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1. ANTECEDENTES
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) fue el sucesor del tratado de libre
comercio (TLC), firmado entre Canadá y Estados Unidos. En 1985, los gobiernos de Canadá y
Estados Unidos se reúnen para iniciar las negociaciones del TLC, estas culminan con la firma en
1988, y el 1º de enero de 1989 entra en vigor dicho tratado. El interés de México de establecer una
apertura comercial surge a principios dela década de los ochenta, donde la economía del país estaba
basada en las exportaciones del petróleo, pero debido a un considerable descenso en el precio
internacional del mismo, surge una crisis económica sacudiendo fuertemente la economía de
México. En el año de 1990, México muestra interés en integrarse al bloque comercial formado por
Estados Unidos y Canadá. Un año más tarde, los presidentes Brian Mulroney, George Bush y
Carlos Salinas de Gortari se reúnen en Toronto, Canadá, para iniciar pláticas formales. Después de
arduas negociaciones, la firma del TLCAN se plasma catorce meses después de iniciadas éstas, el
17 de Diciembre de 1992, donde los representantes de cada estado negociador en la sede de
Washington, D.C., Estados Unidos, hacen constar su consentimiento en obligarse al tratado, que
entraría en vigor dos años mas tarde
México, Canadá y Estados Unidos firmaron el Tratado de Libre Comercio de América del
Norte (TLCAN), el 17 de diciembre de 1992 entrando en vigor el 1 de enero de 1994.
A partir de la firma del TLCAN los tres países han trabajado conjuntamente para incrementar su
competitividad y el bienestar de sus ciudadanos.
En 2016, el comercio trilateral ascendió a $1,046 mil millones de dólares. El comercio trilateral ha
crecido más del 250% desde la entrada en vigor del TLCAN.
Lenguaje: Español
Localización: limita al norte con el océano Artico, al noreste con la bahía de Baffin y el estrecho
de Davis, que lo separa de Groenlandia, al este con el océano Atlántico, al sur con Estados
Unidos y al oeste con el océano Pacífico y Alaska.
Población: 33.477.000 h.
Localización: Estados Unidos comparte fronteras terrestres internacionales con dos naciones: Con
Canadá al norte, y dividida en dos secciones, Con México al sur.
Población: 308.746.000 h.
Moneda: Dólar
3. OBJETIVOS DEL TLCAN.
4.1. FUNCIÓN.
Favorecer la apertura comercial de América del Norte a través de la eliminación sistemática de la
mayoría de las barreras arancelarias y no arancelarias del comercio y la inversión entre Canadá,
Estados Unidos y México. Promover condiciones de competencia leal en la zona de libre comercio.
Proteger los derechos de propiedad intelectual en los tres países miembros. Establecer
procedimientos eficaces para la aplicación y cumplimiento del Tratado y para la solución de
controversias. Promover la cooperación trilateral, regional y multilateral encaminada a ampliar y
mejorar los beneficios del Tratado. Eliminar obstáculos al comercio. Facilitar la circulación
transfronteriza de bienes y servicios entre los territorios de los tres países firmantes. Aumentar las
oportunidades de inversión en los tres países miembros
4.2. CARACTERISTICAS.
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte es un conjunto de reglas acordado por Canadá,
los Estados Unidos de Norteamérica y México, para vender y comprar productos en la región; que
específica el ritmo y las etapas en que se eliminarán los permisos, las cuotas, las licencias y,
particularmente, las tarifas y aranceles.
Los tres países expresan, en el documento, las aspiraciones de promover el empleo y el crecimiento
económico; aumentar la competitividad de las empresas en congruencia con la protección del
ambiente; así como de impulsar el desarrollo sostenible, proteger y hacer efectivos los derechos
laborales y mejorar las condiciones de trabajo.
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte es un extenso documento que consta de un
preámbulo, ocho partes, 22 capítulos y sus respectivos anexos. Estos últimos establecen
especificaciones sobre diversos temas. De particular importancia por sus implicaciones
económicas, administrativas y políticas son: la parte segunda, relativa al comercio de bienes; la
parte quinta, sobre inversión, servicios y asuntos relacionados; y la parte séptima, que especifica
las disposiciones administrativas e institucionales y en la cual se incluyen los procedimientos para
la solución de controversias.
Resumiendo, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte es un acuerdo que se caracteriza,
entre otros, por los siguientes aspectos: eliminar gradualmente las barreras arancelarias; establecer
reglas para la libre circulación de bienes, servicios y capitales en la región -excluyendo la libre
circulación de personas-; coordinar políticas macroeconómicas entre los tres países frente a otros
bloques o naciones ajenas al pacto; conservar la soberanía nacional; mantener la observancia de la
legislación propia de cada país y asegurar su administración transparente a través de las
instituciones nacionales; proteger la fuerza de trabajo nacional y al empleo permanente en el
territorio propio y conservar los límites territoriales.
De acuerdo con estas características, el nivel de integración económica y política acordado por
Canadá, los Estados Unidos de Norteamérica y México corresponde al de una "Zona de Libre
Comercio". Esto lo ubica en un nivel intermedio respecto de otros procesos de integración, tales
como las uniones aduaneras, las comunidades económicas o mercados comunes y las uniones
económicas.
En los siguientes mapas se muestran los países con los que México tiene tratados de libre comercio
y la fecha de entrada en vigor de cada uno de ellos. Como se puede observar, el primero es el
TLCAN, signado en 1994 entre México, Estados Unidos y Canadá.
Después del inicio de la apertura comercial de México en 1985 y de su ingreso al GATT un año
después, la apertura comercial se consolida con la firma del Tratado de Libre Comercio (TLCAN)
en 1994 entre México, Estados Unidos y Canadá. El éxito del modelo exportador de México es
confirmado con información de la primera década de 2000, que señala que el incremento de las
exportaciones desde inicios de los años ochenta fue muy acelerado, superando el 8% anual y
pasando de una tasa de 5.8% anual en el periodo anterior a la firma del TLCAN (1982-1993) a
11.1% en el periodo posterior (1993-2004). Por su parte, las exportaciones aumentaron de tal forma
que pasaron de representar 27% del PIB en promedio en el periodo 1982-1984, a más de 60% en
el de 2004-2006 (Guillén, 2013). En el siguiente cuadro y gráfica se puede observar una balanza
comercial de mercancías deficitaria antes de la firma del TLCAN, convirtiéndose a partir de 1995
en superavitaria.
En el periodo de 1990 a 2003, las exportaciones se incrementaron en 11.9% en promedio anual,
hasta ubicarse en 165,000 millones de dólares, mientras que las importaciones se incrementaron en
10.8% en promedio anual, alcanzando 170,000 millones en 2003, según se muestra en el siguiente
cuadro.
Las cifras mostradas en la presente ponencia son prueba ineludible del crecimiento del sector
exportador después de que México abre su economía y firma un tratado de libre comercio con su
principal socio comercial, Estados Unidos y con Canadá.
En 1995, el primer año de vida del TLCAN, el salario promedio al año en México fue de 13,116
dólares (a precios de 2016), 21 años después, en 2016 este promedio fue de 15,311 dólares, lo que
representó un incremento de 16.7%, mientras que en Estados Unidos aumentaron 33.3% y en
Canadá 38.5%, refieren cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos
(OCDE).
Cabe destacar que la OCDE obtiene estos promedios al dividir la cuenta salarial total, de cada uno
de los países, entre el promedio de empleados en la economía total.
A lo largo de la historia del TLCAN mientras los niveles de los salarios en Canadá y en Estados
Unidos se han elevado de manera constante, en México avanzan a niveles del inicio del Tratado,
no despegan.
El bajo valor agregado que se ofrece a los bienes para su transformación en territorio mexicano,
falta de capacitación, poca inversión en tecnología e innovación, además de depreciaciones del
peso mexicano a lo largo de los años, explican parte de los bajos salarios en México.
Internamente se tiene una precarización estructural del mercado laboral mexicano, al menos en los
últimos 30 años, y externamente hay un descuido en la parte laboral de este acuerdo, por parte de
los tres países.
A lo largo de la vida del TLCAN se ha depreciado el peso mexicano, lo que le resta crecimiento a
los salarios y significa un costo más barato a las empresas transnacionales de lo que les costaría
instalarse en Estados Unidos y Canadá, esto ha representado un elemento para el crecimiento de
industrias como la automotriz en México.
Entre 1985 y 1995, México fue el principal receptor de inversión extranjera directa (IED) en la
región, pero en 1996 Brasil tomó la delantera y la ha conservado, en términos absolutos, durante
los años siguientes, según la edición 1998 del estudio anual de la CEPAL, Inversión extranjera
en América Latina y el Caribe. Sin embargo, en México la IED desempeñó un papel central en
las profundas transformaciones económicas, en particular, para la integración del país a la
economía continental como miembro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(TLCAN).
Los principales puntos focales para la IED en México son las manufacturas - tanto las operaciones
de ensamblaje para la exportación (vestuario y equipos electrónicos) como la producción para el
mercado interno (alimentos, bebidas y productos tabacaleros)- y, más recientemente, los servicios.
Cerca de un 60% de los flujos totales provienen de un solo país, los Estados Unidos. Mientras que
en los años noventa la creación de nuevos activos fue la principal modalidad asumida por el IED,
especialmente en la industria automotriz, recientemente las fusiones y adquisiciones de empresas
privadas se han incrementado, particularmente en las industrias de la alimentación, bebidas y
productos tabacaleros, y en servicios tales como comercio minorista y bancos. En la mayoría de
los casos, los focos principales de IED se relacionan con el NAFTA, a través del establecimiento
de sistemas continentales de producción integrada o del posicionamiento estratégico en el mercado
interno.
Las principales estrategias corporativas de los inversionistas extranjeros en México pueden ser
resumidas de la siguiente manera:
En 1998, México probablemente recibirá un flujo de IED similar al de años anteriores, ya que para
mediados de año más de 5 000 millones habían sido registrados de dólares por las autoridades
nacionales. Las principales áreas para las cuales se han anunciado inversiones importantes en los
años venideros incluyen automóviles (8 600 millones de dólares), energía (2 800 millones),
transporte (1 500 millones), químicos (1 300 millones), telecomunicaciones ( 1 200 millones),
alimentos, bebidas y productos tabacaleros ( 1 000 millones), textiles y vestuario ( 900 millones de
dólares).
En el año 2017:
La inversión extranjera directa en México subió 11,1 % en 2017 hasta alcanzar 29.695 millones de
dólares, una buena cifra pese a la incertidumbre que ha generado la renegociación del Tratado de
Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), informó hoy la Secretaría de Economía (SE).
"De enero a diciembre de 2017 México registró 29.695 millones de dólares por concepto de
inversión extranjera directa (IED), 11,1 % mayor que la cifra preliminar del mismo periodo de
2016, de 26.739 millones de dólares", indicó el ministerio en un boletín.
Durante el cuarto trimestre de 2017 se captaron 5.903,8 millones de dólares, lo que supuso un 3,1
% más que la cifra preliminar del mismo lapso de 2016, cuando se atrajeron 5.726,2 millones de
dólares.
Los 29.695 millones de dólares son el resultado neto de la suma de 34.759,9 millones de dólares
por concepto de flujos de entrada menos 5.064,9 millones de dólares contabilizados como
disminuciones de inversión extranjera directa.
La inversión registrada durante 2017 provino de 3.402 sociedades con participación de capital
extranjero.
Por tipo de inversión (origen del financiamiento), 38,5 % fue a través de nuevas inversiones, 32,5
% de reinversión de utilidades y 29 % por cuentas entre compañías.
Por sector, las manufacturas aportaron 45,3 %; transportes, correos y almacenamiento, 10,8 %;
construcción, 10,3 %; comercio, 9,2 %, y servicios financieros. 9 %. Los sectores restantes captaron
15,4 %.
Por país de origen, sobresale la participación en inversión extranjera de Estados Unidos, con una
cuota de 46,8 %, en un año marcado por la dura renegociación del Tratado de Libre Comercio de
América del Norte (TLCAN) a petición del jefe de la Casa Blanca, Donald Trump, muy crítico con
el convenio vigente desde 1994.
Por cuota de participación le siguen Canadá (9,1 %), España (9 %), Alemania (8 %), y Japón (5,5
%). Otros países aportaron el 21,6 % restante.
Las cifras reportadas únicamente consideran inversiones realizadas y formalmente notificadas ante
el Registro Nacional de Inversiones Extranjeras de la Secretaría de Economía; de ahí su carácter
preliminar y el que sufran actualizaciones al alza en los trimestres sucesivos.
En 2016, México registró 26.783,6 millones de dólares en inversión extranjera directa, cifra 5,8 %
inferior a la cifra preliminar de 28.382,3 millones de dólares reportada en 2015.