigua y difundida tradicién estética como base para su propio ensayo, ademés de refutar también la forma retorica y sofistica de una belleza sensible vista fragmentariamente y en extensi6n. En segundo lugar} con el tema de la conveniencia y el tema de lo util aparece en primer plano la estética socrética. Las re- sonancias ¢picas de Ia belleza sensible, esta conveniencia, es n a ANTIGUEDAD ¥ EDAD MEDIA cierto sentido la decencia de los actos bellos, la apariencia equi- librada del mundo externo, tal como Ia cantaba Homero; cs la concepcién puramente externa y de ordenacién de lo perfecto. Sobre todo la tesis de lo dtil, con su ejemplo de las corazas, es muy socrdtica: es la teorfa capital de Sécrates sobre lo bello. Sin duda alguna, el lenguaje griego reunfa en el adjetivo kalds por lo general ambos conceptos ; ¢s la kalokagathia que reabsorbe To bello al final, No es menos cierto que fue Sécrates quien la formuld: recuérdese el kalén pros ti. Pero ya aqui Platén deja atrds a Sécrates. Rechaza, es cierto, la conveniencia en nombre de una belleza de las partes que se opone radicalmente al for- malismo y se apropia més bien la estética socrdtica del contenido. és, rechaza también lo util en favor de una asimilacién socratica de lo bello desde el punto de vista del bien: es la trans- formacién del khresimon en el ophelimon. Pero quiz esté aqui ya implicito —hecho que serfa tipicamente platénico en vista de su aversion instintiva a aceptar Ja asimilacién de lo bello y lo ‘itil— el recuerdo de la repugnancia similar que sentia Hesiodo por confundir los dos planos, y el sentimiento que lo util es siem- Pre una diada entre el medio y el fin, mientras que la intuicién estética reclama la unidad de una aprehensién inmediata. Y quiz4 se halla aqu{ presente, al lado de esta aversién intuitiva, la idea antisocratica del concepto de lo bello auténomo que opone el kaldn kath'auté al kalén pros ti. Sécrates ha sido ya superado, aunque de una manera confusa. En la ultima tesis, la de los placeres de ofdo y vista, puede adivinarse ya en germen lo que seré el futuro de toda la estética Pplaténica. En esta lucha contra el placer sin distinciones se des- cubre el eco de las disputas de Secrates contra Aristipo y el error comin de los cirenaicos. Sin embargo, Platén sosticne cierto tipo de placer: lo agradable. Y éste sera el tema esencial y ultimo de la posicién sensualista de la estética platénica: el Filebo se dedica al estudio del placer y funde finalmente lo bello Jo virtuoso. Lo que le falta al placer —muestra Sécrates en el Fuepo— es ei metron. Yes precisamente la medida la que salva el ofdo y la vista, los tinicos sentidos que ofrecen sensaciones conformados por la precisién del nimero, Y esto ya lo presiente Platén. Su fugaz alusién a la belleza de las costumbres y de las Ieyes ** no es otra cosa sino el anuncio apagado del mefron, la tesis que brillard en la Repuiblica y que referird, segin permite entrever, la belleza de las instituciones y Ja del alma precisamen- te a Ja sensacién de la que habla. Si mantiene la restriccién a Ia vista y al ofdo es por presentar el elemento inteligible que su irreductible sensualismo percibe ya como necesario. Y finalmente, la propia tesis de la kalokagathia es la que Pla- 1 Cf. Hipias Mayor, 298 b. LA ESTETICA DE PLATON a t6n defenderd sin interrupeién. No debe creerse que se trata del bien moral; siempre hace referencia al bien en si, y esto nos lo prueba suficientemente la tesis de lo ventajoso: lo logrado, lo perfecto, o, si se quiere, um poco lo conveniente de Sécrates. No se trata tinicamente del bien moral, y la exégesis filolégica de un Alfred Croiset, asf como la penetracién platénica de un Fouillée revelan claramente el pensamiento de Platén, En efecto, después del Hipias y hasta las dltimas expresiones de la kaloka- gathia, Platén no alterard sus ideas acerca de esta cuestién. En suma, el Hipias —coherente y homogéneo dentro del and- lisis parcial que hace— no deja de ser este todo complejo que caracteriza las encrucijadas: es el el Yams gu eicarins ven asi mente toda la estética griega, En luyen, se abordan o se nicgan definitivamente largas tradiciones; resume los estadios esenciales del pensamiento socratico, deja presentir confusamen- te y en cierne el porvenir del platonismo. El Brvilegio do la vista y ¢l ofdo se explican por su elemento inteligible; I uss sectalisien te Wo dies se boca chute douse is plvcer y un elemento de orden.

También podría gustarte